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Luis XVI de Francia

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Luis XVI de Francia (en francés: Louis XVI; Versalles, 23 de agosto de 1754-París, 21 de enero
de 1793) fue rey de Francia y de Navarra4 ​ entre 1774 y 1791, copríncipe de Andorra entre 1774 y Luis XVI de Francia
1793, y rey de los franceses3 ​ entre 1791 y 1792.2 ​ Fue el último monarca antes de la caída de la
monarquía por la Revolución Francesa, así como el último que ejerció sus poderes de monarca Rey de Francia y de Navarra
absoluto. Rey de los franceses

Luis XVI se convirtió en delfín de Francia tras la muerte de su padre y presunto heredero, Luis de
Francia. Tras la muerte de su abuelo el rey Luis XV, el 10 de mayo de 1774, heredó el cargo de rey
de Francia y de Navarra que mantendría hasta 1791, cuando asumió el título de rey de los franceses.

Los primeros años de su reinado estuvieron marcados por los intentos de reformar la
administración francesa de acuerdo con las ideas de la Ilustración. Dichos intentos incluyeron
aumentar la tolerancia hacia los no católicos y la abolición de la pena de muerte para los
desertores.6 ​La nobleza francesa reaccionó a las reformas propuestas con hostilidad y se opuso con
éxito a su implementación. Luis implementó la desregulación del mercado de granos, defendida
por su ministro de economía, el liberal Turgot, pero esto acabó en un aumento en los precios del
pan. Los períodos de malas cosechas condujeron a la escasez de alimentos que, durante una
cosecha particularmente mala en 1775, llevó a las masas a rebelarse. Desde 1776, Luis XVI apoyó
activamente a los colonos norteamericanos, que buscaban su independencia de Gran Bretaña, lo
cual se concretó en el Tratado de París de 1783. La consiguiente crisis financiera y de la deuda
contribuyó a la impopularidad del Antiguo Régimen. Esto condujo a la convocatoria de los Estados
Generales de 1789. El descontento entre los miembros de las clases media y baja de Francia dio
como resultado una fuerte oposición a la aristocracia francesa y a la monarquía absoluta, de la que
Luis y su esposa, la reina María Antonieta, eran vistos como representantes. El aumento de las
tensiones y la violencia estuvieron marcadas por eventos como la toma de la Bastilla, durante el Retrato de Luis XVI por Callet, Museo del Prado.
cual los disturbios en París obligaron a Luis a reconocer definitivamente la autoridad legislativa de
la Asamblea Nacional.

La indecisión y el conservadurismo de Luis llevaron a algunos elementos del pueblo de Francia a


Rey de los franceses3 ​
verlo como un símbolo de la tiranía percibida del Antiguo Régimen, y su popularidad se deterioró
progresivamente. Su fallida huida a Varennes en junio de 1791, cuatro meses antes de que se 3 de septiembre de 17911 ​-21 de septiembre de
declarara la monarquía constitucional, parecía justificar los rumores de que el rey vinculaba sus 17922 ​
esperanzas de salvación política a las perspectivas de una intervención extranjera. La credibilidad (1 año y 18 días)
del rey se vio profundamente minada, y la abolición de la monarquía y el establecimiento de una Predecesor Él mismo
república se convirtieron en una posibilidad cada vez mayor. El crecimiento del anticlericalismo (como Rey de Francia y de Navarra)
entre los revolucionarios resultó en la abolición del dîme (impuesto territorial religioso) y en varias
políticas gubernamentales destinadas a la descristianización de Francia. Sucesor Convención Nacional
(Primera República Francesa)
En un ambiente de caos nacional provocado por la guerra civil e internacional, Luis XVI fue
arrestado y depuesto durante la jornada del 10 de agosto de 1792. Un mes después, la monarquía
fue abolida y se proclamó la Primera República francesa el 21 de septiembre de 1792. El depuesto
monarca fue desacralizado con el nombre de ciudadano Luis Capeto, en referencia a su ancestro Rey de Francia y de Navarra4 ​
Hugo Capeto. Luis fue juzgado por la Convención Nacional (autoinstituida como tribunal para la 10 de mayo de 1774-3 de septiembre de 1791
ocasión), declarado culpable de alta traición y ejecutado en la guillotina el 21 de enero de 1793. Luis (17 años y 116 días)
XVI fue el único rey de Francia en ser ejecutado, y su muerte puso fin a más de mil años de
Predecesor Luis XV
monarquía francesa continua. Sus dos hijos murieron en la infancia, antes de la Restauración
borbónica; su única hija en llegar a la edad adulta, María Teresa, fue entregada a los austriacos a Sucesor Él mismo
cambio de prisioneros de guerra franceses, y finalmente murió sin descendencia en 1851. (como Rey de los Franceses)
Luis XVII ("titular")

Biografía Otros títulos [mostrar]


Información personal
Nombre Luis Augusto de Francia (en
Infancia y juventud
completo francés: Louis Auguste de
Nacido como Luis Augusto de Francia (Louis Auguste de France), duque de Berry, fue el cuarto France)
hijo del delfín Luis Fernando y María Josefa de Sajonia. La segunda esposa del delfín era hija de Tratamiento Su Majestad Cristianísima
Federico Augusto III, rey de Polonia. En el momento de su nacimiento, su padre y su hermano Luis Otros títulos Duque de Berry (1754-1774)
José Javier (nacido en 1751 y fallecido en 1761) le precedían en la línea de sucesión, por lo que Delfín de Francia (1765-1774)
nunca se creyó que llegara al trono. Sus otros hermanos fueron María Teresa (1746-1748), hija del Rey titular de Francia y de
primer matrimonio de su padre con María Teresa de España y fallecida a los dos años de edad; Navarra (1789-1793)
María Ceferina (1750-1755), fallecida a los cinco años; Javier María (1753-1754), fallecido al año de
Coronación 11 de junio de 1775, Reims
edad; Luis Estanislao (1755-1824), conocido como conde de Provenza (durante la Revolución se
exilió y tras la caída de Napoleón subió al trono como Luis XVIII, iniciando así la Restauración); Nacimiento 23 de agosto de 1754
Carlos Felipe (1757-1836), conocido como conde de Artois (subió al trono como Carlos X, Palacio de Versalles, Francia
sucediendo a su hermano Luis XVIII); Clotilde (1759-1802), reina consorte de Cerdeña; e Isabel Fallecimiento 21 de enero de 1793 (38 años)
(1764-1794), conocida como Madame Isabel. Plaza de la Revolución, París,
Francia
Luis fue confiado a Marie Louise, condesa de Marsan y princesa de Rohan, quien lo apartó de la
corte y se lo llevó al palacio de Bellevue, colmándolo de cuidados y, probablemente, salvándole la Sepultura Tras su muerte es enterrado en
el cementerio de la Magdalena
vida.7 ​A los seis años debió ser separado de su nodriza y traído junto a los hombres, lo que le causó
una gran tristeza que intentaron aliviarle con juguetes y otras distracciones, como fuegos de París. En 1815 es trasladado
a la basílica de Saint-Denis
artificiales, que no surtieron efecto.8 ​ Su padre eligió personalmente a los hombres encargados de
educarlo: el duque de La Vauguyon fue escogido como gobernador; Jean-Gilles du Coëtlosquet, (Saint-Denis, Francia)
obispo de Limoges como preceptor; el marqués de Sinety como vicegobernador y el abad de Himno real Vive Henri IV (de facto)
Radonvillers para realizar las tareas esenciales del vicepreceptor. Su padre desechó el método Religión Católico
educativo mayoritario en la época, que reducía a entretenimiento y diversión la instrucción, y Residencia Palacio de Versalles (1774-1789)
abogó por el trabajo y el esfuerzo, lo que no combatió su predisposición a una extrema timidez y a Palacio de las Tullerías (1789-
un carácter reservado, que se convirtieron en un defecto.9 ​ 1792)

Detestando los falsos cumplidos, no correspondía a los Familia


que se los dedicaban, y éstos lo aislaban, lo que le produjo Casa real Borbón
una fuerte inseguridad en sí mismo y una exagerada Padre Luis Fernando de Francia
modestia,9 ​ hasta el punto de que, en una ocasión, al Madre María Josefa de Sajonia
elogiarle un arengador de provincias por sus cualidades
precoces, respondió: «Os equivocáis, señor, yo no soy el Consorte María Antonieta de Austria
que posee [el] espíritu, es mi hermano [el conde] de Hijos Véase descendencia
Provenza».10 ​ Información profesional
Conflictos Guerra de Independencia de los
Su tía y madrina, la princesa María Adelaida, desarrolló
Estados Unidos (1775-1783)
un gran afecto por él, y se gustaba de llevarlo a su casa,
Luis (a la derecha) y su hermano, el conde Campaña de la India
donde más de una vez le dijo: «Vamos, mi pobre [duque
de Provenza (a la izquierda) en su Campaña de apoyo de Gia Long
de] Berry, estáte a tu gusto, tienes los codos libres: habla,
infancia, pintados por François Hubert en Vietnam
grita, haz ruido, te doy carta blanca».10 ​
Drouais.
El ya delfín (tras la muerte de su padre en 1765) recibió Firma
una exquisita enseñanza, por parte del jesuita Berthier11 ​
y, por supuesto, del duque de La Vauguyon, la cual dio unos espléndidos resultados: el delfín Luis
Augusto conocía el latín, el italiano le era tan familiar como su lengua materna, hablaba el alemán
pasablemente y dominaba el inglés, traduciendo de este último L'histoire de Charles Ier (La
historia de Carlos I), de David Hume; Doutes historiques sur les crimes imputés à Richard III
(Dudas históricas sobre los crímenes imputados a Ricardo III), de Horace Walpole y los cinco primeros volúmenes de Décadence de l'Empire
romain (Decadencia del Imperio romano), de Gibbon, los cuales fueron impresos y editados.12 ​ El duque de La Vauguyon era consciente de que
debía prepararle para insuflarle fuerzas a la monarquía, que se encontraba muy debilitada y para «curar todas las "heridas" de Francia con rapidez y
precisión», no solo educándolo con los conocimientos elementales, sino «enseñándole a conocer a los hombres».13 ​

