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Semiología Médica - La Historia Clínica - Tomás, Deza
Semiología Médica - La Historia Clínica - Tomás, Deza
Pacientes
Estudiantes de Medicina
Cuerpo Docente de la Cátedra de Semiología
VII
Agradecimientos
A los distintos alumnos que nos sirvieron de modelo para el material fotográfico
por su contribución desinteresada y porque no fueron meros observadores, sino activos
participantes, haciéndonos llegar observaciones de alto contenido didáctico.
IX
Colaboradores
XI
Dr. Gil Deza, Ernesto
Médico Oncólogo
Director de Investigación y Docencia
Instituto Oncológico Henry Moore
XII
Prof. Dr. Rodriguez Rey, Roberto H.
Médico Neurólogo
Prof. Asociado Cátedra de Neurología
Facultad de Medicina UNT
Trabajos Finales
Curso de Adiestramiento de Semiología
(Escuela de Semiología)
Dra. Andrés, María Soledad
Dr. Ternavasio, Hugo Guillermo
Dra Vitriú, Adriana Verónica
Dra. Zelaya, Huerta María Victoria
XIII
Índice de Capítulos
Capítulo 1. Introducción - 1
Capítulo 2. Historia Clínica - 7
Capítulo 3. Vigencia, Valor y Soberanía de la Clínica Médica - 27
Capítulo 4. Interrogatorio. Anamnesis - 37
Capítulo 5. Semiología del Dolor - 51
Capítulo 6. Semiología de la Disnea - 57
Capítulo 7. Semiología de la Cianosis - 61
Capítulo 8. Semiología del Edema - 67
Capítulo 9. Semiología de la Ictericia - 73
Capítulo 10. Semiología de la Fiebre - 79
Capítulo 11. Síntomas Referidos a la Cabeza - 85
Capítulo 12. Síntomas Referidos al Cuello - 93
Capítulo 13. Síntomas Respiratorios - 97
Capítulo 14. Síntomas Cardiovasculares - 101
Capítulo 15. Síntomas Digestivos - 105
Capítulo 16. Síntomas del Aparato Urinario - 121
Capítulo 17. Síntomas Genitales - 125
Capítulo 18. Síntomas del Sistema Nervioso - 133
Capítulo 19. Vocabulario Regional - 139
Capítulo 20. Examen Físico General - 147
Capítulo 21. Examen Físico Especial - 157
Capítulo 22. Semiología de la Cabeza - 171
Capítulo 23. Semiología del Cuello - 181
Capítulo 24. Semiología del Aparato Respiratorio - 187
Capítulo 25. Semiología del Aparato Cardiovascular - 201
Capítulo 26. Semiología del Abdomen - 225
Capítulo 27. Semiología del Aparato Digestivo - 245
Capítulo 28. Semiología del Aparato Urinario -259
Capítulo 29. Semiología del Sistema Nervioso - 263
Capítulo 30. Semiología Endocrina - 301
Capítulo 31. Semiología Hematológica - 307
Capítulo 32. Síndromes Respiratorios - 313
Capítulo 33. Síndromes Cardíacos - 335
Capítulo 34. Síndromes Vasculares - 367
Capítulo 35. Síndromes Abdominales - 375
Capítulo 36. Síndromes Digestivos - 383
Capítulo 37. Síndromes del Aparato Urinario - 399
Capítulo 38. Síndromes del Sistema Nervioso - 409
Capítulo 39. Síndromes Endocrinos - 425
Capítulo 40. Síndromes Hematológicos - 443
Capítulo 41. Laboratorio - 451
Capítulo 42. Imágenes en Semiología - 463
Capítulo 43. Semiología Mamaria en la Mujer - 469
Capítulo 44. Semiología del Paciente Oncológico - 473
Capítulo 45. Síndromes Mediastinales - 477
Capítulo 46. Semiología del Adulto Mayor - 479
Capítulo 47. Semiología de la Embarazada - 489
Capítulo 48. Glosario de Síntomas y Signos Español/Inglés - 495
Capítulo 49. Guía para la Redacción de una Historia Clínica Completa - 507
XXI
Prólogo
XV
involucra no sólo rotular al paciente como poseedor de tal o cual padecimiento, sino
conocer y adentrarse en ese micromundo que constituye el enfermo y el medio donde
le toca vivir y trabajar, y hacerse partícipe de sus dudas y sus angustias, hasta llegar –
a veces – en ser confesor y/o consejero.
Se ha venido diciendo a través de los tiempos que el médico, en su quehacer de
atención al paciente, descubriendo sus dolencias, conociéndolo como persona y de allí
estableciendo tratamiento, proponiendo conductas y administrando consejos, realiza
un verdadero arte.
Aproximadamente en el año 400 ac, Hipócrates decía, en su primer aforismo: La
vida es corta, el Arte es largo, la ocasión es efímera; la experiencia peligrosa, y el
juicio difícil. El médico debe estar preparado para hacer lo que para el mismo es
correcto, pero también debe hacer cooperar al paciente, los asistentes, y a los que
rodean al enfermo. Es verdad como dice el aforismo que el Arte es largo en el sentido
de tiempo de aprenderlo y perfeccionarlo pero es poco lo que podemos hacer con
respecto a la cortedad de nuestras vidas. Pero si podemos llegar a conocernos a nosotros
mismos, y de esta forma perfeccionar nuestra capacidad para ayudar a nuestros
pacientes.
Pedro Laín Entralgo1 dice: “En la relación médico-enfermo uno de los momentos
principales es el fundamento de la relación o sea la vinculación que se establece entre
médico y enfermo” y al respecto cita lo que dice el celebre clínico español Jiménez
Díaz: “clínica auténtica es la que ejercita un hombre frente a otro hombre”; el enfermo
acude al médico buscando ayuda, cuando no implorándola. Otros dos momentos son
el del diagnóstico y el operativo (éste último vinculado a los procedimientos a los que
se recurre para establecer o confirmar el primero). Se agrega el momento afectivo: el
paciente expresa su angustia y pide ayuda...el médico se siente partícipe y en cierto
modo la comparte; el problema del paciente es también su problema.
Entiendo que este libro está dirigido al ambiente local, o sea al estudiantado y
médicos tucumanos, y por ello se consignan vocablos, términos o frases vinculadas a
la jerga de los pacientes de menor formación cultural o del ambiente rural, para
ayudar a que el alumno elaborando su historia clínica interprete términos autóctonos
a veces muy lejos de lo académico y hasta de lo educado; este intento de facilitar la
comprensión de manifestaciones o expresiones locales podría ser criticado por algunos,
pero la calidad de las enseñanzas escritas y gráficas supera y contrarresta cualquier
opinión peyorativa con respecto a lo señalado.
Creo, en definitiva, que la Medicina tucumana recibe un muy importante aporte,
y que este libro habrá de trascender las fronteras de nuestra provincia, y pasará a
integrar la Biblioteca de Libros de Semiología, profusamente poblada, pero en un lugar
destacado.
Fernando de la Serna
Profesor Plenario Facultad de Medicina de Tucumán
Director de la Carrera de Especialización en Cardiología
de la Facultad de Medicina de Tucumán
XVI
Prefacio
XVII
e implementar en conjunto actividades que permitieran afrontar y solucionar el
problema. La más importante e inmediata fue programar en los trabajos prácticos,
actividades específicas de redacción y lectura de historias clínicas. Otras medidas
complementarias fueron las siguientes: presentación en La Gaceta Semiológica,
publicación autorizada de la cátedra, de guías para la redacción del interrogatorio y
del examen físico de distintos aparatos; realización de Ateneos estructurados, Cursos
especiales y días de consultas posteriores al cursado regular para la lectura, discusión
y corrección de historias clínicas.
La necesidad de unificar criterios motivó la realización de reuniones semanales
del Cuerpo Docente para lograr un consenso amplio y práctico sobre la técnica
semiológica aceptada por la Cátedra en cada maniobra. También se implementaron
Ateneos previos a los exámenes parciales donde el cuerpo de profesores ejecutaba,
corregía, aclaraba o dictaba los criterios a aplicar en las distintas técnicas.
Con respecto a la bibliografía, siempre tuvimos la convicción que nuestra
asignatura debe estudiarse en material calificado (libros de autores reconocidos,
consultas en Internet, lectura de artículos médicos). Es por ello que aconsejamos una
amplia cantidad de autores seleccionados, nacionales y extranjeros, con el concepto
de defender siempre la libertad del estudiante en la lectura, en la elección del texto,
no limitándolo u orientándolo hacia un autor determinado.
Consultados los estudiantes sobre el uso de apuntes a pesar de las
recomendaciones en contrario, expusieron causas atendibles: alto costo en los libros
de texto recomendados; diversidad de criterios en los conceptos teóricos y en la
técnica de las maniobras de un autor a otro; descripciones demasiado extensas con
referencia a enfermedades, muchas veces desconocidas en el medio, que hacía
complicado y tedioso el aprendizaje; necesidad, ante la extensión de la materia, de
un texto que desarrollara los contenidos exigidos; poca claridad y/o ausencia de
conocimientos fisiopatológicos que les permitiese conocer el porque de la causalidad
de los síntomas y signos.
Estas dificultades, que nos sentíamos en la obligación de atender y solucionar,
como así también el deseo de volcar en el estudiante nuestra dilatada experiencia
docente en la Cátedra de Semiología, a la que habíamos ingresado como Ayudantes
Estudiantiles, nos convencieron y animaron en la necesidad de plasmar un texto de la
asignatura.
Para encarar esta empresa, fijamos una serie de objetivos, que intentábamos lograr
y que justificaban, a nuestro criterio, la necesidad real de un libro de Semiología:
XVIII
6. Adecuar los contenidos para cumplir con el perfil académico de la Facultad de
Medicina de la UNT. y con los requerimientos básicos de la CONEAU.
7. Destacar los factores etiológicos y las patologías prevalentes en la consulta
diaria de nuestra área de responsabilidad (N.O.A.).
8. Donar a la Facultad de Medicina los derechos de autor para que ella se encargue
de la publicación del libro y distribución al estudiante a bajo costo.
Los Autores
XIX
1
Introducción
Objetivos Educacionales
1
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Este último objetivo es, sin duda alguna, el más trascendente a lograr porque
refleja y engloba la adquisición y el conocimiento de los anteriores. Representa además,
el eje vertebrador de éste libro.
Conceptos Básicos
Existen una serie de conceptos cuyas definiciones son fundamentales conocer,
manejar y aplicar en Medicina.
Síntoma (del griego symptoma: algo que ocurre). Es una manifestación subjetiva de
enfermedad, la sensación percibida por el paciente que es relatada al médico (dolor,
ardor, falta de aire, sensación de hormigueo). Existen síntomas generales o capitales
(dolor, disnea) que se desarrollan en forma individual por su importancia y otros
específicos de cada aparato que se tratan en cada capítulo.
Semiotecnia. Son las distintas técnicas que utiliza el médico, en conjunto o por separado,
para el estudio de síntomas y signos valiéndose de sus sentidos. Comprende el
interrogatorio o anamnesis y el examen físico (inspección, palpación, percusión y
auscultación).
— Interrogatorio. Anamnesis. Es lo que el paciente manifiesta y/o el médico
averigua a través del lenguaje o la gesticulación en el transcurso de la consulta.
— Inspección. Se trata de la detección de signos por medio de la vista.
— Palpación. Es la utilización de una (Figura 1) o ambas manos (Figura 2) para
captar y estudiar distintos hechos normales o patológicos.
2
Introducción
Pródromos (pro: hacia delante: dromos: curso, carrera). Son distintas manifestaciones
subjetivas (síntomas prodrómicos) que preceden el inicio de una enfermedad y forman
parte del síndrome. Por ejemplo: astenia, inapetencia, poliartralgias, escalofríos, ligera
hipertermia, que aparecen antes de instalarse una hepatitis viral.
3
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
4
Introducción
Actitud Médica
Es el conjunto de normas o conductas que el médico debe tener siempre frente al
paciente. El estudiante de Medicina va aprendiendo a aplicarlas desde su primer contacto
con un ser enfermo para desarrollarlas plenamente durante la vida profesional. La
observancia de una actitud médica adecuada en ambas etapas, es fundamental para
que el paciente los considere su sanador.
Se citan algunas normas importantes generales y referidas al paciente, sin ser
excluyentes, que se procuran transmitir al alumno durante el cursado de Semiología.
Generales
— Comprender que la relación médico-paciente debe ser siempre interpersonal,
afectiva, bidireccional y con el interés recíproco de encontrar solución al problema
de salud existente; estos conceptos se amplían en el capítulo 4.
— Hacer del cuerpo humano un templo de respeto.
— Aprender vocabulario médico general y regional para entenderse con sus pares
estableciendo una “barrera de protección” respecto al conocimiento real que
debe tener el paciente o sus allegados.
— Conocer terminologías o palabras de uso regional del medio en que desarrolla su
actividad; ver capítulo 19.
— Mostrar siempre la imagen del “ser médico” en cuanto al vocabulario general
que se utiliza, aspecto personal (aseo, vestimenta), actitudes.
— Facilitar la comunicación, haciéndose entender cuando dialoga con el paciente o
su familia y dando la información necesaria.
— Obtener el consentimiento por escrito del paciente, tutor o responsable (niños,
paciente en coma, insano mental) para exámenes complementarios y/ o
tratamientos.
— Aplicar los principios básicos de la bioética: no maleficencia (no dañar con
intención); justicia (igual atención para todos); beneficencia (tratar de hacer
el bien); autonomía (actuar según los principios de la razón de cada uno).
— Solicitar sólo los exámenes complementarios imprescindibles.
— Ser respetuoso en el trato con los colegas, evitando críticas injustificadas.
— Guardar celosamente el secreto profesional aún en circunstancias comprometidas.
— Adquirir hábito en el estudio no sólo como estudiante sino para el futuro a
través de la Educación Médica Continua.
Respecto al paciente
— Respetarlo y aceptarlo con enfermedad cierta o no, cualquiera sea su condición
social.
— Utilizar un lenguaje acorde a su idiosincrasia y a la de sus allegados.
5
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
6
Historia Clínica
2
Historia Clínica
Historia Clínica Revisada o Abreviada. Es una síntesis donde se resaltan los hechos
puntuales para trabajos de investigación, publicaciones, recorrida de sala, entrega de
guardia, ateneos anatomoclínicos.
7
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Colaboración Especial
Dr. Marcos Arias Amicone (Abogado)
Docente Cátedra de Bioética
Facultad de Medicina U.N.T
1. Introducción.
Uno de los principales aspectos vinculados a la responsabilidad resultante del
ejercicio profesional de la medicina se vincula con la adecuada confección, custodia y
conservación de la historia clínica.
Alrededor de la historia clínica se articulan sistemáticamente derechos e intereses
tanto públicos como privados, habida cuenta que confluyen en torno a ella varias
cuestiones que es importante señalar y separar analíticamente. Por un lado, las
características que presenta una historia clínica, su concepto y su utilidad. Por otro, el
valor probatorio que tiene con relación a la responsabilidad del profesional que ha
intervenido en su confección y con relación al acto médico allí documentado. Por
último, desde otra perspectiva, es importante destacar que la confección de una historia
clínica implica la registración de datos personales inherentes a un sujeto enfermo cuyos
derechos merecen la más amplia tutela, y en el que se encuentran involucrados varios
principios bioéticos que vale la pena recordar para lograr un adecuado servicio
profesional al paciente.
2. Delimitación conceptual.
En general, las definiciones teóricas acerca de cualquier noción de contenido
jurídico presentan grandes ventajas (previsibilidad, seguridad jurídica, delimitación
teórica); sin embargo también tienen indudables desventajas. La primera de ellas, es
que muchas veces hay elementos fundamentales del objeto que se intenta explicar que
quedan afuera de una definición conceptual, cuando la misma tiene pretensiones de
9
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
1
Luján López, María, Historia Clínica como prueba del consentimiento informado y la responsabilidad médica,
ponencia n° 62 en el VII Congreso Internacional de Derecho de Daños, Buenos Aires, Octubre de 2002, Fac.
Derecho, Universidad de Buenos Aires.
2
Barraza, Javier Indalecio, Historia Clínica. Su incidencia en la responsabilidad médico profesional, breve análisis
de la importancia del citado documento”, La Ley, 2000-A, 1171.
3
Lorenzetti, Ricardo Luis, Responsabilidad civil del médico, Rubinzal Culzoni, Buenos Aires, 1997, tomo II, p. 243.
4
Garay, Oscar Ernesto, Negligencia, informe pericial y la importancia de la Historia Clínica en la responsabilidad
profesional médica. La necesidad de regular sobre la HC informatizada, La Ley Buenos Aires, 2006 (marzo), p. 257.
10
Historia Clínica
Desde un punto de vista médico, en una clásica cita en la materia, se ha dicho que
“gramaticalmente, Historia es la narración verdadera de los sucesos pasados o
acaecidos; a su vez, Clínica es una voz que significa al lado o junto a la cama o al
lecho. Historia Clínica, pues, sería la narración verdadera de los sucesos acaecidos
junto a la cama del paciente. No de algunos sino de todos. Examen médico, diagnóstico,
posibles o probables, exámenes complementarios, consulta, diagnóstico definitivo,
tratamiento y seguimiento de la evolución, etc.”5.
Un médico que se ha dedicado a analizar la historia clínica, la califica como el
ABC del acto médico y –entre otros consejos– señala que “la confección misma de la
historia clínica es muy importante, pues hay que tener en cuenta que otras personas
que acceden a este documento, no son médicos, más aún quien finalmente dictaminará,
en una controversia o investigación penal, es precisamente una persona no médica,
por lo tanto es necesario que, tengamos presente la posibilidad real del impacto subjetivo
que causará a dichas personas, quienes aún inconscientemente harán un primer
juzgamiento a priori de la posible personalidad de quienes hayan intervenido en su
confección, sin que eso signifique que sean grafólogos eruditos, cuando se observa
cualquier manuscrito sucede así, no sólo por las formas grafológicas sino por el tipo
de redacción, la sintaxis, etc., se forma ineludiblemente una personalidad del autor
sea finalmente cierta o no, pero que contribuye a inclinar la balanza en uno u otro
sentido”.
En igual sentido, nos recuerda “qué importante es tomar en cuenta respecto de la
enfermedad actual el recuento minucioso y detallado de todo lo que surge de ello...
cuántas veces no pocos profesionales se lamentaron omitir ciertos detalles que en su
oportunidad los minimizó o no les dio la importancia necesaria. Ejemplificando, no es
lo mismo una enfermedad que comenzó el mismo día de la confección de la historia
clínica que otra que comenzara treinta días antes, como ocurre en los casos de síndrome
febril prolongado por ejemplo donde seguramente ya hayan intervenido otros
profesionales, a los que también les correspondería ser partícipes de lo que se llama
responsabilidad médica...No está demás referirse al párrafo antecedente y señalar
todos y cada uno de ellos, ya sean personales, hereditarios o patológicos. Hay que
recordar siempre que: lo que no se anota se da por obvio (es peor ya que constituye
una omisión)...En cuanto al examen semiológico, cuanto más experto se hace uno,
más valora lo que nuestros profesores en su oportunidad nos imponían: el minucioso,
ordenado y detallado paso (transcripción) del prolijo examen anotando aun los valores
o parámetros que se encuentran dentro de límites fisiológicos normales. Siempre
ejemplificando: si se trata de un paciente cuya enfermedad de base es la hipertensión
arterial, aunque en el momento del examen esté normotenso y no se anote esta
circunstancia y el óbito (circunstancia posterior) sea consecuencia de un A.C.V.
seguramente el juez inferirá que hubo omisión en el mejor de los casos...Imaginemos
que si de anotar lo menos posible se tratara, sería mejor no confeccionar historia
clínica. Con ello erróneamente estamos siguiendo el consejo de legos que sostienen
que escribir menos es sinónimo de errar menos sin que ello signifique extralimitarse en
divagar que ello sí puede entrañar en aumentar el riesgo del tema en cuestión...Es casi
condición sine qua non hacer mayor énfasis en el aparato o sistema que se encuentre
en estrecha relación con el diagnóstico presuntivo, con el auxilio indispensable del
especialista correspondiente, no sin antes marcar puntualmente los síntomas y signos
positivos que merecieron consideración para su llamado a interconsulta, además debe
consignarse en la historia clínica, el pedido éste y la vía de su notificación a quien
5
Do Pico, Juan Carlos, Reflexiones sobre la Historia Clínica. Protocolo indispensable para poner a salvo la
responsabilidad del médico, Revista de la Asociación Médica Argentina, v. 110, n° 2, 1997, p. 40.
11
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
correspondiere (aunque lleve el hecho de perder 30 segundos más, que finalmente será
una segura ganancia)”6.
A lo largo de todas estas definiciones, podemos encontrar ciertos datos
concurrentes o comunes entre todos los autores, que nos permiten brindar un perfil
adecuado y completo acerca de qué debe entenderse por “historia clínica”.
La historia clínica puede ser descripta como un documento creado en forma
unilateral por el médico con el fin de registrar todos los datos relevantes (actuales y
pasados) relativos a la situación de salud de una persona y a su evolución (aspecto
descriptivo), como así también los juicios de valor realizados como profesional sobre
dichos eventos (aspecto valorativo). Deben constar allí no sólo los antecedentes del
paciente y su estado actual, sino también la ficha de anamnesis, los estudios ordenados
y practicados, el diagnóstico, la terapia o tratamientos a aplicar, la evolución del
paciente y los resultados logrados, entre todos datos.
En resumen: la historia clínica es un documento en el que deben ser fielmente
registrados todos los datos que de una manera precisa y completa detallan el servicio
médico y auxiliar suministrado a una persona en situación de enfermedad.
3. Caracteres.
6
De la Vega, Enrique, La historia clínica: el ABC del acto médico, Ed. Rosario, Nº 45, mayo de 1993, citado por
Vázquez Ferreyra, Roberto A., Importancia de la historia clínica en la responsabilidad civil médica - Actitud a asumir
por parte de un médico demandado por mala praxis, La Ley 1998-C, 34.
7
Cam. Nac. Apel. Civil, sala H, C., M.G vs. MCBA y otro, 21/11/01; Cam. Nac. Civil, sala B, L.L., H. O. c. Mun.
Buenos Aires – Hospital Parmenio Piñeiro, 19/02/97, entre muchos otros.
12
Historia Clínica
8
Cam. Civil y Comercial Común 2º, La Plata, “V., V. y otro vs. Sanatorio A.S.A.”, El Derecho, 139-200.
13
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
en ella toda la información del paciente, cabe señalar que no es necesario incluir datos
irrelevantes o nimios. Sin embargo, ello no significa que el médico deba limitarse a
realizar una registración lacónica o escueta acerca de la patología de su paciente. Por
el contrario, debe abundar en datos –relevantes y pertinentes– que permitan una
identificación “completa” de los pormenores relativos a la situación de salud de su
paciente, habida cuenta que su omisión o su falta de registración pueden terminar
resultando una presunción en su contra al momento de juzgar su responsabilidad9.
Una anotación que economiza palabras para describir la situación de un paciente
suele ser “incompleta”, por la insuficiencia de los registros en ella asentados para
describir la situación del paciente y así se ha dicho en la jurisprudencia que el profesional
médico responde por las omisiones en la historia clínica, puesto que en caso contrario,
resultaría de su exclusiva conveniencia la decisión de asentar o no asentar en ella
determinados datos10.
En atención a que la historia clínica debe ser “completa”, la misma debe contener
todos los documentos anexos que no forman parte de ella, pero que igualmente la
integran, tales como datos administrativos, documento de consentimiento, protocolos
adicionales, informes de laboratorio, etc. Como consecuencia de ello, debe tenerse
especialmente en cuenta que no basta con anotar los resultados de un estudio o análisis
solicitado por el médico, ya que la historia clínica se integra con los resultados y sólo
así puede considerarse “completa”.
Asimismo, para que una historia clínica sea verdaderamente completa, no sólo
deben registrarse los datos relativos al estado del paciente, sino también las
valoraciones realizadas por el propio profesional a la hora de juzgar esos datos, en
atención a que debe existir una integración o correlación lógica entre la información
volcada en una historia clínica, los estudios practicados y las decisiones médicas
tomadas a partir de esos datos. Así, por ejemplo, deben constar las razones médicas
que en cada caso aconsejaron un determinado curso de acción terapéutica o un
determinado tratamiento (por ejemplo, por qué motivos se decidió realizar una
intervención quirúrgica; o una interconsulta con otro profesional y las conclusiones de
la misma, con las firmas y sellos de todos los profesionales que intervinieron en la
interconsulta).
Además de ello, así como en la historia clínica deben incluirse las indicaciones de
qué tipo y cantidad de medicamentos son prescriptos a un paciente, también debe
constar la administración efectiva de dichos medicamentos por parte del personal de
enfermería.
La necesidad de que la historia clínica sea “completa” y que las anotaciones que
se realizan en ella sean rigurosas, precisas y minuciosas se encuentra justificada desde
numerosos puntos de vista (jurídico, probatorio, bioético, etc.). Sin perjuicio de
desarrollar otros aspectos más adelante, baste por ahora recalcar solamente el aspecto
vinculado a la interrelación entre los distintos médicos que puedan encontrarse a cargo
de la atención de un enfermo. Como hemos destacado más arriba, la historia clínica
cumple una función informativa con relación a otros profesionales (diferentes al que
redacta la historia clínica) que puedan entrar en contacto con el paciente. No debe
9
Un ejemplo tal vez pueda aclarar la situación. Si un determinado síntoma existía y el profesional no lo detectó
(pese a deber hacerlo por su condición profesional), es claro que brindó una atención deficiente al enfermo. Si lo
detectó y no lo anotó, incumplió su deber (profesional) de registrar en la historia clínica todos los datos relevantes
relativos a su paciente. Ello no significa que necesariamente deba responder por alguna de estas situaciones, pero
las omisiones en la historia clínica suelen despertar numerosas suspicacias. Por este motivo, ante la duda sobre la
pertinencia o innecesariedad de consignar algún dato, siempre debe preferirse la alternativa que conduzca a
incorporar y registrar más cantidad de datos y no la que lleve a retacearlos.
10
Cam. Nac. Civil, sala E, “Cruz, Mónica c. Hospital Durand”, La Ley 200-B, 888.
14
Historia Clínica
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
16
Historia Clínica
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
profesional, habida cuenta que no sólo dificulta la lectura adecuada de sus registros
por parte de otros profesionales en la atención de un enfermo, sino que también dificulta
la comprensión acabada de la actuación profesional en una eventual disputa judicial
por su responsabilidad.
4. Contenido.
De la articulación entre el concepto de la historia clínica y de sus caracteres más
relevantes, podemos concluir cuál es el contenido mínimo e indispensable de información
que de ser incluido en la redacción adecuada de una historia clínica.
En la historia clínica deben obrar no sólo los antecedentes del paciente y su estado
actual, sino también la ficha de anamnesis, los estudios ordenados y realizados, el
diagnóstico , la terapia o tratamientos a aplicar, la evolución del paciente y los resultados
logrados, la medicación recomendada, la medicación administrada efectivamente; en
caso de cirugía, el correspondiente protocolo quirúrgico donde deberá constar
detalladamente la integración del equipo médico interviniente, el parte anestésico, los
estudios complementarios; la ubicación del paciente y del establecimiento asistencial,
el personal médico y paramédico que lo ha atendido, etc. Es decir, todos los datos que
de una manera precisa y completa detallan el servicio médico y auxiliar que se ha
administrado.
La historia clínica debe contener en forma indispensable: 1) la identificación del
paciente; 2) fecha y hora del diagnóstico; 3) anamnesis y examen físico; 4) medicación
prescripta; 5) evolución; 6) prescripciones y órdenes médicas; 7) hoja de enfermería;
8) cuadro clínico; 9) interconsultas; 10) anestesia; 11) protocolo quirúrgico completo;
12) intervención de enfermería; 13) informes de laboratorio; 14) alta del paciente11.
Debe dejarse constancia detallada de todos estos datos y de todo otro dato que
sea de interés médico, con indicación de los profesionales y asistentes sanitarios
intervinientes12.
En igual sentido, el Código de Ética para el Equipo de Salud de la Asociación
Médica Argentina prescribe que “en la historia clínica se deberá hacer una descripción
11
Vazquez Ferreya, Roberto, La importancia de la historia clínica en los juicios por mala praxis médica, La Ley,
1996-B, 807.
12
Ribera, Carlos E., Aspectos legales de la historia clínica, Doctrina Judicial, 2004-2, 6.
18
Historia Clínica
exacta de todos los estudios y análisis que se vayan practicando, y en el supuesto que
se arribare a un método invasivo, una descripción plena de todos los síntomas que
aconsejaron practicarla” (artículo 173). Asimismo, cuando “se realicen interconsultas
con otros profesionales, se debe registrar la opinión de las mismas y dejar constancia
del día y la hora en que fueron realizadas” (artículo 174). También es un criterio
aceptado dentro de la comunidad médica que “se deberá detallar en la historia clínica
la información suministrada al paciente y/o familiares, como así también la respuesta
que va teniendo el paciente frente al tratamiento, ya sea médico o quirúrgico” (artículo
175); como así también que “no deberán omitirse datos imprescindibles para mejor
tratamiento aunque los mismos puedan ser objeto de falsos pudores o socialmente
criticables” (artículo 176).
5. Utilidad.
Las grandes exigencias que implica la realización de una historia clínica, se
encuentran ampliamente justificadas por diversos órdenes de razones.
En primer lugar, la historia clínica tiene una indudable utilidad para conocer con
precisión y rapidez el estado de salud del paciente. Además, sirve para el adecuado
seguimiento de su estado de salud por el propio médico, pero también por los otros
integrantes del equipo de salud. En tal sentido, constituye una guía invaluable para el
médico, siendo de gran ayuda durante la consulta; para el personal de enfermería,
durante los cuidados mientras dura la internación e incluso para el personal
paramédico, durante los traslados del enfermo.
En segundo lugar, es la prueba por excelencia para demostrar que el servicio
prestado por el médico se ajustó a las reglas de la ciencia médica y fue brindado con
diligencia, prudencia y pericia.
En tercer lugar, sirve también como principio de prueba por escrito que permite
acreditar la existencia del contrato que suscita la relación médico-paciente, y sirve de
base para solicitar la determinación judicial de los honorarios adeudados a un
profesional, en caso de conflicto o desconocimiento de la relación entre el médico y su
paciente.
Por último, también sirve como instrumento que permite documentar la cantidad
y calidad de la información que se ha brindado a un paciente con relación a la práctica
que necesita en virtud de su situación particular. En tal sentido, es un elemento
importante a tener en cuenta a la hora de juzgar si se informó en forma suficiente al
paciente y si se obtuvo su consentimiento para la realización de cada práctica propuesta
por el médico.
En nuestra jurisprudencia se ha dicho que la historia clínica es un indicador muy
importante de la actuación del médico, pues no puede juzgarse de igual manera la
conducta de aquellos profesionales que redactan un documento detallado de aquellos
que elaboran la historia clínica con letra ilegible, omitiendo datos, siendo parcos y
ambiguos en sus informes. Es indudable que la conducta de unos y de otros es diferente,
de manera que el trato que reciban uno y otro también será diferente. En buena medida,
el detalle, la minuciosidad y la pericia con que la historia clínica ha sido redactada
deciden numerosas cuestiones que involucran la responsabilidad civil del médico13.
Como contrapartida, las deficiencias en la historia clínica, sus omisiones y sus
dificultades de comprensión por terceros (en especial, ilegibilidad, incompletitud, falta
de cronología adecuada, etc.) generan una grave presunción en contra del médico,
pues se entiende que ha desempañado su tarea de manera negligente. Es que si el
13
Cam. Nac. Civil, sala D, “A. de M., S vs. Fundación de Genética Humana”, La Ley, 2000-E, 390.
19
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
médico (o el hospital público o el servicio médico de que se trate) cuenta con una
oportunidad inmejorable de documentar paso a paso cada una de las actividades e
intervenciones que realiza, y si ese es el documento que registra la historia personal
del paciente, lo menos que puede exigírsele es una atención y un esmero que estén a la
altura de la importancia del documento que se está creando.
Por ese motivo se ha dicho en reiteradas oportunidades, y lo hemos señalado más
arriba, que la confección de la historia clínica y las anotaciones que en ella se realizan
no comportan tareas menores o simplemente administrativas, sino tareas de índole
profesional de la más fundamental importancia, que deben ser realizadas con rigor,
precisión y minucia porque de ello depende el correcto seguimiento de la evolución del
paciente. De hecho, en algún precedente se ha señalado que es la historia clínica la
que permite evitar que se cometa “iatrogenia”, ya que de un error o una omisión en
ella pueden resultar consecuencias graves y hasta fatales para el paciente.
Por el mismo motivo, el Código de Ética para el Equipo de Salud de la Asociación
Médica Argentina señala que “la historia clínica completa y escrita en forma
comprensible es una de las mayores responsabilidades del equipo de salud y su
redacción defectuosa es un elemento agravante en los juicios de responsabilidad legal”
(artículo 178).
6. Valor probatorio.
La historia clínica tiene un valor probatorio extraordinario en el marco de un
juicio en el que se discute la responsabilidad profesional de un médico.
Si bien constituye un documento unilateral emanado del propio médico, es claro
que constituye la prueba por excelencia en la discusión sobre la mala praxis médica,
habida cuenta que refleja las secuencias médicas acaecidas y tiene una cercanía entre
los hechos y su registración que es de un gran valor a la hora de juzgar la prueba sobre
esos hechos.
Dado que se trata de una prueba de suma importancia, se ha dicho que la historia
clínica es la probatio probatissima. En razón de ello, la pérdida de la historia clínica o
su ocultamiento por parte de quien se encuentra encargado de custodiarla, o su
adulteración constituyen una seria presunción en contra del médico.
En atención al valor probatorio que tiene la historia clínica, y puesto que es la
mejor prueba con que cuenta un profesional para justificar y defender las decisiones
médicas tomadas, es que se hace necesario desplegar el máximo celo en el cuidado de
estos documentos. No se trata solo de cuidar su confección sino también su custodia y
conservación.
Por otro lado, existe una situación particular que es importante destacar. En el
marco de un juicio por responsabilidad médica, la prueba de la existencia de un accionar
inadecuado por parte del profesional (la prueba de la mala praxis médica) incumbe,
en principio, al paciente que cuestiona el resultado al que se arribó.
Ahora bien, si la historia clínica se encuentra mal confeccionada, la misma pierde
valor probatorio y disminuye su fuerza de convicción en juicio. Sin embargo, si tomamos
en cuenta que es el propio médico quien confeccionó la historia clínica, y si el paciente
no puede acceder a sus datos registrados en ella por una defectuosa elaboración por
parte del propio profesional, la carga de la prueba se traslada hacia el profesional.
Dicho en otras palabras: si la historia clínica está mal confeccionada, se genera una
presunción en contra del médico y es ahora a él mismo a quien incumbe probar que
prestó sus servicios en forma adecuada y arreglada a la lex artis.
Esta diferencia de tratamiento es clave en el marco de un juicio por responsabilidad
médica. Por ello, una adecuada confección de la historia clínica es el mejor elemento
probatorio de defensa con que cuenta el profesional, ya que permite fácilmente al
20
Historia Clínica
14
Cam. Nac. Apel. Civil, sala H, “C., M. G. vs. MCBA”, 21/11/00; con nota de redacción El valor probatorio de
la historia clínica, La Ley 2001-E, 195; Cam. Nac. Civil, Sala J, 29/09/94, con nota de Compagnucci de Caso,
Rubén, La responsabilidad médica y la omisión en la presentación de la historia clínica, La Ley, 1995-D, 549.
21
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
paciente tiene derecho a ser informado y a acceder a su historia clínica sin restricciones,
ya que como documento médico es la mejor fuente de información para evaluar la
calidad de la atención que recibió15.
En tercer lugar, porque el paciente es la parte más débil en el marco de la relación
médico-paciente y, como consecuencia de ello, merece una tutela diferenciada, que
equipare la diferencia relativa entre las partes. El paciente es un lego con relación a
las cuestiones médicas vinculadas al desarrollo de su enfermedad: él sólo las padece,
no las comprende desde un punto de vista intelectual. El médico, en razón de su
formación profesional, se encuentra en condiciones de comprender cabalmente el
alcance de una determinada patología, de un determinado curso de acción terapéutica,
e incluso de unos determinados resultados, a veces indeseados, seguidos de ese curso
de acción.
Sin embargo, a pesar de la preponderancia de la tutela destinada al paciente, el
médico y el establecimiento asistencial también tienen intereses concurrentes con esos
derechos del paciente vinculados a la propiedad de la historia clínica. El médico tiene
interés en conservar la historia clínica porque es el medio con que cuenta para probar
la existencia de la relación médico-paciente y la calidad y extensión de los servicios
prestados. El establecimiento asistencial, también tiene interés sobre la misma, por la
obligación de guarda que pesa sobre él y por el interés que pueda tener en prueba de la
atención brindada mientras un paciente estuvo internado.
En atención a esta concurrencia de intereses, se han sugerido distintas alternativas
para solucionar el problema de la propiedad de la historia clínica. Así, alguna parte de
la doctrina ha considerado aconsejable entregar la historia clínica al paciente una vez
que es dado de alta, conservando una copia para el médico y otra para el
establecimiento asistencial. Otros autores consideran preferible conservar el original
en manos del establecimiento asistencial, entregando una copia certificada tanto al
paciente como al médico interviniente. Otros autores, por último, hablan de una
bimultipropiedad o propiedad compartida, aunque con un depósito necesario en cabeza
del establecimiento asistencial16.
Más allá de la solución que en cada caso se arbitre en definitiva, lo importante a
retener es que en ningún caso pueden oponerse obstáculos de ninguna índole al paciente
para el acceso a su historia clínica, pues es su propia vida la que se encuentra registrada
en ella.
De modo concordante, el Código de Ética para el Equipo de Salud de la Asociación
Médica Argentina dispone que la “historia clínica contiene datos personales, y sobre
estos existe un derecho personalísimo, cuyo único titular es el paciente. La negativa a
entregársela a su propio titular puede dar lugar al resarcimiento del daño causado”
(artículo 179).
8. Conservación.
En la Provincia de Tucumán no existe una norma expresa que establezca el plazo
durante el cual debe conservarse la historia clínica. Sin embargo, por analogía
corresponde aplicar en nuestra provincia el plazo establecido por el Ministerio de
Salud y Acción Social en la resolución nº 648, del año 1986, que fijó en 15 años el
plazo para la conservación de la historia clínica.
En cuanto a la responsabilidad sobre el cuidado y conservación de la historia
clínica, la misma depende del lugar donde se presta la atención médica.
15
Cam. Nac. Civil, sala A, “Ríos Romero, Ponciano vs. Bagley y otros”, Doctrina Judicial, 2000-3-94.
16
Para mayores desarrollos, consultar Weingarten, Celia, Lovece, Graciela, Ghersi, Carlos, Hospitales y clínicas
neuropsiquiátricas. La responsabilidad de los profesionales, Ed. Universidad, Buenos Aires, 2003.
22
Historia Clínica
17
Garay, Oscar Ernesto, Negligencia, informe pericial y la importancia de la historia clínica en la responsabilidad
profesional médica. La necesidad de regular la sobre la historia clínica informatizada, RCyS, 2006, 448.
23
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
compacto, etc., que puede considerarse equivalente al soporte papel, en tanto que es
un medio capaz de contener o almacenar información para su posterior reproducción18.
Por eso es que la ley establece la equivalencia entre el requisito de la escritura para el
otorgamiento de ciertos actos y la equiparación de la escritura sobre el papel a la
“escritura” sobre un registro informático.
Así como la historia clínica en papel debe ser firmada (como vimos en 3.1, último
párrafo), la historia clínica digital también debe estar firmada por el médico que
interviene. La firma es definida en nuestro código civil como condición esencial para
la existencia de todo acto bajo la forma privada (artículo 1012, Código Civil) y a su
respecto Vélez Sarsfield ha dicho que “firma” es la forma particular de escribir el
nombre y es cualquier signo hecho con la intención de manifestar la voluntad en un
documento (nota al artículo 3639 del Código Civil). Por ello, sirve para atribuir al
sujeto firmante la autoría de lo que está firmado por él (es una forma de correlacionar
la manifestación de voluntad expresada por escrito con aquel que suscribe ese
documento escrito). De esta forma, colocado al pie de un documento, es un rasgo
distintivo que lo caracteriza y su contenido se vuelve atribuible al sujeto que firma
(articulo 1028, Código Civil).
Por su parte, la firma digital es un proceso matemático realizado con soporte
tecnológico que cumple misma función que la firma ológrafa o manuscrita: determinar
la autoría de un acto y equipara a la firma digital a la firma manuscrita, ya que
“cuando la ley requiera una firma manuscrita, esa exigencia también queda satisfecha
por una firma digital. Este principio es aplicable a los casos en que la ley establece la
obligación de firmar o prescribe consecuencias para su ausencia” (ley 25.506, artículo 3).
Así como la forma escrita queda satisfecha con la forma digital, también la conservación
de los documentos electrónicos se realiza de manera similar a la que se hace con los
documentos en papel. De este modo, la ley prescribe que “la exigencia legal de conservar
documentos, registros o datos, también queda satisfecha con la conservación de los
correspondientes documentos digitales firmados digitalmente, según los procedimientos
que determine la reglamentación, siempre que sean accesibles para su posterior consulta
y permitan determinar fehacientemente el origen, destino, fecha y hora de su generación,
envío y/o recepción” (ley 25.506, artículo 12).
La ley de firma digital establece que “se entiende por firma digital al resultado de
aplicar a un documento digital un procedimiento matemático que requiere información
de exclusivo conocimiento del firmante, encontrándose ésta bajo su absoluto control.
La firma digital debe ser susceptible de verificación por terceras partes, tal que dicha
verificación simultáneamente permita identificar al firmante y detectar cualquier
alteración del documento digital posterior a su firma” (ley 25.506, artículo 2)
La firma digital implica un sistema de criptografía que codifica un texto mediante
claves confidenciales. Encriptar significa cambiar caracteres de un texto según una
clave secreta de modo que el mismo no pueda comprenderse a menos que sean sometidos
a un proceso inverso de desencriptación mediante el uso de una clave secreta. De este
modo, se recupera el texto original que sólo puede ser leído por aquellos a los que
están dirigidos. La criptografía genera, entonces, estas dos características: la integridad
y la autenticidad del documento. La integridad, por cuanto es posible verificar las
alteraciones producidas en el contenido de un documento luego de que el mismo ya ha
sido emitido; y la autenticidad, que permite atribuir su contenido a su verdadero autor
en forma fehaciente19.
18
Weingarten, Celia, Informatización y firma digital: historia clínica, La Ley, 2005-A, 1072.
19
Weingarten, Celia, Historia Clínica: de la forma manuscrita a la informatización y firma digital, La Ley, 2004-
B, 505.
24
Historia Clínica
La ley establece esta presunción de autoría al sostener que “toda firma digital
pertenece al titular del certificado digital que permite la verificación de dicha firma”
(ley 25.506, artículo 7). Sin embargo, se trata de una presunción que admite prueba en
contrario, de manera que la carga de probar la falsedad de esta atribución de firma
pesa sobre quien la impugna.
Como consecuencia de esta presunción de autoría, se establece otra presunción, esta
vez de integridad, ya que la ley “presume, salvo prueba en contrario, que este documento
digital no ha sido modificado desde el momento de su firma” (ley 25.506, artículo 8).
En cuanto a la validez de la firma digital, la ley exige que la misma haya sido creada
durante el período de vigencia del certificado digital válido del firmante; haya sido
debidamente verificada por la referencia a los datos de verificación de la firma digital
indicados en dicho certificado según el procedimiento correspondiente; que dicho certificado
haya sido emitido o reconocido por un certificador licenciado (ley 25.506, artículo 9)
La firma electrónica, por su parte, es aquella que carece de alguno de los requisitos
legales para ser considerada firma digital, ya que la ley “entiende por firma electrónica
al conjunto de datos electrónicos integrados, ligados o asociados de manera lógica a
otros datos electrónicos, utilizado por el signatario como su medio de identificación,
que carezca de alguno de los requisitos legales para ser considerada firma digital. En
caso de ser desconocida la firma electrónica corresponde a quien la invoca acreditar
su validez” (ley 25.506, artículo 5). Un ejemplo de firma electrónica es el nombre
tipeado al final de un mensaje de correo electrónico, o en una historia clínica
informatizada, o cuando es emitida por un certificador no registrado o licenciado, o
cuando se ha vencido el plazo del certificado.
