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Sentencia 75/2022
EXP. N.° 02523-2021-PA/TC
AMAZONAS
KARIN JANETH ZAVALETA
GRANDEZ
RAZÓN DE RELATORÍA
En la sesión del Pleno del Tribunal Constitucional, de fecha 24 de febrero
de 2022, los magistrados Ferrero Costa, Miranda Canales, Ledesma
Narváez (con fundamento de voto) y Espinosa-Saldaña Barrera (con
fundamento de voto) han emitido la sentencia que resuelve:
SS.
FERRERO COSTA
SARDÓN DE TABOADA
MIRANDA CANALES
BLUME FORTINI
LEDESMA NARVÁEZ
ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA
EXP. N.° 02523-2021-PA/TC
AMAZONAS
KARIN JANETH ZAVALETA
GRANDEZ
En Lima, a los 24 días del mes de febrero de 2022, el Pleno del Tribunal
Constitucional, integrado por los magistrados Ferrero Costa, Sardón de Taboada,
Miranda Canales, Blume Fortini, Ledesma Narváez y Espinosa-Saldaña Barrera,
pronuncia la siguiente sentencia, con los fundamentos de voto de los magistrados
Ledesma Narváez y Espinosa-Saldaña Barrera y los votos singulares de los magistrados
Sardón de Taboada y Blume Fortini, que se agregan.
ASUNTO
ANTECEDENTES
La Sala Superior revisora confirmó la apelada, por estimar que entre las partes
no se configuró una relación laboral a plazo indeterminado; y, por lo tanto, la actora no
ha sido víctima de un despido arbitrario, pues el Tribunal Constitucional, mediante las
Sentencias 00002-2010-PI/TC y 03818-2009-PA/TC, además de la Resolución 00002-
2010-PI/TC, ha establecido que en el proceso de amparo no corresponde analizar si con
anterioridad a la suscripción del contrato administrativo de servicios, los contratos
civiles suscritos por la parte demandante fueron desnaturalizados, pues en caso ello
hubiera ocurrido, dicha situación de fraude constituiría un período independiente del
inicio del CAS, que es constitucional, conforme a lo resuelto por el Supremo intérprete
de la Constitución (f. 557).
4. Hecha la precisión que antecede, cabe precisar que con el contrato administrativo de
servicios 176-2014 y su adenda 003-2019, obrantes a fojas 128 y 131,
respectivamente, queda demostrado que la demandante ha mantenido una relación
laboral a plazo determinado, que culminó al vencer el plazo estipulado en la última
adenda celebrada por las partes, esto es, el 30 de setiembre de 2019. Por lo tanto,
habiéndose cumplido el plazo de duración del referido contrato, la extinción de la
relación laboral de la demandante se produjo en forma automática, conforme lo
señala el literal h) del numeral 13.1 del Decreto Supremo 075-2008-PCM.
HA RESUELTO
Publíquese y notifíquese.
SS.
FERRERO COSTA
MIRANDA CANALES
LEDESMA NARVÁEZ
ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA
7. El artículo 73 del Reglamento del Congreso regula las etapas del procedimiento
legislativo así como la excepción para que la Junta de Portavoces pueda
exonerar a algunas etapas de tal procedimiento, pero además, y esto es lo más
relevante, establece de modo expreso que “Esta excepción no se aplica a
iniciativas de reforma constitucional, de leyes orgánicas ni de iniciativas sobre
materia tributaria o presupuestal”.
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9. Como se aprecia, el Reglamento del Congreso, en tanto norma que forma parte
del bloque de constitucionalidad, dispone que en los casos de leyes orgánicas, la
Junta de Portavoces no puede exonerar del envío a comisiones en ningún
supuesto.
11. Por tanto, ante las observaciones del Presidente de la República a una
proposición de ley correspondía tramitarla como cualquier proposición de ley y,
como parte de dicho trámite, enviarla a la respectiva comisión, resultando
prohibido que la Junta de Portavoces exonere del trámite de envío a comisión
cuando se trata de leyes orgánicas.
12. En el caso del Nuevo Código Procesal Constitucional, mediante sesión virtual de
la Junta de Portavoces celebrada el 12 de julio de 2021 se acordó exonerar del
dictamen a las observaciones formuladas por el Poder Ejecutivo a la Autógrafa
de Ley, pese a que se trataba de una ley orgánica.