Recibió una educación propia de un «príncipe de las Luces», y se le consideraba «un monarca iluminado».14 ​ Practicaba la lógica, la gramática, la
retórica, la geometría y la astronomía.15 ​ Tenía unos conocimientos históricos y geográficos incontestables (diseñó él mismo un atlas de rigurosa
precisión)16 ​ y competencias económicas.15 ​ Estuvo muy influenciado por Montesquieu, quien le inspiró una concepción moderna de la monarquía,
libre del derecho divino.15 ​

Matrimonio

El duque de Choiseul decide aliarse con Austria con el propósito de poner fin a la prosperidad de Gran Bretaña y
Rusia, por lo que pide la mano de María Antonieta de Austria, archiduquesa de Austria e hija de Francisco de
Lorena y la emperatriz María Teresa, para desposarla con el delfín.17 ​

Para el cruce de la frontera por María Antonieta se construyeron dos pabellones, simbolizando a las dos
potencias aliadas. En el pabellón de Francia se encontraban la condesa de Noialles, dama de honor; la duquesa
de Cossé, dama de vestuario; cuatro damas de palacio; el conde de Saulx-Tavannes, caballero de honor; el conde
de Tessé, primer escudero, y el obispo de Chartres, primer capellán.18 ​En el otro pabellón se hallaban las damas
austríacas que habían acompañado a la archiduquesa y la habían vestido con prendas francesas enviadas desde
París.18 ​

María Antonieta entró en Estrasburgo e hizo un alto en Compiègne, a donde


llegó el 15 de mayo de 1770. Allí conoció al rey, a su futuro marido y a las
Mesdames de Francia (las hijas de Luis XV).19 ​ Después, el séquito se dirigió a
Saint-Denis, donde la monja carmelita Luisa de Francia (hija de Luis XV)
Luis XVI como delfín de Francia.
conoció a la futura delfina.20 ​ En Saint-Denis, la archiduquesa y su séquito se
alojaron en el palacio de la Muette y el rey y el delfín volvieron a Versalles. A la
mañana siguiente (16 de mayo), la delfina llegó a Versalles y los jóvenes novios fueron conducidos a la capilla de
palacio, donde el gran capellán, el cardenal de la Roche, les dio la bendición nupcial.21 ​

Las celebraciones de la corte fueron brillantes, pero las de París las superaron, y tanto en la capital como en
Versalles hubo una gran afluencia de público.22 ​ Sin embargo, estas celebraciones derivarían en catástrofe: en una
de las celebraciones en París, en la plaza de Luis XV, en la cual se hallaba una gran masa de público, se lanzaron
fuegos artificiales, los cuales causaron un gran temor en la muchedumbre, que huyó en dirección a otra calle. Las
imperfecciones del terreno provocaron la caída de algunas personas, lo que llevó a que otras muchas más cayeran,
siendo aplastadas por el paso de los carruajes e incluso cayendo al cauce del río Sena.23 ​
María Antonieta como delfina de
El matrimonio no fue consumado hasta siete años después de la boda, cuando la pareja ya había ascendido al trono. Francia, retratada por Joseph
Esto se achaca a una fimosis de Luis XVI, que le impedía tener relaciones sexuales, aunque también debido a que el Ducreux (1769).
joven, por su timidez, al principio evitaba a su esposa. Superados al fin tales escollos y él más confiado, iniciaron
relaciones conyugales de las que nacieron cuatro hijos:

María Teresa, Madame Royale (19 de diciembre de 1778-19 de octubre de 1851), duquesa de Angulema con Luis Antonio de Francia, y para
los monárquicos Reina consorte de Francia y de Navarra (1830) por su matrimonio con este mismo.
Luis José (22 de octubre de 1781-4 de junio de 1789), delfín de Francia y duque de Bretaña. Muerto en la infancia.
Luis Carlos (27 de marzo de 1785-8 de junio de 1795), duque de Normandía. Considerado rey por los enemigos del régimen republicano y por
varios Estados europeos tras la muerte de su padre, aunque en realidad nunca llegó a gobernar.
Sofía (9 de julio de 1786-19 de junio de 1787), muerta a la edad de once meses.
En 1778 Luis XVI tuvo una hija ilegítima la cual luego fue adoptada también por la reina María Antonieta llamada Ernestine Lambriquet la cual fue
hija de un doncella de Versalles llamada Marie-Philippine Noiret.

Ascenso al trono y reinado

Tras enfermar de viruela negra y sufrir una lenta agonía, Luis XV murió el 10 de mayo de 1774. Al saberse de
la muerte del rey, una gran multitud acudió a los aposentos de los hasta entonces delfines de Francia y,
entrando en los mismos, se dirigieron a la pareja como Sus Majestades. Tanto Luis XVI como María
Antonieta quedaron impactados y, arrodillándose exclamaron: «¡Oh, Dios mío! Vamos a reinar demasiado
jóvenes. ¡Dios mío, guíanos y protégenos de nuestra inexperiencia!»24 ​

La primera medida que tomó el joven Luis XVI como rey fue despedir a los ministros más odiados por la
opinión pública; el duque de Aiguillon y el abad de Terray fueron descartados. Sin embargo, el soberano se
dio cuenta de que necesitaba tener a alguien a su lado que lo guiase en su difícil tarea. Tras descartar al
duque de Choiseul y a Machault, el rey se decantó por Maurepas.25 ​

Una de las decisiones más importantes que debía tomar el monarca era la de restaurar o no el Parlamento de
París, abolido por el ministro de su abuelo, Maupeou, quien lo sustituyó por los seis Tribunales Superiores
de Arrás, Blois, Clermont-Ferrand, Lyon, París y Poitiers. Finalmente, Luis XVI tomó la decisión de
restaurarlos, permitiéndose el regreso de los miembros exiliados del parlamento, que pudieron recobrar sus
puestos.26 ​

El conde de Vergennes fue encargado de los Asuntos Exteriores, el conde de Muy de los de Guerra, Antoine Luis XVI a los veinte años, por Duplessis.
de Sartine de los de la Marina, Jacques Turgot fue designado Controlador General de las Finanzas
(equivalente a ministro de Economía), Malesherbes fue destinado al departamento de París y Armand
Thomas Hue de Miromesnil fue nombrado guardián del sello de Francia (el equivalente a un ministro de Justicia).26 ​

Tras un periodo de debate sobre la celebración de la ceremonia de consagración del soberano, considerada un acto propio de la servidumbre feudal
por diversos sectores (el mismo ministro Turgot era de esta opinión),27 ​el 11 de junio de 1775 se llevó a cabo en la catedral de Reims. La coronación
se realizó utilizando el procedimiento empleado desde la consagración de Pipino el Breve. El rey fue ungido por el arzobispo de Reims y recibió del
mismo los atributos reales: el anillo real, el cetro, la Mano de justicia y la corona.28 ​ Un gran número de enfermos (principalmente, escrofulosos)
venidos de toda Francia acudieron para que el recién ungido monarca les impusiera las manos y rogara a Dios por su sanación. El gasto de la
ceremonia no excedió la suma de 180 000 francos.29 ​

El famoso Hôtel-Dieu de París, fundado en el año 661 y dedicado durante más de un milenio a la caridad y el cuidado de los enfermos, se encontraba
en una situación deplorable, pues había sufrido un incendio en 1772.30 ​ Aunque se planeó la construcción de cuatro hospitales en la capital en
sustitución del añejo Hôtel-Dieu, el déficit de las arcas no lo permitió; los distintos edificios que conformaban la milenaria institución fueron
considerablemente reformados y ampliados.30 ​ El 14 de diciembre de 1774 se coloca la primera piedra del nuevo edificio de la Escuela de Medicina
de París en la rivera del río Sena.31 ​ Más tarde se dedicó a mejorar la Justicia. Liberó a un gran número de hombres encarcelados por razón de
Estado, hizo revisar el Código para eliminar los apartados más severos, en 1780 abolió la question préparatoire (acción de tortura) y reguló los
atenuantes de la pena por deserción.31 ​

El reinado de Luis XVI está marcado por numerosas tentativas de reformas económicas e institucionales en la línea de la reforma iniciada por René
Nicolás Carlos Agustín de Maupeou (1771) bajo el reinado de Luis XV. Luis XVI restaura los Parlamentos. Por lo menos en cuatro ocasiones (Turgot,
Necker, Calonne, Brienne y de nuevo Necker) intenta llevar a cabo reformas más o menos profundas del reino, y más específicamente, el
establecimiento de un impuesto igualitario. En cada ocasión se topa con la oposición de los privilegiados (la mayoría de la nobleza y una parte del
clero) y sus círculos más próximos (la corte, la reina...). Los Parlamentos, formados por la nobleza de toga, aferrada al mantenimiento de los
privilegios, también se oponen, y Luis no piensa en exceder los poderes que le dan las leyes fundamentales del reino, por lo que tiene que hacer
avalar sus reformas. Espera lograr instaurar sus reformas en los Estados Generales, los cuales son convocados en 1789.

