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La basílica paleocristiana generalmente constaba de tres partes: un atrio de acceso, un cuerpo longitudinal dividido en tres o cinco naves separadas por columnas, y un ábside cubierto con una cúpula de cuarto de esfera. La basílica adoptó esta tipología romana porque el cristianismo emergente necesitaba una nueva arquitectura después de convertirse en la religión oficial del Imperio Romano en el 326 d.C.
La basílica paleocristiana generalmente constaba de tres partes: un atrio de acceso, un cuerpo longitudinal dividido en tres o cinco naves separadas por columnas, y un ábside cubierto con una cúpula de cuarto de esfera. La basílica adoptó esta tipología romana porque el cristianismo emergente necesitaba una nueva arquitectura después de convertirse en la religión oficial del Imperio Romano en el 326 d.C.
La basílica paleocristiana generalmente constaba de tres partes: un atrio de acceso, un cuerpo longitudinal dividido en tres o cinco naves separadas por columnas, y un ábside cubierto con una cúpula de cuarto de esfera. La basílica adoptó esta tipología romana porque el cristianismo emergente necesitaba una nueva arquitectura después de convertirse en la religión oficial del Imperio Romano en el 326 d.C.
El cristianismo fue oficialmente reconocido en 313, cuando
Constantino I, emperador de Roma promulgo el edicto de Milán. Para el 326 se había convertido en la religión oficial del Imperio romano con su nueva capital Bizancio. La religión emergente necesitaba una nueva arquitectura por lo que adopto una de las tipología romanas más características: la basílica. La basílica paleocristiana en general constaba de tres partes: un atrio de acceso, el cuerpo de la basílica longitudinal, dividido en tres o cinco naves separadas por columnas, la nave central siempre solía tener más altura, mientras sobre las naves laterales a veces tenían unas galerías o tribunas llamadas matroneo especialmente realizadas para las mujeres. En el presbiterio, se situaba el altar. La cabecera estaba ocupada por un ábside cubierto con una cúpula de un cuarto de esfera. Los no bautizados ocupaban un lugar ante la puerta de la basílica llamado atrio o nártex donde solía haber una gran pila de agua para las abluciones.13 La cubierta en la construcción de la basílica paleocristiana primitiva acostumbraba a ser a dos aguas con techumbre de madera, poco pesado, por lo que sus muros eran completamente lisos y no había necesidad de construir contrafuertes. La luz exterior provenía de grandes ventanas abiertas en las paredes laterales y de la parte alta de la nave central por el claristorio. Muchos de los materiales empleados como las columnas y capiteles fueron aprovechados de otros edificios romanos