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Un protocolo profético establecido en la congregación funciona como un

SISTEMA de FILTRACIÓN para FACILITAR las PROFECÍAS


VERDADERAS y edificantes. Al mismo tiempo impide a las palabras que no
son de Dios, que provienen del alma humana, o que son inspiradas por la
carnalidad, un espíritu de Jezabel o de la adivinación.
Algunos pastores tienen dudas, y me han preguntado… “¿Cómo se puede
establecer un protocolo profético? ¿No es eso un intento de controlar al
Espíritu Santo?”
Mi respuesta es, “No estamos controlando el Espíritu Santo. Estamos en
actualidad facilitando el fluir del Espíritu Santo de la misma forma que los
semáforos de una ciudad facilitan el tráfico.” Sin esos semáforos habría
caos, y nadie podría llegar a su destino.
Tenemos que ejercer autoridad como padres espirituales y líderes en la
iglesia para proteger al rebaño de lo que no es de Dios. Tenemos la
responsabilidad de asegurar que lo que es hecho sea de provecho y para la
edificación de la iglesia.
El problema es que el Espíritu Santo no es el Único que quiere hablar en la
congregación. Hay otros espíritus (engañadores), y seres humanos que a
veces se equivocan.
La verdad es que cuando establecemos un protocolo profético, no solamente
podemos impedir el fluir de lo falso, PODEMOS GENERAR UN AMBIENTE
EN DONDE LO VERDADERO TIENE LIBERTAD DE FLUIR.
CUANDO NO HAY UN PROTOCOLO ESTABLECIDO EL PUEBLO HACE
UNA DE DOS COSAS: (1) Nada, o (2) Hacen lo que les parece bien en su
propia estima. 
Normalmente imitan a la persona a quienes estiman como la más “espiritual”.
Desgraciadamente, ¡esa persona es casi siempre la persona más rara de la
congregación! Es obvio que ambos de estos dos extremos provocan
problemas.
Los que tienen temor de Dios y falta de confianza en sí mismos muchas
veces son los que más reciben palabras acertadas – pero no se animan
compartir lo que reciben por su falta de confianza. Mas cuando
establecemos un protocolo, éstos se sentirán más seguros porque sabrán
que hay un filtro que les servirá como confirmación o no.

Veamos brevemente lo que NO ES el propósito del protocolo profético…

* EL PROPÓSITO NO ES limitar, apagar o controlar al Espíritu Santo.


* NO ES controlar a la gente.
¿Cuál es, entonces el propósito del protocolo profético?

EL PROPÓSITO del protocolo profético ES PARA:


* Asegurar que todo sea hecho, y que sea hecho de una forma ordenada.

* Proteger al rebaño de los que pueden ser lobos disfrazados.

* Asegurar que las palabras acertadas puedan ser compartidas, y a la vez


impedir las profecías no acertadas, dañinas, o las que provienen solamente
del alma.

* Asegurar que todos que estén presentes puedan oír claramente lo que
Dios esté diciendo por medio de la profecía, y así honrar al Señor.

* Demostrar respeto a Dios, a Su Palabra, la autoridad delegada por Dios, el


Pueblo de Dios y la Casa de Dios.

* Mantener correctas prioridades en un culto de la iglesia, y cumplir todo lo


necesario en el tiempo dado.

* Asegurar que el tiempo de todos los presentes es respetado y usado para


el máximo provecho.

Si realmente creemos que Dios nos habla por medio de la profecía, entonces
es importante que todos escuchen y presten atención a las profecías. Esto
requiere que todos entiendan cuál es el orden correcto, la forma aceptable
para compartir una profecía.
LA NECESIDAD DEL PROTOCOLO PROFÉTICO

Imagine usted un aeropuerto en donde los que manejan la torre del control aéreo no
ofrecen directivos a los aviones. …en donde se permite que cualquiera persona, sin
importar si tenga la licencia de piloto ni entrenamiento ninguno subir aviones, y que se
despeguen y aterricen según lo que les parece bien.
No es un cuadro bonito, ¿verdad? Sin embargo, esto es precisamente lo que sucede en
iglesias todo el tiempo con relación a la profecía.

Ahora bien, tengo que iniciar con una declaración que yo creo con todo mi corazón
en el ministerio de profetas (Efesios 4:11) y en los dones del Espíritu Santo
(incluyendo la profecía). Creo que Dios quiere usar a todos Sus hijos en los dones
espirituales (1ª Corintios 12:7; 14:1,12, 31, 39-40).  Todo hijo de Dios puede
aprender a discernir la Voz de Dios y ser guiado por Su Espíritu Santo (Juan 10:27;
Romanos 8:14).

LA PROFECÍA VERDADERA:
 Ministra vida- no muerte (Mateo 4:4, Juan 6:63),
 Edifica, exhorta y consuela (1ª Corintios 14:3).
 Edifica a la Iglesia (1ª Corintios 14:12)
 Exalta a y da testimonio de Cristo (Apocalipsis 19:10)
 Está de acuerdo con el pleno consejo de las Escrituras, especialmente la doctrina de
los apóstoles, porque Dios no se contradice: (Hebreos 13:8; 2ª Pedro 1:19-21, 2ª
Timoteo 3:16)
¡Gracias a Dios por aquellos quienes ministran profecías verdaderas!

Santiago 1:17 nos revela que los dones de Dios son buenos y perfectos. A pesar del
beneficio y el poder de los dones del Espíritu Santo, la manera en la cual los estamos
viendo usados y abusados ha resultado en mucho daño.  No debe ser así. Dios no lo
quiso así.  El problema no es Dios ni los dones.  Como cada herramienta, puedan
hacer bien o mal depende de cómo son usadas.  Les daré un ejemplo…

EL EJEMPLO DEL CUCHILLO…


Aunque cada cuchillo podría ser utilizado para extinguir una vida, cada cocina buena tiene
una colección de cuchillos – pues son herramientas valiosas usadas para preparar
alimento para la familia. Si alguien acaso use un cuchillo para herir a otra persona, no
echamos la culpa al cuchillo ni la compañía que hizo el cuchillo, ni a la tienda que vendió
el cuchillo.  No reaccionamos removiendo todos los cuchillos de todas las cocinas para
prevenir otro herido.  Tampoco tenemos que ir al extremo de requerir que cada cocinera
estudie cuatro años en la universidad para ganar una licencia del uso de cuchillos.
¿Qué hacemos? Padres buenos entrenan a sus hijos a usar
cuchillos de una manera segura y por propósitos positivos.  No permitimos a nuestros
hijos correr y jugar con cuchillos.  Al contrario, les enseñamos a respetarlos y usarlos con
cautela.  Ponemos ciertos límites al uso de los cuchillos en nuestra casa para asegurar el
uso correcto y sano de esas herramientas.

ASÍ DEBE SER CON LOS DONES ESPIRITUALES Y LA PROFECÍA: debe haber


instrucción, especialmente por ejemplo, del uso correcto de los dones, del
propósito de los dones. Además se necesita establecer ciertos límites y pautas
para su uso según el contexto y el nivel de desarrollo de la persona.  ESTOS
LÍMITES Y PAUTAS SERIAN EL PROTOCOLO PROFÉTICO.

EN EL DIBUJO DE LOS AVIONES, HAY UN CAOS PORQUE NO HAY UN


PROTOCOLO ESTABLECIDO NI ENFORZADO.

Existe la profecía verdadera y edificante, lo que exalta a Cristo y que lleva la


congregación a cumplir los propósitos de Dios. PERO TAMBIÉN EXISTEN VARIAS
OTRAS CLASES DE “AVIONES” – Y TODOS DESEAN ATERRIZAR EN
FRENTE AL MICRÓFONO.

Todos parecen ser “aviones” legítimos. Tienen alas (dones / habilidades). Todos
tienen cierto grupo de personas quienes les seguirán (pasajeros) y que están
impresionados y de acuerdo con el “piloto” (la persona que quiere profetizar). 
Quizás hasta sus manos tiemblan, usan terminología bíblica, pero eso no es
suficiente prueba de que es una profecía verdadera.

