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Trabajo escrito de nutrición.

Nora de Abia Corrales, 1ºAVD. Mención danza clásica.

¿Qué debemos hacer, para tener una alimentación sana en las condiciones
actuales?
Hoy en día, las condiciones como el sobrepeso o la obesidad son cada vez más
habituales, conllevando serios riesgos para nuestra salud. Como sociedad nos hemos
acomodado a una dieta con un contenido en grasas mucho más alto del que nuestro
cuerpo estaba acostumbrado a soportar: originalmente nuestro organismo estaba
adaptado a una alimentación pensada para subsistir, pero ahora, con los alimentos cada
vez más accesibles y con valores nutricionales cada vez más elevados, nuestros cuerpos
se ven ante una situación distinta que tiene como consecuencia las condiciones
mencionadas anteriormente.
Podría decirse que en las circunstancias actuales comemos más por placer que por
hambre, recurriendo a alimentos que en grandes cantidades resultan dañinos para
nuestro organismo, pero que nos aportan más placer a la hora de consumirlos. Con el
creciente número de casos de sobrepeso, es natural que la gente, por razones estéticas o
de salud, quieran perder peso. El problema de esto, es que un gran número de personas
prefiere recurrir a las llamadas dietas milagrosas, las cuales, según advierten los
nutricionistas, no son efectivas. Este tipo de dietas prometen una bajada de peso rápida
y sin esfuerzo, en la mayoría de los casos con restricciones de algún tipo de alimentos
casi absurdas. Podemos hablar también de una aparición de “modas alimentarias”,
como, por ejemplo, la moda de las “dietas détox”. La realidad es que, según advierten
los expertos, estas dietas, aunque en un principio veamos que surten el efecto deseado,
desembocarán en lo que llamamos “efecto yo-yo” en el momento que la terminemos y
volvamos a una alimentación normal. Esto viene dado porque, entre otros factores, al
seguir una dieta con muchas restricciones de comida y por tanto de ciertos nutrientes,
nuestro cuerpo lo percibirá como un estado de ayuno, y al volver a la normalidad,
nuestro organismo nos pedirá mucha más comida que antes, para compensar y guardar
reservas por si viene otro periodo de hambre. La hormona encargada de regular el
apetito, la leptina, cuanto más engordamos, más alimento nos pide, y, por tanto, al
adelgazar de manera demasiado rápida, la leptina al no tener tiempo de adaptarse, nos
pedirá más comida, desembocando de nuevo en una ganancia de peso.
Los médicos advierten, por tanto, que la manera ideal de perder peso es de manera lenta
y continuada, atendiendo a las necesidades de cada uno, ya que, en cada organismo,
tanto las hormonas (como la leptina), como otros factores actúan de manera distinta. La
finalidad de la dieta debe ser mantenerse en un peso saludable, y conseguir llegar a una
alimentación sana que nos aporte los nutrientes necesarios y nos satisfaga.
Por tanto, ¿Cómo podemos llegar a esa alimentación saludable? Primero debemos
reconocer que las causas de los problemas como la obesidad no son culpa
exclusivamente de los alimentos, sino de nuestra relación con ellos. Una dieta variada,
sin restricciones (excepto en casos necesarios), y que nos aporte disfrute además de
salud, será la dieta ideal para mantener un peso y un organismo sanos. Podemos seguir
algunas recomendaciones para aprender a comer saludablemente; por ejemplo, los
expertos afirman que, si comemos con calma, saboreando la comida, nos saciaremos
antes y disfrutaremos más de esta. Es muy recomendable también comer sin
distracciones como puede ser la televisión, ya que, al estar pendientes de otra cosa, la
sensación de saciedad será ignorada, y nos llegará más tarde, haciendo que comamos
más y más deprisa.
Según los nutricionistas, una dieta perfecta sería muy similar a la dieta mediterránea, ya
que es una dieta variada que incluye todo tipo de alimentos. Lo ideal sería comer menos
pero más variado; de esta manera obtendríamos todo tipo de nutrientes y podríamos
comer de todo. Ante todo, hay que recordar el sobrepeso, obesidad y las complicaciones
de salud que conllevan, no son culpa de los alimentos, sino de como decidimos
consumirlos. Por lo tanto, tanto perder peso como mantener una alimentación saludable
es nuestra decisión y deberemos ponerla en práctica conscientemente, siendo
conscientes de que la comida nos puede salvar de enfermedades, mejorar nuestra
calidad de vida y, además, darnos satisfacción y placer al comer.

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