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LITERATURA MEDIEVAL Y RENACENTISTA

PROFESORA: LUISA OCARANZA


AYUDANTES: ILSE MENDOZA - SOFIA RAMENZONI - ISABEAU TOBAR

DOSSIER N°3

CANTAR DE ROLDÁN

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CONTENIDOS
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1. Cantar de Roldán.
a. Estrofas 1 a 52.
2. Cirlot, Victoria. Epopeya e Historia.

a. Cap. VIII: La contrautopía arcaica en el Cantar de Roldán.

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LECTURA CLASE
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1. Cantar de Roldán.
a. Estrofas 1 a 52.

* La lectura de la obra "El cantar de Roldán" debe ser completa. Se recomienda la siguiente fuente:

Anónimo. Cantar de Roldán. Madrid: Gredos, 1999.


1 Cantar de gesta: FRANCIA 1

Ciclo Merovingio (bautísmo de Clodoveo. Flooveut)

Juventud de Carlomagno. lucha contra los


Gesta del Rey vasallos, viaje a Oriente. guerra de España.

Gesta sobre ---+ Giran de Roussilon. Raoul de


vasalos Cambral, Renaud de Montauban.
rebeldes (o Doon
Ciclo Francés de Maguncia)
r. Gesla de Guillermo ---~
1150 -> pje hlslórioo: Guillermo de Aqultania,
primo de Carlomagno y encargado de la
frontera con la España musulmana

Geslas provinciales ---+ De Lorena, del Norte, de Borgoña,


de Blaives y Sainl-Gilles

Ciclo de la cruzada
-
Canción de Antioqula: Los Albi;¡enses . ,

'
'tos cantares de gesra románicos conservad>s llegan al certensr, una gran mayaía en lengua lrtnees/J.
con diversas peculandadas (francés de la isla d3 Franca. ptcardo. anglonormando. lrancoiraJiano, erc.}f ;.iil
otros. en in~ma proporción, en proveflZ1ll y en caslellano. La extensión de esros cantares es muy irregulw: ~
oscila ertre los 800 y los 20 mil veisos. si ben los de mayor lo~11Ud suelen ser tardios y presertar
con1am1naciones con la novela"
• - ...
Chanson de Roland t---~ (relato novelizado)

Hecho histórico: imprevisión estratégica


Caída de la retaguardia
de Carlomagno {
Cantar: drama surgido de la pugna ertre
Roldán y Ganelón

- Ocurre en una semana


- Carlomagno no fue emperador ni denominado asr hasta la coronación de las nav;dades del 800
- Carlomagno no conquistó toda España sino que dominó transitoriamente Roncesvalles -
.r. Pamplona · Tudela
- Zaragoza no está en una montaña o colina, sino en el llano

- Moros Marsille: tomado del latfn Marsilius


No adoran ídolos (va contra el Corán)
Apelo es una divindad latina

- 56 persona¡es cristianos y 56 sarracenos


- 12 pares -+ emulación de los apóstoles de Jesucnsto
- •
f

- Ideas de Guerra Santa----- --4 Anobispo Turpln (sobre todo) •

• .J •• •
Roldán jurando fidelidad a
Carlomagno.

La Estatua de Roldán de la ciudad


de Bremen es una estatua
localizada en la Plaza del Mercado,
frente al ayuntamiento de Bremen,
Alemania. En el año 2004 fue
nombrada, junto con el edificio del
ayuntamiento, patrimonio de la
humanidad por la Unesco. La
primera estatua de Roldán era de
madera y en mayo de 1366 fue
quemada. En el año 1404 la ciudad
obtuvo una nueva estatua, esta vez
de piedra. Con documentos
falsificados, los ciudadanos de
Bremen se arrogaron el derecho de
agregar el escudo imperial a la
estatua.
Arzobispo de
espüso de la Re ims.
Hermana di:
Carlomagno.

Mejor amigo de Sobrino de


Roldán y
Consejero y Esposa
Cartomagno
hermano y más valiente de caballero de Marsín.
de su sus soldados.
prometida.
CANTAR DE ROLDÁN

__________ ___

<$>
G RE D O S
C L A S I C O S M E D I
Director de colección: CARLOS ALVAR

Título original: Chanson de Roland

Ilustración de cubierta:
f. 52v de Rudolf von Ems:
Weltchronik und derStricker: Karl der Grosse,
gracias a la autorización de Faksimile Verlag Luzern.

++++++++ ++++++++++

© EDITORIAL GREDOS, S. A., 1999


Sánchez Pacheco, 85 - 28002 Madrid

© Traducción
ISABEL DE RIQUER

Maqueta de colección
y diseño de cubierta:
MANUEL JANEIRO

Depósito Legal: M. 19901-1999


ISBN 84-249-2239-5
Impreso en España. Printed in Spain
Gráficas Cóndor, S. A.
Esteban Terradas, 12. Polígono Industrial. Leganés (Madrid)
CANTAR DE ROLDAN

TRADUCTORA

Isabel de Riquer

<$>
G RE D O S
P r im e r a parte

LA TRAICIÓN

1. CONSEJO DE MARSIL

I. El rey Carlos, nuestro emperador magno ha estado siete 1


años enteros en España; conquistó la tierra alta hasta el mar,
no hubo castillo que se le resistiera, ni muro ni ciudad que no
haya destruido, salvo Zaragoza que está en una montaña. La
tiene en su poder el rey Marsil, que no ama a Dios pues sirve
a Mahoma e invoca a Apolín; pero no puede evitar que no le
alcance algún mal1, a o i.

II. El rey Marsil está en Zaragoza; se encamina hacia un 10


jardín umbroso y se recuesta sobre una grada de mármol azu­
lado; tiene a su alrededor a más de veinte mil hombres. Se di­
rige así a sus duques y a sus condes2:

1 En el año 778, en que tuvo lugar la supuesta acción de la Chan­


son, Carlomagno era rex francorum; el papa León III le proclamó empe­
rador en el año 800. El rey Carlos sólo estuvo en España tres meses,
desde mediados de mayo hasta el 15 de agosto. Zaragoza está en el valle
del Ebro. El rey Marsil nunca existió. Mahomet pudiera ser un diminuti­
vo de Mahoma y Apolín de Apolo, aunque también este último podría
referirse al nombre por el que los árabes llamaban a Satán y que signifi­
caba «el maldito» o también el «ángel del Abismo», Apocalipsis IX, 11.
2 Se refiere siempre a cargos militares, sin ninguna connotación de
aristocracia. Los duques, dux en latín, eran los jefes en la guerra y los
condes, comes, iban en el séquito del emperador, del rey o de un gran
señor. La jerarquía militar pagana sigue el modelo feudal cristiano.
96 Cantar de Roldan

«Oíd señores qué desgracia nos abruma: Carlos, el empe­


rador de la dulce Francia3, ha venido a este país para des­
truirnos. No tengo ejército que le dé batalla, ni tengo tal gente
que derrote a la suya. Aconsejadme como mis hombres sabios
y salvadme de muerte y deshonor.»
Ni uno sólo de los presentes le responde una palabra, ex­
cepto Blancandrín del Castillo de Valfonda.

III. Blancandrín era uno de los paganos más prudentes;


un caballero 4 muy valiente y de gran lealtad para ayudar a su
señor. Le dijo al rey:
«No desfallezcáis, enviad al orgulloso y altivo Carlos mues­
tras de fiel servicio y de gran amistad. Le llevaréis osos, leo­
nes y perros, setecientos camellos5 y mil azores mudados6,
cuatrocientos mulos cargados de oro y de plata, con lo que
llenará cincuenta carros: bien podrá así pagar a sus soldados7.

3 Este epíteto de «la dulce Francia», aparece veinticuatro veces en la


Chanson en boca de los francos, también es repetido por los sarracenos,
lo que parece algo sorprendente, pero esto se debe al lenguaje formula­
rio de la epopeya que, en algunas ocasiones, arrastra a los escritores. Se
ha dado una explicación para esta expresión fundada en el estado del
campo francés en el siglo XI cuando empezó una intensiva roturación
de los bosques, lo que dio a Francia un aspecto que el poeta evoca con
este adjetivo; A. Burger, Turold, poete de la fidélité. Essai d ’explication de
la Chanson de Roland, Ginebra, Droz, 1977, pág. 67.
4 v. 25. Para la extensión semántica de este término, quizá el más
importante en la historia y la literatura medieval, J. Flori advierte tres
sentidos principales y doce connotaciones, «La notion de chevalerie dans
les chansons de geste au XIIe siécle», Le Moyen Age, 2-3 (1975), pág. 221.
5 Los camellos, que aparecerán cuatro veces más, w . 128, 184, 645 y
847, han contribuido a precisar la fecha de redacción de la versión de
Oxford como posterior a 1086, pues en este año los almorávides, mon­
tados en camellos, sorprendieron a las tropas de Alfonso VI que fueron
derrotadas en la batalla de Zalaca. La noticia pasó los Pirineos y Alfonso
VI acudió a los señoríos del sur de Francia pidiendo ayuda.
6 Los azores eran mucho más apreciados como aves de cetrería des­
pués de haber mudado las plumas y se daban frecuentemente para ro­
borar las donaciones.
7 v. 34: soldeier. Estas tropas mercenarias aparecen con posterioridad
a Carlomagno. En el v. 133 y en las tt. CCXLVI y CCXLVII se vuelve a
hablar en la Chanson de Roland de la paga de los soldados, tanto fran-
La traición 97
En esta tierra ya ha guerreado mucho: debe regresar a Fran­
cia, a Aix8. Vos le seguiréis para la fiesta de San Miguel9, re­
cibiréis la ley de los cristianos y seréis su vasallo para honor y
para bien. Si quiere rehenes le enviáis diez o veinte para que
confíe; le enviaremos a los hijos de nuestras mujeres y aún
con riesgo de muerte le enviaré al mío. Es mejor que pierdan
ellos sus cabezas a que nosotros perdamos nuestros honores
y posesiones, lo que nos llevaría a mendigar.» a o i .

IV. Dijo Blacandrín: 47


«Por mi diestra y por la barba que ondea sobre mi pe­
cho10, veréis deshecha enseguida la hueste de los franceses y
los francos11 se irán a Francia, a su tierra. Cuando cada uno
haya regresado a su lugar, Carlos estará en Aix, en su capilla,
y celebrará la gran fiesta de San Miguel. Llegará el día, habrá
vencido el plazo y no tendrá de nosotros ni palabras ni noti­
cias. El rey es orgulloso y su carácter terrible: hará cortar las
cabezas de nuestros rehenes. Pero es mejor que ellos pierdan
sus cabezas a que nosotros perdamos la hermosa y clara Es­
paña y tengamos que soportar males y sufrimientos.»
Dicen los paganos: «Bien puede suceder esto».

eos como sarracenos, o del botín que pueden conseguir. En los cantares
del Ciclo de Guillermo sobre todo en Le charroi de Ntmes, será éste uno
de los principales motivos de la guerra contra el infiel.
8 v. 36: Ais, en francés Aix-la-Chapelle, en alemán Aachen, es Aquis-
grán que, hacia el año 796 y después de la batalla de Roncesvalles, fue
fundación y sede de Carlomagno; en su catedral está enterrado este rey
franco; véase, M. Cramer-Vos, «Aix-la-Chapelle, foyer de Phistoire épique
et spirituelle du royaume franco-allemand», Société Rencesvals. Actes X, t.
1, 399-429.
9 La festividad de San Miguel Arcángel se celebraba el 29 de sep­
tiembre, pero en Saint-Michel dAvranches se celebraba el 16 de octu­
bre. Más adelante, w . 152, 1428 y 2394 se denomina como Saint Michel
du Péril. Véase en M. de Riquer, Chanson/Cantar las notas a estos ver­
sos.
10 La presentación del héroe barbado corresponde a la connotación
positiva de dicha característica en la iconografía medieval, donde se
asocia con madurez, sabiduría, virilidad y honra.
11 w . 49-50: franceis,; franes. Los dos términos son sinónimos; véase,
Foulet, Glossaire, s. v. Franceis.
C A N T A R .- 4
174 EPOPEYA E HISTORIA