Ahora bien, además de estos requisitos que son comunes a todos los documentos
electrónicos, la historia clínica requiere de otros más en orden a asegurar los requisitos
de inviolabilidad de los datos en ella contenidos.
Entre los requisitos que se señalan como indispensables debe cumplir una historia
clínica informatizada consisten en que: debe ser un sistema informático aceptado por
el usuario (facilidad y rapidez del uso y aprendizaje); debe garantizar la integridad de
la información (se debe impedir el borrado o modificación de los datos ya incorporados);
el sistema debe avisar si alguien ingresó al mismo sin autorización; debe estar dotada
de un sistema de alarmas y alertas; debe ser estricta la secuencialidad en la toma de
los datos; los datos deben ser legibles; debe permitir la preservación de datos (back up
o copia de seguridad); debe permitir transportar la información (por el propio médico
o el paciente, imprimir, etc.); debe preservar la confidencialidad (claves de acceso);
debe impedir la modificación de datos por terceros (encriptación de datos); debe constar
la firma electrónica del médico actuante; debe registrarse por el propio sistema la
fecha y la hora de la intervención en el registro electrónico; etc.20.
Todos estos requisitos apuntan a establecer un sistema informático de algún tipo
a través del cual se brinden suficientes seguridades al paciente acerca de la fidelidad e
inalterabilidad de su propia historia clínica. En la medida en que se asegure la
autenticidad de la misma, la fidelidad e integridad de la información contenida en ella,
y que se garantice la estabilidad, perdurabilidad e inalterabilidad de los datos contenidos
en una historia clínica informatizada, el valor probatorio de la historia clínica
informatizada o historia clínica digital es equivalente al de la historia clínica en papel.
Otros autores sostienen que una historia clínica informatizada, a fin de ser
considerada tal y poder cumplir las mismas funciones que la historia clínica en
papel, debe impedir que cualquier persona no autorizada tenga acceso a las
20
Garay, Oscar Ernesto, Negligencia, informe pericial y la importancia de la historia clínica en la responsabilidad
profesional médica. La necesidad de regular la sobre la historia clínica informatizada, RCyS, 2006, 448.
25
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
21
Zengarini, Hernán, Historia Clínica y Registros Médicos Informatizados, ElDial Express, http://www.eldial.com/
doctri/notas/nt011116.html, 01/07/08.
26
Vigencia, Valor y Soberanía de la Clínica Médica
3
Vigencia, Valor y Soberanía de la
Clínica Médica
Colaboración Especial
Dr. Ernesto Gil Deza
Director de Investigación y Docencia
Instituto Oncológico Henry Moore
1
Straus S, Scott Richardson W, Glasziou P, Haynes B. Medicina Basada en la Evidencia. Como practicar y enseñar
la MBE. 3ra Edición. Pag 1. Editorial Elsevier. 2006.
2
Lain Entralgo P. La historia clínica. Historia y Teoría del relato patográfico. 3ra Ed. (Facsímil de la 1ra Ed).
Madrid. Ed. Triacastela. Pag 6. 1998.
27
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
3
Lain Entralgo P. “La relación médico-enfermo. Historia y Teoría”. Revista de Occidente. Madrid. Página 15. 1964.
4
Landa Carlos Raúl. Notas acerca de la Medicina Personalística. Universidad Nacional de Medicina. Facultad de
Medicina. Pag 7. 1981.
28
Vigencia, Valor y Soberanía de la Clínica Médica
Para poder acercarse a este hombre concreto, el médico concreto dispone de sus
sentidos y su inteligencia. Debe educarse en afinar sus sentidos y aguzar su inteligencia.
Nada los puede reemplazar. Debe educarse para pensar en situaciones de las que la
mayoría de sus coetáneos huiría despavorido, y de hecho lo hacen, esa calma en medio
de las más atroces tormentas, esa “Aequanimitas” (Serenidad o Imperturbabilidad)
que tan bien definió William Osler:
1) La capacidad de escucha.
2) El desarrollo de la observación y el uso de los sentidos.
3) El pensamiento crítico.
4) La integración del conocimiento.
5
Sir William Osler. Aequanimitas. 3ra Ed. McGraw-Hill. Pag 6. 1995.
29
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
5) La jerarquización de problemas.
6) La búsqueda de soluciones basadas en evidencias.
7) La comunicación de la verdad.
8) La confrontación con dilemas éticos.
9) El manejo del tiempo.
10) La dignificación de la tarea.
Comenzaremos a desarrollarlas:
6
Groopman Jerome. How doctors think. Houghton Mifflin Company. Boston. Pag 16. 2007.
30
Vigencia, Valor y Soberanía de la Clínica Médica
2) Desarrollo de la observación y uso de los sentidos. “Nihil est in intellectu, quod non
prius fuérit in sensu”.7 Nada hay en el intelecto que no estuviera antes en los sentidos.
Los grandes médicos son grandes observadores, son grandes catadores, son cuidadosos
al palpar, son atentos al escuchar los sonidos.
Sin llegar a la cuasi sobrenatural capacidad de observación atribuida a Notker
Pfefferton (hacia el año 975) famoso monje de Sankt Gallen considerado un eximio
uroscopista: “el duque Enrique de Baviera, le envió para que examinara, haciendo
pasar por propia, la orina de una mujer embarazada. Notker, tras mirar un instante al
trasluz la redoma, le envió su dictamen: “Dios va a obrar un prodigio inaudito: dentro
de treinta días, nuestro Duque tendrá a sus pechos un hijo nacido de su propio vientre”8.
Decíamos, sin llegar a estos extremos nuestra capacidad de observación es notable,
puede ser amplificada aún más por los métodos complementarios de diagnóstico, llegar
a la claridad de una disección anatómica mediante la Ecografía, Tomografía,
Resonancia y el PET (tomografía por emisión de positrones); penetrar en la intimidad
de los tejidos mediante la histopatología o develar el funcionamiento de las células
mediante la bioquímica, pero no se puede reemplazar la observación directa del paciente:
la inspección, la palpación, la percusión y la auscultación, siguen siendo el canal más
importante de información de la situación de un paciente.
Para reafirmar lo anterior diré que en Oncología hay numerosos trabajos que
han estudiado el seguimiento clínico de los pacientes con tumores como el cáncer de
mama, comparándolo con un seguimiento más mediante Tomografías, Ecografías,
Centellogramas y Marcadores 9,10. El 80% de las metástasis fueron diagnosticadas
por la clínica, los métodos complementarios aportaron muy poco, la mayoría de las
veces confirmaron los hallazgos clínicos y no pudo curarse ni prolongarse la vida de
las pacientes sometidas a un seguimiento más “profundo”. Ésto no significa despreciar
los métodos complementarios, significa realzar los ojos, las manos y los oídos del
médico como armas de indudable valor.
7
Tomás de Aquino (1225-1274): Quaestiones disputatae de veritate q. 2, art. 3, arg. 19.
8
Landa Carlos Raúl. Meditaciones Antropológicas y Eticas de un Internista. Universidad Nacional de Tucumán.
Facultad de Medicina. Pag 26. 1983.
9
The GIVIO Investigators: Impact of follow-up testing on survival and health-related quality of life in breast
cancer patients: A multicenter randomized controlled trial. JAMA 271:1587-1592, 1994.
10
Rosselli Del Turco M, Palli D, Cariddi A, et al: Intensive diagnostic follow-up after treatment of primary breast
cancer: A randomized trial—National Research Council Project on Breast Cancer Follow-Up. JAMA 271:1593-
1597, 1994.
31
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
3) El pensamiento crítico. “El que no sabe lo que busca no entiende lo que encuentra”
(Claude Bernard). La veracidad de este aserto es casi absoluta. Cuántas veces habrán
caído manzanas hasta Newton; cuántas veces se habrá enseñado la circulación Galénica
de la sangre hasta Harvey; cuántas veces se habrá insistido en extirpar toda la mama
enferma de cáncer hasta Veronesi. Cuántas veces se cruzan por nuestro camino señales
que no entendemos porque estamos buscando otra cosa o caminamos sin saber que
buscamos.
La clínica médica desarrolla nuestras dotes de investigador. Empezamos en
tinieblas, frente a un perfecto desconocido dotado de una genética propia, que se ha
desarrollado en un ambiente específico, con una historia irrepetible, que se cruza por
nuestra vida y en un lapso que raramente excede la hora debemos saber qué le afecta,
qué estudios solicitar y qué tratamientos instaurar. ¿No es fascinante? Y lo que es más
importante lo hacemos cotidianamente. Ningún marino se aventura a navegar sin
mapas; ningún médico tiene mapas cuando enfrenta a un enfermo. Por esta razón, el
encuentro con un paciente es siempre original y único. Debemos confiar en nosotros
mismos, no con la soberbia del necio sino con la sabiduría del que sabe que cada
paciente es irrepetible, que cada encuentro tiene siempre algo especial y que nada
reemplazará a la información que pueda obtener.
Como contrapartida, una vez que hemos configurado el cuadro de lo que le pasa
a nuestro paciente debemos preguntarnos si hay algo que he dejado de tener en cuenta,
si hay algo que no he observado en forma adecuada, si hay algo incoherente, si estoy
forzando la interpretación. Es siempre preferible concluir con un “no sé lo que le sucede”
si no estamos seguros de lo que pasa. De todas formas aún cuando nos equivocamos
no todo está perdido. Mi maestro me decía: “si equivocas el diagnóstico tu enfermo
todavía tiene una chance y es que también te equivoques en la terapéutica”, es decir
aún en la peor de las circunstancias queda una esperanza.
32
Vigencia, Valor y Soberanía de la Clínica Médica
Hay numerosas maneras de hacerlo: la que empleo en mi práctica separa los problemas
en activos (actuales) y pasivos (pasados) y a los primeros los categorizo en solucionables
e insolubles; a los solucionables, a su vez, en urgentes y no urgentes. Veamos un ejemplo
tomado al azar.
Una paciente de 53 años, profesional exitosa, tabaquista severa, madre de tres
hijos, sin antecedentes patológicos destacables, nos consulta con un severo dolor
somático en la primera vértebra lumbar causado por una metástasis ósea de un
carcinoma de origen desconocido. Hay diversos problemas pero dos son prioritarios y
solucionables: calmar el dolor y evitar la compresión medular; les sigue conocer el
origen del tumor y finalmente establecer una estrategia paliativa de la causa.
Cada uno de los pacientes con los que nos topamos nos enfrenta a desafíos similares.
El ejercicio de categorizar los problemas del paciente y compartirlo con él, ayuda
notablemente en la comunicación, pues muchas veces el paciente comparte nuestro
punto de vista pero otras no y es muy importante conocer cuál o cuáles son las
prioridades del paciente.
33
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
9) El manejo del tiempo. El tiempo siempre es escaso. Para realizar la Historia Clínica
y para interactuar con nuestros pacientes, disponemos de un tiempo limitado. Por eso
el desafío es a utilizar el tiempo del modo más eficaz posible.
Para utilizar su tiempo con el paciente de la mejor manera sugerimos lo siguiente:
— Evite distracciones e interrupciones (desconecte los teléfonos si es posible).
— Concéntrese en el momento presente (deje a un lado disgustos y
preocupaciones).
13
Lain Entralgo P. El diagnóstico Médico. Historia y Teoría. Salvat Editores. Pag 393. 1982.
14
Ibidem ut supra pag. 396-397.
34
Vigencia, Valor y Soberanía de la Clínica Médica
— Piense que está entregando a su paciente lo más valioso: su tiempo; por ese
tiempo, él espera, agradece y paga.
— Permita que su paciente hable, luego pregunte.
— Una vez que tenga identificado el problema médico, el contexto vital y conozca
los valores del paciente explique a su paciente lo que Ud. comprende.
— Realice un plan diagnóstico y tratamiento. Escríbalo.
— Pregunte si su paciente comprendió. Aclare las dudas que surgen.
— Deje abierto un canal de comunicación (un teléfono o un lugar en el cual puedan
encontrarlo).
— Recuerde que aunque hubiera muchos pacientes en la sala de espera Ud. puede
atender sólo uno por vez.
35
Interrogatorio. Anamnesis
4
Interrogatorio. Anamnesis
39
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Motivo de consulta. Son los síntomas y/o signos por los que el paciente consulta; es
decir, la/s causa/s que trae/n al paciente a esta consulta.
Si son varios los síntomas y/o signos referidos, se deben ordenar según su
importancia, comenzando siempre con el de mayor jerarquía y no de acuerdo a la
cronología de aparición. En ciertos casos sin embargo, la secuencia puede tener gran
valor en el diagnóstico semiológico como por ejemplo en un paciente ictérico: dolor,
fiebre, ictericia = síndrome coledociano; fiebre, ictericia, dolor = hepatitis.
Así presentado, parece de fácil comprensión y redacción, pero hay circunstancias
que pueden dar lugar a distintas alternativas válidas. Por ello es fundamental para
cada institución, en especial si es académica, pautar criterios con el fin de lograr una
uniformidad en la enseñanza–aprendizaje.
Las preguntas que se analizan a continuación, son los interrogantes más frecuentes
que hacen los alumnos siendo importante conocer el criterio de la Cátedra de Semiología
al respecto.
— ¿Se debe transcribir textualmente en el motivo de consulta lo que dice el paciente?
No es conveniente. Lo fundamental y primario es interrogar y reinterrogar
hasta entender sin duda alguna qué dice el paciente; luego el interrogador
“traducirá” lo referido al vocabulario médico citándolo como síntoma o signo
en el motivo de consulta. Ejemplos: “me duele la panza” = dolor abdominal;
“ando botando flema” = expectoración. En algunos casos, si el médico lo cree
valioso, puede reproducir lo dicho en forma textual pero recién al redactar la
enfermedad actual. Por otro lado es frecuente escuchar vocablos regionales que
resultan incomprensibles en otras latitudes; ver capítulo 19.
— ¿Hay siempre coincidencia entre motivo de consulta y causa de internación?
No siempre lo que figura como motivo de consulta es la causa real por la que
paciente concurrió o fue internado. Puede tratarse de distintos casos.
• Gestante asintomática que consulta para control de su embarazo
constatándose 160/100 mm Hg de tensión arterial razón por la que se
interna. Se pone “Control de embarazo. Hipertensión arterial”.
• Enfermo diabético asintomático en tratamiento y control, que presenta
una glucemia de 400 mg/100 ml en un hemoglucotest de rutina que
determina su internación. Se refiere “Control de diabetes. Hiperglucemia”.
40
Interrogatorio. Anamnesis
Una excepción válida es la consulta por fiebre: se la cita como tal o como
síndrome febril pues la enumeración de todos sus componentes hace muy extenso
y confuso el motivo de consulta.
— ¿Se puede poner en motivo de consulta la realización de una práctica
diagnóstica o terapéutica? No. El criterio es que cuando el paciente se
interna para un estudio diagnóstico (cinecoronariografía, punción
biopsia hepática) o una intervención especial (cirugía, colocación de
yeso) hay que poner los síntomas y/o signos que iniciaron la dolencia y
determinaron finalmente la realización de esa práctica.
— ¿Corresponde consignar solamente los síntomas y signos que motivaron la
consulta o se pueden agregar otros? Es conveniente citar no sólo los síntomas
y signos determinantes de la consulta sino también datos que se logren con la
anamnesis, en forma espontánea o inducida, y forman parte de la enfermedad
actual. Para ello es crucial dejar que el paciente se explaye en su relato así de esa
manera va recordando hechos que contribuyen a tener una presunción
sindromática más precisa. De esta forma, si un paciente concurre por dolor
torácico en puntada sin relatar la presencia de fiebre, tos y hemoptisis y esos
elementos surgen del interrogatorio, es conveniente ponerlos en el motivo de
consulta. A veces inclusive el hallazgo de un signo específico en el examen físico
lleva al médico a reinterrogar y descubrir la existencia de un síntoma no referido.
Por todas estas apreciaciones se aconseja, que el motivo de consulta sea lo último
a registrar en una historia clínica, es decir cuando se tenga absoluta seguridad de sus
componentes.
41
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
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Interrogatorio. Anamnesis
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
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Interrogatorio. Anamnesis
45
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
“Función Sexual”
“No Sig, ese no es el problema. No me costará ganarme la confianza del filósofo
y hacer que lo confiese todo. El problema consiste en qué hacer con lo que averigüe”
1
Datos extraídos de LAUMANN, E. O., PAIK, A. & ROSEN, R. C. Sexual Dysfunction in the United Sates
Prevalence and Predictors, JAMA, February 10, 1999—Vol 281, No. 6, PPS. 537-544.
2
SURÓS BATLÓ, J & SURÓS BATLÓ, A. (1987). Semiología médica y técnica exploratoria. Salvat: ¿ , p. 569.
3
CAVALCANTI, R. & CAVALCANTI, M. (2006). Tratamento clínico das Inadequações sexuais. Roca: São
Paulo, p. 1.
46
Interrogatorio. Anamnesis
Parece acertado decir que esta resistencia a preguntar sobre la sexualidad obedece
a tres principios concretos: uno relacionado con la ambivalencia que tienen las personas
sobre lo que consideran íntimo, de uno o de los demás; el segundo es la resistencia,
comprendida como la dificultad para superar lo polisémico de la sexualidad, que siempre
tiene diferentes sentidos para cada uno y para cada circunstancia; el tercero es el
pánico, aquella sensación de puerta del altillo que se nos presenta: si la abrimos ¿qué
encontraremos?, ¿cómo la cerraremos?, acompañada por cierta certeza de “voy a
quedar en evidencia”.
Preguntando por la función sexual (el sexo) podemos conseguir información que
nos es útil para determinar el estado de salud/enfermedad de quien nos consulta. Esto
no es una duda para nadie. La pregunta real es si, ¿estamos preparados para, al
preguntar, ser conducidos a una historia que tiene que ver con los otros aspectos de la
salud que decimos defender: lo psicológico, lo social, lo cultural?
4
Según STEICHEN, R. (1982). Le marché de la sexologie.
47
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
48
Interrogatorio. Anamnesis
Analizar todos y cada uno de los parámetros citados, llevaría a una lectura extensa,
tediosa, con connotaciones de clínica médica que el estudiante aún desconoce. Por esa
razón se hace una exposición simple y orientadora de los datos más trascendentes de
cada tópico.
— Alimentación. Se refiere a la cantidad, calidad, forma de cocción, tipo de
alimentos que ingiere y los horarios habituales en su domicilio o trabajo; también
hay que interrogar sobre ingestas ocasionales.
— Vivienda. Interesa saber el tipo de construcción, sanitarios, fundamentalmente
cloacas y agua corriente. Lo temporario se refiere a vacaciones, viajes de
negocios o laborales y también a otros lugares donde pueda haber habitado y
contraído enfermedades zonales (Chagas, hidatidosis).
— Trabajo. Profesión. Cada ocupación tiene sus propios y particulares riesgos
siendo conveniente averiguar todas las que el paciente tuvo. Un mozo se
caracteriza por comer sin horario fijo o dieta específica lo que deriva en
trastornos digestivos; un no fumador que comparta lugares con fumadores,
pasa a tener los mismos riesgos derivados del humo como si lo fuera (fumador
pasivo).
— Medio social y familiar. Juega un papel trascendente en la vida y salud personal.
Interesan no sólo la constitución actual sino también conocer si se produjeron
cambios y, en lo posible, causas que los determinaron.
— Práctica de deportes. Hay que interrogar cuál es el practicado actualmente
por los distintos esfuerzos y riesgos que tienen, asiduidad de la práctica.
Conviene también conocer si tuvo que dejar algún deporte y cuál fue la razón.
— Enfermedades anteriores. Las técnicas para aplicar en su indagatoria son
variables. Una aconsejable es “recorrer al paciente de arriba abajo” (cabeza,
cuello, tórax) preguntando las enfermedades que tuvo en cada región.
No debe olvidarse nunca de preguntar sobre diabetes, gota, alergia,
hipertensión arterial, cirugías, fracturas, traumatismos; son antecedentes
importantes que suelen olvidarse de referir en forma espontánea.
Es frecuente que el paciente no relate todas sus afecciones por distintos motivos:
olvido real; negación (contagios sexuales, abortos); pudor (tuberculosis, sarna,
asma bronquial). En las transfusiones se debe citar el tiempo que se realizó por
las afecciones que pueden transmitir (hepatitis, sida, Chagas).
Algo fundamental es tener la certeza absoluta que lo que se refiere es cierto;
por ello, ante el relato de una presunta afección, debe ser interrogada como si
fuera la enfermedad actual antes de consignarla.
En las patologías crónicas de importancia (diabetes, hipertensión arterial, asma
bronquial, úlcera gástrica) no basta su simple consignación; se debe precisar
el tiempo que lleva de evolución; si se controla periódicamente o no; tratamiento
y su cumplimiento; internaciones si las hubieron.
— Hábitos tóxicos. Hay que precisar en qué consiste el mismo (alcoholismo,
tabaquismo) como así también especificar distintos hechos: característica del
elemento que lo determina (vino, cerveza, bebidas blancas, tipo de cigarrillos);
cantidad de consumo diario; tiempo de duración que lleva ese hábito tóxico; si lo
dejó, razones por qué lo hizo.
Con las drogas se debe interrogar no sólo sobre psicofármacos sino también
el uso de diferentes medicamentos que pueden ser muy nocivos: aspirinas,
antiinflamatorios y corticoesteroides (gastritis, sangrado digestivo); gotas
nasales descongestivas (hipertensión arterial, lesión local de mucosa);
anticonceptivos hormonales (trombosis venosa, hipertensión arterial);
antiespasmódicos como digestivos (constipación crónica).
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
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Semiología del Dolor
5
Semiología del Dolor
— Dolor nociceptivo. La vía sensitiva está sana; hay un receptor del dolor
(nociceptores), una vía conductora del estímulo y un centro superior (Figura 12).
Los receptores naturales del dolor son las terminaciones nerviosas libres; si existen
estímulos de intensidad suficiente para dañar un tejido, también pueden actuar
otros receptores (térmicos, táctiles, presión, tensión o tracción muscular, serosa
visceral, receptores mucosos). El dolor nociceptivo se divide en somático
(superficial, profundo), visceral y mixto.
• Somático superficial. Se origina en la piel; es epicrítico, discriminativo,
fino, localizado.
Semiológicamente (Figura 13) el paciente lo señala con un dedo sobre el
punto exacto donde está; provoca reacción de fuga, agresión, taquicardia,
palidez, hipertensión arterial.
• Somático profundo o protopático. Se origina en músculos, tendones,
articulaciones; resulta difícil demarcar su localización con exactitud.
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
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Semiología del Dolor
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Semiología de la Disnea
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia clínica
Anamnesis
En ciertos casos permite observar facies disneica (Figura 76); actitudes especiales
como ortopnea (Figuras 91 y 92); otros decúbitos especiales (Figura 293).
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Semiología de la Disnea
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
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Semiología de la Cianosis
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
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Semiología de la Cianosis
Historia clínica
Anamnesis
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Maniobras Especiales
Sirven para tipificar algunas cianosis. Se puede elevar un miembro por encima
del plano del corazón que hará atenuar a las de origen periférico porque acelera la
corriente y disminuye el consumo tisular; no tiene efecto sobre una central. La
inhalación de O2, hace disminuir francamente las cianosis centrales respiratorias no
así las cardíacas.
65
Semiología del Edema
8
Semiología del Edema
Fisiopatología. El edema se produce por la ruptura del equilibrio dinámico que mantiene
la regulación del movimiento del agua corporal.
Los mecanismos causantes del desequilibrio pueden ser primarios o accesorios.
De todas maneras existen dos hechos fisiopatológicos importantes a tener en
cuenta en los edemas generalizados (insuficiencia cardíaca, hepático, nefrótico).
1) Si bien hay un mecanismo principal para producirlos, requieren una suma de
causas para manifestarse.
2) Existe una primera etapa sin aldosteronismo donde el edema está oculto o
poco manifiesto y luego otra con hiperaldosteronismo secundario donde se
hace visible.
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
calzado; estos síntomas se hacen más evidentes en las personas mayores por
la flaccidez de los tejidos y en verano pues el calor eleva la presión sanguínea
intracapilar.
— Forma de instalación. Según la velocidad de instalación, el edema puede
presentarse en forma aguda (inflamatorio,alérgico) o crónica (renal, cardíaco,
hepático).
— Horario de aparición. Puede ser inespecífico (inflamatorio, alérgico); vespertino
(cardíaco, venoso de miembros inferiores); matutino (renal, habitualmente el
chagásico).
— Localización. Son las zonas donde aparecen: cara (renal, inflamatorio local,
chagoma de inoculación); manos (obstrucción de la vena cava superior, renal);
zonas declives (pies en el edema cardíaco u obstrucción de cava inferior).
— Extensión. Es la cantidad de tejido celular subcutáneo comprometido. Sirve para
clasificar en forma clínica a los edemas en distintos tipos; ver cuadro 8 (Figura 37).
• Localizado. Toma una zona limitada en forma unilateral (inflamatorio, alérgico)
(Figura 38).
• Segmentario. Involucra sectores bilaterales del cuerpo (síndromes de vena
cava superior o inferior) (Figuras 690 y 691).
• Regional. Corresponde a sectores unilaterales extensos por obstrucción venosa
(Figura 39) o linfática (Figura 40).
• Generalizado. Se extiende a todo el cuerpo aunque se manifiesta con
preferencia en distintas áreas: cardíaco en miembros inferiores (Figura 41);
hepático en el abdomen con ascitis y miembros inferiores; renal en la cara
(Figura 42).
— Color. La piel que recubre el edema puede ser de color normal o presentar
cambios (cianótico, pálido). Salvo la rubicundez del inflamatorio, no siempre
el paciente precisa esas variaciones; también es común que distorsione los
colores confundiendo al interrogador.
— Temperatura de la piel. Al igual que el color, al paciente le resulta difícil precisar
cambios en la temperatura salvo en los de origen inflamatorio donde está
caliente.
— Sensibilidad. El edema inflamatorio presenta dolor; el resto son indoloros.
— Acción de la gravedad. Los edemas debidos al aumento de presión hidrostática
(cardíaco, venoso) aumentan en las zonas declives; los de causa hipoproteica
(renales, hepáticos) no presentan esa característica.
— Evolución. Según la causa, se presentan variaciones: la extensión del edema
cardíaco o venoso de miembros inferiores se acentúa a la tarde; los edemas
generalizados se pueden extender en el curso del tiempo tomando incluso serosas
(anasarca).
— Síntomas y signos acompañantes. Son de gran importancia porque permiten la
ubicación del signo edema en distintos síndromes de los cuales es un componente
más.
— Antecedentes. Juega un papel importante para conocer el origen del edema.
Debe ser completo con detenimiento en los aparatos sospechosos de originar el edema.
Mediciones Especiales
— Circunferencia zonal. Se utiliza la cinta métrica para mensurar diariamente
la región en estudio (obstrucción venosa, ascitis); permite conocer la instalación
de un edema oculto o evaluar la evolución en más o en menos de uno visible
(Figura 47).
— Control del peso corporal. Consiste en pesar diariamente al paciente en la
misma balanza y preferentemente desnudo con un control estricto de ingresos
y egresos alimentarios. Sirve en los preedemas ya que un aumento de peso
superior a 300 gramos diarios es significativo de retención líquida anormal.
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
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Semiología de la Ictericia
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Semiología de la Ictericia
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Semiología de la Ictericia
Historia Clínica
Anamnesis
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Semiología de la Fiebre
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Semiología de la Fiebre
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Historia Clínica
Anamnesis
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Semiología de la Fiebre
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Casi todos los sectores muestran signos importantes que conforman, junto con
los síntomas del interrogatorio, el síndrome febril.
— Cabeza. Lengua seca y saburral (Figura 241); frecuente herpes labial; ojos con
inyección conjuntival.
— Cuello. Aumento de los latidos arteriales que se hacen visibles. Puede auscultarse
un soplo o zumbido venoso en el golfo de la yugular por aumento de la velocidad
circulatoria (Figura 287).
— Aparato respiratorio. Taquipnea y jadeo (respiración por la boca) que aumenta
la pérdida de calor por convección aérea.
— Aparato cardiovascular. Presenta en forma característica taquicardia a razón
de un aumento de ± 10 latidos por cada grado de incremento de la temperatura
por encima de 37º C. Esta relación puede alterarse de dos maneras: bradicardia
relativa donde hay, por ejemplo, 39º C con una frecuencia de 70-80 (fármacos,
virosis, fiebre tifoidea, brucelosis); taquicardia relativa donde se encuentra
por ejemplo 37.5º C con una frecuencia mayor de 120 (miocarditis, shock,
insuficiencia respiratoria, septicemia). También puede haber ligero ascenso de
la tensión arterial máxima y soplo sistólico funcional en mesocardio por
aumento de la velocidad sanguínea.
— Aparato digestivo. El paciente suele presentar anorexia, estado nauseoso; la
presencia de diarrea u otra signología abdominal, ya se relaciona con la causa
etiológica.
— Aparato urinario. Oliguria con hematuria y albuminuria transitorias; en la
terminación en crisis suele aparecer poliuria.
— Sistema nervioso. Temblores por escalofríos; puede llegar a observarse
convulsiones en casos de altas temperaturas (niños en especial) o en procesos
que toman el sistema nervioso (meningitis, encefalitis).
83
Síntomas Referidos a la Cabeza
11
Síntomas Referidos a la Cabeza
Dolor de Cabeza
El dolor es el síntoma más característico de la región de la cabeza. Cada una de
sus diferentes estructuras puede originarlo salvo excepciones (masa encefálica,
duramadre). Para su mejor estudio se los clasifica en superficiales, intracraneales y
regionales de la cara.
Dolores Superficiales
Dolores Intracraneales
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
86
Síntomas Referidos a la Cabeza
Hipertensiva aguda. Es producida por ascenso brusco de la tensión arterial. Inicio agudo;
localizado en la región occipital o también bitemporal; puede propagarse a la nuca. Carácter
gravativo, punzante y/o pulsátil; gran intensidad y duración mientras persiste la hipertensión.
Calma con hipotensores y tranquilizantes; se exacerba con movimientos de la cabeza. Los
síntomas y signos acompañantes se relacionan con la causa desencadenante: encefalopatía
hipertensiva (alteración de la conciencia, signos neurológicos de foco estables o transitorios);
feocromocitoma (gran nerviosismo, crisis de palpitaciones, facies rubicunda). En la
encefalopatía hipertensiva, hay antecedentes de hipertensión arterial, de excesos de comidas
o bebidas previos y de haber suspendido el tratamiento.
De la resaca. Se llama resaca a una serie de manifestaciones que ocurren el día posterior
a la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas. El dolor es por el efecto tóxico del alcohol
sobre el sistema nervioso; la cefalea es un componente habitual de la resaca y se inicia
con el despertar. Localización frontal y/o bitemporal; puede generalizarse. Carácter
gravativo o punzante con exacerbación pulsátil; intensidad muy variable; dura de
horas o todo el día. Se calma con analgésicos o el sueño; se exacerba con movimientos
de la cabeza y los ruidos. Síntomas acompañantes: embotamiento de conciencia,
nerviosismo, náuseas, astenia. Signo acompañante: temblor de manos.
Por masa ocupante intracraneal. Son cefaleas producidas por distintas patologías
intracraneales (tumores, abscesos, hematomas subdurales) y no tienen semiológicamente
un patrón típico de dolor. Iniciación solapada; localización variable sin relación con la
ubicación del proceso; tiende a generalizarse. Carácter gravativo; intensidad y duración
en aumento llegando a ser permanente y de gran intensidad al final. Dentro de los
síntomas y signos acompañantes, aparecen manifestaciones de foco. El fondo de ojo
tiene gran importancia diagnóstica ante la presunción de un proceso ocupante que
puede trascender como edema de papila (Figura 578).
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Se describen sólo los más habituales que puede encontrar un médico generalista.
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Síntomas Referidos a la Cabeza
Óticos. Los dolores del oído reciben el nombre de otalgia u otodinia; el más característico
es el de la otitis media. Iniciación paulatina o brusca; propagado a región orofaríngea,
parótida, base de la lengua. Carácter punzante y pulsátil; intensidad moderada a grande;
duración en relación al proceso. Calma poco con analgésicos o el decúbito contralateral;
se exacerba por el frío y los ruidos. Síntomas acompañantes: hipoacusia o zumbido.
Signos acompañantes: dolor con la compresión digital del trago (Figura 235); también
puede encontrarse fiebre, secreción purulenta (otorrea) o de sangre (otorragia) si se
perfora el tímpano. Antecedentes de sinusitis, infecciones respiratorias altas previas.
Otros dolores de la región son los superficiales por infección de la piel o cartílago
del pabellón auricular (rubor, tumor, calor locales) y los referidos desde distintas zonas
(orofaringe, laringe, articulación témporomaxilar y dientes).
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Litiasis de la glándula salival. Dolor o cólico salival. Tiene iniciación aguda, paroxística;
localizado en la región de la glándula afectada; poca propagación. Carácter punzante,
raramente cólico, con exacerbaciones dolorosas; muy intenso; duración variable y
terminación brusca. Se calma con la eliminación espontánea o instrumental del cálculo;
se exacerba con alimentos ácidos, deglución y masticación aunque ésta puede ayudar a
la eliminación de la litiasis. Síntoma acompañante: aptialismo (ausencia de saliva)
durante el dolor con aumento de secreción al final. Signo acompañante: tumefacción
redondeada, localizada, renitente, bordes y superficie lisos, muy doloroso a la presión y
que cede característicamente cuando termina el dolor. Antecedente de cuadros anteriores.
Halitosis. Mal aliento. Se llama aliento al aire por lo general inodoro exhalado durante
la espiración. Existen afecciones que dan alientos fuertes, desagradables o halitosis,
no siempre percibidos por el paciente pero pudiendo ser captados por el médico;
puede corresponder a procesos nasales, bucales, faríngeos o generales y se exterioriza
por la nariz y/o boca.
Las halitosis provenientes de la nariz (afecciones nasales, sinusitis) suelen ser
persistentes; los de senos paranasales, aparecen o se exacerban con la eliminación de
secreciones (descenso de la cabeza, aspiración espontánea del contenido de los senos).
La halitosis bucal, se produce por problemas locales o generales. Las más
características son los siguientes: fétidos por procesos bucales (estomatitis, mala higiene
90
Síntomas Referidos a la Cabeza
Rinorrea. Eliminación por los orificios nasales de las secreciones provenientes de fosas
nasales o senos paranasales. Son de distintos tipos y aspecto macroscópico variable:
mucoso, como clara de huevo (procesos alérgicos); seroso, color a suero, rojo claro
(procesos inflamatorios); purulento de consistencia pastosa, color verdoso y/o
amarillento, maloliente (supuraciones).
Estornudo. Expulsión violenta, involuntaria y ruidosa de aire por la nariz; por lo general
va precedido de prurito intranasal. Se presenta en forma aislada (irritación de la
mucosa) o en salva (procesos alérgicos).
91
Síntomas Referidos al Cuello
12
Síntomas Referidos al Cuello
Dolor de Cuello
Todas las estructuras constitutivas del cuello pueden originar dolor. Los más
frecuentes son somáticos profundos; tienen diferentes orígenes.
Columna cervical. Distintos procesos que afectan las estructuras óseas o articulares de
la columna (por lo general ancianos, inflamaciones, traumatismos) determinan dolores
localizados variables en sus características semiológicas pero con la constante de
exacerbarse con los movimientos del cuello y eventualmente con la presión manual local.
Tortícolis o cuello tieso. La tortícolis es la desviación lateral del cuello por contracción
muscular espasmódica de distintas causas: congénita y permanente; adquirida y
transitoria (traumatismos, esfuerzos, mala posición). Presenta, en especial en las
adquiridas, dolor gravativo zonal persistente, de poca intensidad exacerbado
bruscamente con movimientos del cuello haciéndose punzante y a veces invalidante
para una actividad normal. Calma con reposo, fisioterapia, calor local y analgésicos.
Síntomas Faríngeos
Odinofagia. Odinodisfagia. La odinofagia es el dolor con la deglución; si se acompaña
con dificultad al paso del alimento (disfagia) se llama odinodisfagia; la disfagia aislada
al inicio de la deglución, es por lo general de origen faríngeo. Tienen distinto origen:
inflamatorio (amigdalitis, absceso retrofaríngeo); tumorales (cáncer de lengua,
amígdalas hipertróficas, vegetaciones, linfomas); divertículos congénitos; estenosis
faríngea postquirúrgica. Las inflamaciones se acompañan de tos seca, irritativa,
persistente y sensación de sequedad en garganta.
Síntomas Laríngeos
Disfonía. Afonía. Disfonía es la presencia de cambios en el tono y/o timbre de la voz;
afonía es la pérdida de voz. Se producen cuando las cuerdas vocales se afectan en
distintos grados (inflamación, traumatismo, tumores benignos o malignos).
Síntomas Parotídeos
Cólico salival. Es producido por la obstrucción litiásica de la desembocadura de la
glándula. Iniciación aguda, paroxística; localizado en la región parotídea; se propaga
hacia oídos. Tipo punzante o raramente cólico; muy intenso; duración variable con
terminación brusca. Se calma con la eliminación en forma espontánea o instrumental
del cálculo; se exacerba con alimentos ácidos, deglución y masticación aunque ésta
puede ayudar a la eliminación de la litiasis. Síntoma acompañante: aptialismo con el
dolor y sialorrea en su finalización. Signo acompañante: tumefacción redondeada,
detrás de la parte superior de la mandíbula, renitente, bordes y superficie lisos, muy
doloroso a la presión y que cede característicamente con la finalización del dolor.
Antecedente de cuadros anteriores.
Dolor inflamatorio. La forma más típica es la producida por una parotiditis urliana
o paperas. De mayor frecuencia en niños, es de iniciación aguda y se va instalando
en forma progresiva con el correr de las horas; localizado en región parotídea uni o
bilateral; con propagación a regiones auricular y geniana. Carácter indefinido,
profundo; intensidad que aumenta a los dos o tres días con el mayor tamaño glandular;
dura alrededor de una semana y va cediendo a medida que se desinflama la glándula.
Calma con medicamentos; se exacerba con la masticación y alimentos ácidos. Signo
acompañante: agrandamiento progresivo de la glándula que se manifiesta sin cambios
en la forma por detrás de la rama ascendente mandibular, superficie lisa, bordes
difusos, con dolor a la palpación; elevación del lóbulo de la oreja (signo muy típico)
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Síntomas Referidos al Cuello
Manifestaciones Tiroideas
Bocio. Se llama bocio, al agrandamiento anatómico de la glándula tiroides, cualquiera sea
su origen, estado funcional, características anatómicas y clínicas; ver capítulo 39. Es el
signo más característico de la patología tiroidea y puede representar el motivo de consulta
del paciente; tiene gran prevalencia en el N.O.A. donde es conocido como coto.
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Síntomas Respiratorios
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Síntomas Respiratorios
Síntomas Broncopulmonares
Tos. Son golpes espiratorios forzados y reflejos, con la glotis inicialmente cerrada,
producidos para eliminar al exterior el contenido del aparato respiratorio. Es un reflejo
de defensa y constituye el síntoma más característico e identificatorio de aparato
respiratorio.
El centro de la tos está en el bulbo. La vía centrípeta parte primariamente de la
laringe, bifurcación traqueal y divisiones bronquiales (Figura 59); en forma secundaria
desde faringe, oídos, senos paranasales, pleura y vísceras abdominales. La vía eferente
corresponde a los nervios frénicos, laríngeos, intercostales y abdominales.
Hemoptisis. Es la eliminación por la boca de sangre que proviene del aparato respiratorio.
Si el esputo presenta otros componentes además de sangre, se le llama expectoración
hemoptoica. Las causas más frecuentes de hemoptisis son de origen respiratorio (cáncer
broncogénico en adultos, tuberculosis en jóvenes, afecciones bronquiales, pulmonares)
o cardíaco (estenosis mitral, tromboembolismo pulmonar); también la producen trastornos
de la coagulación, alteraciones vasculares y causas desconocidas.
Semiológicamente debe diferenciarse de la hematemesis (eliminación por la boca
de sangre que proviene de aparato digestivo) con la cual puede confundirse si no se
hace una buena anamnesis y examen físico; ver cuadro 10 (Figura 60).
98
Síntomas Respiratorios
Dolor Torácico
El dolor torácico constituye un verdadero desafío al médico porque su significado
clínico puede ser banal (psicogénico, de la caja torácica) o grave (isquemia miocárdica,
disección aórtica); entre esos extremos, existe una importante gama de afecciones de
diferente incidencia en la salud del paciente. Su estudio requiere una minuciosa
semiología, donde el interrogatorio completo es el paso fundamental.
Los dolores torácicos son de la caja torácica, intratorácicos y extratorácicos.
99
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
100
Síntomas Cardiovasculares
14
Síntomas Cardiovasculares
Síntomas Principales
Arterial periférico agudo. Es producido por isquemia debida a una obstrucción arterial
aguda completa. Iniciación brusca por lo general en reposo; localización en la zona de
obstrucción; propagación escasa o a lo largo de la arteria afectada. Carácter quemante
o punzante; muy intenso, hasta hacerse insoportable; permanente, puede durar horas.
Aumenta con los movimientos del miembro o comprimiendo la zona; una calma real
se produce sólo con la desobstrucción. Como síntomas acompañantes se refieren
parestesias. Los signos más característicos y diagnósticos se encuentran por debajo de
la zona de la obstrucción: palidez y frialdad del miembro con desaparición de los pulsos
arteriales (Figura 675). Antecedentes de estenosis mitral, arritmias, traumatismos.
102
Síntomas Cardiovasculares
al detener la marcha durante unos minutos en los cuales el paciente se hace el distraído
(signo del mirador de vidrieras); reaparece al caminar de nuevo y cuando se ha recorrido
igual cantidad de metros. Es uni o bilateral según el lugar de la obstrucción, por lo
general en pantorrilla; sin propagación. Carácter opresivo o como calambre; intenso,
claudicante; evolución progresiva apareciendo cada vez en forma más precoz al
recorrer menores distancias para hacerse finalmente de reposo. Los síntomas y signos
acompañantes son parestesias, disminución o ausencia de pulsos periféricos distales,
cambios en la coloración, frialdad, distintos tipos de lesiones tróficas en piel y faneras
(caída del vello, onicogrifosis) (Figura 168). Antecedentes de tabaquismo,
hipercolesterolemia, hipertensión arterial, ateroesclerosis, diabetes.
El síndrome de claudicación intermitente también puede presentarse en miembros
superiores. El paciente, más frecuente mujer joven, siente el dolor claudicante cuando
barre, plancha o en especial tiende la ropa; se manifiesta mejor en ciertas profesiones
(pianista, dactilógrafo). Se deben en general a malformaciones congénitas del sistema
arterial (síndrome del arco aórtico); ver capítulo 34.
Dolor arterial de reposo. Producido por hipoxia debida a una obstrucción arterial
crónica incompleta con disminución de la luz arterial entre 70-90%. Aparece en
reposo en pacientes que padecen desde hace tiempo claudicación intermitente; se
localiza en la pierna y dorso de los dedos del pie, en especial el gordo, en la base de
su uña. Carácter quemante; permanente; muy intenso, tan intolerable que el
paciente clama en ocasiones por la amputación. Se alivia, sin desaparecer, colgando
la pierna al costado del lecho (Figura 674); se exacerba con cualquier movimiento.
Los síntomas y signos asociados denotan mal estado general, con insomnio,
trastornos psíquicos, pérdida de peso por inapetencia. El miembro enfermo está
frío, pálido, sin pulso, con severos trastornos tróficos de piel, uñas, pelos y úlcera
trófica llegando a la gangrena seca o húmeda (Figuras 676 y 677). Antecedentes
similares a los del dolor claudicante.
Venoso. Es producido por hipoxia secundaria a estasis venosa determinada por distintas
causas de insuficiencia venosa (trombosis, várices). Se inicia en forma progresiva en
horario vespertino; localización uni o bilateral; se propaga desde los pies hacia arriba.
Carácter gravativo, pesadez de miembros inferiores que aparece con la posición erecta;
poco intenso; dura mientras se mantiene la bipedestación. Se exacerba con el calor en
verano, menstruación, embarazo, posición de pie; calma en forma especial con el reposo
y la elevación o vendaje del miembro; la marcha disminuye algo el dolor por la
compresión que ejercen los músculos sobre la venas mejorando su circulación. Los
síntomas y signos que acompañan son edema, calambres, hormigueos, várices
manifiestas (Figuras 687 y 688). Es más frecuente en mujeres con antecedentes de
enfermedades venosas.
