LUIS XVI:

Luis Augusto de Francia nació el 23 de agosto de 1754 en el palacio de Versalles, Francia. Al

momento de su nacimiento, fue nombrado duque de Berry y, para entonces, no existía la
posibilidad de que el título de delfín de Francia recayese sobre él, pues su padre, Luis
Fernando, era el heredero al trono francés para entonces.

Durante su infancia, Luis Augusto fue descuidado por sus padres, Luis Fernando y María Josefa,
creciendo bajo la sombra de su hermano mayor, Luis el Duque de Borgoña,

Por azar del destino, Luis el Duque de Borgoña murió en 1761, con tan solo nueve años de
edad.

Los años pasarían y Luis Augusto continuaría siendo un niño solitario y retraído.

El 20 de diciembre de 1765, Luis Fernando, delfín de Francia y padre de Luis Augusto, moriría,
convirtiendo a este último en el nuevo heredero al trono francés.

La educación que Luis Augusto recibió, si bien fue estricta y conservadora, no le preparó
debidamente para el trono que debía heredar (al menos, no le enseñó cómo lidiar con su
propio gabinete de gobierno ni tampoco con la aristocracia francesa).

Luego de la muerte de sus padres, la relación de Luis Augusto con su abuelo, el rey Luis XV,
comenzó a estrecharse cada vez más.

En 1770, Luis Augusto de Francia y María Antonieta de Austria, contando con apenas quince y
catorce años de edad, contraerían matrimonio.

A pesar de que dicho matrimonio respondía a la voluntad del rey de Francia, la presencia de
María Antonieta, no fue bien vista por la sociedad francesa debido a la eterna rivalidad que
existía entre ambas naciones, pese a que tanto Francia como el Sacro Imperio compartían el
mismo origen.

Tras la muerte de su abuelo, el rey Luis XV de Francia, en 1774, Luis Augusto asumiría como el
nuevo monarca absolutista, bajo el nombre de Luis XVI de Francia, con tan solo diecinueve
años de edad.

Para entonces, el gobierno francés se encontraba profundamente endeudado y, por si fuera

poco, el desprestigio y el resentimiento del pueblo francés hacia la monarquía no paraba de
crecer.

En 1789, la incipiente clase media francesa fundó la Asamblea Nacional, exigiendo el final del
absolutismo y la creación de una constitución francesa.

Si bien Luis XVI se opuso a la formación de esta institución, no pudo detener su desarrollo y,
finalmente, se vio obligado a reconocer su autoridad. De esta manera, el 9 de julio de 1789, la
Asamblea Nacional pasaría a llamarse Asamblea Nacional Constituyente.

Con el pasar del tiempo, el odio hacia los reyes comenzaría a crecer cada vez más, por lo que,
en 1791, la familia real intentaría escapar de París, siendo atrapados en el proceso. Un año
después, el 13 de agosto de 1792, Luis XVI sería arrestado y oficialmente acusado de traición,

Finalmente, el 21 de enero de 1793, Luis XVI moriría tras ser guillotinado, a los 38 años de
edad.
El Palacio de Versalles, construido a partir del siglo XVII, fue la residencia de la corte de los
reyes Luis XIV y sus sucesores Luis XV y Luis XVI de Francia. El palacio es uno de los ejemplos
más acabados de la utilización de la arquitectura y el urbanismo como escenarios y metáforas
del poder real que caracterizó al período Barroco. El palacio está ubicado en el municipio de
Versalles, cerca de París, en la región Isla DE FRANCIA

El rey francés Luis XIV se dedicó a la construcción de un palacio digno de su poder y de su

imagen de Rey Sol. Al igual que sobre el Sol giran todos los planetas, Luis XIV hizo que
alrededor de él giraran su corte, los nobles y funcionarios del gobierno francés.

Su intención era mantener a sus nobles y su corte bajo su poder supremo. En Europa, por
aquella época, era común ver cómo los monarcas tenían que luchar contra los traidores que
surgían de su propia corte. Luis quería asegurarse que todas las personas poderosas de Francia
se encontraban junto a él. Así creó Versalles y todos los rituales de la corte, para poderlos
mantener siempre ocupados.

La corte de Luis XIV no se atrevía a levantarse contra el rey. Esta es una de las razones por las
que el absolutismo se mantuvo tan fuerte en Francia.