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Sentencia 98/2022
EXP. N.° 02369-2021-PA/TC
ICA
YVÁN JONEL MAMANI
SALAZAR
RAZÓN DE RELATORÍA
En la sesión del Pleno del Tribunal Constitucional, de fecha 24 de febrero
de 2022, los magistrados Miranda Canales, Blume Fortini, Ledesma
Narváez (con fundamento de voto) y Espinosa-Saldaña Barrera (con
fundamento de voto) han emitido la sentencia que resuelve:
SS.
SARDÓN DE TABOADA
MIRANDA CANALES
BLUME FORTINI
LEDESMA NARVÁEZ
ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA
EXP. N.° 02369-2021-PA/TC
ICA
YVÁN JONEL MAMANI
SALAZAR
En Lima, a los 24 días del mes de febrero de 2022, el Pleno del Tribunal
Constitucional, integrado por los magistrados Sardón de Taboada, Miranda Canales,
Blume Fortini, Ledesma Narváez y Espinosa-Saldaña Barrera, pronuncia la siguiente
sentencia; sin la participación del magistrado Ferrero Costa por abstención aceptada en
la sesión de Pleno de fecha 24 de febrero de 2022. Asimismo, se agregan los
fundamentos de voto de los magistrados Ledesma Narváez y Espinosa-Saldaña Barrera
y el voto singular del magistrado Sardón de Taboada.
ASUNTO
ANTECEDENTES
Por otro lado, con relación a la alegada violación del principio de inmediatez,
sostiene que recién se tomó conocimiento de las declaraciones injuriosas del actor con
fecha 10 de diciembre de 2019, fecha en que se solicitaron copias certificadas de los
actuados en la correspondiente carpeta fiscal, dándose con la sorpresa de dichas
declaraciones ofensivas en contra de su representada y de uno de sus funcionarios, a
quien le imputó falsamente que venía limitando a los miembros de su sindicato derechos
y licencias, como un medio de presión y coacción para que claudicaran en su pliego de
reclamos del año 2018-2019, y firmaran los convenios colectivos con cláusulas
impuestas por la empresa; lo que deja entrever que el accionante denunció que su
representada es una empresa abusiva que impone cláusulas arbitrarias, las cuales
materializa a través de sus funcionarios, y que ello constituye una injuria grave en
agravio de su empleador (f. 172 y 219).
embargo, en todo ese tiempo no consideró su actuación de dirigente sindical como una
falta grave. Agrega que la emplazada no ha justificado razonablemente la dilación en el
trámite de despido (f. 229).
La Sala revisora, mediante Resolución 10, de fecha 14 de junio de 2021 (f. 348),
integrada por la Resolución 12, del 3 de agosto de 2021 (f. 384), revocó la apelada y
declaró improcedente la demanda, en aplicación del artículo 5.2 del Código Procesal
Constitucional, y en observancia del criterio jurisprudencial y el precedente vinculante
establecidos por el Tribunal Constitucional en las sentencias recaídas en los Expedientes
03070-2013-PA/TC y 02383-2013-PA/TC, respectivamente, al estimar que la vía
ordinaria laboral de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, Ley 29497, es idónea para la
tutela del derecho reclamado por el demandante (f. 348).
FUNDAMENTOS
2. En el caso de autos, dado que el demandante afirma que su despido es nulo, pues se
habría vulnerado su derecho constitucional a la libertad sindical, conforme a la
línea jurisprudencial de este Tribunal, el proceso de amparo es la vía idónea para
evaluar la pretensión demandada.
Análisis de la controversia
3. El demandante alega que en los hechos fue despedido como consecuencia de haber
interpuesto una denuncia penal contra el subgerente de Gestión Humana de la
emplazada, pues dicho hecho fue considerado por su empleador como injuria,
tipificada como falta grave.
6. De acuerdo con la boleta de pago de diciembre de 2019 (f. 3), se advierte que el
demandante tenía una relación laboral a plazo indeterminado con la empresa
demandada.
11. Asimismo, con relación a la alegada afectación del principio de inmediatez, este
Tribunal advierte que la empresa emplazada, conforme lo afirma en la carta de
preaviso de despido y de despido, tomó conocimiento de la denuncia penal
interpuesta por el demandante el 17 de mayo de 2019 (fs. 25 y 35); sin embargo,
inició el procedimiento de despido con la referida carta notarial el 20 de diciembre
de 2019, y procedió a despedirlo mediante la carta notarial de fecha 30 de
diciembre de 2019 (f. 35). En ese sentido, en el procedimiento de despido del
demandante la emplazada ha infringido el principio de inmediatez, pues no tomó en
cuenta que, como empleador, y en mérito de las facultadas que le confiere el poder
de dirección, ya había aceptado y perdonado los hechos que terminó imputando
como falta grave, motivo por el cual el despido del recurrente también lesiona su
derecho constitucional al trabajo.
conocido sobre la denuncia realizada, y no acredita haber efectuado desde esa fecha
alguna acción al respecto.
