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ANAHI ALANCAY, ILLARI KUSI Y ASOCIACIÓN “VETERANOS POR LA RAZA”

CONTRA ESTADO DE MALBECLAND

ROL: ESTADO

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Índice

I. Petitorio:................................................................................................................................3
II. Fundamentos de hecho:.......................................................................................................4
1. Sobre el Estado de Malbecland.....................................................................................4
2. Sobre las presuntas víctimas.........................................................................................5
3. Sobre la publicación de las obras de Illari Kusi en redes sociales.............................6
4. Sobre las visitas educativas...........................................................................................7
5. Sobre la reparación a la comunidad Wawa.................................................................8
6. Sobre el reclamo de Anahí Alancay por los discursos de odio en redes....................9
7. Sobre el trámite ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.................9
III. Fundamentos de derecho.................................................................................................12
1. Excepciones preliminares que sustentan la inadmisibilidad de la demanda..........12
1.1. Excepción preliminar por comparecencia sin representación legal de la
peticionaria Illari Kusi y su relación con la igualdad de armas procesales...............12
1.2. Excepción preliminar por acumulación indebida de las tres peticiones
presentadas contra el Estado de Malbecland...............................................................14
1.3. Excepción preliminar por abuso de derecho y la condición de víctimas de los
miembros de la Asociación VxR....................................................................................15
2. Alegatos de Fondo........................................................................................................17
2.1. El Estado de Malbecland respetó y garantizó el derecho a la libertad de
expresión y a la honra, previstos en los artículos 13 y 11 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en relación con los artículos 1.1 y 2..............18
2.2. El Estado de Malbecland respetó y garantizó el derecho a garantías
judiciales, igualdad ante la ley y protección judicial, previstos en los artículos 8, 24 y
25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos........................................31
3. Reparación....................................................................................................................36

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Abreviaturas

CADH: Convención Americana sobre Derechos Humanos.

CEDH: Convenio Europeo sobre Derechos Humanos

CIDH: Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

CORTE IDH: Corte Interamericana de Derechos Humanos.

PIDCP: Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos

SIDH: Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

TEDH: Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

VxR: Veteranos por la Raza.

I. Petitorio:

Tenemos el agrado de dirigirnos a ustedes a fin de apersonarnos como parte representante del

Estado de Malbecland en la presente demanda única presentada por la CIDH, por los hechos

relacionados con la presunta vulneración de los derechos de Anahí Alancay, Illari Kusi y

Asociación “Veteranos por la Raza”. Siendo esta la situación, mediante el presente

documento, solicitamos formalmente que la denuncia por la presunta violación de lo

contemplado en los artículos 11, 13, 21, 24 y 25 de la CADH, sea declarada INADMISIBLE e

INFUNDADA; y a su vez, requerimos que se declare que el Estado de Malbecland no ha

incurrido en la vulneración de los derechos establecidos en los artículos antes mencionados.

Nuestra solicitud será sustentada conforme al siguiente orden: en primer lugar, se expondrán

los fundamentos de hecho; en segundo lugar, se plantearán las excepciones preliminares que

nuestra defensa plantea; y, finalmente, se formularán los fundamentos de derecho.

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II. Fundamentos de hecho:

1. Sobre el Estado de Malbecland

El Estado de Malbecland se encuentra ubicado al suroeste del Continente Americano, con una

extensión geográfica de 150.000 km2. Asimismo, de acuerdo con el último censo realizado en

el año 2015, cuenta con 7.000.000 habitantes. El Estado de Malbecland se encuentra bajo un

sistema de gobierno presidencialista, representativo, republicano, federal y cuenta con una

democracia reciente. Sin embargo, en 1979 sufrió un golpe de estado llevado a cabo por las

Fuerzas Armadas. Este periodo, además de tolerar graves vulneraciones a la libertad de

expresión, impactó negativamente en lo económico, jurídico y, sobre todo, humano, pues las

desapariciones y vidas cobradas viven en la memoria de todos los habitantes.

