La conjugación de un verbo consiste en adaptarlo a la persona, número,
tiempo, modo y aspecto. Dicha adaptación del verbo se hace mediante
morfemas flexivos llamados desinencias. Existen tres modelos de conjugación: primera: verbos terminados en - ar (cantar, bailar), segunda: verbos terminados en -er (comer, saber), y tercera: verbos terminados en -ir, (vivir, escribir). Las letras de cada conjugación: a, e, i, se llaman vocales temáticas. Por ejemplo, adaptamos el verbo hablar a la segunda persona del plural del presente de indicativo: hablamos. Tenemos dos desinencias: la -a- (vocal temática, que nos dice que es de la primera conjugación) y -mos (que nos dice la persona, el número, el tiempo, el modo y el aspecto.
Por lo tanto, los accidentes del verbo son los siguientes:
La persona es el sujeto a quien se refiere el verbo, y puede ser primera
(yo, nosotros), segunda (tú, vosotros) o tercera (él, ellos). El número puede ser singular (yo, tú, él) o plural (nosotros, vosotros, ellos). El tiempo puede ser presente (yo canto), pasado (yo canté, yo cantaba), futuro (yo cantaré) o condicional (yo cantaría). El modo puede ser indicativo, para hechos reales (yo canto, tú estudias), subjuntivo, para hechos hipotéticos o subjetivos (yo cante, tú estudies) o imperativo, para ordenar o pedir (tú estudia, no cantes). El aspecto puede ser perfectivo, si la acción está terminada (yo salí) o imperfectivo, si no está terminada (yo salía).
La importancia de conjugar adecuadamente los verbos para no delinquir
La AP de Murcia confirma la sentencia dictada por un Juzgado de Instrucción que había condenado a un hombre a una multa por amenazar a un menor diciéndole "te voy a reventar la cabeza". El recurrente matizó que lo que realmente había dicho era "te hubiera (o hubiese) roto la cabeza". La AP de Murcia, dictada el pasado 21 de febrero, nos recuerda lo importante que es conjugar adecuadamente los verbos. Los hechos tuvieron lugar el 15 de julio del pasado año; un menor se encontraba en la urbanización donde reside, jugando con otros menores a tirar una pistola de balines de PVC. En un momento dado, uno de los balines rebotó y golpeó a la hija del denunciado. Éste se alteró diciendo "quien es el gilipollas que ha disparado a mi hija"; una vez que supo quién había sido, se dirigió hacia el profiriendo "te voy a reventar la cabeza". El Juzgado le condenó como un autor de un delito leve de amenazas a la pena de 90 euros de multa, siendo dicha sentencia recurrida en apelación. La Audiencia Provincial no acoge el recurso, e indica que no pueden prevalecer las matizaciones del recurrente y un testigo cuando pretendió colocar en pluscuamperfecto del subjuntivo la frase enjuiciada (pretendía que la frase no fue "te voy a reventar la cabeza", sino "te hubiera (o hubiese) roto la cabeza", cuando en las primeras versiones aparece en el presente (del indicativo). En definitiva, la Audiencia considera que el tipo penal establecido en el artículo 171 del Código Penal en su número 7 (...) Fuera de los casos anteriores, el que de modo leve amenace a otro será castigado con la pena de multa de uno a tres meses. Este hecho sólo será perseguible mediante denuncia de la persona agraviada o de su representante legal", fue correctamente impuesto. Por comprensible que fuera la reacción del acusado, la frase expresada es constitutiva de ese delito leve de amenazas, que según viene determinado por la jurisprudencia, se comete "por el anuncio consciente de un mal futuro, injusto, determinado y posible, con el único propósito de crear una intranquilidad de ánimo, inquietud o zozobra en el amenazado", siendo la conducta penalmente relevante. CÓDIGO PENAL PARA EL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE BAJA CALIFORNIA SUR
Artículo 218. Amenazas. Al que amenace a otro con causarle un daño en
alguno sus bienes jurídicos o en los de un tercero con quien el ofendido tenga vínculos de amor, amistad, parentesco o gratitud, se le impondrá prisión de uno a cuatro años de prisión o multa de cien a trescientos días y de cien a doscientas jornadas de trabajo a favor de la comunidad. En este caso procede a criterio del juez, prohibir al condenado que vaya o resida en el lugar en que habita el amenazado, por un término no menor a seis meses ni mayor a tres años, contados desde el cumplimiento de la pena de prisión o desde la concesión de un beneficio de libertad. El delito de amenazas se perseguirá por querella de parte. Cuando el sujeto activo pertenezca a grupos delictivos relacionados con delincuencia organizada o la amenaza sea abierta a una Institución gubernamental se perseguirá por oficio. Con independencia de la sanción impuesta en sentencia; al responsable de la comisión del delito de amenazas se le exigirá caución de no ofender:
I. Si los daños con que se amenaza son leves o evitables;
II. Si las amenazas son por medio de emblemas o señas, jeroglíficos o frases de doble sentido, y III. Si la amenaza tiene por condición que el amenazado no ejecute un hecho ilícito en sí. En este caso también se exigirá caución al amenazado, si el juez lo estima necesario. Si el responsable no otorga la caución de no ofender se le impondrá la pena establecida en el primer párrafo. Si el amenazador cumple su amenaza se acumulará la sanción de esta y la del delito que resulte. Si el amenazador exigió que el amenazado cometiera un delito, a la sanción de la amenaza se acumulará la que le corresponda en su caso, por su participación o autoría mediata en el delito que resulte.
