Está en la página 1de 1

LA PARADOJA DE STOKDALE

Por Oscar Gonzalez – New York, USA Marzo 30 del 2023


En un pueblo en medio de un bosque y una casa prácticamente sin vecinos fuimos asignados dos personas para
apoyar a una fábrica. Danilo, quien estaría a cargo de reparar y enseñar el mantenimiento de máquinas
semiautomáticas y yo, que me encargaría de documentar sus intervenciones y convertirlas en manuales de
entrenamiento para operadores y mecánicos. Yo estaría cinco semanas y cuando llegue Danilo llevaba un mes
trabajando en la fábrica.
Compartíamos una casa rentada en un RB&B y pronto nos pusimos de acuerdo; debíamos adquirir nuestros
abastecimientos en un súper, cocinar y llevar nuestro lunch a la fábrica porque esta no contaba con comedor.
Fue muy interesante verlo trabajar, le fascinaban las máquinas y podía quedarse sin comer cuando algunas de estas
tenían problemas y requerían de “su” presencia. Como compartíamos auto en varias ocasiones lo espere
pacientemente. Lo interesante fue que una vez que terminaba de trabajar comenzaba una diatriba contra las
personas de la fábrica, las condiciones de trabajo, la comida y hasta comentarios de molestia porque yo le había
esperado. No lo entendía, aparentemente le gustaba su trabajo y sin lugar a duda era reconocido por su gran
conocimiento y efectividad. En contraste, su comportamiento en la planta era alegre y amable. Si alguien se tardaba
en las cosas que estaba haciendo, no le presionaba. Sin embargo, una vez que salía despotricaba de todo. Con mi
experiencia de consultor en diferentes ambientes me ha tocado enfrentarme a situaciones en que las condiciones y
los resultados son definitivamente malos; sin embargo, mi actitud tiene dos componentes. Primero reconocer
cuando las condiciones nos son las ideales, aceptando que será difícil y tortuoso, de ese modo elijo la aceptación
con templanza y al mismo tiempo comienzo a buscar que es lo que puedo aprender de la situación. En muchas
ocasiones las condiciones no cambian, pero mi fortaleza y la forma en que enfrento cada obstáculo es
definitivamente clave en mantenerme en buenas condiciones físicas y mentales y al final lograr mi objetivo.
Después de un día pesado de trabajo, el desfogue de Danilo consistía en su desgastado discurso de queja y tomar
uno o dos whiskys. Por mi parte lo escuchaba y preparaba una ensalada para acompañarle.
Con el paso de los días, el whisky se acabó, pero él ya no compro otra botella, me explicaba sus molestias y yo lo
escuchaba sin juicios. Me decía que no tenía necesidad de esta presión y que lo hacía por amistad a un amigo que
le había pedido que viniera a ayudar a esta fábrica que estaba hundiéndose.
En la segunda semana de mi estancia la producción había aumentado, aunque las máquinas seguían requiriendo de
las intervenciones de Danilo. Él dejó de tomar y su molestia al final del día disminuyo poco a poco. No puedo decir
que desapareció, pero claramente se notaba menos enojado y más alegre.
Estaba en estas ideas cuando escuche un podcast en el que hablaban de la paradoja de Stokdale, que toma su
nombre por un Marine de USA quien fue capturado por el ejército de Vietnam y permaneció preso por siete años
sin doblegarse y con la esperanza de que al salir utilizaría la experiencia como aprendizaje para seguir adelante con
su vida y así fue. La paradoja la entiendo en dos partes:
• Aceptación inquebrantable - Ante una situación difícil con elementos fuera de nuestro control, podemos
aceptar dicha condición asumiendo un carácter inquebrantable.
• Aprendizaje - Como segunda parte podemos tomar la determinación de aprender de la situación
No se trata de ser optimistas o tener una fe ciega, sino de reconocer la situación, sobrevivir y aprender.
Sin saberlo en todos mis proyectos, cuando he enfrentado situaciones difíciles, incómodas o fuera de mi control, he
utilizado la paradoja de Stockdale. Por otra parte, Danilo se atormentaba con su decisión y lo mal que la estaba
pasando cada día, me gusta pensar que mi presencia aligero un poco su sufrimiento.
El trabajo en la fábrica con las condiciones que se nos presentaban distaba mucho de ser ideal, largas jornadas de
trabajo, personas mostrando poco interés y sobre las cuales no teníamos autoridad jerárquica o moral (inicialmente)
y comida diferente a nuestros gustos eran nuestro día a día. Sin embargo, por otra parte, estábamos desarrollando
entrenamientos y materiales valiosos y con esa actitud logramos ganarnos la confianza de algunos para comenzar a
transformar la actitud de la mayoría. La producción aumentó y regresaremos en un mes para ver si las personas
aprendieron y mantuvieron los resultados. Ya veremos…

También podría gustarte