103
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Linfático crónico. Es producido por una serie de factores que determinan un mal
drenaje linfático: compresión externa (bridas, tumores); obstrucción linfática (filariasis,
metástasis). El dolor es de aparición progresiva según avanza el linfedema; localización
zonal; espontáneo y/o exacerbado con los esfuerzos; poco intenso, tolerable,
presentando el o los miembros afectados, un grosero y progresivo aumento de tamaño
(linfedema secundario) con severos trastornos tróficos e inflamatorios (Figura 40).
104
Síntomas Digestivos
15
Síntomas Digestivos
Dolor Abdominal
El dolor abdominal es un síntoma que responde a distintas etiologías y que puede
presentarse en forma aguda (capítulo 35) o crónica.
En este capítulo se describen los dolores que determinan las afecciones del aparato
digestivo relacionados con sus órganos de origen; los dolores relacionados con otros
aparatos, se ven en sus respectivos capítulos.
105
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
106
Síntomas Digestivos
Dolor peritoneal. Es producido por la irritación del peritoneo parietal. Comienzo agudo;
localizado en la zona correspondiente al órgano afectado; con el correr de las horas se
propaga a todo el abdomen. Tipo punzante, lancinante; muy intenso en especial si lo
que se vuelca en abdomen es ácido; continuo; dura el tiempo que lleva a su resolución;
en la evolución, el dolor se hace cada vez más intenso hasta ser intolerable. Se exacerba
con los movimientos, ingestas de alimentos, palpación; disminuye con el decúbito dorsal,
inmovilidad, tratamiento correcto. Dentro de los síntomas y signos acompañantes se
destacan los vómitos reflejos, constipación y los hallazgos del síndrome peritoneal;
ver capítulo 35. Hay antecedentes de diversas patologías (úlcera gástrica, colecistitis,
embarazo extrauterino, divertículos).
Anorexia. Es una falta patológica de apetito que lleva al paciente a la caquexia. Puede
a su vez ser total (cáncer, hepatitis, afección psíquica) o selectiva (sólo para carne en
el cáncer gástrico). Según su origen, es central (anorexia nerviosa) o refleja (procesos
generales o gastrointestinales). Una forma especial y de actualidad es la anorexia
nerviosa donde la paciente, con el deseo obsesivo de estar delgada, reduce su dieta a
la ingestión casi única de líquidos; es un trastorno en la percepción de su esquema
corporal (“siempre me veo gorda”).
Hemorragia Digestiva
Es la eliminación por boca o ano de sangre proveniente de aparato digestivo.
El examen semiológico exhaustivo, permite conocer dos hechos capitales: estado
general del paciente, que va desde una simple palidez (hemorragia crónica) a un
grave estado de shock (hemorragia aguda); diagnóstico causal con origenes triviales
(hemorroides, hemorragia por analgésico) o graves (cáncer digestivo, várices
esofágicas).
La hemorragia puede ser de dos tipos: visible u oculta. Los síntomas y signos que
permiten sospechar la primera son variables: antecedente de afección sangrante (úlcera
péptica, gastritis, várices esofágicas); dolor abdominal, anemia, heces negras. De
sospecharse un sangrado oculto, se solicita la detección de sangre en las materias
fecales (benzidina, guayaco).
Según que la causa del sangrado esté por arriba o abajo del ángulo de Treitz del
duodeno, las hemorragias digestivas se dividen en altas (hematemesis, melena) y bajas
(enterorragia, proctorragia)
Es fundamental precisar que estas formas semiológicas tienen vigencia solo si
existe una velocidad de tránsito digestivo normal.
Melena. Recibe este nombre la eliminación por el ano de sangre digerida de color
negra, líquida, brillante, pegajosa y olor nauseabundo. La velocidad del tránsito está
acelerada, ya que hay situaciones de hemorragias que cursan con constipación y forman
heces negras que no constituyen una melena. Las causas de una melena, son las mismas
que las de hematemesis.
Proctorragia. Es la eliminación por el ano de sangre roja con o sin defecación. En caso de
eliminarse sangre y heces, un dato semiológico importante para diferenciarla de la
enterorragia es que en ésta, la sangre está mezclada como hilos sanguinolentos con la materia
fecal; además en la proctorragia, la sangre se deposita sobre la parte superior de las heces.
La causa más frecuente de proctorragia son las hemorroides pero sin descartar
las citadas para enterorragia.
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Síntomas Digestivos
Síntomas Esofágicos
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
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Síntomas Digestivos
Síntomas Gastroduodenales
Dolor epigástrico agudo. Es producido por irritación aguda de la mucosa gástrica
(gastritis). Se inicia en forma prandial inmediato a la ingesta, forma de aparición
reciente; localizado en epigastrio; sin propagación. Tipo quemante o urente; poca
111
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Vomito. El vómito o emesis es la expulsión brusca del contenido gástrico por la boca,
generalmente precedido de náuseas.
Náusea es la sensación desagradable de vómito inminente, de asco o repugnancia,
referida a la garganta o al epigastrio; se acompaña de inquietud, sudoración, palidez,
aumento de la secreción salival, modificación del ritmo respiratorio. Las náuseas son
un síntoma reflejo, de origen digestivo o extradigestivo; se presentan en forma aislada
o persistente (estado nauseoso). Las producen distintas causas: funcionales ante
estímulos desagradables (visuales, olfatorios, gustativos); orgánicas (digestivas,
pelvianas, del sistema nervioso); medicamentos (intoxicación digitálica); psíquica (se
debe pensar en la misma sólo por descarte de las otras causas).
Las arcadas son movimientos bruscos de la musculatura abdominal y diafragma,
a través del mecanismo de vómito, acompañado o no de náuseas y sin eliminación del
contenido gástrico.
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Síntomas Digestivos
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
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Síntomas Digestivos
Aerofagia. Distensión gástrica por aire deglutido con las comidas, debido a malos
hábitos alimentarios (comer rápido, de pie, bocados grandes acompañados de líquidos)
o trastornos de conducta (deglución intencional de aire).
Eructo. Expulsión ruidosa por la boca, por lo general voluntaria, del aire contenido en
esófago o estómago. El origen del exceso de gas gástrico es variado: aerofagia, bebidas
carbonatadas o gaseosas, reflujo desde el intestino, gas de putrefacción o fermentación
de alimentos. Las causas de eructo son variadas (culturales, digestivas, neurosis).
Síntomas Intestinales
Colico intestinal. Es producido por distensión de las asas intestinales. Se inicia cuatro
o cinco horas después de la comida; comienzo paroxístico; localización periumbilical
(intestino delgado) o en cualquier trayecto del marco colónico (intestino grueso); poca
propagación y si la tiene, es hacia hipogastrio en el compromiso del delgado o siguiendo
el marco colónico en la afección del grueso. Carácter cólico (“retorcijón de tripas”);
intensidad variable; duración de horas o días. Se exacerba con la ingesta de cualquier
alimento; calma con el decúbito ventral, compresión suave de abdomen, dieta, drogas
antiespasmódicas, calor local. Como síntomas acompañantes se encuentran distensión
abdominal, referencia de diarrea o deseos de defecar, sudoración por descarga vagal,
pujo y tenesmo por compromiso de la ampolla rectal. Entre los signos se destacan la
presencia de palidez, bradicardia, dolor a la palpación profunda periumbilical o colónica,
ruidos hidroaéreos y defensa abdominal pero no contractura; ver capítulo 26. Los
antecedentes más habituales son la ingestión de comidas en mal estado, infectado con
bacterias, o los de parasitosis.
115
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Dolor por necrosis mesentérica. Es producido por necrosis intestinal secundaria a una
obstrucción arterial completa. Comienzo muy agudo, sin relación específica con la ingesta;
localización periumbilical; propagación a todo el abdomen. Carácter lancinante, terebrante;
intensidad creciente llegando a ser insoportable; dura hasta la revascularización
instrumental. Síntomas acompañantes: angustia, desasosiego, decúbito cambiante. Signos
acompañantes: síndrome de íleo paralítico, dolor a la presión con defensa abdominal,
cuadro progresivo de shock. Antecedentes similares de cuadros de angor intestinal. En la
cronología, la presencia de reacción peritoneal y en especial contractura, ya es signo de
peritonitis por perforación intestinal.
Dolor apendicular. Es producido por inflamación del apéndice vermicular y luego por
irritación peritoneal. Se inicia en forma aguda; se localiza al comienzo en epigastrio
propagándose entre 6-24 horas después a la fosa ilíaca derecha donde se estabiliza. Carácter
cólico al comienzo, luego se hace continuo; intensidad variable, persistente; en la evolución el
dolor disminuye con reposo y dieta o se hace cada vez más intenso por compromiso peritoneal.
Se exacerba con la ingesta de alimentos; calma con el reposo y antiespasmódicos, hielo
local. Los síntomas acompañantes pueden ser vómitos, constipación; el signo característico es
el dolor a la palpación en el punto apendicular o de Mac Burney (Figura 491); ver capítulo 26.
En su evolución, aparecen signos del síndrome peritoneal. Pueden existir, o no, dolores
anteriores de fosa ilíaca derecha.
Dolor rectal. El dolor rectal recibe, a igual que el anal, el nombre de proctalgia o
proctodinia. Es producido por distensión de la ampolla rectal (inflamación, tumoraciones).
Comienzo agudo; localización en fosa ilíaca izquierda, perineal, sacra; propagación escasa.
Carácter cólico, raramente lancinante; intensidad y duración variables. Lo exacerba las
especies, verduras o frutas crudas, la defecación; lo calma la dieta blanda, medicación.
Síntomas acompañantes: pujos, tenesmo, constipación. Antecedentes de diarrea o
constipación, inflamaciones crónicas de la ampolla rectal (colitis ulcerosa), tumores.
Dolor anal. Es producido por alteración del esfínter anal (absceso, fisura). Comienzo
agudo (fluxión hemorroidal, absceso) o solapado (fisura); se localiza en la región anal;
propagación escasa. Carácter punzante, lancinante, pulsátil (absceso); intensidad de
tolerable (fisura) a muy intenso (trombosis hemorroidal); duración relacionada con la
evolución del proceso (horas o días en los agudos, cronicidad en la fisura). Lo exacerba
grandemente la defecación y la compresión (posición de sentado en especial para los
agudos); lo calma la dieta blanda, medicación. Síntomas y signos acompañantes en
general: pujo, tenesmo, constipación; los locales están en relación con el proceso causal:
tumoración y dolor a la compresión en los agudos (Figura 701); exudación
mucopurulenta y prurito anal en la fisura.
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Síntomas Digestivos
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
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Síntomas Digestivos
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Pujo rectal. Esfuerzo persistente y repetitivo para defecar con o sin eliminación de
materias fecales (rectitis).
Prurito anal. Picazón de la región anal que puede ser ocasional o persistente; su intensidad
está en relación con el tipo de lesión y la esfera psíquica del paciente. Lo produce distintas
causas: locales (hemorroides, proctitis, dermatitis zonal, parasitosis intestinal, fisura anal);
enfermedades generales (diabetes, uremia, alergia); psicosomático; sin causa demostrable.
Síntomas Hepáticos
Ictericia. Produce la forma hepatocelular; ver capítulo 9.
Síntomas Biliares
Cólico biliar. Es producido por distensión de la vía biliar. Constituye el muy frecuente
y vulgarmente llamado “ataque de hígado”. Se inicia alrededor de tres horas después
de una comida rica en grasa; comienzo agudo; localización epigástrica; propagación
hacia el hipocondrio derecho, punta de la escápula y hombro del mismo lado. Es de
carácter cólico (cólico biliar); intensidad variable; duración de horas o días. Se exacerba
con la ingesta de alimentos en especial grasos; calma con el vómito espontáneo o
provocado, dieta hipograsa y antiespasmódicos. El síntoma acompañante más
característico es la presencia de vómitos primero alimenticios y luego biliosos; entre
los signos se destaca el punto cístico doloroso (Figuras 485 y 486); ver capítulo 26.
Antecedentes de dispepsia a las grasas, cuadros dolorosos previos, litiasis vesicular.
Síntomas Pancreáticos
Dolor pancreático agudo. Es producido por edema y/o necrosis pancreática. En la
forma más típica, se inicia alrededor de tres horas después de una comida grasa
abundante con gran ingesta de bebidas alcohólicas; comienzo brusco, explosivo;
localización supraumbilical o epigástrica; se propaga hacia ambos hipocondrios en
especial el izquierdo, escápula y hombro del mismo lado. El carácter es fulgurante,
lancinante; intensidad variable, desde leve a tremenda, severísima, inaguantable; dura
días. Se exacerba con la ingesta de alimentos en especial grasos, bebidas alcohólicas,
decúbito dorsal; no calma con el vómito espontáneo o provocado, se atenúa con dieta
líquida o antiespasmódicos. Como síntoma acompañante se encuentra vómito a veces
incoercible. Como signo, distensión abdominal por íleo paralítico. Si prima la necrosis,
el dolor se hace cada vez más intolerable, terebrante con shock, insuficiencia renal y/
o respiratoria. Hay antecedentes de dispepsia a las grasas, cólicos biliares, litiasis
vesicular, alcoholismo.
Diarrea crónica. La diarrea de causa pancreática se caracteriza por ser de tipo alta:
una a tres deposiciones diarias; heces abundantes, pastosas y brillantes por presencia
de grasa (esteatorrea); color verde amarillento; olor rancio. Con el correr del tiempo
hay desmejoramiento del estado general pudiendo llegar a ser extremo (caquexia
pancreática).
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Síntomas del Aparato Urinario
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Síntomas del Aparato Urinario
Dolores
Renal. Producido por distensión de la cápsula renal (infecciones, inflamación,
obstrucción de vías urinarias). Comienzo solapado; localizado en región lumbar
por fuera de los músculos paravertebrales, generalmente unilateral; sin
propagación. Carácter gravativo; intensidad variable; duración relacionada con
la afección que lo produce. Aumenta con la marcha y movimientos; disminuye con
el reposo y medicación. Los síntomas y signos asociados pueden ser de distinto
origen: urinarios (orina maloliente, turbia, espuma persistente); síndrome febril, a
veces prolongado; en el examen del lado afectado hay puño percusión positiva
(Figura 713) con puntos ureterales también positivos (Figuras 487, 488, 489 y 490);
ver capítulos 26 y 37. Suelen existir antecedentes de infecciones urinarias repetidas,
embarazo.
123
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Alteraciones de la Micción
La micción es el acto voluntario de eliminar por uretra la orina proveniente de
vejiga. Los hechos de normalidad son los siguientes: tres o cuatro micciones diurnas
diarias, algo menos en las mujeres, indoloras, en chorro y sin dificultad.
Estranguria. Dolor miccional de gran intensidad con eliminación de orina por gotas
(uretritis, cistitis).
Pujo vesical. Esfuerzo miccional persistente e intermitente para orinar con o sin
eliminación de orina (obstrucciones urinarias, uretritis).
124
Síntomas del Aparato Urinario
Alteraciones de la Diuresis
Diuresis es la cantidad o volumen de orina que se elimina en un tiempo determinado.
Por lo general el control es de 24 horas (± 1.500 ml), pero en los cuadros agudos
(shock, insuficiencia renal, deshidratación) interesa registrarla cada hora (± 60 ml).
En la diuresis de 24 horas, la cifra de 1.500 ml es una referencia muy variable
según la ocupación o costumbres de la persona. Por esta razón, y quizás más que en
las otras funciones, se debe conocer lo habitual de cada paciente y averiguar si existen
cambios significativos y manifiestos en más o en menos del volumen eliminado.
Poliuria. Es el incremento del volumen de orina total en 24 horas por encima de 3.000 ml
diarios. Puede ser de dos tipos: transitoria (ingestión excesiva de líquidos o bebidas
alcohólicas, diuréticos, reabsorción de edemas); permanente (insuficiencia renal crónica
compensada, diabetes sacarina e insípida).
Anuria. Toma este nombre la falta total de diuresis. Las causas son similares a las de
oliguria.
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Síntomas Genitales
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Síntomas Genitales
Secreciones Uretrales
Es la eliminación hacia el exterior de sustancias originadas en la propia uretra
(pus, sangre) sin mediar la expulsión de orina.
Constituyen un motivo de consulta muy frecuente en la práctica médica generalista
y son más frecuentes de referir en el hombre por la disposición anatómica que permite
una visualización cotidiana del meato urinario. Corresponden a la asignatura Urología
y en este capítulo se las trata en forma sucinta por su prevalencia.
En toda secreción uretral interesan conocer diferentes datos: tipo de secreción,
momento y circunstancia de aparición, tiempo de instalación, evolución, antecedentes.
Los síntomas y signos acompañantes (disuria, polaquiuria, presencia de otro tipo de
dolor) juegan un rol decisivo para la integración sindromática.
Uretrorrea. Es la eliminación de pus por uretra que puede manifestarse de dos formas.
La más frecuente y característica es la secreción francamente purulenta que se presenta
en especial antes de la primera micción matinal, blanquecina, persistente, acompañada
de disuria, polaquiuria, nerviosismo; antecedentes de relaciones sexuales recientes
(gonorrea). Otro tipo es una secreción pegajosa, incolora y/o nacarada, aparece por
lo general antes de la primera micción, puede o no acompañarse de otros síntomas de
infección urinaria baja (uretritis no gonorreica o crónica, prostatitis).
Dolores Ginecológicos
Hay distintos tipos de dolores producidos en el aparato genital femenino que
pueden motivar la consulta al médico generalista. Para su mejor descripción, se separan
los más frecuentes en diferentes grupos: cíclicos; abdominopelvianos (dolor pélvico
agudo y pélvico crónico); uterino; dolor de parto; anexiales (torsión de pedículo de
quiste ovárico, dolor agudo de trompa, dolor ovárico); vaginales; vulvares.
Cíclicos. Son los relacionados con la menstruación y se describen con las alteraciones
menstruales.
Pélvico crónico. Son los dolores con más de seis meses de instalación (inflamaciones
uterinas u ováricas, tumores, anexitis crónica). Se produce una “molestia hipogástrica”,
es decir dolor poco intenso, insidioso, gravativo, aunque las lesiones sean de gran
tamaño (fibromioma) o graves (neoplasias). La inflamación anexial crónica, origina
dolor en una fosa ilíaca propagada a la cara interna y superior del muslo que aparece
o se exacerba con el ejercicio, período premenstrual y coito. En el examen físico, se
encuentra dolor a la presión en el punto tuboovárico situado por afuera y abajo del
punto ureteral medio y pudiendo ser confundido con éste o con el de origen apendicular.
Uterino. Es muy frecuente y se produce toda vez que el útero expulsa algún elemento
extraño mediante contracciones vigorosas (endometrio por embarazo interrumpido,
restos de tejidos, coágulos). Comienzo brusco; localización en hipogastrio; propagado
a ambas fosas ilíacas. Carácter cólico; intenso; dura hasta que se produce el legrado o
la extirpación uterina. Se exacerba con movimientos; calma con reposo en decúbito
dorsal. Se acompaña en forma característica de ginecorragia; si ésta se torna maloliente,
oscura y aparece fiebre, ya hay infección sobreagregada (endometritis). Como signo,
puede haber dolor a la palpación profunda del hipogastrio. Por lo general existe el
antecedente de embarazo o de amenorrea; también de ginecorragias anteriores.
Los síntomas acompañantes suelen ser de pujo y tenesmo uterino; los dolores se
acompañan de endurecimiento abdominal visible y palpable que reciben el nombre de
contracciones.
Torsión del pedículo de quiste ovárico. Produce un dolor agudo localizado inicialmente
en una fosa ilíaca; cólico o punzante; intenso por isquemia; si hay necrosis secundaria
a alteraciones circulatorias zonales, se origina irritación del peritoneo y el dolor se
localiza en forma difusa en el hipogastrio con tendencia a generalizarse.
Dolor ovárico. Es producido por patologías propias (tumor, quiste). Tiene un comienzo
solapado; localización unilateral en fosa ilíaca; propagación hacia hipogastrio; carácter
gravativo; intensidad leve; duración y evolución prolongada. En el quiste de ovario se
suele localizar entre el hipogastrio y fosa ilíaca, con propagación ocasional a la zona
sacra; a veces, la sensación es que “algo se mueve” en el tercio inferior de abdomen
con los cambios de posición. El examen físico puede precisar un dolor a la presión en
la fosa ilíaca correspondiente y cuyo origen se corrobora con el tacto vaginal. Se
acompaña con frecuencia de trastornos menstruales.
Dolor vaginal. La vagina cuenta con pocas terminaciones nerviosas razón por la cual
su dolor no es muy frecuente. El dolor vaginal por coito, dispareunia o algopareunia, es
producido por distintas causas (desproporción orgánica, vaginismo, vulvovaginitis). Se
llama vaginismo a la contractura espasmódica de la musculatura vaginal con cualquier
tipo de roce que impide el coito; en caso que el mismo sea forzado, aparece dolor.
Dolor vulvar. El dolor por inflamación aguda de alguna de las glándulas de Bartholino
ubicadas en labios mayores de vulva (bartolinitis) es muy frecuente y se caracteriza
por iniciación aguda; localización vulvar unilateral; sin propagación. Carácter
punzante y pulsátil; intenso; dura el tiempo de la infección hasta la evacuación
(espontánea o provocada) de la glándula afectada. Se exacerba con cualquier roce o
presión, hecho que hace a la paciente estar en posición de pie; se atenúa con tratamiento
médico o quirúrgico (apertura o preferentemente extirpación glandular). Signo
capital: tumoración unilateral pequeña, dura, muy dolorosa (“cotito de las partes”
según expresión tucumana). Pueden encontrarse antecedentes de cuadros similares
anteriores.
Alteraciones Menstruales
La menstruación es la eliminación fisiológica por la vagina de sangre producida
por la digresión del endometrio en forma cíclica; es el fin de un ciclo ovárico fallido;
ver capítulo 4.
Las alteraciones menstruales o dismenorreas, pueden ser de distintos tipos: de la
presencia (polimenorrea, oligomenorrea, retraso menstrual, amenorrea); de la duración
129
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Ginecorragia
Es la eliminación de sangre por vagina que proviene del aparato ginecológico y
ocurre fuera del ciclo menstrual. Puede originarse en la vulva, vagina o útero: éstas
reciben el nombre de metrorragia. La ginecorragia se diferencia de la menstruación
por los siguientes hechos: la pérdida se produce sin relación con el ciclo habitual de
esa mujer; su duración es muy variable (días, semanas); el color de la sangre puede ser
rojo oscuro (“negra”) por la presencia habitual de coágulos; la cantidad también varía
desde escasa a muy abundante; el olor inicial es a sangre pero puede tornarse maloliente
por el agregado de una infección.
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Síntomas Genitales
Las causas más comunes difieren según el tipo de paciente: mujeres jóvenes
(interrupción espontánea o inducida de la gestación, hemorragias vaginales debidas a
rotura o úlceras por el uso local de drogas abrasivas suedo abortivas, trastornos
funcionales); mujer gestante (placenta previa); mujer madura (miomatosis uterina,
tumor benigno o maligno de cuello uterino).
131
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
blanco, como “leche cortada”, mucho prurito); por trichomonas (poca cantidad, más
líquido, amarillento, maloliente); por gonococo (purulento franco); por gardnerella
vaginalis (abundante, blancoverdoso, “odor fish”, es decir olor a pescado).
Sensación de peso vulvar. La paciente relata que, cuando se incorpora, siente una
sensación particular de peso o “algo que cae por la vagina” o “por las partes”; en casos
extremos, la sensación es aun en reposo y se exacerba en posición de pie. Se trata de un
síntoma muy característico de prolapso uterino; se encuentra también en la salida por
vagina de tumores uterinos pediculados acompañándose en estos casos de dolor uterino
expulsivo. En presencia de prolapso uterino, es preciso interrogar la existencia o no de
incontinencia urinaria, dato de gran importancia para la conducta terapéutica.
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Síntomas Neurológicos
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Síntomas Neurológicos
Grado de Conciencia
Si bien el estado de conciencia corresponde al examen físico general, el
interrogatorio aporta datos importantes para su estudio.
Los trastornos de la conciencia son una causa frecuente de consulta referidos por el
paciente o sus familiares ya que el estado normal (lucidez) puede disminuir (confusión,
obnubilación, delirio, estupor, sopor) o estar ausente (síncope, coma).
En los casos de pérdida de conocimiento y si el enfermo al despertar puede relatar
lo sucedido, es muy importante interrogar e insistir para reconocer tres hechos:
qué sintió inmediatamente antes de perder la conciencia; si conoce cuánto tiempo duró
el episodio; qué sintió al despertar; ver capítulos 20 y 38.
Lucidez. Se dice que un paciente está lúcido cuando presenta las siguientes características:
él se reconoce como tal y tiene conciencia de su cuerpo (somatestesia o somestesia);
percibe lo que ocurre a su alrededor; reacciona bien ante estímulos externos; tiene una
buena orientación témporoespacial; presenta además un lenguaje y conducta adecuados.
Confusión. Hay demora para referir palabras, ideaciones, así como para orientarse
en forma témporoespacial (conmoción cerebral).
Estupor o sopor. El paciente está dormido profundamente y sólo reacciona por instantes
ante estímulos dolorosos muy intensos sin despertar totalmente; hay incontinencia
esfinteriana (encefalopatías, drogas, diabetes, uremia).
Síncope o desmayo. Es la pérdida brusca y transitoria con duración breve, a veces fugaz, de
la conciencia por distintas causas (neurológica, epilepsia, psicogénica, bloqueo AV competo).
Dolores Neurológicos
Cefaleas por afección neurológica. Son de instalación aguda, sin antecedentes de
cefalea crónica, se exacerban con la tos, no tienen características particulares
133
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Plexalgia. Se produce por lesión de los plexos nerviosos (Figura 568) (traumatismo,
inflamación, compresión). En el territorio del plexo afectado hay al comienzo dolor
(plexalgia) con disestesias o anestesia al examen físico; posteriormente se acompaña
de trastornos motores. El dolor es de iniciación aguda y provocada por la palpación
local del plexo; localización correspondiente al sector afectado desde donde se propaga
a la totalidad de la zona plexual dependiente. Tipo fulgurante; intensidad importante;
persistente. Se exacerba con la compresión zonal (por ejemplo regiones supra y
subclavicular para el braquial); lo calma el reposo si es de origen compresivo. Síntoma
asociado: parestesias. Signos: trastornos motores en progresión (paresia, parálisis,
atrofia muscular, hiporreflexia); disestesia con hiperestesia.
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Síntomas Neurológicos
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Síntomas Sensoriales
Alucinaciones. Percepción de sensaciones (olfativas, gustativas, visuales, auditivas)
en ausencia del estímulo correspondiente.
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Vocabulario Regional
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Vocabulario Regional
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
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Vocabulario Regional
Chiyar. Gritar.
Chinche. Enfermedad de contagio sexual por lo general uretritis.
Chinchi. Satisfecho y/o distendido. Ver Pupulo.
Chinguiado. Torcido; salido de ángulo.
Chinguiar. Errar.
Chirle. Más líquido que lo habitual.
Chirlo. Cachetada.
Chivado. Transpiración con olor fuerte. Enojado.
Chorrea. Chórria. Salida de líquido por algún orificio natural o herida.
Chucho. Chuscho. Escalofrío; muy típico.
Chuecas. Corvas. Piernas.
Chunca. Pantorrilla.
Chuñar. Gomitar. Vomitar.
Chupado. Alcoholizado. Enflaquecimiento.
Chupar. Beber en general; en especial referido a bebidas alcohólicas o a lactancia materna.
Churratera. Diarrea.
Chuschar. Tirar del cabello.
Chuso. Adelgazamiento general o zonal del cuerpo.
Chuy. Expresión típica de frío.
Chuya. Más líquido que lo habitual.
Cimbronazo. Estremecimiento brusco.
Cisurada. Curada, cerrada, cicatrizada.
Clavado. Contagio sexual. Muerto.
Clavo. Uretritis.
Clina. Cabello.
Clueco. Decaído, asténico.
Cogote. Cuello. Comparar con Gañote, Garguero, Pescuezo.
Compañones. Testículos.
Como agua i´ tanque. Tranquilo.
Comué. Comodín neutro de gran uso para nombrar hechos o cosas que no se recuerdan,
conocen o definen bien.
Con la fresca. A la madrugada.
Con premio. Embarazada.
Concencia. Conciencia.
Constipado. Expresión muy usual en las zonas rurales en cuadros de tráqueobronquitis.
Corvas. Chuecas. Piernas.
Costado. Presencia o antecedente de dolor punzante de región lateral del tórax.
Cotito de las partes. Bartolinitis.
Cotito. Tumor pequeño de cualquier localización.
Coto. Bocio; muy típico del N.O.A.
Cotudo. Que tiene bocio. En Salta se le llama así a gente de la aristocracia local.
Cuajerones. Coágulos.
Cuerito del pito. Prepucio.
Culeco. Decaído, asténico.
Debute. Bien.
Descuajeringado. Sentirse desarmado, dolorido.
Deseguro. Seguramente.
Desgrasado. Dermolipectomía.
Diabeti. Diabetes.
Dimanar. Propagación de un dolor.
Dotor/a. El profesional médico propiamente dicho. Comparar con Médica/o, Sacha médico.
141
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Dueblan. Doblan.
Eletro. Electrocardiograma.
Empacho. Indigestión en general; más usado en niños pequeños.
Empuparse. Comer mucho.
Encachilado. Enojado.
Enfermedad de la libreta. Referencia a la Libreta de Enrolamiento (actual D.N.I.)
donde se hacía figurar si el paciente era tuberculoso.
Engualichado. Con enfermedad desconocida producida con un gualicho.
Enguyir. Tragar.
Escaldado. Dermatitis de surco inguinal.
Esglilla. Clavícula.
Espinazo. Columna vertebral.
Estar chapita. Disminuido mentalmente.
Estar de jeta. Enojado, fastidiado.
Estar podrido. Tener enfermedad de contagio sexual. Cansancio.
Fibrom. Fibromioma uterino.
Filo de la caniya. Borde anterior de la tibia.
Fusilado. Muy cansado.
Gañote. Laringe. Tráquea.
Garrear. Caminar mucho.
Garrón. Talones.
Garguero. Garganta.
Giriar. Escupir.
Gómito. Vómito.
Grano. Formación purulenta pequeña.
Gravería. Gravedad.
Guagua. Niño/a pequeño/a.
Gualicho. Sustancia usada para hacer el mal o para que una persona se enamore de otra.
Guano. Materia fecal.
Guata. Pared abdominal.
Güesos. Huesos.
Hacer cagar. Golpear, castigar (expresión típica).
Hacer sonar. Golpear, castigar (expresión típica).
Hacer upa. Levantar en especial un niño.
Hedentina. Mal olor.
Hiel. Yel. Bilis.
Hincar. Herir con arma blanca.
Hocico. Boca.
Hornear. Introducirse el dedo en la nariz.
Indición. Inyección.
Intestino. Región anal en general; hemorroides en particular.
Ispiar. Ispar. Micción.
Jeta. Boca. Se puede aplicar a la cara.
L´ áuja. La aguja.
La muda. Genitales externos femeninos; común en el personal hospitalario.
La parálisi. Poliomielitis (referencia a epidemia de 1955).
La prisión. Tensión arterial
Ladeado. Torcido.
Lagrimiar. Lagrimear. Referencia de secreción por algún orificio.
Lambote. Procidencia a nivel de C7 y/o D1.
Lanear. Rozar.
142
Vocabulario Regional
Las partes. Genitales externos femeninos; se suele usar también para los masculinos.
Lastrar. Comer.
Lavativa. Ayuda. Enema.
Llegar agua al tanque. Llegar sangre a la cabeza.
Macha. Embriaguez (expresión muy típica).
Machado. Machao. Ebrio.
Malcornearse. Caerse de cabeza.
Mal de ojo. Ojeo. Enfermedad o daño transmitido por una persona (ojeador) con sólo
mirar al paciente (ojeado).
Mamado. Borracho.
Maniar. Atar.
Marote. Cabeza.
Mazacote. Presencia de una mezcla imprecisa de varios elementos.
Mear. Miar. Orinar.
Media res. Medio cuerpo.
Médica/o. Curandero/a. Comparar con doctor/a.
Melón. Cabeza.
Mensturación. Menstruación
Meter el perejil. Práctica abortiva para dilatar el cuello del útero.
Mochila. Cifosis pronunciada.
Mondongo. Pared abdominal.
Moquillo. Rinorrea. Resfrío.
Moto. Falto de alguna zona de un miembro inferior.
Nacido. Absceso pequeño de piel o mucosa.
Ñascha. Región de los flancos.
No agarrar el paso. Sin mejoría.
Óido. Oído.
Ojo péido. Ptosis palpebral
Ombligal. Umbilical.
Opa. Disminuido mental.
Orines. Defecación.
Osamenta. Esqueleto.
Pachao. Torcido.
Paleta. Omoplato.
Paletilla. Apéndice xifoides.
Paloma. Genitales externos femeninos.
Panza. Abdomen en general. Comparar con Buche, Barriga.
Pasmo. Es frecuente escuchar la expresión “le ha dao un pasmo”. Corresponde a distintos
tipos de eventos agudos, en especial cuando hay alguna alteración de la conciencia.
Pata i catre. Paticatre. Genu valgum.
Pático. Muguet bucal.
Pechar. Empujar (muy típico). Pujar.
Pendi. Apéndice.
Pescuezo. Columna cervical en especial la saliencia de C7. Ver Cogote, Gañote, Lambote.
Pezuña. Uñas, en especial de los pies.
Pila. Cabeza.
Pilaso. Cabezaso.
Pílora. Píldora en general; anticonceptivo en particular.
Pinchar la bolsa. Distinto significado según el sexo: escisión de la bolsa de aguas en la
mujer embarazada; herida escrotal en el hombre.
Pitillo. Cigarrillo en especial de chala.
143
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
144
Vocabulario Regional
146
Examen Físico General
20
Examen Físico General
147
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
148
Examen Físico General
Temperatura
Se llama temperatura corporal al grado de calor local o general del organismo y
que se expresa a través de la piel y las mucosas.
Facies
Es la expresión fisonómica, color y morfología del rostro de una persona. Cuando
los tres hechos están normales, se denomina facies compuesta; si alguno o todos están
alterados, facies descompuesta.
151
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Actitud
Es la postura que adopta el paciente ya sea en posición de pie o sentado.
Decúbito
Es la posición que adopta el paciente cuando está acostado en la cama.
152
Examen Físico General
Marcha
Es el traslado voluntario del cuerpo por medio de los miembros inferiores. Se
trata de un conjunto de actos complejos y coordinados donde intervienen,
básicamente, el aparato locomotor y el sistema nervioso. La marcha normal es
firme y segura (eubasia).
Hábito Corporal
Conjunto de atributos físicos que caracterizan a una persona. Tiene fuerte carga
genética y alguna repercusión sobre el psiquismo y la predisposición a enfermedades.
154
Examen Físico General
Estado de Hidratación
Es la apreciación por el examen físico sobre la cantidad de líquido extracelular
del paciente.
155
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Crecimiento y Desarrollo
Es la armonía que debe existir entre edad, altura, sexo y desarrollo somático.
156
Examen Físico Especial
21
Examen Físico Especial
Piel
El estudio de piel es de gran importancia porque más allá de sus enfermedades
específicas, sirve de orientación trascendente sobre el estado general del paciente y el
diagnóstico de distintas afecciones sistémicas.
La piel (Figura 116) está constituida por tres capas: epidermis, dermis e hipodermis
que corresponde al tejido celular subcutáneo; presenta importantes anexos cutáneos
(folículo piloso, glándulas sebáceas y sudoríparas, uñas). La epidermis es un epitelio
pavimentoso estratificado queratinizado, sin vasculatura, en constante regeneración;
espesor variable según la región, edad y sexo (0.04 mm en tímpano; 1.5 mm en palma
de manos y planta de pies). Presenta capas que desde la superficie a la profundidad
son las siguientes: estrato córneo, estrato celular (granulosa de Malpighi) y membrana
basal o germinativa. La dermis tiene diferentes componentes: fibras conectivas que
sirven de sostén de la epidermis, con rica vascularización; receptores de la sensibilidad
superficial; glándulas sebáceas. La hipodermis presenta tejido adiposo, conectivo,
folículo piloso, plexos arteriales y glándulas sudoríparas.
157
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
— Lesiones primarias o primitivas. Son las que asientan en una piel previamente
sana. Se las divide en la siguiente forma: mácula; lesiones de consistencia sólida
(pápula, nódulo, tubérculo, goma, tumor) (Figura 123); lesiones de consistencia
líquida (vesícula, ampolla, pústula) (Figura 124); escama.
• Mácula. Es un cambio de coloración, una mancha en la piel, sin relieves,
depresiones, ni modificaciones de consistencia o espesor. Su origen es
vascular o pigmentario.
- Máculas vasculares. Se producen por distintos mecanismos: congestión
arterial o venosa; orgánicas; ruptura de la pared vascular (púrpuras);
telangiectasias.
* Congestión activa o arterial. Constituye el eritema y es producido
por la dilatación de las arteriolas dérmicas. Tiene color rojizo,
evolución efímera y con la característica semiológica típica de
desaparecer con la compresión digital reapareciendo cuando ésta
cesa. Se lo ve en distintas circunstancias: fisiológica (eritema púdico
o “ponerse colorado”); patológicas (reacción alérgica, erisipela)
(Figura 125).
158
Examen Físico Especial
159
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
— Lesiones secundarias. Son distintos tipos de lesiones que asientan sobre una
piel previamente enferma: escamas, queratosis, costras, escaras, soluciones de
continuidad (fisuras o grietas, excoriaciones, erosiones o exulceraciones,
úlceras), cicatrices normales y anormales, liquenificación, atrofia y esclerosis.
• Escamas. Son laminillas córneas, delgadas, que se desprenden en forma
espontánea y pueden observarse normalmente en los adultos mayores.
Pueden ser primarias (psoriasis) (Figuras 144 y 145) o secundarias a otras
lesiones (eczema crónico, eritrodermia).
• Queratosis. Espesamiento exagerado de la capa córnea (Figura 146); si el
engrosamiento toma las plantas de los pies y/o palmas de las manos, se llama
queratodermia.
• Costras. Resultan del secado de una lesión con sangre (herida), pus
(pústula) o suero (vesícula, ampolla) (Figura 147); cuando la secreción es
serosa, toman un color similar a la miel (costras meliséricas) (Figura 148).
• Escara. Es todo tejido necrosado que tiende a eliminarse espontáneamente.
Tiene color negro, es indoloro, salvo la zona que lo rodea, y frío. La
profundidad y extensión están en relación a la lesión causante y puede llegar
hasta el hueso. Se producen por falta de irrigación (obstrucción arterial) o
presión sostenida en zonas de apoyo (escara de decúbito) (Figura 149).
• Soluciones de continuidad. Reciben distintos nombres de acuerdo a la
profundidad que alcanzan en la piel (Figura 150).
- Fisuras o grietas. Son lesiones superficiales de origen traumático,
lineales, frecuentes en pliegues, sin pérdida de tejido ni cicatriz posterior
(boqueras) (Figura 151).
- Excoriaciones. Pequeñas pérdidas de sustancia muy superficiales de
origen traumático y trayecto lineal que sólo toman epidermis sin dejar
cicatriz (lesiones de rascado) (Figura 152).
- Exulceraciones o erosiones. Lesiones no traumáticas que toman
solamente el estrato córneo y celular no dejando por lo tanto cicatriz
(chancro sifilítico).
- Úlceras. La pérdida de sustancia sobrepasa la membrana basal y toma
la dermis dejando cicatriz (úlcera por trastornos vasculares o
nerviosos) (Figura 153). Se les debe estudiar: forma, situación, tamaño,
bordes, superficie o contenido, profundidad, fondo, sensibilidad y tipo
de secreción que presenta.
160
Examen Físico Especial
Pelos
Son formaciones filamentosas cilíndricas que parten del folículo piloso de la
hipodermis y emergen exteriormente por distintas zonas del cuerpo. Su normalidad
está relacionada con el trofismo orgánico local y general. Las cejas, pestañas, vello
pubiano y los cabellos son formaciones estables salvo patologías que los afecten.
Uñas
Se trata de formaciones consistentes, nacaradas, transparentes y aplanadas que
ocupan la cara dorsal de la extremidad de los dedos de las manos y pies. Se adhieren
al plano subyacente (lecho ungueal) y crecen hacia delante desde la raíz donde se
encuentra la matriz. Están presentes desde el nacimiento.
162
Examen Físico Especial
163
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Sistema Muscular
El sistema muscular periférico está compuesto por un tejido especial de fibras
contráctiles cuya función fundamental es producir movimientos.
164
Examen Físico Especial
Articulaciones
Su estudio es trascendente en las afecciones reumáticas, traumatismos y
enfermedades del conectivo.
165
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
luego, con la punta del dedo índice de la otra mano, se presiona con movimientos
suaves y rápidos de arriba abajo. Normalmente no hay desplazamiento
rotuliano pero en caso de aumento del líquido intraarticular se nota un
movimiento de la rótula en el sentido de la compresión (choque rotuliano).
— Sinovial. Se estudia con la punta de los dedos ejerciendo una presión suave y
sostenida sobre la interlínea articular (Figura 188) que no duele ni protruye; la
presencia de una saliencia franca, se interpreta como sinovial que es reductible
(derrame articular) o irreductible y dolorosa (sinovitis).
— Mediciones. Se utiliza un centímetro. Es útil para establecer comparaciones
del diámetro entre articulaciones homólogas.
— Punción intraarticular. Sirve para extraer líquido intraarticular que se estudia
según las necesidades.
Huesos
Son formaciones de tejido óseo que sirven de sostén general al organismo.
166
Examen Físico Especial
Arterias Periféricas
El estudio del sistema arterial periférico es de gran importancia por su función
trascendente de transportar sangre a la intimidad de los tejidos.
167
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Venas Periféricas
El estudio del sistema venoso periférico es de importancia por la función de retorno
sanguíneo que cumple y la gran frecuencia de sus alteraciones en especial de miembros
inferiores.
Linfáticos Periféricos
Está constituido por una red de vasos y ganglios distribuidos por todo el cuerpo.
La médula ósea, timo, tejido linfoide del tubo digestivo y las amígdalas palatinas,
forman parte del sistema linfático que interviene ya sea en la defensa (reconocimiento
de anticuerpos) o en la inmunidad (formación de anticuerpos) del organismo.
Los vasos linfáticos se inician como capilares que recogen la linfa y originan
vasos más grandes que se canalizan por el conducto torácico para desembocar en la
vena subclavia izquierda. Los ganglios linfáticos, según su localización, son de dos
tipos: superficiales, en contacto con la piel (cervicales, supraclaviculares, axilares,
poplíteos, inguinales y epitrocleares); profundos (mediastino, abdominales y
retroperitoneales).
170
Semiología de la Cabeza
22
Semiología de la Cabeza
La cabeza, estructura superior del cuerpo, asienta sobre el cuello y está constituida
por el cráneo y la cara.
Historia Clínica
Anamnesis
— Motivo de consulta. Enfermedad actual. El síntoma más característico que se
puede encontrar en el estudio de la cabeza, es el dolor porque cada una de las
numerosas y variadas estructuras que posee, suelen originarlo salvo
excepciones como ser huesos, masa encefálica y duramadre.
— Antecedentes. Todos los antecedentes a referir en una historia clínica
(enfermedad actual, personales, familiares, hereditarios) están en relación
directa a la patología que determina la consulta.
171
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
El cráneo, formación ósea que rodea y protege a la masa encefálica, presenta las
regiones (Figura 196) frontal, superciliares, occipital, parietales, temporales,
mastoideas.
Puede estar alargado (hidrocefalia) o presentar cualquier patología traumática,
tumoral (benigna, maligna), edematosa o inflamatoria que asiente en su estructura.
En cada región del cráneo, se deben referir cronológicamente los siguientes hechos:
componentes anatómicos específicos, puntos dolorosos, sensibilidad, motilidad y reflejos.
En este capítulo, se describen las alteraciones más frecuentes y puntos dolorosos
de cada región; la motilidad, sensibilidad superficial y reflejos, se desarrollan en el
capítulo 29.
Cuando se hable de tetrada inflamatoria, se expresa que en la zona existe dolor,
rubor, calor y tumor (edema).