Si la paralización de sus reformas por parte de la nobleza y el alto clero es su mayor obstáculo político, su mayor problema económico es el creciente
déficit. Entonces piensa que la única forma de acabar con él es tomar medidas que comprometan los privilegios de las clases altas. Los Estados
Generales, convocados por su primer ministro para intentar llevarlas a cabo lo más apaciblemente posible, escapan rápidamente de su control.

Ministerio de Turgot

Jacques Turgot es nombrado por Luis XVI controlador general de las


finanzas.

Turgot se lanza entonces a un proyecto "revolucionario" de creación de un


sistema de asambleas con estructura piramidal, elegidas por el pueblo:
municipalidades en los municipios, distritos en provincias y finalmente una
municipalidad de reino. Como explica en 1854 el historiador Victor Duruy: Luis XVI
«Había novedades muy grandes; Turgot planeaba otras más temibles:
eliminación de las cargas que asfixiaban a los pobres, establecimiento sobre
los nobles y el clero de un impuesto territorial; pero mejora de la situación de los curas y vicarios, que poseían la
porción más pequeña de las rentas de la Iglesia y supresión de la inmensa mayoría de los monasterios, igual
participación en el impuesto a través de la creación de un catastro, libertad de pensamiento para los
protestantes, rescate de las rentas feudales, el mismo sistema de peso y medida para todo el reino, libertad de
pensamiento también para la industria y el comercio y finalmente, como Turgot se ocupaba de necesidades
Jacques Turgot. morales y materiales, un vasto plan de instrucción pública para difundir las Luces (los principios de la
ilustración)».32 ​

Se formó una gran coalición de individuos, cuyos intereses se veían perjudicados por las reformas, contra Turgot: poseedores del monopolio del
grano, parlamentarios pertenecientes a la nobleza de toga, privilegiados..., etc. A esta coalición se unieron los allegados del rey (el ministro
Maurepas y la reina María Antonieta). El rey intentó resistir a los privilegiados, su ministro y a la reina, con el fin de mantener los planes de Turgot.
En marzo de 1776 declara: «Veo que sólo Turgot y yo amamos al pueblo.»33 ​ Hubo graves disturbios: en casi toda Francia, estallaron revueltas
populares por el precio de la harina (llamadas la guerra de la harina), probablemente organizadas por algún príncipe de sangre, que junto a la rica
burguesía eran perjudicados por las reformas económicas,34 ​los cuales espolearon al ya molesto pueblo hambriento.
Tras dos años de resistencia, Luis XVI y sus ministros reformistas cedieron a las presiones. Malesherbes dimitió y el soberano se vio obligado a cesar
a Turgot el 12 de mayo de 1776 y desbaratar sus reformas.35

Ministerio de Necker

El sustituto de Turgot murió varios meses después del cese. En octubre de 1776, Luis XVI nombró a Jacques Necker
director de finanzas (el equivalente a controlador general de las finanzas). Era una elección triplemente
vanguardista: Necker era plebeyo, extranjero (ginebrino) y protestante.

Luis XVI y Necker volvieron a las reformas esenciales, el ministerio de Necker está caracterizado así por la
liberación de los últimos siervos del reino, por una ordenanza del 8 de agosto de 1779.36 ​ Esta ordenanza estuvo
favorecida por Voltaire, que en 1778 apoyó la causa de los siervos del Mont-Jura y la abadía de Saint-Claude.36 ​Sin
embargo, la ordenanza apenas fue aplicada y la servidumbre persistió localmente hasta la Revolución, cuando sería
eliminada con la abolición de los privilegios la noche del 4 de agosto de 1789.36 ​

Abolió además la pregunta previa (aplicada a los condenados a muerte). También proyectaba una organización de
asambleas provinciales, pero con un fin meramente financiero.37 ​
Jacques Necker.
Luego de la publicación por parte de Necker de la rendición de cuentas del estado de las finanzas en 1781, la
"guerra" que tan buen resultado dio con Turgot comenzó con su sucesor. El Parlamento rechazó el edicto que
restablecía las asambleas provinciales, y los cortesanos, viendo mermados sus presupuestos, usaron la calumnia para socavar la autoridad del rey y
de sus ministros. El monarca y Necker no pudieron permanecer demasiado tiempo soportando la oposición de los privilegiados, por lo que Necker
presentó su dimisión, que fue aceptada el 21 de mayo de 1781.38 ​

Un edicto del 8 de agosto de 1779 autorizaba a las mujeres casadas, los mineros y los monjes a gastar la pensión sin requirimiento de autorización
(del marido en el caso de la mujer casada).39 ​

Ministerio de Calonne

Luis XVI nombró a Charles Alexandre de Calonne, con reputación de buen técnico de las finanzas, como inspector general de las finanzas
(noviembre de 1783) y luego ministro de Estado para reemplazar a Necker. Calonne llevó a cabo durante tres años una política de gastos y
préstamos, de "reactivación" según algunos (grandes trabajos en transportes, la industria, el tratado de comercio con Inglaterra en 1786) destinada
a recuperar el crédito del Estado.

Pero fue en falso, Calonne tuvo que volver al mismo plan de reformas de sus predecesores: liberalizar el comercio interior eliminando las aduanas
interiores, suprimir los tratados, reducir la talla, reemplazar las corveas reales (trabajos gratuitos de plebeyos para la Corona, en naturaleza,
medievales) por un impuesto metálico, transformar la Caja de descuento en un banco estatal y sobre todo «someter a los privilegiados a un
impuesto y a la subvención territorial; establecer las asambleas provinciales», elegidas, que repartirían este impuesto. Así como Turgot, Calonne
pretendía crear una pirámide de asambleas locales (asambleas parroquiales, asambleas municipales y asambleas de distrito) elegidas por los
contribuyentes.

Luis XVI le dijo a Calonne: «¡Es puramente de Necker lo que usted me propone!», pero el plan era más parecido al de Turgot. Uno de los principales
redactores del proyecto era el fisiócrata Pierre Samuel du Pont de Nemours, antiguo colaborador de Turgot.

Para no enfrentarse con la minoría noble de toga del Parlamento, que siempre rechazaba las reformas, el gobierno tuvo que convocar una asamblea
de 144 notables (también privilegiados) para llevar a cabo su proyecto. Pero reunida en febrero-marzo de 1787 deniega el impuesto territorial
igualitario. El monarca, que había mantenido su apoyo a Calonne durante varios meses, lo retira bruscamente en abril de ese mismo año,40
posiblemente bajo la influencia de la corte, la reina o la opinión pública.

En enero de 1787, Luis XVI abolió el peaje personal que debían pagar los judíos de Alsacia.41 ​

Política exterior

La Guerra de Independencia de los Estados Unidos

En el verano de 1776 llegó a Francia la noticia de la proclamación de independencia de las colonias americanas de
Inglaterra. Ya en el año anterior tuvieron lugar negociaciones entre las colonias y Francia. Finalmente, Vergennes
convenció a Luis XVI para entrar en la guerra por la libertad de las colonias, en detrimento de los hostiles ingleses. El
objetivo de Francia era recuperar las colonias perdidas en la guerra de los Siete Años.

El 8 de febrero de 1778 se hizo pública la alianza franco-americana. Ese mismo año, Luis XVI
acogió en Francia a Benjamin Franklin y convenció a Carlos III de España para que se aliara
a las colonias. Otra noticia importante fue que María Antonieta quedó embarazada en la
primavera de 1778. Daría a luz el 19 de diciembre del mismo año, con una gran decepción
para los presentes: una niña, llamada María Teresa. Entretanto, Francia había cosechado
numerosas victorias, entre las cuales la decisiva batalla frente a la isla Ouessant, el 27 de
julio de 1778. El propio Luis XVI, con ayuda de Sartine, ministro de la Marina, planificó
ataques en el canal de la Mancha.42 ​En 1779, los franceses lograron reconquistar el Senegal,
Carlos III de España. pero sufrieron varias derrotas navales; además su flota y la española fueron diezmadas por
enfermedades como la disentería.

El rey decidió guarnecer América enviando numerosas tropas, compuestas en parte por nobles cortesanos, en ayuda del Benjamin Franklin.
general Washington. El 1781 fue un año rico en acontecimientos: en América tuvieron lugar numerosas victorias durante el
asedio de Yorktown, y en Francia, el 22 de octubre María Antonieta dio a luz al tan deseado delfín, Luis José. Otro hecho
importante fue la muerte de Maurepas el 21 de noviembre. Los cortesanos se preguntaron entonces quién sería el sucesor, mas el soberano lo aclaró
todo al decir las siguientes palabras: "J'entends régner" (yo pienso reinar).43 ​
El 2 de febrero, la flota franco-española reconquistó Menorca al derrotar a la flota inglesa. En la noche del 8 al 9 de abril,
Luis XVI se comprometió a calmar una sublevación burguesa en Ginebra dejando bajo los principios del absolutismo,
olvidando que estaba luchando en América por la libertad y la igualdad.44 ​Como consecuencia de este acontecimiento, los
delegados del Congreso americano, Benjamin Franklin, John Adams y John Jay, rechazaron los acuerdos con Francia y
firmaron una paz separada con Inglaterra, lo que hizo montar en cólera al rey francés, que ordenó a Vergennes reprender a
Franklin.