35. V 9690-9724.
36. V. 11 260 y SS.
37. <;/ para más detalles, J. S~b~nat, ÉhllklUr Gaytbn, Un1vcrsité de Provtnce, 1974, VIII
pp. 30~·32 l.
38. En la medida en que pare<e tener Ja intcoci6n ~ responder dcvolvi~ndole SU$
argumentos. Ya volveremos más adelante sobre este problema.
39. feéndt~.J. Vemon Mycn, Af., Cha~I H1ll, 19<.'>, v. 40 248.
La contrautopía arcaica
en el Cantar de Roldán
por]osé Enrique Ruiz-Domenec

l. Sé que la correcta comprensión de la Cbanstm de Roland exige


fijar adecuadamente los procesos de dis<Xlntinuidad operados en el
universo imaginario del siglo XII y por consiguieme dejar en
suspenso muchos aspectos de nuestra historiografía1 . En la actua-
lidad los estudios del pasado resultan insuficientes pues ninguno
de ellos se preguntó por la naturaleza de la sociedad pttSCnte en el
poema ni puso en duda la visión unitaria del desarrollo de la
humanidad2 . De ahí que rccu.rra a la topología para adentrarme en
el umbral que renueve su interpretacióoj y que intente deshacer su
siJencio4.
Busco reflexionar acerca de la significación que entraña la
ideología de la iglesia en la fecundidad de la obra literaria.
Certidumbre de un saber que logró durante el siglo XII conformar
un nuevo sistema de coordinación de los rangos sociales' . Voces e
imágenes que armonizan las plegarias agresivas de los claustros y
las ruinas &sonantes de los campos de bataJla6 . Dolientes preci-
siones que arruinan para siempre el universo simbólico de los
mitos7 • Origen de lo diferencial, la ideología eclesiástica se erige
como la forma de asumir lo infinito y lo inefable. Y lentamente
traza, ascendiendo los signos eclesiásticos al seno del valor simbó-
lico del mundo, los sectores internos que harán posible ese sonido
triste que es la Cbamon de Roland.
Obviamente, las respuestas técnicas a tales cuestiones no nos
vendrán dadas aquí por una observación objetiva del universo
mental arcaico del período feudal sino que son el resultado de una
anterpretación dialéctica de su plena realización en las fuentes
176 EPOPEYA E HISTORIA CONTRAUTOPJA ARCAICA EN EL CANTAR 177

literarias que son inspiradas por la ideología de la iglesia. Esto es verdadero orden de la vida 16,.. Por consiguiente, aunque ambos
además lo propio del método dialéctico en el que preguntas y elementos permanezcan unidos no son analógicos de una realidad
respuestas se determinan recíprocamente y en el que la cuestión social dada. La paradoja reside en que lo ideológico es rigurosa-
acerca de la manifestación cultural específica de un período histó- mente contrautópico.
~ic~ se plantea ~ieodo de la situación social y situándose bajo la El segundo concepto que he de precisar a la luz de mi compren-
optica que se considera en la respuesta de la ideología dominante. sión de la Cbanson de Ro/anti es el concepto de arralsfno. El hecho de
Construimos el pasado sobre modelos equívocos que más tarde que este término no posea una tradición historiográfica en el seno
utilizamos teóricamente p-ara materializar y reconstruir nuestras del medievalismo, puede abogar en contra de su empleo, pero no
ansias y deseos. Tomemos un ejemplo muy sencillo, el de la constituye ningún argumento válido contra su uso como un
Chanson de Roland. A finales del siglo pasado había adquirido ya un términoculluraJ. De todos modos, como interpretación cultural de
aspecto decididamente importante en la investigación y en los una sociedad sobre la que se fupdamenta la Edad Media, deberé
comentarios de filólogos e historiadoresª, y se crearon organismos someterlo a una rigurosa revisión histórica que nos permita trazar
capaces para la conservación de este monumento en su nivel su contorno con nitidez. Obviamente, la primera cuestión a
señalado entonces. Hoy, tras años de agudas discusiones, muchas considerar es ésta: ¿Ha existido algún tipo de pensamiento arcaico
de las opiniones han quedado matizadas por la críttca moderna, en la cultura europea? Y cuando Ja respuesta sea afirmativa 17,
otras permanecen con cierto tipo de dudas eruditas9. La mayoría preguntar a continuación ;qué es un pensamiento arcaico? Nor-
~_ven constant~mente precisadas por la exigencia de la investiga- malmente esta palabra designa «un tipo de pensamiento donde no
cion y por el mcremento de nuesrros conocimientos. En los existe una conciencia de Ja intervención activa y eficaz de la
últimos decenios, todo se ha renovado y queda sólo un ascua de lo libertad humana en el devenir y más específicamente en la evolu-
que se dijo, y aún ello se reduce a un simple sonido de la extensión ción de las estructuras sociales,. 18 ; es decir, un pensamiento que
de los trabajos anteriores'°. La C""1wn de Roland nos suena aún vive entre los hierros yerros de su destino, tachonada en sus
e~tre tinieblas y sus objetivos quedan diluidos en nuestros propios contornos ante la presencia constante de krsagratJo19.
sistemas de valores 11 , en ocasiones incluso en nuestro si/enciQ 12. Si se percibe esta actitud histórica en el seno de una sociedad,
Felizmente --o quiz.í uesgraciadamente-- el saberlo todo de como elemento culrura1 20 , al presentarlo como una ruina, •coli-
es_ta manera n~ me cierra el campo de las experiencias, y menos sionará trágicamente» 21 con la libertad de eiecución de la ideolo-
aun me permite reafirmar uno de sus pórticos iluminados. La gía y con la percepción del futuro que el saber de la Iglesia llevaba
agitación en el propio umbral teórico nos coloca delante de un en su seno. Envolviendo todo este universo emerge ansiosa la
horizonte de expectacionesl3 nuevo que sería estéril, con todo, si Cbanson de Roland.
no llevase en su seno una exigencia técnica en el tratamiento de la
fuente específica, la Chanson de Rofand'4. 2. He aquí la tesis que quiero exponer, con el fin de establecer
ElJa va a ser a lo largo de este trabajo la norma de mi sistema el lugar de la ideología eclesiástica en la Cbanson de Roland; yo
t~rico; y la conciencia clara de mi planteamiento aparecerá como supongo, a pesar de que ha pasado casi un milenio, que en la
piedras que nos tracen un camino. Escribir de esta forma es sociedad del siglo XII, la ideología de la iglesia debió lograr
sustit~ir la visión opaca, por una visión social, y el modelo despliegues de su pensamiento teórico. En las imágenes sonoras
matenal del pasado historiográfico, por uno que acuse Ja renova- de este tiempo, en las conmociones de color y en las escrituras
ción de los trabajos sobre lo imaginario de las sociedades medie- lívidas de los textos narrativos, suenan a principios del siglo XII
vales '~ . Esta es la intención y el programa. las densas aspiraciones de los más cultos entre los oficionarios
. El primer concepto que suele utilizarse para acotar Ja significa- eclesiásticos que determinaron que el mundo ya no podía ser por
~ión del tema expuesto asume una dimensión binaria: utopía e más tiempo la concentración de /o-imposible hierofániro, ni un lugar
1deo~ogí~. En su acepción corrience •la ideologfa provoca Ja donde las espadas y los rez.o~ M: wnjugaban para hacer posible el
apanencia de las cosas, mientras que la utopía es el sueño del acto social total ba10 cuyo impulso sonaban las luces de la obra de
arte feuda122.
178 EPOPEYA E HISTORIA CONTRAUTOPIA ARCAICA EN EL CANTAR 179

Durante este tiempo, y en las zonas más avanzadas de la cruel, abandonando los hierros de la guerra en voces que exigen la
cristiandad latina, comenzaron a elaborarse nuevos conceptos piedad de la batalla ritualizada.
morales, sin lamentaciones ni esperanzas del anterior mundo; En las tres primeras décadas del siglo XJI, el ideal caballeresco
acercando levemente la 'piedad a aquella zona donde regía la es anticipación imaginaria de un mundo eclesiástico plenamente
función militar. Pienso en el destino solitario de los guerreros, y confesado cien años antes y plenamente d~rollado cien años
sus señores, guardando los límites de la cristiandad en torreones después. La ideología asegura que este ideal será el único en el
cilíndricos, cerca de mares oscuros. Y pienso especialmente en la sentido de que excluye otros ideales singulares emanados de otros
densidad de las voces que entonces vol"ían a recobrar el impuho mundos. La actualización social del modelo ideológico se hizo en
cultural y que se difundían en el paisaje agreste, salvaje aún, que una época de transformaciones raudas y profundas que hicieron
sólo acogía como respuestas inmediatas: el sllencio. posible un fuerte crecimiento agrícola y una aguda tensión social.
Estas consideraciones cobran además una particular importan- Y esta iluminación nueva emerge en la Cbanson de Roland; y, aunque
cia si pensamos en las expectaciones creadas en las últimas décadas puede verificarse experimentalmente en otras fuentes todo cuanto
del siglo XI por la aparición en el seno de las capas cultas de la se refiere a la existencia de esta conmoción trágica en el seno de lo
iglesia del ideal de cruzada23. Todo el universo nacerá de nuevo en imaginario en el siglo XII, la importancia del Roland estriba en que
un agitado impulso que ordenará la agresividad y Ja muerte24 . I..a nos ayuda además a interpretar el sentido de ciertas actitudes por
función a desempeñar por el nuevo ideal no será únicamente la de negación. Los gestos y las tensiones de la solicitud aristocrática y
rescatar los Santos Lugares y transformar la dirección de los de su si/enciQ.
impulsos militares de Ja sociedad feudal , sino la de renovar el En efecto, Ja Cbanson de Roland actualiza la necesidad de realizar
mundo imaginario de los símbolos y los mitos. Y el supuesto el modelo ideológico de la Iglesia211 . I..a expectación creada en su
sobre el que descansa esta visión es que la humanidad entera y los entorno mediante continuas alusiones al mundo laico de la alta
individuos humanos dependen de los poderes de la incidencia de nobleza es exigencia de la ideologfa29. I..a interdependencia en la
Dios como guerrero, de forma que Ja salvación hierofánica de uno Cbans<m de Roland de todo con todo en la totalidad de la creacíón
es impensable sin una justa dirección de la guerra y la agresión. literaria, implica la parcic1pación, real o imaginaria, de la socie-
I..a respuesta fundamental a estas cuestiones viene dada en el dad en el plano de la ideología y exige la participación de la
pensamiento de los oficionarios más cultos de la Iglesia por la ideología en la nueva configuración social30. Por consiguiente, en
emergencia del ideal caballeresco2'y el impulso de las Cruzadas. el universo del Roland, nos encontramos no sólo la ruina existencial
Como se ha señalado muy justamente, en esta época aparece un y real de la aristocracia, sino que en él existe asimismo una cierta
nuevo ideal moral y religioso que hará posible que la distinción conciencia de esta ruina, que le lleva a forjar el mundo ideal de la
fundamental entre los laicos no se base más, como había ocurrido caballería, asentado en la ideología <le la Iglesia y que •alienta su
cien años antes, en las relaciones de producción, sino en esa línea esperanza,.3 1 • I..a manifestación del poder eclesiástico en la Cbanson
imaginaria, que denominamos <:abtúlerfa. En efecto, lo que se de Roland implica que este poder está actuando en codos los lugares
manifiesta en la Cbtmson de Roland es la relación de fidelidad del y que impone su ley en el origen de la obra de arte.
guerrero y su jefe, la glorificación del honorable desastre; pero Resaltaré únicamente aquellas dos regiones que la erudición ha
todo ello ordenado y subordinado al servicio de la cristiandad y de tratado como lugar de incidencia del poder eclesiástico, éstas son:
las ideas criscianas26. Y esto no es nada extraño: las líneas el carácter político propagandístico de la lglesia3 2 , y su valor
generales de la ideología «resultan más visibles desde el momento social, cuando absorbe una conciencia homogénea3 3 . l..a Cbansan de
en que obras literarias compuestas para un auditorio de guerreros Roland encuentra a veces los estratos oscuros de la roma de concien-
reciben una formulación escrita•27 • I..a Cbtmson de Roland, aunque cia en una clase social en decadencia y los restos de sus mitos
no sólo ella, precipita su inmenso caudal de imágenes y letras enterrados entre traiciones y recelos. De ahí que la aparición de ese
sobre la sonámbula búsqueda histórica. En el Roland, la íáeologfa de «estilo elevado,.34 no es un hecho arbricario, ni siquiera formal ,
la iglesia agonlzll por tmS#!dad. Busca entre los resortes de Ja imagina- sino que se inscribe en esta exigencia social que el Roland asume.
ción poética los restos grises de un mundo a su juicio innecesario y Pero si uno se sitúa en otra dimensión, si se plantea la cuestión
EPOPEYA E HISTORIA CONTRAUTOPIA ARCAICA EN EL CANTAR 181
180
de saber cuál ha sido y cuál es constantemente, a través de los asume el conjunto social sin postulación crítica alguna38. En un
versos del Roland, esa voluntad ideológica de la Iglesia, es enton- sistema culrural semejante, los portadores de hiscoricidad actúan
ces, quizás, cuando deberá dibujarse algo así como un sistema de como hombres de sentimientos totalizadores; están ganados emo-
comprensión de las imágenes de exclusión del universo arcaico. cional e intelectualmente por un sistema de creencias y mitos39
Por eso, y porque tiene que haber concienc ia de ello, aunque sólo que no ha sido objeto de un examen crítico, que no los dejan
sea un instante, entre los versos del Roland se descubre patética- inmóviles en el momento de la decisión, escépticos , intrigados e
mente el triunfo del ideal caballeresco sobre la voluntad de destino irresolutos. De otro lado, puede decirse que hay regularmente en
de la aristocracia. Las ruinas de uno y el triunfo de otro se funden y esta sociedad una especie de coherencia entre su nivel de creencias
se confunden en un laberinto de ceniza blanca. y su utopía social y material. En nuestro caso, la preeminencia
Provocación, históricamente constituida sin duda alguna. Pues social de los domtni era, en rigor, el asentamiento utópico de su
simplemente la expectación del ideal caballeresco, aunque fuese estructura m ítica40.
imaginaria35 , como portador de un nuevo sistema de valores, A principios del siglo XII se conjugan dos factores que imposi-
presupone la actualización de la ideología, es decir, la función bilitarán esta actitud social. De una parte, el crecimiento agrícola
contrautópica. abre un desfase en la civilización material y las creencias imagina-
rias originando unas agudas tensiones en el seno de los grupos
3. Existen, obviamente, muchos aspectos a delimitar en esta sociales . De otra parte, la lenta pero progresiva y sistemática
interpretación . El primero de ellos, sin duda, es la obligación que impronta del mensaje eclesiástico hace que la clase dirigente
tiene hoy día el historiador de indicar en qué sentido y por qué quede desprovista de su «falsa conciencia• en la medida en que
razón está hablando de ideología. Y tiene que indicar además las advierte que lo que es fuente de legitimidad aristocrática, no es ya
corrientes de pensamiento y las obras actuales que han perfilado en la realidad sino en el pasado: de aquí surge el mito de los
tales planteamientos. Los intentos de dilucidar los significados ancestros y la necesidad de legitimizarse genealógicamente4 1•
sociales de la Clxmson de Roland son nuevos y divergentes, por lo que Tales cambios la Clxmson d6 Roland los constata de forma inme-
ninguno de ellos puede considerarse como definitiv<>36. diata42, y sugiere como imposible la unidad permanente de la
Lo diré sin rodeos: El relato que aparece en los versos 994-2W6 naturaleza arcaica y la función ideológica de Ja Iglesia. De todos
de la Cbanson de Rolantf>7, si lo considerarnos desde esta óptica, modos, tales problemas ~ dichos, más allá de toda formu-
puede orientar nuestra descripción del sentido contrautópico que lación, en una versión de ornato que señala la vigencia del lenguaje
encierra. Dicho relato constituye la mayor y más profunda expre- poético por encima de cualquier otro elemento.
sión de la conciencia que posee el poeta (y sus inspiradores) de la Teniendo presente estas observaciones, se puede decir que la
situación existencial de la aristocracia y nos proporciona el esque- ansiedad que manifiesta la Cbanson de Rolanti por desprender a la
ma con arreglo al cual es posible discutir sobre la ruina de la utopía figura del héroe de la esjero-de-k>-que-k-f!r(fJio es justamente la
arcaica y la emergencia de la ideología eclesiástica, puesto que nos vocación contrautópica de la Iglesia. El único elemento fáctico
señala: primero, la falsedad explícita de la utopía arcaica; segun- que la sociedad feudal encuentra para desarrollar su destino es la
do, los motivos de la misma; tercero, el hecho en sí de una guerra como rito y función43. De esta manera Roland expone la
exigencia contrautópica; y cuarto, las consecuencias sociales que cuestión central cuando exige a Carlomagno: «Failes 1" guer(e} a1m
acarrea. Trataré de analizar esta serie de problemas. i.w l'avez enpri.</e• (v 210). Todo lo demás de este relato es una
La utopía que plantean los grupos sociales elevados en la época cuestión de exigencia histórica que se ha ido elaborando a partir de
feudal , asentada en una visión del mundo mágico-simbólica, una interpretación legendaria de este hecho fundamental.
necesita definitivamente una puesta en práctica, una planificación Inmediatamente después, el mismo Roland lamenta ya su destino
real y objetiva; es decir, llevar a la realidad social contenidos que que no logra despegarse de la rsalidaá, que astutamente expone
antes sólo estaban supuestos en la misma utopía. Ninguno más Gaoelón cuando contr:ureplica:
importante que elpalhos sagrado.
En la sociedad feudal el papel que ejercen los grupos elevados
182 EPOPEYA E HISTORlA CONTRAUTOPIA ARCAICA EN EL CANTAR 183

