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mujeres creen.
Intro.
Leemos las palabras de jesús en el Evangelio de Juan y tenemos la certeza de que Dios tiene algo
mejor para nosotros y resalta el contraste entre la obra de Jesús y las acciones destructivas del
enemigo.:
"El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para
que la tengan en abundancia." Juan 10:10
¿Qué pensarías si te dijera que en lugar de vivir infeliz, frustrada y en esclavitud, podrías ser:
Quizás exclames: "¡Exactamente lo que deseo! Lo quiero para mí y para otras mujeres que
conozco. ¿Por dónde empiezo?"
Escapar de la esclavitud y alcanzar la libertad requiere tres pasos esenciales. Primero, identifica
áreas de esclavitud en tu vida, solicitando la revelación divina. Luego, descubre las mentiras que
subyacen a cada conducta esclavizante, pidiendo a Dios discernimiento. Finalmente, sustituye
esas mentiras con la verdad, enfrentando cada engaño con la verdad correspondiente. Este
proceso, impulsado por el poder del Espíritu de Dios, lleva de la esclavitud a la libertad, como
afirmó Jesús: "la verdad os hará libres" (Jn. 8:32).
Aunque cantamos "Cristo es suficiente", ¿realmente lo creemos en medio del caos diario? La
forma en que vivimos revela si confiamos en que la Palabra de Dios es suficiente. A menudo,
buscamos complementos a Dios: libros, consejos, amistades. Pensamos: "Necesito la Palabra de
Dios y además estos ocho libros que encontré en la librería cristiana', o "necesito la Palabra de
Dios y además los videos de mi youtuber favorito, las conferencias…".¿Creemos que con Dios lo
tenemos todo, o buscamos llenar nuestro vacío con comida, compras, relaciones u otras cosas?
La verdadera confianza en Dios implica reconocer su suficiencia en todas las áreas de nuestras
vidas.
La verdad liberadora:
"Y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad."
Pide a Dios ayuda para vivir en la verdad, confiando en su bondad y plan perfecto.
El feminismo promueve reclamar derechos, pero la felicidad viene de ceder, no exigir. Relaciones
exitosas se basan en la cesión, no demanda.
Aun las normas de tránsito reflejan este principio. Nunca encontrarás una señal que diga: "Usted
tiene derecho a pasar". Por el contrario, las señales nos indican que debemos "ceder" el paso.
De esa manera la circulación funciona mejor, y es así como la vida también funciona mejor
La mentira de satisfacer todos los anhelos lleva a la insatisfacción y esclavitud (Romanos 6:16).
Las ofertas mundanas son efímeras; revistas prometen "99 maneras" para una vida perfecta,
pero solo la verdad eterna perdura (Mateo 24:35). La pérdida revela que solo Dios satisface
anhelos profundos (Salmo 34:18). Las cosas creadas decepcionan; la pérdida muestra que solo
Dios es constante (Hebreos 13:8). La soledad persiste en matrimonios, incluso mujeres casadas
luchan con ella (Mateo 19:6). Aceptar anhelos no satisfechos es espiritual (Filipenses 4:11-13).
Reconocer que solo en Dios encontramos plenitud (Salmo 16:11). Visiones distorsionadas
afectan la vida (Proverbios 4:25). Creer mentiras sobre Dios lleva al engaño y al pecado (1 Juan
1:8), como buscar amor en relaciones ilícitas (1 Tesalonicenses 4:3-5).
Verdad liberadora: La única salida a esa inestabilidad emocional y espiritual consiste en ceder
todos mis derechos a aquel que en última instancia tiene todos los derechos. Esa es la verdad, y
la verdad nos hará libres.
Creer mentiras acerca de Dios o de nosotras mismas nos conducirá sin excepción al engaño con
respecto al pecado.
La tecnología embellece imágenes, Satanás hace lo mismo con el pecado. Aunque lo disfraza, su
esencia repugnante persiste. En el Edén, su engaño provocó consecuencias inimaginables.
Ejemplo: Mi casa está pintada de color blanco, o por lo menos así se ve la mayor parte del año.
Sin embargo, al caer la nieve en invierno mi casa parece de repente sucia y amarilla. Lo que
podría parecer "limpio" al compararnos con otros pecadores resulta opuesto si lo vemos frente a
la santidad perfecta de Dios.
La mentira "Mi pecado no es tan malo" es engañosa y esclavizante. A menudo, nos comparamos
con pecados aparentemente más graves y minimizamos los nuestros. Eva, al desobedecer una
pequeña orden, desencadenó consecuencias inimaginables (Génesis 3). Cada pecado es una
rebelión contra Dios (Salmos 51:4). La pureza de las puritanas, lejos de ocultar sus faltas,
revelaba su conciencia de pecadores (Isaías 64:6). El pecado, al compararse con la santidad de
Dios, revela su verdadera fealdad (Isaías 6:3). Reconocer nuestra gravedad y buscar la santidad
es clave para una relación saludable con Dios. ¿Cómo afecta tu perspectiva de tus propios
pecados al compararlos con la santidad de Dios?
NO FUE MI CULPA.
