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ASUNCIÓN VÁZQUEZ MASSOT.

GRADO EN FILOSOFÍA, POLÍTICA Y ECONOMÍA.

FILOSOFÍA MEDIEVAL Y MODERNA.

MARY ASTELL: UNA DE LAS PRINCIPALES PIONERAS EN


FEMINISMO.

Esta foto de Autor desconocido está bajo licencia CC BY-NC-ND

Desde hace muchos años se ha iniciado una lucha por la igualdad de la mujer en
todos los ámbitos: civil, social, laboral y educativo.
Una de las pioneras por conseguir la igualdad de la mujer durante la ilustración fue
Mary Astell, primera feminista inglesa, filósofa adscrita al pensamiento
materialista y empirista.

Astell se sirve del racionalismo para fundamentar su punto de vista teológico,


político y filosófico.

Su obra más representativa es Una proposición formal para las damas (1694), en
la cual Astell defiende la educación femenina a la vez que rechaza el matrimonio.
Astell piensa que la educación hará que las mujeres tengan más autonomía,
independencia y felicidad.

En una proposición describe la fundación de una institución para que las mujeres
estudien, estén en contacto con la naturaleza y se amen entre ellas.

También incita a la homosexualidad, explicando que en la sociedad que se tenía


que crear solo para mujeres estas intimarían con personas afines estableciéndose
así entre ellas un amor platónico.

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Astell muestra en sus escritos preocupación por la desigualdad entre sexos y su
oposición al sometimiento que padecen las mujeres al contraer matrimonio,
comparando este con un contrato en el cual la mujer se somete a la esclavitud de
su esposo hasta su muerte.

En una proposición y en toda su obra literaria realiza una crítica a la sociedad


patriarcal y muestra un elevado interés por la educación femenina.

Al contrario que Locke (filósofo liberal antimonárquico y partidario de la secesión


religiosa) y de otros pensadores de su época, Astell se muestra conservadora
escribiendo un ensayo político a favor de la monarquía, Una indagación sobre las
causas de rebelión y la guerra civil en este reino (1704).

También muestra su oposición a Locke en su ensayo La religión cristiana como la


profesa una hija de la iglesia de Inglaterra (1705).

La obra de Astell es tradicionalista, moderada y sometida a la influencia de la


filosofía cartesiana; para ella la razón está por encima de las concepciones
materialistas de la sociedad inglesa entre finales del s. XVII y principios del s.
XVIII.

En oposición a Locke en su obra Ensayo sobre el entendimiento humano (1690),


se muestra en contra del sensualismo anteponiendo la lógica y racionalidad para
comprender la realidad.

Hobbes, al igual que Locke, rechazan el racionalismo de Descartes y Malebranche,


quienes representan en mayor medida el pensamiento astelliano.

Al mismo tiempo que Astell publica sus ensayos, la prosa y la sátira se alzan en
Europa y surge la novela como forma narrativa de viajes y relatos picarescos.

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Aphra Behn, escritora al igual que Astell en la Ilustración, publica la primera
novela en contra de la esclavitud, Oroonoko (1688).

A pesar de que en la ilustración inglesa hay diversos géneros literarios, el ensayo


destaca ya que sirve para moldear la opinión pública, sobresale como una
herramienta imprescindible para debatir cuestiones políticas, filosóficas, científicas
y religiosas.

Samuel Johnson en sus ensayos trata temas que son comunes a los que describe
Astell (la educación femenina y el matrimonio).

La principal preocupación de Astell es que en Europa las mujeres no reciben


educación y se casan sometiéndose de por vida a la voluntad de su marido.

En su ensayo titulado Una proposición formal para las damas (dedicado a la


princesa Ana Estuardo) intenta convencer a la aristocracia inglesa de la necesidad
de crear una institución femenina para la formación intelectual de las mujeres.

En la ilustración las mujeres con una buena posición económica, es decir, las que
pertenecían a la nobleza, no recibían educación, se decía que la educación era
perjudicial, carente de utilidad. Por consiguiente, se las educaba para que hicieran
las tareas domésticas para que en un futuro sirvieran a sus maridos y a sus hijos.
En cambio, los hombres nobles recibían todos educación.

La vestimenta de la mujer en este periodo histórico es el reflejo de una sociedad


machista: vestidos de cintura para arriba entallados y que cubrían hasta los tobillos
con corsé abajo. Era una vestimenta incómoda y estrafalaria.

Solo las mujeres de clase baja iban a trabajar a las fábricas y lo hacían en pésimas
condiciones: trabajado 12 horas o más al día y con un sueldo bajísimo.

Los peores trabajos eran desempeñados por mujeres y niños, a los hombres se les
reservaba puestos de trabajo en el ámbito político, judicial, literario, económico,
etc.