Edistal reí: -Ja mar amz bricun decadencia de todo aquello que desde el fundamento del ser ha
Ne mei nt alJre, se de wslreprod mm' salido a la existencia particularizada, desgajándose de la vida
fluyente de la totalidad arcaica. En la visión «tremenda y fasci-
CunseiU d'orgui/J n'esl dreiz que a plus munJ; nante• que asume la aristocracia de este período; vida y muerte,
úAmln les};Is, as SllRfJS nus lmuns! nacimiento y decadencia de lo finito se encuentran entrelazados.
(vv. 220/21-28/29) El paJbos aristocrático no es un pensamiento huero -frence a la
pretensión ideológica de la Iglesia- sino que es una afirmación de
Frente a Roland la cultura wnés lc:vanca la duda sobre su ésta, un asentamiento jubiloso incluso en lo terrible y homble, a
destino existencial, y propone la búsqueda de formulaciones la muerte y a la rwna50.
ideológicas de orden sistemático para reemplazar las reglas ante- En la Cbanson de Roland la colisión trágica se desarrolla entre el
riores, en este caso concreto frente a la guerra enviar una emba- coraje de ser arcaico y el sentido ponderado de la humildad ante la
jada44. Y es justameoce en este momento preciso cuando emerge existencia eclesiástica: entre Roland que es el pasado y Olivier que
la ideología de la Iglesia asumiendo las contradicciones de la clase es el futur~ 1• Para ilustrar este antagonismo acudiré a unos
dirigente y tratando de manifestarlas de forma expresa. Pero por ejemplos que obviamente pueden ampliarse52. La conciencia de
más que sus puntos de aplicación cambien, la función permanece. Roland ante su propia existencia en el momento límite es jubilo-
En un sentido esta afirmación no es sino otra manera de decir que sa, incluso frente a la muerte. Para Roland la WJa era una ausencia
la ideología es ella misma tensión. inagolabk. De ahí que sea un error interpretar su actitud como una
En efecto, lo que da origen directamence a la actividad ideo- valentía inmotivadaH, corno un desorden en su esfera de propie-
lógica es una pérdida de orientación, una incapacidad por falta de dad. Las resistencias de Roland a Olivier tienen sus raíces hundi-
modelos culturales utilizables para comprender el universo. De das en el conocimiento fundamental, utópico, de que todas las
otra parte, el designio de la ideología de comar significativas figuras finitas son sólo olas momencáneas en la gran marea de Ja
situaciones sociales que de otra manera serían incomprensibles, totalidad arcaica, de que el hundimiento del ente finito no signifi-
explicándolas de modo que la acción orientada sea posible dentco .ca la aniqujlación total, sino la vuelta al fondo de la vida, del que
de ellas, da cuenta de la naturaleza altamente figurativa de la ha surgido lo-indivklualtzado. El fJtllbos anstocrático se alimenta de
idelogía eclesiástica y de la intensidad con la cual es sostenida por saber que /()(Í() es uno.
la Iglesia una vez aceptada en el conjunto de la sociedad laica4 ~. En esta situación límite, la incidencia ideológica es muy fuerte
En la Cbanson de Roland la desaparición radical de ese desnivel al presentar al público de la época feudal a quien van dirigidos los
creado en la sociedad feudal no puede ser más que asumido cantares, una estructura binaria donde contrapone: locura/mesu-
mediante la idea de juego46 . La vinculación progresiva de los ra, temeridad/ponderación, insensatez/ sensatez, etcétera... H.
sistemas de clasificación social a una imagen del universo cerrado Imagen a la que Roland se resiste constantemente. Es la agonía
y concluso47 , desarrolla una actitud agónica y patética en los suprema del último héroe arcaico, frente a la emergencia de los
grupos sociales dirigentes, caracterizando su mundanidad como sistemas de valores eclesiásticos que son rigurosamente contrau-
un objeto lúdico-festivo48. tópicos. Esta actitud aparece con mucha claridad en los versos
Sería necesario reconocer en la Cbanson de Roland el pachos sagrado 994-1109 que recoge la primera disputa entre Roland (queesproz)
de la aristocracia que la situó en el inicio de su nuevo camino en y Oliver (que es sage). Lo que parece un excurso técnico- literario
una contraposición irreparable al cristianismo. PQ/bos que permite constituye en rigor el núcleo de la Cbanson de Roland.
construir el mundo en colisión del Roland, pero sólo según su Para Roland vida y muerte se encuentran profundamente her-
destino. La doctrina cristiana contradice no sólo los instintos de la manadas en un movimiento rotatorio, misterioso.
aristocracia, sino también su sencimiento fundamental, el talante
básico de su vida y a su experiencia de la realidad. En el mundo RaponJ RolJtml, -B Deu.s la -.r olrtÍI!
feudal no existen aquellas «v1nudes• que la ideología quería
Ben dtwns d &slrrpur """" rei:
imponer49. En este mundo rige únicamente la ley inexorable de la
184 EPOPEYA E HISTORIA CONTRAUTOPIA ARCAICA EN EL CANTAR 185

Pur sun seignor tkil bom susjrlr deslreiz símbolo del poder en la ~poca feudal'll.
E endurer egranz chalz egranz.frerz. Partiendo de esta situaci6o, el poeta traslada las energías no al
srn rkll bom perdre e del quir edelpe#. mundo de Roland, sino al de Olivier, el eclesiástico:
Or gUll11 chascuns que granz colps (i) emplell,
MaJft) Ct1119'n de nus dxmlB ne seil! D'ollrtpan 111 Ji~ Turprn,
Pmen un/ tort edJreshms un/ dml. Sun cbevaJ f1rocbe, e munltl un larrz;
Malvaise essample n'en sera/ ja de mei.- Pranceis Q/J8/8I, un sermun /ur ad dil;
(vv 1008-1916) ~" baruns, carl4s nus lai.srtll ci;
Pur n<JIJlrt "' devum nus bm mrmr
y no dependen de la cordura; ni de la sabiduría técnica: CbreslienMI aidez a susttmir!
Balail'8 ~' mi' en e.slas luzfiz,
/aspunl Rolltml. · · ;fofereie qwjJls.' /fm a wz odr t.-z lt!s ~
En duk:e Prana en perdret e mun los, Clamez tOf ~ S. pmez Deu mera/!
Sempr1Js ferrai de Durenóal granz colps; A.!oldrai V08pur wz an1fl8S guarir.
Sanglanl en erl li branz l!l'llreg¡u 'a l'or. Se ta mut'tZ, Serez Jtm.Z 1Nl1tirJ.
Pelun pmen mar 1 tmdrenl as pon! Sieges atJrf!l el greignor pareü..-
jo msplevis, luz sunl ¡ugez a mort.- Pranceis de(s}cendenl, a /ere sesunl mis,
(vv. 105; 1058) E /'~deDeu lt!s bmdsl:
Parpenílena les amiandt!I aferir.
sino del destino cósmico: (vv. 1124-1138)

/aspu111 Ro/Jan/. - Mis Jalenz en e(n) gra1gne que además, después del acto ritual-litúrgico, será el de la caba-
Ne piar.et Deu ne~ *seins ne 9l'S• angles llería:
QueJll pur meiperde/ sa valur Franr.P!
Melz IJQtl/J munr qu {a) bunJaRt (remaigne). Pranceís se drecenl, si se meten/ sur piez:
Pur benferir l'emperere 1l()S aimel Ben sunl asols, quiles de lur peccbez;
(vv. 1088-1092) E /'~de Deu lt!s adseignez
PutS sunl m1111fez sur lur curanz deslrers;
Roland no es un caballero que sabe ponderar la estructura Adobez sunl a leí de cbetialers
técnica de su armamento que Ja sociedad feudal ha desarrollado E de balailk sunl tui/ ll{Jo1tiJJez.
para ello. Frente al lmWr que es el elemento desencadenante de la (vv. 1139-1144)
caballerfa)5 y que Olivaer representa, Roland contrapone la vida
in-finila de su destino: Mediante esta concepción el poeta invierte definitivamente el
sentido de la Historia. Invertirlo es rigurosamente subvertirlo. El
Pter dt 'la' lance, eJO de Durenóa4 carácter contrautópico queda expuesto en el momento en que
Ma bon<!~ que li reís me dunat! Roland, después de la batalla, zozobra (esto es, constata la «falsa
Se jo i moerc. dire poet ki lizvrat conciencia de su clase») cuando Olivier le indica:
(vv. 1120-1122)
Vas'lreprol!cct, Ro/Jan/, mar la ve(i)mes!
Esta actitud de Roland es consciente e histórica. Olivier sabe Karles li ~de nos n 'a vral aie
utilizar la lanza como la novedad de la táctica mtlatar caballe- N'erl mau Id home fÍ8!l/IJ ·a Deu ¡ui.i't.
rcsca~6 que se hace en grupoH Roland lucha con la espada, Vos i murrez e France en ert hunie.
(vv. 1731-1734)
186 EPOPEYA E HISTORIA CONTRAUTOPIA ARCAICA EN EL CANTAR 187