LOS PASTORES SON RESPONSABLES, igual como los que trabajan en las torres
de control aéreo, de asegurar que toda ministración hecha dentro de la congregación
sea para la edificación de la iglesia. Eso significa que tienen que ejercer cierto
CONTROL.  La palabra “control” no es una cosa negativa cuando la persona
ejerciendo el control tenga la preparación necesaria (el discernimiento y la sabiduría), la
autoridad delegada legítima, y la motivación correcta (el amor).

Las torres de control aérea NO EXISTEN PARA IMPEDIR los aviones ni los vuelos
legítimos, sino para FACILITARLOS y asegurar que los vuelos despeguen y aterricen
en ORDEN y de una MANERA SEGURA. Les dicta cuales pistas usar, desde cual
dirección, cuándo hacerlo, y cuando no hacerlo.  Este control es necesario para el
bienestar de todos.
HAY TODA CLASE DE “AVIÓN PROFÉTICO” QUE BUSCA EL MICRÓFONO
DE SU IGLESIA… No todo aquel que dice que es “apostólico y profético” lo es.
Algunos son carnales, algunos simplemente emocionados almáticamente, …y
algunos son “apóstatas y patéticos.”  No podemos permitir que todos hagan lo que
a ellos les parece bien, porque no todos tienen la visión correcta.

En la torre de control aérea bien equipada hay pantallas de radar (discernimiento


espiritual) que provee la visión correcta para cumplir el propósito.  El propósito para
los dones es edificación de la iglesia, provecho de todos (1ª Corintios 12:7; 14:12),
y que todo sea hecho decentemente y con orden (1ª Corintios 14:40).

EXAMINEMOS EN MAYOR DETALLE LAS DIFERENTES CLASES DE


“AVIONES” PROFÉTICOS QUE DESEAN ATERRIZAR EN SU AEROPUERTO
(IGLESIA).

AEROLINEA: DESEOS PERSONALES.

HAY AQUELLOS QUIENES QUIEREN COMPARTIR SUS DESEOS


PERSONALES HACIA OTROS. Estos normalmente no son personas con intención
mala.  Simplemente no han aprendido a discernir entre sus propios deseos y la
Voz de Dios.

Escuché de una iglesia en donde todos son instruidos a “profetizar” el uno al otro,
pero sin darles el beneficio de enseñanza de cómo discernir la Voz de Dios. El
resultado es que cada quien proclame al otro cual sea su deseo por ellos:  que
ganen más dinero, que alguien les regale un carro nuevo, que todo les vaya bien…
No podemos proclamar nuestros propios pensamientos humanos y etiquetarlo
“profecía”.  Hay una diferencia muy grande y marcada entre profetizar un mensaje
que viene por inspiración del Espíritu Santo y que expresa el corazón y los pensamientos
de Dios, y el compartir con otro el deseo positivo que viene del corazón y
pensamiento humano.

AEROLINEA: CONVICCIÓN PERSONAL


DE IGUAL MANERA, HAY AQUELLOS QUIENES QUIEREN COMPARTIR UNA
CONVICCIÓN PERSONAL Y FUERTE. Otra vez, la mayoría de estas personas
tienen buenas intenciones, pero no disciernen correctamente la Voz de
Dios.  Muchas veces tienen una palabra que está correcta doctrinalmente según las
Escrituras (el LOGOS de Dios), pero no es una profecía acertada según la palabra
hablada (RHEMA) de Dios.
Por ejemplo, hubo una hermana quien profetizó a una niña que estaba enferma, y en silla
de ruedas, que Dios la sanaría antes de cierta fecha. Sabemos que Dios tiene el poder para
sanar, y que quiere sanar a los enfermos.  Siento que la hermana tenía motivación buena, y
que actuó porque sintió compasión por la niña.  Sin embargo ella profetizó su deseo
personal basada en el LOGOS, en vez de una RHEMA de Dios.

Tristemente, al llegar la fecha indicada la niña no fue sanada, y ella quedó devastada –
pensando que tal vez Dios no la amaba.  ESTA CLASE DE “PROFECÍA” DEBÍA DE
HABER SIDO JUZGADA PRIMERO por los líderes para ver si todos sintieron el
testimonio del Espíritu acerca del asunto antes de proclamarla a la niña.

Este error sucede frecuentemente cuando una persona profetiza a alguien con quien
están entretejidos o involucrados emocionalmente. Cuanto más conocemos de una
persona, menos indicados somos para ofrecerle una palabra profética genuina y
acertada porque hemos desarrollado deseos y opiniones personales.
AEROLINEA: INMADUREZ

ALGUNAS DE ESTAS PERSONAS INICIAN BIEN CON UNA PROFECÍA


VERDADERA Y EDIFICANTE. Pero cuando Dios deja de inspirarles y termina la
profecía – ellos siguen hablando.  Resultan “predicando” su doctrina favorita o
aconsejando la congregación de su propia mente y alma.  Se requiere una manera
de poder señalarles que “ya es tiempo de guardar silencio” sin ofenderles para darles
una salida mientras que todo quede positivo.  Después se pueda darles más
instrucción y animarles en lo que hicieron bien para no desanimarles y apagar su
don.  Si son maduros responderán positivamente.

AEROLINEA: LA DIVA

HAY AQUELLOS QUIENES LAS PERSONAS QUE SON DIVAS, Y SOLAMENTE


BUSCAN ATRAER ATENCIÓN A SI MISMAS.  Claro, algunos son inseguros y
buscan hacer algo grande para impresionar a otros y hacerse sentir que tienen
valor.  Cuando vean a otra persona siendo usada por Dios, quieren la misma clase
de reconocimiento, pero actúan con presunción.

Otros son tan llenos de sí mismos que creen que todo


pensamiento que se les ocurre viene de Dios, y sientan la necesidad de “profetizar”
todo. Tienen demasiada confianza en sus “dones”, y se les olvidan que son
humanos que puedan errar.  Quieren estar siempre visto por los demás.  El
problema con esto es que la raíz del problema es orgullo y presunción.
1ª de Pedro 5:5 revela, «Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.» El
humilde no busca promover a sí mismo, pero permite que Dios le exalte en Su
tiempo y a Su manera. El humilde reconoce y honra la autoridad y virtudes de
otros, y también reconoce sus propias áreas de debilidad.
Somos llamados a levantar a Cristo, no a nosotros mismos. Tenemos que adoptar
la actitud de Juan el Bautista: «Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.» (Juan
3:30). En Juan 12:32, Cristo declaró: «Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos
atraeré a mí mismo.»

AEROLINEA JEZABEL

CLARO, EXISTEN AQUELLOS QUIENES ESTÁN INFLUENCIADOS POR EL


ESPÍRITU DE JEZABEL… Si permitamos que este avión se aterrice, sería un
desastre.  Supuestas profecías que son inspiradas por Jezabel parecen mucho a
una profecía verdadera en algunos aspectos.  SIN EMBARGO, SIEMPRE VIENEN
ACOMPAÑADAS POR CIERTAS CARACTERÍSTICAS:
LA PERSONA QUE PROFETICE PROYECTA UNA APARIENCIA DE HÍPER-
ESPIRITUALIDAD. Tal vez le trata de impresionar porque sus manos tiemblen, su
voz cambia, tuerce su rostro casi como si tiene dolor, grita, habla con voz alta y
muy emotiva fingiendo que está “bajo la unción del Espíritu Santo…  Hace estas
cosas para intimidar al pastor y hacerle pensar que no puede negarla el micrófono
o estaría “apagando el Espíritu Santo.”  Recuerda que ninguna de estas cosas son
pruebas que es una profecía verdadera, ni que esa persona ha escuchado la Voz
de Dios.
DIOS ES UN DIOS DE ORDEN Y DE PAZ. NO DE CONFUSIÓN.  El pastor tiene
derecho y hasta la responsabilidad de ser la “torre de control” e impedir profecías
dañinas o equivocadas.  Nuestras mentes no dejan de funcionar cuando estamos
profetizando.  No hemos dejado nuestras cabezas en el baúl del carro.  Podemos
oír y responder a las instrucciones del pastor.  Podemos controlarnos.  «Los espíritus
de los profetas están sujetos a los profetas» (1ª Corintios 14:32).
En 90%  de estos casos, la persona simplemente está imitando a otra persona rara
que vio; es puro estilo aprendido.  Pueden aprender a controlarse.  No se les
permite seguir haciendo un escándalo en la iglesia.  Si no vienen bajo control, y si
no se sometan a la autoridad, cállales – porque están robando la atención que
pertenece a Dios y estableciendo un vínculo de poder con los que son fácilmente
controlados.
LA SOBERBIA… Estas personas sientan que no necesitan la retroalimentación de
nadie. No son enseñables (corregibles).  No reconocen ni honran la autoridad de
otros.  Imponen su voluntad sobre otros.
Acuérdese – si Dios resiste al soberbio, entonces cuando el soberbio esté profetizando,
¿cuál espíritu estará inspirando la profecía?