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La sociedad era eminentemente patriarcal, la familia era gobernada siempre por el
hombre.

Las mujeres de clase obrera, aunque trabajaban, debían entregar el sueldo a su


esposo, careciendo así de independencia económica.

El papel de la mujer en la nobleza se reducía al ámbito privado (se dedicaban a las


tareas del hogar y a la educación de sus hijos), mientras los hombres jugaban un
rol importante en la esfera pública (trabajaban, debatían en salones, etc.)

Las mujeres no tenían derecho a votar ni en Inglaterra ni en Francia. En Francia


Olympe de Gouges, escribe La declaración de los derechos de la mujer y de la
ciudadanía (1791), documento donde reclama para las mujeres los mismos
derechos políticos que los hombres, incluido el voto.

En Inglaterra Mary Wollstonecraft en 1792 escribió Vindicación de los derechos


de la mujer. A pesar de defender en esta obra que las mujeres tienen los mismos
derechos fundamentales que los hombres, no pide el derecho de voto para las
mujeres, cosa que sí hace en el siglo XIX Emmeline Pankhurst, siendo incluso
encarcelada defendiendo dicha causa.

A pesar de que Astell nunca aboga por la igualdad entre sexos, reconociendo la
sumisión de las mujeres a los hombres, basándose en que son más débiles
físicamente; no niega la idea de perfeccionar su alma y entendimiento,
considerando que son tan inteligentes como los varones.

La obra de Astell ha sido ignorada hasta la década de 1980. Una proposición se


puede describir como un discurso proto- feminista.

En comparación con el feminismo contemporáneo, Astell es bastante


conservadora: defiende la independencia intelectual y la felicidad de la mujer, pero
no habla de emancipación política y social. Además, se muestra contraria al
divorcio, considerando como solución a este la decisión negativa de las mujeres a
casarse.

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Una proposición formal para las damas sirve para comprender la evolución de la
mujer en la sociedad en el transcurso de la historia moderna y contemporánea.

Según Johns, (2003:7), podemos considerar una proposición formal como un


ejemplo de la utopía feminista, porque se realzan valores como el amor y la
amistad, la educación y la cooperación entre los miembros pertenecientes a una
misma comunidad.

Astell en una proposición hace referencia en repetidas ocasiones a la devoción y a


las cualidades cristianas para complementar la instrucción formal, cosa por la cual
se deduce que para el retiro de las damas piensa en un monasterio. Estudiosos de la
utopía en el género literario señalan la creación de comunidades cristianas como
base de las sociedades utópicas (una comunidad donde haya armonía, perfección y
todo sea correcto).

La figura de Astell no es reconocida hasta 1916 gracias a Mary Florence Smith,


quien elaboró una tesis doctoral sobre esta.

En EE. UU, se han publicado antologías de literatura inglesa, estudios monográfi-


cos, y numerosos artículos que analizan su obra desde diferentes puntos de vista.

En la última década diferente estudiosos han relacionado los textos de Astell con la
evolución del pensamiento utópico en la Época Moderna.

En España el conocimiento de la obra de Astell es tardío (la primera traducción en


castellano de un fragmento publicado en Orígenes del feminismo: textos ingleses
de los s.XVI-XVIII es en 2008). En este fragmento hay algunas secciones de Una
proposición formal, es recomendable leerlo puesto que la desigualdad entre sexos
es analizada por quince autoras diferentes.

La obra de Astell es un reflejo de sus preocupaciones políticas y religiosas. En sus


textos feministas se describen las costumbres hipócritas e inadecuadas
políticamente de la Inglesa Ilustrada.

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En la mayoría de sus obras predomina un carácter panfletario. El panfleto era
dirigido como la principal forma de comunicación a la aristocracia femenina,
(mujeres educadas e inteligentes que sin embargo no tenían acceso al mundo
económico y científico, el cual era dominado por el sexo opuesto.)

En una proposición se critica como la figura femenina es objeto de


corrupción por intereses androcéntricos, que hacen referencia únicamente a la
belleza física, a la moda, al maquillaje… elementos objeto de disfrute y placer del
varón.
En la sociedad actual, todavía predominan estos intereses antropocéntricos,
muchas mujeres son educadas desde pequeñas para casarse y agradar a los
hombres. Se les
enseña desde su infancia a usar tacones, minifaldas, vestidos escotados, a maqui-
llarse… para así llamar la atención del sexo opuesto.

En España se ha denunciado la sexualización de las niñas en anuncios


publicitarios, en los cuales niñas de 5 o 6 años salen en bikini, maquilladas y
calzando zapatos de tacón alto.

En una proposición se critica como algunas mujeres son superficiales, no


culpándolas a sí mismas, sino atribuyendo esta superficialidad a que son tratadas
como animales carentes de alma, que actúan de un modo impulsivo e irreflexivo.