14. Carece de fundamento el argumento de los tres magistrados que salvaron esta
ley. Ellos sostienen que conforme al último párrafo del artículo 79 del
Reglamento del Congreso, el trámite de una autógrafa de ley observada por el
Presidente de la República debe pasar a comisión sólo si fue exonerada
inicialmente de dicho trámite, de modo que en el caso del Nuevo Código
Procesal Constitucional, al haber pasado ya por una comisión dictaminadora
[antes de su primera votación], podía exonerarse a la autógrafa observada de
dicho código.
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15. Este argumento de los tres magistrados es incorrecto pues dicho párrafo es
aplicable sólo cuando se trata de leyes distintas a las leyes orgánicas o de
reforma constitucional, entre otras.
16. Lo digo una vez más. En el caso de las leyes orgánicas la Junta de Portavoces
del Congreso de la República está prohibida de exonerar el envío a comisiones.
Las observaciones del Presidente de la República a la autógrafa del Nuevo
Código Procesal Constitucional debieron recibir un dictamen de la comisión
respectiva y, por tratarse de una ley orgánica, no podían ser objeto de ninguna
exoneración sobre el trámite a comisión.
S.
LEDESMA NARVÁEZ
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GRANDEZ
Coincido con el sentido de lo resuelto por mis colegas, pero me permito señalar lo
siguiente:
1. En primer término, y sin duda alguna, una preocupación central de quien imparte
justicia en general, y de este Tribunal Constitucional en particular, es la de
asegurar el cumplimiento de sus decisiones. En ese sentido, en la sentencia
recaída en el Expediente 00002-2010-PI/TC se declaró infundada la demanda
de inconstitucionalidad, interpuesta en contra del Decreto Legislativo 1057,
que regula el Régimen Especial de Contratación Administrativa de Servicios
(CAS).
2. Esto ha llevado a que el Tribunal Constitucional haya desestimado, en
numerosas ocasiones, demandas donde trabajadores que laboraban al amparo de
este régimen especial habían solicitado su reposición en el cargo que venían
desempeñando en condición de trabajador permanente, alegando la
desnaturalización de su contrato. Esta práctica constante, como queda claro,
resulta coherente con lo decidido en la sentencia recaída en el Expediente
00002-2010-PI/TC.
3. Ahora bien, y más allá de lo señalado a nivel jurisprudencial, resulta pertinente
recordar que el Régimen Especial de Contratación Administrativa de Servicios
(CAS) surgió con la intención de dejar atrás la Contratación por Servicios No
Personales (SNP), ampliamente extendida a inicios de la década pasada. Sin
embargo, resulta claro que, luego de varios años de utilización, no parece que
este sistema de contratación responda actualmente al objetivo de forjar una
administración pública eficiente, basada en la meritocracia y la igualdad de
oportunidades en el acceso a los cargos públicos.
4. En efecto, ello no podía ser de otro modo dada la temporalidad o, mejor dicho, la
transitoriedad que debía tener este régimen especial y que quedó plasmado en la
Ley 29849, que establece la eliminación progresiva del Régimen Especial del
Decreto Legislativo 1057 y otorga derechos laborales, en cuyo artículo 1 se
dispuso como objetivo “establecer la eliminación del Régimen Especial de
Contratación Administrativa de Servicios, regulado mediante el Decreto
Legislativo 1057. (…) La eliminación del referido régimen se efectúa de manera
progresiva y de conformidad con las disposiciones establecidas en la presente
Ley”.
5. Sin embargo, y contra lo que pudiera pensarse, lo cierto es que, después de
varios años, el Régimen Especial de Contratación Administrativa de Servicios
(CAS) no solo continúa existiendo sino que también ha venido creciendo de
manera sostenida a una tasa promedio anual de 8% en el período 2009 – 2016,
de tal forma que actualmente representan al 22% del empleo público sujeto a un
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11. Estamos pues ante materias sobre las cuales se hace necesario conversar, y
evaluar lo decidido en su momento, máxime cuando se aprecia que no se están
produciendo los cambios legislativos que este Tribunal Constitucional había
tomado como presupuesto para decidir en determinado sentido en las
controversias que resuelve en relación a este régimen especial.
12. Como síntesis entonces a este primer tema, en tanto y en cuanto el Régimen
Especial de Contratación Administrativa de Servicios (CAS) se encuentra
plenamente vigente y su constitucionalidad ha sido confirmada, todavía seguirán
existiendo pronunciamientos que guarden coherencia con dicha posición. Sin
embargo, resulta indispensable analizar si lo ahora previsto permite una
participación del Tribunal Constitucional peruano que, sin romper los
parámetros constitucional o legalmente necesarios y su real capacidad
operativa, pueda afrontar los problemas derivados de la supervivencia de este
régimen especial, más allá de lo inicialmente proyectado.