13. Por otro lado, este Tribunal considera que, al margen de si tiene o no la condición
de dirigente sindical (el recurrente realizó la denuncia penal cuando tenía la
condición de secretario general, y fue despedido después de haber culminado su
periodo), el despido de un trabajador sustentado en que planteó una denuncia penal
contra el empleador o sus representantes, es nulo, pues sanciona el ejercicio
legítimo de un derecho fundamental. En efecto, este Tribunal, en la sentencia
recaída el en Expediente 08338-2013-PA/TC, ha establecido que ese tipo de
despido es nulo debido a que no es posible castigar a un trabajador por el ejercicio
de un derecho fundamental, como el ejercicio del derecho de acceso a la justicia,
reconocido como derecho implícito de la tutela jurisdiccional efectiva dispuesto en
el artículo 139, inciso 3, de la Constitución.
Dicho derecho, faculta a toda persona para acudir a los medios de protección
procesal previstos legalmente, no puede ser objeto de represalia por parte del
empleador simplemente porque haya sido activado en su contra. En ese sentido, se
puntualizó que la jurisprudencia de este Tribunal ha procurado garantizar que las
personas puedan acceder a los órganos jurisdiccionales o prejurisdiccionales (como
el Ministerio Público) sin temor a ser objeto de algún tipo de venganza o de
sanción, pues ello significaría una restricción que afectaría gravemente el contenido
del derecho de acceso a la justicia; y, además, porque tal situación implicaría en
última instancia frustrar el deber general del Estado de solucionar pacíficamente los
conflictos de intereses y de derechos, y de reparar, por supuesto, las lesiones
producidas.
14. También este Tribunal, en la mencionada sentencia, dejó sentado que para el
ejercicio del derecho de acceso a la justicia no hace ninguna diferencia el hecho de
que la acción del trabajador contra el empleador haya tenido un resultado
desfavorable; y que incluso el desenlace opuesto a lo que el demandante o
denunciante esperaba alcanzar está protegido igualmente por este derecho, dado
que su contenido no se entiende a que las pretensiones solicitadas sean acogidas
exitosamente por el órgano (pre) jurisdiccional, sino solamente a que estas sean
recibidas y obtengan una respuesta fundada en derecho. Por lo tanto, que el
trabajador acuda a un órgano jurisdiccional para la protección de sus intereses y
haya tenido un resultado desfavorable, no puede ser calificado por el empleador
como un comportamiento ofensivo o agraviante susceptible de algún procedimiento
disciplinario.
15. Por ello, en el caso de autos, el hecho de que mediante la Disposición 3, de fecha 9
de octubre de 2019, expedida por la Segunda Fiscalía Provincial de Pisco del
Distrito Fiscal de Ica, se decidió no formalizar ni continuar con la investigación
preparatoria y se dispuso el archivo de la denuncia interpuesta por el demandante (f.
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YVÁN JONEL MAMANI
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10), no puede ser utilizada per se como prueba de que el demandante haya
interpuesto la denuncia penal con malicia o que sabía de antemano del resultado de
su denuncia, como parece concluirse en la carta de despido del actor.
Efectos de la sentencia
HA RESUELTO
2. ORDENAR que Corporación Aceros Arequipa S.A. reponga a don Yván Jonel
Mamani Salazar como trabajador a plazo indeterminado en su mismo puesto de
trabajo o en otro de igual o similar nivel en el plazo de dos días, bajo
apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas
prescritas en el artículo 27 del Nuevo Código Procesal Constitucional, con el abono
de las costas y costos procesales.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MIRANDA CANALES
BLUME FORTINI
LEDESMA NARVÁEZ
ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA
Un Código Procesal Constitucional, que se debería constituir en una de las leyes más
importantes del ordenamiento jurídico peruano, dado que regula los procesos de defensa
de los derechos fundamentales y el control del poder, tiene hoy una versión que está
vigente por el poder de los votos y no de las razones jurídicas. Es claro que ello
deslegitima el Estado de Derecho y en especial la justicia constitucional. Este nuevo
código es inconstitucional, irrefutablemente, por vicios formales (más allá de los vicios
materiales). Lo voy a exponer de modo breve.
La Ley 31307, Nuevo Código Procesal Constitucional, por ser una ley orgánica (artículo
200 de la Constitución), no se debió ser exonerada del dictamen de comisión. El artículo
73 del Reglamento del Congreso regula las etapas del procedimiento legislativo así
como la excepción para que la Junta de Portavoces pueda exonerar a algunas etapas de
tal procedimiento, pero además, y esto es lo más relevante, establece de modo expreso
que “Esta excepción no se aplica a iniciativas de reforma constitucional, de leyes
orgánicas ni de iniciativas sobre materia tributaria o presupuestal”.
