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Mujeres, feminismo

y arte popular*

Francesca Gargallo Celentani **

E s complicado hablar de un
libro como Mujeres, femi-
nismo y arte popular compilado por Eli
Bartra y Guadalupe Huacuz Elías, porque
La filósofa es Eli Bartra, maestra
fundadora del programa de estudios de las
mujeres en la UAM-Xochimilco, feminista,
miembro de La Revuelta, activista y
reúne los aportes de diversas mujeres, productora de ideas que marcan un
cada una con su estilo expositivo y con hito en la estética nuestroamericana. A
sus intereses e ideas sobre lo que hay ella se debe, en efecto, hace ya casi tres
que subrayar −en pro y en contra de los décadas, haber puesto su mirada atenta
conceptos “arte”, “popular”, “género”, en las emociones que producen las artes
“teoría feminista”− y de lo que hay que relacionadas con tradiciones, economías
enfocar desde el análisis de la producción y construcciones ideológicas del deber ser
de objetos −cerámica, telas, muñecas, de las mujeres, que no son consideradas
bordados− y de ejecuciones −música. A de academia, o “cultas”, pero provienen
la vez, es una oportunidad, ya que ofrece de una larga, sutil y en ocasiones oculta
revisar precisamente esa diversidad de enseñanza. El arte sin nombre, porque en
puntos de vista y de interés de inves- ocasiones se piensa como anónimo, ha
tigadoras unidas, por lo menos, por dos sido el objeto de la específica observación
tópicos: uno, el enfoque en el estudio de Eli Bartra, que lo ha reivindicado por
del arte popular producido por mujeres su carácter no elitista y por su constante,
y, dos, las enseñanzas de una filósofa histórica, presencia de mujeres.
dedicada al análisis estético y feminista Este libro es de alguna forma un
de la producción de objetos de arte (y homenaje a la filosofía de Eli Bartra.
sus correspondientes ideas) por parte de Una estética ubicada, un pensamiento
mujeres de los sectores populares. social y una revolución en la historia del
arte, todo ello conforma el corpus de la
* Reseña del libro Mujeres, feminismo y arte reflexión bartriana. Una epistemología de
popular, Eli Bartra y María Guadalupe Huacuz algún modo, pues se aboca a complejizar
Elías (comps.), México, UAM-Xochimilco, 2015. el conocimiento del arte desde una
** Escritora, feminista y editora. Se ocupa perspectiva feminista. Estudiar el arte
de la historia de las ideas feministas en relación
popular como proceso y no solamente
con la política, la educación y la estética.
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como objetos aislados, como ella misma una actividad de subsistencia, sino que
propone en el primer ensayo de este además reproduce sistemas de género
libro, le ha permitido tener ideas sobre políticamente significativos.
el contexto social específico donde Esta politicidad del arte popular es
las mujeres se explayan en artes de retomada por Géraldine Chouard en
escaso reconocimiento académico y su estudio de las “Formas, tendencias y
económico. La subalternidad, en efecto, valores del Patchwork afroamericano de
es el resultado de ideas que actúan en el los Estados Unidos de Norteamérica (siglos
contexto social: la construcción ideológica XVIII-XXI)”, siendo el patchwork un arte
de la inferioridad de las mujeres, la hecho por mujeres de forma individual o
discriminación de clases y el racismo. en grupo. Este estudio subraya la relación
Las acciones que revierten en los hechos entre mujeres negras y blancas, con todo
la subalternidad son actos estéticos. y sus desigualdades económicas y de
Exponen la riqueza de la creatividad de poder, en la historia de Estados Unidos. El
las mujeres y evidencian la discriminación, patchwork afroestadounidense, y su obra
rechazando la masculinización como algo principal el quilt, en efecto ha tenido una
digno de halago. característica de denuncia, primero de la
No obstante, este libro trasciende el esclavitud, y luego del racismo realizada
homenaje, pues expone también cómo por las mujeres negras que las mujeres
una filosofía abre escuelas y cómo las blancas han sabido ver y apreciar. La
alumnas no tienen ni que subordinarse a continuidad del patchwork, además, es un
la maestra ni superarla, sino ser sí mismas. testimonio de continuidad de un arte que
En “Arte popular y género”, Anabella produce cultura y contracultura.
Baragán y Guadalupe Huacuz resumen en La “puntada cimarrona de las
ocho puntos las formas de acercamiento al mujeres afroecuatorianas” estudiada y
arte popular visual desde una perspectiva practicada por Marisol Cárdenas Oñate,
no sexista, subrayando la importancia acompañada de su versar insurrecto,
de reconocer quiénes son las personas y la dedicatoria que como académica
que crean arte y los contextos culturales, hace a las enseñanzas de su abuela, nos
geográficos y económicos en donde lo remite al cuerpo territorio como espacio
hacen. También insisten en la imagen que de la política de las mujeres, evocado
las construcciones sociales de las mujeres, por la feminista xinka Lorena Cabnal. En
los hombres y sus ámbitos de importancia efecto, Marisol Cárdenas habla de la piel
(la relación con las niñas y los niños, con la negra como la tela de la cartografía de la
familia y con el espacio público) imprimen vida, con sus recuerdos, surcos, huellas,
a las obras, de modo que se expliquen en encuentros para hablar de artes que se
éstas las diferencias de colores, formas, relacionan con otras artes rompiendo
materiales y temáticas. La preproducción, fronteras (el de las hacedoras de muñecas
la producción de mujeres, hombres, negras ecuatorianas y las de muñecas
niñas y niños y la venta revelan que el brasileñas influenciadas por pintoras
arte popular no sólo es principalmente e investigadoras blancas) y rescatando