Como puede comprobarse, al término de su evolución histó- Pero la actitud de Roland sigue siendo •arcaica• a pesar de los
rica, el caballero Olivier coloca al ~roe Roland delante de su intentos conscientes del autor por ideologizar su mucne. El
propia situacionalidad existencial. Y en este momento, Roland se principio de su destino arcaico se impone por el carácter lúdico
perplejiza absolutamente ante todo y se rinde ante el proceso de la que el palbos aristocrático lleva en su seno. En la Cbtmsofl dt Roland el
historia, donde la razón está ea los caballeros y no con los héroes: juego es penetración vigorosa en la imJalidad, encendiendo aquí
«Li quens Rolant, par peine e par ahans, / Par gran dulor sunet por tal «el trazo fundamental de una representación simbólica de
sun olifan,.. (vv. 1761-1765), y al volver la vista hacia el campo todo el mundo por su ser intramundano. El juego cultual repre-
de batalla (en realidad al pasado y, d~e la altura del risco, donde senta el wmplejo universal del sentido de la existencia primitiva y
los héroes se enfrentan soJos al dragón) exclama lo más decisivo de asume su relación cósmica. En él, el mundo llega a ser visible, el
su constatación, como ruina de la cosmovisión aristocrática: juego es verdaderamente aquí visión del mundo,.61.
En el interior de sus límites la CIJanson de Roland acoge la idea de
RIJIJllnJ rtgMllrritl t!S 1'tll11Z t t!S lanz. juego, en el sentido de una metáfora ingeniosa y absoluta sobre la
Dt oels <id Frrma i tJtll kmz morz g«1ir, realidad social y cultural de la época feudal. Los versos 2259-
B ü les pl#ret cum cbsvaJer genliJJ: 2396, que describen --como es hano conocidcr-- la muene de
~ barons, "'to!'""
Dtus mercil!
Tules w.z anmes oh'tiJ üptmfS,
Roland62 presentan en última instancia -el enfrentamiento más
profundo de la realidad ideológica que la Iglesia impone a lo largo
Bn seinl8sfom ü les jlal p! del siglo XII con la exigencia del mundo feudal que está en
(vv. 1851-1856) destrucción. La metáfora del juego cósmico es una institución
grandiosa de la poesía épica y de la CIJanson de Roland especial-
Pues ha de quedar claro, sobre todo para humillación de la mente. En esta actitud, que asume Roland ante su muerte, se
cultura feudal, la preeminencia de los nuevos sistemas de coordi- puede contemplar la consideración de un mundo opuesto a la
nación social. Roland lo hace ver, cuando dice: interpretación de la moral cristiana, una mirada que traslada y que
penetra todavía en la totalidad arcaica y busca en ella su encuen-
{JuanJ en ce camfJ rttndtr.11 úirles, mi sire rro63 . Roland desespera de ello y en su agonía se percibe la agonía
Dt Sllmlms vmal tel disapltnt, misma de la sociedad, además sin conciencia de ello, y perpleji-
Cunlre un dtss noz en lnJtierol morz. XV.; zada por la propia situación. Esta era la intención última y
Ne /esseraJ que nos ne bentís.Ye.- definitiva de la Cbtm.9on deRoltmd, su formulación contrautópica64.
(vv 1928-1931) El autor presenta con una cruel ironía la perplejidad fundamen-
tal de Roland, que es además la de toda la sociedad feudal. Y
Encontramos aquí la frase reveladora, la gran mentira de la ofrece en este momento una superposición de elementos que
sociedad feudal y caballeresca: el rey como elemento de segu- ofrecen a la CIJanson de Roland un contenido histórico-ideológico65.
ridad~9 ¿Se trata de destruir la jerarquía feudal? ¡No! El manteni- No sólo se atiende a desvinuar elpatbo.r de Roland, sino a hacerlo
miento del sistema de vasallaje feudal es lo que determina la absurdo. Ante esta actitud: «Go sene Rollant que la mort li ese
vinculación de la ideología a codo el sistema épico~. La ruina de pres• (v.2259), y en un apartado rincón del universo, Roland ve
Roland es el triunfo de la nueva ideología monárquica, basada en cómo la irrealidad le va llevando con dulzura66: «Par les oreiJJesjors s'en
la preeminencia de la cordura política y del asentimiento comple- isJ ü cerveJ,. (v. 2260).
to a la ética eclesiástica. El espacio plateado de su espíritu penetra en un entorno gris de
muene y de angustia, acogiendo sobre sí el objeto del sonido
traidor y, alucinado, el si/enci() azul le acompaña en los últimos
momentos. Su ruina sobre la roca se confunde con miHones de
* sorpresas, no estalla la violencia, ni la espada de hierro, que rebota
* * sobre el suelo:
188 EPOPEYA E HISTORIA CONTRAUTOPIA ARCAICA EN EL CANTAR 189

/lrJll¡¡¡¡fJ/ri "pmtm • Stln(•fl* de la ruina absoluta del universo feudal. Los versos 2375-2396,
Crui.s1 li ~ ne bri#I ne n'lil1l'(•)n#. donde Roland recuerda las cosas de sí, representan un desarrollo,
{)wlllJ jJ '11 vil que ",,,."""' ,,,. frlindrl, aunque todavía tosco, del ideal de servicio y de la salvación
A,,¡ lllriime "1 CUIMl'ICIJI "pl6iNln: mediante la humildad y la ética cristiana. De ahí que el guante de
-BJDumidal, CUNS IS dre, bltlncJJI! hierro lo recoja el arcángel San Gabriel: uSun destre guanJ a Deu en
ClllÚl'I IOiMIJ SI IWfs, ~I purojfril; / Semi Gabriel de sa main /'ad pris• (vv. 2389-2390), y
(vv. 2312-2317) además, su muerte, ha servido para revitalizar la sociedad corte-
sana y la caballería.
y se acera, como los ~roes. al árbol de la vida: •Li quens Rollant La entrega de la vida como el acto sacro coral del pensamiento
se jut desuz un pin• (v. 2375), con los ojos inundados de muerte. arcaico se transforma en un recuerdo heroico para entretener a la
Deshecho por haber traicionado el silencio se deshace a sí mismo67 ; ociosa caballería en los salones de los señores feudales. Aunque, a
y el poeta escribe súbitamente: decir verdad, de esta imponante mentira, surgirá Ja obra de arte
gótica.
CD $1!111 RDllatll de .sun 1ms n·¡adplus.
Daim E.!{Jtlí8ne est m ""pui fl8UI; 4. El primer relato, e históricamente el más importante, que
A l'une main si ad~ piz bolwi.· contiene la Cbanson de Roland es como acabamos de ver, el conflicto
-DNst meie culpe vm les tues vertuz que surgió ene re el pathos aristocrático y el ideal caballeresco; entre
De mes~ des granz, des mmuz, el coraje de ser y la sabiduría técnica. En términos generales, la
Que jo llÍfoil des l'urt que nezfa1. Cbans<m de Roland ha presentado una estructura binaria de orden
'/'resqtJ 'a aJStjur que d sui (()fWfJJ!- simbólico para configurar esta ruptura de las virtudes aristocrá-
(vv. 2366-2372) . cicas. Tal actitud se inscribe en la dialéctica de comportamientos
que impone la ideología de la Iglesia. Existe, por así decir, una
Este fue el minuto más altivo y más mentiroso de la historia ruptura subjetiva de la utopía arcaica que hace objetiva la ideolo-
universal68. La mentira que la Cbanson de Rolan acoge es la super- gía eclesiástica: al hacer ver que la aristocracia elude las trans-
posición en boca de Roland de la ideología eclesiástica. La inter- formaciones sociales y técnicas del siglo Xll. Precisamente en este
pretación de su destino como un error que le ha llevado a la eludir es donde radica codo el problema, ya que elimina el
muerte, cuando sabemos que la muerte era su destino concreto. El elemento sagrado que universalmente forma parte de la existencia
juego, sin embargo, de Roland es su propia crueldad. La ironía es aristocrática y sitúa a Roland anee un nuevo contexto humano y le
su nivelación de lo falso con astucia. La naturaleza más general de convierte en representante de un mal equívoco. Eludir las trans-
la sabiduría es el encubrimiento, la sagacidad de la astucia que formaciones sociales es rigurosamente no querer asumir la ruptura
facilita la lucha por la vida. Y esta tendencia alcanza su punto más ob¡etiva que ha disociado a la ª'iscocracia de su función específica,
alto en el gesto final de Roland: "Sun destre guanJ en ad vm Deu la idea de dar70, que apuntalaba el sentido de «seflor» en la
fendul,. (v. 23 73). sociedad feudal 71 ; o mejor aún, el don ha quedado fi¡ado en la
Si Roland lira el guante de hierro, símbolo del despojo de la
norma de la sociedad cortesana72 :en cuyos cascillos se deshacen las
conciencia69, no es para que lo acojan en su seno los ángeles de
huellas de un mundo que fue una concentración instantánea de
Dios sino para que alguien le acompañe por un mar de sombras y
poderes secretos.
lo deshaga en el vacío por ausencia y por silencio, para ser siervo del
mundo y no de Dios. Roland estaba ya c.ansado de es/ar muerto y ser en Esta situación sólo podrá explicarse en la Cbanson de Roland si
admitimos francamente que el conflicto entre Roland y la socie-
la época feudal. La falsa conciencia de la aristocracia es visible por
la emergencia de la ética cristiana y de la cosmovisión que impone dad fue un conflicto trágico7 3. Y esto significa que Roland se
hallaba implicado en su elemento trágico de cal modo que hizo
la ideología de la Iglesia.
La mentira de la ideología se impone sobre todo en la conclu- inevitable la ruptura con las creencias que existían en su entorno.
sión que la pastoral de la Iglesia deduce de esta muerte, símbolo Si se admite inicialmente esta tesis, habríamos de concluir
EPOPEYA E HISTORIA CONTRAUTOPIA ARCAICA EN EL CANTAR 19 1

diciendo que el ideal caballeresco es de una parte, inseparable de la de las ~rozadas ~ al esfuerzo general de la cristianización y de
noción edesiáscica de orrlJ y, de otra parte, quebranta las relacio- promoción del laicado por parte de la iglcsia79.
nes específicamente feudales que son de contenido arcaico. De ahí La Cbanson de Roland está repleta de relatos milagrosos y algunos
que imponerlo, significa destruir la utopía en beneficio de la de ellos resultan significativos en cuanto apuntan a la aparición de
ideología. un nuevo es cado de cosas. Cuando Carlomagno y su ejército llega a
De todos modos, no se habrían formulado cales cuestiones en el Roncesvalles, después de la muerte de Roland, el principio mila-
seno de la Chanson de Roland, de no haber existido una razón groso hace su aparición de forma ordenada y sistemática al
histórica suficiente en su origen . Aunque el palbos del Rolaná no servicio del rey: «Pur Kar/emagnejisl Deus vertuz mullgranz /(,ar ü ~
deja vislumbrar con facilidad esta cuestión, hay que señalar con es/remé.sen eslanl». (vv. 2458-2459).
energía que el ideal caballeresco respondió a una preocupación En codos los milagros que a parcir de ahora se llevan a cabo, se
absorbente por la•ridad, que en el período feudal estuvo ligado establece la _lógica del milagro que depende de Dios y no de los
a la pertenencia a un sistema de parentesco y a las posibilidades hombres ni de su mundo. Así concebidos, los milagros que están
sociales que de inmediato permitió una teoría de la alianza74. presentes en esta parte de la Cbanstm de Roland no son sino símbolos
Ahora bien, si no se enciende así la sociedad feudal y se acepta que de la victoria de la Iglesia y corroboran el símbolo central, la ruina
el uso de la seguridad se inscribe dentro de las nuevas exigencias de un mundo hierofánico y sagrado.
que las capas cultas de la Iglesia imponen75 se comprenderá la la introducción de lo milagroso exige asimismo sus funciones
agonía que debe emerger en la Cbansqn de Roland significantes. Ninguna más importante, para la iglesia, que las
Una expansión de la ideología de la iglesia exige objetivar reliquias y el carácter ritual de su vinculación al mundo:
socialmente los contenidos subjetivos del modelo cultural, y si su
expansión depende del desarrollo del ideal caballeresco hay que Asez savum de la lanceparler
señalar que la ansiedad que se opera en Jos cuadros sociales de Ja baja DunJ Nostrt SinfaJ en la cruiz na.rfrti·
nobleza, incluso en tensión social , deberá ser acogida anticipada- (,arles en ad la mure, 1M'Cil Deu,

mente por la ideología. Anticipación que es desglose operativo en En l'orél l'adjaile manut'l'ff'.
función a: 1) Desacrollac WJ nucvo siscema de coordinación social . (vv. no3-2506)
2) Destruir los niveles de ascenso social del sistema de parentesco
por los que sugiere la ideología. 3) Impulsar la idea de serr1iciQ que ~n inmediata conexión con la aparición de lo milagroso en la
fortalece el sistema trifuncional y que se asienta en un factor sociedad, se halla la nueva función de la guerra y el carácter de
religioso-moral76. ritual eclesiástico que asume la bacallaso. En realidad , la batalla
En una palabra, llevar a sus últimas consecuencias el ideal contra Baligán --cuya oportunidad y coherencia dentro de Ja
caballeresco educando al mundo militar en las virtudes patrísticas Cbanson tanco se ha discucido81- se inscribe dentro de esca pro-
y mo~izando sus imp~sos guerreros. Esta educación de la Iglesia funda transformación que el poeta subraya a la muerte de Roland.
es el instrumento gracias al cual todo guerrero en la sociedad A paccir de ese momento, las tropas de Carlomagno llevan a cabo
~eudal p~ede . ~ceder al nivel de corrección que la ideología una auténtica batalla, tanto en la necesidad de presentar enviados:
impone: impidiendo las oposiciones trágicas en el seno de la
aristocracia y las luchas sociales. la determinación de un fin Venir s'm wlJ li emperm (,arles
conjuntivo es una forma política de la ideología de modificar el {)uanl de paít1ss li surrienJ l'1s tnguardes
seneido de la presión militar. Téngase en cuenta que Jos guerreros De <X!ls deumt; tfndrenl""' ~
de Roncesvalles son guerreros de la fe77 . «Se ror murez, eslerez seinz De l'amirail /í nuncent la bolailJI.
marlir$: / Siegesavrezelgrignorparers ... (vv. 1134-1135). De ahí que la (vv. 2974-2977)
Chanson d8 Roland desarrolle el amplio Jeseo de la Iglesia de trans-
formar al caballero en un miles Ci!risli78, ligando su suerte al espíritu como en su sentido colectivo de la ordenación militar82 :
192 EPOPEYA E HISTORIA CONTRAUTOPIA ARCAICA EN El CANTAR 193
<;ranz sunt les oz e les esdJeles beles.
Saint Gabrtel dt parl Deu li vinl dhT:
Entre eis nen aJ ne pui ne val ne lerlre,
-caries, """""' les az dt bm emp(tr)el
Selvt ne bois: asronse n'ipoel ISlrt;
Par.for'a iras en la tm dt /Jire,
Ben s'tntreveitnl en mi la P"'ne tert.
Reis Yivim st sua:uras en Jmpbe,
(vv. 3291-3294)
A la cill!I f/114paiett un/ asUe:
Esta transformación se formula en la conciencia de La iglesia y li cbrestfen le recleiment el crienl
ciene profundas raíces en la exigencia social de esce período. Se (vv. 3993-3997)
manifiesta en el ámbito ritual -cuando los jefes deben llevar a
cabo las arengas83- : Esto completa la visión de los elementos ideológicos de la
Chanson de Roland que corrobora el carácter concrautópico que
-&ronsjrrmceis, Ulf '* bons vassaJs asume. los símbolos cenrrales de la aristocracia y de la cultura
tank!s balail/8S avezjailes en Cllffl/Ar! ~eudal han sufrido una profunda distorsión y, muchos han sido
V61!Z paien: jeJun sunt e cuart ancl~ rechazados, debido a que la sociedad del siglo xn los
Tu/e /or lar un defier ne ful' vall. consideraba absurdos y no existenciales. Por la predicación y la
S'Ü un/ grant genl, d'it;p, ~ qui aúl? enseñanza y gracias a la medicación en los monasterios renovados
Ki (orne) well a mei venir, s'en ali!- la ideología de la iglesia lleva su pensamiento a la proximidad d;
(vv. 3335-3340) lo que socialmente importa pensar.

como en la devoción por la ceremonia84 : 5. Recapitulemos.