Comprometido con la memoria colectiva, al retomar la democracia, Malbecland se hizo

miembro de varias organizaciones internacionales, tales como la Organización de los Estados

Americanos (en adelante, “OEA”), de las Naciones Unidas, NASUR, Mercosur, CEPAL,

BID, FAO, OMS y CELAC. Además, en consonancia con el trabajo de estas organizaciones,

el Estado de Malbecland es parte de todos los tratados internacionales sobre Derechos

Humanos. En efecto, en 1990 ratificó la CADH y aceptó la competencia contenciosa de la

Corte IDH. Asimismo, en el año 2014, ratificó el Convenio 169 de la OIT sobre pueblos

indígenas y tribales e incorporó a su ordenamiento jurídico instituciones que garantizan la

libertad de expresión, asociación y reunión, como la Defensoría del Pueblo y la Comisión

Nacional de Promoción y Defensa del Espacio Público. Finalmente, es necesario mencionar

que, al igual que el resto del mundo, el Estado de Malbecland se vio afectado por la pandemia

de Covid-19 y, frente a ello, adoptó medidas de restricción de movilidad en el año 2020.

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2. Sobre las presuntas víctimas

La comunidad Wawa, perteneciente al pueblo Watsi, es un pueblo indígena matriarcal, que se

encuentra compuesta por 150 miembros, los cuales forman parte de un total de 20 familias.

Esta comunidad fue una de las más afectadas durante el periodo dictatorial del Estado de

Malbecland y se ha visto en peligro en diversas ocasiones, pues durante décadas fue víctima

de la política homogeneizadora de la dictadura.

Aún luego de retomada la democracia, la comunidad Wawa cuenta con una participación

política e institucional reducida, por los siguientes factores: (i) se encuentra alejada de la

capital y, en consecuencia, acceder a este lugar es difícil; (ii) tiene un contacto limitado con

las autoridades de Malbecland; (iii) su población es reducida; y, (iv) es una comunidad

“joven” (el 60% de la población es menor de edad). Todo ello genera que a menudo las

acciones de sus miembros no siempre tengan un impacto significativo en la mejora de sus

condiciones de vida y en la satisfacción de las necesidades del pueblo. Dentro de los

integrantes de dicha comunidad se encuentran Anahí Alancay, lideresa (mama) de la

comunidad Wawa e Illari Kusi, una joven artista de 16 años.

Por otro lado, VxR es una asociación conformada por militares, hijos y nietos de militares que

participaron en el golpe de Estado de 1979 como parte del gobierno dictatorial. Esta

asociación tiene múltiples cuentas en diversas redes sociales, en las cuales sus integrantes

también utilizan sus cuentas personales como una búsqueda de la promoción de la ‘‘unidad e

integridad personal’’.

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3. Sobre la publicación de las obras de Illari Kusi en redes sociales

Illari Kusi es una joven artista de la Comunidad de Wawa de 16 años. En agosto de 2020, ella

ofertó cuatro pinturas creadas digitalmente en 3D como Non Fungible Tokens – NFT´s 1 a

través de su cuenta personal de la red social Dixit. Los NFT´s ofertados por Illari eran

imágenes hechas virtualmente, coleccionables e irreproducibles por cualquier otro medio

físico y/o electrónico. En las pinturas de Illari se mostraba un parto a través de una secuencia

de 4 imágenes. La figura representaba al Estado de Malbecland, que se identificaba con la

vagina; y la criatura naciente se relacionaba con la continuidad de la comunidad. Luego de

realizada la publicación, el perfil de Illari Kusi empezó a recibir comentarios de odio,

principalmente por parte de algunos miembros de la asociación VxR. En concreto, el 8 de

setiembre de 2020, desde la cuenta de dicha asociación, se calificó a las pinturas de Illari Kusi

como ‘‘basura visual’’, que atentaba contra la ‘‘honestidad’’ y otra serie de comentarios

realizados por los miembros de VxR.

