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1. The last day of lesson the Students will receive a canonical sentence
along with five
questions of matrimonial and procedural law concerning the sentence itself.
2. The written work with a total length of up to three pages, should be sent
to the Professor three days before the chosen date to take the exam.
3. The day of the exam, every Student discusses the written work.
4. If the Student accepts the grade of the written work, the exam is
recorded, otherwise, the student can ask some oral question (among them
sent week by week during the semester) in order to raise the result.
1. La primera causa de nulidad por la cual el matrimonio ha sido declarado nulo ha sido el
«defecto de consentimiento por exclusión de la indisolubilidad y de la prole por parte de la
esposa según el canon 1101 § 2» (n. 2).
1101 § 2: «Pero si uno o ambos contrayentes excluyen con un acto positivo de la
voluntad el matrimonio mismo, o un elemento esencial del matrimonio, o una propiedad
esencial, contraen inválidamente».
La mujer no solo desveló su posición con las cartas enviadas a los tribunales, sino que
también declaró abiertamente que había excluido los bienes de indisolubilidad y de la prole.
«Los testigos confirman completamente que la mujer llegó al altar con firme propósito de
excluir los bienes de la indisolubilidad y de la prole» (n. 10).
2. Además, también se aduce como causa «el error por parte del hombre actor acerca de una
cualidad de la persona demandada» (n. 7). Según los documentos procesales, en el momento
del noviazgo el hombre actor consideraba a su mujer alejada de la fe cristiana desde la
adolescencia, creyendo que la aceptaba a su modo. Aun así, el hombre pretendía entregarse
solo si la mujer hubiera compartido los principios y valores que hasta entonces habían
animado su vida cristiana.
Sin embargo, el modo de pensar de la mujer demandada nunca cambió y tan solo un
año después de la celebración del matrimonio mostró su verdadero pensamiento al marido.
Parece ser que ella había fingido todo el tiempo, y estaba sorprendida de que él no lo hubiera
descubierto hasta el momento.
«Los testigos convocados por el hombre confirman que la demandada nunca aceptó los
principios de la fe, y de hecho nunca explicó al marido lo que pensaba para no poner en peligro
la boda» (n. 8).
Antes de la reforma dictada por el Papa Francisco, la sentencia que declaró por primera vez la
nulidad del matrimonio debía ser transmitida de oficio al tribunal de apelaciones. Tras
considerar las observaciones de las partes y las animadversiones emitidas por el defensor del
vínculo, este tribunal tiene dos opciones diferentes: a) confirmar la sentencia afirmativa original
mediante un decreto; b) no confirmar la sentencia, abriendo el caso a un examen ordinario en el
nuevo grado de juicio (como es nuestra situación).
Tras la reforma papal, realizada mediante el motu proprio de 2015, Mitix Iudex Dominus Iesus,
ha simplificado este procedimiento, estableciendo que la sentencia que declaró primero la
nulidad, una vez transcurridos los términos establecidos para impugnarla, pase a ser ejecutiva.
La parte que se considere agraviada, así como el promotor de justicia y el defensor del vínculo,
pueden denunciar la nulidad de la sentencia o apelar contra ella mediante recurso. Además, si se
alega un nuevo motivo de nulidad del matrimonio a nivel de apelación, el tribunal puede
admitirlo y juzgarlo como en primera instancia.
Si bien la denuncia y el recurso son medios ordinarios para impugnar una sentencia, el
derecho canónico, en lo que respecta a los casos de declaración de nulidad, proporciona un
medio extraordinario para impugnar la sentencia definitiva: la nova causae propositio. Por el
bien espiritual de las partes y de la Iglesia, la parte agraviada ya no disfruta del derecho de
simple apelación, sino que puede recurrir únicamente mediante una nueva presentación del
caso, como ha hecho Alberto en la Rota Romana.
Este desafío requiere que la parte agraviada esté preparada para presentar nuevos
argumentos: debe demostrarse que testigos adicionales u otras formas de prueba aporten
información significativa, para así arrojar nueva luz sobre la sentencia.
3) ¿Cuáles son los principios del derecho con respecto a la simulación parcial que
puedes encontrar en la sentencia? Ilústralos brevemente.
En primer lugar, se expone así la causa simulandi: «En la simulación parcial, que rechaza un
elemento o propiedad del matrimonio, se desea una unión conyugal, pero que, sin embargo,
es objetivamente diferente del verdadero matrimonio. Puede pasar que el contrayente tenga la
intención de contraer únicamente un matrimonio disoluble, de modo que, si la vida matrimonial
no se desarrolla bien, pueda recuperar su libertad» (n. 4).