La sefJaradón diferenciaJ o catástrofe para retomar la expresión de
Clersfa/ bJU'Z e b g){ellz luwnz René 1bom con la cultura ucaica de la feudalidad constituye el eje
Les oz sunt beles e les cumpaignes granz, central de la Cbans<m de Roland. Esto es lo que existe de real en toda
fusllJes sunt les esdJeles devanl. Ja Cban!Xm. Si la "separación" se expresa en forma mitológica - cal
(vv. 3345-3347) como acostumbra a ñacer el lenguaje épico89- entonces n~
p.resenca codo como un aconcecimiento del pasado aunque, en
De otro lado, la incidencia de la ideología de la iglesia se rigor, sea canco del pasado como del presente y del futuro. El
manifiesta, a través de la exigencia de programar y ordenar la fe en acontecir~ienco central al que hace referencia esce poema épico es
Dios8~ , como un destino histórico-religioso86. 1~ ~arrac1ón .de la muerte de Roland y las circunstancias que la
Finalmente la Clxmson de Roland traslada esta ansiedad, que htcteron posible. Quizá ningún texto literario ha sido objeto de
desespera en lo-real, a la conquista de Zaragoza87 : caneas interpretaciones, esco se debe en parce, a su profundidad
psicológica, histórica y simbólica. En lenguaje mitológico esce
Paien sunt morz, aJquent (turnil en faie), texco describe la muerte de Roland como el stmbolo deftnilivo de fa
E Carl&f adsa batailJe vet1CU8. ruma de la 90d8tlad feudaJ y del pensamienlo tm:aia>. Toda la
De Samlguce ad la porte abalue: d~ripción .es d~ neto carácter écico-psicológico90 y refleja la
Or $1!1 IJ ben que (n 'ert) mMs dejendue. realidad social. v1gence9 1. Roland acoge su destino individual-
Prent la cillJ, sa gent ; es/ vtnU4 mente, sabiendo que éste era morir sin queja en el~. Por ello
(vv. 3648-3652) mismo, la Cbanson de Roland expone esca narración buscando una
va!idez universal. El predominio de los aspectos psicológicos y
y traslada asimismo esta ansiedad, que desespera en lo ideal al éticos no excluye la presencia del aleo valor simbólico.
culto de la nueva caballería, al objetivizar y predicar como conclu- Todo esco es lo que hace que bajo una forma literaria, la Cbtm.fon
sión de sus exigencias ideológicas, la cruzada88: de Roland oculte un mito cósmico y se~e que la •dcsmitologi-
EPOPEYA E HISTOllIA CONTRAUTOPIA ARCAICA EN EL CANTAR 195
194
trifuncional que acoge ideológicamente una cooniinac16n social. Cf Hllloin «Wis 11
zación• que la ideología de la iglesia impuso, no eliminó los ~-Jr:dlfr. en 1Wn•r!IWolrf, Paria, Gallimanl, 1974, pp. 147-168. YIArlfrJll
elementos míticos en Ja sociedad europea del siglo XII, sino que ordrs °" ,,_,._, tiljlot/llJlltltt, Paris, 1978. Hay rnducción en castellano ÚJl ftl
~olo""'1fJNt'lotltl~, Argot , Barcelona, 1980.
los subordinó al punto de vista religioso y moral de la iglesia. El 6. El estudio de la incideocia agresiva de la cal>Ulerla en la cultura eclesiútica
acto individual de la muerte de Roland no es el acto aislado de un ha sido llevtdoa cabo por Búbua H . ROICnwein, '-""--'""""'*JIMOC°""""'
liltltg:/1111"1111111.,,,-,-m •Vimor•, n, 1971, pp. 129-lH. Barb.raH llosenwesn-
individuo aislado, es una acto de libertad que, no obstante, se halla Lesrer K. l.ittle, SocMI """""" "' /IJt Mottlllbc llNI Mmdlcttnl ~ en •Pan and
inmerso en el destino universal y trágico de la existencia de la Prestnt• , n. 0 63, 1974. Una reflexión siguiendo estos trabajos, pero vigotOt& y
original en ~rges Duby, 5-la.-d. LArfC:..-, Pam, 1976, pp. 45 ss .• donde
aristocracia como clase dominante. La mayor y mejor de estas escribe •Non sana raison, on a voulu voir daos la psalmodie cluniasjcnne la
libertades es tener coraje para abandonar el amor por lealtad a su sublinwion des ~es chevalemques, 'ce comme le dkourntment symboh-
que des agressivn& dont les moincs, 1ssus de l'aristocratie miliwre éuienc por-
destino: Al hacerlo así, Roland qu«ia de.fpedauvlo en el silencio de su teurs».
firmamento d8firmml blanal. 7 a. ~rges Duby, ú7Mf.Wdtls~ L'.tllt.IOOlll, 980-1420, Pam, Gallimatd ,
1976. Hay cnduccióo en castellano: 7IMifl? 4llr ~ El"'* y t. llldldM, !J8f>.Jf2(),
Argoc, Barcelona, 1984.
NOTAS 8. La tesis sobtt el ongen y la formación de la ~pica, y especialmcnre de la~ dt
Rr!ltlnd, se encuentra en los trabajos de Uon Gaucoer, ús ffXf* ~. Paris,
1865- 1868. Gaston París, ~ f10111fW dt ~. cit . . Pio Rajna, ¿·-..
1 Hoy día es imposible reducir la inmcn~ bibliografía cxistence sobre la a.....'*
ltJl.NJ. V~ para los problcmasgcocta.les cksdcel punco dcvista littnri<>Mattindc
""'""* >-. F1muie, 1884 Para esa ruestlÓft w.e Bédier, ~ m, 325 ss.
R. Me~ndez P1dal, ~ di., pp. 8 ss. Razonando el sentido de •trsdición• que la
R1quer, úrG1lonot'*811*~· Parls N1zct, 19H , 2. 1 ed., pp 13- 121. Pierre Le historiogrúfa romf.ncica asume, lo escudia Fr. Graus úbmdlfll 1w,.wr::t6olll (M.
~ncil, úr CU.O.'*~. Paris, Hatier, 1967, 2. • ed
2. Todavía hoy existe una postura irreconc1hable entre •trsdicionalmas• e •ind1v1dua-
~.,. MtlltlMfllr llltd
1975
io1"" ltl...... - Mtllltlllr. Koln-W1en, Bohlau Verla¡¡,
hstas•. DHde la obra de Gasron Paris, Hrslotnpol/lqwt#~. París, l1brairie 9 a Paui Aebischer, """""1itwt1,.._., ltMttdtfriPrl, Berna, Franclce, 1972.
Emile BouJlon , 1905 ( 1 • ed 1865). Slacl<tM Reprincs, ~neve. 1974, a la de 10. Baste señalar can sólo que en lad«adadel cincuenta se publicaron las importantes y
Joscph Bédier, Ui ,.,,_ ifJ1qu«f, Rdm:blr swr t. jJmrllhort dtls """"- dt ,_. J.v1 Paris, fundamcnrales monograflas: En 1950, Rica Lejeune, úr - dJi ~ ~
Champion, 1908-1913. 4 vols., las po1rutas se han vuelco criticas. Contra la 118uda ·~tlOlaw.,en 1951,JulesHorttnr,úrai.-•ltMttd"-lit..,,._,~"
ttSCc16o deJOKph Béd1er, ha escriro en esp«íal F. Loe,..,._,..~..,. l/fJll8l"Olf; en 1952, Mamn de Riquer, /.olC41Wtwt#,..,~; en 19H, DimalO
~ v, ¡,, Cbtlnlon•Rtillmd, en •Romama•, 1928, pp. 357-380. R. fawt1er, úr Alonso, úrpntlN/iw lpáfr- •lit "4 • - , . . _ . _ , e n 1955, P1ertt Le ~til,
ctMoidt~ltudt/JllltrilW, Paris, 19B. Y sobre todo Ramón Men~nde2 P1dal,úi úr CU.O. di~. teniendo lugar asimismo los importantes •Coloqwos de Ron-
a--it11Rr!ltlndyll~. M.dnd, úpasaCalpe, 1959, queademú lleva a cesvalles•, Pamplona, agosto 1955 (Actas. z.,..g.,..., 19~6), en 19~6. }can Rych-
cabo una excelente. aunqtJC parcial. pu"""' a runro de la historiografía sob~ este ner, úiO.-dt,.,,; y los primmls cra.beJCl' llenosdeesccpUcismo, cldeRoland N .
tema, pp. 8-48 Se 'ttt2 ll1miunoJules HOttttlt, úi""""°"'*ltJl.W.,__,.~ W alpole, 1tl ** Ilt#iltlnll111 fMt: Llf¡t6 (lM Hot6 lll#dl!), y los de A. V iscarcl1, m~""
frww;t¡mt1l/fJll8l"Olf•_,.,.llff', Bruxelles (B1bhoteque de la Facult~ de Ph1!090ph1eet
Lemes de l'Univenité de Licge, fase. 120), 1951, que acoge una postura intermedia
""""'°""''
iJ pollo; CrwJo f/"lo en 19)9, R. Me~ndez Pida!, /JI 0.-dl Rolttnd, cierra en
cierta forma el ciclo de grandes obras en esca dttad.a.
que a~ de ello también dio lugar a problemas. V&$e sobre e.ros problemas It2lo 11 . El primer ualto se inscribe ya en el importante rrabajodeJean Rychner, yacir.do, y
Siciliano, úsor..,..tll!t~drt'&* 7Mnut..._,, Paris , 1951. Id., !.a 0--. en las inteligentes obsetweíonesde E1J8ene Vioaver, úr_,deRoltlNi.Alittflt6tn#d'-
di""' 11 tlfxl* M)tla Hrtk)ft /lofrfw, T 0tino. B 1bl i0t~a di Scud1 f rancesi , 3, 1968. f'Ol*tlw~. en •CaluendeCivilisation MMimle-, 1964, pp. 133-143. Para la
3. Posible gracias a algunos trabe)OS recientes sobre la ~ dt ~que .han historia como historia de los sistemas de valores, v&$e Geocges Duby, L'billoft •
permitido al hisroriador social evitar los ricsg_os de la polém"a filológica C1!att l)lltlllUSdtlillllun, en •History and Thcory•, vol XI, n. 0 l, 1972, pp. 15-25.
como mú imporcancesaJta.n Rychner. úia--tdt,.,_ &M-t.n~•~. 12. Las razones his<ónco-1deológías que motivan raJ acurud son muy bien razonadu
Gtnevc-Lille, Oroz, 195S. Matthw Waln, R»limdllttd, ~. ~ 1Mr por Peter Von Moon, L# Jilmcl l'H8tMI 11 w ~ ~ en IWrt """"'1r/. PWrrr le
SllW/ur imd ~ 8""ulimi. Heidelberg, •Srudia Romanía•, 9, 1965 Karl- Vmlrwbit. JMCclmlttb IW«tJ r 11:1, """1tirsll .,.....,_ m ~""""""' • 1111'"'1:11, Par1s,
1