Asimismo, concordante con el artículo antes citado, el artículo 31-A, inciso 2, del
Reglamento del Congreso de la República, regula, entre otras competencias de la Junta
de Portavoces, “La exoneración, previa presentación de escrito sustentado del Grupo
Parlamentario solicitante y con la aprobación de los tres quintos de los miembros del
Congreso allí representados, de los trámites de envío a comisiones y prepublicación”, y
luego, expresamente, establece que “Esta regla no se aplica a iniciativas de reforma
constitucional, de leyes orgánicas ni de iniciativas que propongan normas sobre materia
tributaria o presupuestal, de conformidad con lo que establece el artículo 73 del
Reglamento del Congreso”.
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ICA
YVÁN JONEL MAMANI
SALAZAR
Como se aprecia, el Reglamento del Congreso, en tanto norma que forma parte del
bloque de constitucionalidad, dispone que en los casos de leyes orgánicas, la Junta de
Portavoces no puede exonerar del envío a comisiones en ningún supuesto. En el caso de
las observaciones del Presidente de la República a la autógrafa de una proposición
aprobada, éstas “se tramitan como cualquier proposición” [de ley] (artículo 79 del
Reglamento del Congreso).
Por tanto, ante las observaciones del Presidente de la República a una proposición de
ley correspondía tramitarla como cualquier proposición de ley y, como parte de dicho
trámite, enviarla a la respectiva comisión, resultando prohibido que la Junta de
Portavoces exonere del trámite de envío a comisión cuando se trata de leyes orgánicas.
Carece de fundamento el argumento de los tres magistrados que salvaron esta ley. Ellos
sostienen que conforme al último párrafo del artículo 79 del Reglamento del Congreso,
el trámite de una autógrafa de ley observada por el Presidente de la República debe
pasar a comisión sólo si fue exonerada inicialmente de dicho trámite, de modo que en el
caso del Nuevo Código Procesal Constitucional, al haber pasado ya por una comisión
dictaminadora [antes de su primera votación], podía exonerarse a la autógrafa observada
de dicho código.
Este argumento de los tres magistrados es incorrecto pues dicho párrafo es aplicable
sólo cuando se trata de leyes distintas a las leyes orgánicas o de reforma constitucional,
entre otras. Lo digo una vez más. En el caso de las leyes orgánicas la Junta de
Portavoces del Congreso de la República está prohibida de exonerar el envío a
comisiones. Las observaciones del Presidente de la República a la autógrafa del Nuevo
Código Procesal Constitucional debieron recibir un dictamen de la comisión respectiva
y, por tratarse de una ley orgánica, no podían ser objeto de ninguna exoneración sobre el
trámite a comisión.
S.
LEDESMA NARVÁEZ
EXP. N.° 02369-2021-PA/TC
ICA
YVÁN JONEL MAMANI
SALAZAR
Coincido con lo resuelto por mis colegas, pero me permito realizar las siguientes
observaciones:
4. Por otra parte, y desde la preceptiva subjetiva, corresponde analizar si, por
consideraciones de urgencia y de manera excepcional, es preferible atender a
trámite la demanda de amparo, pese a existir una vía idónea regulada. Al
respecto, es necesario evaluar si transitar por la vía ordinaría pone en grave
riesgo al derecho afectado, de tal modo que el agravio alegado puede tornarse
irreparable (urgencia como amenaza de irreparabilidad). Asimismo, debe
atenderse a si es necesaria una tutela urgente, apreciando para ello la relevancia
del derecho involucrado o también a la gravedad del daño que podría ocurrir
(urgencia por la magnitud del bien involucrado o del daño).
6. Deben entonces respetarse las pautas establecidas por este Tribunal al respecto,
sin perjuicio de eventuales diferencias con las mismas. Y es que, tomando en
cuenta los parámetros que deben caracterizar la labor de todo Tribunal
Constitucional, no puede, por ejemplo, apoyarse la dación de un precedente para
luego desnaturalizarlo o no aplicarlo, descalificando el cumplimiento de los
pasos allí previstos.
S.
ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA
EXP. N.° 02369-2021-PA/TC
ICA
YVÁN JONEL MAMANI
SALAZAR
C on el debido respeto por mis colegas magistrados, emito este voto singular, al no
concordar con los argumentos ni con la decisión tomada en el presente sentencia de
mayoría. A mi entender, el derecho al trabajo consagrado por el artículo 22 de la
Constitución no incluye el derecho a la reposición; en la perspectiva constitucional, el
derecho al trabajo no es lo mismo que el derecho al puesto de trabajo. Como señalé en
el voto singular que emití en el Expediente 05057-2013-PA/TC, Precedente Huatuco
Huatuco, el derecho al trabajo debe ser entendido como la posibilidad de acceder
libremente al mercado laboral o a desarrollar la actividad económica que uno quiera,
dentro de los límites que la ley establece por razones de orden público. Así, cuando el
artículo 27 de la Constitución de 1993 establece que “la ley otorga al trabajador
protección adecuada contra el despido arbitrario”, se refiere solo a obtener una
indemnización determinada por la ley.
S.
SARDÓN DE TABOADA