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BOTIQUÍN
*Img_001 Botiquín*
PRIMEROS AUXILIOS
Existen multitud de casos en los que es necesario proporcionar los primeros auxilios, a
continuación comentaremos algunos más comunes.
ASFIXIA
En la asfixia el aire no puede entrar por los pulmones y el oxígeno no llega a la sangre que
circula por nuestro cuerpo.
¿Cómo actuar?
La más practica es la RCP, antes de ello debe retirarse cualquier cuerpo extraño que obstruya
las vías respiratorias. La cabeza de la víctima debe ser inclinada hacia atrás para evitar que la
caída de la lengua obstruya la laringe; una mano debe sujetar la barbilla mientras con la otra
se empuja hacia atrás la frente. El reanimador obtura los orificios nasales pinzándolos con los
dedos, inspira profundamente, aplica su boca a la de la víctima y sopla con fuerza hasta
llenarse el tórax, después retira su boca y el proceso debe repetirse 12 veces por minuto en
un adulto. *Img_003 RCP*
MANIOBRA DE HEIMLICH
Está es una técnica que se ha desarrollado en los últimos años, se llama maniobra de
Heimlich o “abrazo del oso” y consiste en la aplicación súbita de una presión sobre el
abdomen de la víctima. El aumento de presión abdominal comprime el diafragma, éste a los
pulmones, que expulsan aire a alta velocidad y presión, despejando las vías respiratorias. La
maniobra se realiza situándose detrás del paciente, rodeando su cintura con los brazos y
entrelazando las manos, situando estas entre el ombligo y la caja torácica, y presionando
fuerte y de forma brusca hacia atrás y hacia arriba. *Img_004 Maniobra de Heimlich*
TORNIQUETE
El uso de un torniquete puede ser necesario en las personas que han sufrido una herida
grave o una amputación, la cual no se puede controlar de otra manera. Su colocación es
muy importante ya que hay que tener cuidado para evitar daños adicionales.
El uso incorrecto o prolongado de este puede tener consecuencias graves, como daño a los
tejidos y nervios debido a la falta de flujo sanguíneo, así como la posibilidad de
complicaciones como el síndrome compartimental (afección grave que implica aumento de
la presión en un compartimento muscular).
4. Hay que asegurar que el palo esté lo suficientemente firme para detener el sangrado,
pero no demasiado para cortar la circulación sanguínea.
Esta es una medida temporal y es importante buscar atención médica profesional lo antes
posible.
HIPOTERMIA
La hipotermia es una condición médica grave que ocurre cuando la temperatura del cuerpo
desciende por debajo de lo normal. Esta situación se produce ya que el cuerpo pierde calor
más rápido de lo que puede producirlo, lo que conlleva a alcanzar una temperatura corporal
peligrosamente baja.
En el contexto militar, donde nosotros trabajamos a diario en diferentes maniobras, misiones y
ejercicios, la hipotermia es un factor crucial, ya que nos puede afectar en situaciones de
exposición prolongada al frío, especialmente durante operaciones en las que la climatología
sea adversa, por temperaturas bajas o con grandes cantidades de lluvia. La hipotermia puede
afectar las capacidades del militar para realizar sus funciones de manera efectiva y, en casos
muy extremos, puede ser potencialmente peligrosa hasta provocar perdida de extremidades,
perdida del conocimiento o incluso la muerte. Por tanto, comprender los riesgos, los síntomas
y las medidas de prevención de la hipotermia es fundamental para garantizar la seguridad y el
rendimiento óptimo de los militares durante sus ejercicios diarios.
Datos a tener en cuenta:
Cuando la temperatura corporal desciende por debajo de lo normal, que es aproximadamente
37º C, hablamos de hipotermia.
Los diferentes síntomas varían según la gravedad y el grado en el que nos encontremos,
algunos de los síntomas más característicos son:
● Aparición de temblores, piloerección
● Fatiga y debilidad
● Pérdida de coordinación
● Pulso débil
● Gangrena en la piel
Además, hay que destacar que los principales mecanismos de pérdida de calor son:
La hipotermia puede llevar a lesiones más graves, como la congelación de la piel y los
tejidos, ocurre cuando la piel o tejidos se dañan debido a la exposición prolongada al frío
extremo.
