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Parcial domiciliario - Las Industrias Musicales en la ciudad de Necochea y Quequén

Metodología de la investigación en artes

Escuela provincial de arte n. 1 “Orillas del Quequén”

Ciclo lectivo 2022

Profesorado en educación musical, 4to año

Docente: Magalí Francia

Estudiante: Bianciotti, Fidel

Fecha de entrega: viernes 24 de junio

La emocionalidad musical del público necochense

Los efectos de la música y los yeites musicales


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INDICE.

1. INTRODUCCIÓN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

2. MÚSICA E INDUSTRIA CULTURAL. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

3. LAS EMOCIONES. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6

4. EMOCIONALIDAD: EL CEREBRO Y LA MÚSICA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8

5. CONTEXTO HISTÓRICO Y CULTURAL. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

6. ANEXOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

7. CONCLUSIÓN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

BIBLIOGRAFIA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
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1. INTRODUCCIÓN

Se abordarán en este breve trabajo, primariamente, las definiciones de música como industria
cultural, las consecuencias de los medios de comunicación en la manera en que pensamos a la
música, las emociones y sus primeras conceptualizaciones, su nacimiento en el cerebro a partir
de la música, la concepción histórica que une emoción y música y finalmente se desarrollará una
investigación a partir de un cuestionario: “La emocionalidad y la música“ realizado a individuos
de la ciudad de Necochea, acerca de las características teórico-conceptuales de las músicas
emocionalmente cargadas para el público de la misma.

Se pretende realizar un análisis de éstas músicas seleccionadas y verificar las relaciones de


similitud entre unas y otras, con el propósito de evidenciar posibles patrones en la composición
musical y en la identificación de letras en música cantada, que evidencien los puntos del
nacimiento de la emocionalidad a partir de la música en Necochea.

Este trabajo tiene como intención brindar de herramientas de análisis musical, de


interpretación y de composición musical, además de acercar conceptos muchas veces
experimentados por la mayoría de las personas, pero no muchas veces analizados y que todavía
siguen siendo estudiados hoy en día; estos siendo la emocionalidad de la música y los efectos
de la música en las emociones.

2. MÚSICA E INDUSTRIA CULTURAL

En la vida cotidiana, lo queramos o no, nos vemos constantemente atravesados por lo que se
denomina “industria cultural”; vemos publicidades de películas o de música antes de ver un video
en YouTube, luego escuchamos esa misma música publicitada cuando vamos al supermercado,
cuando nos subimos al auto o inclusive cuando vamos a una fiesta con nuestros amigos. En este
sentido, industria cultural se define como un producto cultural reproducido en serie y distribuido
de manera masiva. Que teniendo en cuenta los medios masivos de comunicación y la inferencia
que tienen en las vidas privadas de prácticamente todas las personas del mundo, se trata de una
posibilidad de bombardeo constante de productos culturales, nacidos de fines netamente
artísticos o no, que tienen la intención de convertir al receptor en un consumidor. “Si al comienzo
habíamos señalado en los productos industriales y de quienes participan en el sistema de
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producción las características de serialidad y de fungibilidad, ahora podemos entender que el


consumidor también es parte de la serie y objeto de estadística de la administración.” (Griffa,
2010, p.5)

Bajo esta perspectiva, es preciso analizar a la música y su capacidad no solo de ser


industrializada, sino también de modelar al receptor y de instaurar en él ciertos patrones de
conducta y formas de sentir y hacer.