LA FALTA DE SUJECIÓN A LA AUTORIDAD. Dios Mismo es Él que estableció


autoridad delegada en Su Iglesia por medio de los Cinco Ministerios (Efesios 4:11-
16). La Biblia nos manda: «Asimismo los profetas hablen dos o tres; y los demás
juzguen.»(1ª Corintios 14:29) Fue Dios Mismo que nos MANDÓ juzgar toda
profecía.  Los que no someten su ministerio y profecías a las autoridades
delegadas están en desobediencia a las Escrituras y resistiendo a Dios (Romanos
13:1-2; 1ª Pedro 5:5).
Un profeta verdadero no tendrá problema ninguno en someter al pastor de la iglesia
donde está ministrando. UN PROFETA VERDADERO SE SOMETERÁ AUNQUE
TENGA LA RAZÓN, PORQUE ENTIENDE EL PRINCIPIO DE LA AUTORIDAD Y
LA SUJECIÓN.
Un profeta maduro sabe también cómo callar la boca y confiar que Dios le hable al pastor
de otra manera y/o por otra persona.  No pronunciará juicio porque rehúse ser ofendido.
Le hablará con respeto, humildad y en amor en privado si fuera necesario, pero no atacará
su autoridad en público.  Eso fue el ejemplo del Profeta Samuel cuando tuvo que lidiar con
Saúl, un rey rebelde y carnal (1ª Samuel 15).

LA MANIPULACIÓN: El espíritu de Jezabel no es una


mujer sino un demonio que quiere el control.Al principio trata de ganar el control por
medio de la manipulación: palabras fingidas de adulación, jugando el rol de la
víctima (“¡la pobre hermana fue malentendida y rechazada por su pastor previo!”)
para provocar la simpatía.  A  veces hasta recurre a usar la seducción… Pero si el
pastor no responde a la manipulación, entonces este demonio sacará sus garras
con la intimidación…
LA INTIMIDACIÓN… Pueda ser simplemente que actúen ofendidos o enojados
(supuestamente departe de Dios) si usted no haga lo que ellos quieren. En casos
más extremos puedan hasta proclamar una maldición sobre todo aquel que dude
lo que “profetizó,” o que no cumpla lo que quiere.  

NO TENGA MIEDO DE TALES PERSONAS.  Simplemente niégales el lugar,


anula sus maldiciones en el Nombre de Jesucristo, y siga adelante.
En cierta congregación con que yo había trabajado el pastor me pidió estar presente al
confrontar a una señora influenciada por Jezabel. Era la que quiso pasarse en frente a los
demás como la más espiritual.  Por mucho tiempo tratábamos de ayudarla, y traer orden
en su vida, corrección, enseñanza, instrucción, etc.  Al final de las cuentas no quiso
cambiar.  Como era obvio de que no respetaba la autoridad de la iglesia, no apoyaba la
visión, ni siquiera diezmaba.  Su presencia solo provocaba división, contienda, pleito,
pactos rotos, etc.  La tuvimos que insistir que saliera y que busque otra congregación en
donde ella sí podía apoyar la visión y someterse a la autoridad.  Al principio actuó
sorprendida, herida, triste.  Pero cuando vio que no seriamos manipulados, su rostro se
transformó a uno de odio, se levantó recogiendo sus cosas, y salió maldiciéndonos.  Me
imagino que sigue brincando de iglesia en iglesia buscando al Pastor Acab…

EL CONTROL.. Esta es la meta principal del espíritu de Jezabel.  Jezabel está


arraigada en la rebelión.  Siempre quiere usurpar la autoridad para poder controlar
y lograr su propia agenda.  Necesita a un pastor Acab a quien le podrá manipular a
que le entregue su anillo de autoridad.  Quiere controlarle.  El control es la cualidad
principal de la hechicería.  Es por eso que el espíritu de Jezabel siempre está
vinculado con los demonios de la hechicería y la adivinación (2ª Reyes 9:22; 1ª
Samuel 15:23).
Obviamente, ¡no debamos permitir supuestas profecías que están en realidad
inspiradas por demonios de la hechicería y la adivinación!
QUEREMOS QUE FLUYA LA PROFECÍA LEGÍTIMA que proviene del ESPÍRITU
DE PROFECÍA (Apocalipsis 19:10), el ESPÍRITU DE VERDAD (Juan 15:26-27;
16:13-15). Esto requiere que establezcamos un protocolo profético en las iglesias.
El PROTOCOLO PROFÉTICO es la administración correcta y ordenada de la
ministración profética. Cuando se observa el protocolo profético, provee la habilidad
máxima a las personas siendo ministradas de recibir el provecho de la profecía.
ESTE PROTOCOLO DEBE DE SER DEFINIDO Y ESTABLECIDO POR EL
CUERPO PASTORAL DE CADA CONGREGACIÓN. El protocolo profético,
cuando está funcionando, facilita la ministración profética dentro de la
congregación, permitiendo que fluyan las profecías verdaderas y de provecho, e
impidiendo las cosas que no son de provecho.

El Protocolo Profético 2/3


 PRINCIPIOS BÍBLICOS CON RELACIÓN AL PROTOCOLO
PROFÉTICO, Y SU PROPÓSITO
En la primera parte de esta serie, escribí acerca de la necesidad de establecer un protocolo
profético en cada iglesia. Utilicé la ilustración de una torre de control aéreo que facilita
el tráfico de aviones que ocurre en un aeropuerto.
Comparé los quienes trabajan en las torres de control aéreo con los pastores de las
iglesias que tienen la responsabilidad de facilitar el fluir del Espíritu Santo en medio de la
congregación.
Escribí de las diferentes clases de personas que buscan profetizar dentro de la iglesia.
Vimos que no todos son igualmente preparados ni inspirados.  Existe todo un rango de
posibilidades desde lo completamente falso, lo mal hecho, lo sincero pero equivocado,
hasta (gracias a Dios) lo verdadero y bien hecho.
EN ESTE SEGUNDO SEGMENTO DE LA SERIE QUIERO ESCRIBIR MÁS
ACERCA DEL PROTOCOLO PROFÉTICO: LO QUÉ ES, Y CUÁL ES SU
PROPÓSITO.
En la ministración profética Dios usa a seres humanos quienes podemos equivocarnos.
Ya vimos como el enemigo quiere infiltrar y contaminar el fluir profético. Por eso
es necesario juzgar toda profecía (1ª Corintios 14:29).  Además, para obedecer el
mandato de mantener orden en la iglesia, y para asegurar que todo es hecho para provecho y
de edificación, se requiere establecer un protocolo profético (1ª Corintios 14:40).
Antes de definir el “protocolo profético” tenemos que saber lo que es el protocolo en
general.
El PROTOCOLO es un código militar, diplomático o social de etiqueta, de
comportamiento correcto y de procedimientos. O sea, es una forma establecida,
correcta y ordenada de hacer las cosas.
Cuando un buen protocolo profético es establecido en la congregación podamos cumplir lo
que 1ª de Corintios 14:40 nos manda con relación a los dones espirituales: «…hágase
todo, decentemente y con orden.»
El protocolo profético, entonces, es la administración correcta y ordenada de la
ministración profética.  Cuando el protocolo profético es establecido y observada se
pueda lograr las siguientes cosas:
Impide la ministración falsa o no acertada
 Da oportunidad de corregir, reorientar e instruir lo que tiene validez pero que ha
sido torcido por la inmadurez o por la falta de experiencia o de entrenamiento.
 Provee la habilidad máxima a las personas siendo ministradas de recibir el
provecho de la profecía.