Finalmente, el 20 de enero de 1783 se llegó a un acuerdo cuando los delegados franceses, españoles, norteamericanos e
ingleses se reunieron en la Sala del Consejo del palacio de Versalles. La firma del acuerdo trajo consigo la obtención por
parte de Francia del Senegal, algunas islas caribeñas y de escalas comerciales en la India y Dunkerque, mas los franceses
perdieron seis millones de libras acordados inicialmente con los americanos, con lo que se agravó la crisis financiera del Retrato de John Adams,
Estado. El déficit llegó a los 80 millones de libras.45 ​ por Gilbert Stuart (1755-
1828).

Relaciones con Austria

En los primeros meses de 1778 estalló la guerra de Sucesión bávara a causa de los supuestos derechos al trono bajo-
bávaro del emperador José II, hermano de María Antonieta. La reina, sufriendo constantes chantajes psicológicos
por parte de su madre, y hábilmente manipulada por el embajador Mercy,46 ​ habló a su marido y a sus ministros
sobre la causa austríaca, pero éstos y el rey se opusieron, no valiendo para nada los arrebatos de la reina, y tampoco
su embarazo en primavera cambió la situación. Luis XVI decidió hacer de mediador entre las dos partes, pidiendo a
José II que renunciara a sus derechos al trono de Baja Baviera. La paz fue firmada en Teschen el 13 de mayo de
1779.

En 1782, José II le pidió expresamente a su hermana que le solicitara al rey intervenir en apoyo de Austria y Rusia
en una operación ventajosa para las tres naciones. Junto con la zarina Catalina II, José II tuvo intención de repartir
el Imperio Otomano, y Egipto fue ofrecido a Luis XVI a cambio de la neutralidad de Francia. El soberano pudo
aceptar esta oferta, mas le escribió una carta a su cuñado en la que denunció el «monstruoso sistema de las
compensaciones», que causó conflictos perennes en el viejo continente. José, resentido y enfadado y convencido de
que desde hacía tiempo Francia era protectora del Imperio Otomano y lo hubiese defendido, se vio obligado a
renunciar a sus planes. María Antonieta tuvo un acercamiento con Luis, quedando nuevamente embarazada y
teniendo un aborto involuntario el 1 de noviembre de 1783. José II de Habsburgo.

En 1784, José II, renunciando a los Balcanes, se centró en los Países Bajos. Quiso que los holandeses reabrieran la
desembocadura del río Escalda para permitir la plena expansión del puerto de Amberes, en los Países Bajos
austríacos. Aquello fue una violación de la Paz de Westfalia de la que Francia se percató. Los planes del emperador,
además de violar los intereses comerciales holandeses, molestaron a los franceses. Exasperado de su cuñado, el cual
no paraba de poner en peligro la paz en Europa, Luis no tuvo ninguna intención de apoyarlo; además la opinión
pública gala se alineó con Holanda, teniendo incluso un ataque de rabia contra el emperador.

El emperador ejerció nuevas presiones sobre María Antonieta, pero para nada valieron las peticiones de la
soberana, aunque quedara embarazada por cuarta vez.47 ​ No tuvo otro remedio que confesar a su hermano su
derrota.48 ​Aunque intuyera que el rey no lo apoyaría, José II se reafirmó por la fuerza y mandó un buque austríaco
por el Escalda. Después de varias advertencias, los holandeses dispararon al barco. El emperador amenazó con
declarar la guerra. Cuando las hostilidades llegaron al punto de poder hacer desaparecer la paz en Europa, Luis XVI
apareció como pacificador. José pidió 10 millones de florines para renunciar a sus conquistas, rebajados a ocho por
los holandeses. Luis XVI se ofreció a pagar los dos millones restantes por amor a la paz, tal y como dijo.49 ​ Esta
inútil maniobra de reconciliación fue atribuida a la influencia de la reina, la cual, el 27 de marzo de 1785 dio a luz a Catalina II de Rusia, la Grande.
otro varón: Luis Carlos. Un año después tendría a María Sofía Elena Beatriz, que moriría casi al año de vida de
tuberculosis.

Los Estados Generales

El 5 de mayo de 1789 se reunieron los Estados Generales en Versalles. El Tercer Estado entró rápidamente en oposición con los otros dos. Lo que
ocurría aquellos días no implicaba a los soberanos, que estaban pendientes del ya moribundo delfín.50 ​ Luis José falleció el 4 de junio de 1789, y
Luis XVI decidió suspender las reuniones de los Estados Generales durante dos meses, en señal de luto. El Tercer Estado, que mientras se había
autoproclamado Asamblea Nacional, rechazó la decisión del rey y reuniéndose el 20 de junio en la Sala de la Pelota, juraron no disolverse hasta que
Francia tuviera una constitución.

El 9 de julio la Asamblea Nacional se convirtió en Asamblea Nacional Constituyente. En el mismo día, la mayor parte del clero y cincuenta nobles se
sumaron a la recién nacida Asamblea. Para controlarla, el rey hizo traer desde Alsacia a los regimientos del mariscal de Broglie para tomar Versalles
y París, pero la presencia de soldados hizo que se descubriera el complot monárquico. La furia popular aumentó el 13 de julio y el monarca aceptó la
dimisión de Necker. El 14 de julio el pueblo parisino y un buen número de desertores tomaron la fortaleza de la Bastilla, para ellos símbolo del
despotismo real: La Revolución había comenzado.51 ​

La Revolución

En las semanas que siguieron, las familias más conservadoras, como los Artois o los Polignac, huyeron del país por miedo a ser asesinados. El 17 de
julio, Luis XVI partió hacia París, aunque la reina intentó por todos los modos hacerlo desistir: la consideraba una acción humillante y peligrosa no
habiendo esperanza de volverlo a ver vivo. El rey volvió a Versalles. Había apoyado la revolución de París y llevaba sobre el sombrero la escarapela
tricolor, símbolo de la unión de la monarquía y la nación.52 ​El 29 de julio, a petición del pueblo, Necker volvió y fue nombrado Primer Ministro de
Hacienda.53 ​

Mientras tanto, el miedo a una reacción militar de los nobles emigrados, la hambruna y el desconcierto frente a los acontecimientos parisinos
provocaron en toda Francia una serie de revueltas campesinas conocidas como el Gran Miedo, dirigidas casi exclusivamente en detrimento de la
nobleza. Para poner remedio, el 4 de agosto, la Asamblea votó la abolición de los derechos feudales y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley,
poniendo fin al feudalismo. El rey montó en cólera, puesto que su persona estaba en la cúspide de la misma sociedad estamental que los
revolucionarios querían subvertir con sus reivindicaciones de igualdad. El 1 de octubre, en el palacio de Versalles se dio una cena en honor a los
regimientos de Flandes, pero en París se filtró la noticia de que era en realidad una reunión antirrevolucionaria.54 ​ El 5 de octubre, una
muchedumbre armada compuesta en su mayoría de mujeres marchó sobre Versalles para pedirle pan al rey
y presentarle una petición con la esperanza de que la situación se resolviera. La mañana del 6 de octubre las
habitaciones reales fueron invadidas y hubo muertos entre los guardias y los civiles. La familia fue obligada
entonces a trasladarse a París, al palacio de las Tullerías, bajo vigilancia de la Guardia Nacional.

El 10 de octubre de 1789, la Asamblea General aprobó la nueva titulación de


Luis: Louis, par la grâce de Dieu et la loi de l'État constitutionnelle, Roi des
Français («Luis, por la gracia de Dios y la ley del Estado constitucional, rey
de los franceses»). A partir de este momento obtuvo el título de Rey de los
franceses, el cual no solo se diferenciaba gramaticalmente del de Rey de
Francia, sino que simbolizaba el cambio en el Estado, y el cambio de
Toma de la Bastilla, pintado en 1789 por
concepción del monarca, que ahora «pertenecía a los franceses y les debía
Jean-Pierre-Louis-Laurent Houel.
lealtad».