Si bien es cierto que mucha música que existía bajo una funcionalidad social como la del baile
o la fiesta, como por ejemplo el Tango, el cual se vio favorecido acrecentando su popularidad
gracias a la aparición de la radio y de los medios de grabación y reproducción, también es cierto
que este fenómeno de alguna manera promulgó cierto divorcio de la función con el producto, es
decir, del baile con la música tango; “La música de una fiesta pudo ser escuchada fuera de esa
fiesta” (Fischerman, 2011, p.3). Además, nació a raíz de esto, y siguiendo con el ejemplo del
Tango, una concepción más romántica o “melancólica” del género no solo en el compositor
tanguero al componer, sino también en el público al escuchar. Dado que no era necesaria la
incesante repetición rítmica y un marcado pulso que hacia énfasis en el tiempo 1 y 3 que daba
lugar al baile, se abrieron las puertas a un Tango más lento y melancólico, plagado de rubatos
en la interpretación instrumental y vocal, y de unos amplios vibratos en los cantantes con una
cierta reminiscencia a la música romántica que se gestó a principios del siglo XIX y al uso de los
instrumentos de cuerda en la misma. Para notar tal diferencia solo basta escuchar los primeros
tangos de la guardia vieja tales como; “El entrerriano” (Rozendo Mendizábal), “Don Juan”
(Ernesto Ponzio) o “El choclo” (Angel Villoldo), y comparar su evidente intención estética
comunicacional con la de los tangos-canción popularizados con la primera aparición de Carlos
Gardel en 1917, y su interpretación de “Mi noche triste”, y la inevitable desembocadura de éste
a tangos que abarcan desde “El día que me quieras”, a “El amor desolado”. “En el siglo XX y con
los medios de comunicación masiva aparece, entonces, una música de tradición popular que ya
no es popular (totalmente popular) en cuanto a sus usos.” (Fischerman, 2011, p.5).

Esta “melancolización” en la instrumentación del Tango, además de dar lugar a cierta


ramificación del género hacía una música más lenta y romántica, se podría considerar también
como uno de los incipientes a la concepción actual de este como nostálgico. Solo basta ver los
resultados de la encuesta “La emocionalidad y la música” realizada para este mismo trabajo,
acerca de la asociación de una emoción en particular con un género musical: un 60% de las
personas que asociaban emociones particulares con géneros específicos ejemplificaron
relacionando el Tango con la melancolía o la nostalgia.
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Sin embargo, y a pesar de los resultados de la encuesta, no parece haber una clara relación
entre géneros específicos y una emoción en particular, ni estudios que lo prueben. Una misma
música nos puede afectar de manera distinta de acuerdo a nuestros preconceptos acerca de la
misma, nuestros recuerdos, nuestro estado de ánimo y nuestra forma de ser.

De acuerdo a los datos analizados, también parece haber una relación entre la concepción
que tienen las personas sobre una música particular, y la manera en la que ésta es retratada en
los medios. Por ejemplo, la muchas veces malentendida música Heavy Metal está ampliamente
relacionada, gracias a los medios masivos de comunicación, con los sentimientos de ira o enojo
que el público, muchas veces joven, parece exteriorizar a través de sus formas de vestir, con el
uso de cadenas, maquillaje, ropa negra, etc. “Tal y como ha pasado con los videojuegos, gran
parte de la opinión pública y los líderes de opinión mediáticos ha tendido a condenar y
estigmatizar la música extrema por las representaciones de violencia a las que muchas veces va
asociada.” (Triglia, 2015). Sin embargo, esto parece ser una idea equivocada provocada por la
mercantilización de la música Heavy como un producto que apunta a un público joven
angustiado, iracundo e incomprendido. En la actualidad hay estudios que demuestran lo
contrario; “Según algunas investigaciones, la música no sirve para inducir a estados emocionales
extremos, sino que suele ser utilizada para regular las emociones y devolver un cierto equilibrio
emocional al organismo.”. (Triglia, 2015). Con respecto a esto último, en los resultados surgidos
de la encuesta “La emocionalidad y la música” aparece una correlación entre las personas que
consideran el Heavy Metal como uno de sus géneros de música preferidos, y el hecho de no
considerar que haya una relación entre un género y una emoción en particular, siendo el 75% de
éstos. Esto puede llevar a pensar que las personas que sienten afinidad por un estilo
generalmente incomprendido, en este caso el Heavy Metal, tienen en cuenta de que la música,
no importa su género, puede transmitir más emociones de las que los medios quieren que
consideremos a la hora de pensar a la misma como un producto. La realidad es que la música
no es unidimensional, así como no lo son los compositores de dicha música, ni el público que lo
oye.

