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Teresa Muñoz
La vía no humanista de la modernidad

La polémica que ha entablado recientemente te distinto a lo que había sido más característico
(Oppositions, núm. 12, primavera de 1978) Peter de un cierto sector de la arquitectura americana
Eisenman con Alan Colquhoun -seguramente el contemporánea, e incluso de su propia obra ante-
crítico más representativo de la arquitectura de rior. Este cambio de lenguaje y no la alteración
los años cincuenta-sesenta en Inglaterra- en torno de sus métodos compositivos, según afirma explí-
a la última obra de Michael Graves, y más aún citamente Colquhoun, es lo que habría llevado a
si se tiene en cuenta que tal polémica viene seguida Graves a abandonar la estructura reticular y el
de un escrito del propio Colquhoun * en el que se espacio cartesiano para hacer de la pared el ele-
reivindica para la arquitectura el concepto de fi- mento protagonista de una arquitectura masiva y
gura frente al de forma, parece indicar dónde se espacialmente fragmentada, es decir, le habría lle-
sitúa uno de los principales centros de la discu- vado a la ruptura con la modernidad y al reen-
sión sobre la arquitectura actual, cuando ya no cuentro con los valores de la tradición humanista
sirve únicamente la coartada de estar en contra del del clasicismo.
Movimiento Moderno y, en consecuencia, se busca Ahora bien, sin desdeñar en absoluto la impor-
algo más que ser una arquitectura post. Esto es, tancia de la cuestión, no querríamos entrar aquí
si la arquitectura de hoy ha de tomar partido de- en la discusión sobre cuál es la verdad plástica
finitivamente por una vía humanista, de recupe- de la arquitectura de nuestra época, si la de la
ración de la historia y la tradición, o, por el con- abstracción o la de la figuración, sobre si la ar·
trario, debe presentar unos valores alternativos quitectura debe o no debe representar algo, cuando
a los del clasicismo y la cultura arquitectónica an- tantas disciplinas han admitido ya al menos la
terior. legitimidad de ambos caminos y cuando son los
Para Alan Colquhoun, las obras recientes de Mi- propios edificios los que muestran la dificultad
chael Graves suponen la confirmación de que la de encontrar arquitecturas puramente abstractas
arquitectura de hoy ha aceptado ya plenamente los o puramente figurativas en el momento actual. Por
lenguajes culturales y ha dado entrada a la histo- el contrario, querríamos llamar la atención en
ria de una manera activa y dinámica, tal como este comentario sobre un tema para nosotros fun·
él ha venido proponiendo con insistencia, es decir, damental, que, si bien de manera menos explícita,
ha optado por el único campo posible de actua- subyace en toda la argumentación de Colquhoun
ción para el arquitecto: el trabajo sobre la histo- y la polémica que ha suscitado. Nos referimos,
ria y la transformación de las imágenes arquitec- concretamente, al significado que tiene la reapa·
tónicas. Contra tales argumentos de Alan Col- rición en los últimos proyectos de Graves de la
quhoun, Peter Eisenman arremete violentamente, frontalidad como un rasgo formal dominante
no sólo haciendo valer el silencio de la abstrac- incidentalmente, a la dimensión de
ción frente a la literalidad de la imagen y tachan-
do de regresivas las producciones del último Gra-
ves, sino incluso afirmando la continuidad de la * Los artículos a que hacemos referencia son concre·
posición defendida por él con la arquitectura ob- tamente: From Bricolage to Myth or How to Put
jetual y autorreferente del Movimiento Moderno. Humpty - Dumpty Together Again, de Alan Colquhoun;
Tanto Colquhoun como Eisenman coinciden en The Graves of Modernism, de Peter Eisenman, y este
señalar, desde puntos de vista y con juicios de último, Form and Figure, también de Alan Colquhoun.
valor claramente opuestos, que es la inclusión de El primero de ellos fue escrito originalmente para la
ir;nágenes culturales -procedentes del manierismo monografía de Michael Graves, publicada recientemente
por Academy Editions de Londres, aunque aparece en
italiano, el clasicismo romántico, etc.- así coíno Oppositions en una versión revisada por el propio
la vuelta a una arquitectura figurativa y ornamen- Con respecto al artículo de Eisenman, tal vez
tal lo que, al eliminar de raíz las formas más uti- la pena llamar la atención el equívoco que maneja en
lizadas por la modernidad, hace de la última ar- Centraal Beheer en Apeldoorn (Holanda), el título (la palabra grave significa literalmente tumba)
quitectura de Michael Graves algo cualitativamen- H erman H ertzberger. Planta y vista desde el exterior. que define bastante claramente sus intenciones.