El protocolo profético sirve como un filtro.


Un filtro es una estructura que permite fluir lo positivo, deseado y provechoso mientras
que impide lo negativo, no deseado y dañino.
No es siempre los contaminantes obvios que provocan más daño, sino las
contaminantes invisibles. Nadie va querer tomar agua que es obviamente contaminada. 
Pero lo peligroso es el agua que tiene apariencia de pureza mientras que está lleno de
bacterias o venenos que el ojo no puede detector.
Es importante entender que hay más que un solo posible protocolo profético. Lo que se
establece en una congregación específica dependerá de sus recursos, cultura, la acústica de
su edificio, y necesidades particulares.

Algunas congregaciones tienen miles de personas, sistemas complejos de sonido, y


cientos de líderes. Otras congregaciones tienen membrecía limitada, escasos recursos,
algunos sin sistemas de sonido.  Cada caso pueda requerir una variación en el protocolo
para asegurar que todo fluya bien.
El punto es que funcione.
Lo que se establece como el protocolo profético en la congregación se pueda cambiar
de vez en cuando.  Cada congregación sana debe estar creciendo, madurándose y
desarrollándose.  La congregación es un organismo vivo, no una organización.
La formalidad vuelve religiosidad, pero necesitamos una forma.

Con cada etapa de crecimiento se requiere re-evaluar los procedimientos para


asegurar que todo sigue bien.  Se tendrá que re-evaluar, posiblemente modificar y
redefinir el orden de vez en cuando según lo que el liderazgo sienta necesario para
acomodar las necesidades actuales de la congregación y asegurar que lo que se está
haciendo sigue promoviendo la visión.  Liderazgo eclesiástico sabio entiende que se
requiere ser una flexibilidad organizada y centrada en una visión bíblica.
Las Sagradas Escrituras no nos dicten cómo tiene que ser el orden de servicio cada vez
que nos reunimos.  ¿Por qué pensamos que cada culto tiene que iniciar con una lectura
alternada de uno de los Salmos, seguido por cuatro cantos rápidos, tres cantos lentos,
anuncios, la ofrenda, etc…?

La verdad es que debamos ser sensibles al Espíritu Santo cada vez que planeamos una
reunión para asegurar que estamos cumpliendo lo que es Su deseo y no nuestro costumbre. 
Recordemos que Jesucristo es el Señor, y la Iglesia pertenece a Él.
Igualmente las Escrituras tampoco nos dictan reglas rígidas acerca de cómo
administrar los dones espirituales en la congregación.  
Lo que es claro es que somos mandados procurar abundar en los dones para la
edificación de la iglesia, y que debamos hacerlo decentemente y con orden (1a
Corintios 14:12, 40).  Además, la Biblia nos da principios bíblicos que guardar en el
proceso.
ESTOS PRINCIPIOS INCLUYEN:
 EL ORDEN. Dios es el Autor de orden y de paz (1ª Corintios 14:33, 40).
 LA AUTORIDAD Y LA SUMISIÓN. Dios es Él que estableció los Cinco
Ministerios como liderazgo de la iglesia.  Nos mandó honrarles y obedecerles como a
Dios mismo.  (Efesios 4:11-16; Romanos 13:1-7)
 NUESTRA MOTIVACIÓN PARA TODA MINISTRACIÓN ESPIRITUAL
DEBE DE SER EL AMOR (1ª Corintios 13; 14:1).
 EL PRINCIPIO DE LA HUMILDAD (Romanos 12:3-6)
 EL RESPETO MUTUO Y LA SUMISIÓN MUTUA LOS UNOS A LOS
OTROS. (1ª Pedro 5:5)
 TODO DEBE SER HECHO PARA PROVECHO, Y PARA LA
EDIFICACION. (1ª Corintios 12:7; 1ª Corintios 14:12)
Ya mencioné muchos abusos en la primera parte de esta serie. Sin embargo, el abuso más
común y el más serio de los dones espirituales es la ignorancia y descuido completo de
ellos por la mayoría del Cuerpo de Cristo.
Desgraciadamente muchos pastores impiden toda manifestación de los dones
espirituales, y no proveen enseñanza ni entrenamiento con relación a los dones. Aun en
algunas iglesias que profesan ser “apostólicos y proféticos,” ni los propios pastores y líderes
se mueven en los dones.  Dicen que así tienen “orden.” No estoy de acuerdo.  Lo que éstos
tienen es ignorancia y una falta de obediencia a la Palabra de Dios que nos manda
procurar los dones.  No es suficiente creer en los dones.  El diablo cree y tiembla.  A estos
pastores y líderes se les olvida la primera parte de ese versículo que dice, «pero hágase
todo…».
Si nada está siendo hecho, si no hay manifestación de los dones, no hay nada que poner
en orden.
Se necesita manifestar los dones para poder ponerlos en orden. Bíblicamente, la ausencia
de la manifestación de los dones es también “fuera de orden.”Personalmente prefiero un
poco de fuego descontrolado de vez en cuando que leña mojada que nunca se enciende.  
Gracias a Dios, si sigamos los patrones y principios bíblicos podamos lograr un equilibrio.

Algunos pastores tienen dudas, y me han preguntado… “¿Cómo se puede establecer un


protocolo profético? ¿No es eso un intento de controlar al Espíritu Santo?”  Mi respuesta
es, “No estamos controlando el Espíritu Santo. Estamos en actualidad facilitando el fluir
del Espíritu Santo de la misma forma que los semáforos de una ciudad facilitan el tráfico.”
Sin esos semáforos habría caos, y nadie podría llegar a su destino.
Tenemos que ejercer autoridad como padres espirituales y líderes en la iglesia para
proteger al rebaño de lo que no es de Dios.  Tenemos la responsabilidad de asegurar que
lo que es hecho sea de provecho y para la edificación de la iglesia.
El problema es que el Espíritu Santo no es el Único que quiere hablar en la
congregación. Hay otros espíritus (engañadores), y seres humanos que a veces se
equivocan.
La verdad es que cuando establecemos un protocolo profético, no solamente podemos
impedir el fluir de lo falso, PODEMOS GENERAR UN AMBIENTE EN DONDE LO
VERDADERO TIENE LIBERTAD DE FLUIR.
CUANDO NO HAY UN PROTOCOLO ESTABLECIDO EL PUEBLO HACE UNA
DE DOS COSAS: (1) Nada, o (2) Hacen lo que les parece bien en su propia estima.

Normalmente imitan a la persona a quienes estiman como la más “espiritual”. 


Desgraciadamente, ¡esa persona es casi siempre la persona más rara de la congregación!  Es
obvio que ambos de estos dos extremos provocan problemas.
Los que tienen temor de Dios y falta de confianza en sí mismos muchas veces son los
que más reciben palabras acertadas – pero no se animan compartir lo que reciben por
su falta de confianza. Mas cuando establecemos un protocolo, éstos se sentirán más
seguros porque sabrán que hay un filtro que les servirá como confirmación o no.

Veamos brevemente lo que NO ES el propósito del protocolo profético…


 EL PROPÓSITO NO ES limitar, apagar o controlar al Espíritu Santo.
 NO ES controlar a la gente.

¿Cuál es, entonces el propósito del protocolo profético?


