Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
LA AUDITORÍA INTERNA
Antecedentes Históricos
En el siglo XVII, la función de la Auditoría era muy sencilla, dado que la labor consistía
generalmente en oír, y no existían registros de los trabajos realizados. Ya para el siglo
XIX las funciones principales de la Auditoría estaban encaminadas a la prevención,
divulgación y castigo del fraude y del engaño, puesto que su enfoque era
puramente negativo y empírico. Pero, no existía ninguna actitud, guía, normatividad
ni disciplina profesional que la regulara. A su vez el desarrollo del comercio, trajo
consigo la necesidad de las revisiones independientes para asegurarse de la
adecuación y finalidad de los registros mantenidos en las empresas.
La auditoría como profesión fue reconocida por primera vez bajo la Ley Británica de
Sociedades Anónimas de 1862 y el reconocimiento general tuvo lugar durante el
período de mandato de la Ley. Desde 1862 hasta 1905, la profesión de la Auditoría
creció y floreció en Inglaterra. Luego, hacia el año 1900, la Auditoría se introdujo en
los Estados Unidos, cuyo objetivo principal consistía en la revisión de los estados
financieros y de los resultados de las operaciones. Solo a partir de ese momento se
desarrolla el modelo de Auditoría Interna y de Gobierno, lo que permitió que la
Auditoría se convirtiera en un proceso integral y de asesoría al interior de las
empresas, afianzando la creación de un Sistema de Control para cada una de ellas.
En 1941, con el nacimiento del Instituto de Auditores Internos de Nueva York se llegó
a la conclusión de buscar e informar sobre irregularidades y fraude no era la mayor
responsabilidad de los auditores externos, convirtiéndose en responsabilidad de los
auditores internos. En 1958, con la creación del microchip la auditoría interna
presentó un cambio importante, y ésta empezó a organizarse en otros países, tales
como Canadá, demás países de habla inglesa, Argentina, etc.
En la década de los 70 y 80, en los Estados Unidos, el IAI (instituto de Auditoría Interna)
en el sector privado, y la Contraloría General de los Estados Unidos, en el sector
público, fueron los pioneros en la ampliación de los alcances de la auditoria más allá
de los temas financieros. Por tal motivo, los auditores internos se concentraron en el
control y disminuyeron sus labores de investigación de irregularidades.
Para formar parte de la Auditoría Interna ya no basta sólo con manejar conceptos
contables, financieros, legales, económicos, administrativos e informáticos, ahora
también resulta esencial poseer conocimientos en materia de administración de
operaciones, logística, ingeniería financiera, comportamiento organizacional,
estadística aplicada, calidad, productividad y entre otras. Lo anterior, ha hecho que
los auditores, con frecuencia, actúen como consejeros de la dirección. Por todo ello,
la formación debe ser permanente, puesto que no sólo es una necesidad sino una
obligación laboral para el especialista que tiene que permanecer atento a cualquier
tipo de riesgo que pueda poner en peligro la consecución de los objetivos
estratégicos de la organización para la que trabaja.
Por tal motivo los ejecutivos se ven obligados a certificar la precisión de sus datos
financieros y la existencia de sistemas y controles internos que respalden la exactitud
y veracidad de los datos. Por otro lado, ante la aparición de nuevas circunstancias,
necesidades y obligaciones, la Auditoría Interna se ha visto obligada a mejorar de
manera continua su forma de controlar y verificar, haciendo uso para ello de las
nuevas técnicas de calidad y mejora continua. De tal forma y en conjunción con la
informática se han gestado sofisticados softwares destinados a llevar a cabo una
evaluación del control interno según el informe COSO®, evaluar los riesgos y realizar
auditorías de las evaluaciones.
Objetivo principal
Control Interno
El control interno es una función que tiene por objeto salvaguardar y preservar los
bienes de la empresa, evitar desembolsos indebidos de fondos y ofrecer la seguridad
de que no se contraerán obligaciones sin autorización.
Las principales técnicas y más comúnmente utilizadas para la evaluación del control
interno son las de:
Memorándums de procedimientos
Flujogramas
Cuestionarios de Control Interno
Técnicas estadísticas
Las herramientas de gestión, tales como diagrama de Ishikawa (denominada
también “Espina de Pescado”), diagrama de Pareto, diagrama de dispersión,
histograma, la Matriz de Control Interno, entre otras.