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Colegio Los Andes

GUÍA 3 – 2024
PAES LENGUAJE

Instrucciones:
Lea atentamente el siguiente texto. Escriba una o dos palabras claves al lado de cada párrafo y conteste las
preguntas.
Tiempo MÁXIMO para la tarea: 8 minutos. No olvide cronometrar su trabajo pues este es un ejercicio de
concentración y velocidad lectora.

ISAPRES: NI SALVATAJE NI PERDONAZO


POR JAVIERA BELLOLIO
La crisis que enfrentan las isapres en Chile está en un momento crítico. Recientemente, el Gobierno
presentó un proyecto de “ley corta” en el Congreso cuyo propósito es que las isapres cumplan el fallo de la
Corte Suprema, que mandata a las aseguradoras a aplicar la nueva tabla de factores a todos los afiliados y
restituir los cobros en exceso. El monto asciende preliminarmente a US$1.400 millones. La iniciativa del
Ejecutivo y el fallo que la motiva han generado opiniones dispares entre los actores involucrados, desde
críticas al máximo tribunal del país por invadir un terreno propio de los poderes colegisladores (Congreso y
Ejecutivo), hasta que es una forma de compensar a los afiliados. Esta disputa demuestra la complejidad de
este debate, cuya resolución en uno u otro sentido afectará a millones de chilenos.
Por de pronto, no deja de ser llamativo que el gobierno haya esperado hasta el último minuto para
presentar su propuesta para hacer cumplir el fallo (el plazo original otorgado por la Corte Suprema vencía el
30 de mayo). Esto revela la falta de unidad y de una estrategia consensuada, que evidencian una vez más la
pugna entre las tan comentadas dos almas del oficialismo. Por un lado, están aquellos que ven esta coyuntura
como una oportunidad para terminar con las isapres y cumplir así con una de sus promesas de campaña. Por
otro lado, se encuentran aquellos que reconocen las consecuencias negativas que puede provocar una
insolvencia del modelo de aseguramiento privado en el sistema de salud en su conjunto. Estos actores buscan
una solución que permita la viabilidad de las isapres y establecer un cumplimiento gradual del fallo.
Ahora bien, el polo más radical del oficialismo y el propio presidente Boric niegan que el objetivo
subyacente al proyecto de ley corta sea una quiebra generalizada de las isapres, argumentando que solo se
trata de cumplir una sentencia de la Corte Suprema. Pero desde el máximo tribunal su vocera, Ángela
Vivanco, ha señalado que la falta de evidencia de mayores avances por parte del gobierno en esta tarea
justifica la ampliación de un nuevo plazo de seis meses. Y añade que los fallos se dictan con el propósito de
ser cumplidos. Como reza el dicho futbolístico, todos quieren tirar la pelota al córner, sin enfrentar el
problema de fondo. En este contexto, será el Congreso quien deberá resolver el entuerto.
Como era de esperar, la Asociación de isapres ha sido la más crítica con respecto a la iniciativa del
Ejecutivo. En un comunicado calificó la propuesta como un “engaño” que conduce a un monopolio estatal y
perjudica el acceso a la salud de todos los chilenos. Su presidente, Gonzalo Simon, ha sido enfático en señalar
que, si sale este proyecto, “en septiembre está cerrado el sistema de isapres”. Diversos especialistas y
exministros de salud han reaccionado en la misma línea, considerando que la ley corta, tal y como se ha
presentado, podría marcar el fin de estas instituciones. Otra de las preocupaciones es el impacto que puede
producir la migración masiva de personas del sector privado al público, dado que Fonasa ya se encuentra
sobrepasado por una alta demanda de consultas y cirugías pendientes. Los mayores perjudicados serán los
mismos usuarios.
Pero se nos olvida otro actor fundamental en la ecuación: ¿Qué piensa la ciudadanía de todo esto? ¿Qué
sistema de salud es mejor para Chile? ¿Deberían mantenerse las isapres? En caso de que se eliminen las
isapres, ¿Fonasa está preparado para absorber los tres millones de beneficiarios que migrarían desde el
sistema privado? Estas preguntas formaron parte de la Encuesta Panel Ciudadano realizada recientemente
por la Universidad del Desarrollo. El sondeo revela que el 55% prefiere que el modelo siga siendo mixto
(público y privado). Dos de cada tres personas creen que las isapres deben mantenerse, aunque con una
mayor fiscalización. A su vez, el 53% de los encuestados considera que Fonasa no podría absorber a los casi
tres millones de afiliados que actualmente se atienden en el sector privado. Lo que refleja esta encuesta es
que una cosa es que las isapres estén mal evaluadas, pero otra cosa distinta es terminar con ellas y con la
libertad de elegir.
En conclusión, estamos frente a un conflicto que se encuentra lejos de resolverse por las múltiples
variables y actores que están en juego. El hecho de que el proyecto de ley corta reconozca que la caída del
sistema de isapres afecta al sistema sanitario en su conjunto, descarta el argumento según el cual dar
viabilidad financiera a las isapres es entregar un “salvataje al sistema privado”. Nadie discute que no hayan
tenido su cuota de responsabilidad en esta crisis (es cosa de recordar sus planes incomparables, la letra chica
y las cartas de adecuación entre otros), lo que desembocó en la judicialización del sistema. Las aseguradoras
privadas afirman no estar pidiendo un “perdonazo”, sino la necesaria certeza respecto a las reglas del juego.
En este escenario, sería conveniente separar el proyecto para abordar el cumplimiento del fallo de la Corte
Suprema, de aquel que debe resolver los temas estructurales del sistema de salud, cuya discusión se ha
postergado por una década. Combinar esfuerzos públicos y privados no solo es posible, sino que puede ser
virtuoso (es cosa de recordar la pandemia). Ojalá el Congreso que hoy tiene la pelota en sus manos no lo
olvide.