No pudiendo salir ya de caza y ni tan siquiera salir de las Tullerías, el rey


cayó en una profunda apatía. En la familia real empezó a crecer la agitación y se empezó a hablar de planes de fuga
de París, para buscar apoyo político y militar en las cortes europeas. La empresa era muy arriesgada y complicada.
Así, los reyes tuvieron que hacer pactos con el sector más moderado de la Asamblea. Se inició una correspondencia
secreta entre la familia real y el marqués Honoré Mirabeau. Los soberanos estudiaron con detalle los informes de
Mirabeau; pero tenían más confianza en el conde Fersen y en Breteuil: este último, emigrado a Suiza, fue nombrado
María Antonieta retratada por por el monarca su único representante en las cortes europeas.
Kucharsky poco antes de la fuga
a Varennes. En la parte baja Mientras tanto, la presencia de la Guardia Nacional recordaba a los reyes que eran prisioneros políticos y también
izquierda se puede apreciar el los llamaba a un estado de sumisión. Temían la Constitución con cuyo preámbulo no estaban de acuerdo pero
golpe de bayoneta que un también los avisos de los nobles exiliados, que afirmaban querer hacer estallar una auténtica contrarrevolución.
revolucionario le asestó a la Pero estos nobles no mostraron más que desprecio por Luis XVI y María Antonieta, los cuales, aterrorizados por
pintura. sus afirmaciones habían enviado emisarios instándoles a calmarse. Entretanto, se desencadenó en París la ira
popular contra los reyes porque Marat acusó a Luis XVI de ser el jefe de una contrarrevolución e incitó al pueblo a
exterminar a la familia real. Fue así como los parisinos se acostumbraron a ver a Luis XVI como un traidor a la
nación que merecía la muerte.55 ​

A causa de esto, la reina, impulsada por el conde Fersen, empezó a insistir a su marido para que se decidiera a huir de París. También Mirabeau
aconsejó a la familia huir: propuso organizar un ejército formado por tropas leales (según él, recibir ayuda de las tropas extranjeras habría sido un
error irreparable) para disolver la Asamblea y elegir una nueva que revisara la Constitución en favor del monarca. Al principio, Luis XVI no estaba
de acuerdo, pero consintió tras ser obligado a firmar la Constitución civil del clero: «En tales condiciones, preferiría ser Rey de Metz antes que
seguir siendo Rey de Francia» parece ser que dijo inmediatamente después de ratificar el decreto.56 ​

Los problemas se multiplicaron a la muerte de Mirabeau, el 2 de abril de 1791. El rey,


aunque no se fiaba mucho de él, lo consideraba el único hombre capaz de perorar la causa
monárquica en la Asamblea Nacional. El 18 de abril, día de Pascua, la familia fue detenida
por la muchedumbre y no se le permitió celebrar la misa en Saint-Cloud. Enfadado, Luis
XVI exclamó: «Es sorprendente que, después de darle libertad a la nación, yo mismo sea
privado de ella». Bajaron de la carroza la reina y los dos niños y se dirigieron a las Tullerías
entre los abucheos y risas de la plebe.57 ​«El rey ha llegado al escalón más bajo de la vileza»
escribió en la época Madame Roland, la mujer de un girondino, que abrió un salón en
París. «Ha sido puesto al descubierto por quienes están a su alrededor; no inspira otra cosa
que desprecio... La gente lo llama Luis el Mentiroso o el cerdo gordo. Es imposible Moneda francesa de 1791. En el anverso aparece el busto
imaginar en el trono a un ser tan abominable.» L'Ami du peuple calificó a Luis Capeto del rey con la inscripción: «Louis XVI. Roi des Français». En
como un ser hipócrita, físicamente vulgar, que «se consolaba con una botella».58 ​ el reverso aparecen el fascio y el gorro frigio, ambos
símbolos propios de la Asamblea Nacional Constituyente que
El 21 de junio de 1791, la familia real emprendió la fuga hacia la fortaleza francesa de pasarían a asociarse completamente con la República
Montmédy, pero a pocos kilómetros de la fortaleza, cerca de la ciudad de Varennes-en- francesa.
Argonne fueron reconocidos, detenidos y enviados a París. El viaje de vuelta fue una
auténtica pesadilla: en Épernay un hombre escupió frente al rey y otros intentaron
matarlo.59 ​ El intento de fuga demolió por completo la ya muy mellada idea del carácter sagrado de la persona
del rey. Se empezó a pensar que un rey, que había traicionado a su propio país intentando fugarse, ya no era
necesario para el Estado; mas el monarca dejó una reclama explicando las razones de su fuga: en aquel largo
acto de acusación, acusó a la Revolución desde el principio recalcando que fue coartado para realizar los actos
que la Asamblea quería.60 ​

Los reyes siguieron viviendo un año más en las Tullerías, sintiéndose como prisioneros. Mientras, el 14 de
septiembre de 1791, Luis aceptó la Constitución francesa (en realidad no estaba de acuerdo con su contenido; la
aceptó por temor a la Asamblea). El soberano, impulsado por parte de la Asamblea, declaró la guerra a Austria
pero en junio de 1792 usó su poder de veto para prohibir la deportación de los sacerdotes que no habían jurado
fidelidad a la nueva Constitución y la creación de un cuerpo de soldados provinciales para asignarlos fuera de
París. El 20 de junio de 1792, la muchedumbre en armas atacó por primera vez las Tullerías. Tanto sus
apologetas como sus detractores atribuyen a Luis XVI en esa ocasión una fría impasibilidad.61 ​ Ni siquiera
tembló cuando un carnicero, un tal Legendre,[cita requerida] despotricó contra él diciendo: «Señor, tenéis que
Declaración autógrafa de Luis XVI
preocuparos en escuchar, sois un bribón. Siempre nos ha engañado y seguirá haciéndolo. Nuestra paciencia se
al pueblo francés a su salida de
ha agotado. ¡La gente está harta de sus puestas en escena!» Mientras afirmaba esto, obligó al soberano a
París el 20 de junio de 1791
asomarse al balcón. El soberano aceptó impasible ponerse el gorro frigio y bebió vino a la salud del pueblo.62 ​La
Asamblea Nacional delegó a 25 diputados que, junto con el alcalde de París, Pétion, consiguieron calmar a la
multitud y convencerles de que se dispersaran pacíficamente.63 ​

Los acontecimientos del 20 de junio anticiparon lo que ocurriría el 10 de agosto, cuando una insurrección popular liderada por los hébertistas
derrocó el gobierno municipal de la capital para instaurar una comuna rebelde y presionar a la desacreditada Asamblea Nacional para destronar al
Rey. Aquel día tuvo lugar el más violento asalto al edificio, que sentenció la caída definitiva de la monarquía francesa. En las Tullerías murieron
todos los guardias suizos del palacio, un gran número de criados y algunos aristócratas al quedarse para defender a la familia real que ya no se
encontraba en el palacio. A petición de Pierre-Louis Roederer, delegado del gobierno en el departamento del Sena, ya habían buscado refugio en la
Asamblea Nacional donde el rey y el delfín fueron recibidos con fuertes aplausos.64 ​ A las dos de la mañana, la Asamblea se había convertido ya en
Convención por la seguridad nacional, decidida a encerrar a la familia real. El soberano tuvo que asistir a la creación de un gobierno provisional
únicamente formado por revolucionarios.65 ​ La tarde del 13 de agosto de 1792, el rey de los franceses fue
oficialmente detenido y hecho prisionero en el Temple, una torre parte de una propiedad del Estado y que
perteneció a la Orden de los Templarios, transformada en prisión para la familia real.66 ​

[...] Entre la Monarquía absoluta y la Asamblea Nacional transcurrieron siglos; de la Asamblea a la


Constitución dos años; de la Constitución al asalto de las Tullerías, un par de meses; del asalto de las
Tullerías a la prisión sólo tres días. Todavía quedan unas pocas semanas para el cadalso y luego sólo un
barquinazo para la tumba.67 ​
Stefan Zweig

Ciudadano Luis Capeto


Regreso de la familia real a París tras su
captura en Varennes.
Reclusión en la torre del Temple

En el Temple, la familia real fue separada de sus acompañantes, entre los cuales estaba la princesa de Lamballe;
esta última moriría durante las matanzas de septiembre. Solo a Hanet Cléry, uno de los criados del delfín, se le
autorizó a permanecer junto a ellos, incluso cuando las condiciones de arresto empeoraron. Ante el temor de que
la familia real pudiera mantener una correspondencia oculta se tomaron varias medidas. Pero a pesar de ello,
Cléry consiguió informar de las noticias que había escuchado en el exterior cuando venía a peinar al rey o a las
señoras. Después, cada tarde, los fieles realistas hicieron gritar a un vendedor de periódicos las noticias del día
justo debajo de las paredes del Temple.68 ​

Durante el periodo de reclusión del rey, además de hacer de profesor de su hijo y de jugar con él dedicó sus
últimos días a leer los libros que se encontraban en la biblioteca de la torre: mil quinientos volúmenes que
constituían el archivo de los caballeros de Malta. Leía aproximadamente un libro al día, frunciendo el ceño
cuando leía a Voltaire y Rousseau, afirmando que hubieran sido la ruina de Francia.69 ​ Luis también tuvo que
soportar varias groserías por parte de los guardias, que además de empezar por llamarlo Monsieur (Señor) o
incluso Louis (Luis) en vez de Majesté (Majestad),69 ​ ensuciaron las paredes exteriores de la torres con dibujos
obscenos o pintadas amenazadoras.70 ​ El 21 de septiembre, los prisioneros sintieron un gran clamor que venía
de la ciudad. Desde el exterior una voz imperiosa proclamó que la monarquía había sido abolida oficialmente y
había nacido la República. La reina se acostó sintiéndose desgraciada y el rey ni siquiera interrumpió su lectura. Luis en la prisión del Temple, óleo
de Jean-François Garneray (1755-
1837).
Proceso
Véanse también: Testamento de Luis XVI de Francia y Proceso judicial contra Luis XVI.