Región frontal. Zona básicamente de piel y hueso con muchas glándulas sudoríparas
y sus respectivas lesiones. La frente puede ser muy pequeña (constitucional, cretinismo);
grande u olímpica (heredolúes). Con la palpación, es posible detectar crepitaciones o
enfisema subcutáneo (fractura de senos paranasales).
Regiones superciliares. Si las partes óseas se encuentran muy prominentes hay que
pensar en una patología endocrina (acromegalia) (Figuras 86 y 739). Las cejas también
presentan alteraciones: ausencia (congénita, costumbres); caída del borde externo o
cola de las cejas (hipotiroidismo, sífilis, diabetes); tetrada inflamatoria en la base de
algún pelo (forúnculo). En la zona se investiga el punto doloroso supraorbitario que
es positivo en presencia de afecciones que involucran a la rama oftálmica del nervio
trigémino (sinusitis, neuralgia trigeminal). Para ello (Figura 203) se fija la cabeza con
una mano y con el dedo de la otra se localiza y comprime en forma suave, firme y
sostenida el orificio supraorbitario preguntando al paciente si le duele y en ese caso se
lo considera positivo; luego se lo compara con el del otro lado.
A igual que en las regiones genianas, la percusión suave y unidigital se utiliza
para el estudio de los senos paranasales que originan dolor si están inflamados (sinusitis).
172
Semiología de la Cabeza
luxación); en este último caso se acompaña de una saliencia muy dolorosa por
cabalgamiento de la rama maxilar sobre el orificio cotiloideo y que cede sólo con la
reducción.
174
Semiología de la Cabeza
175
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
176
Semiología de la Cabeza
177
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
178
Semiología de la Cabeza
— Mucosa yugal. La cara interna de las mejillas puede verse afectada por
patologías generales de toda la boca: máculo-pápulas blanquecinas
(leucoplasia) (Figura 248); erosiones y úlceras producidas por los dientes o
prótesis en mal estado o lesiones malignas (Figura 249). La zona de
desembocadura del conducto de Stenon puede mostrar las alteraciones vistas
anteriormente (litiasis, ránula).
179
Semiología del Cuello
23
Semiología del Cuello
El cuello se sitúa entre la cabeza y el tórax. Su límite superior está por debajo de
la mandíbula y del hueso occipital; el inferior por arriba del esternón, clavículas y la
línea de unión entre las articulaciones acromioclaviculares que pasa por la apófisis
espinosa de la séptima cervical. Además de la piel, celular subcutáneo y músculos
contiene formaciones orgánicas importantes: faringe, laringe, tráquea, esófago,
parótidas, tiroides, arterias carótidas, venas yugulares, linfáticos y columna cervical
(Figura 251).
Historia Clínica
Anamnesis
— Motivo de consulta. Enfermedad actual. Son variables y en relación con la
estructura u órgano afectado; ver capítulo 12.
— Antecedentes. Todos los antecedentes de referir en una historia clínica (de la
enfermedad actual, personales, familiares, hereditarios) están en relación
directa a la patología que determina la consulta.
Faringe. Se sitúa (Figura 251) por detrás de fosas nasales, boca y laringe en la parte
superior del cuello, con una forma abierta hacia delante. Mide 4-5 cm de ancho; tiene
181
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Laringe. Se sitúa (Figura 251) a lo largo de la parte anterior del cuello (proyección de
C3 a C6). Tiene forma cilíndrica con una saliencia inferior (cartílago cricoides); tamaño
de 9 cm de largo por 5 cm de ancho; consistencia cartilaginosa y superficie irregular
por la superposición de formaciones anulares; bordes nítidos e indolora.
Tiene a su cargo la fonación a través de las cuerdas vocales. Actúa también en el
transporte del aire a los pulmones.
— Semiotecnia. Comprende la inspección y la palpación.
• Inspección. Permite visualizar la anatomía así como el movimiento
deglutorio y el respiratorio con descenso en la inspiración
• Palpación. Es unimanual con el médico a la derecha y estudiando las
características anatómicas del órgano de arriba abajo con los dedos pulgar
e índice de su mano derecha (Figura 260) ; también se la puede lateralizar
en forma pasiva produciendo una crepitación característica y cuya
ausencia es sospechosa de fijación. La maniobra es similar a la realizada
para lateralizar tráquea (Figura 385).
Tráquea. Está situada (Figura 251) en la región anterior e inferior del cuello por debajo
de la laringe. Presenta forma cilíndrica y tamaño de 3 cm de largo por 2,5 de ancho;
182
Semiología del Cuello
Glándula Tiroides. Está situada (Figura 251) en la cara anterior y tercio inferior del
cuello; abraza los dos primeros anillos de la tráquea por debajo del cartílago cricoides.
Su forma es comparable a la letra H (dos lóbulos laterales y el istmo de unión). Presenta
un ancho total de 3 cm; los lóbulos tienen una altura media de 5 cm y el istmo de
0,8-1,2 cm; el espesor es de 0,4-0,6 cm en el centro y de 1,5-2 cm en los lóbulos.
Actúa básicamente en la regulación del metabolismo corporal.
— Semiotecnia. Normalmente la tiroides no se ve ni se palpa salvo en pocas
circunstancias especiales (mujeres delgadas de cuello largo en período
premenstrual, embarazo) o patológica (bocio, tiroiditis).
• Inspección. Se realiza con el cuello en posición normal y luego en
hiperextensión, posiciones que por lo general son suficientes para
observarla. En caso de dudas se pide al paciente que realice distintos
movimientos con el cuello (flexión, rotación a ambos lados, lateralización
a uno y otro lado y circundantes) tratando de observar cambios que
pudieran haber pasado desapercibidos. En caso de agrandamientos, se
observa un abultamiento de tamaño variable en la región infrahioidea,
difuso o nodular, simétrico o asimétrico.
• Palpación. En condiciones normales tiene las siguientes características:
forma de letra H; se sitúa en la región anterior e inferior del cuello; el
tamaño es el referido en anatomía; consistencia blanda, glandular;
superficie regular; movilidad con la deglución; bordes poco nítidos;
indolora.
El paciente debe encontrarse preferentemente sentado, de manera que al
examinador le resulte cómodo ejecutar las distintas maniobras.
Se realiza primero con el cuello en posición normal; luego en extensión
para palpar el borde inferior de ambos lóbulos; finalmente en flexión para
los polos superiores; estos movimientos deben ser ligeros evitando la
tensión muscular excesiva. Debido a su estrecha relación con la tráquea,
existe una movilidad simultánea de la tiroides con la deglución; por ésto,
es fundamental solicitar al paciente que trague saliva para confirmar que
lo palpado es tiroides; en este momento se nota el ascenso de la glándula
junto con la tráquea. Durante las maniobras, los desplazamientos deben
ser cuidadosos, suaves, con los pulpejos de los dedos para no perder
sensibilidad palpatoria y siguiendo una dirección transversal al segmento
de la glándula que se intenta reconocer. Si se estudia un lóbulo, los
movimientos son horizontales de afuera hacia adentro o viceversa; cuando
se busca el istmo, son verticales de arriba abajo y de abajo arriba. De esta
183
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
184
Semiología del Cuello
Glándulas Parótidas. Están detrás de la rama ascendente del maxilar inferior y debajo
de la oreja (Figura 270). Desembocan en la cavidad bucal a través del conducto de
Stenon a la altura del 2º molar superior.
La función de ambas parótidas es la de producir saliva.
— Semiotecnia. Normalmente, las glándulas no son visibles ni palpables. En caso
de patologías (tumores benignos o malignos, procesos inflamatorios,
insuficiencia hepática, litiasis local) pueden trascender al examen físico externo.
• Inspección. El agrandamiento parotídeo produce el levantamiento del
lóbulo de la oreja (Figura 271) signo de gran valor semiológico no sólo
para identificarla sino para su diferenciación con otras tumoraciones del
cuello.
• Palpación. Se realiza simultáneamente en ambas parótidas en forma
unimanual por delante del paciente usando los pulpejos de los dedos
índice, medio y anular por detrás de la rama ascendente de la mandíbula
(Figura 272).
185
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Sistema Linfático. En el cuello existe una rica red de ganglios (amigdalinos, carotídeos,
submaxilares, supraclaviculares) (Figuras 200, 201 y 202) en íntimo contacto con los
provenientes de la cabeza y del tórax.
— Semiotecnia. Los ganglios cervicales pueden reaccionar ante afecciones
benignas o malignas; éstas, a su vez, pueden ser primitivas del sistema linfático
o secundarias a procesos inflamatorios y neoplásicos (locales, regionales a
distancia). Un ejemplo de ésto, es el ganglio supraretroclavicular izquierdo
(ganglio centinela de Troisier) de las neoplasias abdominales en especial
gástricas. Por estas razones, la semiología ganglionar debe ser cuidadosamente
realizada; ver capítulo 21 y cuadro 13 (Figura 195).
186
Semiología del Aparato Respiratorio
24
Semiología del Aparato Respiratorio
Historia Clínica
Anamnesis
— Datos filiatorios. El interrogatorio de los datos de identificación, permite ir
conociendo hechos importantes para el diagnóstico sindromático.
• Edad. La prevalencia de las afecciones respiratorias varía con la edad:
niños (afecciones relacionadas con enfermedades eruptivas, coqueluche,
asma bronquial, broncoalveolitis, espasmos de vías aéreas); adolescentes
(tuberculosis, asma bronquial); adultos jóvenes (cáncer); por encima de
los 50 años (corazón pulmonar crónico, cáncer de pulmón, enfermedad
pulmonar crónica obstructiva o EPOC).
• Sexo. La frecuencia de algunas afecciones varía según el sexo: mujer (hipertensión
pulmonar primaria, tuberculosis); hombre (neumotórax espontáneo, EPOC).
• Ocupación. Interesa conocerla porque ciertas profesiones o trabajos
producen trastornos con mayor frecuencia. Los trabajadores rurales
(actividades al aire libre, trabajo con bajas temperaturas, humedad) están
más expuestos a enfermedades respiratorias agudas; los de las zonas
ganaderas a la hidatidosis (quiste hidatídico de pulmón); el contacto con
distintos tipos de polvillos (silicosis) a la fibrosis pulmonar (neumoconiosis);
el personal de la salud (médicos, estudiantes, enfermeros) al contagio
(tuberculosis, bronquitis y neumopatías agudas).
Actitud. En las crisis de asma bronquial el paciente toma diferentes actitudes para
lograr una mayor fijación de los músculos accesorios de la respiración: sentado y
aferrado al respaldo de la cama; sentado con los brazos hiperextendidos apoyados en
la cama (Figura 293).
Decúbito. El paciente puede adoptar distintos decúbitos laterales: del lado afectado
para calmar el dolor (pleuritis aguda); siempre del mismo lado permitiendo una mayor
evacuación de contenido bronquial (bronquiectasia) o del pulmón (supuración pulmonar);
del lado sano para mejorar la expansión del pulmón afectado (derrame pleural).
Ritmo respiratorio. Es el estudio de los espacios de tiempo que separan los distintos
ciclos respiratorios; normalmente es el mismo y se dice que el ritmo es regular.
— Alteraciones. Existen respiraciones irregulares características: de Cheyne
Stokes, de Biot y la suspirosa descripta en disnea.
La respiración de Cheyne Stokes (Figura 300) consiste en apneas prolongadas,
hasta de medio minuto, seguida por respiraciones con aumento progresivo de
la amplitud que luego disminuye en igual forma para entrar nuevamente en
apnea. Se debe a hipoexcitabilidad del centro bulbar (ateroesclerosis).
La respiración de Biot (Figura 300) consiste en movimientos respiratorios muy
irregulares alternando respiraciones cortas, rápidas, de amplitud y regularidad
variables con períodos de apnea (meningitis, lesión cerebral).
191
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
(Figura 302); a este fenómeno se le llama tiraje y puede ser uni o bilateral de acuerdo
a la zona obstruida.
Trofismo de la piel y del tejido celular subcutáneo. Se estudia con los dedos pulgar e
índice formando pliegues que tomen ambas estructuras (Figura 303).
— Alteraciones. Relacionado con el aparato respiratorio se puede encontrar:
atrofia de la piel y del celular subcutáneo en el vértice (procesos pulmonares
crónicos en especial del vértice); colección de pus o empiema con palpación
de una fluctuación de líquido en el celular subcutáneo (proceso supurativo
del aparato respiratorio abierto al exterior); enfisema subcutáneo que es la
producción de crepitaciones locales por presencia de aire (ruptura de la
hoja pleural).
Tono y trofismo muscular. Se estudia con la compresión digital de las masas musculares
torácicas superiores (Figura 304).
— Alteraciones. Se detectan distintas reacciones. Pueden ser de hipertonía
muscular de los músculos trapecio y escaleno (neumopatía apical aguda de
ese lado) o de los músculos paravertebrales (a la altura de un derrame pleural).
Se observa atrofia e hipotonía en afecciones crónicas.
Ganglios. Los sistemas ganglionares que tienen mayor relación con el aparato
respiratorio son los supraclaviculares y los axilares (inflamaciones, tumores).
Sensibilidad. Con excepción del apéndice xifoides y las mamas en la mujer, el tórax es
indoloro. La presencia de dolor de la pared hace sospechar alguna afección de caja
torácica. Existen también puntos dolorosos relacionados con distintas estructuras:
nervios (neuralgia intercostal); huesos (fracturas, periostitis); articulación
condroesternal (condritis).
193
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Auscultación
paciente debe estar relajado, cómodo y con ropa que permita colocar el estetoscopio
sin dificultad sobre la piel. Previo a la auscultación, es preciso instruirlo en distintos
cambios que se le pueden solicitar: respirar por la boca en forma más profunda
que lo normal y sin hacer ruido; decir 33 siempre con la misma intensidad y
tonalidad; decir 33 en secreto; toser en forma aislada o repetitiva.
Respecto a la metodología, primero se ausculta un hemitórax en forma
descendente cualquiera sea la región, luego el otro y para el final en forma
comparativa. El estetoscopio se coloca siempre sobre piel y nunca sobre
ropa, muy en especial si tiene fibra sintética por los crujidos que produce.
El examinador debe tener la precaución de hacer respirar o toser al paciente
hacia el lado contrario para evitar contagios. El método completo del estudio
comprende auscultar respiración, voz y tos.
Los ruidos producidos por la respiración pueden ser normales o patológicos de
origen bronquial (secos, húmedos), pulmonar o pleural. Existen además, eventos
que determinan ruidos de soplo característicos durante respiración.
196
Semiología del Aparato Respiratorio
Ruidos Patológicos Pulmonares. Son de distintos tipos: por modificaciones del murmullo
vesicular; por secreción intraalveolar (estertores crepitantes); por fibrosis intersticial
(estertores Velcro); ver cuadro 14 (Figura 329).
— Cambios del murmullo vesicular. El ruido alveolar puede presentar alteraciones
de la presencia, intensidad, continuidad, tono y timbre, duración.
• Referido a la presencia, se encuentra disminuido o abolido por diferentes
causas: falta de distensión alveolar (obstrucción de un tronco fuente,
cavidades, condensaciones, atelectasia); dificultad para transmitirse al
exterior (derrame extenso, edema, mixedema). La intensidad a su vez es
mayor cuando hay hiperactividad respiratoria (ejercicio físico, fiebre) o
cuando suple la respiración de un pulmón enfermo.
• Respecto a la continuidad, el murmullo puede perder su característica de
ruido continuo escuchándose varios sonidos cortos, separados entre sí
durante la inspiración (respiración entrecortada o a sacudidas) que se
presenta en distintas circunstancias: retracción de lengüetas pulmonares
con interferencia del ritmo de corazón sobre la continuidad del ruido
alveolar; pacientes nerviosos; obstrucciones bronquiolares pasajeras que
ceden con golpes de tos; adherencias pleurales.
• Los cambios en el tono y/o timbre del murmullo vesicular son de difícil
captación pues dependen mucho del tipo de tórax, panículo adiposo,
197
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Ruido Patológico Pleural. Está constituido por el llamado frote pleural que se produce
en la pleuritis seca aguda por un despulimiento localizado que determina el roce de las
hojas pleurales (Figura 333).
Se escucha en ambos tiempos respiratorios y su timbre se compara al doblar de
un cuero seco (Figura 329). La falta de contacto pleural y bronquial, hace que este
ruido no se afecte por la respiración ni la tos.
198
Semiología del Aparato Respiratorio
199
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
200
Semiología del Aparato Cardiovascular
25
Semiología del Aparato Cardiovascular
Historia Clínica
Anamnesis
201
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Estado de conciencia. Puede afectarse con una disminución aguda franca (lipotimia)
o pérdida de la misma (síncope, síndrome de Morgagni Stokes Adams). También se
observa somnolencia en cianóticos crónicos, sopor (insuficiencia cardíaca severa,
encefalopatía hipertensiva, shock de tipo cardiogénico).
202
Semiología del Aparato Cardiovascular
que asientan en especial sobre palmas de manos y plantas de pies hacen pensar en
endocarditis infecciosa.
Tejido celular subcutáneo. Presenta edema detectado con el signo de la fóvea (Figura 41).
Es el estudio de la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes arteriales. Depende
del volumen de eyección ventricular izquierda y de la resistencia arteriolar periférica;
tienen también importancia las características anatómicas de la pared arterial y la
viscosidad de la sangre.
— Estudio semiológico. Consiste en medir la tensión arterial máxima o sistólica
(relacionada con la eyección ventricular izquierda) y la mínima o diastólica
(en relación con la resistencia periférica); se llama tensión arterial diferencial
a la diferencia existente entre ambas tensiones. Para la mención de las cifras
tensionales, se escribe primero la máxima y luego la mínima separadas por un
guión; conviene expresarla en milímetros de mercurio (mm Hg).
— Semiotecnia. La medición tensional se efectúa con el método auscultatorio
(estudia la tensión arterial máxima y mínima) o con el palpatorio (sólo la
máxima); los controles pueden realizarse en miembros superiores e inferiores.
• Método auscultatorio. En forma standard, la medición se realiza en el
miembro superior derecho y requiere una metodología estricta para evitar
errores que se pueden cometer en varios pasos de su desarrollo.
El instrumento utilizado se llama tensiómetro del cual existen distintos
modelos (Figura 344). Está formado por un manguito neumático para la
compresión arterial conectado a un sistema de medición variable (mercurio,
reloj anaeroides); una pera de goma, infla o desinfla el manguito. Son
preferibles los de mercurio por su exactitud y no necesitar calibraciones
periódicas como los otros; los electrónicos carecen de una exactitud fiable
y no se calibran.
Es conveniente tener los siguientes cuidados previos: hacer los controles
en un lugar adecuado; procurar que el paciente esté tranquilo ya sea
haciéndolo reposar unos minutos antes de la toma o conversar con él
para distraerlo; analizar si existen en esos momentos factores que
puedan alterar la medición (comida reciente, café, té, uso actual de
simpaticomiméticos, haber fumado).
La posición del paciente es de preferencia en decúbito dorsal o sentado; el
brazo de control es el derecho ubicado a la altura del corazón y se debe
tener especial cuidado que la ropa no ajuste el brazo (Figura 345). Se
204
Semiología del Aparato Cardiovascular
205
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
El pulso arterial es una impulsión única, más palpable que visible, producido por
la distensión que provoca sobre la pared arterial la sangre eliminada en cada sístole
206
Semiología del Aparato Cardiovascular
207
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
208
Semiología del Aparato Cardiovascular
El examen de los pulsos periféricos tiene como fin analizar la permeabilidad del
árbol arterial, establecer comparaciones entre las arterias periféricas y también entre
las porciones torácica y abdominal de la aorta.
— Semiotecnia. Se estudian los pulsos de distintas regiones en arterias grandes,
superficiales, de fácil acceso y que asientan en planos duros. Se busca la arteria
correspondiente con los pulpejos de los dedos índice, medio y anular derechos;
el pulgar se asienta con preferencia en forma oponente para dar mayor firmeza
a la mano exploradora.
• Temporal. Se localiza sobre el hueso temporal (Figura 365). Importante
en las jaquecas que pueden atenuarse con su compresión.
• Preauricular. Está por delante del trago (Figura 366). Útil para el anestesista
por su ubicación; desaparece cuando la tensión arterial máxima desciende
de 90 mm Hg.
• Carotídeo. Se encuentra en el canal carotídeo (Figura 274); de elección
para estudiar la morfología del pulso. Se debe palpar con cuidado en
especial en ancianos por el peligro de que se desprendan trombos que
provoquen una obstrucción arterial cerebral; no hacerlo nunca en forma
bilateral por la isquemia cerebral latente (Figura 275).
209
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
• Tibial posterior. Se investiga por detrás del maléolo interno (Figura 374).
• Pedio. Se lo busca en el primer espacio interóseo del pie (Figura 375).
210
Semiología del Aparato Cardiovascular
El sistema arterial del cuello está representado por las carótidas, arterias del
hueco supraesternal y fosas supraclaviculares (Figura 251).
211
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Las venas yugulares se extienden a ambos costados del cuello como parte de los
troncos venosos braquiocefálicos que van a desembocar en la vena cava superior
(Figura 251). El examen de las venas yugulares comprende el estudio mediante la
inspección del pulso venoso, llenado yugular y colapso inspiratorio; se completa con
la auscultación.
Llenado yugular. En condiciones normales toda vena por debajo del nivel del
corazón está llena y por arriba se vacía (Figura 193); ese nivel corresponde a un
plano paralelo al piso que pasa por el ángulo de Louis (Figura 283). Lo mismo
pasa en las yugulares; en un paciente acostado con la cabeza sobre una almohada,
muestra normalmente un mínimo llenado por encima de la clavícula que desaparece
cuando se sienta (Figura 284). El llenado yugular está directamente relacionado con
la presión venosa central y la permeabilidad venosa local.
212
Semiología del Aparato Cardiovascular
213
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
214
Semiología del Aparato Cardiovascular
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Ruidos hiperfonéticos. Los ruidos normales son de poca intensidad y difícil palpación.
En patologías con manifestaciones hiperfonéticas, pueden llegar a percibirse: R1 en
la estenosis mitral; R2 en la hipertensión arterial; clics o chasquidos; prótesis valvular
mecánica.
Percusión Cardíaca
Método poco usado en cardiología pues sus hallazgos son imprecisos y de menor
valor a los obtenidos por inspección y palpación para la detección de agrandamientos
cardíacos.
— Semiotecnia. Se debe percutir muy suave en forma vertical desde arriba hacia
abajo comenzando en línea paraesternal derecha y luego desplazándose hacia
la izquierda. Los dos hechos que interesan son la delimitación del área cardíaca
y la percusión del esternón.
• Área cardíaca. Se encuentra matidez a partir del 4º espacio intercostal
izquierdo para abajo, siempre por dentro de la línea medioclavicular; si
216
Semiología del Aparato Cardiovascular
Auscultación Cardíaca
Ruidos del Ciclo Cardíaco Normal. Los ruidos producidos por el ciclo cardíaco se
dividen en fundamentales y accesorios. Los fundamentales son el primer (R1) y segundo
ruido (R2); se les llama así porque son ruidos que se deben auscultar siempre en
condiciones normales. Se conocen como accesorios al tercer ruido (R3) que se puede
auscultar hasta la adolescencia y al cuarto ruido (R4) que no se ausculta nunca en
condiciones normales.
— Estudio semiológico. A cada ruido cardíaco se le debe estudiar la presencia,
intensidad, timbre y unicidad o número (PITU).
• Presencia. R1 y R2 están siempre presentes en condiciones normales; R3
hasta la adolescencia; R4, sólo en situaciones patológicas.
217
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
218
Semiología del Aparato Cardiovascular
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Ritmos Cardíacos Especiales. Se trata de una secuencia rítmica que pueden adquirir
los ruidos.
— Ritmo de galope. Es un ritmo a tres tiempos, con cadencia de galope, taquicardia
y tremor cordis. El ruido agregado puede ser R3 (galope diastólico), R4 (galope
auricular o presistólico) o R3 y R4 (galope de suma). Es característico de la
insuficiencia cardíaca.
— Ritmo embriocárdico o pendular. Consiste en la presencia de R1 y R2
hipofonéticos, separados por igual período de tiempo e intensidad, hecho que
hace recordar al ritmo fetal (insuficiencia cardíaca severa).
— Ritmo bi, tri o cuadrigeminado (Figura 408). Se llama así cuando hay una
extrasístole persistente posterior a uno, dos o tres latidos normales
respectivamente (intoxicación por digitálicos, cardiopatía isquémica).
Soplos cardíacos. El ruido de soplo es un sonido que recuerda un soplido con timbre,
tono e intensidad diferentes según la causa que lo produce. Lo origina cualquier
circunstancia que genere una turbulencia en la corriente laminar normal (aumento
de velocidad sanguínea, obstrucciones al paso del flujo, dilataciones vasculares)
(Figura 410).
— Clasificación. Según su origen, se clasifican en fisiológicos o patológicos; ver
cuadro 17 (Figura 409).
• Soplos fisiológicos, inocentes o accidentales. Son aquellos donde no se
contacta ninguna lesión valvular, cavitaria o vascular. Los mecanismos
más frecuentes son aumento de velocidad sanguínea (tirotoxicosis, anemia)
o la auscultación sobre una pared de tórax delgada (niños).
• Soplos patológicos. Se originan por cambios anatómicos locales y se dividen
en orgánicos y funcionales según haya o no lesión valvular.
- Orgánicos. Se producen por calcificación o fibrosis valvular que afectan
su cierre o apertura. Se denomina estenosis o estrechez cuando se afecta
la apertura valvular ya sea en sístole (estenosis aórtica) (Figura 649) o
en diástole (estenosis mitral) (Figura 646). Recibe el nombre de
insuficiencia si se altera el cierre valvular en sístole (insuficiencia
mitral) (Figura 643) o en diástole (insuficiencia aórtica) (Figura 652).
Si la lesión valvular afecta tanto la apertura como el cierre, se
denomina doble lesión.
- Funcionales. Se producen en presencia de válvulas normales por la lesión
anatómica o alteración funcional del sistema valvular (anillo, cuerdas
tendinosas, músculos papilares). La lesión anatómica puede deberse a
un ensanchamiento del anillo valvar que impide una buena coaptación
de las válvulas produciendo un cierre incompleto (dilatación cardíaca
o vascular) (Figura 411). La alteración funcional consiste en la presencia
de un hiperflujo local; este hecho hace que la válvula sana resulte
relativamente estrecha para la cantidad de sangre que debe eyectar
(estenosis aórtica relativa debida a insuficiencia aórtica; comunicación
interauricular y ventrículo derecho manejando mayores volúmenes que
lo habitual) (Figura 412).
220
Semiología del Aparato Cardiovascular
221
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
222
Semiología del Aparato Cardiovascular
Auscultación. Se pueden detectar soplos por alteración del flujo laminar normal
(aneurisma abdominal importante) o estrechez arterial. La localización varía según la
arteria afectada: pararrectal izquierda alta (aorta); fosas ilíacas (arterias ilíacas);
periumbilical o de sentado en la región lumbar (renales).
223
Semiología del Abdomen
26
Semiología del Abdomen
La pared abdominal posterior tiene su límite superior que corresponde a una línea
que pasa por la doceava costilla; el límite inferior es una línea que une ambas crestas
iliacas; los límites laterales pasan por el borde externo del músculo cuadrado lumbar.
Mediante el trazado en forma convencional de dos líneas horizontales y cuatro
verticales, la pared abdominal posterior se divide en cuatro regiones (Figura 424).
— Líneas horizontales. Pasan por los límites superior e inferior.
— Líneas verticales. Comprenden dos líneas que pasan por el borde externo de
los músculos paravertebrales; una vertical media a nivel de las apófisis espinosas;
dos verticales laterales que se extienden desde el extremo de la doceava costilla
al tercio posterior de la cresta ilíaca.
225
Semiología Médica “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
La inspección se hace siempre contando con las pautas generales vistas en el capítulo
1. Para el examen, el abdomen debe estar totalmente descubierto con el examinador de
preferencia a la derecha. Se comienza con el paciente en decúbito dorsal, en actitud
pasiva; el rayo visual debe caer primero en forma perpendicular y después oblicuo o
tangencialmente para apreciar depresiones y/o abovedamientos. Luego se hace realizar
al enfermo diferentes maniobras como ser contraer la pared abdominal: flexionar cabeza
y oponerse al movimiento (Figura 425); levantar los miembros inferiores; realizar
esfuerzos de defecación; de esta manera se aprecian mejor las patologías de la pared
abdominal (tumores, eventraciones, hernias). En estos casos o ante la sospecha de
afecciones de la pared es conveniente hacer que el paciente se ponga de pie realizando el
examen primero en actitud pasiva y luego contrayendo el abdomen.
Con la inspección se analiza: configuración abdominal; afecciones del examen
físico especial (piel, celular subcutáneo, sistema piloso, sistema venoso); ombligo;
distintos movimientos (respiratorios, circulatorios, digestivos, nerviosos, fetales).
Configuración abdominal normal. Varía según la posición del paciente, edad, sexo y
su hábito constitucional.
En posición erecta la porción supraumbilical es deprimida y la infraumbilical
saliente hecho que se acentúa con la edad. La región lumbar tiene una lordosis fisiológica
mayor en la mujer y que también se incrementa en la adultez.
El decúbito dorsal permite individualizar de arriba hacia abajo distintas zonas y
formaciones normales (Figura 426): ángulo epigástrico de ± 70º en el normolíneo y
variable con el hábito constitucional; línea blanca vertical de apéndice xifoides al
pubis, con la mitad inferior más pigmentada y mayor cantidad de pelos; el ombligo,
depresión céntrica situado a mitad de distancia entre pubis y apéndice xifoides; músculos
rectos mayores del abdomen que se manifiestan como dos saliencias paramedianas de
alrededor de 5 centímetros de ancho más marcados en hombres y deportistas; sistema
piloso suprapúbico forma romboidal en sexo masculino y triangular en el femenino
(Figura 163). Los músculos anchos del abdomen forman las paredes laterales, rectas y
planas (más “redondeadas” en la mujer).
Según el hábito constitucional, el abdomen del longilíneo es más aplanado
(Figura 427) y el del pícnico más prominente o globoso (Figura 428).
Durante el embarazo, se encuentran cambios relacionados con el tiempo de
gestación que consisten en una prominencia al principio de hipogastrio y luego
226
Semiología del Abdomen
Afecciones del examen físico especial. El abdomen puede ser asiento en forma
preferencial de algunas lesiones sobre las que se hacen una ligera referencia.
— Piel. Los cambios más frecuentes son los siguientes: piel lisa y brillante (ascitis,
embarazo); cicatrices normales o patológicas (Figura 439); estrías atróficas o
cutáneas (Figura 440) que son surcos o depresiones lineales nacaradas,
irregulares, de piel atrofiada, que se ubican en el abdomen inferior y flancos
por ruptura de fibras elásticas posterior a una importante distensión previa de
la pared abdominal (embarazos repetidos, cambios bruscos de peso, ascitis); si
227
Semiología Médica “La Historia Clínica”
el color de las estrías es púrpura, azulado, se debe pensar en Cushing (Figura 441);
melanodermia en especial sobre la línea blanca (embarazo, Adisson). Otros
signos significativos son los siguientes: equimosis en los flancos (signo de Grey
Turner) o alrededor del ombligo (signo de Halsted-Cullen) (pancreatitis agudas)
(Figura 442); equimosis suprapúbica (ruptura del recto mayor del abdomen de
origen traumático o tumoral, ruptura de trompa por embarazo extrauterino);
lesiones de rascado (ictericia obstructiva, parasitosis intestinal, sarna); fístulas
(absceso de pared, posquirúrgicas); vesículas con trayecto horizontal en un
hemiabdomen (herpes zoster); telangiectasias puntiformes o radiales (estrellas
vasculares) que desaparecen al presionar el centro (cirrosis hepática); nevus
rubí, angiomas rojo intenso o vinoso que asientan de preferencia en el
hipocondrio derecho (Figura 443).
— Distribución pilosa. Las alteraciones son en ambos sexos. En la mujer puede
encontrarse: exceso piloso y/o disposición masculina (tumores androgénicos,
hipercorticalismo); disminución franca o desaparición (insuficiencia hipofisiaria
total aguda). En el hombre puede tomar una disposición feminoide por causa
racial (muy frecuente en el N.O.A.) o patológica como el hábito de Chvostek:
disposición feminoide el bello pubiano, disminución de pelos en tórax, axila y
barba, acompañado de ginecomastia uni o bilateral (insuficiencia hepática
crónica) (Figura 705).
— Tejido celular subcutáneo. El panículo adiposo es mayor en la mujer y
proporciona una forma más redondeada, armoniosa. La impronta de la ropa
interior o de las sábanas en la piel del abdomen hace sospechar la presencia de
edema; se puede confirmar pinzando con los dedos pulgar e índice un pliegue grueso
que incluya al celular subcutáneo para observar si queda la fóvea (Figura 46); en
región lumbar, se comprime sobre la parte ósea. Algunas enfermedades
digestivas (pancreatitis crónica, cáncer) alteran el estado de nutrición y con
ello disminuye el tejido celular subcutáneo.
— Sistema venoso. Normalmente, en pieles muy blancas y con tejido celular
escaso, pueden verse trayectos venosos rectilíneos de tamaño normal, nunca
palpables. La alteración venosa más notable es la presencia de circulación
venosa colateral (Figura 444). Se trata de venas agrandadas, a veces tortuosas,
que sobresalen en el tejido celular subcutáneo; se visualizan francamente, son
palpables y presentan alteración del sentido de la corriente; estos datos
semiológicos son básicos para no confundirlos con las venas normales. Las
obstrucciones de las venas cava superior o inferior y la hipertensión portal
dan circulaciones colaterales típicas en el abdomen (Figuras 690, 691 y 699).
228
Semiología del Abdomen
Palpación de orientación. Rastreo abdominal. Debe ser siempre el tiempo inicial por
distintas circunstancias: permite granjearse la confianza y con ello la colaboración
del paciente; es útil para buscar una similitud de temperatura entre la mano que palpa
y la piel del enfermo; corrobora saliencias o depresiones sospechadas en la inspección;
detecta hechos no percibidos antes (pequeña hernia crural).
230
Semiología del Abdomen
231
Semiología Médica “La Historia Clínica”
232
Semiología del Abdomen
234
Semiología del Abdomen
Hígado. El hígado es una víscera maciza revestido por la cápsula de Glisson y ubicada
debajo de la cúpula diafragmática derecha; topográficamente corresponde al
hipocondrio derecho y parte del epigastrio (Figura 420). Su dimensión longitudinal es
de 13 - 17 cm sobre línea medioclavicular y 3 - 5 cm sobre línea paraesternal derecha
y su peso es de 1.500 gramos, aproximadamente; estos hechos lo convierten en el
órgano más voluminoso del cuerpo. Su cara superior está recubierta por la parrilla
costal; la inferior contiene el hilio hepático (arteria hepática, vena porta, conductos
biliares principales), vesícula biliar y la depresión para la vena cava inferior. Su borde
anterior tiene la mayor significación semiológica; discurre paralelamente al reborde
costal y puede palparse en condiciones normales (niños y asténicos); la cúpula hepática
o cara superior llega hasta el 4º espacio intercostal derecho y es detectado con percusión.
Exteriormente presenta cuatro lóbulos: dos principales, derecho e izquierdo, separados
por el ligamento suspensorio del hígado y dos accesorios (cuadrado y caudado) que
están en la línea media.
— Semiotecnia. El fundamento que se usa para su palpación es la búsqueda del
borde anterior de la glándula hepática que desciende en inspiración. El borde
anterior del hígado puede palparse en personas delgadas con abdomen blando
(“toda tumoración con borde en hipocondrio derecho, es hígado hasta no
demostrar lo contrario”). En condiciones de normalidad, el borde anterior tiene
forma aguda, situado en el hipocondrio derecho y parte del epigastrio
(eventualmente alcanza el hipocondrio izquierdo en los pacientes de hábito
pícnico); se extiende paralelamente y a lo largo del reborde costal; tamaño que
no excede 2 cm de la línea medioclavicular; consistencia “parenquimatosa”;
superficie lisa; desciende en inspiración; indoloro o levemente sensible. El médico
se coloca con preferencia a la derecha, pero si desde esa posición no es factible
la maniobra por distintas razones, es válido hacerlo desde el otro lado utilizando
la mano izquierda como activa. Existen técnicas uni y bimanuales siendo
pertinente que el examinador aprenda, practique y aplique la que le resulte útil.
Lo importante para cualquier método, es comenzar siempre la palpación en la
fosa ilíaca derecha porque el hígado agrandado puede sobrepasar la línea
umbilical.
• Maniobra unimanual. Es de elección como método inicial en la palpación
del órgano (Figura 471). Se coloca la mano derecha de plano, paralela al
borde externo del recto anterior para eludir la tensión muscular; los dedos
están dirigidos hacia arriba y se debe procurar que la línea que une el
extremo del anular y medio sea paralela al borde hepático. Se deprime en
forma suave la pared (el hígado es un órgano que está “a flor de piel”)
dejando la mano quieta, “al acecho”; luego se invita al enfermo que inspire
lenta y normalmente; si no se palpa nada, se le pide que profundice la
235
Semiología Médica “La Historia Clínica”
Vesícula y Vías Biliares. La vesícula biliar tiene la forma de una pequeña pera y se
ubica en una fosa de la cara inferior del hígado (Figura 420). Vuelca su contenido de
bilis a través del conducto cístico en el colédoco que desemboca en la segunda porción
del duodeno (ampolla de Vater). La vía biliar tiene una porción intrahepática (capilares
biliares, colangiolos, canalículos biliares) y otra exterior (conductos hepáticos,
colédoco) para terminar en el esfínter muscular de Oddi. Normalmente no se palpa
vesícula biliar ni los otros elementos del árbol biliar.
— Semiotecnia. En casos patológicos que se hace palpable, se usa de preferencia
la mano en cuchara vista para hígado.
— Alteraciones. La palpación de vesícula es siempre un hecho patológico; ver
capítulo 27.
236
Semiología del Abdomen
237
Semiología Médica “La Historia Clínica”
Bazo. Órgano macizo ubicado en la región lateral alta del hipocondrio izquierdo, por
debajo del diafragma y por dentro de la parrilla costal entre la 9ª -11ª costilla; su polo
inferior llega a la línea axilar media (Figura 420).
— Semiotecnia. Salvo en los lactantes, el bazo no se palpa normalmente. Las
maniobras usadas son uni o bimanuales, con el médico a la derecha o a la
izquierda y con el paciente en decúbito dorsal o lateralizado. Cualquiera sea la
maniobra, debe ser muy suave y superficial partiendo desde fosa ilíaca derecha
o hipogastrio por la posibilidad de una esplenomegalia que se extienda hasta
allí.
• Maniobra bimanual desde la derecha. Es la de elección. Paciente en
decúbito dorsal (Figura 481); puede colocar el antebrazo izquierdo por
detrás del tórax, en un ángulo de 70-80º para exagerar la lordosis lumbar
y levantar la parrilla costal facilitando la exposición de la celda esplénica
(Middleton) (Figura 482). La mano izquierda del examinador, presiona
238
Semiología del Abdomen
239
Semiología Médica “La Historia Clínica”
Puntos Ureterales. Existen puntos anteriores y posteriores. Para una buena evaluación
se requieren algunas precisiones: el lugar de búsqueda debe ser el que corresponde con
240
Semiología del Abdomen
exactitud para evitar los falsos positivos; en la región abdominal anterior, se debe
llegar a un plano profundo pero con mucha suavidad; hay que preguntar al paciente si
siente dolor.
— Puntos ureterales anteriores. Comprende los puntos superior, medio e inferior;
el ureteral inferior se investiga mediante tacto rectal o vaginal.
• Ureterales superiores. Se encuentran por fuera del borde externo de los
rectos anteriores del abdomen, sobre una línea horizontal que pasa por el
ombligo; corresponden a la unión pieloureteral. Para estudiarlo (Figura 487)
se introduce el dedo índice o el dedo medio verticalmente en forma muy
suave pero firme hasta llegar a un plano profundo; en casos especiales
(aumento de la presión abdominal, obesidad) se puede usar una maniobra
bimanual de presión.
• Ureterales medios. Se ubican en la unión del borde de los rectos con la
línea biilíaca que se traza por la parte superior de ambos huesos coxales;
corresponde al cruce ureteral con los vasos ilíacos (Figura 488).
Punto Apendicular o de Mc Burney. Está la unión de los dos tercios internos con el
tercio externo de una línea que une el ombligo con la espina ilíaca ánterosuperior
derecha (Figura 491).
— Semiotecnia. La técnica a utilizar es similar a la de los puntos ureterales, pero
con menor profundidad, y resulta doloroso en patologías agudas del apéndice
vermicular (Mc Burney positivo).
En caso de dudas, se aumenta la presión intracecal pinzando con el dedo pulgar
izquierdo en la unión del ciego con el colon ascendente (Figura 492); para
aumentar la sensibilidad se hace antes un “arrastre” con la mano derecha de
contenido intestinal desde sigmoide a través del marco colónico y luego recién
se pinza.
Si se sospecha una apendicitis retrocecal, es decir en la cara posterior del ciego,
se comprime el punto apendicular solicitando al paciente que levante el miembro
inferior derecho (la flexión activa del muslo sobre la cadera contrae al psoas
ilíaco); si aparece dolor o el existente aumenta, se lo considera positivo. Se
logra una mayor contracción del músculo, si el examinador se opone con su
mano derecha al levantamiento del miembro (Figura 493).
Punto Epigástrico. Es útil ante la sospecha de dolor epigástrico por hiperalgesia del
plexo solar debido a esplacnoptosis.
— Semiotecnia. El examinador se coloca por detrás del paciente, ambos de pie;
toma con las dos manos la pared de la región abdominal inferior y la levanta
hasta calmar el dolor (Figura 494); luego la suelta bruscamente produciéndose
la intensificación del dolor (Glenard). En estos casos se dice que la maniobra
es positiva.
241
Semiología Médica “La Historia Clínica”
242
Semiología del Abdomen
Maniobras Complementarias
Tacto rectal. Hay que tener sumo cuidado en su realización, respetando el pudor del
enfermo y tras explicarle en qué consiste y la necesidad real del examen. El médico
debe recordar que se trata de una maniobra donde su indicación es absolutamente
imprescindible.
— Semiotecnia. Con el paciente en decúbito dorsal, piernas en flexión y pies
apoyados en la camilla o bien en decúbito lateral izquierdo con las piernas
semiflexionadas, el examinador introduce el dedo índice con guante y
embadurnado con una sustancia oleosa a través del ano; una vez atravesado
el esfínter anal, estudia el recto. Sirve para detectar distintas formaciones
(rectal, bolo fecal, cuerpos extraños, próstata, abultamientos del fondo de saco
de Douglas). En las mujeres, se puede realizar combinado con palpación
abdominal (problemas anexiales). Terminado el tacto, es útil observar el
contenido del dedo utilizado (sangre, materias fecales, otros elementos). El
tacto rectal, combinado con la palpación abdominal, se utiliza también para
diferenciar contracturas musculares reflejas del abdomen de causa torácica
que desaparecen con la maniobra (Yódice – Sanmartino).
Tacto vaginal. Se realiza en decúbito dorsal con las mismas premisas del tacto rectal;
es una maniobra bidigital, empleándose los dedos índice y medio. Se debe realizar
siempre en pacientes con manifestaciones dolorosas en el abdomen inferior.
244
Semiología del Aparato Digestivo
27
Semiología del Aparato Digestivo
Historia Clínica
Anamnesis
246
Semiología del Aparato Digestivo
247
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Tejido celular subcutáneo. Los problemas de origen digestivo cursan por lo general
con disminución del celular subcutáneo por enflaquecimiento. Algunos de ellos pueden
dar edema hipoproteico (cáncer, gastropatía o enteropatía perdedora de proteínas,
insuficiencia hepática).
El estudio del abdomen es lo más trascendente pero sin dejar de lado otras regiones
o aparatos que contribuyen al diagnóstico sindromático. Así por ejemplo: el examen
de la cabeza puede mostrar ictericia; el del cuello, una adenopatía supraclavicular
249
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Intestino. Se considera una parte superior (intestino delgado) y otra inferior (intestino
grueso).