Sin embargo, y a pesar de todo lo dicho, cabe aclarar que ambos géneros ejemplificados; el
Tango y el Heavy Metal, más allá de haber comenzado como expresiones culturales de pequeños
“nichos” de la sociedad, nichos que además pertenecían a un sector excluido y marginalizado de
la misma, lograron, por un lado gracias a alcanzar una identificación con un amplio público
demográfico, y por otro gracias a esta mercantilización de melancólica en el caso del Tango, o
mercantilización de rebeldía adolescente en el caso del Heavy, una manera de trascender de
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sus respectivos nichos y lograr masividad al mismo tiempo que visibilidad. De esta forma y a
modo de ejemplo, resulta un poco contradictorio el ver en la actualidad, 40 años después de su
popularización y masificación, a el público del Heavy Metal vistiendo de ropa que originalmente
significaba rebeldía y una lucha contra el paradigma de estética hegemónica, el cual ahora
revestido bajo el mismo argumento, tiene evidentemente la singular intención de promover el
consumo del mismo y lograr cierta homogeneidad en el público del metal; si usas esta ropa, si
actúas de cierta manera, si utilizas esta jerga, vas a pertenecer a este nicho. (Garcia Canclini,
1989).

Y si bien se podría argumentar que esto sucede para prácticamente cualquier género de
música popular hoy en día; con la cultura del Hip Hop, el Trap, la Cumbia Villera, el Rock y el
Blues, el Jazz, etc. Resultaría inútil el intentar desvalorizar las intenciones detrás de cada practica
cultural que nacen de estos movimientos, y aún así de las intenciones del público que surgió
luego de su masificación. Pues evidentemente ninguno o muy pocos de estos verdaderamente
responden a las intenciones del capitalismo, o a las de la cultura hegemónica, sino más bien a
las de las prácticas populares.

3. LAS EMOCIÓNES

“Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente
que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato,
influidos por la experiencia.” (Morán, 2017, p.11).

Si bien es cierto que las emociones han sido, a lo largo de la historia, consideradas como
menos relevantes que la parte racional del humano, la realidad es que tanto la inteligencia
emocional, como las emociones juegan un papel importantísimo y están íntimamente ligadas con
los procesos conductuales y la motivación.

En los estudios de Darwin, este pudo observar como las emociones en los animales,
especialmente primates, cumplían una función social y de primacía en la supervivencia de la
especie. Se pudieron categorizar de ésta manera seis tipos básicos de emociones: miedo,
sorpresa, aversión, ira, alegría y tristeza. Cada una de ellas regidas por tres funciones evolutivas:
funciones adaptativas, funciones sociales, funciones motivacionales.
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Las funciones adaptativas rigen supremacía en el individuo ya que lo movilizan hacia


determinado objetivo con el fin de satisfacer una necesidad nacida del entorno. Darwin (citado
en Morán, 2017, p.17) argumentó que la emoción sirve para facilitar la conducta apropiada, lo
cual le confiere un papel de extraordinaria relevancia en la adaptación.

Las funciones sociales de las emociones tienen relación con el argumento recién mencionado
de que sirven para facilitar la conducta apropiada, ya que estas cumplirían un papel fundamental
en las relaciones interpersonales. Izar (1989, citado en Morán, 2017, p.18) destaca varias
funciones sociales de las emociones, como son las de facilitar la interacción social, permitir la
comunicación de los estados afectivos, o inclusive promover la conducta pro social.

Las funciones motivacionales tienen relación con las actividades realizadas, ya que éstas
siempre poseen las características de la conducta motivada, siendo la dirección y la intensidad;
una actividad variara en su dirección, y especialmente su intensidad, de acuerdo a la motivación,
ésta igualmente dependiendo de la emocionalidad cargada en la misma.

A su vez, las emociones dan lugar a procesos conductuales, que son las maneras en las que
éstas se exteriorizan, tanto en conductas culturales, como por ejemplo expresiones faciales,
acciones o gestos en determinados contextos sociales, como en conductas fisiológicas y
universales como temblores, sudoración, sonrojarse y dilatación pupilar.