Mientras tanto se inició el debate sobre la suerte que debía correr el soberano. Se creía que, mientras estuviese vivo, constituiría el pretexto para una
contrarrevolución. Se crearon así dos comisiones: una con el encargo de investigar los documentos encontrados en las Tullerías y la otra con el
deber de establecer si Luis Capeto, declarado inviolable por la Constitución, podía ser procesado.

El 6 de noviembre la inmunidad del soberano fue revocada, con lo que el exmonarca pudo ser puesto bajo proceso de la Convención. El 19 de
noviembre fue descubierto el armario de hierro, escondite de la correspondencia entre Luis XVI y algunos de sus hombres de confianza, en su
mayoría ministros. Después de tal hallazgo, algunos diputados, como Robespierre o Saint-Just, declararon su deseo de querer castigar al ciudadano
Luis Capeto sin proceso alguno, pero la mayoría de la Convención optó en cambio por un proceso regular, para que Francia y los países extranjeros
no dudaran de la legalidad del veredicto.

Al principio del proceso, el 10 de diciembre de 1792 Luis fue separado de su familia.71 ​ Mientras
tanto, el exmonarca trató de reunir a los abogados que lo defenderían, pero muy pocos accedieron a
ello. Al fin, los únicos dispuestos a defenderlo fueron Malesherbes, François Denis Tronchet, un
exmagistrado y el abogado Raymond de Sèze, un girondino temido por sus grandes capacidades
oratorias e intelectuales.72 ​ Luis Capeto trabajó activamente con sus abogados, pero supo que tenía
pocas posibilidades de salvarse: «No espero convencer a los diputados y tampoco conmoverlos. Sólo
os ruego que no recurráis a peroraciones tocantes a mi dignidad. Yo no quiero suscitar otro interés
que el que tiene que nacer espontáneamente de la exposición de mis justificaciones.» dijo a de
Sèze.72 ​El 25 de diciembre escribió su Testamento, un documento de gran valor político.

El día siguiente, de Sèze desarrolló su larga alegación, pero no convenció: quería demostrar la
inviolabilidad del soberano, referida en la Constitución de 1791 y pidió que fuera juzgado como un
ciudadano normal y no como un jefe de Estado.72 73​ ​Los diputados estaban divididos, ya que los más
moderados querían juzgar al monarca pero no ejecutarlo. Los debates duraron varios días pero La Convención interroga a Luis el Último.
finalmente la sentencia de muerte fue proclamada y fue leída a las 2 de la mañana del 19 de enero. La
ejecución estaba fijada a las once de la mañana en la Plaza de la Revolución (hoy Plaza de la
Concordia) el 21 de enero.74 ​

El monarca estaba preparado para el veredicto. Escuchó en silencio la sentencia con estoica resignación; el único momento en el que mostró
sorpresa fue cuando escuchó que su primo, Felipe de Orleans, conocido entonces como Philippe Égalité (Felipe Igualdad), había votado a favor de
su muerte.75 ​ Fue conducido por el sacerdote refractario (es decir, que no había jurado la constitución) Edgeworth de Firmont a quien le entregó
una copia firmada de su testamento, ya que temía que la entregada a la Convención nunca fuera hecha pública. A las ocho de la tarde, Luis Capeto
fue conducido hasta su familia. Madame Royale en sus memorias dijo que su padre le habló a María Antonieta del proceso, luego, tomando al delfín
y sentándolo en sus rodillas, les hizo prometer que perdonarían a sus enemigos. Escribió: «Mi padre lloró por nosotros, no por miedo a la muerte».
María Antonieta habría querido pasar la última noche junto a su marido, pero este se lo negó. Más tarde el rey le dijo a Edgeworth: «Es terrible
amar tanto sobre la tierra y ser correspondido de tanto amor. Pero ahora cada pensamiento y cada amor debe irle solamente a Dios».76 ​

Ejecución

La mañana del 21 de enero de 1793, recibida la comunión, Luis XVI, llamado Luis Capeto por los revolucionarios y todavía rey de Francia y de
Navarra para los monárquicos, le confió a Cléry la tarea de dar el último adiós a sus parientes y abandonó el Temple en carroza. A las diez y cuarto
de la mañana, el condenado llegó al lugar en el que se encontraba instalada la guillotina, la entonces llamada Plaza de la Revolución.
Al bajar de la carroza se quitó la chaqueta, se desabrochó la camisa de lino y se apartó el pañuelo del
cuello. Algunos guardias trataron de atarle las manos, pero Luis se negó indignado: «Haréis lo que se
os haya ordenado, pero no me ataréis nunca».77 ​Edgeworth lo ayudó a subir los empinados peldaños
del cadalso y, alcanzado el patíbulo, el verdugo Sanson le cortó la coleta y finalmente tuvo que
acceder a que le ataran las manos, espoleado por Edgeworth, quien le dijo que ese sería su «sacrificio
final».78 ​ Tras todo esto, Luis de Borbón preguntó si los tambores redoblarían durante su
ejecución;78 ​el otrora Luis XVI de Francia, logrando apartarse del verdugo, hizo ademán de volverse
hacia el pueblo de Francia siendo detenido en el intento; llegó a exclamar: «¡Pueblo, muero inocente
de todos los delitos de los que se me acusa! Perdono a los que causaron mi muerte y ruego a Dios, que
la sangre que vais a derramar no recaiga jamás sobre Francia!».79 ​ El verdugo refirió más tarde en
sus memorias que «[el rey] soportó todo eso con una compostura y una firmeza que nos asombró a
todos nosotros. Estoy convencido de que sacó su fortaleza de los principios de la religión, de los que
La ejecución de Luis XVI.
nadie parecía más convencido y afectado que él».78 ​ Uno o dos minutos después de las diez y veinte,
fue finalmente guillotinado.78 ​

Decapitado ya, un joven miembro de la Guardia Nacional recogió la ensangrentada cabeza y la mostró al pueblo
paseándose por el cadalso.80 ​ Se oyó un rugido que proclamaba «¡Viva la República!». La mayoría de los presentes
comenzó a entonar «La Marsellesa», mientras algunos espectadores empezaron a bailar en círculo alrededor del
cadalso. Otros se afanaban en recoger la sangre que se había filtrado a través de los maderos del cadalso; algunos la
probaban.81 ​ Un ayudante del verdugo subastó las prendas y el pelo del difunto Luis XVI.82 ​ Los guardias, mientras
tanto, colocaron el cadáver junto con la cabeza en un cesto de mimbre que trasladaron a un carro. Este se dirigió más
tarde al cementerio de la Magdalena, donde fue inhumado Luis XVI de Borbón, último monarca del Antiguo Régimen
francés.83 ​ En la Restauración (1815-1830), bajo el reinado de su hermano Luis XVIII (1815-1824), sus restos fueron
trasladados junto con los de la reina María Antonieta a la basílica de Saint-Denis, donde se inhumaron de nuevo en
ataúdes de plomo, en un mausoleo propio digno de un monarca francés.

Litografía ficticia de LuisA su muerte, su hijo de ocho años, Luis Carlos, se convirtió automáticamente para los monárquicos y los monarcas
XVII. Luis Carlos se europeos84 85
​ ​en el Rey Luis XVII. La reina María Antonieta, al igual que su marido, fue condenada a la guillotina, a la
convirtió en Luis XVII paraque tuvo que enfrentarse el 16 de octubre de 1793, e igual que tuvo que hacerlo Madame Isabel (la hermana de Luis
los monárquicos tras la XVI) el 10 de mayo de 1794. El niño Luis XVII murió en misteriosas circunstancias, puede que a causa de la
muerte de su padre.
tuberculosis, el 8 de junio de 1795.86 ​ Solo su hermana María Teresa sobrevivió a la Revolución, viviendo en completa
soledad durante un año tras la ejecución de su tía Isabel; al final de la guerra fue usada como rehén y liberada el 26 de
diciembre de 1795. Se exilió en Austria, donde residían sus familiares, y, atendiendo a los deseos de sus tíos se casó con
su primo Luis Antonio, duque de Angulema.

Reliquias

El antes mencionado hecho de que muchos de los presentes en la ejecución del rey empaparon trozos de tela en la sangre del monarca es
ampliamente conocido. Relativamente recientes son las apariciones en escena de sendas reliquias que supuestamente contienen restos de la sangre
de Luis XVI.