Signos de congelación:
- Primera capa (segunda piel): está capa tiene como objetivo mantener nuestro
calor corporal mientras evacuamos el sudor. Se deben usar materiales no
absorbentes y transpirables, ajustadas al cuerpo tales como:
● Camisetas interiores
● Mallas térmicas
● Gorro
● Guantes térmicos
● Medias o calcetines
● Forros polares
● Relleno de plumas
● Gorros
● Cortavientos
Por tanto, una de las claves principales para evitar entrar en hipotermia y que sus efectos
pongan en peligro la realización del ejercicio o de la operación es seleccionar con gran detalle
las prendas que vamos a utilizar. *Img_007 Prendas de las 3 capas*
CAMILLAS
El transporte de heridos en camilla en el ámbito militar es una práctica que tiene su origen en
las guerras napoleónicas, cuando se crearon las primeras ambulancias de campo. Desde
entonces se han desarrollado diferentes tipos de camillas y sistemas de suspensión para
adaptarse a los medios de transporte y proporcionar un mayor confort y seguridad al
paciente durante su traslado, evitando agravar sus lesiones o provocar más daños.
TIPOS DE CAMILLAS
Las camillas de rescate pueden ser de diferentes materiales y diseños, según el tipo de
emergencia y el terreno. Las más resistentes y estables son las rígidas, que además son las
recomendadas cuando hay lesiones en la columna; las camillas plegables por el contrario son
más ligeras y fáciles de transportar, pero solo deberían usarse en lesiones de poca gravedad;
las camillas de cesta usadas para rescate en montaña o zonas de difícil acceso; y también
existen las de vacío, que se adaptan a la forma del paciente y lo inmovilizan.
CAMILLAS IMPROVISADAS
Las camillas improvisadas son aquellas que se fabrican con los materiales disponibles en el
lugar del accidente, cuando no se cuenta con una camilla convencional. Se pueden utilizar
palos, ramas, tubos, esquís, mantas, sábanas, chaquetas, cuerdas, cinturones, etc. El objetivo
es crear una superfície rígida y más o menos cómoda que permita transportar al herido sin
agravar sus lesiones.
En el ámbito militar, las camillas improvisadas pueden ser muy útiles en situaciones de
combate, rescate o evacuación, donde no siempre se dispone de medios adecuados o
suficientes. Algunos de los ejemplos de camillas improvisadas son estos:
Una camilla improvisada puede ser construida utilizando dos varas de carpa y un poncho. Las
variaciones de esta camilla incluyen la utilización de ramas de árbol rectas u objetos rígidos
similares para las varas. Cuando el herido se coloca sobre la camilla, su peso mantendrá la
camilla armada. (imagen 1)
Una camilla improvisada puede ser construida utilizando dos varas de carpa y dos o tres
chaquetas de camuflaje. También pueden utilizarse ramas de árbol u otros objetos rígidos
rectos en vez de las varas. Camisas pesadas u otras chaquetas pueden ser utilizadas en vez
de las chaquetas de camuflaje. (imagen 2)
● Voltee las prendas al revés, pero deje las mangas adentro. Al voltear las prendas al
revés los botones y las cremalleras quedan al interior. Esto impide que el herido se
acueste sobre botones o cremalleras (si están arriba) y previene que se enreden en
arbustos u otros obstáculos (si están abajo).
● Pase las varas a través de las mangas.
Una camilla improvisada puede construirse utilizando dos varas de carpa u objetos rígidos
similares y dos sacos de material pesado vacíos, por ejemplo sacos de patatas. (imagen 3)
● Corte dos huecos en las dos esquinas del lado cerrado de cada saco.
● Coloque los sacos en forma longitudinal con los extremos abiertos de los sacos frente
al otro.
● Deslice las varas o las ramas a través de los huecos.
● Superponga los extremos abiertos de los sacos más o menos unos diez centímetros
para proporcionar resistencia extra en la mitad de la camilla.
Una camilla improvisada puede ser construida utilizando solamente una manta u otro material.
La manta se pone sobre el suelo y los dos extremos contrarios de la manta se enrollan hacia
la mitad. Cuando el herido es colocado sobre la misma, los bordes enrollados de esta se
utilizan como asideras.
Cuando se utiliza este sistema, se necesitan al menos 4 personas para hacer de camilleros.
(imagen 4)
Existen varios métodos para colocar al herido sobre la camilla, dependiendo de su estado y
de la disponibilidad de personal. Uno de los métodos más comunes es el de la cuchara, que
consiste en introducir la camilla por debajo del paciente, apoyándola en el suelo y
deslizándose con cuidado. Otro método es el de la sábana, que implica enrollar al paciente en
una sábana y levantarlo con la ayuda de varias personas para colocarlo sobre la ca
Imagen 1
Imagen 2
Imagen 3
Imagen 4
Imagen 5
Imagen 6
*Img_001 Botiquín* *Img_002 Botiquín IFAK*
CAPA 1
CAPA 3