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Resumen de texto. “Alteridad y pregunta antropológica” de Esteban Krotz. 1994.

Desde el surgimiento de la ciencia antropológica, existe una gran maraña de denominaciones y por
ello confusiones. Hasta el día de hoy la palabra antropología tiene diversos significados en los
diversos idiomas.

¿puede construirse un denominador común a esta cantidad de posiciones?

Orígenes de la pregunta antropológica.

Todas las disciplinas pretenden tener como objetivo central una pregunta sobre el ser humano.
Por ejemplo, la economía, la sociología o la politología, son en un sentido estricto antropología,
considerado desde su etimología que significa “tratado sobre el ser humano o conocimiento de los
humanos”.

Para nuestro quehacer y reflexión, es necesario desde la antropología delimitar bajo qué aspectos,
ésta, se ocupa del ser humano. Puede ser presentada bajo el encuentro entre grupos humanos
paleolíticos, de relatos de viajeros, y de la extensión imperial del poder.

Sabemos de la historia humana, que mayoritariamente consistía casi siempre de grupos pequeños,
cuyos miembros estaban separados y al mismo tiempo interrelacionados, su vida entera está
marcada por su comunidad.

El estudio de tales pueblos, proporcionan elementos útiles para el conocimiento de la época más
temprana de la historia humana, generalmente suelen estar presentadas equivocadamente, como
por ejemplo demuestra Lévi-Strauss sobre una cuestión particular, de que no existe ningún motivo
para suponer una correlación, entre sencillez tecnológica y capacidad del habla, por ejemplo.

Visto un pueblo antiguo de manera conjunta, hacen suponer que poseían una observación precisa
de la naturaleza, de sus mecanismos sociales, que trae a nuestra reflexión la idea de que eran en
muchos sentidos, más creativos e intelectuales de lo que consideramos hoy sociedades
desarrolladas.

Tales observaciones, se ocupan y consideran también, el encuentro entre uno o varios miembros
del grupo, con miembros de otras comunidades humanas. Estos contactos constituyen en primer
lugar un problema cognitivo, pues cuando los no pertenecientes al grupo propio eran
encontrados, alguna vez, tenían que constatarse si ellos eran reamente humanos. El paso decisivo
sobre esta reflexión consistió en ver a los otros humanos como otros, a pesar de las diferencias a
primera vista y las observadas con atención; siempre se trata de reconocer a los seres
completamente diferentes como iguales.

Exactamente en este lugar, cabe la pregunta antropológica, la pregunta por la igualdad en la


diversidad y la diversidad en la igualdad, es la pregunta por los aspectos singulares y por la
totalidad de los fenómenos humanos afectados por esta relación, que implica tanto la alteridad
experimentada como lo propio que le es familiar. Es una pregunta por condiciones de posibilidad y
limites, por causas y significado de esta alteridad, por sus formas y transformaciones, por su futuro
y su sentido. Finalmente es también una pregunta por la posibilidad de comunicación y criterios de
acción derivados de ella.

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Una forma del contacto cultural, vista en términos cronológicos y de historia civilizatoria, es el
viaje. En todos los tiempos, existieron guerreros, comerciantes, viajeros, mensajeros,
exploradores, que proporcionaban en las regiones que atravesaban toda clase de impresiones
sobre las culturas de las que provenían, por su ropa, su idioma, etcétera. Llamar a estos viajes una
forma de contacto, implica que los viajeros son los medios de contacto entre culturas.

El viaje como forma de encuentro, implica también la posibilidad del acostumbramiento a lo que
resulta primeramente desacostumbrado, y de la aceptación de lo que hasta entonces era
desconocido, incluso puede darse el caso de extrañamiento frente a lo que una vez fue familiar.

Otros contactos se dieron bajo condiciones de expansión en ciertas civilizaciones organizadas de


modo estatal, que persigue intereses territoriales, demográficos, económicos, religiosos y
militares, que lleva a la incorporación más o menos violenta de otros grupos humanos. Los
imperios que se forman de esta manera institucionalizan un contacto cultural asimétrico, el
conquistador, el soldado de las tropas de ocupación, los inspectores y los funcionarios se
convierten en figuras determinantes de esta forma de contacto.