Hemz Bender , ~ imd v-a. ~ ZlR' <lillwri dt f#á "-.u. ¡.IJr/Mlndms, 197:5, pp. 425-468 .
Heidelberg, •Studia Romuuca•, 13, 1967. . . 13 Cf. Hans RobertJauss, ~ols~. frankfurc am Maín Suhrlcamp,
4. Uno de los problemas mas intet'C$alltes pera la h1stona 50Ctal que la t.mono- 1970
grafia sobre la a.-. di k1tmd nos ha de1.do ha sido el del -"'h
n
"'*'*· Cf R~n 14 . El pe.so que es preciso dar para ..iir de la aporla de las interpretaciones clásicas lo
Menéndez Pida!, 11'· cit., pp. 1-254, que cree que el SllnlClt> como •carencia de indica ya K . H. Bender, ~llllllV-'l, cit. Comohaescriro J auss, tfJ. at, p. 177,
información documental• , y la de P1ertt Le ~ntil , úr nolior11f•llM "11efl> 11•dtnuM
bllt<llla dt M Mt:rtMtlez Ptdlú, en •Bulletin H1spanique•, vol. LV, no 2, 1953, PP ·
•en esca hmoria de la pnmitiva fpica franc~ se expone la aparente congruencia de
sociedad feudal e 1dea.11d.d ~1ca romo un PfOCCSO que se mantiene a través de 11N
113-148, conc1li.dora. Jean Rychner, ~ al. , p . 157, llega a escribir •pour n~, le discrepancia consu.ntemenre cambiante entre •realidad• e .1dcologla•, es decu,
silcnce de l'époque prk~te ne nous 1mpress1one pas / •. ./ ~tons que le livre entre las coyunturas históricas de los conflictos feudales y las respuestas poéticas de
n'esc pas essenucl a la chanson ... • ¿Cómo incide la 1dcolog(a en una transmisión de los cantos épicos• Pata las tendencias de la 10Cie<bd feudal en (a littratuta ~ ~!
cultura oral? Este es el verdadero problema, pues el que fija el reicro en un marouscruo lúcado articulo de f'r Gnus, ~ ti ~ """*-"" u l'OI 11 lt Jllltlllr, en
ctM.ucncta en ocasJOOCS acntudes ansioau cHiscorica•, 16. 1969, pp. 5-79.
5. Los trabajos de ~rges Duby tratan de demostrar con precisión en el trawn1enco de l ~. Las diferencias del mttodo así ..:ñalado con ~todos ptteedenrcs de la tr.dición
las fuentes narrativas el decisivo ~I que 1uega la 1gles1a en la forcnac16n de la teoría
196 EPOPEYA E HISTORIA CONTRAUTOPJA ARCAICA EN EL CANTAR 197

historiográfica son semejantes a las que~ Ge.orgcs Duby enttt la historia 110Cial y 28. Vbise el inteligente trabe,o absoluwnente ttnovador de Mamas Walt:t, ~
laC g " • a.DslOOllll,...,.., Pans, Galhmard, 1971. ~ AlcaMs/#d, cit., especialmente pp. 33 ss.
16. Max Horkheimer, Alt/llltllt• bllllaw"'*" ~. Snmgan, 1930, pp. 6 ss. 29. Cf. K . H . Bender, Un 11if1«J • "1 ~....,,.. ~ /'adula-« 111 bi11Ut "°""1# d4ns t.
V~ Katl Mannheim, ~ lllllf lfrf/11, Franlcfutt, 1952. Emsc Bloch, O. Prin4 cáiMIOfll de gtJSlt Ao1 lll" Me#, tn •Soc1ttt Ronccsvals, IV Congtts lntemationaJ.,
lll!Jll-t, Frankfun, Sulvlwnp, 1976 Id ., Glill • IJtllie, Franlcfutt, Suhrlwnp, Heidelberg , 1967 (Srudia Romanica, 14, 1969, pp. 9S-105).