La inteligencia emocional, muchas veces desatendida a favor del cociente intelectual, supone
de la capacidad de un individuo a poder exteriorizar satisfactoriamente sus emociones, de poder
controlarlas y de comunicarlas, una persona con una alta inteligencia emocional podrá identificar
sus emociones, y comunicarlas, controlar sus impulsos y manejar su motivación. La inteligencia
emocional puede sacar el mejor rendimiento posible al potencial intelectual y personal de cada
persona. “Constituye un vínculo entre los sentimientos, el carácter y los impulsos morales. El
impulso es el vehículo de la emoción y, la semilla de todo impulso, es un sentimiento expansivo
que busca expresarse en la acción.” (Moreno, 2003, p.10).

En este pequeño inciso dedicado a la conceptualización de las emociones, vemos como éstas
están ligadas con el contexto cultural dada la manera que tendríamos de exteriorizarlas, la cual
está influida por la experiencia. Por lo tanto, se podría considerar que las conductas que
exponemos frente a una música nueva, y la posibilidad de ignorar las intenciones artísticas detrás
de ellas, nacen a partir del desentendimiento entre prácticas que van más allá de nuestra
cosmovisión y nuestra realidad cultural. A modo de ejemplificar, en el cuestionario “La
emocionalidad y la música”, a pesar de ser un pequeño porcentaje, un 20% afirmó sentir disgusto
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al escuchar música urbana como Trap o Reggaetón, ahora bien, y más allá de resaltar la
obviedad de que todos tenemos derecho a no sentir afinidad hacia cierto género de música; ¿de
qué manera nos debemos posicionar frente a una música que no conocemos?, ¿tenemos
derecho a poner en tela de juicio la intencionalidad de una música a la que no solo probablemente
no le dimos una verdadera escucha consciente, sino que además no somos capaces de
contextualizar culturalmente?. En mi opinión, creo que debería existir una cierta disociación
primaria entre nuestros sentimientos nacidos a partir del desconocimiento y el objeto cultural,
para poder vivenciar al menos de una manera ínfima, las intenciones artísticas detrás del mismo,
en especial cuando éste nos provoca “disgusto”.

4. EMOCIONALIDAD: El CEREBRO Y LA MÚSICA

Dado que la materia que se desarrollará en este apartado no pertenece a la incumbencia de las
problemáticas planteadas en éste trabajo, se la abordará de manera resumida y concisa.

“La audición o acción de oír, podemos considerarla desde el enfoque psicofisiológico, como
el resultado de una excitación producida por ondas sonoras sobre las terminaciones del nervio
auditivo, que se transmite al centro auditivo del cerebro y da lugar a una sensación aural (o
auditiva).” (Lacárcel, 2003, p. 3).

Se reconocen relaciones entre diferentes zonas cerebrales y las características de la música


y la audición; a grandes rasgos se dividen en la percepción rítmica desarrollada en la zona bulbar,
la percepción melódica y afectiva de la música desarrollada en una profunda zona del cerebro
llamada diencéfalo, donde además se asientan las emociones, y la percepción armónica, la cual
se considera la actividad más intelectual de las prácticas musicales, y por tanto su desarrollo se
localiza en el nivel cortical del cerebro. Sin embargo, es necesario aclarar que la conducta
musical es una actividad holística, es decir que requiere de la actividad de todo el cerebro.

“Pero lo cierto es que en la conducta musical se utiliza TODO el cerebro, teniendo en cuenta
que la inteligencia musical se manifiesta a través de tres formas de conducta: la audición, la
ejecución o interpretación y la composición. Cada una requiere movilizar áreas concretas
conectadas a su vez con otras.” (Lacárcel, 2003, p. 5).
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A partir del enfoque de éste trabajo, resulta de importancia resaltar la zona en donde se
desarrolla la coincidencia del material objetivo, siendo la sensación aural o de audición, es decir
la recepción de la música, y el surgimiento del material emocional.

