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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS

HISTORIA ANTIGUA

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Stringer, Chris, y Clive Gamble. En busca de los neandertales. Crítica, 1994.

Por: Daniel Antonio Torres Gomez.

A lo largo de esta reseña intentaremos dar cuenta de los elementos principales que
componen la obra de Stringer y Clive respecto a los neandertales, su descubrimiento y las
perspectivas que orbitan alrededor de su campo epistemológico. Esta obra se encuentra
dividida en 8 capítulos que oscilan entre las variadas interpretaciones en relación a los
hallazgos arqueológicos y nuestra propia comprensión de los sistemas evolutivos
humanos, así como los diferentes desafíos que se pueden evidenciar a día de hoy a este
respecto.

En el primer capítulo del texto los autores abordan los orígenes de los neandertales, así
como las dos líneas de pensamiento que serán desarrolladas a lo largo del libro. De forma
introductoria se plantea el debate de si el humano moderno habría devenido directamente
de los neandertales, o si por el contrario estos últimos habrían sido un ‘’callejón sin
salida’’ en términos evolutivos desencadenando en la conformación del humano moderno
a través de procesos de evolución aislados e independientes.

Bajo las luces de este debate se exponen dos teorías, la primera sería la del modelo de
sustitución de poblaciones la cual hablaría de una segunda gran oleada migratoria de
humanos modernos (homosapiens) desde África posterior a la ya conocida datada en hace
1 millón de años aproximadamente. Este grupo migratorio habría evolucionado en África
directamente del homo erectus y eventualmente reemplazaría al resto de poblaciones
alrededor del mundo. Para la corriente científica rival la cual propendería por una teoría
en la cual no destaca ninguna segunda oleada migratoria significativa, los humanos
modernos habrían evolucionado de forma independiente a partir de los humanos arcaicos
en las diferentes partes del mundo, del neandertal en Eurasia y del homo erectus en China
y Java respectivamente.
Para el segundo capítulo se discuten diferentes aspectos relacionados a las condiciones
climáticas y las glaciaciones del pleistoceno, las cuales influirían de manera significativa
en las configuraciones de los diferentes hábitats en Europa y que eventualmente serían
determinantes en los procesos conductuales y poblacionales de los hombres arcaicos y
modernos. A este respecto se exponen las fases del glaciar antiguo, donde, por ejemplo,
en la fase 3 que comprende entre hace 75.000 y 30.000 años el clima tendería a ser más
frío y habría una cubierta arbórea más escasa. Esto influiría directamente en la variedad
de animales que estarían a disposición del neandertal.

Con el inicio del tercer capítulo se abordan tópicos respecto a los neandertales y sus
antecesores como lo fueron los australopitecinos y el homo habilis, este último quien sería
el primer fabricante de utensilios del género Homo. No obstante, hace alrededor de 1,5
millones de años dejaría de aparecer este grupo humano para dar paso al incipiente homo
erectus o homo erectus ‘temprano’. A lo largo de su proceso evolutivo, el Homo erectus
experimentó algunos cambios significativos, como un aumento del 25% en el tamaño
promedio del cerebro, así como adaptaciones físicas a climas más fríos, lo que daría
indicios de adaptación climática.

En este mismo capítulo veremos el origen de los neandertales y distintos detalles respecto
al descubrimiento de sus evidencias arqueológicas y como para finales del pleistoceno
medio ya se habían desarrollado gran parte de sus rasgos más característicos.

Para el capítulo cuatro se nos habla de la composición física del grupo neandertal. Gracias
a los diferentes hallazgos arqueológicos (donde se encuentran al menos 12 ejemplares
neandertales completos) es posible dilucidar algunos detalles respecto a su aspecto físico
y su construcción biológica. Si bien no es posible realizar acertaciones respecto a su
funcionamiento cerebral, se nos permiten evidencias algunos detalles como el gran
tamaño de su cabeza al igual que su nariz, que contaba con rebordes supra orbitarios
pronunciados y un mentón bastante discreto. Además de esto también es posible denotar
como la fuerza seguía siendo un elemento fundamental en su diario vivir a pesar de estar
dotados con un mayor grado de inteligencia en relación a sus antecesores.

Para el quinto capítulo se busca describir las evidencias fósiles halladas en oriente,
territorio que resultó fundamental en los procesos migratorios de la primera dispersión de
África:
- TABÚN Y SKHÚUL: Se hallaron diferentes evidencias arqueológicas que han derivado en
teorías que catalogan estos hallazgos como un neandertal avanzado. Hay también
quienes sugieren que podría tratarse de un eslabón perdido entre neandertales y
humanos modernos.
- QAFZEH Y SHANIDAR: Evidencias arqueológicas halladas en el siglo XX permiten
observar que los neandertales pudieron haber sido enterrados de forma deliberada.
También se halló un doble sepulcro con los restos de un hombre joven y un niño de seis
años a sus pies. Estos especímenes también poseen un aspecto moderno en algunas de
sus características.
- AMUD Y KEBARA: Uno de los hallazgos más impresionantes fue liderado por un grupo
de investigación japonés en una cueva en territorio israelí. Allí se encontraron restos
intactos de un neandertal desde la punta de la mandíbula hasta la pelvis. Su cráneo
desapareció por lo que se piensa que pudo ser actividad humana o animal.