17. Katl BosJ. ~ ""°""""._._


1964. E.M. Cioran, a.ddlllllllflfktJ#, Stuttgan, 1965.
a. ..
~ "'*"*'- 1111t1.-.. ~ 1 ,,_..
d#cMldlsMilllllllM, Stuttgut, Anton Hiersemann, 1972, pp. 47-60. ld., c.lltr:btljll-
~O. Esbozado magmralmenre por Erich Aucrbach, ~ °"1gtJSltl/lt 1l'irtldMf ., dtr
..,,., t """úlltrwllir, A. Franc ke Verlag, Berna, 1942 (Tcad . esp&ñola, México,
F.C. E , 1950), cap. v, pp. 9~-120.
....i, JW¡Ui lllllf /(Mlfll• W..MaMillr, Munchen, Verla& dtt Bayeriscben Akademie 31. Segun la expttS16n de K.arl Yossler, 7.111 E>uiltJ;um¡¡ ~ Dtdlol"Rflxmm, en Aiudtr
derWissenschaftcn, 1976, pp. 655. G . Schmidt,IWi*"'.~ L*llit-',,._.,,,.ill '°""""°"'ir.u. 111, Leipúg, 1942.
frll#tt"*""" z-~tl#ArdlilidM•"'1r~. en ·ZBLG•, 34, 1971, pp. 32. J . Frappier, Rfj/llxtoru 111r lc rrJff10ftS des dion1on dt geM tt « t"'1/cft, en ·Zc1rschroft für
15-84. roman1sche Philologie•, 73. 1957, pp. 1-20.
18. J . Cueneuve, 1.11...-"'*""", Pam, Annand Colín, 1961, que sigue en esca 33. E. Kóh ler, {}wlqwr obrtrtwltont d onJre ""*"-~sur les r""10rlf mm"' dJon1on dt ,_.
definición a G. Gurvicch, ~" dlitnlllnllilt"'
E .S. C., 19H a.
'*""" m~. en «Annales•,
del mismo, úr ~ i.. ,..,.,,..,,"'""' úr t«ll#Oll-*"'ltdt"' ~.
"°"""'
ti lt allnQI , en •Chanson de ¡¡esce und hófischer Roman, Heidelberg Collo-
qu1um•, 1963 (-Srudia Romanía, 4), pp. 21-36.
PattS, 1950. H. Cf. Erich Auerb~h . ~- al , p. 119.
19.
V,,....
En el sentido de Rudolf Otro, O. &ilttia ütw ""8 /nlllltJlltlll ill dtr ldlldsG'Illlld#n
ZMM ~.Gocha, 1929, 18 ° ed., y que en algunos sentidos ptteisa
"""llÍlt .35. Por eiemplo Mauh1as Waltz, CfJ- at , p. 19, sosuene que en la CbatuondtRolandse
adviene que roda la sociedad es una esp«ie de~; esro es, una SOíiedad
Mircea Eliade, 'l'trlílltflfillllfftl#Rl/itlioltt, Paris 1949. Id., Hi'*"rl"'1'1f1Jtl'l(alld#ft""1 en el seno de Ja cual el poeta ha proyectado su id8Q/ de la sociedad caba!Jeres¡:a.
~. Pam, Payo<, 1976, vol. l. p. 7 55., donde CKribe •le 'sacré' est un mmcnt ~6. V~-. a mododceiemplo.J Flon, IJJno/londtCba..,dmlsldselxtnots<kC.dulflt"
dans la structutt de la consc1ence; er non un srade dans l'histottt de cette CORK1ence. m:lt F.w~«t~,en ·Moyen Age•, n.0 2, t9n, pp 211-244. E. von
Aux niveaux les plusardwquesdecultutt, tm,,....,.,...aw.._est ensoi unt1ete Richthofcn, /4 ~ dmls t~~ du .potma du Cri· ti dt 111 °"'1uon « Nnland, en C. C. M.,
~.car l'al1meotation, la vie scxuclleer le travail ont unevaleursacramcncale-. 1960. pp. 76-78• Ch. ~llin•k.A~du.!)~dt.(XJUtll<Or~la ·Clotuondtlil?Jinid.,
20. Aunque puede ser wnb1fo ideológico, en d sentido que le ofrece Fr. Graus, IWt, en C.C M ., 1976. pp. 39--46 Y los trabaios citados de Mauh1as Waltz y K H .
Rm•
Htrrr.btr und IMlt(¡rtT.,. ~ _...,
zm ~,,,,_ dtr Mttoa.,.,W, Praha, ~nder .
Nalcladerelstvl Ccskoslovenke alcadem1e ved, 1965, pp. 160 ss , doode habla de una 3 7. U u lizo en el. pre.ente rraba,o .a edición cmica del manuscrito de Oxford llevada a
•coincidencia• enttt la rtl1g1ón crisuana y la pagana. Sincttusmo que hace posible cabo porCesatt Se¡¡re, 14C1loMnikRoltmd, Milano-Napoli, Ricardo R1cicard1, 1971.
la M:Ulruración mediante la hagiografía. No rengo ni que decir que cuando he hablado, hablo y hablaré del Holand me refiero,
21. Esta CUtStión incide con el planteamiento de G. W .F Hcgd, lllMa (ccad. ital iana), como hoy ctta es ya absolutammte aceptado, al Rolmtdde Oxford.
Milano, Felmnelh , 1963. pp. 1.381 ss,. 1.447 ss . Comopodrtobwvarsea lolargo 38. Karl Bosl, Ow ~ SlMlur dtr mliltldllttrlrdl c.lbcbajl, en Dtf GotllsditJfl or dtr
de este trabajo, en el análms de este problema concrero que sed además un ......, GellcbtcNt des M~. Gottin,1¡en, Vandcnhoeck & Ruprcchc, 1966, pp. 2S-'13, ha
dirttción de un análisis hi.róric1>soc1al, donde k> ....,_y
apaiccerá una clara distanciación con Hegel. Si Hegel se hubiera movido en la
lo socio.J se h ..bicran
puesto en rdac1ón con el concepco hegeliano de . . , -cm> yo- que le habcía
hablado de la aristocracia como la dase social <lirigenre <= Plirlwu~) cn ese..
época. pero no la ha logrado (aracterizar de una forma dcfinmva . La base de tal
problema lo plantea el mismo Karl Bosl en orro craba10 m.ts tte1eme, donde informa
resultado posible negar Is •idencidach del supuesto y habría abierto el campo a la sobre las dificultadC$ que nisten para caracterizar a tal grupo social a parcir de
noción de ideología. Renovar la postura de Hegel significa abrir el espacio a una
doversos cipos de información• Cf. úrlbilder undWerltOf'Slt/lun¡¡m áe:;Ade/s ""' der •.tterocimger
intelección más radical de la dialéctica, en su función social y exmencial.
:et/ /xi ~ur HolJe der fewJaJm Ge9tlbc/Jaft, en oThe Epic 1n Medieval Soc1ery-, Tübingen
22. Para una compttnsión general de este problema me permito remitir a la 1mpottante Max , N1ermeyer, 1977, pp 18-36
obra de Georges Duby , s-.1 a,,_¡, LAnót*mm, Pam, AMG, 1976. CT.) E Rui2 39 Cf Karl Hauck, /.t#Jtnsnomrm uNÍ KMllm;lbm m gtrmanuchm Slamm# und Hmflcbtr¡¡tneolc>-
Domen«, El°"fl"'dt"'obn'*"'*}Ndtll, Barcelona, 1979. grm, en •Saeculum•, vol v1, 19~5. pp. 186-223. Karl Bosl , DieGruntiJaBmder.lfod<.._,
23- a. Carl Erdmann,.!MEn.ál!lhmglás~. Stuttgart, Kohlhammer, 1935.
CesellschujlimMrllelalkr, cit., pp. 47 ss. G. Schmidt, llt4gti;n,MydJos,l_¡turgoondffmscbajlm
24. Recomiendo la lectura atenra del ankulo de GeofTrcy Barraclougb, Dtus /# rfll/1, en
{rüJxn llrllefaJkr z,,,,, 1~ dir ~., der ~. rn • pp. 15 ss c..,n rodo se
•The N~ York Review• , May 21, 1970, pp. 12- 17, que es un pmner esbozo
com1tnza a realizar un examen <mico con respccco al problema de la mc1dencia del
crírico sobtt el sentido de la 13resividad y la guerra en la sociedad feudal. Con todo
culto a los -sancos• en esta época. Tema del que pueden clec1rsc muchas cosas, a
me permito remitir a)- E. Ruiz Domencc, Gumoy~m "1Eurrf!Ofeudal. Bllljemplo
pesar de los magníficos rrabajos de Fr. Graus, l\>/Á, l/tmdler u11d Heúiger im Re/ch der
caldldn, en «Quademi Catanesi di Studi Classici e Medievali , U, 3. 19110, pp.
.lltroetm!l"r, cic K Bosl, Otr Adl.,. /dclalhpus und lfri!dMI ~J wtd KMilur.,.
26S-324».
~lltrot."'ll'lr.ttlilc:bm &n"'7t t/t¡¡ ~ """ 8. jalriurtdtrllo, en • Spcculum H 1sroriale, fC$tChrift
2S. Dt enne la abundantísuna bibliografia sobtt el 1dal caballeresco, Wa$C JOIOChim
Bumke, ~ ZJlm Ri/lerlJfgnl ,,,._ 12. lllld /J jll/lt#Jtmdltt, Carl W in ter U nivermatsver- fürJohinnesSporl-. Münchcn,Alber, 1965, pp. 167- 187.
lag, Heidelberg, 1977, 2• ed. Haru Georg Rcutcr, LM Llhrr wm Rillmkmd 7.um 40. Esa toma de conciencia que en realidad responde a las agudas cran<formaciones del
RilllrlJtgriffín ~ lllldDdlllng ton 11 bilZMm 13 }tllritmdtrf, KOln, BOhlau Verlag , modo de producción señorial entre 971-1031 y al desarrollo de un nuevo tipo de
ttlac1ones de producción, han sido analizadas reaentemenrt' por Georges Duby. 1.111
1975 Abundante bibliol=rafia se encomrará en O.~*"' Mtlltlttltr (Hrg Amo
/rl)qlJfrlrs, cu, pp. 183-205, con suma CKrupulos1dad y acierto ba¡o el mceligenre y
Bom Da.mutad , Wisseochaftliche Buchgescllschaft, 1976, pp. 437-482, y en
concreto para el ideal caballeresco en RJlltrlden ~ (hrg. G. Eifler), Oarmas- justo epígrafe de • 111 m.rolua6n ftudal•- La apropiación de los domint de los valom
tadt , ibid., LVI, 1970. divinos e imperiales, de la f!Ol«las, fortalece su estructura mítica y cohesiona la
<OCi~ad de la que serán a pe.rtir de este momeucu l u . - . . Roland es ab1erwnenct
')(, Ch Dn1soo, 1Mor.:-sJ.t~1ll.z"'"-'-~· Pu1s. P U.F., 1934, pp.
uno de C$tOS- kudales, donde su estructura miuca es de conren1do arcaico.
289-290. 11. Este es el tema central de los crsbajos de Georgcs Duby y Karl-Ferdinand Werner
27. G. Duby, Htslowu1a1Jlt1~dtuocJ/#I, cit., p. 164. sobtt las estrucruras de los linajes nobiliarios. Véase emrc orros, Duby, Rtmllrf/U#tur
198 EPOPEYA E HISTORIA CONTRAUTOPIA ARCAICA EN EL CANTAR 199
i. lilllrllbn~M ,__Xl'llXll',.., en 1--•~·~·· París,
Mouron 1973, pp. 287-299 Id., Slrwlinl,.,.,._"-"'-.,."'"'-•"""-lll'
llXll",..,, 1bidem, pp. 267-287. Wcmec, lhPT º ,,...,,,.,_.fr....,,..,,
al caricrer oculto del tiempo drl Jtt y canc1erua la cseocia del tianpo pensada en el
Jtt. Lo que en loa dcmá e-. IC reptesenta con estt nombre, es tólo lo ..cío de la
apariencia del t iempo ttt1rad.ade lo existente entendido objetivamente•. Cf. J""-
Ffl'*""'1M (9-10 """*""""), en Dfl Jflit .. c.:l#dlll, 18, 1958, pp. 256 u.; 19, 1959, gt, Klostermann, 1963. La ruprura coo lo'*"'"> se ttal1zará mediante el entronque
pp. 146 SS. d1al&ttco con las clases en ucmso dc rorma especial la ministcrialidad y la susttru-
42. E$ consrame la alusión al linaje como prud. de la capacid.d de (== .....,), por ción deljllféotarisrocrático por el ,...dcl tnibejo y del salicropcrarivo que Jos grupos
ejemplo, v. 788: .[)rus mccoofundc, aclagesreendesmet!•, omásacklanre, como SOCWe 00 Jibn:s 111troduttn eo la csma-.... dc la lllStOCracia Wca. Soo dios los
justificación de su snuacionaltdad v 1076: •Ja n'en avrunt rq>ro«e m1 paren<•. que podrút oittccr una alremaova cultural al mundo ar1srocrático, descruyendo el
V&l.e sobre csra cueslión Mano Manc1n1, SodlMflw/Mt• itilolo(lltHwl -<Jwrol •~.. viejopdlotde la época arcaica. V&l.econtraesto Karl Bosl, úllblltilrllNI~
Firenze, Leo S. Olschlci tditore, 1967, pp. H ss. d.MllllllOlf•~blu-~-~~. cit., pp 21 ss. Wil.helm
43 M t..n lk-v.doacabo .,.._._ roro<altva p&Ddacubrirdittcumrotedsmudodc Stormcr, Ali9'fArMMl• . . . . . . . llllbtltl.._.,.._~,,,...,......,.
la guerra en la Edad Media Desgnciadammre los resulrados no !un sido sari$factcr dtr~llltdd#Ptllrlzitlll, en cZeirschMt fur bayerische landesgeschichce•, n.
rios. El libro deJean-Pierre Bodmcr, O..Krlf81r•~1md..,,'hll. BiMSludit 1972. pp. 946-971
iilJlr ~ a ¡w,,, . . ~ /bdlllftz Íll /lriiA ' ' ltrr, Frn & Wumurh Verlag 5 l. Esta es la ruón que creo más convmceme de que Oliv1tt no tenga pisado Cf. R
Zunch, 195 7, no alcanza un rratamienro ngurot0 del problmia que rrara de Menéndez Pida!, <ti aít, pp. 318 ss
analizar. Una butna prestntación dc Jos renos narrauvos, pero una falta imponante ·52. Para loa problemas de Ja cúptú ononúsnca Roland/Ohv1er fta5e R1ra l.eJCUnc, t..
dc coherencia SIS(emánca K encuentra en la úul obra dc Kurt~g Cram, ""*- -•(XJl.flleltl#rwíre/tJ/MtdllOlur, en •Mela.ngcsG~go1re•, Bruxrlles, 1950, t.
W. 1Mm RldlódMi"'*" d#"'""'.,. """'*"'Mtlllidlr, Munster, 19~5. V~ con todo, JI, pp. 371-401.
mi artículo,). E. Ruiz Domenec, EJ-'íod6~. . ·Emtl>ldotlN#grO•'i'lolMIOÓtttl H. Por ejemplo, R. Menéndn Pida!, (J'I aít, pp. 296ss .. un capitulo mulado cRoland y
~11ti.,,_,. .. 1.A11118*11JlllM, en c.B,Jl.A B.L. •, Barcelona, 1977-78 la desmesura dcl pundonor•. Cf A . Foulet, 111tJl.td...., Df.,,_,., en ·Rom .
44. Qut> consttcuye además d....,,,,, de l& dJSputa central entre Roland¡Ganelon. Cf. Philology•, x, 1957, pp. 145-148.
cscrofas (i.as.) xv1 ss. · 54. Menénde:i Pida!, <ti at, pp. 3 14 ss
45. ú teoría de la iglesia sobre la cultura feudal es a la vn un di.agOO.uco y un programa. ~~- Duby,L111111prdt~,cit.,pp. 63ss
Desarrollado ya en algUOOI aspecrot en el periodo carolingio fue lentamence convir- ~6. Véase el artículo de D. J. A. Rou, L'~ dt .1'1#o/¡¡tu. · k ,,,...,,._ d6 l. IMtot, en
néndose en lo que Fr. Hcer denominó una 1dcología polícica. U. Fr. Hcer, ~ •Cahiers de Gviltsatt00 Médib<aie•, VJ, 1963, pp. 127· 138. Este n un problema
~ Et1td11•nulln ZMaa t.,,._,, Z111d111~~ ~'" ;el •' - ' •
,,,,.,Eutf1XlslMXll}tlbrtlundtrt, Wien, Zunch, 1949. Para los anrecedentes, véaac Karl
muy importante que estt sin tmbargo por dilucidar. La cuestión cscriba en salicr
¿qué tipo de funetón tiene la lanza en la ai....m? La colisión parece indicar que nos
Bosl, IM~ ·~·"'1FlmMion "°"GlilllidJMlwtdlflrr:«, en •Festschr. f. enconiramos en cae •momento• dc rransformacióo en el que los nuevos •gucrttrol•
Th Kramer•, WunburEerD1oz, 37-38, 1975, pp. 283-293 comienzan a llevar la lanza sobre la mano y los ov1e1os- como Roland, asentados en
46 En ti sentido precisado por E. F1nk, ~ 11'1 'le/b;mtbol, Somgan, Kohlharn mer, su naturaleu y su ruda alrivn prefieren concinuar en el uso de la anrtgua función de
1960. punzamien10. Esce problema lo p lanea con nuevas soluciones V. Cirl0<, EJ._,,.,.
47. Cf Gcorges Duby, Ala~ª"",,,._ d6 dajblton .u.Ir, en cMélangcs en aáltbl • /« l/fJiol XI M X/11. Bellaterra, 1980. Tesis doctoral (aún inM 110)
J"honneur de F Brau<kJ., París, Pmat, 1973. vol. 11. pp. 18\. JAA '7. Cf. G. Duby, Ll""'-"*•BrlM-. París, Gallimard, 1973. Del mismo, <iwmfl
48. G . Duby, 5-tl &r,..J. L'An c-Dm, cit., pp. 23 u , escnbe •la culture qui s"est
construí te dtpuis ran IJlJUe pour l'artstocratte laiq~ est dooc une culture du pwsir.
lllOlll.., l.~/lt*ll. ~•l. JWt. l. ,,..m 11 r.,,,..,. ÚI ,,...,.~. en
•Concetto, Storia, Mm e immagini del Medioevo., cd. V. Branca, Firenzc,
Elle culmine dans les Fercs du corps•. Ver igualmente, ~ f/ l'tlysaN, Paris, Sansoni, 1973, pp. 449-482.
Gallimard, 1973, pp. 18!>· 190. Esra rcntariva del profesor Gcorges Ouby deja, no 58. Esto no qwere decir en modo alguno que l& a.- no presente a Roland luchando
ol»canre, sin ttSOlvcr la ci.cu16n dc s1 en la inrencíon bmsica dc su pensar el mundo. con la lanza, lo hace por e¡emplo cuando dice: cf1ert de l'espier tant cum hanste li
Ja aristocracia wca no ha de¡ado ya a sus espaldas el nivel arcaJC<rs1mbóhco. De orro durero (v. 1322), pero el valor simbólico de Ja dicotomía l~espeda queda
lado, la ima8en lúdica del universo y de la sociedóld, que rodo lo atrae y todo lo expues10 en este momento, y MÁS adelante adqwere un valor intensivo superior,
ehmma, alude al cremo recomo sobre el uempo m 1tico y a su necesidad . Sin cuando Roland pregunta a Olivttt: •O> d15r Rollaoc: -Cumpamz, que faitcs vos? /
embargo, habría que sab:r si realmente Ja ar1stocraúa laica de Jos siglos XI y XII En tcl baraiUe n'ai cure de bastun, / Ferseat:ers idcitavcirvalor. / Unt vostreesptt,
concibe el ¡uego como símbolo del universo; y asume radicalmenre aquella Ír&K de k1 Haltdere ad num> / D'or ese 11 hclz e de cristal li punz• (vv. 1360-64). y esre le
N1eruche que en l'tt;a l*"-o escribió •no conozco ningún 0<ro modo dc rratar con rcspoode (v. 1365): •Ne la poi tt11re-Ohv1cr li rcspunc• Esrees un problema, en
tareas grandes que el jurgo, kte es, como indicio de la grandeza, un presupuesto rigor,~- En la época arcaica la artStocracia tenía consigo unas bolas de cristal
que simbolizaban, Kgún P.E. Schramm, la 9obcrania (cf ~ ~
esencial•.
,......,.. """ .,...,... - lla ..._ .-.. Scuttgart, Htenemann, 19)8). Peio
49 La rucuralna uistocnicica se dcsarroll& lenwnenrc a lo largo c:iel SJglo X y x1 en un
rambién es un problema ideoló!IKO. u imposibilidad de Olivier de deKnvainar la
verdaderoSlandMdtll.V6'sf Harto Kallfelz. [)Qs~dtisMtrll• JO""" U}41!rbun·
e/m, Würzburg, 1960. Sobre esracuestión en general Wilhelm Stormer, FWlbtrAd#J.
espada de hierro cs ,.,¡ en la medida en que ,.illtx- como tal, sino que es una
donación del señor feudal lldlllld - - - En una palabra. Oltvicr no sabe .,_,,. tt
~ %111' pollttlcbm ~ ... ~ Ra:t ltft 8. "" 11 ~.
Stuttgan, Anron H1erscmmann, 1973. Sllmao. A pesar de ello, ta Clwiuon • RDlltnd supetpOOC la 111;c1ón y la tergiversa en la
~O. De ahí la antinomia profunda y radical (a la vez que inconjugable) enrre el culto linea de la ideología eclcs1ísuca. cuando djcc: •Oanz Oliv1tt uait ad Ja booe cspee /
rel1g1~lesiást1co y el caricter fcsrivo de la arimx.racia. La opos1caón obNece a Que K cwnpainz h ad cant demondtt• (vv. 1367/69)
que, como señala Eugen f1nk, •el simbolo cultural disimula el rango mundano del 59. fata accitud de la ideología de la iglesia eJ aún cosca, pero recibe algunos años más
simbolismo del juego• (~ cJJ., p. 148). La imposibilidad ideológica por parre Je la carde (sobre todo cuando la retórica has• poojble una npans16n técruu de l.
igles1s dc solventar esu "8uda oaoni• de La aris<0<r.cu w<• hac que cxurencia!- adeol<>g•) una formulaoón cotwrenre y prcrua en la obra de John of Salisbuty ,
mente la cUse dmgente sta constante en las fuentes eclcsiasucas como viviendo en ~"" d t . anWlilmr 11 ~ ~. en M1gne, P.L., vol CXXI)( ,
una~ <M crtrlllllo. Como dice Martín Heidegger •la eKncia epoca! de Kr pertenece Reacriva en este Kntido la teorla trifuncional corno sugiere Gcorges Duby r.. trol
200 EPOPEYA E HISTORIA CONTRAUTOPIA ARCAICA EN EL CANTAR 201
Ofdrw, cit. P'gs. 317, ss., que sigue a G. Dwnhal, »!* 11 ..,._ 1. l)fw..,. 1970 (trad. francesa, Paris , Gallimard, 1974). Gto por esra cd1C1ón, pp. 31-43,