El delgado se extiende desde el duodeno hasta el ciego y está formado por el
yeyuno e íleo (Figura 420). Su relación con el duodeno es sólo anatómica ya que desde
el punto de vista funcional y semiológico se comportan en forma diferente. Ocupa la
región centroabdominal donde sus asas móviles, unidas a la pared posterior del abdomen
por el mesenterio, toman una disposición horizontal superior y vertical inferior. La
cara interna tiene formaciones con grupos celulares especiales (válvulas conniventes,
vellosidades, glándulas) que permiten aumentar grandemente la superficie de contacto
con los alimentos para cumplir con eficiencia su función de digestión y absorción.
El intestino grueso parte desde el íleon para abajo y comprende: ciego, colones
ascendente, transverso y descendente, sigmoide y recto (Figura 420). Se sitúa como un
marco alrededor del intestino delgado y presenta dos zonas fijas (ángulos hepático y
esplénico) adosadas a la pared posterior abdominal. La cara interna no presenta las
formaciones que caracterizan al intestino delgado.
Las funciones fundamentales del intestino son hacer progresar el bolo alimenticio,
realizar la digestión definitiva y la absorción de los alimentos.
251
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
252
Semiología del Aparato Digestivo
Recto y Ano. El recto es la porción final del tubo digestivo que termina en el ano.
Continúa al colon sigmoide a la altura de la tercera vértebra sacra y desciende en
forma profunda por delante del sacro y coxis. Tiene un segmento pelviano (10 – 12
cm) y otro perineal (2 – 3 cm).
— Semiotecnia. Presenta diferencias para ambos sectores.
• Recto. La profundidad del recto, lo hace no accesible al examen físico
salvo a través del tacto rectal. Como manifestaciones de gran importancia
en adultos, se debe recordar que la exacerbación del reflejo gastrocólico
o una constipación de reciente comienzo, en hombre de más de 40 años,
progresivo, que sólo responde al uso de laxantes, obliga a descartar cáncer
de colon o recto.
• Ano. El examen exterior del ano se hace colocando al paciente en decúbito
lateral izquierdo con los miembros inferiores flexionados; la posición
genupectoral es muy molesta y difícil de tomar en algunas circunstancias.
Permite ver distintas alteraciones: de piel (excoriaciones, eritema, fisuras);
orificios perianales (fístulas); saliencias localizadas, duras, muy dolorosas
(abscesos) (Figura 701); lesiones especiales (condiloma sifilítico);
formaciones redondeadas, rojovinosas, lisas e indoloras (hemorroides
externas); en caso de trombosis hemorroidal, se tornan tensas, muy
dolorosas, con consistencia aumentada. Se pide al paciente que haga un
esfuerzo defecatorio y normalmente no se ve la saliencia de mucosa; en
caso de prolapso rectal, se produce su salida.
• Taco rectal. De ser necesario el examen, en el trayecto inicial o proximal
(± 3 cm) se detectan afecciones del canal anal (trastornos del esfínter,
hemorroides, tumores); en la parte más profunda (ampolla rectal) se
encuentran patologías zonales (tumor, fecaloma), urológicas (adenoma
prostático) y ginecológicas aunque para esto es preferible el tacto vaginal.
Hígado. La anatomía del hígado (Figura 420) fue descripta en el capítulo 26. Su
irrigación está a cargo de la arteria hepática y de la vena porta que se dividen a nivel
del hilio en dos ramas, derecha e izquierda, para cada lóbulo. Continúan sucesivas
subdivisiones desembocando finalmente en los sinusoides hepáticos donde se mezclan
las respectivas sangres. Los sinusoides van por ambos lados de las células hepáticas
dispuestas en hileras o trabéculas hepáticas interrelacionados por el retículo endotelio
del hígado. La sangre venosa se canaliza por la vena central del lobulillo, vénulas y
vena suprahepática para desembocar en la vena cava inferior.
El flujo hepático normal corresponde a la arteria hepática (25-30 % del flujo
total y 50 % del O2) y a la vena porta (70-75 % del flujo y 50 % del O2). La unidad
anátomofuncional hepática está constituida por el lobulillo hepático (Figura 503) que
presenta una parte central correspondiente a la vena central del lobulillo hacia donde
se dirige la sangre proveniente de varios espacios porta formados por ramas terminales
de la arteria hepática, vena porta y los canalículos biliares. Respecto a la célula hepática,
presenta dos polos: el sinusoidal que la contacta con la sangre y el biliar que se encuentra
entre las células y da origen a la vía biliar propiamente dicha.
El hígado tiene múltiples funciones: metabolismo de glúcidos, aminoácidos, lípidos,
bilirrubina, hormonas (glucagón, insulina, somatotropina, tiroxina, glucocorticoides);
síntesis de albúmina, proteínas de la coagulación (protrombina, fibrinógeno, factores
V, VII y X), glucoproteínas, enzimas, lípidos (colesterol, triglicéridos, lipoproteínas,
253
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
254
Semiología del Aparato Digestivo
es el estudio del tamaño no así de los otros elementos cuya sola alteración, aun
con el hígado de tamaño normal, ya es patológica. Por otro lado, la cuantía de
una hepatomegalia no siempre guarda una relación tamaño/severidad: la cirrosis
hepática, afección muy grave, puede cursar con un hígado apenas palpable; el
hígado congestivo cardíaco, producto solamente de una retención líquida, puede
llegar a sobrepasar la línea umbilical.
El estudio de una hepatomegalia comienza ya con la anamnesis y sigue con los
hallazgos del examen físico general y segmentario porque se debe recordar
siempre que su presencia es sólo un signo que acompaña a afecciones de muy
distintos orígenes. El estudio del abdomen no hace nada más que captarla
como tal e integrarla sindromáticamente.
Durante la inspección abdominal se puede observar en las grandes
hepatomegalias, un abombamiento del hipocondrio derecho (vientre hepático)
en especial en abdómenes fláccidos o en niños. La palpación se debe utilizar
no sólo para constatar un aumento del tamaño, sino para analizar los otros
hechos que orienten a su origen. La percusión combinada o no con la
auscultación, es importante para asegurar la presencia de hepatomegalia y
descartar ptosis hepática. En la primera eventualidad, el borde superior está
en su lugar habitual; en la ptosis, está descendido.
255
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
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Semiología del Aparato Digestivo
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Semiología del Aparato Urinario
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Semiología del Aparato Urinario
El aparato urinario está constituido por los riñones y las vías urinarias. La
anatomía renal se estudia en el capítulo 26. Las vías urinarias comprenden cálices,
pelvis renal, uréteres, vejiga, uretra y meato urinario (Figura 506).
Los riñones tienen la función básica de mantener el medio interno por la producción
y excreción de orina. Intervienen también en otras funciones: formación de eritrocitos
a través de la eritropoyetina, estimulante medular; regulación de la volemia, tensión
arterial y sodio plasmático a partir de la renina; metabolismo de vitamina D.
Las vías urinarias tienen la función fundamental de transporte y eliminación de
la orina.
La unidad funcional del riñón es la nefrona constituida por el glomérulo y el
sistema tubular a través de los cuales se cumple la función renal (filtración glomerular,
reabsorción tubular).
Por medio de la filtración, hay pasaje diferencial por la membrana glomerular de
distintas sustancias: agua, sales (sodio, potasio, sulfatos, fosfatos, calcio), glucosa,
urea, creatinina y ácido úrico que filtran en forma total; las proteínas lo hacen según
su tamaño y carga eléctrica siendo mayor para las albúminas que para las globulinas.
La reabsorción tubular, es diferente para las sustancias: agua y sodio, se
reabsorben casi en su totalidad en el tubo proximal; el remanente lo hacen en el distal
interactuando las hormonas antidiurética y aldosterona. El potasio, fósforo, magnesio,
calcio y glucosa se reabsorben totalmente; la urea lo hace en forma parcial. La creatinina
no es reabsorbida y de allí que su dosaje es útil para estudiar el grado de filtrado y la
función glomerular. Los fosfatos y bicarbonato regulan su movimiento por participar
en forma activa en el mantenimiento del equilibrio ácido base.
Historia Clínica
Anamnesis
—Datos filiatorios. Permite ir obteniendo datos de importancia.
• Edad. La prevalencia de enfermedades varía con la edad: recién nacidos
(malformaciones); niños (fimosis); niños y adolescentes (glomerulonefritis
aguda, infecciones urinarias); adulto joven (litiasis renal); adulto mayor
(nefroesclerosis, cáncer y adenoma de próstata, insuficiencia renal, riñón
diabético).
• Sexo. En el hombre prevalecen los tumores en general, nefroesclerosis,
litiasis, enfermedades de la vejiga. En la mujer, las infecciones urinarias
son más frecuentes porque la vagina, con su medio séptico, contacta por
cercanía al meato urinario; este hecho anatómico se potencia por otros
elementos favorecedores de un mayor contagio (uretra más corta, roce
por el coito o la ropa ajustada, congestión por embarazo).
• Ocupación. Es importante detectar a pacientes en contacto con sustancias
nefrotóxicas (plomo, mercurio, anilinas).
• Domicilio. En Tucumán hay zonas de aguas contaminadas por arsénico
(arsenicismo crónico) que es nefrotóxico.
259
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Abdomen. Las enfermedades renales dan poca signología salvo casos especiales
(tumores, quistes).
— Semiotecnia. Comprende todos los pasos del examen físico.
• Inspección. En personas delgadas pueden verse abultamientos en regiones
del hipocondrio y flancos (grandes tumores, quistes, dilataciones
260
Semiología del Aparato Urinario
— Alteraciones. Las más notables del examen físico de riñón son la ptosis renal y
la nefromegalia.
• Ptosis renal. Consiste en un descenso anormal del riñón desde su celda
con uréter de longitud normal; este último hecho lo diferencia del riñón
ectópico donde el uréter es corto y por ello se produce el descenso del
órgano. Afecta por lo general al riñón derecho y puede ser congénito o
producirse por adelgazamiento importante que debilita los tejidos de sostén.
El paciente suele ser asintomático o presentar distintos tipos de dolores
(cólico renal, gravativo lumbar).
La ptosis renal se detecta por la palpación del abdomen que permite
diferenciar tres grados (Figura 709).
- Grado 1. Se toca sólo el polo inferior.
- Grado 2. Se palpa medio riñón. En estos dos grados, es posible captar
la fijeza espiratoria del riñón (Minkowski); la misma consiste en que
el órgano puede ser retenido entre los dedos porque no está adherido
al diafragma y por lo tanto no es tironeado en su ascenso.
- Grado 3. Se palpa el riñón entero que presenta una disposición vertical
y forma alargada con una escotadura en la cara interna y tamaño de
12 cm de largo por 6 cm de ancho; las otras características son similares
a las de su borde inferior. Se lo palpa en diferentes ubicaciones, con la
escotadura en posición variable: puede ser restituido manualmente a
su celda por poseer un uréter normal. En caso de riñón ectópico, es
decir en posición anormal, se lo palpa siempre con la escotadura hacia
abajo y no se restituye a la región lumbar por presentar un uréter
corto.
- Riñon flotante o móvil. Es cuando el órgano está muy ptosado y llega
hasta la fosa ilíaca; puede ser movilizado manualmente pero es difícil
volverlo a su celda.
261
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
262
Semiología del Sistema Nervioso
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Semiología del Sistema Nervioso
Historia Clínica
Anamnesis
— Datos de filiación. Su estudio proporciona elementos de orientación diagnóstica.
• Edad. La prevalencia es diferente según la edad: adolescencia (afecciones
infectocontagiosas, traumatismos de cráneo); adulto (isquemia y/o
hemorragias cerebrales, traumatismos); ancianos (ateroesclerosis, diabetes,
trombosis cerebrales). En el adulto mayor normal son comunes los
temblores, hiporreflexia e hipoestesia superficial.
• Sexo. La ateroesclerosis y traumatismos de cráneo son más frecuentes en
el hombre.
— Motivo de consulta. Enfermedad actual. Los signos y/o síntomas de una consulta
son variables y dependen de las estructuras que se afecten; ver capítulo 18.
— Antecedentes de la enfermedad actual. En el adulto predominan la
ateroesclerosis y/o afecciones relacionadas; traumatismos de cráneo o columna;
neurotóxicos (drogas, alcoholismo); otros (neoplasias, hábitos sexuales por el
contagio, insuficiencia renal, vasculitis).
— Antecedentes personales. Vale lo dicho para antecedentes de la enfermedad
actual.
— Antecedentes familiares. Interesa investigar infecciones crónicas (meningitis
tuberculosa).
— Antecedentes hereditarios. Hay afecciones con incidencia genética (epilepsia,
jaqueca, corea de Huntington, demencia, miopatías, ataxias).
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
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Semiología del Sistema Nervioso
Piel. Puede presentar lesiones tróficas que pueden llegar a la necrosis (afección de la
neurona motora medular o sistema periférico). También suele mostrar trastornos
neurovegetativos (secreciones sebáceas, sudoríparas).
265
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Cabeza. El tamaño del cráneo (medido con una cinta inextensible, pasando por la
protuberancia occipital externa y por encima de la raíz de la nariz) es de unos 35 cm
al nacer y de 60 cm en el adulto. Debido a causas neurológicas, el tamaño del cráneo
puede alterarse: aumentado o macrocefalia (tumores, hidrocefalia, hematomas);
disminuido o microcefalia (hipoplasia cerebral, falta de líquido cefalorraquídeo,
craneostosis). La palpación en el adulto es útil en la detección de tumores o hundimientos
óseos (traumatismo de cráneo). La auscultación de un soplo continuo permite presumir
distintas fístulas arteriovenosas o carótidocavernosas.
— Pensamiento. Es la capacidad que tiene un ser vivo para relacionar sus ideas.
Se la explora con preguntas simples que requieren esa asociación (¿qué partes
tiene un camión?; ¿qué muebles tiene una casa?). La alteración más frecuente
es el retardo del pensamiento que se manifiesta con relato lento, monótono,
reiterativo de una misma idea; el grado extremo constituye el mutismo donde
el enfermo no habla porque no tiene ideas para asociar. En contrapartida puede
haber aceleración en la percepción de ideas resultando difícil al paciente
mantener un pensamiento sin saltar a otro (fuga de ideas).
— Capacidad de abstracción. Es la propiedad de discernir entre lo esencial y lo
secundario siendo la primera función que suele perderse en las alteraciones
mentales. Se la estudia primero con definiciones simples (que es un lápiz, un
papel, un cuaderno); luego se le pide que establezca diferencias (por ejemplo
entre lápiz, papel y cuaderno). Su examen más profundo, ya es patrimonio de
estudios especializados.
Se entiende por motilidad a los cambios de sitio o posición que se pueden realizar
con distintos sectores del cuerpo. Lo normal e importante es que el movimiento que se
efectúa sea correcto, útil, coordinado y las zonas llamadas a responder mantengan
luego la posición deseada.
El examen sistematizado de la motilidad corporal, comprende el estudio sucesivo
de los siguientes tipos: motilidad activa voluntaria y fuerza muscular; motilidad
automática y asociada; motilidad refleja; motilidad coordinada; motilidad pasiva o
tono muscular.
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
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Semiología del Sistema Nervioso
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Semiología del Sistema Nervioso
y ascienden con la vía espinotalámica hasta el tálamo óptico siguiendo los cordones
laterales de la médula.
El área cortical final de la circunvolución parietal ascendente recibe las fibras
provenientes del tálamo. La distribución de los centros sensitivos, recuerda a un
hombrecillo acostado con la parte inferior hacia arriba; la zona referente de la mano
y de los dedos, es proporcionalmente la más extensa.
En el área subcortical las fibras conductoras de la sensibilidad, atraviesan unidas
la cápsula interna.
El sector medular (Figura 558) presenta distintos segmentos sensitivomotores o
metámeras: ocho cervicales (miembros superiores y cuello); doce dorsales (región
torácica y abdominal); cinco lumbares, cinco sacras y una coccígea (pelvis, miembros
inferiores y esfínteres); de cada uno de los segmentos medulares, nacen los 31 pares
de nervios raquídeos. Hasta D6 hay cierta concordancia anatómica entre el segmento
medular y la vértebra correspondiente; a partir de allí la relación se pierde; la médula
termina topográficamente a nivel de L1 y los nervios lumbares, sacros y coccígeo
constituyen un agrupamiento llamado cola de caballo que discurre por dentro del
raquis. Cada segmento medular está a cargo de la inervación de distintos sectores
corporales homólogos que tienen una disposición en bandas diferentes según las
zonas: horizontal en el cuello, tórax y abdomen; vertical en los miembros superiores
e inferiores. Es importante conocer algunas referencias para la localización lesional
(Figuras 559 y 560).
En cuanto al sistema periférico, la sensibilidad de la cara depende
fundamentalmente del nervio trigémino y en forma accesoria del facial; la inervación
sensitiva periférica está a cargo de los distintos nervios periféricos que parten de la
médula espinal (Figuras 559 y 560).
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
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Semiología del Sistema Nervioso
Examen de la Praxia
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Semiología del Sistema Nervioso
Estudio de la Gnosia
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Semiología del Sistema Nervioso
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Las formas crónicas constituyen en nuestro medio una causa muy frecuente
de consulta debido a la alta incidencia de alcoholismo y diabetes no
tratados, en especial por razones económicas.
- Polineuritis diabética. A pesar de iniciarse con dolores muchas veces
invalidantes de miembros inferiores, con el tiempo prevalecen las
alteraciones motoras (parálisis fláccida, hipotonía muscular e
hiporreflexia) sobre las sensitivas (parestesias, palestesia, dolores);
también son características las atrofias del cuádriceps y músculos
interóseos de las manos; en la marcha el paciente levanta en forma
exagerada los miembros inferiores hipotónicos, apoyando primero la
punta del pie hipotónico y recién asienta el talón.
- Polineuritis alcohólica. Son prevalentes los síntomas sensitivos con
parestesias y dolor espontáneo, fulgurante, que aumentan con la
compresión de las masas musculares, roce de las sábanas, actividad
física. Las zonas de hipo o anestesia toman primero los miembros
inferiores (anestesia “en calcetín”, “en media”, “en bota”) y luego
los superiores (“en guante”).
- Síndrome de Guillain Barré. Es una forma especial de
polirradiculoneuritis con instalación aguda. Se inicia con signos
sensitivos generales seguidos a las pocas horas de trastornos motores
periféricos rápidamente progresivos que se inician en miembros
inferiores, luego superiores, tronco, cuello pudiendo producir la muerte
por parálisis respiratoria (afectación de los nervios intercostales,
frénico, vago).
El examen semiológico de los pares craneales permite evaluar distintas áreas del
cerebro (1º y 2º par), el tronco cerebral (3º, 4º, 5º, 6º, 7º, 8º, 9º, 10º y 12º) y la parte
superior de la médula (11º par) (Figura 569).
El tronco cerebral es una estructura situada en el cráneo, por delante del cerebelo,
formada por el diencéfalo, pedúnculo cerebral, protuberancia y bulbo. Por el mismo
discurren informaciones de los estratos superiores y de estímulos externos; su integridad
es cardinal para la vida y cualquier daño que sufra provoca alteraciones de cuantía.
Los pares identificatorios de cada ubicación en el tronco son los siguientes: motor
ocular común (pedúnculo cerebral); facial (protuberancia); hipogloso mayor (bulbo).
Hay zonas por donde pasan varios nervios que pueden afectarse en conjunto: hendidura
esfenoidal (2º, 3º, 4º, 6º y rama oftálmica del 5º); seno cavernoso (2º, 3º, 4º, 5º y 6º);
peñasco temporal (5º y 6º); conducto auditivo interno (7º y 8º); agujero rasgado
posterior (9º, 10º y 11º); ángulo ponto cerebeloso (5º, 7º y 8º; en ocasiones también el
9º); tumor de la base del cráneo (los 12 pares).
Las causas capaces de producir lesiones centrales o periféricas son vasculares,
infecciosas, inflamatorias, tóxicas, degenerativas, tumorales y su detección corresponde
al médico especialista.
Primer par. Olfatorio. Lo forman fibras nerviosas ubicadas en las fosas nasales que
penetran al cráneo por la lámina cribosa del etmoides llegando al bulbo olfatorio
(centro primario de la olfación) situado en las base del cerebro; desde allí parten
prolongaciones hasta los centros corticales de la olfación (lóbulos temporal y frontal)
(Figura 569).
284
Semiología del Sistema Nervioso
Nervio sensorial, tiene a su cargo la olfación o sentido del olfato que capta a través de
las células de Schultze de la mucosa nasal.
— Semiotecnia. Ya en la anamnesis el paciente suele expresar si su percepción de
los olores es normal o está alterada. El objetivo del examen físico consiste en
comprobar si el paciente es capaz de percibir e identificar sustancias. Para
ello, se usarán dos o tres olores familiares para el examinado, agradables y
que no sean irritantes de la mucosa (perfume, tabaco, alcohol, café, chocolate,
mentol); el paciente debe estar siempre con los ojos cerrados y el examinador
evitará producir ruidos orientadores del objeto expuesto. Luego de constatar
que ambas fosas nasales son permeables, se pide al paciente ocluir una narina
sin hacer presión para no afectar la mucosa (Figura 570); una mala técnica
consiste en presionar las fosas (Figura 571). Se coloca la sustancia en estudio
lo más cerca posible; el paciente realiza una inspiración profunda y debe
identificar el aroma. Hay que esperar cierto tiempo entre cada sustancia para
evitar la fatiga de la mucosa; la operación se repite luego en la otra fosa nasal.
— Alteraciones. La olfación puede estar normal o presentar diferentes trastornos.
Se llama anosmia e hiposmia a la abolición o disminución respectivamente de
la capacidad olfatoria. Se debe determinar si es bilateral (adultez, sinusitis,
obstrucción nasal, tabaquismo, rinitis, virosis) o unilateral (lesión nasal,
fractura de base de cráneo, traumatismo del etmoides, tumor frontal).
Hiperosmia es el aumento de la sensibilidad olfatoria (embarazo, histeria,
cocaína).
Existen además alteraciones especiales siempre de tipo patológico (síndrome
de abstinencia alcohólica, lesiones corticales, psiquiátrico): parosmia o
percepción diferente al olor expuesto; cacosmia u olfación permanente de malos
olores; alucinación olfativa o captación de aromas no existentes (aura de los
epilépticos en la epilepsia temporal).
Segundo par. Óptico. La neurona receptora periférica está en las capas externas de la
retina; sus fibras terminan en las células ganglionares o segunda neurona periférica
que constituyen el nervio óptico (Figura 572). Éste parte del polo posterior del globo
ocular y sale de la órbita por el agujero óptico; se dirige hacia el quiasma óptico donde
la porción interna de cada nervio se entrecruza totalmente con las del lado opuesto; se
continúa con las cintillas ópticas, cada una de las cuales reúne las mitades retinianas
homónimas que terminan en el cuerpo geniculado externo, en el pulvinar del tálamo
óptico y en el tubérculo cuadrigémino anterior. Desde allí ocupan la parte posterior de
la cápsula interna y terminan en la cisura calcarina del lóbulo occipital (órgano central
de la visión).
Nervio sensorial, tiene a su cargo la visión a través de los conos (respuesta visual
a la iluminación intensa, visión de alta resolución espacial, visión coloreada) y de los
bastoncitos (respuesta visual a la baja iluminación).
— Semiotecnia. El paciente puede consultar por diferentes sensaciones visuales
subjetivas. Disminución de la visión o ambliopía más marcada a la noche (nictalopia)
o con el crepúsculo (hemeralopia). “Moscas volantes” que son formaciones
flotantes pequeñas, de formas variables (puntiformes, alargadas) producidas por
opacidades del humor vítreo; permanecen fijas o parecen descender al levantar la
mirada por movimiento del líquido. Imágenes en zig-zag (teicopsia) frecuentes en
migrañas. Alucinaciones visuales consistentes en la percepción de objetos o colores
variados e inexistentes en ese momento (alcohol, lesión del lóbulo temporal u
occipital, aura epiléptica). Percepción persistente de finos destellos (fotopsia) que
se asocian a la visión de los elementos (neuritis óptica).
285
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Con el examen físico se estudia: agudeza y campo visual, visión de los colores
y fondo de ojo. Primero se analizan los dos ojos (visión binocular) y luego cada
ojo por separado (visión uni o monocular).
• Agudeza visual. Se estudian las visiones lejana y cercana cuyas alteraciones
son muchas veces el motivo de consulta.
- Visión lejana. Se pide al paciente identificar letras, números o figuras
ubicadas a distancia y se evalúa la visión en relación al tamaño de
los objetos mostrados.
- Visión cercana. Se solicita al paciente que lea los grandes titulares de
un periódico o revista, luego los subtítulos y finalmente las letras más
pequeñas. Si el paciente no sabe leer, se le muestran figuras de distintos
tamaños que debe reconocer. En caso que use anteojos, debe sacárselos
en el momento del examen; luego se puede hacer una prueba con los
anteojos colocados para evaluar su utilidad real.
286
Semiología del Sistema Nervioso
287
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Tercero, cuarto y sexto pares. Óculomotores. Se describen por separado los distintos
orígenes y trayectos de cada nervio (Figura 569).
El tercer par, motor ocular común, se origina en el pedúnculo cerebral desde
donde se dirige hacia delante y afuera emergiendo por la parte media; ocupa el seno
cavernoso, junto con los otros óculomotores y la rama oftálmica del trigémino; penetra
en la órbita por la hendidura esfenoidal. Proporciona inervación motora a los músculos
rectos superior, interno e inferior, al elevador del párpado superior y oblicuo menor;
lleva fibras parasimpáticas que inervan el esfínter pupilar y el músculo de la
acomodación.
El cuarto par, patético, tiene su núcleo de origen en el pedúnculo, por debajo del
3°; se entrecruza con el del lado opuesto y luego transcurre por la periferia con los
otros óculomotores para inervar finalmente al músculo oblicuo mayor.
El sexto par o motor ocular externo tiene su núcleo de origen en la protuberancia
y emerge por la cara anterior del bulbo; sigue el trayecto del 3º y 4º par e inerva el
músculo recto externo.
Los tres pares craneales reciben el nombre de óculomotores porque tienen a su
cargo los movimientos oculares (Figura 583).
El motor ocular común es un nervio mixto con función motora y parasimpática.
La motora es amplia: lleva el globo ocular hacia arriba (recto superior), abajo (recto
inferior), adentro (recto interno), arriba y afuera (oblicuo menor); produce elevación
del párpado superior en antagonismo con el 7º par; coordina los movimientos entre el
párpado superior y el globo ocular. La función parasimpática de constricción pupilar
permite la adecuación a diferentes intensidades de luces.
El patético, nervio sólo motor, lleva el globo ocular hacia abajo y adentro.
El motor ocular externo, es también motor y dirige el globo ocular hacia afuera.
— Semiotecnia. El síntoma característico de lesión de los óculomotores es la
diplopía o visión doble (estrabismo), más franca en lesiones del 4º y 6º par
porque la del 3º se atenúa por la ptosis existente. Dentro de los signos, prevalecen
la ptosis palpebral y el estrabismo.
El examen físico consiste en estudiar la simetría facial (ejes visuales),
movimientos oculares, examen pupilar, reflejos (fotomotor, consensual y
acomodación) y nistagmo o nistagmus.
288
Semiología del Sistema Nervioso
Alteraciones del examen pupilar. Pueden ser del tamaño, forma y color y
reflejos (Figura 590).
Se llama miosis a la reducción del diámetro pupilar por debajo de 2 mm
que puede ser unilateral (parálisis del simpático cervical) (Figura 769)
o bilateral (encefalopatías, alcohol, coma urémico, morfina). La midriasis
es el aumento del diámetro pupilar por arriba de 5 mm (Figura 227) ya
sea unilateral (parálisis del 3° par, estimulación simpática) o bilateral
(pérdidas de conocimiento de causa cerebral, atropina, cocaína).
Anisocoria es la presencia de pupilas con tamaño diferente (Figura 228)
289
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
290
Semiología del Sistema Nervioso
• Parálisis del 4º par. El paciente refiere diplopía o que tiene dificultad para
bajar por escalinatas. En el examen físico se observa la cabeza desviada
hacia abajo del lado afectado, para contrarrestar la diplopía, con el ojo
desviado para arriba y afuera e imposibilidad de moverlo hacia abajo y
adentro.
• Parálisis del 6º par. El paciente puede referir diplopía. En el examen del
ojo del lado de la lesión, se observa estrabismo convergente e imposibilidad
de llevar el ojo hacia fuera (Figura 592).
291
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
292
Semiología del Sistema Nervioso
Séptimo par. Facial. Tiene un núcleo motor entre la protuberancia y el bulbo y otro
tipo sensitivo protuberancial (Figura 569); sus fibras se unen y salen por el ángulo
pontocerebeloso, en íntima proximidad con el 8º par con el cual penetra en conducto
auditivo interno. En este trayecto, el facial envía ramas a las glándulas lagrimales
y al estribo; ramas especiales son la cuerda del tímpano que lleva fibras sensoriales
para el gusto y fibras vagales que regulan la secreción de las glándulas salivares
(submaxilares, sublinguales). El facial sale del peñasco por el agujero
estilomastoideo y dentro de la parótida se divide en las ramas témporofacial y
cérvicofacial.
Nervio mixto a predominio motor inerva los músculos de la cara (menos el
elevador del párpado superior), cutáneo del cuello e interviene en la motilidad de los
huesos del oído. Con sus fibras sensitivas, inerva el conducto auditivo externo,
membrana timpánica, pabellón auricular y área retroauricular, ángulo mandibular
293
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
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Semiología del Sistema Nervioso
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
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Semiología del Sistema Nervioso
• Marcha. Se la estudia con los ojos cerrados dando unos pasos hacia delante
y luego hacia atrás; en condiciones normales, el paciente se proyecta sobre
una línea recta. Se puede sensibilizar el estudio haciendo que marche en
punta de pie, sobre los talones, en tándem (un pie delante del otro).
297
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Noveno par. Glosofaríngeo. Las fibras motoras se originan en el núcleo ambiguo (común
al X y XI); las sensitivas en la porción superior del bulbo desde donde salen como un
solo tronco (Figura 569); luego de atravesar el agujero rasgado posterior se distribuyen
por la orofaringe y lengua.
Nervio mixto (motor, sensitivo, sensorial, neurovegetativo). Su actividad motora
se ejerce sobre los músculos de la orofaringe (estilofaríngeo y constrictor de la faringe)
por lo que participa en los movimientos deglutorios. Da sensibilidad a la parte posterior
de la lengua y orofaringe. Sensorialmente proporciona el gusto al tercio posterior de
la lengua (por detrás de la V lingual). Referido a su función neurovegetativa, regula la
secreción parotídea.
— Semiotecnia. El paciente puede referir que cuando toma agua, hay salida de
líquido por las fosas nasales acompañada de tos. El examen fisico estudia la
motilidad y sensibilidad orofaríngea, reflejos (nauseoso, faríngeo) y gusto.
Todas las alteraciones pueden coincidir con trastornos en la salivación.
• Motilidad. El 9º y 10º pares se exploran en conjunto. Se investigan usando
un bajalengua (Figura 615) y pidiéndole al paciente que diga “AAAAA”;
se observa que el paladar blando se eleva en un movimiento simétrico.
298
Semiología del Sistema Nervioso
Décimo par. Neumogástrico. Se origina en núcleos del 4º ventrículo. Sale del bulbo
y tiene un largo trayecto periférico (cuello, tórax, abdomen) (Figura 569). En el
cuello da ramos sensitivos faríngeos y sensitivos motores para la laringe.
Nervio mixto: sensitivo y motor para faringe y laringe; tiene a su cargo la motilidad
de las cuerdas vocales. En lo neurovegetativo, lleva la inervación parasimpática a los
pulmones, corazón y tracto digestivo.
— Semiotecnia. Difiere según la profundidad del estudio.
• En un estudio clínico habitual, se abre la boca con un bajalengua pidiendo
al paciente que diga “AAAAA”; el velo del paladar se debe elevar en
forma simétrica.
• La función neurovegetativa se estudia en laboratorios destinados para tal
fin.
299
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
• Musculo trapecio. Se pide al paciente que eleve los hombros y los propulse
hacia adelante (Figura 617).
Doceavo par. Hipogloso mayor. Origen bulbar; sus ramas periféricas inervan los
músculos de la lengua (Figura 569).
Nervio exclusivamente motor, tiene a su cargo la motilidad de toda la lengua.
— Semiotecnia. El paciente puede referir problemas con la masticación, deglución
y se acompaña de disartria. Para el examen físico se realiza inspección y
palpación.
• Inspección. Se pide al paciente que saque la lengua y la mueva hacia
todos lados.
• Palpación. Permite conocer el tono y trofismo; al final se pide empujar
fuerte con la punta de la lengua los carrillos para medir la fuerza lingual
(Figuras 618 y 619).
300
Semiología Endocrina
30
Semiología Endocrina
Historia Clínica
Anamnesis
Examen Físico
Historia Clínica
Anamnesis
302
Semiología Endocrina
Examen Físico
Historia Clínica
Anamnesis
Examen Físico
303
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
Examen Físico
304
Semiología Endocrina
305
Semiología Hematológica
31
Semiología Hematológica
Historia Clínica
Anamnesis
307
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Facies. Tiene alteraciones del color: palidez (anemia) (Figura 78); rubicunda (Figura 79)
o cianótica (poliglobulia); ictericia tipo flavínica (hemólisis) (Figura 52). Algunas facies
(renal, hipotiroidea, lupus) orientan a la aparición de alteraciones hemáticas.
Temperatura. Puede haber fiebre en las crisis de anemia hemolítica; en algunas formas
crónicas (leucosis, linfomas) suele ser prolongada.
Piel. Los cambios de coloración general de la piel se vieron en facies. También pueden
aparecer manifestaciones de púrpura o hematomas.
308
Semiología Hematológica
Historia Clínica
Anamnesis
Examen Físico
309
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Exámenes Complementarios
Estudio de la Hemostasia
Hemostasia o hemostasis es un conjunto de procesos que se desencadenan en
forma cronológica con el fin de evitar una pérdida de sangre por rotura de la pared
vascular o por lesión del endotelio.
310
Semiología Hematológica
Historia Clínica
Anamnesis
— Motivo de consulta. Enfermedad actual. Puede ser por hemorragias internas,
externas o lesiones purpúricas.
311
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Examen Físico
312
Síndromes Respiratorios
32
Síndromes Respiratorios
Historia Clínica
Anamnesis
En las formas agudas aparece facies ansiosa, disneica, cianótica con estado de
intranquilidad. Se puede oír a distancia el cornaje o estridor determinado por la
obstrucción. En la forma progresiva prima la disnea y las manifestaciones del mal
estado general.
313
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
— Aparato respiratorio. Los hallazgos son por lo general bilaterales salvo que el
obstáculo haya migrado a un bronquio.
• Inspección. Hay tiraje, taquipnea e inspiración prolongada.
• Palpación. Se constata franca disminución de la expansión pulmonar y de
las vibraciones vocales; presencia de una vibración respiratoria en la zona
de obstrucción
• Percusión. Normal o menor excursión pulmonar en ambos campos.
• Auscultación. Hay disminución bilateral del murmullo vesicular y presencia
de un soplo primario o autóctono (cornaje, estridor laríngeo) (Figura 330).
Historia Clínica
Anamnesis
Examen físico
Síndromes Bronquiales
314
Síndromes Respiratorios
de origen virósico, al que se suele agregar una infección bacteriana; también puede
responder a una causa alérgica.
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
315
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
duración mayor de dos años, producidos por hipersecreción bronquial crónica irritativa
en ausencia de otra afección pulmonar o bronquial.
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
316
Síndromes Respiratorios
Historia Clínica
Anamnesis
» Síndrome de Bronquiectasias
El síndrome bronquiectásico es el conjunto de síntomas y signos producidos por
la dilatación anormal, variable y definitiva de los bronquios debida a la destrucción de
los componentes musculares y elásticos de sus paredes. Las bronquiectasias son por lo
general localizadas, de extensión variable y asientan en alguna base pulmonar. El
origen es congénito o adquirido (más frecuente) donde la obstrucción bronquial crónica
produce acúmulo de secreciones que se infectan y debilitan aún más las paredes.
Historia Clínica
Anamnesis
318
Síndromes Respiratorios
Estudios Complementarios
Síndromes Pulmonares
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
320
Síndromes Respiratorios
Variables Sindromáticas
Existen ocasiones en las que la masa densa pulmonar (tumores, absceso, quistes
sólidos, neumonías) no tiene las características anatómicas citadas para la producción
de un síndrome de condensación típico. En esos casos, tanto la anamnesis como el
examen físico general y especial están en directa relación con el proceso que determinó
la condensación.
— Condensación sin contacto bronquial. En algunos casos, la masa densa en
pulmón no tiene contacto con bronquio. Esa falta de relación bronquial,
lo convierte en una zona de poca resonancia o capacidad de vibración
(Figura 626) con variaciones en la semiología.
En la anamnesis, no existe un relato distintivo como ser el típico dolor
pleurítico por la variedad de los procesos agudos o crónicos que se engloban.
Cada afección pondrá su sello particular que oriente hacia la etiología: tos,
hemoptisis, franca pérdida de peso en el cáncer; síndrome febril intenso en el
absceso; poca o ninguna sintomatología en los quistes; dolor si existe contacto
pleural.
En el examen físico del aparato respiratorio, los datos diferenciales más
importantes son los siguientes (Figura 626): abolición de las vibraciones
vocales; ausencia del murmullo vesicular; falta de estertores respiratorios
como ser crepitancia y el soplo brónquico; silencio en la auscultación de la
voz.
— Condensación profunda. Existen casos donde el proceso neumónico, a pesar
de ser grande y tener contacto bronquial, está alejado de la superficie. En la
anamnesis se refiere fiebre, tos y expectoración sin dolor. En el examen físico
se puede contactar sólo disminución de la expansión pulmonar, submatidez y
eventualmente broncofonía (Figura 626).
— Condensación pequeña. En las afecciones neumónicas pequeñas (segmentos
profundos) y a pesar del contacto bronquial, la signología es negativa; el
diagnóstico se presume con el interrogatorio (fiebre, tos, expectoración) y lo
confirma la Rx de tórax.
» Síndrome de Atelectasia
El síndrome de atelectasia es el conjunto de síntomas y signos producidos por un
colapso zonal del parénquima pulmonar con reabsorción del aire alveolar; puede
responder a un mecanismo obstructivo o no obstructivo.
Las causas son variables: tumor bronquial benigno o maligno; cuerpos extraños;
aspiración bronquial del contenido gástrico (postoperatorio, sopor, coma); compresión
externa (tumores, adenopatías).
321
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
» Síndrome Cavitario
El síndrome cavitario es el conjunto de síntomas y signos producidos por la
presencia en el pulmón de una cavidad con aire por destrucción del parénquima
pulmonar (tuberculosis, quistes o abscesos que han eliminado su contenido a través de
322
Síndromes Respiratorios
Historia Clínica
Anamnesis
323
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Estudios Complementarios
Variables Sindromáticas
Existen ocasiones en las que una cavidad no tiene las características anatómicas
citadas para la producción de un síndrome cavernoso (caverna sin condensación
periférica, abscesos o quistes evacuados pequeños o profundos, falta de contacto
bronquial). En esos casos, tanto la anamnesis como el examen físico general y especial
están en directa relación con el proceso que determinó la cavidad. El examen físico del
aparato respiratorio, presenta también variaciones en la zona que asienta la lesión.
— Cavidad sin contacto bronquial. En el examen físico de aparato respiratorio
se encuentra (Figura 629) abolición de las vibraciones vocales; hipersonoridad;
silencio auscultatorio con la respiración y la voz.
— Cavidad grande. Si es mayor de 6 centímetros y superficial, se puede percutir
timpanismo y auscultar el soplo anfórico como en un neumotórax.
— Cavidad profunda. Carece de signología física particular (Figura 629).
Historia Clínica
Anamnesis
324
Síndromes Respiratorios
Estudios Complementarios
325
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
Síndromes Pleurales
326
Síndromes Respiratorios
Historia Clínica
Anamnesis
327
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Según la cantidad de líquido, el derrame puede ser pequeño (< 400 ml), mediano
(400-1.500 ml) o grande (> 1.500 ml).
Cualquiera sea el contenido, los hallazgos del examen son similares con excepción
que en el hidrotórax no hay dolor, tos ni fiebre y existen algunas diferencias percutorias.
La pleuresía tuberculosa con derrame serofibrinoso es lo más característico y es el
síndrome que se describe. El exudado también puede ser de otro tipo: hemorrágico
(cáncer), purulento o empiema, quilotorax por líquido lechoso con quilomicrones
(neoplasia, traumático, idiopático).
Historia Clínica
Anamnesis
328
Síndromes Respiratorios
Estudios Complementarios
» Síndrome de Neumotórax
El síndrome de neumotórax es el conjunto de síntomas y signos que aparecen
cuando hay aire entre las hojas pleurales con colapso pulmonar completo o parcial
(Figura 337). Tiene distintas causas: ruptura de esferas subpleurales congénitas o bullas
(neumotórax espontáneo); traumatismos (gran incremento); maniobras instrumentales;
enfermedades de los pulmones subyacentes (neoplasia, infecciones, infarto pulmonar,
tuberculosis).
Historia Clínica
Anamnesis
329
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Estudios Complementarios
» Síndrome de Hidroneumotórax
El síndrome de hidroneumotórax es el conjunto de síntomas y signos producidos
por la presencia de aire y líquido entre las hojas pleurales (Figura 635). La causa
prevalente actual es la traumática (accidentes). Según el líquido que acompaña al
neumotórax, el nombre varía: hidroneumotórax (seroso); pioneumotórax (pus);
hemoneumotórax (sangre).
Historia Clínica
Anamnesis
330
Síndromes Respiratorios
Estudios Complementarios
Historia Clínica
Anamnesis
331
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Estudios Complementarios
Insuficiencia Respiratoria
El síndrome de insuficiencia respiratoria es el conjunto de síntomas y signos que
aparecen en forma aguda o crónica cuando el sistema respiratorio no puede cumplir
su función básica de oxigenar la sangre arterial y eliminar el CO2.
Como una forma de identificarla y cuantificarla, se utiliza el concepto biológico
gasométrico de hipoxemia (disminución de la PO2 arterial) y así se dice que un paciente
está en insuficiencia respiratoria aguda cuando la PO2 arterial está debajo de 50 mm
Hg (N = 90-95), mientras se respira aire ambiental normal y en ausencia de algún
circuito venoarterial; se puede acompañar de hipercapnia o sea el aumento de PCO2
por encima de 50 mm Hg (N= 40 ± 5) en ausencia de alcalosis metabólica. Si están
alteradas las dos presiones, se dice que es una forma completa; si es sólo la PO2, se le
llama incompleta.
La presencia de insuficiencia respiratoria y su intensidad actúan como
marcadores de criterios de severidad en distintas patologías (asma, EPOC, derrame
pleural masivo). Representa un cuadro emergentológico respiratorio severo, que
requiere urgente atención especializada y pone en riesgo la vida del paciente. Su
estudio, en directa relación con la terapéutica a aplicar, corresponde a la asignatura
de Clínica Médica.
332
Síndromes Respiratorios
Historia Clínica
Anamnesis
Examen Físico
Las manifestaciones del examen físico son muy variadas y están en relación con
la causa etiológica: taquipnea o bradipnea; “ventana costal” de las fracturas costales
donde el pulmón se dirige hacia adentro en inspiración o sea que no ventila; asimetría
de la expansión torácica; espiración prolongada y tiraje en los síndromes obstructivos.
333
Síndromes Cardiológicos
33
Síndromes Cardiológicos
335
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
336
Síndromes Cardiológicos
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
338
Síndromes Cardiológicos
Historia Clínica
Anamnesis
— Aparato respiratorio
• A la auscultación, se encuentran estertores crepitantes bibasales
abundantes (por la inundación líquida alveolar) que ascienden con
rapidez desde la base; luego se agregan estertores a burbujas (inundación
bronquial) (Figura 639).
• Un cuadro pulmonar similar, pero sin ritmo de galope, puede presentarse
en otras afecciones cardíacas (estenosis mitral, taponamiento) o no
cardíacas (pulmón urémico).
339
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
340
Síndromes Cardiológicos
— Aparato respiratorio
• La auscultación torácica (Figura 640) muestra como característico,
crepitancias bibasales con diferente extensión o altura según la severidad
del proceso. El aumento progresivo, indica mayor gravedad; la disminución,
expresa mejoría.
• La respiración de Cheyne Stokes (Figuras 300) suele presentarse en alguna
etapa pero sin ser directamente indicativa o exclusiva de insuficiencia izquierda.