Durante el siglo pasado sucedió por primera vez conocida la expansión por todo el globo
terráqueo, de las sociedades industrializadas europeas.

Con esto se inició una nueva era de contacto cultural, más compleja, que permitio la aparición de
una forma especial de la pregunta antropológica, aunque su categoría central era la de alteridad.

Alteridad: experiencia y categoría.

La pregunta antropológica no existe de modo abstracto, sino que depende de los encuentros entre
culturas. La pregunta también es el intento de explicar el contacto, de volverlo consciente, de
reflexionar sobre él, de resolverlo simbólicamente, empero, no se trata de una reducción hacia el
racionalismo occidental.

La pregunta antropológica tiene su momento decisivo en la categoría alteridad.

Alteridad significa un tipo particular de diferenciación, tiene que ver con la experiencia de lo
extraño, pudiéndose referirse a paisajes y clima, plantas y animales, formas y colores, olores y
sonidos.

Solo la confrontación con los desconocidos otros grupos humanos, proporcionan la experiencia de
lo ajeno, de lo extraño propiamente dicho.

El cazador paleolítico, el viajero medieval y el conquistador, reconocen enseguida al extraño. Esta


experiencia no es posible sin el extrañamiento de la siempre previa patria-matria.

Alteridad no es cualquier clase de lo extraño y ajeno, se dirige hacia aquellos seres vivientes que
nunca son extraños, sino que son tan similares al ser propio que toda diversidad observable puede
ser comparada con lo acostumbrado, y que sin embargo son tan distintos que la comparación se
vuelve un reto.

Alteridad, pues, capta el fenómeno de lo humano de un modo especial, es la categoría central de


una pregunta antropológica especifica.

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Algunas de sus características son que el otro, debe ser considerado como miembro de una
sociedad, portador de una cultura, heredero de una tradición, representante de una colectividad,
un nudo de una estructura comunicativa, iniciado en un universo simbólico, introducido a una
forma de vida, como resultado, y creador participe de un proceso histórico especifico, único e
irrepetible.

Divisar a otro, extraño, implica la visión en conjunto de la otra cultura, y a cada elemento
particular contemplado dentro de una totalidad, no separado del mundo restante, al contrario,
divisar a otro ser, implica remitirse siempre a la pertenencia grupal propia.

Así, para el observador, el contacto cultural puede convertirse en un lugar de ampliación y


profundización del conocimiento de sí mismo y su patria-matria.

Lo que tienen en común observadores y observados, el grupo propio y el extranjero, se encuentra


en las culturas mismas y su interjuego. De ahí que en vez de hablar de bi polaridad, propio y ajeno,
sea más conveniente el concepto de una pertenencia dinámico dialéctica que remite al conjunto
de los fenómenos socioculturales, el cual comprende ambas culturas.

A pesar de que hablar de los unos y los otros, puede inducir a un modo estático de ver las cosas, la
categoría de alteridad, introduce por principio, el proceso real de la historia humana. Pues el
observador, por ejemplo, al pasar un tiempo en sociedades extranjeras, a su regreso a su patria-
matria, ésta, ha cambiado.

La relación entre conquistadores y pueblos dominados se transforma, por ejemplo, en procesos de


aculturación e innovación, así como de resistencia.

La alteridad es imposible sin etnocentrismo, posibilita el contacto cultural, la pregunta


antropológica.

Entre el grupo propio y el extranjero existe una relación semejante entre lo conocido y lo
desconocido en el acto cognitivo, donde lo último es accesible casi siempre a partir de lo primero,
además el contacto puede reforzar y menguar el etnocentrismo.

Finalmente cabe recordar, que la categoría alteridad, en los contactos culturales nunca se da en el
espacio vacío, no se puede aislar de la dinámica, la historia universal de los pueblos que se
comprenden. Además, los contactos culturales, parecen haber sido casi siempre producto
colateral de otros procesos, como por ejemplo cruzadas o comercio, o búsqueda de materias
primas, entre muchas otras causas.

Fin.

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