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historias de maternidades atravesadas por escultóricos cerámicos más apreciados


la diáspora entre África y América, así por los y las compradoras de arte popular
como por las separaciones forzadas de que las alfareras manufacturan y decoran
las madres y las hijas en la esclavitud. La en casas de varones que ayudan en la
politicidad de la “estética ritual metafórica cocción de las obras. El Juego de Aire es
del corazonar” que ella revela tiene una una obra compleja, de doce piezas, que
característica utópica, de transformación subraya la reciprocidad entre la alfarera,
social profunda y de ideario de vida, la curandera y la persona que busca
así que la inserta en una continuidad curarse, que si bien es producida por una
dialógica, implícita en el tejer historias de mujer, responde a una herencia de oficio,
vida y retratarse en el ejercicio lúdico de favorecida por la residencia virilocal. La
producir retratos en forma de muñecas. mujer encargada de conservar y perpetuar
Los repassos de las tejedoras de las tradiciones, sin embargo, siente un
Minas Gerais presentados por Amanda arraigo emocional con las técnicas de ela-
Motta Castro abundan en la historia del boración de sus piezas, que en ocasiones
quehacer de las mujeres como dimensión la lleva a individuar en la obra de otras
del aprendizaje y su dimensión sensible, mujeres su propia y local historia del
aunque estén colocadas al margen del arte, por ejemplo, al reconocer en Felipa
conocimiento formal. Estudiarlos no Hernández Barragán la “creadora” de un
sólo para subrayar la importancia de las estilo.
figuras del repasso sino para valorizar el Así, la genealogía de las alfareras
acervo de lo que hacen y transmiten de innovadoras del trabajo en barro de Santa
madres a hijas, es una forma de subrayar María Atzompa, que han enriquecido la
la importancia histórica del estar ahí, producción alfarera de su municipio,
de inventar, de trabajar y, de esa forma, logrando cambios en su propia vida
revertir la marginalización del trabajo cotidiana, que propone María Elena Lopes
realizado por las artistas. Pacheco, subraya la historicidad de la
Igualmente productor de cultura, capacidad creadora femenina. Teodora
y reflejo de sus transformaciones, es el Blanco, quien fue la primera que utilizó
consumo cultural y la resistencia a la la técnica del pastillaje en la comunidad;
comercialización simple de los objetos Adelina Maldonado, quien transformó los
que relacionan la alfarería con la cosmo- jarrones vidriados en objetos decorativos;
gonía nahua en la tradición patriarcal de Dolores Parra, pionera de la alfarería
Tlayacapan. El nuevo uso y consumo del policromada; y Angélica Vásquez, quien
“Juego de Aire” estudiado por Patricia plasma en objetos únicos sus sueños y
Moctezuma Yano habla del lugar de las emociones, son artistas que han desafiado
mujeres en la familia patriarcal de ese las condiciones precarias de las alfareras,
pueblo de Morelos, de la vinculación se han reconocido un valor y se han dado
de las mujeres con la curación y de los un lugar memorable en la producción de
diversos agentes externos que intervienen la alfarería y el desarrollo económico de
en la producción de los conjuntos la comunidad entera.