Es más, el Estado de Malbecland ha podido identificar que varios integrantes de la Asociación

VxR emitieron una serie de comentarios totalmente violentos no solo en contra de Illari, sino

también en contra de la comunidad Wawa. Específicamente, los comentarios involucraban

aspectos de discriminación, machismo, racismo y demás componentes que constituyen

manifestaciones de odio. Estos comentarios fueron publicados desconociendo la normativa

nacional e internacional vigente en el Estado de Malbecland. Es más, a través de los

comentarios de odio, los miembros de la Asociación VxR incentivaron un movimiento

denominado “visitas educativas”. Esto implicó promover viajes a la comunidad Wawa con la

1
Los NFTs o tokens no fungibles (Non Fungible Token en inglés) son representaciones inequívocas de
activos, tanto digitales como físicos, en la red blockchain. Usan la misma tecnología que las
criptomonedas, pero al contrario que estas, no se pueden dividir ni intercambiar entre sí, pero sí se
pueden comprar y vender.

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finalidad de “regresar a las mujeres de dicha comunidad a la civilización” y eliminar a las

“locas feminazis”.

En consecuencia, el 25 de enero de 2021 se emitió una Orden Ministerial por la que se

requería a todas las redes sociales operando en Malbecland, la adopción de filtros preventivos,

destinados a impedir la publicación de contenido xenófobo, racista, discriminatorio, o que

incitaran a la violencia o al odio. Y, en particular, cuando la afectación se dirigiera a

colectivos, cualquiera que fuera su elemento identificador. A pesar de la ola masiva de ataques

cibernéticos en la red social Dixit, Illari Kusi no presentó ningún tipo de recurso ante su

comunidad, ni tampoco ante la jurisdicción del Estado de Malbecland, tal como se

desarrollará más adelante.

4. Sobre las visitas educativas

A partir de algunos mensajes difundidos en redes, se promovieron “visitas educativas” a la

comunidad. Con esto, se buscaba el emparejamiento de jóvenes solteros con las “abundantes y

prolíficas jóvenes” Wawas. Todos estos comentarios generaron viajes de grupos de diferentes

partes del país a la Comunidad Wawa entre noviembre de 2020 y febrero de 2021. Las visitas

se llevaron a cabo desconociendo todas las normas que rigen en el Estado de Malbecland,

pues no solo se actuó en contra de lo dispuesto por el Estado de Emergencia, sino que durante

las mismas se cometieron una serie de ilícitos.

Enterado de estas convocatorias, la Dirección General del Gobierno del Estado de

Malbecland, realizó un llamado a la calma a través de la red Dixit. En este pedido, se solicitó

a la población “no realizar comentarios que pudieran contribuir a la escalada de violencia y

ola de odio contra la comunidad Wawa”. Adicionalmente, Anahí Alancay presentó una

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solicitud de protección de la comunidad, razón por la cual el Estado de Malbecland amplió la

cobertura de policías rurales destinados a la zona, con el fin de prevenir cualquier ataque.

A pesar de todos los esfuerzos del Estado de Malbecland por evitar cualquier tipo de

manifestación en la comunidad Wawa, el 28 de diciembre del año 2020, infringiendo el

Estado de excepción que regía en Malbecland y que restringía la libertad de desplazamiento,

varios agentes privados se dirigieron a la Comunidad Wawa. Durante esta incursión se

cometieron una serie de asaltos a viviendas de propiedad de los pobladores de la Comunidad.

Asimismo, el 13 de febrero de 2021 se realizó otra visita, donde nuevamente se atacaron

viviendas e infraestructuras comunitarias. Finalmente, el 27 de febrero de 2021, se realizó una

incursión más en la que los agentes particulares violaron a dos niñas y cinco jóvenes.