60.
~-»or,111-. 111"", Pam

11 i, , _
"'"""°"'_,.......,,.,_
Gallimard, 1971, pp. 13-132.
E. KOhltt, {}wlfllSam.-tfonlfr..,_......,,,,,
"*'**• cit. pp. 22 ss. En este sentido ya había señalado alguflOI puntos
expone agudas reflexiones sobre el concq>tO ~en la cultura-.... Escribe muy
acenadamence (pp. 39-40): •le concept de ~ du systeme courtois ne pcur
cependant dépasser les fronueres des conditions sociales et reste ainsi lié aux
Marc Bloch, IAIOdMfJodM, Paris, 1968, pp. 143-1~6. catégories d'organisation de la société ftodale. Si l'affinement moral de l'existencc
61. E. Fink, 19 at, p. 148. counoisc a teodance a ékvcr la sponrané1ré du don au rang de mamfntanon supreme
62
Roques, L....,.
Los trabajos sobre la m.inte de Roland soo abundanttS. Vi-ase mttt otros M.
tJi. élrw _ . . , , , Ma-.i.. • lt>IMtl, m •Romanía•, 66, 1940,
pp. 3~~-366. EU1Jene Vinaver, IA""1rld1Rolontl:11/ordm:betfurt1¡111lliquu11d111Mllt, en
de la géoérosué Cette renda:Ke est cepcndant fre1oée par la ttalité qui ~ltc
consramment au vassal la présénce du seigneur a rous les niveawc de la hiérarch1e
fl-odale. Cf. Del mismo, ·COl&fll!il de borrms· el ojugtmml dtts batons•. ~ PoJalillJI und
•C.C.M.•, 1964, pp. 133-43. Ftuálúredil ím aifra~ RoJimtlr"'1d, Heidelberg, 1968 (Sitzungsbcrtchcc Jcr 1k1Jd-
63. la postu.n1 deJ Hálier,(fl Cíl, pp. 3 IOss (citado y comentado porVinaYCr, (fl at, p. berg Alead. d Ww , Ph1I HIS Klasse)
139), cuaodo afirma •lloland meun en manyr, rnais aussi en chenlier qui .. me la 73. Probeblemente uene razón Erich KObler, (Jw/qllc~. cir., p. 22 ss., cuando
vie et la glo1re: et la beauté de la sc~ne resulte de J'harmon1eux et ind1uoluble sugiere que el conflicto fue debido a una •toma de conciencia de clase• o de jerarquía
entrelacement des thCmes religiewc• indica la incai-c1dad de Ja historiografla cibica de clase que configure una nueva coordinación de los rangos sociales. Roland
de entender la evolución de la historia de las ideolo¡¡w. procedía, como se ha indicado más arriba, de un mundo que se jerarqu12aba por otros
Es más: la Micología de la :gJ~ja de lol siglos XI y XII no sólo simó para dar conterudo m0<1vos.
real a las aspiraciones ecltstáscicas sino que confonnó d mrema rnenia.l de la 74. J E. Rwz Domencc, S)lllli!llll dr J.11"'1# ti"""- dt f"""'-IMns lo .IXllW ClllMlont ""' 1000.
historiografía contempoñna. La ideología se hi:ro ¡usta.meme real en la segunda mv.124Q, en •Revue Histonque., 1979.
mirad del siglo XIX y m el siglo xx en el neoromismo y su expl1t.c1ón falseada de Ja 75. Georges Duby es en este punto contundente: •Mais ce reflet 1déologique est
historia medieval coadyuvó para ofrecer una visión de conjunto a la sociedad actual. rassuranr. Parte qu'il diss1muled.abord les rensioos entre les uoiscatégories sociales
CT. Th. W Adomo,...._.1knr, Frankfurt,Schi1fren, vol. 7, 1970, pp. 23hs sous le couvert d·un échange ~wlibtt de serv1ces mutucls Et parce qu· 11 justifie par
64 Su~rpo01endo conswuemence Ja ambicióo de la ideología ecks1astica en la figura raccomplissemenr de ces serv1ces les toégalités de fa11, roisiveré et l"opulence que
de Roland . Esta imagen enmascanbe (y continúa enmascarando en la obra de valent awc membres de deur Strates dominantes les fonctions spécialistts que
algunos historiadores del Rolond, cf nota 63) algunas de las intenciones mis remplint chacune d'elles, aUSSI bien que ks obligat1ons de labeur sur Ja rroisiemc et
es~fficas del ~nsam1enro de la 1gles1a en esre pc'tíodo. La pc'rplejidad ante ese rexplotacion dont elle est l"obíe« II rassure d·aurre p&n, dans le mHure ou il vise a
hecho es uno de los motivos, a m1 ju1eto, en que rnd1ciooalisras e iridiv1duahsras Stabiliser les StnJCtures done 11 monttt l'image, dans r1nréret des élires qui s'établis·
encuentran mayores incentivos para proseguir su 1nuul polémica sent en leur 50mmet et plus spécíalemenr du corps des ecclesiasriques• ~-"
65. Este tipo~advertidoy•porGeorgcs Duby, ~lllOIÚetlrdlolcpdGDi/116, Cll , p. tJídlo/cpsdls"11111, cit., p. 162).
150, cuando escribió •ll rt:sulte de cec1 que, daJu une sociéré donnée coeiusrent 76. u mejor interpretación del papel social y foco jugado en Ja sociedad feudal por la
plusieuf1 sytemcs de repttscntations, qui, narurellemenr encore 50nt concurrenrs. idea de servicio se encuentra en la obra de Karl Bosl, (fl,,, IOZlllll Mob"1liit rn tf#r
Ces oppositions 5001 en panie formelles et ~pondent a l'cxisrence de plus1eurs ~ •Gelltd»fl•; iMNI, l+rilW, ~llhMoW.wlOZiolm~, en PrlJltjw-.,
nivcawc de culture•. cit ., pp. 156-180, y cmtnda más tarde en un amplio con¡unrosocial y cultural en su
66. Aquí ~e un tema qut ha de ser analizado con set1edad y caurela. R. Meoéridez obraDlt~dtr,,.._~.,,Mllltlder. cit .• pp. 179 ss. u,,..¡,,¡,. Karl
Pida.I, tp CJI, pp 458-462, Mbladel ocnudode lo 1rnc1ooal, lo irrn.I, lo manv11loso Bosl asienta que Ja altísima movilidad que se observa en la sociedad mcdievil se
en la~ di RD/and, aunque extrae de ello conclusiones poco exactas y en ocasiones debe, en su mayor razón, a la idea de servicio que 106 grupo$ sociales no-libres
desvadas del sentido concreto, histórico e ideológito que el llolond riene. introducen en la sociedad de contenido armocrárico. Asf se forma la nobleza no-libre
67. u 1180nía que le imped(a tocar el olifante era su propio pot/KJI rrágico. u llamada (=- . CJn/rríMll) que es ngurosamenre la •portadora del tibes del trabajo y cultura
alucinada es lacoo.statación de su fna.o. uJlreSl!llCM blancadlloari>(= utopia de lo en la sociedad europea en 105 sutlos x1al XIII• u idea de servicio es as1 motor de esta
que creía-ser) en. voz sin sonido y de 1112. Oc ah1 qur d sonido no era ......,. le ascensión y aniculac1ón social
deshace porque nadie lo recogerá: en la esfera de Ja exrramental1dad riguroumente 77. P. Jonin, lec/mulldlarJllftldadlsdiantonsdtg«flf, en «C.C.M •, 7, 1964, pp. 279-21111.
aunque toca ti olifante Roland sigue en el si/mdo. La voz, aqul se ve, no es volunrad H. W. Klcin, Dtr ~ im Rrillmddied und <M. neuerr ""'1t:llung, en •Die
sino una"""' blGnco. Históricamente además Roland bor ~*'"" ~· •Par mi la Neueren Sprachen•, 19~6. pp 265-285
bouchc en salt fon li cltt sanes Oc run cervel de temple en esr rumpant• (vv. 78. - CT J Frappier, h• - "'~ _,.._ tMn.r les'*'- tfoc ti d'oJ.,, xrM:M, en
1763. 64). ·C.C. M .... 2, 1959, pp. 13 ~-156. J. Rochcr, .a-.w. 11'1lllmltns -<11«wlmsq11e-, en
68. Acepto aquí esta expresión de F. Nietuche porque en cierta forma el relato del Ro/anti •Erudes german1ques•, 21, 1966 pp. 165" 179. J. P. Rmer, Miniltmollll lllcilevaJm..
acoge en su seno algunos de los elementos conmensurados por él Cf. su lM Gtburt der O!gnill"'"'"'ine /11 ilbtrtM """3 fil drrJil médiécwl, Laussane, 1955. Con todo ha sido Carl
'f'rog/Jd#, Philipp Rcclam Jun. Scurrgart, 1976. Erdmann, 19- Cll., pp. 189 ss , 250-283, quien ha dado una configuración más
69. J E. Cirloc, Da:uwlo4'-.W., Barcelona, Labor. 1969, p. 240 aamda del •soldado de D111t· Adolf vun Harnad<, ~ar.a. O.~Rllfrran
70. Cf. G. Duby,<iwmmtlJl")MV,cit.,pp 60ss. HansK!oft,~~~nft undder~rndmmmdrw}lllrilmdtrt, 1905. D.trmstadt, 1963
und&dtulrmgSlwilmzur~, Kóln Wien, 1970. Una reflexión aguda de las 79. Para la relación ~ IM llbland/cruzadas, cf. Ph . /\ . Becker, Strtlj:rfl¡¡e durrb dltJ
diferentes concepciones de los «poderosos• ante el acto de dar, se enconcrará en P . a~ Ht"""""'11u"IJ l Das Rfllmdslied, en • Zeitschrift für franzüsist he Sprache und
Veyne, l.IJltllntlleatr¡W Soaoq;t*""lwtfun,,..,,._poMt¡w, Par1s, Seuil, 1976, pp. Literatur•, LXJ, 1938, pp. 122, 129-1~6 E R. Cutt1w, Ll!rhin11111ÚF•imd""5
15 u. Una de las formas ·oblicuas· de pcnctraclOO de Ja ideología ecles1asuca es ~ flXJI, en ·Arch1v fur das Stud1um der ncueren Sprachen•, a.xnc, 19}6,
ademh introduciendo su •moral• en esta (l(;/lbM/ de la sociedad amrocrát1ca pp. 48-56. Ladiscus1ón entre 1nd1vidual1s1as(cf.J. B«11cr, ~ 111, pp. 368 u.,
71. Kad Bosl, Dll ünjrlrbtll "' Übtrgo"fJ wn der Mdwi.dm Fpocbe zur Au~ der 440 ss.) y neotradicionalistas(cf. R. Menéndcz Pida!, 19- Cll., pp. 225 ss.)se pierde en
miltlalllrlidll Callst:Jxljl, München , Verlag der Bayerischcn Akadcm1e der la insistencia del análisis histórico idealista
Wuscruchaften, 1973, p 15, co..ulx •Dt-r Adcli¡te erscbcint d;abci nidu mehr aJ.s 80. G Duby, ú...,._.dta--. Paris, Gall1mard, 19H, pp. 143-159
der •Hect• schlechthtn, a1s der gotr~e Tnger dcr ganzen Ordnung• . 81. Por e¡emplo Ramón Menendet Pida!, tp al, pp. 114-121, expone un estado dr Ja
72. Erich Kohler, fdlt¡Jund'l'írlllldJlldrnderbófidmí!¡M, Tübingen, Max Niemeyer Verlag, op1n1ón, y dice •En pro y en conrra se han dado y se han contradicho rodas las ruoncs
posibles•.
202 EPOPEYA E HISTORIA

82 . Cf. Georgcs Duby, ü•:= .,.,..SO..w•, en:., p . 14'S. ex~ los demenn» qu.t' en
siglo XIJ conrorman una,_.. _ Y esc:ri~ .. Sur le champ dos . c:Ulirnic:é ?"' le cerde
des assiscann. les deus ad-naires Vftlaienc done en anncs ... • .
83. Corno soH"iene Duby, qt al., p . l~ l : ·A ces rites pénitenuels, s "ajouaun des
c:Wcla.racion.3 de pcincipc. Ja banonguo: drs chcñ a leun rroupes pour hausser encore les
coeurs• .
84. I>u.by. q.. at. . p 1'.li1 , d ico- ·Onde voit b•.c:>: jusqu.r dans les g c:au:s qu.i l "iaALUgu.-cnt
la l».taille se veur ~dmonie de la paix • .
8:5. Carlomagno cxcla.ma: • Receif la lei que ~ nos apraeottt, / Chrcstientec e pui(s )
te iunerai semprcs / Puis serf e crei le reo o mnipocente• (vv. 3 '.li97/99).
86. Geocgcs Duby. ap. al. , p . 146. sostiene: •Dial avaít eorn'-nu au coc:tt du vain -
qunar, il avair rcodu soo ~rdico . En la a - es Dios qwen decide. ·Caries
c:anc eJcr, per poi qu' il n 'en cauc; / M.ais Deus ne volr qu 'il se1t rnon ne-vencut• (vv.
3 608/ 09). E incluso más ad.elante (v. 362 3): -P~n •'en turnent, ne volt Deusqu' il
ttmaincnc• .
8 7. Cf. Erich von R.ic:hchoktt, ,,...,. . .... 3 ª'- 5 3 d . . . - '"4IJOQI m e •• en ·Ar-
bor· , xru, 19''· pp. 177-196. Ahora ta.rnbi~n en Nua.G Fr*:*•tfJwxJll mr# 'r,
Madrid, Gn:dos, 1970, pp. 9-29.
88. G . Ouby. f.._,.e.-:aoár.t~::•••~. C •t. , pp. 164-66. La ~dela. puhlic:Uc:as
ha Sido anahzada pot p . AJpbaodtty, ÚI . . a J/11 .t J"ltlttu/r UL . f , f>a.ris, J 9'.li4· ,6).
r

89. A . ADLER • . , _ . _, ' ' - • Frankfun:, 197:5 .


90. El sentido de una presentación psicológica de los c aracteres de los personajes
centrales ha sido scflalada por Pierre Le Gentil,• di. . p . 123. que haesc:cico • ... dans
DOSU'e poeme, les caraCTCns coaunandenr t•acrion ec les probleincs ~le SOnt dans
cr i - r des ·énades d'átnes• . a. ~ Pan.l, LA a
Paris, s. d . • 193 2 .
•&1 ..t.,...,.....,,,_,
9 l. Se han sugerido en muchas ocasiones que la épica" refleja• mucho mejor q~ e l , _
~la mentalidad de los caballeros. Cf. Matt:hias Wah:z . ""' AvliM«...-•btliilf'*
. . RioMtlfltl. Rat»J .. Crmó • . HCldelbcrx. ·Scudia Jlomaruc:a... 14 l 969 F:
"" a -
KOhlcr, í}r r'p: •°""* E

e - . c it. , pp. 2 1 sa •• mieñala la identidad de mentalidad entre


el escribano y su público en la~•~. rnientru que en e l , _ cx.ísce un gran
abismo entre el ideal de aventura y Ja •mentalidad populao .

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