EL PROPÓSITO del protocolo profético ES PARA:
 Asegurar que todo sea hecho, y que sea hecho de una forma ordenada.
 Proteger al rebaño de los que pueden ser lobos disfrazados.
 Asegurar que las palabras acertadas puedan ser compartidas, y a la
vez impedir las profecías no acertadas, dañinas, o las que provienen solamente del
alma.
 Asegurar que todos que estén presentes puedan oír claramente lo que Dios esté
diciendo por medio de la profecía, y así honrar al Señor.
 Demostrar respeto a Dios, a Su Palabra, la autoridad delegada por Dios, el Pueblo
de Dios y la Casa de Dios.
 Mantener correctas prioridades en un culto de la iglesia, y cumplir todo lo
necesario en el tiempo dado.
 Asegurar que el tiempo de todos los presentes es respetado y usado para el
máximo provecho.
Si realmente creemos que Dios nos habla por medio de la profecía, entonces es
importante que todos escuchen y presten atención a las profecías.
Si en una congregación grande, alguien comience a gritar una profecía sin el beneficio de
un micrófono, ¿quién podrá oír la profecía? Aunque la profecía sea acertada, ¿Dónde está
el provecho si nadie la escuche?
1ª Cor. 14:7-8 «… Si no dieren distinción de voces, ¿cómo se sabrá lo que se toca con la
flauta o con la cítara? 8 Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la
batalla?»

Si el pastor necesita un micrófono para ser escuchado cuando predica, entonces es


razonable requerir que la profecía también sea compartida usando el micrófono.
La persona que recibe una profecía de Dios puede controlarse, esperar la autorización
de los líderes y el momento oportuno.

Erramos si pensamos que la profecía tiene que ser dada de inmediato cada vez.  En la
Biblia, la mayoría de las profecías fueron escritas primero y luego compartidas en el foro
apropiado, sea delante del rey en privado, a cierto individuo o grupo en particular, o en
público.

PUNTOS PRÁCTICOS PARA LOS QUE MANEJAN EL SONIDO E


INSTRUMENTOS…

Muchas veces he presenciado a alguien tratando de profetizar. En muchos casos la persona


tenía la autorización, y estaba usando el micrófono, pero nadie le podía escuchar porque la
música estaba dominando.  Esa es una falta de respeto a Dios, y a las personas presentes.
Los que manejan el volumen del sonido deban estar en alerta y bajar el volumen de la
música si la profecía es dada mientras que la música está siendo tocada.   

NO es suficiente aumentar el volumen del micrófono de la persona que profetiza.  ¡La


profecía no debe tener que competir con la banda! Los quienes están tocando los
instrumentos también deban poder escuchar la profecía para saber cómo responder
apropiadamente.

Pueda ser que hay un servicio en el cual hay una lista larga de asuntos que tienen que
atender – al grado que no hay tiempo para que sea declarada públicamente cada
revelación profética percibida por cada miembro de la congregación. Claro, los líderes
deben estar sensibles al Espíritu Santo y no enfocado solamente en su lista de “quehaceres.”
Ellos tienen que discernir y determinar cuáles cosas tienen la prioridad para ese momento, y
hacerlo con el temor de Dios.

CUANDO EL TIEMPO NO PERMITA…

Hablando en términos prácticos, si la congregación es suficiente grande, no siempre


hay tiempo para que cada persona que recibe una revelación tenga la oportunidad de
compartirla. El protocolo profético pueda ayudar a determinar cuáles profecías son las más
acertadas, y las de mayor relevancia e importancia.  Las demás personas puedan escribirlas
en un papel y someterlas al liderazgo para su consideración para ser compartidas después en
otro tiempo.

La verdad es que en esos casos, aunque las profecías sean acertadas, encontrarán que
en el caso de muchas de ellas:

 El mensaje de la profecía ya fue compartida de otra forma, y es una repetición .


Si todos son sensibles a la Voz del Espíritu Santo, muchos deben estar oyendo lo
mismo.  Pero no todos tienen que anunciarlo nuevamente si ya fue compartido por
otro.

 El mensaje de la profecía fue una confirmación personal para esa persona,


no una palabra para la congregación entera.

 En otros casos, pueda ser que no era una rhema de Dios, sino simplemente
alguien que se emocionó acerca de cierta verdad de la Palabra Logos de Dios.

En el caso óptimo, la congregación debe estar recibiendo enseñanza para saber cómo
juzgar la revelación que reciben, y cómo determinar si es algo que merece ser
compartido delante de los demás.

El protocolo profético establecido engendra un ambiente de seguridad y confianza a los


santos para que puedan moverse más en sus dones.

Un buen protocolo profético se comunica a los santos:


 Que sus dones son valorados lo suficiente para darles lugar.
 Que hay una autoridad madura presente y responsable para atestiguar la palabra y
que pueda brindarles dirección o apoyo, si fuera necesario.
Y eso les da más confianza a los miembros de la congregación a comenzar a dar pasos de
fe.

El Protocolo Profético 3/3


Posted on September 30, 2017

UN POSIBLE MODELO DEL PROTOCOLO PROFÉTICO EN LA


CONGREGACIÓN.

Como ya hemos examinado en las primeras dos partes de esta seria, es claro que como
seres humanos somos falibles y cometeremos errores de vez en cuando – aun en la
profecía. No es que Dios no habla.  El problema es que nosotros no siempre Le
escuchamos bien, no discernimos, no interpretamos bien, o no comunicamos
correctamente Su mensaje. Si decimos que nunca puede haber errores o abusos estamos
engañados.  El que cree que es infalible es aun más engañado y un hereje.

Un pastor me dijo una vez, “Yo confío en Dios, pero no confío en la gente.” El


problema con esa posición es que Dios siempre usa alguien, un ser humano.  …¡aun ese
mismo pastor!

Sería genial si todos que profeticen lo harían de una forma 100% acertada y perfecta cada
vez –pero eso requeriría personas perfectas que no existen. 
 La realidad es que Dios tiene que usarle a usted y a mí – con todos nuestros defectos. 
Así Dios en Su soberanía ha escogido hacerlo, y cuando Le permitamos usarnos y algo
bueno sucede, Él se glorifica aun más.
Es cierto que existen abusos en el ministerio profético con algunos. Igualmente hay
abusos en el ministerio pastoral, y en cada otro ministerio y don que Dios nos ha dado. 

Si vamos a eliminar un ministerio porque existen abusos o mal representaciones, tuviéramos


que eliminar a todos.

ENTONCES ¿CUÁL DEBE DE SER NUESTRA RESPUESTA CUANDO HAY UNA


PROFECÍA NO ACERTADA?

Vamos a examinar cuáles son algunas opciones antes de ofrecer un posible modelo de un
protocolo profético…
(1) NO HACER NADA:
Esto es ser negligente y optar NO lidiar con el asunto.  Esto es ignorar que existe el
problema.  Desgraciadamente, el resultado facilita aun más abuso.  Si no hacemos nada,
estamos implicando que todo está bien así como está, y los abusos se aumentarán. 
Obviamente esta no es una opción aceptable.

(2) FRENAR TODA MINISTRACIÓN PROFÉTICA.


Después de una experiencia negativa, algunos han apagado y eliminado toda expresión de
los dones espirituales de sus reuniones.  El resultado es que silenciamos la Voz de Dios
en la congregación, desobedecemos a Dios, y entristecemos al Espíritu Santo. 

 ¿Qué clase de soberbia puede decir a Dios, “¡no necesito ni quiero tus regalos!”?
Dios nos mandó procurar profetizar, y abundar en los dones para la edificación de Su
Iglesia (1ª Corintios 14:1,12, 39-40). Algunos dicen que así mantienen orden.  Pero no es
orden bíblico si dejamos de operar en los dones.  Tenemos que tener la operación de los
dones para tener algo que poner en orden.
La verdad es que no podemos escondernos ni a nuestros congregantes de lo
profético. Si el pastor no les enseña, aprenderán de otra persona – en muchos casos de
una persona no adecuada.  
Aprenderán por medio de algún ministerio en la televisión, o por un falso profeta… e
imitarán al que les parece bien.  Cuanto más desconocen la Biblia, son más vulnerables a
espíritus de error y de engaño. La respuesta es proveer enseñanza y entrenamiento.

