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El documento describe los peligros del tabaquismo para la salud, ya sea fumando directamente o por el humo ambiental. Cada año cuatro millones de personas mueren a causa del tabaco y aunque los efectos nocivos son ampliamente conocidos, muchos adolescentes y adultos continúan fumando. Dejar de fumar no es fácil debido a la fuerte adicción a la nicotina, pero más de seis millones de españoles ya lo han logrado. El documento también explica los diversos efectos negativos del tabaco en el cuerpo human
El documento describe los peligros del tabaquismo para la salud, ya sea fumando directamente o por el humo ambiental. Cada año cuatro millones de personas mueren a causa del tabaco y aunque los efectos nocivos son ampliamente conocidos, muchos adolescentes y adultos continúan fumando. Dejar de fumar no es fácil debido a la fuerte adicción a la nicotina, pero más de seis millones de españoles ya lo han logrado. El documento también explica los diversos efectos negativos del tabaco en el cuerpo human
El documento describe los peligros del tabaquismo para la salud, ya sea fumando directamente o por el humo ambiental. Cada año cuatro millones de personas mueren a causa del tabaco y aunque los efectos nocivos son ampliamente conocidos, muchos adolescentes y adultos continúan fumando. Dejar de fumar no es fácil debido a la fuerte adicción a la nicotina, pero más de seis millones de españoles ya lo han logrado. El documento también explica los diversos efectos negativos del tabaco en el cuerpo human
Difícilmente podrían imaginar los primeros conquistadores
españoles que el tabaco que fumaban los habitantes de la recién descubierta América se convertiría, cinco siglos después, en uno de los mayores problemas de salud de todo Occidente. Cada año cuatro millones de personas fallecen en el mundo por enfermedades relacionadas con el consumo de cigarrillos. Aunque parecen argumentos suficientes para evitar el tabaquismo, la realidad nos muestra que el 40% de los quinceañeros españoles ya ha probado el tabaco. La mitad de ellos fuma con regularidad.
Comprendo que dejar el hábito no es fácil, pues la nicotina se
encarga de que la adicción a los cigarrillos sea tan fuerte como la que crea la cocaína o la heroína. Sin embargo, más de seis millones de españoles ya han conseguido ganar el combate.
Las consecuencias del tabaquismo son múltiples y variables. Si
bien no todos los fumadores tienen por qué desarrollar una bronquitis crónica ni un cáncer, lo cierto es que los perjuicios que sufren son numerosos. El aparato respiratorio del adicto al tabaco, por ejemplo, está mucho más expuesto a las infecciones que el de una persona no fumadora, puesto que el humo neutraliza el eficaz sistema defensivo de nuestro cuerpo a la vez que destruye los pulmones. Las repercusiones de los cigarrillos en el corazón y el sistema respiratorio no se quedan atrás. Su humo altera las paredes de las arterias y forma coágulos de sangre y depósitos de grasa que obstruyen la circulación sanguínea.
En España hay cinco millones de fumadores pasivos; todos ellos
inhalan un humo aún peor que el que absorbe el fumador en cada calada. La corriente que surge del cigarrillo (denominada secundaria) contiene tres veces más nicotina y alquitrán, y cinco veces más monóxido de carbono que la llamada corriente primaria, aquella que aspira el fumador. El humo ambiental, además, contiene partículas de tamaño menor y que se queman más lentamente, por lo que se introducen en nariz y boca con más facilidad.
A la hora de hablar de fumadores pasivos, es imprescindible
diferenciar tres tipos distintos. En primer lugar está el feto. Cuando las mujeres embarazadas fuman, incrementan su riesgo de aborto, de producción de hemorragias placentarias y de parto prematuro. El segundo grupo está formado por los niños y adolescentes. Las repercusiones en ellos se traducen en enfermedades recurrentes: laringitis, bronquitis, otitis, rinitis, sinusitis y hasta neumonías se repiten en ellos con asiduidad. Los adultos, por último, también desarrollan distintas enfermedades como consecuencia de su exposición al tabaco.
Creo que abandonar el tabaco es la decisión más saludable que
puede tomar un adicto a los cigarrillos. Es difícil vencerlo, pero no imposible. El mejor tratamiento para dejar el hábito es aquel que combina el apoyo psicológico, el consejo sanitario al fumador y el tratamiento farmacológico.