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La relación entre memoria y produc- Con estos testimonios se acopla


ción artística de mujeres está presente en el estudio del autorretrato de Josefina
todas las obras, aun en aquellas inducidas Aguilar, de Ocotlán de Morelos, miembro
por programas económicos de Estado. El de una familia de artistas populares de los
informe de Elena Vázquez y de los Santos Valles Centrales de Oaxaca, estudiado por
sobre los resultados de incitar la memoria Liliana Elvira Moctezuma. El Autorretrato
colectiva de las bordadoras de San Pablo es una pieza en la que Josefina Aguilar
el Grande, las ha llevado al fortalecimiento intenta una y otra vez reflejarse como
cultural de sus comunidades, desde sus artista y como mujer, resaltando el
acciones en la comunidad misma. significado de las cosas que la rodean y
Los testimonios que en este libro que le dan identidad, como su familia, su
hacen hablar a las artistas populares comunidad y su propio trabajo. Josefina de
en primera persona son sumamente esta manera revela sus rasgos distintivos,
relevantes. Beatriz Ortega, artista de las su independencia y la experiencia de
lacas en Pátzcuaro, habla de cómo al la vida real de su pueblo, tal como su
producir objetos de arte agarró confianza, terrible encuentro con el narcotráfico
es decir, crear le enseñó que como que le arrebató a un hijo. El Autorretrato
artesana tenía en sus manos la cultura y encarna a una mujer con historia: ella en
las raíces de un pueblo. Josefina Jiménez, el centro sostiene un candelabro, frente
de la Cooperativa de Mujeres de Teotitlán a ella está su esposo que también trabaja
del Valle, nos revela que la artesanía el barro, en la otra mano sostiene a una
ofrece a las mujeres una economía que Virgen de Guadalupe. Atrás está la barda
les da autovaloración, a la vez que les rosa de su casa y alrededor personas y
permite desafiar prejuicios ancestrales animales que conforman su cotidianidad.
en el interior de su misma comunidad Así, la artista popular confronta la idea de
y valorar su capacidad. Virginia Morgan que el arte hecho por un hombre tiene
Tepetla, de Izúcar de Matamoros, subraya más valor que el suyo.
la enseñanza entre mujeres, habiendo Las tejedoras igualmente producen
aprendido las técnicas de su arte cerámico símbolos de identidad e ideología, como
de su suegra, en el taller familiar a donde sostiene Victoria Novelo en “Artesanías
la llevó su marido. Sentirse orgullosa de ser de México, producciones, consumos y
mujer está relacionado con su capacidad mercados”, y lo hacen sin necesidad de
actual de trabajar el barro policromado y intermediarios discursivos, a mano. Para la
el placer que le produce realizarlo. A su investigadora del CIESAS, en efecto el arte
vez, su suegra, Isabel Castillo Orta, insiste popular es una resistencia a la revolución
en que sus piezas no son copiadas, que no industrial que reivindica la vida del trabajo
necesita moldes, porque ella es maestra. manual, resaltando al producto hecho con
Una maestra especial, pues ha heredado habilidad y destreza por las poseedoras
tradiciones que conserva, a la vez que de un oficio artesano. Es claro que las
desde la tradición innova modelos y crea artesanías no permanecen estáticas,
piezas personales. que en ellas influyen tanto las empresas

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comercializadoras de Estado como las Bordar por la paz en Guadalajara