La tendencia a culpar a otros es ancestral, evidente en Adán y Eva. Al enfrentar a Adán, Dios no
aceptó excusas, sino que buscó responsabilidad individual (Génesis 3). La práctica persiste;
culpamos a otros por nuestras emociones. En relaciones fracturadas, a menudo evitamos
responsabilidad, focalizando en las faltas del otro. La confesión total y la responsabilidad liberan
de la culpa. ¿Te enfrentas plenamente a tus decisiones y actitudes, asumiendo total
responsabilidad ante Dios y otros? (Génesis 3:11; Salmos 51:4).
4. TRAMPAS ACERCA DE LAS PRIORIDADES: ESTOY MUY OCUPADA, PARA CUMPLIR CON
TODAS MIS OBLIGACIONES
La mentira de que no tenemos tiempo suficiente es común entre las mujeres. Aunque contamos
con comodidades modernas, vivimos en constante ansiedad. Jesús, en sus 33 años, culminó la
obra que Dios le encomendó, no la que otros esperaban. La clave radica en discernir la obra de
Dios para nosotros y rechazar responsabilidades ajenas. Aceptar nuestras limitaciones libera de
la frustración y nos permite vivir con propósito, sin la carga de expectativas indebidas.
Juan 17:4: "Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese."
Preguntas Reflexivas:
¿Enfocas tu tiempo en la obra que Dios te ha asignado o te dejas llevar por las expectativas de
otros?
¿Cómo puedes discernir y priorizar las responsabilidades que realmente Dios quiere que
asumas?
¿Estás dispuesta a renunciar a las expectativas indebidas para experimentar la paz que proviene
de vivir según el propósito de Dios?
Ejemplo la mentira de la otra cara de la misma moneda: La mentira de que "puedo hacerlo todo"
lleva a la sobrecarga y agotamiento. La expectativa de ser la esposa y madre ideal, mantener la
casa, trabajar y más, es irreal. La frustración surge al intentar cumplir responsabilidades no
asignadas por Dios. En cambio, priorizar según Su llamado, guiadas por el Espíritu, trae libertad y
gozo genuinos. Estos testimonios revelan la liberación de la esclavitud impuesta por las mentiras
de Satanás sobre el tiempo y las prioridades. La verdad es que ninguna mujer puede hacer todo
eso de manera eficaz. Tarde o temprano algo (o alguien) sufrirá.
La frustración es el resultado del intento por cumplir con responsabilidades que Dios nunca nos
asignó. En cambio, debemos buscar las prioridades de Dios para cada momento de la vida y
luego esforzarnos por cumplirlas con la ayuda de su Espíritu pues Él provee todo el tiempo y la
capacidad necesarios para cumplir con su llamado divino. Entonces gozaremos de la libertad, el
gozo y los frutos de nuestra labor.
La verdad liberadora acerca de la sumisión reside en comprender que Dios ideó la autoridad
como amparo espiritual y protección. Al someternos a la autoridad delegada por Dios,
experimentamos Su cuidado. La sumisión no significa aceptar maltrato; el propósito es
protección y guía bajo autoridades legítimas.
Génesis 1:27: "Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los
creó."
Gálatas 3:28: "Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque
todos vosotros sois uno en Cristo Jesús."
1 Pedro 3:7: "Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer
como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones
no tengan estorbo."
La verdad liberadora es que, al someternos a Dios y a las autoridades designadas por Él,
experimentamos libertad y protección divinas.
En el estudio de las mentiras creídas por muchas mujeres cristianas, se destaca la astucia de
Satanás, adaptando engaños a nuestras tendencias. La clave reside en reconocer que creer
mentiras nos esclaviza, mientras que la verdad tiene el poder de liberarnos. La exposición a
filosofías engañosas nos lleva a la esclavitud al meditar y actuar según esas mentiras. Identificar,
desafiar y reemplazar mentiras con la verdad marca el camino hacia la libertad. La verdad,
poderosa y purificadora, nos santifica. Elegir la verdad sobre las mentiras nos guía hacia la senda
de la libertad.
Salmo 1:1: "Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino
de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado."
Salmo 91:4: "Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es
su verdad."
¿En qué áreas de tu vida has identificado la influencia de mentiras que podrían estar afectando
tu libertad?
¿Cómo puedes aplicar el principio de identificar, desafiar y reemplazar mentiras con la verdad en
tu vida cotidiana?
¿Cuál es tu enfoque para resistir las filosofías engañosas en medio de la exposición diaria a
diversas influencias?
¿Qué decisiones prácticas puedes tomar hoy para elegir la senda de la verdad en lugar de creer
las mentiras de Satanás?
Llamado
Conocer y caminar en la verdad nos llama a ser instrumentos de Dios para guiar a otros. La
cultura posmoderna fomenta la tolerancia, pero defender la verdad es esencial. (Efesios 4:14-15,
25; Santiago 5:19-20)
Las personas que nos rodean, que están heridas y desvalidas no necesitan escuchar nuestra
opinión ni nuestras sugerencias. Necesitan saber lo que Dios dice. Necesitan conocer sus
mandatos, sus promesas, y sus caminos. Si en realidad queremos ayudar a las personas debemos
señalarles dónde encontrar la verdad. Luego, en oración y con amor debemos mostrarles la
forma de ponerla en práctica en su situación particular.