1. ¿Qué ordena el fallo de la Corte Suprema? Marque TODAS las alternativas verdaderas:
a) Eliminar las isapres.
b) Perdonar la deuda de las isapres.
c) Cerrar las isapres antes de septiembre.
d) A las isapres aplicar la nueva tabla de factores a todos los afiliados.
e) A las isapres devolver a los asegurados el dinero cobrado en exceso.
f) Un perdonazo a las aseguradoras privadas

2. ¿Quién presentó proyecto de “ley corta” para asegurar cumplimiento de un fallo judicial?
a) el Congreso
b) las isapres
c) el Gobierno
d) la Universidad del Desarrollo
e) la Corte Suprema.

3. Señale cuál o cuáles de las siguientes relaciones es/son INCORRECTA/S


a) Ángela Vivanco Vocera de la Corte Suprema
b) Gonzalo Simon Presidente Asociación de isapres
c) Encuesta Panel Ciudadano Universidad del Desarrollo
d) Deuda de isapres a los afiliados 1.400 millones de pesos.
e) 2/3 de los encuestados Prefieren sistema mixto
f) Javiera Bellolio Autora del artículo
Instrucciones:
Lea atentamente el siguiente texto. Escriba una o dos palabras claves al lado de cada párrafo y conteste las
preguntas.
Tiempo MÁXIMO para la tarea: 8 minutos. No olvide cronometrar su trabajo pues este es un ejercicio de
concentración y velocidad lectora.