Las que presumiblemente se conocen son:

Un pañuelo con restos de sangre del monarca contenido en una calabaza tallada. Supuestamente, Maximilien Bourdaloue, un ciudadano, mojó
su pañuelo en la sangre de Luis XVI y, más tarde, encargó la calabaza tallada para usarla como recipiente. La calabaza se encuentra en
posesión de una familia de Boloña (Italia) desde hace más de un siglo. El ADN de la mancha de sangre del fondo del recipiente ha sido
analizada por unos científicos del CSIC, hallando que perteneció a un individuo europeo con ojos azules, tal y como los tenía Luis XVI (y puede
verse en los cuadros de Antoine-François Callet).87 ​
Un pequeño trozo de tela (cuyas dimensiones son de 20x16 cm) manchado igualmente de sangre, acompañado de una nota manuscrita en
papel que reza: «Sangre preciosa de Luis XVI, 21 de enero de 1793. Entregada por el coronel Joubert en 1829». Ambos, tela y papel, se
encuentran, junto a un pequeño saquito de arena (supuestamente, del lugar en el que fue ejecutado el soberano), contenidos en un pequeño
cofre de caoba. El cofre y su contenido fueron subastados en abril de 2013.88 ​

Las reacciones a la ejecución del monarca

La muerte del soberano indignó a todas las monarquías europeas y a la mismísima Roma. El papa Pío VI, en la apología Quare Lacrymae abordó
por primera vez el tema de la beatificación de Luis XVI.89 ​

Con la restauración de la monarquía en 1814, la autodenominada «buena sociedad francesa» (partidaria del regreso de los borbones) comenzó a
vivir una etapa de luto para expiar las culpas del doble regicidio e idealizó la vida de los dos monarcas.90 ​ El 18 de enero de 1815 se empezó con la
exhumación de los cuerpos de los reyes, enterrados en el cementerio de la Magdalena, con vistas a una inhumación en la basílica de Saint-Denis,
apropiada para un soberano francés. Los restos de la reina María Antonieta fueron extraídos en primer lugar, seguidos por los de Luis XVI, todo ello
gracias a que un abogado llamado Pierre Louis Desclozeaux había señalado el lugar exacto en el que se encontraban los cuerpos plantando árboles.
La hija primogénita de ambos, la princesa María Teresa, fue conducida a este lugar de enterramiento primigenio por la condesa de Bearne, Madame
de Tourzel, donde se dice que cayó de rodillas y comenzó a rezar.91 ​

Por orden de Luis XVIII se construyeron dos capillas expiatorias, una en la celda de María Antonieta en la Conciergerie y otra en el cementerio de la
Magdalena. Esta última, diseñada como un mausoleo clásico se emplazó en el lugar donde los reyes fueron originalmente enterrados. El 21 de enero
de 1815 los restos de los soberanos fueron llevados en pompa magna a la basílica de Saint-Denis, donde fueron inhumados en ataúdes de plomo.
Desde aquel momento, poetas, escritores, pintores y escultores simpatizantes con sus ideas no hicieron otra cosa que exaltar las virtudes del Roi
Martyr.92 ​

Personalidad
Luis XVI no trabajaba metódicamente a diario, sino que más bien se concedía numerosos descansos, durante los que leía cuentos de viajes,
consultaba mapas geográficos, se dedicaba a estudios de topografía, de física o de química. Asimismo, se entretenía planificando el recorrido
cotidiano de las batidas de caza, una de sus grandes pasiones. La otra gran pasión del rey era montar y arreglar cerraduras y forjar llaves y candados
junto a Gamain, el herrero real y Poux-Landry, un experto en mecánica. Todo el trabajo con cerraduras y llaves se realizaba en una fragua instalada
en el interior de su biblioteca personal. Los cortesanos, comenzando por la misma reina María Antonieta, se sorprendían al verlo enfrascado en
tareas tan «bajas». Se han elaborado dos hipótesis para explicar este comportamiento, a priori, tan extraño:

Una de ellas defiende que podría tratarse de una neurosis obsesiva; después de todo, Luis XVI mostraba otras «rarezas»: apuntaba toda cosa
por insignificante que fuera, como las noches pasadas fuera del palacio, los paseos, las cabalgatas, las presas abatidas, los animales (perros,
golondrinas, ...) abatidos por error durante las batidas de caza, etc.93 ​
Por otra parte, según los psicoanalistas Nicolás Abraham y María Torok, Luis XVI habría estado sometido a una criptoforia, término utilizado
para describir un trastorno en el que el individuo afectado pierde sus propias identidad y personalidad para sustituirlas por la imitación de
aquellas de un familiar fallecido, generalmente, un hermano o una hermana. De ser cierta la conjetura, muy probablemente el «fantasma» del
soberano sería su hermano mayor, el duque de Borgoña, Luis de Francia, un niño sano e inteligente al que sucedió como futuro delfín de
Francia y cuya muerte a los diez años le afectó profundamente.93 ​

Ancestros
Ancestros de Luis XVI de Francia [mostrar]

Legado
El historiador del siglo xix, Jules Michelet atribuyó la restauración de la monarquía francesa a la conmoción
que había generado la ejecución de Luis XVI. La Histoire de la Révolution Française de Michelet y la Histoire
des Girondins de Alphonse de Lamartine, en particular, mostraron las huellas de los sentimientos suscitados
por el regicidio de la revolución. Los dos escritores no compartían la misma visión sociopolítica, pero estaban
de acuerdo en que, aunque la monarquía terminó correctamente en 1792, las vidas de la familia real deberían
haberse salvado. La falta de compasión en ese momento contribuyó a la radicalización de la violencia
revolucionaria y a una mayor división entre los franceses. Para el novelista del siglo xx Albert Camus la
ejecución marcó el final del papel de Dios en la historia, por lo que lamentó. Para el filósofo del siglo xx Jean-
François Lyotard, el regicidio fue el punto de partida de todo el pensamiento francés, cuyo recuerdo sirve como
recordatorio de que la modernidad francesa comenzó bajo el signo de un crimen.

La hija de Luis, María Teresa de Francia, la futura duquesa de Angulema, sobrevivió a la Revolución Francesa y
presionó enérgicamente en Roma para la canonización de su padre como santo de la Iglesia Católica. A pesar
de haber firmado la "Constitución Civil del Clero", Luis había sido descrito como mártir por el Papa Pío VI en
1793. En 1820, sin embargo, un memorando de la Congregación de Ritos en Roma, declarando la
imposibilidad de probar que Luis hubiera sido ejecutado por razones religiosas más que políticas, puso fin a las
esperanzas de canonización.

Algunas de las conmemoraciones a Luis XVI incluyen:


Cenotafio de Luis XVI y María
Antonieta en Saint-Denis.
El Réquiem en Do menor para coro mixto de Luigi Cherubini fue escrito en 1816, en memoria de Luis XVI.
Sinfonía de Paul Wranitzky, op. 31, que tiene como tema los acontecimientos de la Revolución Francesa,
incluye una sección titulada "La marcha fúnebre por la muerte del rey Luis XVI".
La ciudad de Louisville, en el estado de Kentucky, lleva el nombre de Luis XVI. En 1780, la Asamblea General de Virginia otorgó este nombre
en honor al rey francés, cuyos soldados estaban ayudando al bando estadounidense en la Guerra de Independencia. La Asamblea General de
Virginia vio al Rey como un hombre noble, pero muchos otros delegados continentales no estuvieron de acuerdo. (En ese momento, Kentucky
era parte de la Mancomunidad de Virginia Kentucky se convirtió en el decimoquinto estado de los Estados Unidos en 1792.)

En cine y literatura

El rey Luis XVI ha sido retratado en numerosas películas. En Capitán de la Guardia (1930), es interpretado por Stuart Holmes. En María Antonieta
(1938), fue interpretado por el actor Robert Morley. Jean-François Balmer lo interpretó en la miniserie en dos partes de 1989 Historia de una
revolución. Más recientemente, fue representado en la película María Antonieta de 2006 por el actor Jason Schwartzman. En Si Versailles m'était
conté, Louis fue interpretado por uno de los productores de la película, Gilbert Bokanowski, usando el alias de Gilbert Boka. Varias representaciones
han mantenido la imagen de un rey torpe, casi tonto, como la de Jacques Morel en la película francesa Marie-Antoinette reine de France de 1956 y
la de Terence Budd en la película de acción en vivo Lady Oscar . En Start the Revolution Without Me, Luis XVI es retratado por Hugh Griffith como
un cornudo ridículo. Mel Brooks interpretó una versión cómica de Luis XVI en The History of the World Part 1, retratándolo como un
libertino.quien tiene tal disgusto por el campesinado que los usa como blancos en el tiro al plato . En la película Ridicule de 1996; Urbain Cancelier
interpreta a Louis.

Luis XVI también ha sido objeto de novelas, incluidas dos de las historias alternativas antologizadas en Si hubiera sucedido de otra manera (1931):
"Si el carro de Drouet se hubiera atascado" de Hilaire Belloc y "Si Luis XVI hubiera tenido un átomo de firmeza". de André Maurois , que cuentan
historias muy diferentes pero que imaginan a Luis sobreviviendo y aún reinando a principios del siglo xix. Louis aparece en el libro infantil Ben and
Me de Robert Lawson, pero no aparece en el cortometraje animado de 1953 basado en el mismo libro.