1
La Rota Romana es el tribunal ordinario constituido por el Romano Pontífice para recibir apelaciones.
El Romano Pontífice es juez supremo para todo el orbe católico y dicta sentencia o personalmente, o
mediante los tribunales ordinarios de la Sede Apostólica (por ejemplo, el recién mencionado).
1. Una confesión judicial y especialmente extrajudicial del simulante, recibida de
testigos creíbles en tiempo no sospechoso.
2. Una causa simulandi grave y proporcionada (bien distinta de la causa contrahendi):
no es suficiente una causa remota, sino una causa próxima o concreta, que permite
conocer las razones intrínsecas de la presunta exclusión. No se trataría, pues, de una
causa remota, subjetiva y circunstancial, sino una causa-fin que informa todos los actos
jurídicos, de modo permanente e invariable.
3. Las circunstancias anteriores, concomitantes y posteriores que la simulación actuada
con mayor razón hacen que no solo sea posible, sino también probable y creíble.
Por otra parte, tienen que ser cuidadosamente sopesadas las actitudes, comportamientos,
contexto de la fe, condición psicológica, manera de pensar del supuesto simulante.
Respecto al objeto de exclusión, hemos de distinguir entre simulación total (rechazo del
matrimonio mismo) y la simulación parcial (exclusión de elementos o propiedades esenciales
del matrimonio). Veamos cómo el juez ha confirmado la nulidad del matrimonio por razón de
una simulación parcial del consentimiento matrimonial.
1) Respecto al primer principio requerido (confesión del simulante), vemos que, según
las actas del juicio, la mujer confiesa profesar una ideología completamente adversa a la
doctrina de la Iglesia: tal sería la causa de simulación del bien de la indisolubilidad. «Confirmo
que excluía que el matrimonio fuese un verdadero sacramento y que, por ende, crease un
vínculo indisoluble entre los esposos» (n. 11). El actor y los testigos confirman ampliamente
esta causa.
2) Además, «existe también otra causa de simulación que creemos causa próxima. Se
trata de las dudas o de la inseguridad de la mujer respecto al éxito de su vida conyugal» (n. 11).
En las cartas enviadas al Tribunal hizo referencia a este estado de incertidumbre.
3) En cuanto a las circunstancias que confirman dicha causa, tenemos que los testigos de
la mujer aseguran completamente las incertidumbres de la mujer anteriores a la boda, hecho ya
sospechado por el marido en los momentos prenupciales. En Nuestro grado la mujer afirma que
no era segura de su relación con Alberto (cf. n. 12).
A menudo sucede que la exclusión del bien de la prole está relacionado con la exclusión
del bien de la indisolubilidad: también en nuestro caso. «La causa de simulación relativa a la
exclusión del bien de la prole estaba relacionada íntimamente con la causa de simulación del
bien de la indisolubilidad» (n. 12). El hombre actor declara también la existencia de un
concepto de vida totalmente negativo en la mente de la demandada: creía que no hay suficiente
comida debido a la o que la Iglesia de modo egoísta invita a la procreación sin límites. Los
testigos también aclaran el temor de la demandada acerca de la posible alternación de su aspecto
físico.
Los Padres de Turno consideran que la causa de contraer matrimonio fue muy débil: se
da «la inseguridad de la mujer respecto al éxito de la vida conyugal, que consideraba como un
mero experimento» (n. 13). La vida conyugal confirma claramente la intención simulatoria de
la mujer, especialmente en la conversación con el hombre actor (un año después de la
celebración nupcial). Además, Agnes utilizaba siempre medios para evitar la prole.
5) Si la sentencia hubiera declarado la validez del matrimonio, ¿podría el
procedimiento para la disolución del matrimonio in favorem fidei haber sido
iniciado?
En nuestro caso, fallaría el primer requerimiento: para contraer matrimonio canónico se requiere
el bautismo por parte de ambos contrayentes. Como la ausencia de bautismo no ha sido
invocada como posible impedimento en favor de la nulidad matrimonial, deducimos que la
señora sí ha recibido el sacramento bautismal, como parece evidente que también el marido, por
su concepción de la fe e Iglesia católicas.
Además, sabemos que el matrimonio ha sido consumado (y, de hecho, desarrollado
durante un cierto período de cohabitación matrimonial). Así pues, aunque la cuarta y última
condición se cumpla (pues fue la mujer quien abandonó el domicilio), no nos queda una
situación favorable para que dicho procedimiento in favorem fidei se pudiera haber iniciado.