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EMOCIONES DE LA DIABETES

Todos conocemos a alguna persona con diabetes si no es que somos nosotros mismos
los que la padecemos. Y no es que las personas con diabetes estén enfermos, no.

La diabetes es la demostración de que se vive bajo un programa emocional de


problemas con “la dulzura”, “el amor”, “el cariño”, que desde líneas superiores en
nuestra familia ha llegado a nuestra línea generacional e incluso ya ha traspasado la
barrera llegando hasta nuestro hijos o nietos.

La diabetes NO SE HEREDA, pero lo que sí se hereda, es el programa biológico de


supervivencia ante un conflicto emocional de “no procesar el amor o la dulzura” o bien
de “no saber procesar el amor o la dulzura por miedo a tenerlo y luego perderlo y
que eso duela”.

Por lo tanto, siempre serán conflictos emocional relacionados con “la familia”, “los
padres”, “el entorno”, “separaciones”, “abandonos”, “hijos abandonados”, “hijos
huérfanos”, “hijos regalados”, “hijos separados” y justamente esos dramas, deberás
buscarlos no en tu línea generacional, sino en la persona arriba de ti, que fue la primera
con diabetes diagnosticada.

Busca historias en donde tus padres, tus abuelos o bisabuelos crecieron solos o
separados, en donde quedaron huérfanos o viudos, busca separaciones dolorosas,
familias rotas, hermanos que nunca se volvieron a ver, busca eso y seguro encontrarás
descendientes ya con diabetes.

Entonces, lo que se hereda, no es una DIABETES, sino la emoción de haber vivido el


amor, la dulzura y luego de pronto, haberla perdido.Personas que jamás conocieron el
amor o la dulzura y por lo tanto, no saben cómo procesar el amor o la dulzura.

Busquen básicamente en líneas superiores del árbol genealógico:


- Quién vivió el amor o la dulzura y los perdió.
- Quién jamás tuvo amor o dulzura y los buscó desesperadamente.

Ahora, revisen en su vida actual si los diabéticos de la familia, son dobles de aquellas
personas que sufrieron en el árbol genealógico.
Pronto descubrirán, que la regla se cumple a la perfección y con ellos comprenderán
que los diabéticos realmente no lo son. Sino que están “reparando” con su síntoma,
aquella antigua pena familiar.

El azúcar es el símbolo del amor, la ternura, la dulzura y es justo la insulina, la


herramienta química en nuestro cuerpo que permite al azúcar su paso hacia nuestro
páncreas para que se procese.

Pero si yo traigo cargando un conflicto emocional de este tipo desde mi árbol y de


pronto yo vivo una situación en la que no puedo superar una separación, un abandono,
una pérdida…yo viviré dicho conflicto como “no sé cómo procesar el amor”, “el amor
no es para mí”, “no cebo suficiente amor”, “nadie me quiere como yo quiero que me
quieran”, “tengo miedo a amar, a confiar, a entregarme, porque si esto se termina o
falla, me quedaré sin amor”.

Y tenemos entonces dos tipos de diabetes cierto?


Dos tipos de personas diabéticas.
Los diabéticos que viven con una emoción crónica de “Nadie me quiere”
Y los diabéticos que viven con una emoción crónica de “Retírate, no necesito tu amor”.
Los primeros, viven anhelando el amor, el amor rosa, cariño permanente, atenciones,
cuidados, etc.

Los segundos, viven repudiando el amor, los abrazos, los besos, por miedo a tener amor
y luego perderlo. Se RESISTEN al amor.
Ambas emociones dan pie a que el páncreas no sepa cómo procesar el azúcar.

Y si a eso le sumamos pensamientos constantes y repetitivos, hacemos de la diabetes un


conflicto crónico que por supuesto, se complicará si no actuamos sobre “la emoción”.

Y no es que las personas ESTÉN ENFERMAS de diabetes, sino viven


permanentemente sin descubrir el conflicto emocional que heredaron.
Allá arriba, en el árbol genealógico se vive el drama pero no se resuelve, y tú como
doble, heredas la vulnerabilidad a asuntos amorosos (de familia o pareja o hijos) y los
somatizas con síntomas.

La Diabetes Tipo 1 hablará de RESISTENCIA a la dulzura para no ser herido


emocionalmente al perder el amor.
La Diabetes Tipo 2 hablará de FAMILIAS ROTAS, ABANDONOS, HERMANOS
SEPARADOS, HIJOS SEPARADOS, HIJOS CRECIENDO SOLOS. Heridos porque
nadie los ama o amó.

Una vez localizada la historia, comprendiendo que no necesitamos vivir enfermos por
una situación de amor o dulzura vivida allá arriba, sintiendo que no vamos a vivir
enfermos por aquello, liberando esas emociones incorrectamente gestionadas, dejando
de pensar que tendremos diabetes para siempre, siendo fuertes y conscientes de que
nuestras actitudes y pensamientos repetitivos los podemos cambiar, será como nos
liberemos de esa diabetes.

Creer y sentir que “estamos enfermos” y que no hay solución, nos enferma más e
incluso nos complica más.
Sabiendo y reconociendo que cambiando podemos superarlo rápido, debe ser motivo
suficiente para sanar.
Es un proceso.
Se trata de investigar, de comprender lo sucedido, de resentir las emociones heredadas,
de encontrar cuál fue el hecho en la vida presente que detonó el síntoma, liberarlo,
pareciera difícil o imposible, pero una vez resuelto, lo único que viene el procesamiento
de la azúcar de forma normal.
Así las cosas…
Akasha Sanación Integral
Elizabeth Romero Sánchez y Edgar Romero Franco.

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