13. Ahora bien, también existe un segundo tema que anotar; y es que la labor del
juez constitucional, que tiene por fin último el reconocimiento y la tutela de los
derechos, debe, precisamente, superar cualquier dificultad, limitación o
formalidad que dificulte ese quehacer. En ese sentido, debe dejarse de lado
cualquier interpretación formalista de una norma o un concepto. Además, debe
corregirse en sede de la interpretación constitucional cualquier lectura formalista
y en puridad técnicamente incorrecta de la normatividad vigente, máxime si se
trata de tutelar los derechos.
S.
ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA
EXP. N.° 02523-2021-PA/TC
AMAZONAS
KARIN JANETH ZAVALETA
GRANDEZ
Con el debido respeto por mis colegas magistrados, emito este voto singular, al no
concordar con los argumentos ni con la decisión tomada en el presente sentencia de
mayoría. A mi entender, el derecho al trabajo consagrado por el artículo 22 de la
Constitución no incluye el derecho a la reposición; en la perspectiva constitucional, el
derecho al trabajo no es lo mismo que el derecho al puesto de trabajo. Como señalé en
el voto singular que emití en el Expediente 05057-2013-PA/TC, Precedente Huatuco
Huatuco, el derecho al trabajo debe ser entendido como la posibilidad de acceder
libremente al mercado laboral o a desarrollar la actividad económica que uno quiera,
dentro de los límites que la ley establece por razones de orden público. Así, cuando el
artículo 27 de la Constitución de 1993 establece que “la ley otorga al trabajador
protección adecuada contra el despido arbitrario”, se refiere solo a obtener una
indemnización determinada por la ley.
S.
SARDÓN DE TABOADA
EXP. N.° 02523-2021-PA/TC
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KARIN JANETH ZAVALETA
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2. De autos se advierte que la demandante laboró desde abril de 2006 hasta julio de
2008, como locador de servicios, y posteriormente, continuó laborando a partir del
1 de agosto de 2008 hasta el 30 de setiembre de 2019, mediante contratos
administrativos de servicios. Cabe precisar también que en junio de 2010 la
demandante había suscrito nuevamente un contrato de locación de servicios.
También se verifica que durante todo el tiempo que laboró para la emplazada
desarrolló labores como técnico administrativo IV y especialista administrativo en
el Programa Nacional de Manejo de Cuencas Hidrográficas y Conservación de
Suelos (Pronamachs) -el cual fue posteriormente absorbido por Agro Rural (ff. 120,
123, 127 a 131).
7. Por ello, considero que de presentarse situaciones en las que se demuestre que el
desarrollo de la actividad laboral anterior a la suscripción de un contrato CAS era
de naturaleza permanente y la prestación de servicios al suscribir un contrato
administrativo de servicios eran similares o iguales, no puede asumirse como
constitucional ni legal desconocer la desnaturalización de la relación laboral del
trabajador aludiendo a un supuesto cambio de régimen laboral, ya que ello nos
llevaría a convalidar un uso fraudulento del contrato CAS, negando que las labores
desarrolladas por el trabajador fueron de naturaleza permanente y avalando la
disminución de los derechos laborales que le corresponden, lo que lesiona el
derecho al trabajo, al convertir en ineficaz la garantía judicial para su defensa en
sede interna y descartar el análisis conjunto de la situación laboral de los servidores
sometidos a este tipo de contratación, como un supuesto válido de ser reclamado a
través del proceso de amparo, vía procedimental idónea para la tutela de los
derechos fundamentales, como el trabajo.
8. Es importante mencionar que el principio de efectividad progresiva previsto en el
numeral 1) del artículo 2 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales, establece que “Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se
compromete a adoptar medidas, tanto por separado como mediante la asistencia y la
cooperación internacionales, especialmente económicas y técnicas, hasta el máximo de los
recursos de que disponga, para lograr progresivamente, por todos los medios apropiados,
inclusive en particular la adopción de medidas legislativas, la plena efectividad de los
derechos aquí reconocidos”.
Tal principio internacional reconoce a los Estados Partes del Pacto, que existen
dificultades presupuestarias que impiden garantizar la plena efectividad de los
derechos sociales; sin embargo, también exige de ellos el mayor esfuerzo para
alcanzar su máxima eficacia y concreción.
S.
BLUME FORTINI