“El cerebro es la estructura material que implica no sólo el pensamiento sino también la
afectividad. El pensamiento es la computación de símbolos; está localizado en zonas corticales.
La afectividad, el sentimiento, es el contenido básico de la conciencia, de la actividad psíquica;
está localizado en el sistema límbico, tálamo, hipotálamo, que se hallan en la base del cerebro
en la zona llamada diencéfalo, y en el lóbulo temporal.” (Lacárcel, 2003, p. 6).

El diencéfalo actúa de esta manera como el centro primario de transmisión y procesamiento


de la información sensitiva, gracias a la gran cantidad de vías de comunicación entre las
estructuras que se hayan en éste (epitálamo, tálamo, subtálamo, metatálamo e hipotálamo), y
otras partes del cerebro, como por ejemplo el sistema límbico, este teniendo una funcionalidad
clave para la memoria y las emociones, como al conjunto de áreas sensoriales primarias, siendo
el área auditiva y visual. (Laguna, 2022).

5. CONTEXTO HISTÓRICO Y CULTURAL

La relación que el ser humano consideró existente entre música y emociones fue modificandosé
a lo largo de la historia, variando de acuerdo al contexto relacional de arte y hombre surgido del
pensamiento de filósofos, teólogos y musicólogos correspondientes a cada época.

En la antiguedad se pueden ver las primeras relaciones entre conceptos teórico musicales,
en este caso los modos griegos, y el nacimiento de emociones en el sujeto gracias a estos. Este
es el principio clásico de emoción-modo impuesto por Platón (Tizón Díaz, 2018), donde
dependiendo del orden que se le dan a las escalas musicales, hoy en dia conocidos como modos
griegos, se produce un estado de acción o emoción en el hombre; por ejemplo, la escala dórica
o frigia promueven el coraje o la templanza (Pelosi, citado en Tizón Diaz, 2018, p. 4); por el
contrario, los modos lidio y mixolidio promueven la vagancia y embriaguez (Whitfield, citado en
Tizón Diaz, 2018, p. 4).

El surgimiento del estatus de compositor que comenzó a aparecer en el siglo XIV, y también
de la relación intima que se le dió a la música en relación con el “alma”, gracias en parte a la
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funcionalidad religiosa que la música tenía en este período, significó el comienzo de un lento
proceso de transformación de la conceptualización popular de la música a algo que va más allá
de lo humano y que supone de espiritualidad, y que por consiguiente, la emocionalidad de una
música sería un tanto equivalente a cuan espiritual sea. “El hecho de que el compositor tenga
ahora un nombre conlleva un estatus de la música más alto, eso lleva a su vez a una mayor
reflexión y desarrollo en este arte.” (Tizón Díaz, 2018, p. 6). Proceso que abarcaria por lo menos
cinco centenios más, e inclusive dejando secuelas que se observan hasta el dia de hoy en cuanto
a cómo pensamos a la música, no solo docta y clásica, sino también popular. “Lo cierto es que
la idea de lo clásico (espiritualidad) se emparentó con una idea acerca del arte. Y que esa idea
acerca del arte se trasladó a otros géneros, nacidos a la vera del desarrollo de la grabación del
sonido y de los medios que la divulgaron.” (Fischerman, 2011, p.3).

A pesar de lo dicho anteriormente, se tienen registros de la capacidad intrinseca que tiene la


música de despertar emoción más allá de su posible mensaje religioso a años que datan como
muy anteriores al siglo XIV. Como por ejemplo en la siguiente reflexión de Agustín de Hipona
(354-430):

“Aquellas voces se insinuaban por mis oídos y llevaban hasta mi corazón vuestras verdades,
que causaban en mí tan fervorosos afectos de piedad, que me hacían derramar copiosas
lágrimas, con las cuales me hallaba bien y contento… Esto no quita que yo conozca y confiese
que peco y que merezco castigo cuando me sucede que el tono y canto me mueven más que las
cosas que se cantan; y entonces más quisiera no oír cantar” (García, citado en Tizón Diaz, 2018,
p. 5).