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Plocek House, Princeton New Jersey, Michael Graves. Axonometría y estudio de la fachada.

que presenta invarüi.blemente la pared frontal de de los más importantes fuera, tal como señala Col- la frontalización sin renunciar a la descomposi-
sus edificios. quhoun en el edificio de Hertzberger, su incapa- ción volumétrica y sin recurrir a un tratamiento
Comencemos señalando que Alan Colquhoun no cidad para resolver adecuadamente el problema de la fachada como composición plana sin espesor
sólo ha encontrado siempre dificultades para con- del acceso y para admitir la frontalidad como base -a lo que él mismo denomina en el caso de Ven-
cretar los términos de un supuesto compromiso de la creación de espacios urbanos que, en defini- turi totally vestigial and rhetorical thin plane-
entre el enfoque científico y el tratamiento icónico tiva, era su objetivo primordial. Por que lo qHe que haría en exceso simplista la relación entre tal
de la arquitectura, entre la necesidad de utilizar sucede en la arquitectura de los años cincuenta. fachada y el espacio interior. Sin embargo, un
formas culturalmente cargadas de significación y sesenta es que, si bien su compromiso social pa- examen más atento de las obras de Michael Gra-
d~ producir soluciones arquitectónicas para las recería abogar por la eliminación de un rasgo ves, y en particular de cómo aparecen en ellas la
cuales no existen precedentes en las tradiciones tan funcionalmente determinante y tan formal- frontalidad y la profundidad del muro de fachada,
heredadas (Tipología y método de diseño publica- mente destacado como es la frontalidad, su traba- nos revela lo imposible de la continuidad y la alian-
do en el volumen Arquitectura moderna y cambio jo preferente sobre edificios institucionales y la za que trata de establecer Alan Colquhoun entre
histórico, Barcelona, 1978). Tales dificultades se necesidad de buscar una expresión, aunque fuera la arquitectura inglesa y la arquitectura ameri-
hacen aún más patentes cuando Colquhoun abor- impersonal, hace que tal ausencia de frontaliza- cana.
da el problema que tal vez ha obsesionado más ción sea vista por sus propios representantes como (Ya hemos señalado en otra ocasión cómo la ar-
a la arquitectura de los años cincuenta-sesenta: el algo que incide negativamente en la resolución quitectura de los años cincuenta-sesenta ha sido
de las relaciones entre interior y exterior del edi- final de sus objetivos arquitectónicos. pródiga en esta búsqueda de alianzas con objeto
ficio y, más concretamente, el problema de la en- A la vista de esto, no es extraño que Alan Col- de suplir así su falta de identidad formal. Este
trada. Las propias palabras de Colquhoun referi- quhoun se haya sentido atraído por obras como es el caso de los intentos de Peter Smithson en
das al Centraal Beheer de Herman Hertzberger la Crooks House o la Plocek House de Michael relación con la arquitectura californiana de Char-
son una clara evidencia del hechot que señalamos: Graves, además de por su empleo de imágenes les Eames y también el de Colin St. J ohn Wilson
«Si el logro fundamental de este edificio es que culturales y metáforas históricas, por su condi- en relación, sucesivamente, con la de Duiker, Aalto,
"'p·one en práctica a gran escala un cierto principio ción de organismos arquitectónicos que parecen Kahn y Scharoun. Tales arquitecturas, avaladas
de espacio públicamente compartido ... no parece resolver con éxito el problema importantísimo de ya por el reconocimiento profesional y en cierto
haberse considerado el problema del acceso al edi- modo marginales a la ortodoxia moderna, han sido
ficio ni la relación de éste con su entorno. La su- para los arquitectos de los años cincuenta-sesenta
!'!l'perficie frenéticamente articulada que se retran- mucho más que sus propias obras construidas, la
quea para formar una pirámide tuneada niega la encarnación de unos objetivos que ellos raramente
posibilidad de entrada - y hace imposible toda consiguieron llevar a la construcción.)
frontalización o creación de espacios urbanos» Tal como se ha entendido habitualmente, la en-
~(Centraal Beheer publicado por primera vez en trada frontal a un edificio significa la presenta-
Architecture Plus, septiembre-octubre 1974, y reco- ción de éste de un modo directo, incluso solemne,
gido en el volumen Arquitectura moderna y cam- y en su forma total; ésta es la razón de que la
bio histórico, op. cit.). frontalidad haya sido particularmente valorada
Ciertamente, las nuevas tipologías propuestas como marco de cualquier ritual y no lo haya sido
por los arquitectos de los años cincuenta-sesenta tanto en aquellos edificios en que se pretendía una
planteaban serios problemas derivados de su uti- intervención más libre del usuario. Sin embargo,
~t~zación de la escala del superbloque, la descom- en la reciente arquitectura americana -y esto se
posición volumétrica modular o tentacular en sus aplica particularmente a las últimas obras de Mi-
edificios y una cierta impersonalidad en el lengua- Crooks House, Fort Wayne, Indiana, chael Graves- la frontalidad es mucho más sor-
je arquitectónico entre los cuales seguramente uno Michael Graves. Maqueta. prendente, incluso provocadora, que lo era en la

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Dibujos preliminares de Michael Graves para una casa en Aspen Colorado, reproducidos por Peter Eisenman en su artículo «The Graves of Modernism».