Robert Morley como Luis XVI en la


película María Antonieta de 1938.
Año Película Director Actor

1916 My Lady's Slipper Ralph Ince Joseph Kilgour

1921 Las dos huérfanas D. W. Griffith Lee Kohlmar


1931 Danton Hans Behrendt Ernst Stahl-Nachbaur

1938 La Marseillaise Jean Renoir Pierre Renoir

1938 María Antonieta W. S. Van Dyke Robert Morley


1954 Madame du Barry Christian-Jaque Serge Grand

1956 María Antonieta, reina de Francia Jean Delannoy Jacques Morel

1981 Historia del Mundo Mel Brooks Mel Brooks


Robert Enrico
1989 Historia de una revolución Jean-François Balmer
Richard T. Heffron

1996 Ridicule Patrice Leconte Urbain Cancelier

2001 The Affair of the Necklace Charles Shyer Simon Shackleton


2006 Marie-Antoinette Francis Leclerc Olivier Aubin

2006 María Antonieta Sofia Coppola Jason Schwartzman

Títulos

Sucesor:
Predecesor: Abolición del título
Luis XV Rey de Francia y de Navarra (él mismo como rey de los
franceses)
Copríncipe de Andorra94 ​
1774-1789

Predecesor:
Sucesor:
Nuevo título
Abolición del título
(él mismo como rey de Francia
(Primera República Francesa)
y de Navarra) Rey de los franceses
1789-1792

Sucesor:
Predecesor:
Luis XVII
Abolición de la
(Rey titular de Francia y
monarquía
Rey titular de Francia y de Navarra)
(él mismo como rey de los
Navarra Napoleón Bonaparte
franceses)
Copríncipe de Andorra (copríncipe de Andorra)
1792-1793

Predecesor:
Delfín de Francia Sucesor:
Luis Fernando de
1765-1774 Luis José de Francia
Francia
Predecesor: Sucesor:
Duque de Berry
Carlos de Borbón y Carlos Felipe de Borbón
1754-1765
Baviera y Sajonia

Condecoraciones

Órdenes francesas
Gran maestre de la Orden del Espíritu Santo
Gran maestre de la Orden de San Miguel
Gran maestre de la Orden de San Luis

Órdenes extranjeras
Caballero de la Orden del Toisón de Oro (Reino de España)

Ancestros
16. Luis de Francia, el Gran Delfín
8. Luis de Francia, duque de Borgoña
17. María Ana Victoria de Baviera
4. Luis XV de Francia
18. Víctor Amadeo II de Saboya
9. María Adelaida de Saboya
19. Ana María de Orleans
2. Luis de Francia
20. Rafael Leszczyński
10. Estanislao I Leszczynski
21. Anna Jabłonowska
5. María Leszczynska
22. Jan Karol Opalinski
11. Catalina Opalinska
23. Zofia Czarnkowska
1. Luis XVI De Francia
24. Juan Jorge III de Sajonia
12. Augusto II de Polonia
25. Ana Sofía de Dinamarca
6. Augusto III de Polonia
26. Cristián Ernesto de Brandeburgo-Bayreuth
13. Cristiana Eberardina de Brandeburgo-Bayreuth
27. Sofía Luisa de Württemberg
3. María Josefa de Sajonia
28. Leopoldo I de Habsburgo
14. José I de Habsburgo
29. Leonor Magdalena de Palatinado-Neoburgo
7. María Josefa de Austria
30. Juan Federico de Brunswick-Luneburgo
15. Guillermina Amalia de Brunswick-Luneburgo
31. Benedicta Enriqueta del Palatinado

Véase también
Agathe de Rambaud
Asamblea Nacional
Asamblea Nacional Constituyente
Constitución francesa de 1791
Dinastía Borbón
Maximilien Robespierre
Lista de monarcas de Francia
Lista de monarcas de Navarra
Luis XVII de Francia
Revolución francesa
Estilo Luis XVI

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2010. 3%A9d%C3%A9ric%20Alfred%20P.%20Fall tocara el pecho para que notara si su
20. Louis XVI, por Frédéric Alfred P., conde de oux%20(comte%20de.)&hl=es&pg=PA65#v corazón tenía un latido acelerado. (Fraser,
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Falloux (pág. 45) (http://books.google.es/bo 43. Spinosa, p. 102.
por aclamación un Consejo Ejecutivo
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puso fin a una acalorada disputa entre la 66. Durante el viaje en carroza, el rey caído fue
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reina y el conde de Vergennes. Lever, p.
Falloux (pág. 53) (http://books.google.es/bo carroza recorrió lentamente la ciudad y pasó
215.
oks?id=4_kDAAAAQAAJ&dq=Par%20Fr%C intencionadamente por la Plaza Vendôme,
3%A9d%C3%A9ric%20Alfred%20P.%20Fall 48. «Sé que en temas políticos tengo poca
influencia sobre el rey ¿es prudente por mi de manera que el soberano pudo ver que
oux%20(comte%20de.)&pg=PA53#v=onepa habían derribado la estatua de Luis XIV, El
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ministros sobre temas en los que sé que no Rey Sol. El pueblo gritó: «¡Así se trata a los
de enero de 2011. tiranos!». (Lever,p. 374).
26. Louis XVI, por Frédéric Alfred, conde de me apoyaría? Sin ostentación alguna o
mentiras, he hecho creer a los otros que 67. Zweig, María Antonieta - Una vida
Falloux (pág. 59) (http://books.google.es/bo involuntariamente heroica, p. 373.
tengo más influencia sobre él de la que en
oks?id=4_kDAAAAQAAJ&dq=Par%20Fr%C
realidad tengo, porque si no lo hubiera 68. Giardini, El proceso de Luis XVI y de María
3%A9d%C3%A9ric%20Alfred%20P.%20Fall
hecho, tampoco la hubiera tenido en ellos», Antonieta (1793), p. 98.
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le escribió la reina a su hermano, el 69. Fraser, p. 422.
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de enero de 2011. 70. Lever, p. 379.
27. Louis XVI, por Frédéric Alfred, conde de 49. Lever, p. 216.
71. Se le propuso que el delfín fuera con él a
Falloux (pág. 74) (http://books.google.es/bo 50. Haslip, p. 234. cambio de que éste no viera más a su
oks?id=4_kDAAAAQAAJ&dq=Par%20Fr%C 51. Rien escribió el soberano aquel día en su madre, pero rechazó porque no le quiso
3%A9d%C3%A9ric%20Alfred%20P.%20Fall diario de caza. Aunque nada indicaba que causar a su mujer el dolor de separarla de
oux%20(comte%20de.)&hl=es&pg=PA74#v no había ido a cazar, es una anotación su hijo. (Lever, p. 381).
preocupante, puesto que el rey apuntó 72. Spinosa, pp. 190-191.
todos los hechos de su vida dignos de ello;
73. El poeta Lamartine escribió en La Historia como si se encontraran en una fiesta». 391917.html)
de los Girondinos: «El defensor habló con (Erickson, pp. 420-421). 88. Sur.es, «Vendida una reliquia con sangre de
dignidad pero no supo atraer. Su defensa no 83. El cadáver, con la cabeza entre las piernas, Luis XVI por 19.000 euros.» (http://www.diar
se elevó nunca excepto en alguna frase. se colocó sobre un lecho de cal viva y iosur.es/rc/20130404/cultura/vendida-reliqui
Olvidó que no hay mayor convicción, para posteriormente fue rociado con la misma a-sangre-luis-201304040027.html)
un pueblo, que la emoción. La desgracia de (Erickson, pp. 420-421). Consultado el 4 de abril de 2013.
Luis XVI fue no encontrar a alguien cuya 84. Haydn's Dictionary of Dates, p. 340. (http://b 89. Spinosa, p. 220.
voz alzase la piedad a la altura de la ooks.google.com/books?id=3gxkEOZsVrwC
suerte». (Spinosa, pp. 190-191). 90. En cambio, los republicanos justificaban la
&lr=&as_brr=3&hl=es&pg=PA340#v=onepa doble ejecución alimentando la leyenda
74. Spinosa, p. 192. ge&q&f=false) negra de María Antonieta. (Lever, p. 409).
75. Haslip, p. 337. 85. The Nort American Review, p. 117. (http://bo 91. Fraser, p. 488.
76. Haslip, p. 338. oks.google.es/books?id=JDoAAAAAYAAJ&p 92. El culto a Luis XVI ha perdurado a través de
77. Erickson, María Antonieta, pp. 419-420. g=PA117#v=onepage&q&f=true) los siglos. En 1993, en el bicentenario de la
78. elmundo.es, «"Habla" el verdugo de Luis 86. Al menos esta es la fecha que se da en los Revolución, los parisinos acudieron a la
XVI.» (http://www.elmundo.es/elmundo/200 informes de la Convención donde las Plaza de la Concordia y escucharon el
6/06/02/cultura/1149263469.html) circunstancias de su muerte quedan muy testamento del rey, leído por el actor Jean-
Consultado el 26/07/10. oscuras, por la vergüenza que sintieron los Pierre Darras. Ramos y coronas de flores se
revolucionarios de ello. Lo que sí es cierto acumularon en el lugar de la ejecución,
79. Spinosa, p. 195.
es que en mayo la Convención, sobresaliendo la del embajador de los
80. Edgeworth añade que acompañó la «preocupada» por el grave estado de salud Estados Unidos, Walter Curley. Por fin, en
ceremonia de «los gestos más atroces e del desgraciado niño, ya moribundo, lo una larga velada de ruegos, las naves de
indecentes». (Erickson 419 -420). confió a dos médicos cirujanos. Al morir, Saint-Denis quedaron abarrotadas como
81. Spinosa, p. 196. uno de ellos le extirpó el corazón y lo nunca antes. (Espinosa, p. 11).
82. Louis-Sébastien Mercier, testigo de la conservó, descansando éste desde 2004 en 93. Lever, p. 124.
ejecución añadió: «Vi gente que paseó del la cripta real de Saint-Denis.
94. abolido en 1793
brazo riendo y bromeando amablemente, 87. «El ADN del rey guillotinado.» (http://www.el
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Bibliografía
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Enlaces externos
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Juicio de Napoleón sobre Luis XVI de Francia en Wikisource en español

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