Además de estas relaciones, es importante notar el desarrollo de la correspondencia entre


teoria musical y emoción planteada por Platón, pero ahora bajo el contexto armónico y melódico
de la música tonal del siglo XVII.

“...vemos que algunos autores alemanes definen ciertos mecanismos estructurales en la


música para suscitar una u otra emoción. Por ejemplo, recursos como la gradatio (repetición de
un fragmento que asciende o desciende, por grado conjunto a modo de secuencia), Nucius afirma
que tiene gran efecto de sorpresa; según Kircher expresa amor divino.” (López-Cano, citado en
Tizón Diaz, 2018, p.5).
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6. ANEXOS

Encuesta “La emocionalidad y la música”.

 Objetivos generales: Determinar las maneras particulares en la que un género musical


puede afectar emocionalmente a los encuestados. Determinar si existe, dentro del
pensamiento colectivo, una correlación entre un género y una emoción en particular.
Determinar las maneras en la que la música puede afectar a las emociones de los
encuestados. Indagar en la posibilidad de existencia de similitudes teórico musicales que
se puedan presentar las músicas seleccionadas por los encuestados.

 Universo: Para el estudio se encuestaron a un total de 54 personas las cuales


cumplieron como únicos criterios de inclusión: ser de la ciudad de Necochea, Buenos
Aires, Argentina y tener una edad mínima de 12 años.

 Encuesta:

1. Edad
2. Género
3. ¿Con que frecuencia escuchas música en la semana?
4. ¿A través de qué medio escuchas música?
5. ¿Qué significado tiene para vos la música?
6. ¿Cuál o cuáles géneros de música identificas como tu/s favorito/s?
7. ¿Por qué razón escuchas ese o esos genero/s? (cualquier respuesta es válida)
8. Generalmente cuando escuchas música cantada: ¿Le prestas más atención a la
letra o a la música (melodía, acordes, ritmo, etc.)?
9. ¿Asocias alguna emoción con un género de música en particular? (Ejemplo: Metal
con enojo - Pop con alegría - Tango con nostalgia - etc.)
10. En caso de responder afirmativamente a la pregunta anterior: ¿Podrías explicitar
cuáles géneros y con qué emociones?
11. ¿Alguna vez el escuchar música te provocó alguna de las siguientes: felicidad,
tristeza, enojo, asco, nostalgia, asombro, gratitud?
12. En caso de responder afirmativamente a la pregunta anterior: ¿Podrías recordar
y ejemplificar algunas de esas canciones/músicas y que emociones generaron
respectivamente? (Pregunta no obligatoria)
12

13. ¿Alguna vez te emocionaste o lloraste escuchando música?


14. ¿Cuáles son las canciones más te producen emocionalidad? (En caso de no
saber, listar las canciones que más te gusten)
15. ¿Crees que la música puede expresar aquello que las palabras no pueden?

RESULTADOS DE LA ENCUESTA:

1. Edad:

2. Género:
13

3. ¿Con que frecuencia escuchas música en la semana?:

4. ¿A través de qué medio escuchas música?:

5. ¿Qué significado tiene para vos la música?:

Dado que la pregunta es abierta, se considera que la mayoría de las respuestas de los
encuestados coincidían en lo siguiente:

 La música relaja y hace más llevadero el día a día. Se considera a la música como una
actividad que sustrae al individuo de la cotidianeidad.
 La música es un arte puede cumplir la funcionalidad de expresión de los sentimientos y/o
emociones del individuo, de acuerdo a su estado de ánimo, recuerdos, experiencias
personales, preconceptos, etc.
 La música es “todo”, y se considera que sin ella no hay vida.
 La música parece cumplir una función espiritual. Se considera que es un arte que va más
allá de lo terrenal o humano, y rige en ella un lenguaje divino que conecta con el alma.
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6. ¿Cuál o cuáles géneros de música identificas como tu/s favorito/s?:

7. ¿Por qué razón escuchas ese o esos genero/s? (cualquier respuesta es válida):

Dado que la pregunta es abierta, se considera que la mayoría de las respuestas de los
encuestados coincidían en lo siguiente:

 Por preferencia por sobre los otros géneros. Se consideran como los favoritos porque
son: gusto personal, de agrado al oído, sea por la instrumentación, la letra, etc.
 Por influencia familiar.
 Por la sensación o emoción que provoca dicho género; para relajar, para alegrar, por
curiosidad, etc.

