La pesca en Centroamérica es una actividad económica y cultural de
gran importancia en la región, debido a la abundancia de recursos marinos en sus costas tanto en el océano Pacífico como en el mar Caribe. Algunos aspectos relevantes de la pesca en Centroamérica incluyen:
Variedad de especies: Las aguas de Centroamérica albergan una gran
diversidad de especies marinas, incluyendo peces, crustáceos y moluscos. Algunas de las especies más comunes en la región incluyen atún, camarón, langosta, pargo y dorado, entre otros.
Importancia económica: La pesca es una actividad económica crucial
para muchos países centroamericanos, ya que proporciona empleo e ingresos a miles de personas en la región. Además, la exportación de productos pesqueros, como camarones y filetes de pescado, es una fuente importante de divisas para varios países de Centroamérica.
Problemas de sostenibilidad: A pesar de la importancia económica de
la pesca en Centroamérica, la actividad enfrenta desafíos significativos en términos de sostenibilidad. La sobrepesca, la degradación del hábitat marino y la contaminación son algunos de los problemas que afectan a las poblaciones de peces y la salud de los ecosistemas marinos en la región.
Regulación y gestión: Muchos países de Centroamérica han
implementado regulaciones y medidas de gestión para promover la pesca sostenible y conservar los recursos marinos. Estas medidas incluyen la creación de áreas marinas protegidas, cuotas de captura, restricciones de temporada y la promoción de prácticas pesqueras responsables.
Pesca artesanal y industrial: En Centroamérica coexisten tanto la
pesca artesanal, realizada principalmente por comunidades locales con métodos tradicionales y pequeñas embarcaciones, como la pesca industrial, que utiliza tecnología moderna y grandes barcos para capturar cantidades significativas de peces y otros productos marinos. En resumen, la pesca en Centroamérica es una actividad multifacética que desempeña un papel importante en la economía y la cultura de la región. Sin embargo, es fundamental abordar los desafíos de sostenibilidad y gestionar adecuadamente los recursos marinos para garantizar su conservación a largo plazo.
Sobreexplotación, consumo y beneficiarios
España es uno de los principales países consumidores de pescado y
marisco a escala mundial. Mientras el consumo medio en el resto del mundo es de 20 kilogramos por persona y año, en el Estado español esta cifra se duplica y llega hasta los 46 kg/persona/año. Estas cifras reflejan la desigualdad a escala mundial, pero también hay que señalar la desigualdad interna, porque en el país cada vez menos población puede permitirse comer pescado y marisco de forma periódica. Con todo, el elevado consumo de un sector de la población significa, en términos ecológicos, la sobreexplotación y destrucción de los ecosistemas dentro y fuera de nuestras fronteras. Según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el 35% de las poblaciones de peces están sobreexplotadas.
En términos económicos, que es lo que se prioriza en el marco del
actual modelo de producción y consumo, un reducido número de grandes compañías de la pesca obtiene importantes ganancias con este negocio. Entre ellas, Nueva Pescanova, Jealsa-Rianxeira y Calvo se sitúan en los primeros puestos del ranking de facturación del sector de la industria del pescado y las conservas en el Estado español. Estas compañías son, además, las más beneficiadas por los acuerdos comerciales y las exportaciones entre Centroamérica y la UE. De hecho, el apoyo político, económico y diplomático de los gobiernos españoles ha dado como resultado que la extracción y transformación de pescado y marisco en Nicaragua, Guatemala y El Salvador ─exportada mayoritariamente a Estados Unidos, Europa y China─ esté controlada por ellas.