Ante la ola de violencia antes descrita, el 5 de marzo de 2021, el Ministerio de Defensa de

Malbecland inició la instrucción de varios expedientes disciplinarios de los miembros activos

que pertenecían a la Asociación VxR a través de un procedimiento administrativo

sancionador. Los procedimientos derivaron en la emisión de resoluciones que apartaron del

servicio militar a quienes compartieron o difundieron publicaciones de odio e incitaron a las

“visitas educativas” en contra de los miembros de la comunidad Wawa.

5. Sobre la reparación a la comunidad Wawa

El 17 de enero de 2021, el Consejo de Ancianas de la Comunidad Wawa se reunió y evaluó la

corresponsabilidad de Illari Kusi por el daño ocasionado a los miembros de la comunidad en

el marco de las “visitas educativas”. Al respecto, se le considero corresponsable por la

vulneración de la seguridad, el daño a las viviendas de la Comunidad y los lugares

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segregados. El consejo de ancianas decidió esto debido a que Illari se encontraba en Suiza

vendiendo sus obras de arte durante la deliberación.

Ante dicha decisión, Illari Kusi adoptó las siguientes medidas:

(i) Empleó el 85 % de las ganancias obtenidas por la venta de su obra para crear un sistema

de alerta, seguridad y protección privada del entorno de la comunidad, la cual terminó su

implementación al 28 de febrero de 2021.

(ii) Se hizo cargo de la rehabilitación de las propiedades privadas y comunales dañadas o

destruidas (lo cual tardó 6 meses); y

(iii) En abril de 2021 creó un programa de asistencia financiera para las niñas y mujeres

violadas. Este programa ayudó a cubrir la educación de dichas personas; permitió el

acceso a la interrupción voluntaria del embarazo (en el supuesto de que existiese alguno);

y realizó una ayuda económica y social para la crianza de los hijos.

6. Sobre el reclamo de Anahí Alancay por los discursos de odio en redes

El 20 de septiembre de 2020, Anahí Alancay, en representación y defensa de la Comunidad

Wawa, solicitó por escrito a la Dirección General de Cultura y Sociedad Digital que ordene a

la empresa Kontra Korriente S.A, accionista mayoritaria de Dixit, la retirada de los

comentarios y publicaciones que incitaban a la violencia y al odio.

La Dirección respondió en un plazo adecuado de 48 horas, señalando que las empresas debían

aplicar lo dispuesto en la Ley LICEA. Este instrumento normativo fue adoptado en 2019 por

el Estado y obliga a todas las empresas titulares de medios digitales a crear un código de

conducta que las permita contemplar medidas oportunas para controlar el equilibrio y respeto

de los derechos de terceros. En ese sentido, correspondía a la red Social Dixit, por medio de

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su Código de Conducta, controlar las publicaciones con contenidos inadecuados. Cabe señalar

que esta decisión no fue impugnada a nivel judicial.

7. Sobre el trámite ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos

En este punto se abordará la cronología de los trámites iniciados ante el SIDH por las

presuntas víctimas, quienes alegan la vulneración de los derechos contenidos en la CADH:

- Illari Kusi:

El 01 de julio de 2021, Illari Kusi, sin representación legal, presentó una petición ante la

CIDH en la que alegó la presunta violación de los artículos 11, 13, 21, 24, y 25 de la CADH,

en relación con los artículos 1 y 2 de la misma. Frente a dicha petición, Malbecland presentó

excepciones preliminares por entender que una persona no podía actuar sin asistencia letrada.

El 20 de febrero de 2022, la Comisión emitió el informe preliminar 11/2022 en el que

estimaba la violación de los artículos invocados por Illari Kusi, excepto el art. 21 CADH. Así,

concedió un plazo de seis meses al Estado para que adoptase medidas. Al considerar

inadecuado y fuera de ley dicho fallo, el Estado hizo caso omiso de las recomendaciones,

reiterando en un escrito de 23 julio de 2022 sus argumentos previos y solicitando que se diera

traslado de la demanda a la Corte IDH.