8. Generalmente cuando escuchas música cantada: ¿Le prestas más atención a la


letra o a la música? (melodía, acordes, ritmo, etc.):
15

9. ¿Asocias alguna emoción con un género de música en particular? (Ejemplo: Metal


con enojo - Pop con alegría - Tango con nostalgia - etc.):

10. En caso de responder afirmativamente a la pregunta anterior; ¿Podrías explicitar


cuáles géneros y con qué emociones?:

Dado que la pregunta es abierta, se considera que la mayoría de las respuestas de los
encuestados coincidían en lo siguiente:

 Tango y Folklore con nostalgia, melancolía y tristeza.


 Heavy Metal con enojo e ira.
 Rock con jovialidad, juvenil y rebeldía.
 Música caribeña con alegría.
 Cumbia villera, Reggaetón y Trap (música urbana) con disgusto, marginalidad y
repugnancia.

11. ¿Alguna vez el escuchar música te provocó alguna de las siguientes: felicidad,
tristeza, enojo, asco, nostalgia, asombro, gratitud?:
16

12. En caso de responder afirmativamente a la pregunta anterior: ¿Podrías recordar y


ejemplificar algunas de esas canciones/músicas y que emociones generaron
respectivamente? (Pregunta no obligatoria):

Dado que la pregunta es abierta, personal, y subjetiva, se consideran algunas de las siguientes
respuestas:

 Canciones de Fandermole con nostalgia.


 Obras de música docta clásica de compositores como Beethoven, Debussy, Paganini,
Chopin con asombro, conmoción, nostalgia melancolía.
 Canciones de The Beatles con adrenalina, emoción, alegría.
 Se repite el sentimiento de asco o disgusto al aparecer ejemplos de música urbana con
compositores como Ozuna.

13. ¿Alguna vez te emocionaste o lloraste escuchando música?:

14. ¿Cuáles son las canciones más te producen emocionalidad? (En caso de no
saber, listar las canciones que más te gusten):

Dado que la pregunta es abierta, personal, y subjetiva, se considera que en la mayoría de las
respuestas se repiten los siguientes (tener en cuenta de que muchos decidieron responder con
compositores y no con canciones específicas, por lo tanto, en estos casos se considerará que
los encuestados se refieren a el sonido o la intención estética general del artista mencionado, o
en su defecto, a las canciones más populares del mismo):

 Bandas de Rock clásicas como: The Beatles, Led Zeppelin y Queen (Bohemian
Rhapsody).
 Bridge over troubled water (Simon & Garfunkel).
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 Oración al remanso (Jorge Fandermole).


 A mi manera (versión en español).
 El himno nacional argentino.
 Bandas y compositores argentinos como Charly Garcia, Spinetta, Sui Generis (el disco
“Vida”), Serú Girán (Viernes 3 A.M.).
 Grandes compositores, intérpretes y cantautores de Folklore y música argentina como:
Mercedes Sosa, Jorge Fandermole, Jairo, León Gieco (Todos los días un poco).
 Honrar la vida (Eladia Blázquez).
 Silvio Rodriguez (Rabo de nube).
 Michael Jackson (Ben).