En estos casos la buena conservación de los restos esqueléticos se debería a la


adopción de prácticas funerarias.

Para el sexto apartado del texto vemos cómo se desarrolla la idea que pone a África
como lugar de origen del homo sapiens gracias a las evidencias halladas que
predominan en antigüedad, así mismo como evidencias arqueológicas que muestran
signos físicos intermedios entre diferentes grupos humanos, lo que confirma una vez
más las teorías de transición evolutiva. Esto se refleja en el caso del cráneo de
Ngaloba: Se describe un cráneo hallado en 1978 con una capacidad cerebral de 1.350
ml, características modernas como una nuca redondeada y un reborde supraorbitario
pequeño, pero también rasgos primitivos como una frente aplanada y estrecha, y
similitudes con los neandertales.

Para el capítulo siete se examinan los elementos arqueológicos y conductuales de los


neandertales y sus coetáneos en otras partes del viejo mundo, así como la teoría que
sugiere el inicio de ciertos comportamientos culturales como lo sería el enterramiento
como acto simbólico. A este respecto se ha debatido bastante y debido a evidencias
arqueológicas halladas, como lo pueden ser algunos cráneos de cabra montés cerca de
los lugares de enterramiento, o la postura misma, que en varios especímenes sería
‘’acurrucada’’, se formulan preguntas respecto a si este tipo de elementos serían
simbólicos o meramente coincidenciales. De esta forma también se discute el devenir
evolutivo de los arcaicos (homínidos apoyados por los utensilios) donde se concluye
que el paso al hombre de comportamiento simbólicamente organizado (modernos) no
ocurrió hasta después de los 40,000 años antes del presente.

Para el octavo apartado se discutirá el destino de los neandertales y la aparición de los


primeros humanos modernos en próximo oriente hace alrededor de 100.000 y 90.000
años. A este respecto, se plantea la posibilidad de que los humanos modernos
tempranos, como los de Skhúl y Qafzeh, hayan migrado hacia el norte y este, llegando
eventualmente a Australia hace alrededor de 55.000 años, y posteriormente a Europa.

Finalmente llegando al noveno capítulo y acercándonos al final de la obra observamos


la discusión respecto a la extinción de los neandertales y cuál pudo haber sido su
destino, hay quienes incluso sugieren que algunos especímenes pudieron haber
sobrevivido con el paso del tiempo para haberse convertido en ancestros de criaturas
como el Yeti, aunque no hay evidencias que respalden estas aseveraciones. De esta
forma también vemos a lo largo del capítulo los elementos constitutivos de su devenir
cultural, fundamentalmente el lenguaje, donde si bien los argumentos biológicos
esclarecen ideas respecto a su capacidad anatómica para hablar, es posible decir que
no tenían un lenguaje complejo y articulado como el nuestro. Esto tiene sentido
teniendo en cuenta los componentes sociales bajo los cuales nosotros desarrollamos
nuestras actividades, las cuales están plagadas de significaciones culturales que serían
imposibles de comprender en su totalidad sin la presencia de un lenguaje complejo
que diera cuenta de un mundo como este. Ese no era el caso de los neandertales, ya
que, si bien podían hablar y emitir sonidos, dadas sus condiciones no tenían la
necesidad del desarrollo de una complejidad lingüística.

Después de un largo recorrido en lo que respecta a la naturaleza de nuestros


antepasados la obra de Stringer y Clive nos permite realizar varios acercamientos y
casi que un viaje en el tiempo al pleistoceno medio y superior, donde como veremos
al final del texto, el proceso de sustitución de poblaciones posría ser el más plausible
para explicar los procesos migratorios de las comunidades humanas primeras en
poblar la tierra. Después de reconocer las configuraciones sociales, culturales,
biológicas y lingüísticas de los neandertales y sus antecesores se nos es posible
realizar un barrido que nos permite llegar ciertas conclusiones que serán expuestas a
continuación:
A lo largo de la historia los neandertales han sido objeto de estudio desde la
multiculturalidad que ha ido caracterizando al humano contemporáneo con el paso de
los años. Esto ha permitido no solo el conocimiento de sus estructuras óseas, también
permite reconocer el comportamiento de una raza humana incipiente, que, si bien a
día de hoy sigue dejando más preguntas que respuestas, es un paso más cerca de
reconocer a nuestros antecesores como elemento constitutivo de nuestra historia. Si
bien unos han decidido deslegitimar su posición en el proceso evolutivo del ser
humano, hay otros quienes piensan que son parte fundamental del engranaje que nos
ayuda a conocer desde la arqueología los procesos biológicos y culturales que a día
de hoy componen la sociedad moderna. Para finalizar, estas discusiones nos permiten
observar bajo el foco de la interdisciplinariedad las barreras que podrían separar al
neandertal del hombre moderno desde una perspectiva crítica y holística a fin de
ampliar el espectro de definiciones que hoy tenemos de humanidad.

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