La conjugación en el derecho es un tema relevante en el ámbito jurídico. A
continuación, exploraremos algunas fuentes y conceptos relacionados: 1. Fuentes del Derecho Procesal: Las fuentes del derecho procesal son los mecanismos a través de los cuales se crean y promulgan las reglas jurídicas aplicables en los procesos legales. Estas fuentes incluyen: La Ley: Las leyes son formuladas y promulgadas por órganos estatales y son de observancia general. Sin embargo, surge la pregunta de si la ley es la única fuente de derecho, considerando que es el resultado de la conjugación de principios, doctrinas e instituciones que rigen al Estado. La Costumbre: La costumbre crea normas a través de la repetición de ciertas conductas en la sociedad. Aunque contribuye a la formalización de las normas, no las crea en su totalidad. El derecho consuetudinario se basa en la costumbre. La Jurisprudencia: La jurisprudencia se deriva de las decisiones de los tribunales y contiene principios y doctrinas aplicables en casos concretos. Los jueces interpretan y aplican el derecho en situaciones específicas, dándole vida. La Doctrina: La doctrina es el resultado de estudios científicos realizados por juristas sobre el derecho. Puede ser teórica o interpretativa, y ayuda a sistematizar y aplicar las normas. 2. Conjugación Verbal: En un contexto diferente, la conjugación también se aplica a los verbos en el idioma español. Aquí, la conjugación se refiere a la modificación de los verbos según el modo, tiempo, aspecto, persona y número. Tiene dos partes: Raíz o Radical: La parte inalterada del verbo. Desinencia o Terminación: La parte modificada que expresa las características específicas del verbo. En resumen, la conjugación en el derecho abarca diversas fuentes y procesos que dan forma a nuestro sistema legal. Las palabras y las leyes se conjugan para crear un ordenamiento jurídico completo.
La conjugación en el derecho se refiere a los factores que afectan la
formación de la voluntad en los actos jurídicos. Veamos más detalles al respecto: 1. Voluntad Generadora del Acto Jurídico: - La voluntad generadora del acto jurídico es la voluntad sana y manifestada que genera, modifica, transforma y extingue derechos. Esta voluntad es el resultado de la conjugación de elementos que dan lugar a la formación de la voluntad interna (como el discernimiento, la intención y la libertad) y su manifestación externa. - Cuando esta conjunción de elementos se rompe debido a factores perturbadores o distorsionadores, surge una voluntad viciada. Estos factores perturbadores se conocen como vicios de la voluntad. 2. Vicios de la Voluntad: - Los vicios de la voluntad son situaciones anómalas que afectan la formación de la voluntad en los actos jurídicos. Se clasifican tradicionalmente en: - Error: Ocurre cuando el sujeto se equivoca al declarar su voluntad debido a una falsa percepción de los hechos. - Dolo: Implica engaño o maquinación por parte de una de las partes para inducir a error a la otra. - Violencia: Se presenta cuando se ejerce una fuerza física o moral sobre el sujeto para obtener su consentimiento. - Intimidación: Surge cuando el sujeto se siente coaccionado o amenazado para manifestar su voluntad. 3. Conclusión: Los vicios de la voluntad afectan la correlación entre lo que el sujeto quiere internamente y lo que manifiesta externamente. Es importante analizar si estos vicios están presentes en un acto jurídico para determinar su validez y efectos legales. En resumen, la conjugación en el derecho se refiere a cómo los elementos internos y externos se combinan para formar la voluntad en los actos jurídicos, y cómo los vicios pueden afectar este proceso.
Introducción al derecho internacional privado: Tomo III: Conflictos de jurisdicciones, arbitraje internacional y sujetos de las relaciones privadas internacionales
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