Hoy en día, todavía la sociedad tiene la visión del sexo femenino como superficial,
que actúa de manera impulsiva dejándose influenciar por el consumismo. Se dice
que las mujeres gastan en ropa y en cosas innecesarias, cosa que es falsa.

Tanto hombres como mujeres pueden ser consumistas y actuar impulsivamente


comprando cosas que no necesitan para vivir. Muchos hombres cambian de coche
o de moto solo para tener el último modelo y presumir ante las mujeres.

La obra de Astell supuso un cambio para las mujeres en todo el mundo. Astell fue
de las primeras feministas que defendió la educación universal de la mujer, que en
su época era inexistente.

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Astell no defendió solo la alfabetización de las mujeres, sino también su
independencia económica y social en un mundo gobernado por hombres.

En una proposición no buscaba una educación igualitaria para hombres y mujeres


(no aspirando a que las mujeres recibiesen una educación científica), sino ofrecer
un lugar de retiro donde el saber ocupase el primer lugar y el libre albedrío y el
placer estuviera presentes.

La propuesta de Astell ofrece un camino diferente al matrimonio, en el cual las


mujeres pudiesen centrarse en sí mismas.

Christine de Pizan fue la primera en iniciar una corriente que dio lugar con el paso
de los años al movimiento feminista. Siendo la primera escritora del sexo
femenino, defendió una educación igualitaria para hombres y mueres.

En la Ilustración mujeres ilustres, como Mary Wollstonecraft y Mary Astell se


suman a la reivindicación inicial de Pizan.

El feminismo, al igual que cualquier movimiento político, necesita líderes, mujeres


que se atrevan a ser las primeras en rebelarse ante las normas impuestas,
asumiendo esas personas tal vez rechazo social o castigos como la cárcel o pena de
muerte.

A lo largo de toda la historia, las mujeres han sido marginadas y silenciadas, Mary
Astell fue una de las protagonistas abriendo el camino así para que futuras
generaciones tuvieran acceso a la cultura y a la libre elección de matrimonio.

Mary Astell afirma que las mujeres no son menos sabias que los hombres por su
naturaleza, sino porque no se les permitía estudiar. Fue la primera mujer en
Inglaterra en pedir la educación para la mujer.

Mary propuso la creación de una universidad dedicada a la futura reina de


Inglaterra. En 1709 fundó una escuela femenina para niñas sin recursos en
Chelsea.

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A pesar del esfuerzo de Mary Astell y numerosas feministas a lo largo de la
historia, las mujeres en todo el mundo sufren desigualdad. Son minusvaloradas en
muchas ocasiones tachándolas de superficiales y de consumistas.

En muchas ocasiones las mujeres toda su vida dependen de un hombre, primero de


su padre y luego cuando se casan de su marido.

En según qué países, las mujeres sufren de violencia machista física. En África, se
practica la mutilación genital femenina. La ablación genital normalmente tiene
consecuencias nefastas para la salud: dolor, problemas urinarios y en los casos más
graves puede ser causante de muerte.

En China entre 1982-2015 se impuso la política del hijo único a causa del aumento
desproporcionado de la población. Muchas mujeres embarazadas, al saber que
esperaban una niña abortaban, puesto que en muchas familias preferían tener un
hijo varón que una hembra.

Así pues, podemos concluir que a pesar del esfuerzo de Mary Astell y muchas
mujeres todavía hoy en día el machismo es una realidad mundial. Por tanto, hay
que seguir luchando para conseguir la igualdad en esta sociedad androcéntrica en
la cual vivimos.

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BIBLIOGRAFÍA.

Bibliografía básica

Astell, M. (2013). Escritos feministas. Madrid: Maia Ediciones.

Bibliografía complementaria

de Miguel, A. (2011). Los feminismos a través de la historia. Recuperado de


https://bit.ly/3DOHFPD

Guerrero, L. (2022). Mary Astell: reformismo femenino y conservadurismo tópico.


Nuevo Itinerario, 18 (2), 1-17. Doi: 10. 30972/nvt.1826004

Zamorano, E. (23 febrero 2020). Mary Astell: La filósofa feminista del siglo XVII
silenciada. El Confidencial. Recuperado de https://www.elconfidencial.com/alma-
corazon-vida/2020-02-23/mary-astell-filosofia-feminista-siglo-xvii-
mujer_2461832.
Zenobia, Briseida. (2020). Sandra Ferrer Valero nos descubre a las verdaderas
“Pioneras del feminismo”. Recuperado de https://www.todoliteratura.es/noticia/
53444/historia/sandra-ferrer-valero-nos-descubre-a-las-verdaderas-pioneras-del-
feminismo. https://www.todoliteratura.es/noticia/53444/historia/sandra-ferrer-
valero-nos-descubre-a-las-verdaderas-pioneras-del-feminismo.html

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