pequeñas empresas de diseñadores que también tiene un aspecto de ofrenda, el
buscan hacer negocios fusionando sus reconocimiento del valor intrínseco de
ideas con las destrezas artesanas para las personas muertas y desaparecidas en
fabricar objetos de diseño contemporáneo México durante los dos últimos gobiernos.
con técnicas tradicionales, como el Bordar equivale así a una movilización,
deseo de trabajar en colectividad para tejer en un lugar público se convierte
construir y reconstruir constantemente en una llamada a la acción, y nombrar y
esa misma colectividad. Ahora bien, visibilizar a muertas, muertos y personas
las mujeres en este arte popular que desaparecidas expresa una manera de
se innova y confronta la discriminación transformar la estética de lo detestable y
cultural de la que han sido objeto en de lo innombrable en algo bello. Cristina
el terreno de la apreciación estética, Reyes Iborra estudia el colectivo de
también evidencia que el patriarcado se bordadoras y bordadores de Guadalajara,
siente terriblemente amenazado por la el segundo, no el primero del país como
independencia económica de las mujeres. ella cree, pues Bordando por la Paz nace
Para ello, Novelo describe el caso del en la Ciudad de México del colectivo
bordado maya comercial que involucra el Fuentes Rojas y hoy se ha reproducido
trabajo de miles de mujeres de Guatemala en más de 67 puntos en el país y fuera.
a Yucatán, para quienes el trabajo del Perdón si menciono esto, pero fui parte
bordado es compatible con una economía del colectivo en el centro histórico de la
social femenina. Aunque sigan con su ciudad. Ahora bien, en “Bordamos por
vida doméstica, el solo hecho de que se la Paz Guadalajara: tejiendo narraciones
desplacen y reciban un salario propio estético-políticas contra la violencia
desafía el modelo cultural tradicional, en en México”, Reyes Iborra resalta algo
ocasiones logrando éxitos que suscitan fundamental de la actual política estética
desavenencias conyugales y separaciones. mexicana, la urgencia del ejercicio de
Liberándose o aprendiendo unas de responsabilidad y empatía que nos
otras, las mujeres también elaboran sus permitirá poner fin al baño de sangre
propios mitos modernos. La idealización que está acaeciendo en este mismo
de una pintora mexicana en una comu- instante. Las y los bordadores mexicanos,
nidad brasileña ha llevado a una bordadora además, asumen en su tradición una larga
del municipio de Alvorada a acercarse a historia de bordados por la paz de corte
los cuadros de Frida Kahlo, para realizar continental y la importancia de otros
una ofrenda en honor de su dolor y de su colectivos, el de las informadoras, las
rebeldía. Este el estudio de “Uma ofrenda: rescatadoras de memorias. Así, Bordar por
Bordados brasileiros para Frida Kahlo”, la Paz en Guadalajara se relaciona con la
de Edla Eggert. La sororidad estaría así Ruta Pacífica de Mujeres de Colombia y
representada en el sentirse parte de lo con las arpilleristas chilenas tanto como
que la otra fue y reconocerlo importante con la asociación Nuestra Aparente
para sí.

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Rendición, que fue iniciada por una Las mujeres solicitan la ayuda celestial
escritora, Lolita Bosh. para sanar padecimientos, tal y como
La violencia en México tiene un los hombres, pero también porque están
vínculo con la estructura de género que expuestas a agresiones específicamente
no puede obviarse. La matanza de los ligadas a su condición de género: viola-
43 estudiantes de Ayotzinapa quizá se ciones sexuales, ataques físicos y actos
hubiera evitado de haberse atendido intimidatorios. Además indican una vez
hace 23 años el llamado de las madres más que la violencia conyugal es una
de las mujeres asesinadas en Ciudad constante en la pareja y el acoso sexual
Juárez. La normalización de la violencia y los intentos de violación son muy
contra las mujeres ha desembocado en frecuentes en la vida de trabajadoras
la normalización del asesinato, la tortura, sexuales, campesinas, migrantes y amas
la desaparición de once personas al día, de casa.
en todo el país. Así que la pintura de los Finalmente un estudio para mí ines-
ex votos que expresan la violencia de perado, el de las músicas que han ingre-
género, estudiada por María Rodríguez sado en las bandas populares de México,
Shadow y Lilia Campos Rodríguez, nos abriéndose espacio hasta en las bandas
permite reflexionar sobre el complejo militares, presentado por Vilka Elisa
fenómeno de la violencia y las agresiones Castillo Silva, revela que la música popular
contra las mujeres llevada a cabo por abarca una amplia gama de géneros y
los hombres con el propósito explícito reviste características ideológicas acerca
de ocasionar daño físico y psíquico y de los roles de género y de la conexión
lograr el sometimiento. Los ex votos entre la comunidad y lo divino. Las
pintados son una forma de arte popular mujeres que tocan en bandas participan
religioso que ha sido investigado desde en desfiles, se esfuerzan, viajan, concurren
diversas disciplinas, pero este estudio a los festejos y así haciendo interpelan las
revela que sólo la tercera parte de los construcciones patriarcales que exponen
ex votos presentes en diversas iglesias el perfil masculino de las interpretaciones,
y santuarios ha sido mandado a hacer normalmente ligado al poder.
por mujeres. Puede ser, como proponen Cada artículo del libro merecería una
las investigadoras, que a las católicas reflexión detenida que este espacio no lo
la violencia sexual les produce tanta permite, pero vale la pena subrayar que
vergüenza que ni siquiera son capaces todos se encaminan a la preservación
de agradecer a las fuerzas celestiales el del arte popular mediante esfuerzos
haberse librado de ella. No obstante, comunitarios y utilizan instrumentos
los ex votos revelan un arte de la vida teóricos feministas para visualizar, recoger
cotidiana y éste es claramente diferente e indagar las experiencias de las mujeres
si se trata de mujeres o de hombres. creadoras.

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