Cuando Pablo vio el desorden en la iglesia de Corinto, no es impidió profetizar, sino les
trajo instrucción y les animó a hacerlo bien.

(3) APAGAR A CIERTOS INDIVIDUOS PROBLEMÁTICOS:


Esto es etiquetar a una persona que se ha equivocado como “falso” o “inmaduro” e
impidiéndole a operar en sus dones, mientras que permitamos a otros a seguir
profetizando.  

El resultado será que nadie se animará a profetizar (dentro del templo) por temor de ser
etiquetados como “falsos” si acaso hacen un error.  
Esta opción tampoco es aceptable.
(4) CONTROLAR Y ANIMAR:

Esto es, establecer un protocolo. Y cuando alguien se equivoca debamos discernir


correctamente, admitir los errores, corregir de una forma positiva para poder aprender de los
errores.  El resultado es que levantamos el pueblo a un nuevo nivel de madurez,
operación de los dones espirituales, y obedecemos al Señor.

Los pastores y líderes debamos desarrollar una actitud apropiada con relación a la
ministración profética. Debamos poseer una perspectiva realista y bíblica, y ajustar
nuestras expectativas.  Esto no es decir que anticipamos lo peor, sino que estemos
preparados por si acaso alguien profetiza algo presuntuosamente o que no es acertada y que
pueda afectar a la congregación.
Proverbios 14:4 dice: «Donde no hay bueyes el granero está vacío; con la fuerza del buey
aumenta la cosecha.»
El buey era el tractor John Deere o Kubota de los tiempos bíblicos.En la misma manera
que es imposible tener un establo limpio y al mismo tiempo la fuerza del buey, también  es
imposible disfrutar la unción esencial y la vida que brinda el fluir de la ministración
profética sin experimentar un problema de vez en cuando.

LA CLAVE ESTÁ EN LA MANERA QUE LIDIAMOS CON TALES PROBLEMAS.


NECESITAMOS LOGRAR UN EQUILIBRIO en esto usando principios bíblicos para poder
introducir un sistema que funcione para facilitar el fluir del Espíritu Santo a través del
creyente.

Esto requiere que los pastores y el liderazgo comiencen a:

1. VALORAR LOS DONES ESPIRITUALES LO SUFICIENTE PARA


DARLES LUGAR. Si Dios confía en todos Sus hijos y dio a todos de Sus dones,
¿quién pensamos que somos nosotros para impedirlos? En vez de frenarlos, ¡debamos
entrenarlos!

2. SUPERAR EL TEMOR DE PERDER EL CONTROL.

3. PERDER LA OBSESIÓN CON EL PULPITO (creyendo que nosotros somos los


únicos suficientemente santos para ser usados por Dios). No es “mi iglesia” ni “mi
ministerio.” La iglesia le pertenece a Cristo, y Él quiere usar a todos Sus hijos para
desatar Su Voz.

4. ENSEÑAR Y ENTRENAR A LOS SANTOS acerca de los dones de una manera


práctica y relevante.

5. PROVEER OPORTUNIDADES EN LAS CUALES LOS SANTOS PUEDAN


EJERCER Y USAR SUS DONES 
dentro de un ambiente seguro y en donde puedan aprender a discernir y crecer en sus dones.
Una iglesia llena de miembros equipados adecuadamente en los dones, es una iglesia
creciente y poderosa. Sus miembros están entusiasmados, llenos de propósito, y ganan
almas.
6. SALIR DE NUESTRO LUGAR DE COMODIDAD 
(predicando y enseñando) y comenzar nosotros mismos (pastores y líderes) a movernos
en nuestros dones para poder ser un ejemplo digno de imitar. Leonard Ravenhill, un
predicador muy respetado dijo: “Un verdadero pastor lidera en el camino. No simplemente
lo señala.”
Donde hay enseñanza, un modelo positivo que seguir, y un protocolo establecido, los
miembros equipados se mueven en sus dones de una forma que edifica.

RECORDEMOS DEL PRINCIPIO BÍBLICO DE LA AUTORIDAD Y LA


SUMISIÓN:
Hebreos 13:17 – «Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por
vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no
quejándose, porque esto no os es provechoso.»

HONRAR AL PASTOR Y EL PROTOCOLO ES HONRAR A DIOS.


A pesar de la claridad de este principio, a veces se oye, “pero es que el Espíritu Santo me
constriñó hacerlo.” El uso de estas palabras es una manera común de evitar el tomar la
responsabilidad. ¡Se echa la culpa a Dios!  99% del tiempo esta es una excusa para
disfrazar la inmadurez, carnalidad, el control, y la manipulación.

OTRO PRINCIPIO QUE TOMAR EN CUENTA:


1ª Corintios 14:29,32 «29 Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen. …
32 Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas;»

Toda profecía, aun las dadas por profetas reconocidos, tiene que ser juzgada.
“Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas.”

EXISTEN DOS INTERPRETACIONES VÁLIDAS PARA EL VERSÍCULO 32.

(A) Que el profeta puede controlar a su propio espíritu; no está fuera de control ni
en un “trance”. No dejamos nuestras mentes en el baúl del carro cuando
comenzamos a profetizar.
(B) Que cuando habla un profeta, su profecía y ministración deben ser juzgadas o
examinadas por los demás profetas;
su ministración debe ser sometida a los demás líderes proféticos.
Recordemos el mandato dado en Efesios 5:21 «Someteos unos a otros en el temor de Dios.»
Esto se refiere a la sumisión mutua el uno al otro – o sea que todos, a pesar de su posición o
falta de posición, podamos tratar el uno al otro con respeto y con amor.
LO HE ESCRITO ANTES, Y LO VOLVERÉ A REPETIR…

Lo mejor que podemos decir con relación a una persona que dice que reconoce la
autoridad “de Dios” pero que no rinde cuentas a ninguna autoridad humana (delegada
por Dios) es que está ignorante y como una bomba de relojería espiritual listo para
explotar. Sin corrección, se puede volver completamente bajo la influencia de los espíritus
de rebeldía, Jezabel y de anti-Cristo.  Esto es especialmente verdad en los que están en el
ministerio profético, quienes ejercen una fuerte autoridad cuando hablan a las vidas de
otros.

UN MODELO DEL PROTOCOLO PROFÉTICO EN LA CONGREGACIÓN


LOCAL
Recuerde: no hay un sólo modelo. Cada pastor debe averiguar lo que funcione mejor
para su congregación, Necesita considerar sus necesidades particulares, tamaño del
edificio, equipo de grabación y sonido, etc.  Sin embargo, lo que hemos encontrado que
funciona bien en la mayoría de las congregaciones es:

PRIMERO: Se recomienda asignar una persona que tendrá la responsabilidad de ser


el “administrador” para la ministración profética durante los cultos.

Esta persona debe de ser:


 Alguien del liderazgo, de preferencia uno del cuerpo pastoral o un anciano de la
iglesia.
 Esta persona debe de ser maduro, espiritualmente discernido, alguien que
puede ejercer autoridad sin intimidar, que puede estar cerca del frente para servir
como un “filtro” y supervisar la ministración profética. Debe poder fluir él mismo en
sus dones espirituales.
Durante los cultos, debe estar posicionado para tener buen contacto visual con la
persona que dirige la alabanza y con el pastor. Debe tener acceso a un micrófono. Así,
esta persona podrá injertar una palabra o canto profético cuando sea adecuado durante el
tiempo de alabanza cuando el espíritu de profecía está fluyendo.
Los que creen que Dios les ha dado una profecía o un canto profético, puedan entonces
acercarse a esta persona para compartir primero con él o ella lo que ha recibido.  Si se
discierne que la revelación es de provecho, se puede dar lugar para que sea compartida.  El
administrador servirá como un filtro para permitir lo que es de Dios e impedir y reorientar
lo que no es de Dios.
CUANDO ALGUIEN SE LE ACERCAN AL “ADMINISTRADOR PROFÉTICO”:
(1) El administrador puede hacer preguntas discretamente y respetuosamente
para ver qué palabra o revelación tiene.  
Esto es especialmente importante cuando se trata de alguien a que no se conoce bien o que
no tienen una historia de dar palabras acertadas.  Esto le da oportunidad al administrador de
dar testimonio o no a la revelación ANTES de que sea compartida en público.