arquitectura histórica: en primer lugar, porque real, en que cada elemento que se incluye -ar- Peter Eisenman se refiere a lo que él interpreta
aparece allí donde no cabría esperar ningún tipo quitrabes, columnas, frontones, etc.- aporta su como una deserción de su antiguo compañero de
dP solemnidad -casi siempre en la arquitectura propia espacialidad, y hasta su textura, reunién- la vía de la auténtica modernidad.
doméstica o en elementos de pequeña escala- dose en una nueva composición que no es plana Porque frente a aquella arquitectura que pre- ·
y, en segundo lugar, porque es utiliza~ por el ar- sino dotada de espesor. Y si bien es cierto que tende acoger todas las obras construidas bajo uná
quitecto como una especie de licencia que le per- Graves parece liberarse en sus fachadas de las única familia de formas, de dirigirse a un solo
mite traer a la superficie del edificio, de una mane- convenciones anteriores, y singularmente de las hombre con necesidades y deseos que son siempre
ra directa, cualquier forma o transformación de de la perspectiva, lo hace precisamente utilizán- los mismos, los edificios de Michael Graves se
formas existentes. En este sentido, podría verse dolas, sirviéndose de· ellas para su propósito de presentan siempre como algo singular, hasta atí-
un cierto paralelismo entre la diferenciación entre lograr una mayor amplitud formal y una nueva di- pico, que en ningún caso invita a la generalización
front y back en las viviendas aisladas americanas, mensión espacial de su arquitectura. y en el que el arquitecto nunca trata de eliminar
introducida con todo su valor de manifiesto por En consecuencia, si en la polémica Colquhoun- el papel que en la definición de la forma puedan
el propio Venturi, y la invariable posición frontal Eisenman, la reaparición de la frontalidad y la pa- jugar las circunstancias concretas o incluso el gus-
de los objetos fotografiados por Diane Arbus (Su- red profunda en las obras de Michael Graves es to personal. Y si, tal como señala Eisenman, el
san Sontag, On Photography, New York, 1978) en interpretada bajo la óptica de una definitiva rup- rechazo de la figuración y el empleo de imágenes
cuanto revela un deseo de presentar lo más direc- tura con la modernidad y un reencuentro con la autorreferenciales es uno de los caminos posibles
tamente posible, casi sin intervenir, determinadas tradición humanista, hemos de señalar que tales para establecer un distanciamiento entre el ob-
formas a un hombre claramente diferenciado y rasgos tienen aquí poco que ver con los presu- jeto arquitectónico y el hombre, no es menos
distante de la obra que contempla. puestos de la composición clásica o con los proble- to que tal distanciamiento puede lograrsé ta1nb 1er11i
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En consecuencia, la insistencia de Graves en mas éticos planteados en los años cincuenta-sesen- a través de otros mecanismos que, como
temas tan característicos como el de la chimenea ta, y mucho menos aún con una posible confluen- con la frontalización en el caso de las obras
o la puerta puede ser vista, más que como prueba cia de ambos caminos. Porque en la arquitectura Michael Graves, permiten a su vez al arquitecto
de su permeabilidad a las influencias del clasi- de Graves ni la frontalidad está para presentar una mayor apertura de su universo formal.
cismo humanista -aun cuando tales influencias una única visión del edificio, ni la profundidad En este sentido, no cabe interpretar el aparente
puedan existir- como un medio para llevar a para responder a problemas funcionales, o incluso giro de Michael Graves como un abandono de la 1

cabo una apertura formal de su arquitectura y, expresivos, sino que ambas son en sí mismas y modernidad y un compromiso humanista -¿cómo
al mismo tiempo, mantener una reclusión y una tendentes a acentuar el carácter objetual del edi- podría admitir el propio Alan Colquhoun tal muT
distancia entre el objeto arquitectónico y el hom- ficio. Esta frontalidad, nunca demasiado dominan- tación cuando, como él mismo afirma, no hay másI:
bre que organizaciones como las del Centraal te, y esta profundidad, nunca demasiado real, ha- que un cambio en el repertorio de formas y no! :
Beheer han tratado cÍe eliminar a toda costa, in- cen que los edificios de Michael Graves se presen- de los métodos compositivos, es decir, de las trans-~:
cluso a mayor escala y mayor grado de comple- ten como desde una posición de privilegio, distan- formaciones a que tales formas se ven sometidas i
jidad. Por otra parte, y esto sí que puede conside- te e incluso agresiva, que hace difícil sentirlos en cada nueva obra?- sino como una matización,¡
rarse como distintivo de las obras de Graves, la como fruto de los valores propios del humanismo. sin duda importante, de su trayectoria profesional:
profundidad que aparece en los muros de fachada Resulta, por tanto, tan imposible la pretensión de dentro de lo que es una arquitectura antihurr
no lo hace sometiéndose a las leyes de la perspec- Alan Colquhoun de alinear en un único frente a nista y profundamente objetual.
tiva o sirviendo a unas necesidades de espacio in- Graves y la arquitectura de los años cincuenta-
terior, sino que crea un espacio propio, que no es sesenta como innecesaria la virulencia con que María Teresa

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