341
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
342
Síndromes Cardiológicos
Historia Clínica
Anamnesis
Historia Clínica
Anamnesis
Historia Clínica
Anamnesis
— Datos filiatorios. Lo habitual es que sean pacientes añosos con poca actividad
laboral por la cronicidad y severidad de su afección.
— Motivo de consulta. Disnea. Edema de miembros inferiores.
— Enfermedad actual. El paciente relata inicialmente disnea progresiva (falla
izquierda). Al final aparece el edema de miembros inferiores y la disnea aumenta
su intensidad llegando a ser de reposo.
— Antecedentes de la enfermedad actual. Hay antecedentes de hipertensión
arterial, coronariopatia, enfermedades valvulares izquierdas, miocardiopatías.
— Cuello. Muestra ingurgitación yugular bilateral que llega hasta el ángulo del
maxilar inferior con las venas gruesas y tortuosas.
— Aparato respiratorio. Presenta crepitancias bibasales pulmonares variables
con el grado de descompensación cardíaca existente. Puede haber también
síndrome de derrame pleural.
— Aparato cardiovascular. Sobresalen signos de agrandamientos cardíacos y
presencia de taquicardia con o sin tercer ruido y/o galope según el grado de
descompensación que tenga la insuficiencia. Las arritmias son frecuentes; en
estadios muy graves hay signos de derrame pericárdico.
— Abdomen. Es característica la hepatomegalia congestiva y, eventualmente,
presencia de ascitis.
Historia Clínica
Anamnesis
Se encuentran manos calientes con eritema de palmas y pulso capilar que consiste
en visualizar en el lecho ungueal un enrojecimiento pulsátil que se hace más evidente
al comprimir con suavidad el extremo libre de la uña.
Estudios Complementarios
Síndromes Valvulares
Conjunto de síntomas y signos producidos por fallas de las válvulas cardíacas
con alteraciones en su normal cierre y/o apertura.
En las afecciones valvulares se utilizan distintos términos según la alteración
funcional: válvula estrecha o estenótica (no abre bien); válvula insuficiente (no cierra
bien); doble lesión (la misma válvula tiene dificultades para la apertura y cierre).
En cuanto al tipo de lesión valvular puede ser orgánica o funcional. En el primero,
la válvula o su aparato valvular están afectados produciendo estenosis y/o insuficiencia.
En la funcional, la válvula está sana pero pueden ocurrir distintas disfunciones: mal
cierre por dilatación anular o cavitaria (Figura 411); resultar relativamente estenótica
para el flujo sanguíneo que pasa a través de ella (Figura 412). Las valvulopatías crónicas
se clasifican en leves, moderadas y severas según la alteración hemodinámica que
ocasionan. La semiología que se describe corresponde a las formas moderadas siguiendo
el esquema de la figura 642.
El método fundamental de diagnóstico imagenológico, es el ecocardiograma
(bidimensional y Doppler color) para diagnosticar tipo de afección, severidad, presiones,
momento y evolución quirúrgica (Figuras 796, 797, 798 y 799).
346
Síndromes Cardiológicos
Historia Clínica
Anamnesis
Historia Clínica
Anamnesis
Historia Clínica
Anamnesis
— Cuello. Hay frémito y soplo sistólico en ambas carótidas por propagación del
soplo.
— Aparato cardiovascular. Su estudio es clave para el diagnóstico sindromático.
• Tensión arterial. Puede haber descenso de la máxima por menor eyección
ventricular.
• Pulso arterial. Es pequeño y sostenido por la menor y más prolongada
eyección (Figura 364).
• Inspección y palpación precordial. Detecta distintos hechos: síndrome de
hipertrofia ventricular izquierda; frémito sistólico en área aórtica; eventual
latido aórtico en el segundo espacio intercostal derecho.
• Auscultación. El foco aórtico muestra (Figura 651): R1 normal; clic
sistólico de origen valvular o muscular; hipofonesis de R2 por mala
movilidad valvar; soplo protomesosistólico propagado a cuello, romboidal,
intenso, grave, timbre “en chorro de vapor”. En punta se encuentra
ocasionalmente R4 por mayor rigidez ventricular.
349
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
350
Síndromes Cardiológicos
Historia Clínica
Anamnesis
Las formas funcionales, que son la gran mayoría, no presentan síntomas propios
salvo los producidos por la afección de base que dilató al ventrículo derecho.
351
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
352
Síndromes Cardiológicos
Historia Clínica
Anamnesis
— Datos filiatorios. Mas frecuente en niños por prevalencia de las formas congénitas.
— Motivo de consulta. Enfermedad actual. Es asintomática; en forma excepcional
suele aparecer disnea a grandes esfuerzos por la hipovolemia pulmonar.
Historia Clínica
Anamnesis
353
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Síndromes Coronarios
Conjunto de síntomas y signos derivados de un déficit agudo o crónico en la
irrigación miocárdica en actividad o reposo (sinonimias: cardiopatía isquémica,
coronariopatías).
En los adultos, la causa principal es la aterosclerosis coronaria (98 %); otras
afecciones que pueden afectar los vasos coronarios son malformaciones congénitas,
embolias, espasmos, inflamaciones, traumatismos. Entre los antecedentes, son de gran
valor los llamados factores de riesgo cardiovasculares. Por su incidencia en el
determinismo de la enfermedad coronaria tienen especial prevalencia la
hipercolesterolemia, hipertensión arterial, tabaquismo y diabetes que se presentan en
forma individual o en conjunto; cuadro 27 (Figura 668). Cuanto mayor es el número
de estos factores presentes, más grande es la posibilidad de ateroesclerosis y cualquiera
de sus complicaciones (cardíacas, cerebrales, renales, vasculares).
354
Síndromes Cardiológicos
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
355
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
ECG con alteraciones del segmento ST pero sin signos de necrosis (Figura 669);
aumento enzimático hasta el doble de su valor normal.
356
Síndromes Cardiológicos
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
357
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
» Muerte Súbita
Se denomina muerte súbita a afecciones (cardíacas, digestivas, renales, neurológicas)
no producidas por accidente, homicidio, suicidio o envenenamiento, que llevan a la muerte
dentro de las 24 horas del comienzo de los signos en pacientes sanos o con enfermedad
previa. La fibrilación ventricular por isquemia miocárdica, es la causa más frecuente.
Síndromes Pericárdicos
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
358
Síndromes Cardiológicos
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
— Es de elección el ecocardiograma.
Historia Clínica
Anamnesis
Se observa por lo general, enfermos con gran deterioro del estado físico general
y signos de hipertensión venosa sistémica crónica (edema de miembros inferiores,
cianosis periférica).
360
Síndromes Cardiológicos
— Cuello. Hay ingurgitación yugular bilateral muy manifiesta con pulso venoso
paradojal (Figura 383).
— Aparato cardiovascular
• Percusión precordial. El esternón y el área cardíaca tienen una matidez
más extensa.
• Auscultación. Se oye hipofonesis de los ruidos cardíacos con frecuente
aparición de un R3 chasqueante por distensión de la coraza fibrosa
pericárdica en el lleno rápido.
Estudios Complementarios
— El ecocardiograma es de elección.
Arritmias
Los síndromes arrítmicos son síntomas y signos que aparecen por alteración de la
regularidad y/o frecuencia cardíaca. El estudio de las arritmias es complejo y constituye
una subespecialidad dentro de la cardiología.
Responde a causas tanto cardíacas (cardiopatía isquémica, trastorno del rimo
propiamente dicho, miocardiopatías) como extracardíacas (drogas, dispepsias)
Pueden dar manifestaciones banales (palpitaciones aisladas) o producir severos
trastornos ya sean hemodinámicos o miocárdicos.
» Irregularidad Mínima
El síndrome por irregularidad mínima es el conjunto de síntomas y signos por la
presencia de contracciones anticipadas o extrasístoles de origen supraventricular o
361
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
ventricular, que tienen diferente significado clínico. Las primeras son por lo general de
causa no cardíaca (nerviosismo, tabaco, indigestión, meteorismo, hipertiroidismo, café,
parasitosis intestinal); en las segundas hay que descartar siempre causas cardiológicas
(coronario o miocardiopatías, digitálicos).
Historia Clínica
Anamnesis
» Irregularidad Máxima
El síndrome por irregularidad máxima es el conjunto de síntomas y signos producidos
por contracciones ventriculares irregulares. El más frecuente es por fibrilación auricular
y es el que se describe. Consiste en movimientos irregulares de alta frecuencia en la
musculatura auricular, ineficaces para producir una sístole auricular; gran parte de esos
estímulos son bloqueados en el nódulo aurículoventricular pasando el resto a estimular
ventrículo. Por su forma de instalación pueden ser paroxísticas o crónicas.
Historia Clínica
Anamnesis
362
Síndromes Cardiológicos
— Cuello. En las venas yugulares se puede ver la ausencia del pulso venoso por
falta de sístole y diástole auricular con presencia de una ondulación irregular
persistente.
— Aparato cardiovascular
• Pulso arterial. Por lo general taquicárdico, con irregularidad y desigualdad
manifiestas (pulso caótico) (Figura 364).
• Auscultación. Muestra un ritmo irregular, con alternancia de contracciones
continuadas que reciben el nombre de escapes o salvas; su frecuencia es
mayor que la del pulso arterial porque no todas los latidos producen un
ciclo cardíaco completo; R1 tiene la intensidad cambiante.
» Taquicardia Sinusal
Aumento persistente de la frecuencia cardíaca por arriba de 100 latidos por minuto
que se origina en el nódulo sinusal.
Existe una arritmia respiratoria fisiológica con aumento de la frecuencia durante
la inspiración y disminución en espiración; es característica de los niños y adolescentes
y tan constante en ellos, que su ausencia hace pensar en enfermedad del nódulo sinusal.
Historia Clínica
Anamnesis
— Motivo de consulta. Enfermedad actual. El paciente puede o no referir
palpitaciones relacionado más con lo emocional y persistencia de la arritmia
que con el número de latidos.
— Antecedentes de la enfermedad actual. Pueden ser de distintos tipos: fisiológicas
(ejercicio físico, emociones); distintas drogas (simpaticomiméticos,
parasimpaticolíticos); no cardíacas (hipertiroidismo, fiebre); cardíacas
(insuficiencia cardíaca); tensionales (shock, hipotensión arterial).
» Taquicardia Paroxística
Aumento importante de la frecuencia cardíaca de comienzo y terminación brusca.
Se originan por un foco ectópico con alta frecuencia de estímulos que reemplaza al
nódulo sinusal.
363
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
Examen Físico
» Bradicardia Sinusal
Disminución persistente de la frecuencia cardíaca por debajo de 60 latidos por
minuto que se origina en el nódulo sinusal. Tiene distintos orígenes: fisiológico
(vagotonismo, durante el sueño, en atletas); extracardíacos (obstrucción biliar, dolor
intenso, hipotiroidismo); cardíacos (Chagas, enfermedad del nódulo sinusal);
hipertensión arterial; drogas (beta bloqueantes).
Historia Clínica
Anamnesis
364
Síndromes Cardiológicos
» Bradisfigmia Relativa
Disminución de la frecuencia del pulso arterial porque el ritmo normal alterna
con extrasístoles precoces que dan ausencia del pulso.
Historia Clínica
Anamnesis
» Bloqueo AV Completo
El bloqueo aurículoventricular completo consiste en un obstáculo al pasaje del
estímulo desde la aurícula al ventrículo.
Historia Clínica
Anamnesis
365
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
366
Síndromes Vasculares
34
Síndromes Vasculares
Historia Clínica
Anamnesis
367
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
Los signos más característicos del examen físico aparecen por debajo de la
obstrucción arterial: disminución manifiesta o desaparición de pulsos arteriales
regionales; palidez y frialdad de la piel más notoria en los lechos ungueales. Si la
palidez no es muy franca se pueden realizar maniobras para ponerla de manifiesto.
Con el paciente en decúbito dorsal (Figura 678) se hace levantar el miembro en estudio
a 90 grados permaneciendo así durante un minuto (Buerger). Para sensibilizar la
maniobra se le solicita que haga movimientos de flexión y extensión del pie (Samuels)
o mano y sus respectivos dedos. Normalmente no hay cambios significativos en el
color pero en caso de obstrucción arterial, se produce una palidez a partir de la zona
368
Síndromes Vasculares
Historia Clínica
Anamnesis
Las maniobras para detectar las compresiones son variables. Una forma útil es
colocar ambos miembros superiores horizontales hacia los costados y en extensión
pidiéndole al paciente que rote la cabeza a uno y otro lado (Figura 680). Cuando es
positiva, hay disminución transitoria franca o desaparición del pulso arterial y palidez
súbita; también puede haber frialdad, parestesias y disestesias.
Síndromes Venosos
» Várices
Las várices son dilataciones ampollares que asientan en las paredes de venas de
distintas localizaciones: miembros inferiores; cordón espermático (varicocele), esófago
y hemorroidales (síndrome de hipertensión portal); fístulas arteriovenosas (Figura 689).
Se describen las de esta localización por varias razones: alta prevalencia ya que
constituye la afección vascular periférica más frecuente; es una causa importante de
insuficiencia venosa crónica y tromboembolismo pulmonar.
ya hay pasaje de líquido al intersticio, estasis con anoxia crónica y progresiva de las
zonas afectadas.
Historia Clínica
Anamnesis
371
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
372
Síndromes Vasculares
Historia Clínica
Anamnesis
Los signos más característicos son edema, cianosis, dilataciones venosas y circulación
venosa colateral en la cabeza, cuello y miembros superiores (Figura 690). La intensidad
de estos signos está en relación directa con el tipo, persistencia y duración de la
obstrucción.
El edema es de tipo venoso y recibe el nombre de edema en esclavina; la cianosis
es periférica y acompaña al edema en su distribución regional.
Las venas superficiales de la región afectada se encuentran dilatadas, y sin
variaciones con los cambios posicionales; hay franca ingurgitación yugular bilateral
con ausencia de pulso y de colapso inspiratorio.
Si la obstrucción es en la desembocadura de las ácigos, se ven venas superficiales
dilatadas en el cuello, tórax y abdomen con la corriente dirigida típicamente de arriba
hacia abajo (circulación tipo vena cava superior). En caso que la obstrucción esté por
abajo o arriba de la desembocadura de las ácigos, la vena cava superior establece una
circulación colateral profunda para desembocar en la vena cava inferior y la circulación
colateral superficial falta o es mínima.
Historia Clínica
Anamnesis
Los hallazgos son similares a los de obstrucción de cava superior pero tomando
el territorio de miembros inferiores y abdominopelviano.
373
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
La circulación venosa colateral superficial parte desde región inguinal hacia región
axilar con la dirección de la corriente típicamente de abajo hacia arriba (circulación
tipo vena cava inferior) (Figura 691).
374
Síndromes Abdominales
35
Síndromes Abdominales
Se describen en este capítulo los síndromes que con más frecuencia puede encontrar
el médico generalista. Estas afecciones que involucran al abdomen responden a distintas
etiologías (digestivas, generales, cardíacas, renales) razón por la cual no pueden ser
ubicadas en un sólo aparato o sistema.
Historia Clínica
Anamnesis
375
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Estudio semiológico. Existen características muy importantes del dolor que deben
evaluarse en forma minuciosa y permanente para la orientación sindromática.
• Circunstancias de aparición. Interesa conocer sobre la comida previa:
grasa (trastornos biliares y pancreáticos); condimentada con especies
(afección gástrica). También horario (úlcera péptica); si hubo relación
con algún tipo de esfuerzo (hernia complicada).
• Presentación. El dolor brusco, bien localizado y muy intenso, orienta hacia
un proceso grave (perforación de víscera, infarto mesentérico o intestinal,
ruptura de embarazo extrauterino o aneurisma aórtico); los pacientes
suelen relatar con exactitud la iniciación de los síntomas. Si la instalación
es en minutos, se piensa en oclusión; si es gradual, horas, en inflamación.
• Localización (Figura 693). En general, el dolor visceral tiene topografía
definida: epigastrio (estómago, duodeno, tracto biliar y pancreático,
apéndice cecal); región umbilical (intestino delgado, mitad derecha del
colon); hipogastrio (colon descendente y órganos pélvicos). Los cambios
de localización e intensidad pueden indicar una agresión peritoneal de
distinto grado.
• Propagación. Tiene gran significado para la interpretación sindromática
(Figura 693).
• Carácter. Hay algunos típicos: cólico (intestinal, biliar, renal); punzante
(perforación). Se debe recordar que, salvo en el angor intestinal, un dolor
abdominal agudo difícilmente es opresivo; por ello la presencia de opresión
epigástrica es muy sugestivo de origen coronario. El cambio de carácter,
puede alertar sobre la agravación del problema (invasión peritoneal).
• Intensidad. Importancia relativa y relacionada con la subjetividad de quien lo
sufre. De todas maneras, hay dolores que se caracterizan por su extrema
intensidad (pancreatitis, cólico renal, perforación de úlcera, disección de aorta).
• Duración. Evolución. El dolor presenta distintas formas: autolimitado
(gastroenteritis); patrón creciente decreciente de los cólicos; progresivo
(apendicitis). Un dolor que evoluciona en forma rápida y afecta el estado
general en horas o pocos días, sugiere una afección grave.
• Factores que lo alivian. Son de distintos tipos según la causa:
antiespasmódicos (cólicos en general): comida o alcalinos (úlcera gástrica);
decúbito ventral (cólico intestinal); quietud extrema (síndrome peritoneal);
lateral derecho (cólico biliar); defecación (colónico).
• Factores que lo exacerban. Dependen de la causa del dolor: comidas grasas
(cólico biliar, pancreatitis aguda); bebidas alcohólicas, café (patología
gastroduodenal); esfuerzo físico o deambulación (peritonitis); apoyar
fuerte el pie derecho (apendicitis) por irritación del músculo psoas ilíaco.
• Síntomas y signos asociados. Prestan gran ayuda para la integración
sindromática. Pueden ser generales inespecíficos (síndrome febril, pérdida
de peso); digestivos (anorexia, vómitos, diarrea, constipación); especiales
(dismenorrea, embarazo, disuria, ictericia); respiratorios (tos,
expectoración); cardíacos (palpitaciones, disnea).
376
Síndromes Abdominales
377
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
378
Síndromes Abdominales
Estudios Complementarios
» Síndrome Ascítico
Conjunto de síntomas y signos producidos por el acúmulo anormal de líquido en la
cavidad peritoneal; las sinonimias hidroperitoneo, hidropesía abdominal son de poco uso.
Historia Clínica
Anamnesis
379
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Cualquier zona del cuerpo puede mostrar signos de la patología causal: facies
renal (síndrome nefrótico); ingurgitación yugular bilateral y edema de miembros
inferiores (insuficiencia cardíaca); ictericia, desnutrición (cirrosis hepática).
— Abdomen. Su examen es clave para integrar el síndrome de ascitis y variable
según la cantidad de líquido acumulado. Por debajo de 1.500 ml, la percusión
es el único método físico que permite identificarla ya sea en su forma libre o
tabicada (Figuras 498 y 499), siendo su detección patrimonio exclusivo de la
ecografía abdominal. Cuando se superan los 1.500 ml, aparece la signología
del síndrome ascítico.
• Inspección. Las manifestaciones se hacen ostensibles con cifras de
líquido mayor de 3.000 ml apareciendo el abdomen prominente o
globoso (Figura 430). El ombligo a su vez, está aplanado (“borrado”) o
saliente (“en dedo de guante”) por el aumento de la tensión abdominal;
desplazado hacia abajo con el paciente en decúbito dorsal (distancia de
xifoides a ombligo mayor que de ombligo a pubis). Los orificios herniarios
están más distendidos y pueden aparecer hernias hasta ese entonces
ocultas.
• Palpación. Permite detectar la llamada onda ascítica cuando la colección
supera los 1.500 ml (Figura 697). El médico a la derecha y con el paciente
en decúbito dorsal, coloca su mano izquierda a la altura del ombligo con
el pulgar hacia abajo, a lo largo de la línea infraumbilical; los otros dedos
se dirigen en 90º hacia el flanco izquierdo. Los dedos de la mano derecha
golpean con firmeza, dos o tres veces, el flanco derecho con el fin de
desplazar líquido hacia el lado contrario: la maniobra es positiva para
ascitis libre, cuando desde la izquierda se percibe la sensación de onda
líquida. En caso de abdómenes muy grandes o manos pequeñas, se pide a
un ayudante que deprima la parte central con el borde cubital de su mano
(Figura 698). Con cualquiera de las dos maniobras, la misión de la mano
centroabdominal es evitar que la piel se desplace con los golpes y de falsos
positivos.
• Percusión. Si se realiza en forma radiada (Figura 495), produce una típica
matidez inferior con borde superior cóncavo hacia arriba (Figura 497).
• Auscultación. Si se coloca un estetoscopio en el flanco izquierdo y se
golpea desde el derecho, puede auscultarse el desplazamiento de la onda
líquido.
Estudios Complementarios
380
Síndromes Abdominales
381
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
382
Síndromes Digestivos
36
Síndromes Digestivos
Síndromes Esofágicos
Síndromes Gastroduodenales
Historia Clínica
Anamnesis
383
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
384
Síndromes Digestivos
Estudios complementarios
» Síndrome Pilórico
Conjunto de síntomas y signos producidos por la obstrucción progresiva del canal
pilórico con paulatina disminución del vaciamiento gástrico. Las causas más frecuentes
en el adulto, son la úlcera y la neoplasia antropilórica; la detección de un síndrome
pilórico por neoplasia, resulta tardío e inefectivo debido a las implicancias que tiene
sobre el paciente. En la primera infancia la causa productora de este síndrome es la
hipertrofia congénita del píloro.
Existe también una forma aguda producida por espasmo pilórico (úlcera
antropilórica) o la impactación de cuerpos extraños (dentaduras en ancianos, carozos,
monedas o bolillas en niños). Son cuadros transitorios y de rápida resolución
caracterizados por dolor tipo cólico localizado en epigastrio e hipocondrio izquierdo
que se dirige hacia la región central del abdomen con vómitos precoces.
Historia Clínica
Anamnesis
385
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
— Abdomen.
• Inspección. En el período de lucha, no es raro visualizar, especialmente en
pacientes delgados, ondas peristálticas superiores desde el hipocondrio
izquierdo hacia abajo y adentro; las mismas disminuyen en frecuencia e
intensidad a medida que avanza la obstrucción y cede el tono gástrico; en
ocasiones, son reemplazadas por endurecimientos intermitentes de corta
duración de la zona supraestrictural.
• Palpación. Al final, aparece el bazuqueo o chapoteo gástrico que delata
la falta de evacuación del estómago (Figura 480).
Síndromes Intestinales
» Síndrome de Diarrea
Semiológicamente se define como la evacuación demasiado rápida de heces
demasiado líquidas, con aumento del tránsito intestinal y el número de deposiciones
diarias. Hay por lo tanto una alteración en la calidad de la materia fecal y en la
cantidad o frecuencia de las deposiciones.
Se trata de la excreción por materia fecal de más de 300 ml de agua diaria (normal
hasta 200 ml); aparece cuando las pérdidas de agua por el colon exceden su capacidad
de absorción.
Para el estudio de su semiología y diferentes tipos sindromáticos, ver capítulo 15.
» Síndrome de Constipación
Semiológicamente se define como la eliminación demasiado lenta de heces
demasiado duras.
Consiste en la eliminación de heces escasas, secas y duras (caprinas), de poco contenido
en agua (menor de 50 g/día) o deposiciones de poca frecuencia (cada tres días o más).
Para el estudio de su semiología y diferentes tipos sindromáticos, ver capítulo 15.
386
Síndromes Digestivos
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
Historia Clínica
Anamnesis
— Abdomen. Los hallazgos son variables. Por lo general hay un dolor provocado
por la presión en la zona afectada y distensión abdominal por íleo paralítico.
390
Síndromes Digestivos
Estudios Complementarios
Síndromes Hepáticos
391
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
393
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Sindromes Ictéricos
Ictericia es la coloración amarilla de piel y mucosas por aumento de la bilirrubina
total en sangre por encima de 2 mg/100 ml.
Presenta distintas clasificaciones; se adopta la basada en su fisiopatología; ver cuadro
9 (Figura 50).
Para el estudio de la semiología de la ictericia y sus diferentes tipos sindromáticos,
ver capítulo 9.
Síndromes Biliares
» Síndrome Coledociano
El síndrome coledociano es el conjunto de signos y síntomas producidos por la
obstrucción del colédoco; puede ser agudo por impactación de un cálculo proveniente
394
Síndromes Digestivos
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
395
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Síndromes Pancreáticos
Historia Clínica
Anamnesis
396
Síndromes Digestivos
Estudios Complementarios
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
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Síndromes del Aparato Urinario
37
Síndromes del Aparato Urinario
Síndromes Renales
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Semiología Médica. “La Historia Clínica”
orgánicos, fenoles, guanidina, indoles) reponsables de los signos y síntomas del síndrome
urémico (período de descompensación o insuficiencia renal terminal); con un descenso
menor de 5 ml/minuto ya puede instalarse el coma urémico).
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
» Síndrome Nefrítico
Conjunto de signos y síntomas producidos por inflamación glomerular acompañada
también de daño vascular, tubular e intersticial. La causa más común es la
glomerulonefritis producida por una reacción antígeno anticuerpo dos semanas después
de una angina estreptocóccica u otra infección por el germen.
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
» Síndrome Nefrótico
Conjunto de síntomas y signos producidos por una filtración crónica exagerada
de proteínas por parte del glomérulo.
403
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Puede deberse a afecciones propias del riñón que afecten el glomérulo; también se
presenta en forma secundaria a una extensa cantidad de afecciones (infecciones,
neoplasias, medicamentosas, colagenopatías, metabólicas, alergia, hipertensión arterial).
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
Síndromes Urinarios
Historia Clínica
Anamnesis
404
Síndromes del Aparato Urinario
Examen Físico
Estudios Complementarios
Historia Clínica
Anamnesis
405
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
— Abdomen
• Palpación. La región lumbar muestra los puntos costovertebral y
costomuscular positivos del lado donde asienta la infección; habrá también
puntos ureterales anteriores positivos del lado de la vía ureteral afectada.
• Puñopercusión. Una maniobra particular es la de puñopercusión lumbar
que detecta zonas dolorosas (pielitis, pielonefritis, uronefrosis) y se la debe
realizar con sumo cuidado cuando se sospecha el síndrome. Consiste en
hacer pequeños golpes en la región lumbar por fuera de la masa muscular
paravertebral utilizando el puño cerrado (Murphy) o el borde cubital de la
mano derecha (Giordano); se inicia sobre la pared torácica y se va
descendiendo hasta la zona lumbar (Figura 713). Su realización requiere
una buena técnica por distintas razones: debe hacerse con extrema suavidad
porque el dolor que desencadena en casos positivos es muy intenso; el pasaje
desde el tórax a la región lumbar es muy útil para que el paciente establezca
diferencias de sensaciones; no debe percutirse sobre las masas musculares
porque puede dar lugar a falsos positivos (miositis, neuritis).
Estudios Complementarios
Historia Clínica
Anamnesis
406
Síndromes del Aparato Urinario
Estudios Complementarios
Historia Clínica
Anamnesis
407
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Estudios Complementarios
408
Síndromes Neurológicos
38
Síndromes Neurológicos
Síndromes Motores
Historia Clínica
Anamnesis
409
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
forma enérgica el nervio facial por detrás de la rama ascendente del maxilar
inferior, hay contracción del lado sano (signo de Foix) (Figura 726).
— Decúbito. El paciente, por lo general en coma, presenta con mucha frecuencia
la respiración de Cheyne Stokes (Figura 300); muestra asimetría del hemicuerpo
afectado que está “aplastado” en la cama aparentando ser más ancho que el
contralateral; si se elevan ambos miembros inferiores a más o menos 45° y se
los suelta, cae más rápido el hemipléjico.
Estudios Complementarios
Historia Clínica
Anamnesis
410
Síndromes Neurológicos
411
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
otros dedos (Figura 721) (signo de Babinski) que suele presentarse en forma
espontánea (Figura 722) o con los llamados sucedáneos del Babinski (Figuras 541,
542 y 543). Es característico el clonus, contracciones involuntarias rítmicas
persistentes mientras se realiza la compresión brusca y sostenida sobre algunas
zonas: en rótula, hacia abajo con los dedos pulgar e índice (Figura 723); en pie o
mano, flexión brusca con el talón de la mano en el extremo superior de la palma o
planta (Figura 724). No son raras las sincinesias, movimientos involuntarios en
las zonas paralizadas: en la forma más común se pide al paciente, que está acostado,
levantar el cuerpo mientras el examinador se opone al movimiento; se observa
flexión del antebrazo y extensión de la pierna del lado paralizado (Figura 725).
Estudios Complementarios
Historia Clínica
Anamnesis
412
Síndromes Neurológicos
» Síndromes Extrapiramidales
Los síndromes de origen extrapiramidal, tienen la característica fundamental de
afectar la motilidad automática y asociada.
Historia Clínica
Anamnesis
» Síndromes de Ataxia
Se denomina ataxia a la dificultad o imposibilidad de realizar movimientos
coordinados en forma total o parcial. De acuerdo al sector que la produce, existen
distintas formas de ataxias; ver capítulo 29.
Síndromes Sensitivos
414
Síndromes Neurológicos
415
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
» Coma
Se denomina coma (griego = sueño profundo) a la pérdida de conciencia, motilidad
voluntaria y sensibilidad general, con conservación de las funciones vegetativas.
Constituye un síndrome de gran frecuencia en las urgencias médicas presentando tipos
semiológicos que permiten su identificación etiológica.
Las causas pueden ser orgánicas o anatómicas (vasculares, traumática, tumorales)
y funcionales o metabólicas (insuficiencia hepática y/o renal, alcoholismo, diabetes).
Historia Clínica
Anamnesis
416
Síndromes Neurológicos
418
Síndromes Neurológicos
Historia Clínica
Anamnesis
Examen Físico
Estudios Complementarios
» Síndrome Meníngeo
Conjunto de síntomas y signos producidos por irritación de las meninges
blandas (píamadre y aracnoides).
419
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
» Síndrome Cerebeloso
Conjunto de síntomas y signos producidos por afección uni o bilateral del cerebelo
que origina falta de coordinación motora de un hemicuerpo o total respectivamente
con disminución de fuerza y tono musculares.
Lo producen varias causas (neoplasia, vascular, infecciosa).
El cerebelo ocupa la fosa posterior del cráneo por detrás del tronco encefálico
con el cual se conecta a través de los pedúnculos cerebelosos. Presenta (Figura 733)
una zona central longitudinal o vermis y dos laterales o hemisferios cerebelosos. Tiene
una corteza gris externa y sustancia blanca donde asientan cuatro núcleos a cada
lado de la línea media. Distintas vías anatómicas lo relacionan con la corteza cerebral,
tronco encefálico, núcleos vestibulares, músculos y articulaciones.
Historia Clínica
Anamnesis
421
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Estudios Complementarios
423
Síndromes Endocrinos
39
Síndromes Endocrinos
Síndromes Adenohipofisarios
» Síndrome de Acromegalia
El síndrome de acromegalia es el conjunto de síntomas y signos producidos por la
hipersecreción de somatotropina en adultos; la causa más común es por adenoma de
hipófisis.
El hipotálamo produce el factor liberador de la hormona de crecimiento que
estimula la hipófisis para producir hormona de crecimiento o somatotropina; otra
hormona del hipotálamo, somatostatina, inhibe su producción y liberación. Las
funciones básicas de la somatotropina son las de actuar en la formación de huesos,
cartílagos y sobre el metabolismo.
Historia Clínica
Anamnesis
425
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Estudios Complementarios
Historia Clínica
Anamnesis
Examen Físico
Estudios Complementarios
Historia Clínica
Anamnesis
Examen físico
Estudios Complementarios
» Síndrome de Cushing
Es el conjunto de síntomas y signos producidos por el aumento excesivo y
persistente de los niveles sanguíneos de glucocorticoides.
La afección puede ser de causa hipofisaria o enfermedad de Cushing (lo más
frecuente), suprarrenal, ectópica o por medicación crónica con glucocorticoides.
427
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
Las manifestaciones que se observan son fruto del gran catabolismo proteico.
428
Síndromes Endocrinos
— Tejido celular subcutáneo. Tiene mayor grosor en la región del tronco y cuello
con aumento del tejido adiposo debido a un fenómeno de redistribución lipídica.
Hay edema blando, color y temperatura normales en región maleolar que
asciende a medida que la enfermedad progresa.
— Músculos. Se encuentran hipotróficos (por el gran catabolismo proteico) con
debilidad proximal; el paciente tiene dificultad para iniciar la marcha; subir
escaleras; sentarse si está acostado; ponerse de pie si está sentado; en los
casos graves hay atrofia muscular, con incapacidad de levantarse desde la
posición de cuclillas; la atrofia de los glúteos es muy característica (glúteos
hachados).
— Huesos. Hay osteoporosis marcada con dolores de la columna y fracturas
patológicas de vértebras o costillas; la gran cifosis es típica.
Estudios Complementarios
Síndromes Neurohipofisarios
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
— Examen de orina. Las orinas son “como agua”; hipostenuria menor de 1.005.
— Dosaje hormonal. Proporciona el diagnóstico.
Síndromes Tiroideos
» Síndrome de Hipertiroidismo
Conjunto de signos y síntomas que se producen por aumento de las hormonas
tiroideas. El nombre más apropiado es tirotoxicosis, ya que el cuadro clínico puede
tener otros orígenes (exceso de medicación, estruma ovárico).
La causa más frecuente es el bocio tóxico difuso o enfermedad de Graves-Basedow,
afección autoinmune de etiología desconocida. Otras causas son el bocio nodular tóxico
o adenoma de Plummer (hipersecreción hormonal) y tiroiditis subaguda (afección con
liberación brusca de hormonas en sangre).
Historia Clínica
Anamnesis
• Edad. El bocio difuso tóxico es más común entre los 20 a 40 años, mientras
que el nodular aparece en pacientes de mayor edad.
• Sexo. La incidencia de toda la patología tiroidea es mayor en la mujer (7
a 1 en el bocio tóxico).
• Procedencia. Es importante por la relación entre carencia endémica de
yodo y patología tiroidea durante un tiempo prolongado de permanencia.
En nuestro país se afectan zonas de montaña, incluida la Provincia de
Tucumán. Actualmente la situación está algo superada por la yodación
obligatoria de sal y consumo de alimentos que provienen de otros puntos
del país sin carencia de yodo.
431
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
432
Síndromes Endocrinos
Estudios Complementarios
» Síndrome de Hipotiroidismo
Conjunto de signos y síntomas que se produce por una disminución en la producción
y secreción de la hormona tiroidea.
433
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
— Datos de filiación. Los datos que se deben tener en cuenta son la edad, sexo
(como toda patología tiroidea es más frecuente en la mujer) y procedencia por
el impacto que puede tener la deficiencia de yodo endémico.
— Motivo de consulta. Intolerancia al frio. Astenia. Aumento de peso.
— Enfermedad actual. El interrogatorio juega un papel trascendente ya que el
hipotiroidismo proporciona al comienzo síntomas variados e inespecíficos.
El síndrome se presenta en forma solapada, progresiva y el paciente no sabe
referir con exactitud el momento y circunstancias en que los síntomas se
hicieron notables. El enfermo suele consultar por astenia física y bajo
rendimiento para las tareas habituales; somnolencia a pesar de dormir más
horas de lo corriente. Un síntoma frecuente es la poca tolerancia al frío porque
la producción de calor se encuentra disminuida. Hay tendencia al aumento
leve a moderado de peso por retención acuosa por la hidrofilia de los
mucopolisacáridos, pero raramente se presenta obesidad. Otras alteraciones
son: constipación persistente por menor peristalsis intestinal; irregularidades
menstruales y/o ginecorragia; impotencia sexual en el hombre.
— Antecedentes de la enfermedad actual. Interesa la presencia de otras
enfermedades autoinmunes, ya que este mecanismo es una de las causas
principales de hipotiroidismo. El embarazo y el parto pueden preceder la
aparición de la hipofunción; por otro lado hay frecuentes abortos habitualmente
en el primer trimestre. Importan también los antecedentes de cirugía tiroidea
o de la administración de iodo radioactivo.
— Funciones fisiológicas. Son frecuentes la hipersomnia, constipación crónica,
disminución de la libido, frigidez, impotencia sexual, trastornos menstruales.
Los signos aportados dependen del grado de hipotiroidismo y se hacen muy evidentes
en los casos severos, cuando ya se ha instalado el mixedema que son los menos.
434
Síndromes Endocrinos
De gran importancia en los casos severos porque permite observar en forma directa
una alteración que se encuentra presente en todos los órganos de la economía: la
infiltración mixedematosa o simplemente mixedema, que incrementa el agua intracelular
e infiltra la piel y mucosas en forma generalizada sin aumento de líquido intersticial.
— Piel y faneras. La piel es seca por disminución del sudor y secreción sebácea,
fría, gruesa, pálida amarillenta, descamada, áspera al tacto (piel paquidérmica)
(Figura 743) más evidente en codos y rodillas. Se observa caída del vello corporal
en todo el cuerpo (cabeza, cejas, barba, bigotes, axilas, pubis, miembros). Los
pelos son secos, gruesos, quebradizos, se desprenden con facilidad y no se reponen.
Las uñas son estriadas, frágiles y se quiebran fácilmente.
— Tejido celular subcutáneo. Está engrosado en todo el cuerpo, siendo mucho
más notable en la cara, cuello, fosa supraclavicular y porción distal de los
miembros. Como no hay incremento del líquido intersticial sino intracelular,
no es edema y no tiene signo de godet.
— Músculos. Existe debilidad muscular constante a pesar que los músculos parecen
grandes; puede acompañarse de dolor, calambres y el signo del mioedema donde
al pellizcar un músculo, generalmente bíceps, se obtiene una contracción
localizada, observable a simple vista.
— Articulaciones. Suelen observarse laxas, con mayor tamaño y dolorosas.
Estudios Complementarios
Síndromes Córticosuprarrenales
436
Síndromes Endocrinos
Historia Clínica
Anamnesis
437
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Estudios Complementarios
Síndromes Paratiroideos
» Síndrome de Hipoparatiroidismo
El síndrome hipoparatiroideo es el conjunto de síntomas y signos producidos por
disminución de paratohormona y con ella la disminución del ión calcio que trae como
438
Síndromes Endocrinos
Historia Clínica
Anamnesis
Examen Físico
Estudios Complementarios
Síndrome Diabético
439
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Las más importantes son las llamadas Tipo 1 (10% de los casos) y Tipo 2 (casi el
90% restante); son las que se describen por ser los más prevalentes (Figura 750).
Otros tipos específicos son secundarios a alteraciones del páncreas exocrino
(inflamación o cirugía pancreática); endocrinas (acromegalia, Cushing); inducidas por
drogas; gestacional (generalmente transitoria que comienza en el embarazo y se
normaliza o no después del parto).
Historia Clínica
Anamnesis
440
Síndromes Endocrinos
Estudios Complementarios
441
Síndromes Hematológicos
40
Síndromes Hematológicos
Historia Clínica
Anamnesis
Examen Físico
443
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Estudios Complementarios
— Etiopatogénica
• Regenerativas o periféricas. La médula ósea tiene capacidad formadora
normal o aumentada (hemorrágicas, hemolíticas); se expresa por la
presencia de reticulocitos por encima del 1 %.
• Arregenerativas o centrales. La médula ósea no posee capacidad
reaccional (defecto medular o falta de factores necesarios).
Historia Clínica
Anamnesis
— Piel, mucosas y faneras. El signo capital del examen físico es la palidez de piel
y mucosas (disminución de hemoglobina y vasoconstricción). Se observa en la
mucosa conjuntiva palpebral y oral (Figura 751), en los lechos subungueales
(Figura 752). En la palma de las manos hay franca palidez; cuando la
hemoglobina está por debajo de 9 g % desaparece la coloración de los surcos
palmares (Figura 753). Los cabellos pueden estar secos y finos; las uñas
adelgazadas, quebradizas, con estriaciones; en los niños, en particular en la
anemia ferropénica, se puede contactar coiloniquia (uñas cóncavas en cuchara)
muy poco resistentes.
445
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Estudios Complementarios
» Síndrome Hemolítico
Es el conjunto de síntomas y signos producidos por una destrucción de glóbulos
rojos antes de los 120 días de producidos, con mayor actividad medular para
compensarla. Puede ser congénito (enzimática, alteración de la hemoglobina o del
glóbulo rojo); adquirido (venenos, transfusión de sangre incompatible).
Son cuadros de instalación aguda que presentan ictericia prehepática hemolítica
(ver capítulo 9) y esplenomegalia; puede haber también fiebre por hemólisis.
En el laboratorio se observa disminución de glóbulos rojos y hemoglobina; aumento
de reticulocitos y LDH sérica, hiperbilirrubinemia indirecta, urobilinuria.
446
Síndromes Hematológicos
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
» Síndromes Leucémicos
Grupo de afecciones por formación incontrolada de células inmaduras llamadas
blastos (neoplasia hematopoyética) con infiltración de médula ósea, sangre y otros
órganos (neoplasia diseminada). Ocurren desde la infancia, en cualquier sexo; se citan
distintas causas para su producción (virus, genética, inmunodeficiencia, drogas
citostáticas, radioterapia, medicamentos).
Historia Clínica
Síndromes Hemorragíparos
Historia Clínica
449
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
Estudios Complementarios
Historia Clínica
450
Laboratorio Básico
41
Laboratorio Básico
Se desarrollan sólo los exámenes de laboratorio más comunes que usa un médico
generalista (sangre, orina, heces, líquido cefalorraquídeo). En la jerga médica de nuestro
medio es común escuchar “exámenes de rutina” término poco científico porque la
“rutina” no es la misma en un joven o en un anciano, en un prequirúrgico o para
diagnosticar afección hepática, cardíaca o renal. Más correcto es referirse a “perfiles”
que engloban exámenes para estudiar patologías específicas.
Exámenes de Sangre
— Dosaje de hemoglobina
• Varones 16 g % ±2
• Mujeres 14 g % ±2
• Gestante 13 g % ±2
• Recién nacido 18 g % ±2
— Hematocrito
• Varones 45 % ± 3
• Mujeres 42 % ± 3
• Gestante 34 % ± 3
• Recién nacido 60 %
— Índices hematimétricos
• Volumen corpuscular medio = Hto x 100/ G.R. en millones = 80 a 100
fentolitros. Ejemplo: V.C.M.= 45 x 100/ 4.5
• Hemoglobina corpuscular media = Hb x 100/G.R. en millones = 28 a 32
picogramos. Ejemplo: H.C.M. = 15 x 100/ 4.5
• Concentración Hb corpuscular media = Hb x 100/Hto = 32 a 34 g/%.
Ejemplo: H.C.M. = Hb x 100/ 45)
• Neutrófilos en cayado 01 – 02 %
• Neutrófilos segmentados 55 – 65 %
• Linfocitos 20 – 35 %
• Monocitos 04 – 08 %
• Eosinófilos 01 – 05 %
• Basófilos 00 – 01 %
452
Laboratorio Básico
453
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Exámenes de Orina
Estudio Standard
454
Laboratorio Básico
455
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
espuma que persiste después de agitarse. Proviene del riñón o vías urinarias:
las primeras tienen cifras importante y se acompañan de cilindruria. Las
proteinurias pueden ser aisladas (post esfuerzo, fiebre, insuficiencia
cardíaca) o persistentes que denotan siempre patología renal. Según su
cantidad se las clasifica como proteinuria discreta (1 g/día), moderada (1
a 3.5 g/día) o intensas (mayor de 3.5 g/día) (perfil nefrótico).
• Glucosuria. La glucosa se filtra libremente por el glomérulo y se reabsorbe en
su totalidad por los túbulos. Aparece en orina cuando la glucemia supera el
umbral renal de 160 - 180 mg/l00 ml (diabetes); también si disminuye la
capacidad de reabsorción tubular (diabetes insípida debida a insuficiencia renal).
• Cetonuria. Presencia de cuerpos cetónicos (ácido acético, beta hidroxibutírico
y acetona) que no están en condiciones normales. Aparecen en orina cuando
hay exceso de formación (cetoacidosis diabética).
• Hemoglobinuria. Se produce por aumento de grupo hem (mioglobinurias,
glóbulos rojos).
• Bilirrubinuria. Por aumento de los pigmentos biliares en orina (ictericias
hepatocelulares, obstructivas).
• Urobilinuria. Su excreción normal es de 4 mg/día. Puede estar aumentada
(hepatopatías, hemólisis) o disminuida (obstrucción biliar, uso de
antibióticos que disminuyen la flora intestinal).