Esto servirá como una “red de seguridad” para aquellos que puedan tener una revelación
edificante y relevante pero que faltan la confianza de compartir. Al mismo tiempo, aquellos
que simplemente buscan recibir atención y que no tienen una profecía verdadera tendrán
mayor motivación de pensarlo bien antes de pasar al frente.

Si acaso es alguien que conoce que es de buen espíritu, que tiene una historia de siempre
ofrecer profecías acertadas, entonces quizás ni habrá motivo de hacerle preguntas. Para
éstos, simplemente buscar una oportunidad de darles lugar.

(2) Si el administrador discierne que la profecía no es de Dios, que no es de


provecho, o que simplemente no fluye bien con lo que Dios está haciendo en el
culto, entonces pueden agradecer a la persona por haber venido a compartir e
instruirle que regrese a su asiento.

 Puede decir algo como: «Gracias por venir. Me da gusto que usted está haciendo
pasos de fe para operar en sus dones espirituales.  Sin embargo, en esta ocasión…
(Llene el blanco).  Le animo a seguir ejercitando su fe a escuchar la Voz de Dios. 
Más por ahora pueda regresar a su asiento.»
SE PUEDA LLENAR EL BLANCO CON LO QUE CORRESPONDE… (por
ejemplo)
 (Siento que el momento ya pasó, y ahora el Espíritu se está fluyendo en otra
dirección. Le animo a escribir la palabra en un papel y sométamela después del
culto para poder ofrecer a los pastores.)
 (Siento que es una profecía buena, pero la esencia del mensaje ya fue compartida
de otra forma.  Usted recibió una confirmación personal. Así que no siento que sería
de provecho en este momento compartirla en público.)
 (Discierno que usted está siendo movido por deseos personales y una convicción
personal. Es un deseo bíblico y bueno, pero no que es la palabra profética para este
momento.)
 (Esta palabra no puede ser de Dios porque está en contra de principios bíblicos. 
Le animo a seguir estudiando la Biblia y viniendo al culto para aprender más de
Dios.)
Los que insisten en compartir la palabra deben ser animados a escribirla en un papel y
someterla al administrador, quien después la entregará al pastor.

(3) Cuando se discierne que una revelación o profecía es de Dios, y el tiempo es


adecuado, se puede señalar al líder de alabanza para darles una oportunidad
para compartir la palabra. 
Los que manejan el sonido puedan bajar el volumen de la música y prender el micrófono
del administrador que se dará a la persona.  Al terminar la profecía, la congregación pueda
responder como es apropiado, y regresar a la alabanza.

Aunque la palabra pueda ser acertada, y de provecho, siempre hay que esperar el
momento oportuno.
Esa persona puede ser animada a esperar a un lado hasta que la oportunidad se
presente.
Especialmente en congregaciones grandes habrá ocasiones cuando habrá más palabras
proféticas que lo que el tiempo permite.

Rara vez es una profecía es tan urgente que no puede esperar un momento oportuno. 
Si acaso no se presenta el momento, la persona siempre se puede escribir la palabra y
entregarla al pastor de forma escrita.
Recuerde que la mayoría de las profecías del Antiguo Testamento fueron escritas primero,
y luego leídas al rey o en la puerta de la ciudad delante del pueblo. No tiene que ser
espontánea cada vez para ser efectiva.

Claro, en ocasiones hay momentos de “oportunidad especial” cuando hay una unción
particular del Espíritu Santo siendo desatada durante un culto. En estos casos,
debemos actuar cuando se está moviendo el Espíritu Santo.  Si no, el momento se puede
perder. Estos momentos son parecidos a cuando el ángel movía el agua del estanque de
Betesda (Juan 5:1-9).  El administrador debe de poder discernir tales cosas y actuar de una
forma correspondiente.
La congregación tendrá que ser entrenada para saber cómo acercarse al administrador o
al pastor.

En ocasiones el “administrador profético” pueda dar unas instrucciones (como un


entrenador en los deportes) a la persona que comparta.
 Por ejemplo, siempre es bueno animar a la congregación a responder a la profecía. 
Así que le pueda decir, “al final, anime la congregación a responder a la profecía con
acción de gracias.”
SI DIOS HABLA, ¡RESPÓNDALE!
Por ejemplo, si Dios revela que hay una unción presente para la sanidad. Las personas
enfermas deban responder con fe y recibir su sanidad, y darle gracias y gloria al Señor. Al
responder y recibir por fe la sanidad es desatada.  No es suficiente anunciar lo que Dios
quiere hacer, si las personas no respondan con fe (que implica acción) puedan volver a
sus casas igual de enfermo que cuando entraron. 
¡La pasividad y apatía nunca es una respuesta correcta al oír la Voz de Dios!

Ahora bien, algunas personas no saben cuando guardar silencio… 


Cuando la profecía termina ellos siguen hablando. Hasta que el administrador conoce bien
la madurez de la persona, es una buena idea no entregar el micrófono a las manos de la
persona – sino simplemente sostener el micrófono en frente a su boca mientras que
profetice. 
 
De esta forma podrá retirar el micrófono si acaso hay necesidad.
 Si ya le haya entregado el micrófono, y la persona esté dominando el tiempo o ya
comenzó a predicar en vez de profetizar, entonces, acérquele y ponga un mano sobre
su hombro. Si todavía no capta la señal de que debe guardar silencio, entonces toma
el micrófono con la otra mano y retoma el control.

PAUTAS PARA LOS QUE PASAN AL FRENTE A PROFETIZAR…


Los que buscan compartir una palabra profética no debemos acercarnos con una
actitud negativa o de soberbia arrojando la profecía al pastor con un “Dios me dijo
esto, y ¿ahora qué vas a hacer con ello?” Deban acercarse con humildad y respeto.

SOMETA la profecía de tal manera que permita que la persona en autoridad


determine si la profecía realmente es de Dios o no.

ANTES DE PASARSE AL FRENTE CONSIDERE LO SIGUIENTE…

 Juzgue usted mismo la fuente de la revelación. No presuma que usted sea tan
santo que no pueda equivocarse. Los escalofríos en su brazo no son prueba
suficiente de que haya escuchado de Dios.
 Pregúntese si la revelación está de acuerdo con principios bíblicos –
especialmente con la doctrina de los apóstoles del Nuevo Testamento. Dios no se
contradice.
 Pregúntese si la revelación sería de provecho y edificante. Si no, guarde silencio.
 Piense por un momento lo que sería el resultado posible si comparte la
revelación en público. Si el fruto potencial es negativo, no es de Dios.  O tal vez, no
es el tiempo correcto de compartirla.
IMPORTANTE: El hecho de usted que haya recibido una revelación legítima y acertada
NO implica que usted tenga autorización para declararla en público. Dios frecuentemente
prueba nuestros corazones y motivaciones.
Ejemplo:  Si uno tiene el don de profecía Dios le pueda compartir una revelación más allá
que la autoridad que tiene en actualidad. Su revelación (aunque sea de Dios y acertada)
NO es su tiquete para sobrepasar la autoridad del pastor.
Una de las pruebas de un profeta es si sabe cuando guardar silencio.  ¿Puede Dios confiar
en nosotros un secreto?  Si somos fieles en las cosas pequeñas, Dios puede confiarnos las
cosas más grandes.  En estos casos tenemos que estar contentos con la afirmación de Dios
en vez de buscar ser afirmados por los hombres.