15. ¿Crees que la música puede expresar aquello que las palabras no pueden?:

 Efecto de la industria en el arte: Además de los resultados anteriores, se observó una


relación entre géneros musicales elegidos, en este caso el Heavy Metal, y el considerar
que exista relación fehaciente entre un género, cualquier género de música, y una
emoción, concluyendo que un 75% de los encuestados que gustan del género metal no
sienten que exista correlación entre una emoción y un género en particular. Esto se podría
atribuir a la manera en la que la industria y los medios de comunicación homogeneizan
un posible objeto cultural, volviendolo unidimensional, pero a su vez de más fácil
consumo:
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7. CONCLUSION

Si bien en este trabajo se pretendía llegar a una sola conclusión con respecto a que musicas
provocan emocionalidad de manera fidedigna, resultó dificultoso cerrar una sola conclusión sin
dejar espacio para otras, pues estamos demasiados atravesados por los medios de
comunicación que nos abruman con información nueva todo el tiempo, creando así nuevos
consumidores tanto para música Folcórica argentina, como para Metal sinfónico. A consecuencia
de esto, no resulta extraño ver a un amplio porcentaje de los encuestados eligiendo 5 o más
géneros musicales como preferidos, o inclusive un mismo encuestado eligiendo como
emocionante dos o más canciones que no compartan un similar trabajo desde lo teórico musical.

Aunque esto es cierto, se pudieron delimitar algunas coincidencias entre músicas y público
demografico, y a partir de esto también sacar algunas conclusiones:

 Se pudo ver a un amplio porcentaje de los encuestados eligiendo canciones con


progresiones de acordes extensas, que aunque generalmente esto se atribuye como una
caracteristicas de la música lenta, de baladas, dado el posible uso de un ritmo armónico
estable sin abrumar el oyente con muchos cambios en la armonía, también se ven en las
19

canciones de Rock, especialmente los compositores Charly Garcia y Spinetta. Algunas


de las progresiones que se pudieron ver fueron las siguientes:
o Bridge over troubled water (Simon & Garfunkel): Se aprecia en la canción un
amplio uso de cadencias plagales, siendo del IV grado (Ab) al I grado (Eb),
además de dominantes secundarios utilizados para crear movimiento hacia el
grado IV (Ab) y hacia el grado V (Bb). A su vez que también se utiliza el grado VIIb
en relación con el grado IV para crear una sensación de ímpetu en la progresión,
ésta constantemente fluyendo entre grados que provocan constantes cadencias
plagales.
o Oración al remanso (Jorge Fandermole): Esta comparte con la canción anterior el
uso de dominantes secundarios para llegar a los grados IV y V, además de el
mismo uso del grado VIIb en relación con el grado IV para crear una sensación de
levantamiento y de fuerza en un momento en el que la letra refleja eso mismo que
la cadencia quiere decir a traves de la música.
o A mi manera: De igual manera que con las otras dos canciones, esta canción hace
uso de dominantes secundarias de manera profusa para crear una sensación de
movimiento en la cadencia, ya sea usar el grado I como dominante para llegar al
grado IV, o el grado VI como dominante para llegar al grado II. Asimismo, es
evidente el uso de cadencias plagales, tanto con el uso del grado IV como del
IVm.

Se considera que estas 3 canciones desarrollan las caracteristicas que comparten


con las demás canciones de progresiones extensas de manera concisa.

 Se observó que al menos un 80% de las canciones (especificas) elegidas están en


tonalidad mayor.
 Mas allá de que se observó que algunos pocos encuestados mencionaron música
tradicional especificamente fundamentada en danzas como Folklore o Tango, se
concluye que la mayoria de los encuestados eligieron músicas estilo canción y baladas.
Como así en el caso de Oración al remanso, que apareció como ejemplo repetidas veces.
Este es un Chamamé pero puede ser considerada, dada la estructura y la estética de la
misma, estilo canción.
 Se considera que al menos un 90% de la música seleccionada por los encuestados fue
compuesta antes del año 2000.
20

Si bien este trabajo no cumplió plenamente las expectativas planteadas desde las
problemáticas con las que se lo fundamentó, creo que es importante destacar algunas otras
incógnitas que nacieron a partir del mismo, y que yo en lo personal considero valioso poner en
debate; ¿de donde nacen los sentimientos aversión hacia la música urbana?, ¿es plenamente
generacional?, ¿estos sentimientos se dirigen hacia la música, o hacia un sector excluido de la
sociedad?.
21

Referencias bibliograficas y bibliografia de consulta:

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