A 200 años de la batalla de Maipú: ¿Por qué no se conmemora como otros hechos históricos?
Historiadores entregaron sus argumentos sobre el poco protagonismo que tiene el 5 de abril de 1818 ante el
18 de septiembre de 1810, fecha en que se constituyó la Primera Junta Nacional de Gobierno.
El 5 de abril de 1818 no es una fecha indiferente para la historia de Chile. Ese día, hace 200 años, se
selló lo que algunos historiadores aseguran fue la "consolidación" de la independencia: la batalla de Maipú.
Sin embargo, el histórico abrazo entre Bernardo O'Higgins y el argentino José de San Martín -que inmortalizó
el pintor Pedro Subercaseaux-, símbolo del triunfo del Ejército binacional sobre las tropas de la corona
española, no inspira grandes festejos. Todo el patriotismo se concentra en lo que sucedió el 18 de septiembre
de 1810: La Primera Junta Nacional de Gobierno que inició el proceso emancipador.
"En Santiago, poco antes de la batalla de Maipú, existía un verdadero pánico de que las cosas se
revirtieran (que la corona española volviera al poder), con consecuencias bastante nefastas considerando lo
que había sido el período de lo que se llama la Restauración (Reconquista)", explicó el académico del Instituto
de Historia de la Universidad de Los Andes, Francisco Javier González. En ese sentido, continuó, "estábamos
en un momento muy complejo en el verano de 1818. Por eso que aquella batalla fue tan decisiva. Más allá de
lo militar, fue la consolidación de la independencia. Ahí se selló. Hasta antes de ella, la independencia de Chile
estuvo en riesgo".
Sobre lo anterior, el historiador y profesor de la Universidad de Chile Gabriel Salazar, pone matices. Si
bien reconoce que fue "decisiva y que puso fin a un proceso de liberación de una colonia", aseguró que "lo
realmente importante es lo que vino después". "Nos independizamos de España, pero ¿qué vamos a hacer
con nosotros? Ese es el problema, cómo construimos un país libre (...) De eso no se habla mucho", añadió,
aludiendo a la configuración de la República. Sea más o menos la trascendencia del 5 de abril para las
aspiraciones de una Nación que anhelaba la libertad, lo cierto es que para los académicos la batalla librada en
1818 no cuenta con el reconocimiento que se merece.
¿Por qué no motiva grandes festejos?
El director del departamento de Historia de la Universidad Alberto Hurtado, Pablo Toro, entrega su
hipótesis: "Es la clásica discusión de por qué el 18 de septiembre y no el 5 de abril o el 12 de febrero". Y es
que hasta antes de 1837 (cuando se decretó el "18" como la única gran fiesta nacional por la independencia),
esas tres eran las efemérides del naciente Chile. Pero sobre la base de decretos presidenciales y la conciencia
popular, todo se trasladó a septiembre. "Para nosotros la celebración de la independencia no está relacionada
directamente con una batalla. En un principio lo estuvo, pero después no", señaló González. Así, el académico
sostuvo que "en la conciencia de los chilenos claramente el 18 de septiembre ocupaba un lugar especial. A
veces hay cosas que son de mentalidad".
Toro, por su parte, explicó esta decisión como una suerte de "equilibrio de poder civil y militar.
Entonces, para tratar de poner al poder civil, y básicamente al poder civil de la aristocracia o la oligarquía, por
encima del poder militar, se potenció más el 18 de septiembre que en el fondo era un momento político y no
militar. El 5 de abril que era un momento militar". Además, afirmó que el "18" es una mejor fecha de
celebración también por una cuestión "práctica", que tiene que ver "con el momento del año", el inicio de la
primavera.
Factor O'Higgins y San Martín
Otro factor clave para quitarle protagonismo al 5 de abril, aseveró Toro, fue el factor de O'Higgins y
San Martín. "O sea, en el fondo, si se quería construir un mito republicano, conservador o civil, había que
sacar del escenario o tratar de disminuir la figura de O'Higgins. Él estaba exiliado desde 1822, se había
autoexiliado y no volvió a Chile nunca", expresó. "Haber establecido como fecha oficial el 5 de abril, habría
sido algo así como poner también a San Martín en el centro de la independencia", agregó. Es por esto que el
académico concluyó: "Ante esta situación los grupos conservadores prefirieron darle más relevancia al '18'".
Fuente: Emol.com: http://www.emol.com/noticias/Nacional/2018/04/04/901126

4. Señale cuál o cuáles de las siguientes relaciones es/son INCORRECTA/S


a) Pedro Subercaseaux Pintor argentino
b) Gabriel Salazar Universidad de Chile
c) Pablo Toro Universidad Alberto Hurtado
d) Francisco Javier González Universidad de Los Andes
e) José de San Martín Universidad Católica
f) Abrazo de Maipú Símbolo de triunfo

5. Señale cuál o cuáles de las siguientes relaciones es/son CORRECTA/S


a) 5 de abril de 1818 Batalla de Maipú
b) 18 de febrero de 1837 Se decretó el "18" como la única fiesta nacional por la
independencia
c) 12 de febrero de 1818 Abrazo de Maipú
d) 18 de septiembre de 1810 Primera Junta Nacional de Gobierno
e) 18 de septiembre de 1818 Momento político

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