 Considere que puede ser una palabra de confirmación personal sólo para usted
mismo – tal vez es solo para que ore en privado.
 Pida al Señor que le dé claridad con relación al tiempo de compartir la
palabra, y cómo quiere Él que lo maneje.

Si la esencia de la profecía ya ha sido compartida de otra forma, no es necesario volverlo a


repetir.

 No cambie el orden o el fluir de un servicio a menos que se le ha autorizado


previamente. De otro modo, podría causar confusión. Si no se combina con el fluir
actual, entonces guárdela para otra ocasión.

SI DESPUÉS DE TODO ESTO TODAVÍA NO FUE PERMITIDO COMPARTIR…


Si usted no puede tener paz hasta que la ha compartido, entonces escríbala, y
entréguela al pastor o al administrador.
ESTO TRANSFIERE LA RESPONSABILIDAD DE LA PROFECÍA AL PASTOR. 
Permita que él (o ella) la juzgue y decida cómo responder. Los que no se disciplinan a hacer
esto, típicamente no han escuchado de Dios.
NO SE OFENDA SI NO LE DAN LA OPORTUNIDAD de profetizar delante de la
congregación. 
La ofensa revela una falta de madurez y confirma al pastor que esa persona no es un
buen candidato para estar ministrando.

ENTREGANDO ASÍ LAS PROFECÍAS DEFORMA ESCRITA AL LIDERAZGO LE


AYUDARÁ A SU PASTOR SABER DE CUÁL ESPÍRITU ES USTED.
Con el paso del tiempo, el pastor se va dar cuenta si usted está escuchando
consistentemente y acertadamente la Voz de Dios. Si es que son profecías acertadas, en
tiempo le  reconocerá y tendrá mayor confianza en permitirle a ministrar.  La confianza
tiene que ser ganada.
LOS CINCO TABÚES:
En la Red Global Christian International hay ciertos temas que recomendamos evitar en
el ejercicio del don de la profecía.Estos temas son de mayor peso, y los reservamos para
los quienes no solamente tienen el don de la profecía sino que también están ejerciendo el
oficio del profeta. Nuestros equipos proféticos en la iglesia local son prohibidos profetizar
de estos temas.
Son temas reservados para los que ya son reconocidos y ordenados como profetas de
oficio.  Aun así, estos son temas con los cuales aun los profetas maduros y experimentados
deban acercarse con mucho cuidado y temor de Dios.  Hemos llamado esta lista “los
cinco tabúes”.
CINCO TEMAS QUE DEBAMOS EVITAR con relación al don de la profecía:

(1) LA MUERTE: 
Profecías que indican que alguien se morirá.  …especialmente palabras de juicio. ¡Esta
clase de palabra no edifica!  Recuerde que el don de la profecía es para edificación,
exhortación y consolación (1ª Corintios 14:3).  Si usted cree que realmente fue Dios
hablándole, entonces simplemente ore por esa persona que Dios se glorifique en su vida.

(2) NACIMIENTOS:
Profecías que indican que nacerá un bebé.  … ¡no todos quieren la bendición que recibió
Saraí y concebir un hijo en su vejez!  Este es un tema que aun los que ejercen el oficio de
profeta deban manejar con mucho cuidado.

(3) CASAMIENTOS: 
Profecías que indican que ciertas personas deban de casarse el uno con el otro.
Personalmente, yo nunca profetizo de asuntos de romance y matrimonio. Si ellos no
escuchan de Dios por sí mismo, ¡es mejor que no se casen!  Lo que es nacido de Dios vence
al mundo (1ª Juan 5:4).  Nadie debe casarse simplemente por causa de una profecía que
vino de otro.

(4) MUDANZAS GEOGRÁFICAS: 


Parece que hay algunos a quienes les gustaría profetizar a su suegra que Dios la quiere usar
en Pakistán como misionera…  Hablando en serio, no es sabio profetizar de una mudanza
geográfica, o cambio de una congregación para otra, de un trabajo a otro, y tales
cosas…  Permita que Dios les hable directamente.  Estas son decisiones grandes que
cambian vidas fuertemente.  Desgraciadamente, muchos han “profetizado” su propia
voluntad o deseo personal y resultó en manipulación y control.

(5) NOMBRAMIENTO DE MINISTERIOS:


 Demasiadas personas no disciernen entre una “unción profética” y un llamado al oficio de
profeta.  Aun menos disciernen entre un LLAMADO (que indica nuestro potencial) y el ser
COMISIONADO (reconocido, posiblemente ordenado, y autorizado a ejercer dicho
ministerio y responsabilidad).

Se podría profetizar una “unción profética” sobre casi todos porque a todo creyente le es
dada una medida del don de Cristo – que incluye la unción profética (Efesios 4:7).
Recuerde… todos podemos profetizar (1ª Corintios 14:31), todos debamos procurar
profetizar (1ª Corintios 14:1, 39), y debamos abundar en la manifestación de los dones
espirituales (1ª Corintios 14:12).  En contraste  relativamente pocos son llamados al
oficio de profeta, y mucho menos son escogidos habiendo aguantado y pasado bien el
proceso de preparación.
En ocasiones Dios me usa para indicar el llamado que alguien tenga. Eso habla de su
potencial, pero no de su vida actual en ese momento.  Eso es parte de lo que hace la
profecía personal – nos revela nuestro potencial en Dios, y nos imparta visión.

Sin embargo, un profeta o ministro itinerante NUNCA debe atreverse a COMISIONAR u


ORDENAR a un ministerio alguien que no es su propia oveja.  Es la responsabilidad del
pastor de esa persona ordenarle cuando es el tiempo correcto.

Es el pastor que conoce mejor la madurez y desarrollo de su oveja.  Usualmente el pastor


ya sabe que cierta persona tiene potencial, pero seguramente sabe qué clase de carácter
tiene: si es fiel en los diezmos, fiel en el servicio, fiel a su esposa, disciplinado en su vida
espiritual, si tiene el fruto del Espíritu evidente en su vida, etc.  El ministro itinerante no
sabe nada de eso – solo sabe la parte que Dios le haya revelado.  La profecía es parcial…
“conocemos en parte, y profetizamos en parte” (1ª Corintios 13:9).
El pastor local es el que está en una posición mejor para conocer los tiempos para
nombrar alguien a un ministerio.  La ordenación y comisionamiento es una función de
un pastor (padre espiritual) en la vida de su propio hijo.

El administrador de la ministración profética nunca debe sentir intimidado, ni


tampoco debe usar su posición para señorear sobre otros. Está presente para discernir
entre lo que sería de Dios (edificante y relevante), y lo que podría ser del hombre o de otro
espíritu. 
Está presente para servir al Cuerpo de Cristo y permitir ser escuchada lo que se determine
que es de Dios.

Se recomienda que se reúnen de vez en cuando el administrador, el que dirige la


alabanza y el pastor para compartir el uno con el otro lo que se está funcionando y lo que
se podría mejorar.
TERMINAMOS CON UNA ORACIÓN…
Padre Santo, Te doy gracias por Tu Palabra Viva, por Tu Espíritu Santo que nos fue dado,
y por habernos escogido para ser Tus hijos. Gracias por amarnos usarnos a pesar de
nuestras debilidades y fallas.  Confesamos nuestra necesidad y dependencia en Ti. 
Padre, yo pido que ayudes a cada creyente a levantarse a un nuevo nivel de conocimiento
de la palabra de Dios, entendimiento, sabiduría, discernimiento, y denuedo santo para oír
Tu Voz con claridad.  Ayúdales a echar fuera todo temor, toda duda y piedra de tropiezo. 
Que Tu Iglesia se levante como una fuerza poderosa y santa para declarar y vivir Tu
Palabra en maneras efectivas y relevantes para resultar en corazones cambiadas, almas
salvadas, vidas transformadas. 
Ayúdenos a vivir en obediencia a Tu Palabra, y en nuevos niveles de fe y de gracia para ser
agentes de cambio, de reforma, hasta que los reinos de este mundo vengan a ser los reinos
de nuestro Señor y de Su Cristo.  Amén.

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