- Anahí Alancay:

El 20 de octubre de 2021, Anahí Alancay, representada por una defensora Wawa, presentó una

petición por la presunta violación de los artículos 5, 8, 11, 21 y 25 de la CADH, en relación

con el artículo 1 y 2 de la misma, en perjuicio de la comunidad Wawa y de sus miembros. El

Estado de Malbecland rechazó la petición, pues ella no podría actuar en nombre de una

comunidad innominada sin que constase o pudieran determinarse las víctimas por cuyos

derechos se reclamaba.

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El 21 de junio de 2022, la CIDH emitió el Informe Preliminar N° 14/2022, en el cual

estableció la violación de los artículos 5, 11, 21 y 25 de la CADH y, en consecuencia, dio un

plazo de un (1) mes al Estado para que adopte una serie de medidas correctivas. El Estado, el

18 de julio de 2022, reiteró sus argumentos previos y solicitó que se diera traslado de la

demanda a la Corte IDH.

- Veteranos por la raza:

El 06 de diciembre de 2021, la Asociación VxR presentó una petición ante la CIDH en la que

alegó la violación de los artículos 8, 13 y 25 de la CADH, en relación con el artículo 1 de la

misma, por las violaciones sufridas por sus miembros. El 11 de enero de 2022 dicha petición

fue admitida a trámite y fue trasladada al Estado el 14 de mayo de 2022. El Estado de

Malbecland la rechazó por entender que, siendo los miembros de la asociación militares en

actividad del Ejército, y estando su representación en manos de los propios órganos jurídico-

legales del Estado, este no podía comparecer a la misma vez como demandante y demandado.

El 29 de julio de 2022, la Comisión evacuó su Informe Preliminar Nº 29/2022 sobre el fondo,

estimando la existencia de violación de los arts. 8 y 25 de la Convención, y considerando que

el peticionario había abusado de su libertad de expresión por lo que no cabía amparo de ese

derecho. El Estado de Malbecland no se pronunció al respecto y determinó que no se puede

considerar como victimas a la Asociación VxR, en tanto son ellos mismos quienes generaron

los agravios materia de la presente.

Presentación de la demanda ante la Corte IDH

El 18 de octubre de 2022, la CIDH presentó una demanda única ante la Corte IDH,

acumulando los 3 asuntos. Ante esta situación, con fecha 3 de diciembre de 2022, el Estado

presentó un escrito de queja al considerar que la Comisión no tenía competencia para

acumular los asuntos en una demanda única.

11
El 25 de mayo de 2023, la Corte IDH convocó a la CIDH, al Estado de Malbecland y a los

representantes de las presuntas víctimas para la presentación de sus memorias sobre

excepciones preliminares, fondo del asunto y reparaciones. El plazo para máximo para

presentar estos documentos vencía el 31 de octubre de 2023. En la misma providencia, y en

aplicación del artículo 13 de su reglamento, la Corte IDH fijó audiencias públicas para

evacuar la prueba testimonial y pericial; y, escuchar los argumentos de la representación de

las víctimas y del Estado en relación con las excepciones preliminares, fondo y reparaciones,

a partir del 6 de noviembre de 2023

III. Fundamentos de derecho

El Estado de Malbecland sostiene que la presente demanda debe ser declarada INFUNDADA.

Ello debido a que las vulneraciones de derechos sucedidas en el presente caso fueron

cometidos por terceros privados, ajenos al Estado. Por dicho motivo, en el presente apartado

se abarcarán: en primer lugar, las excepciones preliminares interpuestas por esta defensa; y, en

segundo lugar, se desarrollarán a detalle los alegatos de fondo que evidencian la no

responsabilidad de Malbecland respecto de las acusaciones realizadas por las presuntas

víctimas.