456
Laboratorio Básico
Estudio Macroscópico
Los datos se obtienen a través del interrogatorio y se confirman con la visualización
directa de las heces por parte del médico. Esta constatación es importante ante el
relato de alteraciones o la presencia de elementos no siempre bien precisados por el
paciente (creatorrea, sangre, parásitos). Para el examen general, no hace falta una
recolección especial; sí para un buen estudio parasitológico o búsqueda de sangre en
heces.
— Características normales. Son las siguientes: forma cilíndrica, consistencia
semisólida, color marrón, olor sui géneris, aspecto homogéneo.
— Alteraciones. Pueden presentarse en forma total o parcial de algunos de los
hechos de estudio.
• De la forma. Se tornan pastosas en las diarreas crónicas o altas.
• De la consistencia. Es liquida en las diarreas agudas y pastosa en las
crónicas o altas.
• Del color. La coloración marrón normal básica puede variar en
concordancia con el contenido acuoso. Existen variaciones del color
típicas: amarillo oscuro o pleocolia (ictericia hemolítica); blanco masilla
457
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Estudio Parasitológico
Es un examen que debería realizarse en forma sistemática por el alto porcentaje
de parasitosis intestinal en el N.O.A., hecho relacionado con múltiples factores
endémicos (mínimas políticas de prevención, deficientes hábitos higiénicos dietéticos,
falta de cloacas y/o sanitarios, pisos de tierra, hacinamiento, escasez o ausencia de
agua potable).
Para el estudio standard de ciertos parásitos macroscópicos (tenia, oxyuros,
áscaris) basta como muestra las heces que los contienen.
Para la identificación de otros hechos (parásitos microscópicos, quistes,
huevos) se requieren técnicas especiales que se ven en la asignatura de
Parasitología.
Coprocultivo
Toma importancia trascendente ante la sospecha de enfermedades digestivas de
origen infeccioso.
Estudio Químico
Analiza la función digestiva; su solicitud y análisis corresponden al médico
especialista.
458
Laboratorio Básico
Estudio Standard
Permite el estudio de la presión, aspecto, células, proteínas, glucosa y cloruros.
— Recolección. Se realiza a través de una punción lumbar entre L4 y L5 con el
paciente sentado o de preferencia en decúbito lateral. Se utiliza una aguja
larga y a medida que se avanza en su introducción se va aspirando con una
jeringa; la absorción de líquido corresponde al líquido céfalorraquideo.
Si existen dudas respecto a una posible hipertensión endocraneal, debe
prescindirse de esta práctica.
Conviene que el médico generalista aprenda su sencilla técnica por los
importantes hallazgos que aparecen aún macroscópicamente.
— Presión. Paciente acostado: menos de 20 cm de agua; sentado: hasta 30 cm.
De todos modos, el mejor parámetro es la salida del líquido gota a gota.
— Aspecto. Límpido, transparente, no coagula. En ciertas afecciones no hay
cambios de aspecto (meningitis tuberculosa, virósica, encefalitis). En otras,
tiene variaciones muy importantes: turbio (meningitis purulenta); rojo
(hemorragia reciente); amarillo o xantocrómico (hemorrágico tardío, ictericia
del recién nacido).
— Células. 1 a 5 linfocitos por mm3. Las células pueden aumentar (pleocitosis) y
presentarse con distinta intensidad y tipo celular: intensa (> 50) a predominio
de neutrófilos (meningitis purulenta); moderada (< 50) con prevalencia de
linfocitos (meningitis virósica, tuberculosa).
— Proteínorraquia: 20 - 40 mg/100 ml. Puede aumentar (hiperalbuminorraquia)
en forma leve (encefalitis, meningitis virósica) o muy marcada (meningitis
purulenta, compresiones medulares).
— Glucorraquia: 50 a 60 mg/100 ml. Puede estar aumentada (diabetes) o
disminuida (meningitis purulentas o tuberculosas).
— Clorurorraquia: 720 mg/100 ml. Sus cambios son similares a los de la
glucorraquia.
— Meningitis víricas
• Presión aumentada
• Aspecto claro
• Linfocitos muy aumentados
• Proteínas normales o con ligero aumento
• Glucosa y cloruros normales
459
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
— Meningitis bacterianas
• Presión aumentada
• Aspecto turbio, purulento
• Células (neutrófilos) muy elevadas
• Proteínas muy aumentadas
• Glucosa y cloruros disminuidos
— Meningitis tuberculosa
• Presión aumentada
• Aspecto claro
• Células (linfocitos) poco elevadas
• Proteínas normales o algo aumentadas
• Glucosa y cloruros disminuidos
Estudio Especializado
Consiste en cultivo de gérmenes (bacterianas, bacilo de Koch) o de elementos
celulares en especial neoplásicos.
Perfiles Humorales
Perfil Renal
— Exámenes de sangre
• Creatinina 0.7 a 1.4 mg/100 ml
• Urea 20 a 40 mg/100 ml
• Uricemia hasta 6 mg/%
• Ionograma en sangre
Sodio 140 mEq/l ± 5
Potasio 4 mEq/l ± 0.5
Calcio 4 mEq/l ± 0.5
Magnesio 3 mEq/l
Cloruros 105 mEq/l
Bicarbonato 25 mEq/l
Reserva alcalina 24 mEq/l
— Exámenes de orina
Clearance o depuración de creatinina. 80 a 120 ml por minuto.
460
Laboratorio Básico
Perfil Hepático
— Marcadores de citólisis-necrobiosis
• Transaminasa glutámico oxal acética (GOT)
• Transaminasa glutámico pirúvica (GPT)
— Pruebas de colestasis
• Fosfatasa alcalina 50 U/l
• 5 nucleotidasa 1.5 U/l
• Gama GT 5 – 30 U/I
• Bilirrubina:
Total 0.20 – 1 mg/100 ml
Indirecta 0.20 - 0.80 mg/100 ml
Directa < 0.20 mg/100 ml
— Marcadores tumorales
• Alfa Feto proteína 10 nanograma/ml
• CEA 10 nanograma/ml
Perfil Cardíaco
— GOT 12 UI
— CPK 70 UI
— MB-CPK 10 % de la CPK total
— LDH 240 UI
— Troponina T
461
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Perfil Tiroideo
— TSH 0,40 a 4 mU/ml
— T4 5-12 ng/ml
— T3 80 a 180 ug/ml
462
Las Imágenes en Semiología
42
Las Imágenes en Semiología
La medicina necesita guiarse por los síntomas y signos que presenta el cuerpo del
paciente a fin de determinar el tipo de patología con la que se enfrenta. Muchos de
esos signos pueden apreciarse con los sentidos:
• olfato, detectando olores particulares;
• tacto, mediante la palpación de diversas partes del cuerpo;
• oído, mediante la auscultación de distintas extructuras;
• vista, tal vez el más importante de todos ya que sus hallazgos están compuestos
por datos de color, forma y movimiento.
Radiografía. Radioscopia
Los Rayos X fueron la primera tecnología aplicada al diagnóstico por imágenes,
y los pioneros entre los métodos que hoy permiten observar el organismo por dentro.
Este centenario descubrimiento del físico Guillermo Conrado Roentgen, en el año 1895,
fue tan revolucionaria en su momento que permitió definir diagnósticos más precisos
para realizar tratamientos con mayor éxito.
La radiología permite observar las estructuras internas del cuerpo al graficarlas
en una placa sobre la cual impacta la radiación luego de traspasar al paciente. Los
tejidos más densos como las estructuras óseas impiden el paso de la radiación, razón
por la cual se observan de color blanco al revelar la placa. Aquellos más blandos,
como los músculos por ejemplo, se ven en escala de grises.
La radioscopia consiste en realizar observaciones de sectores del cuerpo en forma
directa y en tiempo real. Esta técnica, a través del uso de circuitos cerrados de video,
posibilita la visión del cuerpo humano con movimientos como los del corazón, excursión
463
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Angiografía
Consiste en el estudio de los vasos con radiaciones X. Se inyecta en el sistema
circulatorio un líquido de contraste que se comporta como opaco a la radiación. De
esta manera, se pueden ver claramente los vasos sanguíneos en una pantalla, en tiempo
real, determinando la manera en cómo se desplaza la sangre por las arterias. Un
angiógrafo digital permite además transformar esas imágenes en información
electrónica para ser archivada desde la computadora para su procesamiento en pos
de mejorar el diagnóstico.
Aplicaciones. Debido a la radiación tiene los mismos problemas que los Rx. Uno de sus usos
más importantes es el diagnóstico y abordaje de la estenosis arterial, alteración consistente
en el taponamiento de la luz de uno o más vasos, producido por la placa de ateroma.
Densitometria Ósea
Consiste en el estudio o test de cuantificaciòn del calcio contenido en los huesos.
El esqueleto es un complejo sistema de huesos que, articulados entre sí, tienen la
función de dar sostén y en muchos casos protección al resto del cuerpo. El tejido óseo
está compuesto básicamente de un mineral, el calcio, que le da dureza y resistencia si
se encuentra en un porcentaje apropiado de la composición ósea. Sin embargo, por
diversas causas ese porcentaje o densidad ósea puede variar y disminuir, volviendo a
los huesos mucho más frágiles y menos resistentes a las fracturas.
La densitometria ósea es una manera segura, efectiva, no invasiva e indolora de
obtener información importante acerca de los huesos; no requiere de una preparación
especial por parte del paciente. El rastreo utiliza rayos X de baja energía: poseen una
intensidad similar a la de los rayos X usados para una radiografía de tórax. Las zonas
que más interesan por lo general son la inferior de la espalda, cadera, muñeca; al
recibir los rayos, el escáner determina la densidad ósea que presentan los huesos.
Debido a que utiliza radioactividad, este rastreo no se lleva a cabo en mujeres
embarazadas.
464
Las Imágenes en Semiología
Ecografia
La técnica simplemente explicada consiste en emitir un pulso ultrasónico que, al
propagarse por el organismo, choca contra las paredes de los diferentes órganos. El
aparato capta el eco, midiendo con una gran exactitud la distancia a la cual se encuentran
las diferentes estructuras. Contando con varios ecos diferentes se puede detectar distintas
interfaces, las cuales son traducidas por un transductor para armar con bastante exactitud
y en tiempo real a la imagen que luego se observa. Nuevamente, la diferencia de densidad
de las distintas estructuras se revela en la imagen con diferentes tonalidades.
Existen en la actualidad técnicas que permiten imágenes en colores, dos y tres
dimensiones. La potencia a la que se usa el ultrasonido es tan baja que resulta inocua
tanto para el paciente, incluido un feto en formación, como para el personal de salud.
La técnica del eco-Doppler, permite observar el flujo sanguíneo y se realiza con el
mismo aparato que se usa para las ecografías tradicionales. El sistema está diseñado
para reconocer el sentido, magnitud y velocidad de la circulación registrándolo en
diferentes colores. De esta manera, el eco-Doppler permite descubrir las anomalías en
el flujo/reflujo sanguíneo sin invasión con un alto nivel de seguridad tanto para el
paciente como para el técnico.
La ecografía tienen indudables ventajas sobre otros métodos por distintas razones:
bajo costo de realización y adquisición de la aparatología standard; escaso peso y tamaño
en los equipos portátiles que permite la realización de estudios en cualquier terreno;
resultados obtenidos en tiempo real; alta sensibilidad para detectar pequeñas formaciones
densas (líquido intracavitario, litiasis); inocuidad al no utilizar radiaciones; corto tiempo
de realización con poca preparación salvo en las ecografías abdominales ginecológicas.
Si bien es operador - dependiente, los estudios también pueden ser realizadas por
técnicos que graban los resultados para un posterior informe especializado. Las
ecografías tienen la posibilidad de ser almacenadas para conservar los resultados
465
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Resonancia Magnética
Es una técnica de diagnóstico por imágenes que utiliza el magnetismo de los núcleos
atómicos de la materia (tejidos, órganos, huesos) captado por microimanes. Esta “señal”
es traducida en imágenes, las cuales revelan un sinnúmero de situaciones anómalas que
un profesional puede interpretar para el diagnóstico de diversas patologías.
Físicamente, se introduce al paciente en un equipo cilíndrico, similar a un tubo,
que puede ser cerrado (cubre a toda la persona) o abierto (no la rodean totalmente);
estos últimos equipamientos producen mayor tranquilidad al enfermo.
El sistema está conectado a un equipo informático y a un monitor. Las ondas
electromagnéticas son las que producen la imagen: no hay presencia de radiaciones
nocivas, lo cual la transforma en un método seguro, además de no invasivo.
La reconstrucción de estas señales en imágenes puede hacerse por métodos bi o
tridimensionales, aunque los más utilizados son los primeros. A través de ellas puede
verse el contraste entre tejidos duros y blandos, lográndose una gran definición de
estructuras diferentes.
Su antecesora inmediata en el desarrollo de las técnicas diagnósticas es la Tomografía
Computada a la cual ha superado en muchos usos ya que permite obtener imágenes
transversales y longitudinales del cuerpo con más detalle, y sin tener que mover al paciente.
El creciente desarrollo de la informática permite obtener imágenes con mayor resolución
espacial y multiplanaridad. Esto convierte a la RM en la técnica de diagnóstico por
imágenes más sensible para analizar patologías de muy diversa índole.
Además del alto costo del equipamiento y del estudio en sí, la resonancia magnética
tiene el inconveniente de desajustar los artefactos metálicos implantados en el cuerpo
(clips cerebrales, marcapasos o válvulas metálicas cardíacos, prótesis ortopédicas)
con el riesgo de provocar serios daños en el paciente.
El constante avance de la técnica producirá sin dudas nuevos y ampliados usos
para la RM, la cual ya ha ganado un lugar de importancia para muchas
determinaciones por imágenes.
Algunos de sus usos más importantes son los siguientes: cardiovasculares (corazón,
arterias y venas sin necesidad de medios de contraste) no pudiéndose realizar en los
portadores de marcapasos o válvulas metálicas; neurológicos (proporciona imágenes
de mayor resolución que la TAC y permite detectar edemas cerebrales, trombosis
venosas cerebrales, placas de desmielinización e infartos cerebrales en una etapa
precoz); hepatobiliares (identificación de tumores y visualización del flujo sanguíneo
hepático); oncológicos (en la detección del cáncer de mama la resonancia magnética
detecta estos tumores localizando anticuerpos “marcados” previamente con material
capaz de enviar señales magnéticas); aparato osteoartromuscular por la gran capacidad
en la captación de detalles anatómicos.
Medicina Nuclear
La técnica consiste en la utilización de sustancias radiactivas (tecnecio, galio,
talio) en pequeñas dosis con el fin de estudiar básicamente la función de un órgano o
tejido; anatómicamente, no presenta una buena definición siendo para ello de elección
otros métodos. Un vez introducido el radiofármaco (intravenosa, oral, inhalación)
emite radiaciones que son captadas por un detector específico (cámara gamma, escáner
para positrones o PET, sonda) y transmitidas a una computadora que las convierte
luego en imagen. Según el grado de absorción de la sustancia por el tejido puede
valorarse su funcionalidad determinando zonas o puntos “calientes” o “fríos” según
que la captación sea mayor o menor; es importante seleccionar adecuadamente el
isótopo más específico para cada tejido (organotropismo).
Es un estudio que puede asociarse a otras técnicas para sensibilizar los resultados:
SPECT donde se realiza la gammagrafía con cortes tomográficos; PET (Positron Emission
Tomography) asociada a tomografía computada (detección de cáncer y/o metástasis).
Presenta importantes ventajas: proporciona una información funcional única e
inalcanzable por otros métodos imagenológicos; poca frecuencia de alergia en los
radiofármacos; no invasivo.
La mayor desventaja consiste primordialmente en la presencia de sustancias que
a veces tardan mucho tiempo en acumularse haciéndose el estudio muy prolongado.
Si bien no se ha comprobado riesgos en el embarazo, es preferible hacerlo sólo si
es imprescindible en ese estado. Es importante conocer si la madre está amamantando,
por el riesgo cierto que la sustancia pase al recién nacido; en esos casos se tomarán
medidas ya programadas por cada efector.
467
Semiología Mamaria en la Mujer
43
Semiología Mamaria en la Mujer
Las mamas (Figura 756) se sitúan en forma bilateral en la cara anterior del tórax
entre la 2da y 6ta costilla; lateralmente se extienden por afuera del reborde esternal
hasta línea axilar media. En mujeres adultas alcanza un diámetro de alrededor de 11
cm. Su forma es cónica en nulíparas y pendular en multíparas aunque existen otros
hechos que también varían la morfología (edad, peso, cantidad de gestas, estado
fisiológico, configuración torácica).
Hay variaciones del número: supernumerarias o polimastia; ausente o amastia
(constitucional, falla hormonal, cirugía); pezón ausente (atelia) o accesorios (politelia).
En caso de mastectomía, se debe investigar la región axilar para ver si hubo o no
vaciamiento ganglionar, hecho importante en la evolución de la paciente (Figura 757).
Anatómicamente presenta tres estructuras: piel, tejido celular subcutáneo y
glandular - fibroso (Figura 756).
La piel es delgada y presenta una zona céntrica y circular, más pigmentada, llamada
aréola; de allí parte el pezón, formación saliente, cilíndrica y con grandes variantes
morfológicas.
El celular subcutáneo contiene grasa y tejido conjuntivo por donde transcurren
vasos, nervios y ganglios. El flujo linfático profundo desemboca en los ganglios axilares
y mucho menos en los mamarios internos.
El tejido mamario es glandular y fibroso; las glándulas son alrededor de 18 lóbulos
con 20 a 40 lobulillos que convergen hacia el pezón. La composición varía según el
estado fisiológico de la paciente. Durante el embarazo hay un gran desarrollo glandular
por la interacción de distintas hormonas (estrógenos, progesterona, prolactina). Fuera
de la gestación y en la senectud, el tejido mamario es eminentemente adiposo con
disminución del glandular.
La función fundamental de la mama es producir leche y su preparación se
realiza durante el embarazo por interrelación hormonal (estrógeno, progesterona,
ocitocina, prolactina). El desarrollo de las mamas o telarquia aparece normalmente
en la pubertad.
Historia Clínica
Anamnesis
469
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
470
Semiología Mamaria en la Mujer
Estudios Complementarios
471
Semiología del Paciente Oncológico
44
Semiología del paciente oncológico
El enfermo oncológico es un ser humano con cáncer al que hay que considerar
desde todos los puntos de vista (físico, espiritual, emocional, psicológico, cultural,
social).
La patología oncológica es un grave problema para las políticas sanitarias del
mundo y más aún en los países subdesarrollados; es decir que nuestro país y el N.O.A.
no están exentos de esta realidad. Ocupa un lugar preponderante en la economía global
porque genera los mayores gastos en salud y es una de las causas más frecuente de
defunciones. La explicación está en factores ambientales (contaminación) e higiénico
dietéticos (comidas en mal estado, uso de conservantes, alimentos ricos en grasas y en
hidratos de carbonos refinados).
Historia Clínica
Anamnesis
— Datos filiatorios. Existen distintos hechos que sirven para una orientación
sindromática.
• Edad. La prevalencia de cánceres difieren según la edad: jóvenes (linfomas,
tumores germinales, ciertos sarcomas); mayores de 50 años (cáncer de
próstata, endometrio). Otras afecciones como cáncer de mama, colon,
pulmón, si bien tienen una edad de prevalencia, en lo últimos años han
empezado a variar debido a causas no del todo conocidas.
• Sexo. Existen patologías más frecuentes en los varones (cáncer de pulmón
tipo epidermoide, adenocarcinoma de colon) y otros en mujeres
(adenocarcinoma de pulmón, melanoma).
• Raza. En el N.O.A es frecuente el melanoma en pobladores rurales de tez
mate que habitan en áreas geográficas con sol todo el año. También es
importante conocer que el cáncer gástrico y el de endometrio han empezado
a descender su incidencia; en mujeres hispanoamericanas está en ascenso
el cáncer de cérvix uterino.
• Procedencia. En el N.O.A. existen lugares con concentraciones elevadas
en agua o tierra, de arsénico que es importante en el determinismo del
cáncer de esófago. También regionalmente hay aumento de prevalencia
en algunas patologías de tipo oncológico por distintos hechos: biliares
(comidas hipergrasas, colelitiasis); neoplasias gástricas (excesivo consumo
de alimentos con conservantes o en mal estado); hepáticas (cirrosis,
alcoholismo).
— Motivo de consulta. Por ser una especialidad de derivación, muy rara vez el
médico oncólogo es quien interroga primariamente al paciente. Por lo general
lo efectúa el de cabecera que hace el diagnóstico de cáncer y lo deriva. Debido
a ésto, en las historias clínicas propias de los centros oncológicos, figura como
motivo de consulta la patología en concreto es decir con el diagnóstico de
473
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
474
Semiología del Paciente Oncológico
Sigue los parámetros del examen convencional. Los datos del examen pueden
presentar una gama muy variable de manifestaciones: desde pacientes que gozan de
un aparente buen estado de salud hasta casos extremos de severa afectación orgánica.
El examen físico del paciente oncológico incluye el reconocimiento de algunos
hechos especiales que se describen sucintamente.
— Datos antropométricos. Permite conocer la superficie corporal, de gran
importancia para la dosificación de las drogas. Se utiliza la Fórmula de Calvett
que relaciona superficie corporal con el peso y la talla.
— Pérdida de peso. El porcentaje de la misma es de gran valor para evaluar al
enfermo de cáncer aplicándose fórmulas que relacionan el peso anterior con
el actual.
— Estado general. Permite reconocer la influencia del metabolismo tumoral sobre
el basal del enfermo de cáncer y como influye en sus actividades físicas diarias.
Se utilizan distintos esquemas.
• ECOG-Zubbrog
0 Actividad Normal
1 Sintomático con actividad normal. En cama menos del 25% del tiempo.
2 En cama menos del 50% del tiempo
3 En cama más del 50% hasta un 75%
4 Postrado más del 75% hasta un 100%
• Karnofsky
100 Actividad normal
90 Actividad normal, con síntomas y signos menores de enfermedad
80 La signosintomatología es más franca
475
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
Estudios Complementarios
Síndromes Paraneoplásicos
Conjunto de signos y síntomas que aparecen en sitios distantes del tumor primario
o de sus metástasis. Pueden ser la primera manifestación clínica de neoplasia y su
reconocimiento permite detectar tempranamente un tumor maligno.
Se citan distintos mecanismos: producción de sustancias por células tumorales
que directa o indirectamente afectan la función de órganos distantes; respuesta
inmunológica exagerada del paciente hacia el tumor; consumo o disminución de
componentes normales.
Semiológicamente, se pueden identificar distintos síndromes paraneoplásicos
generales o relacionados con diferentes aparatos o sistemas que se ven con extensión
en la asignatura de Clínica Médica o en Dermatología por la extensa gama de lesiones
cutáneas asociadas a enfermedad neoplásica.
De todas maneras, y por su frecuencia para asociarse a enfermedades malignas,
se citan algunos estados que siempre obligan al médico a extender su investigación
hacia una neoplasia en especial cuando no se tiene una causa clara de diagnóstico:
síndrome febril en especial de tipo prolongado (aparece en la tercera parte de enfermos
con cáncer por distintos mecanismos); síndromes hematológicos (anemia, poliglobulia);
síndrome polineurítico; manifestaciones digestivas (pérdida de peso, anorexia, náuseas,
dispepsia, trastornos del tránsito intestinal, dolor abdominal, hemorragia digestiva).
476
Síndromes Mediastínicos
45
Síndromes Mediastínicos
Estudio semiológico
477
Semiología Médica. “La Historia Clínica”
478
Semiología del Adulto Mayor
46
Semiología del Adulto Mayor
Como Adulto Mayor se designa a las personas que han vivido una determinada
cantidad de años y que, según algunas convenciones, marcan la entrada en la vejez.
En este capítulo se describen las características físicas elementales de este grupo
etario, diferentes a las del adulto con edad menor, y que deben ser conocidas en
profundidad por un médico generalista para tener una buena orientación en su
examen.
“No es solamente la técnica lo que determina el éxito para detectar los signos…sino
una mente preparada para percatarse de ellos “ (E.Braunwald
Generalidades
Características particulares
479
Semiología Médica.“La Historia Clínica”
Historia Clínica
Anamnesis
480
Semiología del Adulto Mayor
481
Semiología Médica.“La Historia Clínica”
482
Semiología del Adulto Mayor
483
Semiología Médica.“La Historia Clínica”
— Piel. Es delgada, seca y poco elástica lo que la torna muy vulnerable a los
traumatismos e infecciones. Presenta múltiples arrugas que se distribuyen
mayormente en la cara; existe una flaccidez muy acentuada por disminución
del tejido celular subcutáneo lo que unido a la fuerza gravitacional hace que la
piel “cuelgue” de los huesos, particularmente el mentón, los párpados, la mama
y el escroto. La disminución de la turgencia permite la persistencia del pliegue
(Figura 771). Pueden observarse varias lesiones propias de esta edad: manchas
de color marrón (Figura 772); lentigo senil (lesiones irregulares rugosas de
color grisáceo en zonas expuestas al sol); cuernos cutáneos (proyecciones
epidérmicas pequeñas y duras en cara y frente); equimosis espontáneas
(Figura 773). Debe investigarse la presencia de máculas rosadas en sitios de
presión en los pacientes postrados para prevenir la formación de escaras de
decúbito.
— Pelos. El cabello se vuelve gris y escaso. Disminuye el vello corporal y pubiano.
Aparece vello en la cara de las mujeres.
— Uñas. Se presentan rugosas, deformes, duras, de color amarillo y sin
transparencia. Son muy frecuentes las micosis sobre todo en los pies (Figura 171).
Debe investigarse siempre la presencia de intertrigo en los pliegues mamarios
(Figura 765) o de la pared abdominal.
—Tejido celular subcutáneo. Hay aumento de tejido graso con disposición central:
abdomen y caderas. Es frecuente la presencia de edemas en los miembros
inferiores por la permanencia en posición sentada en forma prolongada, uso
de fármacos, insuficiencia venosa crónica.
— Músculos. Existe hipotrofia e hipotonía muscular en miembros y glúteos.
— Articulaciones. Las articulaciones en general se encuentran afectadas por osteoartrosis
(especialmente rodilla, hombro, manos, cadera) que se presentan aumentadas
de tamaño, deformes y con limitación en el movimiento por dolor y rigidez.
La columna vertebral de los Adultos Mayores se encuentra afectada en la
mayoría de los casos por procesos de osteoartrosis de diferente intensidad y
de aplastamiento vertebral por osteoporosis que son motivo de dolor crónico y
de las deformaciones que se encuentran al realizar el examen físico. Puede
observarse con frecuencia: rectificación de la columna cervical; cifosis y
escoliosis de columna dorsal y lordosis de la lumbar; dolor y rigidez a la
palpación de los músculos paravertebrales y espacios intervertebrales;
limitación en los movimientos de flexión, extensión y rotación cervical y
lateralización lumbar por rigidez o dolor.
— Linfáticos periféricos. Se debe examinar la presencia de adenopatías como
indicadores de infecciones agudas o crónicas, curaciones retardadas o neoplasia
primaria o secundaria Los ganglios supraclaviculares pueden indicar la
presencia de cáncer de pulmón o gástrico.
— Venas. Las venas superficiales se hacen visibles y palpables en el dorso de las
manos por la venodilatación y el adelgazamiento de la piel (Figura 193). Es
frecuente la presencia de várices, flebitis y la existencia del manguito
escleroatrófico por insuficiencia venolinfática crónica (Figura 685). Las venas
del cuello pueden observarse ingurgitadas y sinuosas aun en la posición de
sentado debido a venodilatación fisiológica.
484
Semiología del Adulto Mayor
485
Semiología Médica.“La Historia Clínica”
— Examen genital. Hay que realizarlo siempre en los dos sexos por la prevalencia
de patologías tumorales en esa edad.
— Sistema nervioso. Presenta distintos cambios.
• Motilidad activa. Fuerza Muscular. Pueden estar disminuidas. En los muy
ancianos hay disminución en la velocidad, agilidad y equilibrio en la
marcha, lo que aumenta el riesgo de caídas.
• Reflejos. Se encuentran hipo e incluso arreflexia profunda sobre todo en
miembros inferiores; los reflejos superficiales están ausentes.
• Sensibilidad. Hay disminución de las sensaciones táctiles y vibratorias y
del sentido posicional.
• Funciones Sensoriales
- Vista. Menor acomodación visual (presbicia) con la consecuente
alteración en la visión de cerca.
- Audición. Se observa un cierto grado de deterioro auditivo sensorial
que se caracteriza por una dificultad para entender los sonidos que se
acentúa aún más cuando se encuentra en una habitación con ruidos de
fondo intensos (presbiacusia). También puede haber una hipoacusia
sobre todo para los sonidos agudos.
- Gusto. Disminución para los sabores dulces y salados.
486
Semiología del Adulto Mayor
Estudios Complementarios
487
Semiología de la Embarazada
47
Semiología de la Embarazada
Historia Clínica
Anamnesis
489
Semiología Médica.“La Historia Clínica”
es todo un tratado que se escapa de las normativas de esta obra. Dentro de los positivos
se cita un estado de alegría por distintas causas: hecho social que representa, ampliar
la familia, ver cumplido el anhelo de su pareja, “buscar un hermanito” para sus otros
hijos, tratamiento especial para embarazarse, aceptación como mandato divino.
Los negativos surgen por razones especiales: gestación inesperada o no aceptada,
falta de medios económicos o empleo fijo, cambios de apariencia física, el estado es
producto de una violación, presencia de enfermedades crónicas serias, divorcio o
separaciones.
Los temores responden a variadas causas: primigestación especialmente en mujer
añosa, dolor del parto, hijos discapacitados congénitos, antecedentes de pérdidas o
complicaciones en embarazos anteriores.
Esta sucinta recopilación de situaciones, es más que elocuente respecto al tacto,
paciencia y cariño con que hay que tener al interrogar una mujer embarazada.
490
Semiología de la Embarazada
491
Semiología Médica.“La Historia Clínica”
— Piel y faneras. La piel está más pigmentada en cara (cloasma), aréolas y pezones,
línea alba del abdomen, vulva, axilas y región perianal. El cloasma, melasma o
máscara del embarazo (Figura 75) es más notorio en las personas de piel trigueña
que en las pieles muy blancas. En el abdomen (Figuras 429 y 431), muslos y
mamas es muy frecuente la presencia de surcos que discurren en forma paralela,
de color rosado (estrías gravídicas) que luego del embarazo se tornan nacaradas
(estrías atrófica); se producen por estiramiento y ruptura de fibras elásticas.
La vasodilatación determina eritema palmar y telangiectasias (especialmente
en la boca). No es infrecuente la caída de cabellos. Hay mayor secreción de
glándulas sebáceas y sudoríparas.
— Tejido celular subcutáneo. En relación con el estado de nutrición; está por lo
general más engrosado (acúmulo de sustancias energéticas).
— Músculos. Pierden masa y por lo tanto hay menor tono y trofismo. Es típica la
disminución de la región glútea. Los tendones tienen mayor consistencia.
— Huesos. Se vuelven más frágiles con fracturas frecuentes, entre ellas de cadera,
ante traumas físicos poco importantes.
Estudios Complementarios
493
Glosario de Síntomas y Signos
48
Glosario de Síntomas y Signos - Glossary of Symtoms and Signs
Español/Inglés - Spanish/English
abarestesia abaresthesia
abarognosia abaragnosis
absceso abscess
abulia abulia
acedía heartburn
acromegalia acromegaly
acúfens tinnitus
adenomegalia adenomegaly
adenopatía adenopathy
adiadococinesia adiadochokinesis
adinamia adynamia
aerofagia aerophagia - aerophagy
afagia aphagia
afasia aphasia
afonía aphonia
ageusia ageusia
agnosia agnosia
agrandamiento enlargement
albinismo albinism
algomenorrea algomenorrhea
alucinación hallucination
amaurosis amaurosis
ambliopía amblyopia
amenorrea amenorrhea
amnesia amnesia
ampolla bulla, (pl) bullae
anacusia anacusis
analgesia analgesia
anartria anarthria
andropausia andropause, male climateric
anemia anemia
anestesia anesthesia
anforofonía amphorophony
angioma angioma
anisocoria anisocoria
anorexia anorexia
anosmia anosmia
ansiedad anxiety
antojos craving
antropofagia anthropophagy
apalestesia apallesthesia
apetito appetite
apnea apnea
495
Semiología Médica.“La Historia Clínica”
apraxia apraxia
arañas vasculares spider elangiectasia
arcadas retching
arco senil arcus senilis
arreflexia areflexia
arruga wrinkle
artralgia arthralgia
artritis arthritis , (pl) arthritides
artrosis arthrosis
ascitis ascites
astenia asthenia
ataxia ataxia
atelectasia atelectasis
atetosis athetosis
atrofia atrophy
aura aura , (pl) aurae
baragnosia baragnosis
barestesia baresthesia
basofilia basophilia
basopenia basopenia
bilioso bilious
blefaritis blepharitis
boca pastosa coated mouth, furry mouth
bocio goiter
boqueras perleche
borborigmo borborygmus , (pl) borborygmi
bostezo yawn
bostezo articular articular instability
bradipnea bradypnea
brevilíneo pyknic, pycnic)
broncofonía bronchophony
bronquiectasia bronchiectasia
cacosmia cacosmia
calambre cramp
calvicie baldness, alopecia
cáncer cancer
canibalismo cannibalism
caquéctico cachectic
caquexia cachexia
cardiomegalia cardiomegaly
caries caries
catarata cataract
catarro cold, catarrh
catarsis catharsis
caverna cavern
cavidad torácica thoracic cage
cefalea headache
496
Glosario de Síntomas y Signos
ceguera blindness
celulitis cellulitis
cerebelo cerebellum , (pl) cerebella
cerebro brain
chalazión chalazion , (pl) chalazia
chapetón malar malar flush
chasquido diastólico diastolic snap
choque de punta apex beat
choque rotuliano patellar shock – floating patella
cianosis cyanosis
cianosis central central cyanosis
cianosis mixta mixed cyanosis
cianosis periférica peripheral cyanosis
cicatriz scar
ciego (intestino) cecum , (pl) ceca
ciego (no vidente) blind person
cifoescoliosis kyphoscoliosis
cifosis kyphosis
cilindruria cylindruria
circulación venosa colateral collateral venous flow
clic sistólico systolic click
cloasma chloasma
clonus clonus
colapso inspiratorio inspiratory collapse
color flavínico flavinic colour
color melánico melanic colour
color rubínico rubinic colour, yellow-reddish
color verdínico greenish colour, yellow-greenish
coma coma
confusión confusion
conjuntivitis conjunctivitis
constipación constipation
consunción consumption
contractura abdominal abdominal contracture
contractura abdominal con dolor abdominal cramping
convulsión clónica clonic convulsion
convulsión tónica tonic convulsion
coprofagía coprophagy
corea chorea
costra crust
costra melisérica honeycomb scall
crepitación crepitus
cuadrantanopsia quadrantanopsia
cuadriplejía quadriplegia
cuarto ruido fourth sound
decorticación decortication
decúbito decubitus
dedo hipocrático clubbing
defensa abdominal abdominal guarding
497
Semiología Médica.“La Historia Clínica”
delgadez thinness
delirio delirium
dermografismo dermographism
descerebración decerebration
desmayo blackout, syncope
desnutrición malnutrition
dextrocardia dextrocardia
diarrea diarrhea
diastasis de los rectos rectal diastasis, diastasis recti
diplejía diplegia
diplopía diplopia
disartria dysarthria
discoria discoria
discromatopsia dyschromatopsia
disestesia dysesthesia
disfagia dysphagia - dysphagy
disfonía disphonia
dismenorrea dysmenorrhea
disnea dyspnea
disnea de esfuerzo exertion dyspnea
disnea de reposo rest dyspnea
disnea nocturna paroxística paroxysmal nocturnal dyspnea
disnea paroxística paroxysmal dyspnea
disnea psicogénica psychogenic dyspnea
dispepsia dyspepsia
distensión abdominal abdominal distention
diuresis diuresis
dolor pain, tenderness, soreness, ache
dolor fulgurante fulgurant pain
dolor gravativo heavy pain
dolor lancinante lancinating pain
dolor opresivo oppresive pain
dolor pulsátil throbbing pain, pulsatile pain
dolor punzante twinging pain
dolor terebrante terebrant pain
dolor transfixiante transfixion pain
dolor urente burning pain
eccema eczema
ectropion ectropion - ectropium
edema edema
edema blando soft edema
edema duro hard edema
edema generalizado widespread edema, generalized edema
edema localizado self-limited edema, localized edema
edema segmentario segmental edema
egofonía egophony
gases anales flatus
emaciación emaciation, wasting
emprostótonos emprosthotonos
498
Glosario de Síntomas y Signos
499
Semiología Médica.“La Historia Clínica”
fisura fissure
flaccidez flaccidity
flato flatus
flatulencia flatulence
flebotrombosis phlebothrombosis
flemón phlegmon
flujo flow
foliculitis folliculitis
fotofobia photophobia
fotopsia photopsia - photopsy
fractura fracture
fractura expuesta open fracture
frémito fremitus
frénico phrenic
frote pericárdico pericardial rub
frote pleural pleuritic rub
halitosis halitosis
hematemesis hematemesis
hematoma hematoma
hematuria hematuria
hemeralopía hemeralopia
hemianopsia hemianopsia
hemofilia hemophilia
hemoptisis hemopty
hemorragia digestiva digestive hemorrhage
hemorragia gástrica gastric hemorrhage, gastrorraghia
hepatomegalia hepatomegaly - hepatomegalia
herida wound
hernia hernia
hidroaérea hydroaerial
hidroneumotórax hydropneumothorax
hinchazón swelling
hiperactividad hyperactivity
hiperacusia hyperacusis - hyperacusia
hiperaldosteronismo hyperaldosteronism
hiperalgesia hyperalgesia
500
Glosario de Síntomas y Signos
hiperestesia hyperesthesia
hiperexcitable hyperexcitable
hiperglucemia hyperglycemia
hiperhidratación hyperhydration
hipermenorrea hypermenorrhea
hipermetría hypermetria
hiperorexia hyperorexia
hiperosmia hyperosmia
hiperpnea hyperpnea
hiperreflexia hyperreflexia
hipertensión arterial arterial hypertension
hipertermia hyperthermia
hipertiroidismo hyperthyroidism
hipertrófico hypertrophic
hipo hiccup - hiccough
hipoacusia hypoacusis
hipoalgesia hypoalgesia
hipobulia hypoappetite
hipoestesia hypoesthesia
hipoexcitable hypoexcitable
hipogeusia hypogeusia
hipoglucemia hypoglycemia
hipogonadismo hypogonadism
hipomenorrea hypomenorrhea
hipomnesia hypomnesia
hipopnea hypopnea
hiporexia hyporexia
hiporreflexia hyporeflexia
hiposmia hyposmia
hipotensión arterial arterial hypotension
hipotermia hypothermia
hipotiroisimo hypothyroidism
hirsutismo hirsutism
ictericia jaundice
ictus ictus
íleo ileus
inapetencia inappetence
incoercible incoercible
ingurgitación yugular jugular engorgement
inhibición inhibition
inspección examination
insuficiencia failure
introvertido introvert
jaqueca migraine
501
Semiología Médica.“La Historia Clínica”
lagoftalmos lagophthalmos
latido apexiano apex beat
lengua saburral furred tong
lengua seca dry tongue
lesión plexual plexal lesion
lesión radicular radicular lesion
lesión primaria de piel primary lesion of skin
lesión secundaria de piel secondary lesion of skin
leucocitosis leukocytosis
leucopenia leukopenia
leucoplaquia leukoplakia
libido libido
linfangiítis lymphangiitis
linfocitosis lymphocytosis
linfopenia lymphopenia
lipotimia lipothymy
liquenificación lichenification
litiasis lithiasis
lívido livid
lívido reticularis reticularis livid
longilíneo longitype
lordosis lordosis
lucidez lucidity
lunar nevus , (pl) nevi
macroadenopatia macroadenopathy
macroglosia macroglossia
mácula macule
malacia malacia
manguito escleroatrófico scleroatrophic cuff
mareo dizziness
melánico melanic
melena melena
menalgia menstrual pain
menarca menarche
menopausia menopause
meteorismo bloat - bloating
microadenopatías microadenopathy
midriasis mydriasis
migraña migraine
mioclonía myoclonia
miosis miosis
mixedema myxedema
monocitosis monocytosis
monopenia monopenia
monoplejía monoplegia
movimiento involuntario involuntary movement
murmullo vesicular vesicular hum
502
Glosario de Síntomas y Signos
náusea nausea
nefromegalia nephromegaly
neumotórax pneumothorax
neuralgia neuralgia
neutrofilia neutrophilia
neutropenia neutropenia
nictalopía nyctalopia
nistagmo nystagmus
obesidad obesity
obnubilación obnubilation
obsesivo obsessive
obstrucción intestinal intestinal obstruction
odinodisfagia odynodysphagia
odinofagia odynophagia
oftalmoplejía ophthalmoplegia
ojo en compota black eye
ojo rojo red eye
oligomenorrea oligomenorreha
onda ascítica ascitic wave
onicogrifosis onychogryphosis
opistótonos opisthotonos - opisthotonus
ortopnea orthopnea
ortostático orthostatic
ortótonos orthotonos - orthotonus
orzuelo sty – stye , (pl) sties - styes
503
Semiología Médica.“La Historia Clínica”
rágade rhagades
ránula ranula
reacción peritoneal peritoneal reaction
reflujo hepatoyugular hepatojugular reflux
regurgitación regurgitation
resaca hangover
respiración acidótica acidotic respiration
respiración broncovesicular bronchovesicular respiration
respiración brónquica bronchial breathing, bronchial respiration
respiración laringotraqueal laryngotracheal breathing, laryngotracheal respiration
respiración superficial shallow breathing
retortijón, retorcijón stomach cramp
retraso menstrual menstrual retardation
rinofima rhinophyma
rinorragia rhinorrhagia
rinorrea rhinorrhea
ritmo de galope gallop rhythm, cantering rhythm
roce pericárdico pericardial rub
roce pleural pleuritic rub
roncha wheal
roncus rhonchus, (pl) rhonchi
ronquera hoarseness
504
Glosario de Síntomas y Signos
rubicundo rubicund
rubor rubor - flush
ruido hidroaéreo hydroaerial sound
rumiación rumination
sabañón chilblain
secreción secretion
segundo ruido cardíaco second cardiac sound
sensibilidad sensibility - esthesia
sequedad de boca dryness of mouth
seudocianosis pseudocyanosis
seudoedema pseudoedema
sialorrea sialorrhea
sibilancia wheeze
silencio auscultatorio silent gap – auscultatory gap
sincinesia syncinesis
síncope syncope
sobrehidratación overhydratation
sobrepeso overweight
solución de continuidad solution of continuity
somnolencia somnolent - sleepiness
soplo murmur
soplo anfórico amphoric murmur
soplo brónquico bronchial murmur
soplo cavernoso cavernous murmur
soplo cavitario cavitary murmur
soplo pleurítico pleuritic murmur
soplo tubario tubal murmur
sopor sopor
sordera deafness
sudor sweat
taquiarritmia tachyrrhythmia
taquicardia tachycardia
taquipnea tachipnea
teicopsia teichopsia
telangiectasia telangiectasia
temblor tremor
tenesmo tenesmus
tensión abdominal abdominal tension
tercer ruido cardíaco third cardiac sound
termometría manual manual thermometry
tetania tetany
tetánico tetanic
tialismo ptyalism
tic tic
tinnitus tinnitus
tiña tinea
tofo tophus , (pl) tophi
505
Semiología Médica.“La Historia Clínica”
tortícolis torticollis
tos cough
trastorno trófico trophic disorder
trófico trophic
tubérculo tubercle
tumor tumor
úlcera ulcer
urticaria urticaria – hives
xantelasma xanthelasma
506
Glosario de Síntomas y Signos
49
Guía para la Redacción
de una Historia Clínica Completa
Interrogatorio
Datos de Filiación
— Apellido y nombre
— Edad
— Sexo
— Domicilio
— Procedencia
— Ocupación
— Hospital
— Sala
— Nº Cama
— Persona Responsable
— Fechas de internación
— Fecha de realización de Historia Clínica
Motivo de Consulta
Síntoma/s y/o signo/s actuales por los que consulta el paciente; recordar de
colocarlos según la jerarquía que tengan cada uno de ellos y no por su cronología de
aparición.
Enfermedad Actual
Descripción detallada de todos y cada uno de los síntomas y/o signos del motivo
de consulta.
507
Semiología Médica.“La Historia Clínica”
Funciones Fisiológicas
— Apetito
— Sed
— Sueño
— Micción
— Diuresis
— Características macroscópicas de la orina
— Defecación o catarsis
— Características macroscópicas de Heces o Materias Fecales
— Menstruación
— Función Sexual
Antecedentes Personales
Antecedentes Familiares
Antecedentes Hereditarios
508
Glosario de Síntomas y Signos
Cabeza
Cuello
Aparato Respiratorio
Aparato Cardiovascular
510
Glosario de Síntomas y Signos
Mamas
Abdomen
Sistema Nervioso
511
Semiología Médica.“La Historia Clínica”
Miembros
512
Bibliografía
ADULTO MAYOR
513
• TOUCEDA, M. Angélica; RUBÍN, Romina: “Salud, Epidemiología y Vejez”, Carrera de
Especialización en Gerontología Comunitaria e Institucional. Ministerio de Desarrollo
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Plata., modulo 4, 2007.
• WILLIAM, Reichel: “Aspectos Clínicos del Envejecimiento”, El Ateneo; Bs. As.;
Argentina, 1978.
ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA
CARDIOLOGÍA
• BRAUNWALD: Tratado de Cardiología, 7º ed., ELSEVER ES, 2006.
• CAINO SANCHEZ: Semiología de las Enfermedades Cardiovasculares, Panamericana,
ed. 1996.
• DE LA SERNA, Fernando: Insuficiencia Cardíaca Crónica, FAC, Argentina, 1999.
• HURST: El Corazón, 10º ed., McGraw Hill, 2001.
• Revista Argentina de Cardiología, vol. 66, sup. I, Consejo Argentino de hipertensión
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• W. PROCTOR HARVEY: Disease a Month, Cardiac Pearls, vol. XL, núm 2, Mosby, Year
Book, Inc., February 1994.
GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA
• CALATRONI-RUIZ: Ginecología,2ª ed., Panamericana, 1984. Buenos Aires
• GORI, LORUSSO y col.: Ginecología de Gori, 2ª ed., El Ateneo, Buenos Aires, 2001.
• FELER y colaboradores: Ginecología, Cátedra de Ginecología, Facultad de Medicina
– UNT, 1ª ed., 2001.
• STEWART TAYLOR: Obstetricia de Beck,10ª ed., Interamericana SA., México, 1979.
• NUBIOLA–ZÁRATE: Tratado de Obstetricia, Labor SA, t. I., 1951.
• VOTTA-PARADA: Obstetricia, 3ª ed., Libreros Lopez, Buenos Aires, 1985.
NEUMONOLOGÍA
• Fishman: Manual de Enfermedades Pulmonares, McGraw-Hill, ed., 2004.
NEUROLOGÍA
• RODRIGUEZ REY, Roberto: Exploración neurológica básica - Atención Médica Primaria,
Imprenta Gráfica, Tucumán, 1986.
514
Índice
A Agnosias 281
Abdomen. Auscultación 243 Agrafia 280
Abdomen. Inspección. Tipos patológicos 227 Agripnia 44
• batea 232 Agudeza visual 286
• batracio 227 Albinismo 162
• delantal 227 Aleteo nasal 175
• depresiones 227 Aleteo o tremor de manos 394
• esplénico 227 Alexia 280
• excavado 227 Algias simpáticas 137
• globoso 227 Algomenorrea 130
• obús 227 Algopareunia 48
• vientre esplénico 255 Alientos patológicos 417
• vientre hepático 254 • etílico 417
Abdomen. Palpación 229 • fétido o fetor hepático 392
• contenido 233 • gas de alumbrado 417
• orientación o rastreo abdominal 230 • manzana 417
• parietal 232 • urinoso 417
• tensión abdominal 231 Alucinaciones 136
Abdomen. Palpación de órganos 235 • gustativas 295
• aorta abdominal 234 • olfatorias 285
• bazo 238 Amastia 469
• ciego 234 Amaurosis 137
• colones 234 Ambliopía 137
• estómago 238 Amenorrea 130
• hígado 235 Amnesia 267
• riñones 237 Anacusia 136
• sigmoide 233 Anamnesis 37
• vesícula 236 Anartria 280
Abdomen. Palpación de tumores 239 Anasarca 67
Abdomen. Percusión 242 Anforismo 3
• matidez esplénica 242 Angor o angina abdominal 115
• matidez hepática 242 Angor o angina coronaria 355
• matidez por ascitis 243 Anisocoria 175
• matidez por formaciones sólidas 243 Anodoncia 177
• matidez por útero gestante 242 Anorexia 43
• matidez por vejiga llena 242 Anosmia 137
• timpanismos patológicos 243 Anquiloglosia 178
Aborto 489 Antecedentes de la enfermedad actual 4 2
Abulia 267 Antecedentes familiares 50
Accidente isquémico transitorio 148 Antecedentes hereditarios 50
Acedía 111 Antecedentes personales 48
Ácido fólico 452 Antiestreptolisina 0 454
Acolia 75 Antojos 107
Acrocianosis 369 Antropofagia 108
Acropaquia 189 Anuria 125
Actitud 152 Aparato cardiovascular 201
Actitud médica 5 • anamnesis 201
Acúfenos 136 • auscultación 217
Adelgazamiento 155 • examen del cuello 211
Adenopatía 171 • examen físico 202
Adiadococinesia 422 • latidos generales 216
Aerofagia 115 • latidos localizados 215
Aestereognosia 279 • percusión 216
Afagia 109 • inspección y palpación 214
Afasia 280 Aparato digestivo. Anamnesis 245
Afonía 182 Aparato digestivo. Examen físico 245
Ageusia 136 • esófago 250
515
• estómago y duodeno 250 • uninodular 185
• hígado 253 Bolo fecal 119
• intestino 251 Boqueras 177
• páncreas 257 Borborigmos 120
• recto y ano 253 Bozo 162
• vesícula y vías biliares 256 Bradicardia 207
Aparato lagrimal 174 Bradicardia relativa 82
Aparato respiratorio 187 Bradipnea 191
• anamnesis 187 Bradisfigmia 207
• auscultación 195 Brevilíneo 154
• auscultación de la tos 200 Broncofonía 199
• auscultación de la voz 199 Bulimia 107
• examen físico 188
• inspección dinámica 190 C
• inspección estática 189 Cabeza 171
• palpación del tórax 192 • braquicefalia 171
• percusión del tórax 194 • distribución pilosa 172
Aparato urinario 259 • dolicocefalia 173
• anamnesis 259 • macrocefalia 171
• examen físico 260 • microcefalia 171
Apetito 43 • puntos dolorosos 171
Apetito. Alteraciones 107 • secreción sudoral y sebácea 172
Apnea 191 • sistema linfático 174
Apraxia 279 Cacosmia 137
Aptialismo 176 Calambre 135
Arcadas 112 Calcemia 453
Arco senil 175 Campo visual 286
Arreflexia 272 Canibalismo 108
Arritmia respiratoria fisiológica 206 Canicie 162
Arterias periféricas 167 Caquexia 155
Articulaciones 165 Cara 173
• bostezos articulares 165 • región bucal 176
• choque rotuliano 165 • región mentoniana 179
• impotencia funcional 165 • región nasal 175
• mediciones 166 • regiones auriculares 175
• signo del cajón 165 • regiones genianas 175
Artralgia 165 • regiones orbitarias 173
Artritis 165 Cardíaco negro de Ayerza 345
Asialia 176 Castañeteo de dientes 80
Asma cardiaca 339 Cataratas 175
Ataxia 135 Catarsis 45
Atelia 469 Causalgia 137
Atetosis 136 Ceguera 137
Atrofia muscular 275 Cesárea 489
Audición aérea 297 Chalazión o calacio 173
Auscultación 3 Chapetón malar 175
Chapoteo gástrico 238
B Choque de punta o latido apexiano 214
Babeo 176 Chucho 80
Baile arterial 352 Cianosis 61
Basofilia 448 • anamnesis 63
Belleza tísica de Landouzy 325 • central 62 64
Bigeminismo 208 • clasificación 62
Bilirrubinemia 73 • examen físico 64
Bisexual 48 • fisiología 61
Bizquera 174 • fisiopatología 62
Bloqueo AV completo 148 • generalizadas 65
Boca pastosa 109 • localizadas 64
Bocio 184 • mixta 63 65
• difuso 184 • oculta o enmascarada 61
• polinodular 185 • otras cianosis 61
• simple 184 • periférica 62 65
516
• segmentarias 66 Delirio 133
• transitoria 63 Desmayo 133
• umbral 61 Diadococinesia 274
Cilindruria 456 Diaforesis 80
Circulación venosa tipo cava superior 373 Diagnóstico 4
Circulación venosa tipo cava inferior 374 Diarrea 116
Circulación venosa colateral 228 Diastasis de los rectos 232
Cistalgia 260 Dientes 177
Clínica médica. Vigencia, valor y soberanía 29 Dientes supernumerarios 177
Clínica Propedéutica 2 Diplejía braquial 135
Coito 48 Diplopía 137
Colesterol HDL 453 Disartria 294
Colesterol LDL 453 Disbasia 153
Colesterolemia 453 Discoria 175
Cólico renal 123 Discromatopsia 137
Columna vertebral 266 Disfagia 109
Coluria 75 Disfonía 182
Coma 133 Disglusia 109
Conceptos básicos 2 Disgrafia 280
Confusión 133 Dislexia 280
Conjuntiva palpebral 174 Dismenorrea 130
Constipación 118 Dismetría 422
Conteo de los espacios intercostales 214 Disnea 57
Contractura abdominal 231 • aguda 59
Convulsiones 265 • anamnesis 58
Coordinación dinámica 297 • clasificación 59
Coordinación estática 297 • de reposo 59
Coprofagia 108 • examen físico 58
Corea 136 • fisiología 57
Cornaje 198 • fisiológica 59
Córnea 175 • fisiopatología 57
Cráneo. Examen físico 172 • grados 59
• región frontal 172 • orgánica 59
• región occipital 173 • paroxística 59
• regiones mastoideas 173 • patológica 59
• regiones parietales 173 • persistente 59
• regiones superciliares 172 • variable o psicogénica 60
• regiones temporales 172 Disnea cardíaca 101
Crecimiento y desarrollo 156 Disnea respiratoria 84
• enanismo o nanismo 156 Disnea laríngea 94
• gigantismo 156 Disociación axilorrectal 81
Cristalino 175 Dispareunia 129
Cristaluria 457 Dispepsia 114
Cuadrantopsia 287 Disquesia 119
Cuadriplejía 135 Distensión abdominal 120
Cuello o giba de búfalo 429 Distermia 80
Disuria 124
D Diuresis 44
Datos de filiación 38 Diuresis. Alteraciones 125
Decúbito 152 Doble lesión valvular 220
• pasivo 152 Dolor 51
• activo indiferente 152 • agudo 53
• activo preferencial 152 • anamnesis 52
- cuclillas 203 • breve 54
- dorsal 153 • claudicante 54
- lateral 152 • cólico 53
- plegaria mahometana 153 • continuo 54
- tétanos 153 • crónico 53
- ventral 153 • escala verbal 54
Dedos hipocráticos 189 • escala visual 54
Defecación 45 • examen físico 55
Defensa abdominal 231 • fisiopatología 51
517
• fulgurante 53 • litiasis salival 90
• gravativo 53 • mastoideo 89
• lancinante 53 • nasales 89
• localizado 53 • neuralgia trigeminal o prosopalgia 88
• opresivo 53 • oculares agudos profundos 88
• persistente 53 • oculares agudos superficiales 88
• propagado 53 • oculares crónicos 89
• punzante 53 • óticos 89
• quemante 53 • senos paranasales 88
• recidivante 54 Dolores del aparato respiratorio 100
• referido 53 • mediastínico 100
• sordo 53 • pleurítico 100
• terebrante 53 • tráqueobronquial 100
• transfixiante 53 Dolores del aparato urinario 123
• urente 53 • pielorrenal 123
Dolor abdominal 389 • renal 123
Dolor abdominal de origen digestivo 105 • uretral 123
• anal 116 • vesical 123
• apendicular 116 Dolores del cuello 93
• cólico biliar 121 • columna cervical 93
• cólico intestinal 115 • compresión nerviosa 93
• epigástrico agudo 111 • faríngeo 95
• esofágico continuo 111 • laríngeo 94
• esofágico episódico 111 • parotídeo inflamatorio 94
• esofagodinia 111 • parotídeo cólico 94
• fisiopatología 105 • tiroideo 97
• hepático 120 • tortícolis o cuello tieso 93
• isquemia mesentérica 115 Dolores genitales masculinos 127
• necrosis mesentérica 116 • cólico seminal 127
• pancreático agudo 121 • prostático 127
• pancreático crónico 121 Dolores ginecológicos 128
• parietal 106 • agudo de trompas 129
• peritoneal 107 • cíclicos 128
• rectal 116 • de parto 128
• relación con las comidas 106 • ovárico 129
• simulado 106 • pélvico agudo 128
• ulceroso 112 • pélvico crónico 128
Dolores cardíacos 101 • torsión pedículo quiste de ovario 129
• coronario 101 • uterino 128
• pericárdico 101 • vaginal 129
Dolores de cabeza 85 • vaginismo 129
• cefalalgias 85 • vulvar 129
• cefalea en salvas o en racimos 86 Dolores neurológicos 133
• cefalea primarias 85 • cefaleas neurológicas 133
• cefaleas 85 • neuralgia 134
• cefaleas secundarias 85 • plexual 134
• de esfuerzo 86 • radicular 134
• hipertensivo agudo 87 • talámico 134
• hipertensivo crónico 86 Dolor torácico 99
• intracraneales 85 • caja torácica 99
• jaqueca o migraña 85 • extratorácicos 99
• masa ocupante 87 • intratorácicos 99
• meníngeo 87 Dolores vasculares 102
• resaca 87 • arterial agudo periférico 102
• tensional 86 • arterial crónico 102
Dolores de cara 88 • arterial de reposo 103
• articulación témporomaxilar 89 • disección de aorta 102
• dentarios 9 • linfático agudo 103
• inflamación de glándula salivar 90 • linfático crónico 104
• lingual profundo 90 • venoso 103
• lingual superficial 90 Dressler positivo 338
• litiasis de glándula salival 90
518
E Espiración prolongada 191
Ectropión 173 Esplenomegalia 241
Edema 67 Esputo numular 98
• alérgico 71 Estado de conciencia 147
• anamnesis 68 Estado de nutrición. Peso 155
• cardíaco 72 • disminución de peso 155
• clasificación 71 • exceso de peso 155
• esclavina 373 Estado de hidratación 156
• examen físico 69 • deshidratación 156
• fisiología 67 • sobrehidratación 156
• fisiopatología 67 Estenosis o estrechez valvular 220
• generalizado 69 Estertores a burbujas modificados 197
• hepático 72 Estertores a burbujas simples 197
• hipoproteico 72 Estertores crepitantes 198
• inflamatorio 71 Estertores o rales secos 196
• linfático 72 Estertores velcro 198
• localizado 69 Estrabismo 174
• misceláneas 72 • convergente 174
• nefrítico 72 • divergente 174
• nefrótico 72 • vertical 174
• oculto 69 Estranguria 124
• regional 69 Estreñimiento 118
• segmentario 69 Estreñimiento rectal 119
• signo del godet 70 Estridor 198
• varicoso 72 Estudios complementarios 4
• venoso 71 Estupor 133
• visible 69 Eubasia 153
Efélides 159 Eupnea 57
Egofonía 200 Eupraxia 279
Elefantiasis 71 Eventración 232
Eliminación de gases por el ano 120 Examen físico 8
Embarazo 489 Examen físico general 147
Embarazo a término 489 • actitud 185
Encefalopatía hepática 382 • crecimiento y desarrollo 156
Encías 177 • decúbito 152
Enfermedad 2 • estado de conciencia 147
Enfermedad actual 42 • estado de hidratación 156
Enoftalmía 174 • estado de nutrición y peso 155
Enterorragia 108 • facies 150
Entropión 173 • hábito corporal 154
Enuresis 124 • marcha 153
Eosinofilia 448 • orientación témporoespacial 147
Eosinopenia 448 • temperatura 149
Epicanto 173 Examen físico especial 157
Epífora 174 • arterias periféricas 167
Epilepsia 148 • articulaciones 185
Épulis 177 • huesos 166
Equimosis 159 • linfáticos periféricos 169
Eritema 158 • músculos 164
Eritema pernio o sabañones 369 • pelos 161
Eritromelalgia 369 • piel 157
Eritrosedimentación 454 • tejido celular subcutáneo 163
Erotismo 48 • uñas 162
Eructo 115 • venas periféricas 168
Escala de Glasgow 147 Exoftalmía 174
Escalofrío 80 Expansión pulmonar 192
Escíbalos 119 Expectoración 98
Esclerótica y conjuntiva bulbar 174 Expectoración hemoptoica 98
Escotomas 286 Extrasístoles 208
Esfuerzo miccional 124 Extravertido 267
Espasmos musculares 439 Eyaculación precoz 48
Espasticidad piramidal 276
519
F Frecuencia respiratoria 190
Facies 150 Frémito 168
• acromegálica 151 Frente olímpica 172
• Addison 151 Frigidez 48
• adenoides 189 Frote pericárdico 220
• alas de mariposa 151 Frote pleural 198
• ansiosa 151 Fuga de ideas 268
• asimétrica 263 Función mental 267
• astrónomo 151 Función sexual 46
• caquéctica 151 Funciones fisiológicas 43
• cara de pomada 264 Funiculalgia 282
• cianótica 151
• coreica 264 G
• disneica 151 Galactorrea 470
• durmiente 264 Ganglio centinela de Troisier 186
• eritema o chapetón malar 151 Ganglios linfáticos 310
• esclerodérmica 151 Gangrena húmeda 367
• gerontodérmica 151 Gangrena seca 367
• hipertiroidea 151 Gases en sangre arterial 454
• hipocrática 151 Gastralgoquenosis 107
• hipotiroidea 151 Geofagia 107
• ictérica 151 Gesta 489
• indiferente 151 Ginecorragia 130
• lagoftalmos 151 Gingivorragia 177
• luna llena 151 Glándula submaxilar 178
• lúpica 151 Glándulas parótidas 185
• mitral 362 Glasodinia 109
• pájaro 175 Globos oculares 174
• pálida 151 Glosalgia 109
• preocupada 151 Glosario de síntomas signos español inglés 495
• ptosis palpebral 151 Glucemia 453
• risa sardónica 264 Gnosia 281
• rubicunda 151 Golpe de calor 79
• seudobulbar 264 Gorgoteo 120
• trisómica 264 Grado de conciencia 133
• triste 151 Grafestesia 279
Febrícula 81 Grafognosia 279
Fenómeno de Raynaud 369 Guía para redacción de una historia clínica 507
Ferremia 452 Gusto 295
Fertilidad 48
Fetichismo 48 H
Fibrinólisis 453 Hábito corporal 154
Fiebre 79 • brevilíneo 154
• anamnesis 80 • longilíneo 154
• bacteriana 82 • normolíneo 154
• de origen infeccioso 82 • otros hábitos 154
• examen físico 81 Hábito feminoide de Chvostek 249
• fisiología 80 Hambre 43
• fisiopatología 80 Hemostasia 310
• origen no determinado 83 • fibrinólisis 311
• virósica 83 • primaria 311
Fijeza espiratoria del riñón 261 • secundaria 311
Fisura palatina 177 Hambre dolorosa 107
Flapping 394 Heces caprinas 119
Flatos o flatulencia 120 Hematemesis 108
Flujo genital 131 Hematología. Serie blanca 310
Focos de auscultación cardíaca 217 Hematología. Serie roja 309
Fondo de ojo 287 Hematuria 456
Fono o sonofobia 86 Hemianopsia 137
Fosas supraclaviculares 214 Hemiplejía 135
Fotofobia 86 Hemoptisis 98
Fotopsia 137 Hemorragia digestiva 108
520
Hepatalgia 120 I
Hepatomegalia 254 Ictericia 73
Hernias abdominales 232 • anamnesis 75
Heterocromía 175 • clasificación 74
Heterosexual 48 • examen físico 75
Hígado en acordeón 222 • fisiología 73
Hiperactividad 267 • fisiopatología 74
Hiperalgesia profunda 233 • hepatocanalicalar 76
Hiperalgesia superficial 232 • hepatocelular 74
Hiperestesia 136 • latente o preclínica 73
Hiperfonesis de ruidos 218 • obstructiva 74
Hipermenorrea 130 • prehepática hemolítica 74
Hipermetría 422 • umbral 73
Hiperorexia 107 Imágenes en semiología 463
Hiperosmia 137 • angiografía 464
Hiperpirexia 81 • densitometría ósea 464
Hiperpnea 191 • ecografía 465
Hiperreflexia 273 • medicina nuclear 467
Hipersomnia 44 • radiografía 463
Hipersonoridad 3 • radioscopia 463
Hipertensión arterial 206 • resonancia magnética 466
Hipertermia 79 • tomografía axial computada 465
• fisiológica 79 Impotencia funcional 269
• no febril 79 Impotencia sexual 48
Hipertiroidismo 302 Inapetencia 107
Hipo 188 Incapacidad motora. Grados 269
Hipoactividad o inhibición motora 267 Incontinencia urinaria 124
Hipoacusia 136 Indices hematimétricos 452
Hipoageusia 136 Infertilidad 48
Hipobulia 267 Ingurgitación yugular 213
Hipocolia 75 Inquíes 152
Hipófisis 301 Insomnio 44
Hipofonesis de ruidos 218 Inspección 2
Hipomenorrea 130 Insuficiencia circulatoria periférica 206
Hipomnesia 267 Insuficiencia valvular 220
Hipopnea 191 Interrogatorio 37
Hiporexia 107 Intolerancia al calor 431
Hiporreflexia 272 Intolerancia al frío 434
Hiposialia 296 Introvertido 267
Hiposmia 137 Inversión del sueño 44
Hipotensión arterial 206 Iris 175
Hipotensión arterial ortostática 206
Hipotermia 150 J
Hipotiroidismo 302 Jadeo 82
Hipotonía muscular 275
Hippus fisiológico 175 L
Hirsutismo 162 Labio leporino 176
Historia clínica 7 Labios 176
• de la emergencia 7 Laboratorio 451
• mayor o completa 7 • líquido cefalorraquídeo 459
• menor 7 • materias fecales 457
• organización 8 - búsqueda de sangre oculta 458
• revisada o abreviada 8 - características normales 457
• valor legal 9 - coprocultivo 458
Homosexual 48 - estudio parasicológico 458
Hueco supraesternal 211 - estudio químico 458
Huesos 166 • orina 454
• crujido óseo 167 - estudio bacteriológico 457
• deformaciones 166 - examen físico 455
• fractura abierta o expuesta 167 - examen químico 455
• fractura cerrada 167 - sedimento urinario 45
• sangre 451
521
- otros valores 453 • de pato 153
- plaquetas 452 • del ebrio 422
- serie blanca 452 • del ebrio 153
- serie roja 451 • espástica 154
Lagoftalmos 135 • extravagante 154
Latidos abdominales cardiovasculares 222 • hemipléjica de Todd 154
• aórtico 222 • intermitente 203
• epigástrico normal 222 • parética 154
• hepático o transversal 222 • parkinsoniana 154
• ventricular derecho 222 • pesada 153
Latidos torácicos cardiovasculares • pesada 203
• aórtico torácico 215 • polineurítica 154
• arteria pulmonar 215 • tabética 154
• arteriales intercostales 215 • taconeante o taloneante 154
• diagonal directo 216 • titubeante 153
• diagonal invertido 216 • vestibular 154
• mixto o biventricular 216 Mareo 135
• sagital o ventricular derecho 216 Mastalgia 130
• transversal o hepático 216 Masticación 292
Latidos fetales 243 Mastitis 470
Lengua 178 Mastodinia 130
• escrotal 178 Masturbación 48
• lisa 178 Materias fecales. Examen macroscópico 45
• saburral 178 Matidez hídrica 330
• seca 178 Matidez. Matitez 3
• vellosa 178 Melena 108
Lenguaje 280 Memoria 267
Lesbianismo 48 Menalgia 130
Leucocitosis 447 Menarca 45
Leucocituria 456 Menarquía 45
Leucopenia 448 Menometrorragia 130
Libido 48 Menopausia 45
Liinfopenia 448 Menstruación 129
Línea de Damoiseau 331 Meteorismo 120
Linfáticos periféricos 169 Métodos complementarios de diagnóstico 4
• aparato respiratorio 192 Metrorragia 45
• cabeza 17 Micción 44
• cuello 186 Micción. Alteraciones 124
• regionales mamarios 471 Microdontismo 177
Linfocitosis 448 Microtia 176
Lipidemia total 453 Midriasis 175
Lipotimia 135 Mioclonía 136
Livido reticularis 369 Miosis 175
Llanto o grito meníngeo 420 Molimen catamenial 130
Logorrea 280 Monocitosis 448
Longilíneo 154 Mononeuropatías 283
Lucidez 133 • ciático 283
Lunar 159 • ciático poplíteo externo 283
• frénico 283
M • intercostal 283
Macrodontismo 177 • mediano y cubital 283
Macroglosia 178 • radial 283
Macroqueilia 177 Monoplejía 135
Macrotia 176 Moscas volantes 137
Malacia 108 Motilidad de la cara 294
Manguito escleroatráfico 371 Motilidad 268
Mano en garra o predicador 283 Motivo de consulta 42
Mano péndula 283 Motricidad 267
Marcha 153 Movimientos abdominales 229
• cerebelosa 153 Movimientos oculares 289
• coja 153 Mucosa yugal 179
• de palo 153 Multípara 489
522
Murmullo vesicular 196 Paraplejía 135
Murmullo vesicular. Alteraciones 197 Paratiroides 303
Músculos 164 Pares craneales 284
• atrofia 164 • 1º Olfatorio 284
• hipertrofia 164 • 2º Óptico 285
• hipotrofia 164 • 3º - 4º- 6º Óculomotores 288
• hipertonía 164 • 5º Trigémino 291
• hipotonía 164 • 7º Facial 293
Mutismo 268 • 8º Auditivo 296
- rama coclear 296
N - rama vestibular 297
Nariz de guanaco 175 • 9º Glosofaríngeo 298
Nariz en silla de montar 175 • 10º Neumogástrico 299
Náuseas 112 • 11º Espinal 299
Nefromegalia 261 • 12º Hipogloso Mayor 300
Neuralgia trigeminal 292 Paresia 135
Neuropatía neurovegetativa 137 Parestesias 136
Neutrofilia 448 Parorexia 108
Neutropenia 448 Parosmia 137
Nevus 159 Párpados 173
Nicturia 124 Parto 489
Nistagmo. Nistgmus 290 Pecas 159
Nocturia 125 Pectoriloquia 199
Noma 176 Pectoriloquia áfona 199
Normolíneo 154 Pelos 161
Nulípara 489 Percusión 3
Petequias 159
O Pica 107
Obesidad 155 Pie equino 283
Obesidad mórbida 155 Piel 157
Objetivos educacionales 1 Piel. Lesiones primitivas o primarias 158
Obnubilación 133 • ampolla 160
Obsesivo 267 • gomas 159
Odinodisfagia 109 • máculas pigmentarias 159
Odinofagia 182 • máculas vasculares 158
Oftalmoplejías 289 • nódulos 159
Oftalmoscopio 287 • pápulas 159
Ojo en compota 174 • pústulas 160
Oligodipsia 44 • tubérculos 159
Oligomenorrea 130 • tumores 159
Oliguria 125 • vesícula 159
Ombligo 228 Piel. Lesiones secundarias 160
Onanismo 48 • atrofias 161
Onicogrifosis 382 • cicatrices atróficas 160
Opsiuria 125 • cicatrices normales 160
Orejas en asa 176 • cicatrices queloides 160
Orejas en coliflor 176 • costras 160
Orgasmo 48 • costras meliséricas 160
Orientación témporoespacial 147 • erosiones 160
Orina. Examen macroscópico 45 • escamas 160
Ortopnea 152 • escaras 160
Orzuelo 173 • esclerosis 161
• excoriaciones 160
P • exulceraciones 160
Palabra escandida 422 • fisuras o grietas 160
Paladar 178 • liquenificaciones 161
Paladar ojival 178 • queratosis 160
Palidez 309 • úlceras 160
Palpación 2 Pelos 162
Palpitaciones 101 • hipertricosis 162
Parageusia 136 • hipotricosis 162
Parálisis 135 Perfiles humorales 460
523
• renal 460 Pulsos arteriales periféricos 209
• hepático 461 • axilar 210
• cardíaco 461 • braquial 210
• tiroideo 462 • carotídeo 209
Piel de gallina 80 • femoral 210
Piel de naranja 471 • pedio 210
Piel hiperpigmentada 437 • poplíteo 210
Pirosis 111 • preauricular 209
Piso de la boca 178 • radial 210
Piuria 457 • temporal 209
Pleiocolia 76 • tibial posterior 210
Plexalgias 282 Pulso capilar 347
Pliegue palpebronasal 173 Pulso venoso 212
Polacuria 124 • paradojal 214
Polaquiuria 124 • positivo 214
Policitemia 446 • presistólico positivo 354
Polidipsia 301 Punción abdominal 244
Polimastia 469 Puntos dolorosos 172
Polimenorrea 130 • infraorbitario 175
Polineuropatías 283 • mentoniano 179
• diabética 284 • preauricular 176
• alcohólica 284 • suboccipital 173
• síndrome de Guillán Barré 284 • supraorbitario 172
Poliotia 176 Puntos dolorosos abdominales 240
Polipnea 191 • apendicular de Mc Burney 241
Politelia 469 • epigástrico 241
Poliuria 125 • ureterales 241
Porcentaje de protrombina 453 • vesicular o cístico 242
Potencia sexual 48 Puntos de Valleix 134
Praxia 279 Pupilas 175
Preedema 67 Púrpuras 159
Primigesta 489
Primípara 489 Q
Primípara añosa 489 Queratocono 175
Proctalgia 116
Proctodinia 116 R
Proctorragia 108 Radiculalgia 282
Pródromos 3 Ragadías 177
Pronóstico 4 Ránula 178
Prosopalgia 292 Reacción leucemoide 448
Proteinograma 454 Reflejos 270
Proteinuria 455 • acomodación y convergencia 290
Prurito anal 120 • aquiliano 272
Prurito vulvar 132 • bicipital 271
Pterigión 174 • conjuntival 294
Ptialismo 109 • consensual 290
Ptosis palpebral 135 • corneano 271
Ptosis renal 261 • cúbitopronador 272
Pujo rectal 120 • cutáneoabdominales 272
Pujo vesical 124 • estilorradial 271
Pulso arterial 206 • faríngeo 299
• alternante 208 • fotomotor 271
• amplio 208 • maseterino 271
• bigeminado 208 • nasopalpebral 294
• blando 208 • nauseoso 298
• caótico 209 • olecraneano 272
• céler 209 • plantar 272
• desigual 207 • rotuliano 272
• duro 208 • superciliar 294
• filiforme 209 • tricipital 271
• irregular 207 • velopalatino 271
• pequeño 208
524
Reflejos patológicos 273 Salivación 176
• accesorios Babinski 273 Sarro 177
• automatismo medular 273 Secreción salival 109
• Babinski 273 Secreciones uretrales 127
• decorticación 273 Sed 43
• descerebración 273 Semiología 1
• palmomentoniano 273 • abdomen 225
• pendulares 273 • aorta abdominal 234
• prensil 273 • aparato cardiovascular 201
• primitivos 273 • aparato digestivo 245
• succión 273 • aparato respiratorio 187
Reflujo gastroesofágico 111 • aparato urinario 259
Reflujo hepatoyugular 225 • bazo 238
Región carotídea 211 • cabeza 171
Regurgitación 111 • cianosis 61
Relación sexual 48 • ciego 234
Resistencia torácica 192 • colones 234
Resonancia anfórica 3 • cuello 181
Respiraciones normales 190 • disnea 57
Respiraciones patológicas 191 • dolor 51
• acidótica de Kussmaul 191 • edema 67
• Biot 191 • embarazada 489
• Cheyre Stokes 191 • endocrina 301
• entrecortada 197 • esófago 250
• estertorosa 191 • estómago 238
• ruda 198 • faringe 181
• superficial 191 • fiebre 79
Retención urinaria 124 • gastroduodenal 250
Retracción intercostal 191 • hematológica 307
Retracción palmar 393 • hígado 235
Retraso menstrual 130 • hipófisis 301
Rigidez extrapiramidad 276 • ictericia 73
Rinofima 175 • intestinal 251
Rinomegalia 176 • laringe 182
Ritmos cardíacos especiales 220 • mamaria en la mujer 469
• embriocárdico 220 • paciente oncológico 473
• galope 220 • páncreas 257
• galope diastólico 343 • paratiroides 303
• galope presistólico o auricular 343 • recto y ano 213
Roncus 197 • riñones 237
Ruido de moscardón 215 • sigmoide 233
Ruido patológico pleural 198 • sistema nervioso 263
Ruido por prótesis valvular cardíaca 219 • sistema nervioso periférico 283
Ruidos cardíacos agregados o adventicios 219 • suprarrenales 303
Ruidos del ciclo cardíaco normal 217 • tiroides 183
• primer ruido 218 • tráquea 183
• segundo ruido 218 • vesicula y vías biliares 236
• tercer ruido 219 Semiotecnia 2
• cuarto ruido 219 Sensación de peso vulvar 132
Ruidos hidroaéreos 120 Sensibilidad 276
Ruidos patológicos bronquiales 196 Sensibilidad de la cara 292
Ruido patológico pleural 198 Seudocianosis 61
Ruidos patológicos pulmonares 197 Seudoedema 67
Ruidos respiratorios normales 196 Seudoictericia 73
• broncovesicular 196 Seudometeorismo 120
• respiración brónquical 196 Seudotrismo 292
• laringotraqueal 196 Shock 206
• murmullo vesicular 196 Sialorrea 176
Rumiación 111 Sibilancias 196
Signo 2
S • de Babinski 273
Sadismo 48 • de Bard y Pick 257
525
• de Bell 295 - cardiopatía silente 354
• de Blumberg 378 - fibrosis miocárdica 357
• de Brudzinski 420 - infarto de miocardio 356
• de Gueneau du Mussy 378 - muerte súbita 360
• de Grey Turner 228 • Insuficiencia cardíaca 336
• de Halsted Cullen 228 - aumento volumen minuto 345
• de Jobert 256 - derecha crónica 342
• de Kerning 421 - derecha aguda 341
• de la cachetada 175 - derecha global crónica 344
• de la mano en garra 53 - disnea paroxística aguda 337
• de la navaja 276 - edema agudo de pulmón 339
• de la omega 55 - global aguda 343
• de la rueda dentada 276 - izquierda crónica 340
• de Levine 355 • pericárdicos 358
• de Mazza 201 - derrame pericárdico 358
• de Murphy 240 - pericarditis aguda 358
• de Murphy positivo 395 - pericarditis constrictiva 360
• de Negro 295 - taponamiento cardíaco 359
• de Revilliod 296 • valvulares 346
• de Romaña 174 - estenosis aórtica 348
• de Romberg 299 - estenosis mitral 347
• del almohadón 361 - estenosis pulmonar 352
• del cajón 165 - estenosis tricuspídea 352
• del desnivel 331 - insuficiencia aórtica aguda 349
• del flapping 394 - insuficiencia aórtica crónica 350
• del fumador de pipa 296 - insuficiencia mitral crónica 347
• del godet 70 - insuficiencia mitral aguda 346
• del martillo de agua 208 - insuficiencia pulmonar 353
• del mirador de vidrieras 103 - insuficiencia tricuspídea 351
• del témpano 236 Síndromes del aparato urinario 399
Signos patognomónicos 3 • renales 399
Simetría facial 294 - insuficiencia renal aguda 399
Sincinesias 267 - insuficiencia renal crónica 400
Síncope 133 - nefrítico 403
Síndrome 2 - nefrótico 403
Síndrome del ojo rojo 174 • urinarios 404
Síndrome de tensión premenstrual 130 - infección urinaria alta 405
Síndrome de Tietze 99 - infección urinaria baja 404
Síndromes abdominales 375 - obstrucción urinaria alta 407
• abdomen agudo 375 - obstrucción urinaria baja 406
• hipertensión portal 381 Síndromes digestivos 383
• ascítico 379 • biliares 394
Síndromes articulares 166 - coledociano 394
• artrítico 166 • esofágicos 383
• artrósico 166 - obstrucción esofágica 383
Síndromes cardiológicos 335 - síndrome esofágico mínimo 383
• agrandamientos cardiacos 335 • gastroduodenales 383
- auricular izquierdo 335 - pilórico 385
- ventricular derech0 335 - úlcero – péptico 383
- ventricular izquierdo 336 • hepáticos 391
• arritmias 361 - encefalopatía hepática 393
- bloqueo AV completo 365 - ictéricos 394
- bradicardia sinusal 364 - Insuficiencia hepática aguda 391
- bradisfigmia relativa 365 - Insuficiencia hepática crónica 391
- irregularidad máxima 362 • intestinales 386
- irregularidad mínima 361 - constipación 386
- taquicardia paroxística 363 - diarrea 386
- taquicardia sinusal 363 - íleo crónico 390
• coronarios 354 - íleo mecánico agudo 386
- angina de Prinzmetal 356 - íleo paralítico 389
- angina estable 355 - infarto mesentérico 390
- angina inestable 356 • pancreáticos 396
526
- agudo 396 - trigeminal periférica 293
- crónico 397 - vestibular periférico 298
Síndromes endocrinos 425 - vestibular periférico 298
• adenohipofisario 425 • sensitivos 414
- acromegalia 425 - médula espinal 415
- Cushing 427 - región cortical 414
- enanismo hipofisario 427 - tálamo 414
- gigantismo hipofisario 426 - tronco cerebral 414
• córticosuprarrenales Síndromes paraneoplásicos 476
- Addison 436 Síndromes respiratorios 313
- Cushing 427 • bronquiales 314
• diabético 439 - bronquiectasia 318
• neurohipofisarios 429 - bronquitis aguda 314
- diabetes insípida 429 - bronquitis crónica 315
• paratiroides 438 - espasmo bronquial agudo 316
- hipoparatiroideo 438 - obstrucción bronquial 314
• tiroideos 430 • pleurales 326
- hipertiroidiismo 430 - derrame pleural 327
- hipotiroidismo 433 - fibrosis pleural 331
Síndrome febril 79 - hidroneumotórax 330
• prolongado 83 - neumotórax 329
• sin hipertermia 79 - pleuritis seca 326
Síndromes hematológicos 443 • pulmonares 319
• hemorragíparos 449 - atelectasia 321
- coagulopático 450 - cavitario 322
- fibrinolíticos 450 - condensación pulmonar 319
- purpúrico 449 - enfisema pulmonar 324
• serie blanca 447 - fibrosis pulmonar 325
- alteraciones fórmula • vías aéreas superiores 313
leucocitaria 447 - laringotraqueal inflamatorio 314
- leucémicos 448 - laringotraqueal obstructivo 313
• serie roja 443 Síndromes vasculares 367
- anemia aguda 443 • arteriales periféricos 367
- anemia crónica 444 - claudicación intermitente 368
- hemolítico 446 - compresiones arteriales 369
- poliglobúlico 446 - constricción arteriolar 369
Síndromes mediastínicos 477 - de Leriche 368
• arteriales 477 - del arco aórtico 211
• conducto torácico 477 - dilatación arteriolar 369
• esofágicos 478 - oclusión arterial crónica 368
• medulares 478 - oclusión arterial aguda 367
• nerviosos periféricos 477 • linfáticos periféricos 374
• simpáticos 478 • venosos 370
• venosos 477 - trombosis venosa profunda 371
• vías aéreas 478 - trombosis venosa superficial 371
Síndromes neurológicos 409 - várices 370
• especiales 416 - várices de miembros inferiores 370
- cerebeloso 421 - vena cava inferior 373
- coma 416 - vena cava superior 372
- de la cola de caballo 282 Síntoma 2
- del cono medular 415 • cardiovasculares 103
- meníngeo 419 • del sistema nervioso autónomo 137
• motores 409 • digestivos 105
- extrapiramidal 413 • genitales 127
- parálisis central aguda 409 • referidos al cuello 93
- parálisis central crónica 410 • neurológicos 133
- parálisis periférica 412 • referidos a la cabeza 85
• pares craneales • respiratorios 97
- facial central 296 • urinarios 121
- facial periférica 295 Sistema nervioso 263
- óculomotores 291 • función mental 267
- trigeminal central 293 • gnosia 281
527
• lenguaje 280 • flemón 163
• motilidad 268 • fóvea 163
- automática y asociada 270 • paniculitis 163
- coordinada o taxia 273 • tofos 163
- fuerza muscular 268 Telangiectasia 159
- pasiva 275 Temblor 136
- refleja 272 Temblor estático 422
- voluntaria activa 268 Temblores 264
• sensibilidad 276 Temperatura 149
- dolorosa 277 • axilar 150
- dolorosa profunda consciente 279 • bucal 150
- estereognósica 279 • inguinal 150
- movimiento y actitud • rectal 150
segmentaria 278 • vaginal 150
- peso o barognosia 278 Tenesmo rectal 120
- presión o barestesia 278 Tenesmo vesical 124
- profunda consciente 278 Tensiómetro 204
- superficial 277 Tensión arterial 204
- táctil 277 Tensión arterial decapitada 343
- térmica 277 Tensión mamaria 469
- vibratoria o parestesia 278 Tensión ocular 174
- visceral o profunda Termometría clínica 149
inconsciente 279 Termómetro 149
• praxia 279 Tetania 303
Sistema nervioso periférico 281 Tetrada inflamatoria 172
• plexos 282 Tetraplejía 135
- braquial 282 Tialismo 109
- cervical 282 Tic 136
- lumbosacro 282 Tiempo de coagulación 453
• raíces 282 Tiempo de protrombina 453
• mononeuritis 283 Tiempo de retracción del coágulo 453
• polineuritis 283 Tiempo de sangría 453
Sobrepeso 155 Tiempo parcial de protrombina 453
Somnolencia 133 Timpanismo 3
Sonambulismo 44 Tinnitus 136
Sonoridad pulmonar normal 3 Tiraje 191
Soplador rosado 189 Tofos 163
Soplos cardíacos 220 Toilette matinal 320
• fisiológicos 220 Tórax 190
• patológicos 220 • brevilíneo 190
Soplos respiratorios 198 • cifoescoliótico 190
• anfórico 199 • de pollo o paloma 190
• cavitario o cavernoso 199 • de zapatero o pecho excavado 190
• pleural o pleurítico 199 • enfisematoso 190
• tubario o brónquico 198 • escoliótico 190
Sopor 133 • longilíneo 190
Sordera 136 • normolíneo 190
Submatidez 3 • paralítico o tísico 190
Sueño 44 Tortícolis 181
Tos 97
T Transferrina 452
Tacto rectal 244 Trigeminismo 208
Tacto vaginal 244 Trigiceridemia 453
Taquicardia 207 Trismo. Trismus 292
Taquicardia relativa 82 Tumor fantasma 227
Taquipnea 191
Taquisfigmia 207 U
Teicopsia 137 Uñas 162
Tejido celular subcutáneo 163 • en garra 162
• absceso 163 • en vidrio de reloj 162
• celulitis 163 • hapaloniquia 162
• enfisema subcutáneo 163 • leuconiquia 163
528
• megaloniquia 162 Vinagrera 111
• onicogrifosis 162 Virilismo 162
• onicolisis 162 Visión bultos 286
• onicomalacia 162 Visión cuenta dedos 286
• onicomicosis 162 Visión de los colores 287
• onicorrexis 162 Vitamina B12 452
• surco transversal de Beau 162 Vocabulario regional 139
Uretrorragia 127 • glosario de palabras regionales 139
Uretrorrea 127 • glosario de comestibles regionales 145
Uricemia 453 Vómica 98
Vómito 112
V Voz bitonal 299
Vaginismo 129 Voz nasal 178
Venas Periféricas 168
Venas yugulares 212 X
Vértigo 135 Xantelasma 174
Víbices 159
Vibraciones respiratorias 1 93 Z
Vibraciones vocales 193 Zumbido venoso 82
Vientre en tabla 231
529