1. Excepciones preliminares que sustentan la inadmisibilidad de la demanda

El Estado del Malbecland interpuso tres excepciones preliminares: (i) por comparecencia sin

representación legal de la peticionaria Illari Kusi y su relación con la igualdad de armas

procesales; (ii) por acumulación indebida de las tres peticiones presentadas contra el Estado

de Malbecland; y, (iii) por abuso de derecho de los miembros de la Asociación de VxR.

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1.1. Excepción preliminar por comparecencia sin representación legal de la

peticionaria Illari Kusi y su relación con la igualdad de armas procesales

El 1 de julio de 2021 Illari Kusi presentó una petición ante la CIDH por la presunta

vulneración de sus derechos; sin embargo, esta no contaba con asesoramiento, apoyo ni

representación de letrado alguno. Asimismo, hasta el día de hoy, no ha designado

representación legal alguna.

Lo anterior fue advertido por esta defensa en un intento de cautelar los derechos procesales de

la ciudadana Illari Kusi. Y es que, si bien entendemos que como presunta víctima posee toda

legitimidad para hacer llegar su reclamo al Sistema Interamericano, debemos señalar nuestra

preocupación por la posible situación de desigualdad en la que pueda encontrarse al momento

de ejercer su defensa en dicho sistema. Esto se debe a que, en este tipo de procesos se

discuten asuntos jurídicos y no únicamente argumentos de hecho.

Es así que, en opinión de Malbecland, aun cuando no exista regla expresa en el SIDH, la

representación y asesoramiento legal resulta fundamental para una víctima que comparece

ante el SIDH, más aún si, como en el presente caso, se trata de una menor de edad. Esto se

desprende del derecho y garantía procesal de la igualdad de armas, regulado en el artículo 8

de la CADH que implica condiciones de igualdad entre las partes. Este derecho ha sido

desarrollado por la Corte en su Opinión Consultiva 17/2002 de la siguiente manera:

“[p]ara alcanzar sus objetivos, el proceso debe reconocer y resolver los factores

de desigualdad real de quienes son llevados ante la justicia. Es así como se atiende

el principio de igualdad ante la ley (…) difícilmente se podría decir que quienes se

encuentran en condiciones de desventaja disfrutan de un verdadero acceso a la

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justicia y se benefician de un debido proceso legal en condiciones de igualdad con

quienes no afrontan esas desventajas.2”

Es por esto que resulta imprescindible que Illari Kusi cuente con asesoramiento legal en el

mejor entendimiento de sus intereses. Esta imperiosa necesidad es reconocida también por el

Sistema Europeo de Derechos Humanos en tanto ha establecido que es una exigencia que el

demandante esté representado por un abogado habilitado para ejercer 3 al momento de

presentarse ante su Tribunal. En esa misma línea, es prueba de que la tutela de los derechos

procesales de las presuntas víctimas es una preocupación también de la Corte IDH la

existencia del Fondo de Asistencia Legal a las víctimas cuyo objetivo es “facilitar el acceso al

SIDH a aquellas personas que no tienen los recursos necesarios para llevar su caso al

sistema”4; evidenciando así su postura respecto de la necesidad de contar con representación

legal. La misma que, al considerarse necesaria ante la Corte IDH genera que se deba tener la

misma consideración en el trámite seguido ante la CIDH.

Por todo lo dicho, como un Estado protector de los derechos de todos nuestros ciudadanos,

consideramos que no debe continuarse con el presente trámite en el extremo de Illari Kusi en

tanto esta no cuenta con una representación legal que pueda tutelar de manera efectiva sus

derechos procesales en el transcurso del presente.

1.2. Excepción preliminar por acumulación indebida de las tres peticiones

presentadas contra el Estado de Malbecland

El 18 de octubre de 2022, la CIDH notificó al Estado sobre la decisión de acumular los tres

asuntos materia de controversia. La defensa del Estado de Malbecland considera que esta

2
El Derecho a la Información sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Garantías del Debido
Proceso Legal, supra nota 8, párr. 119.
3
Artículo 36°, incisos 2 y 4, del Reglamento del Procedimiento del TEDH.
4
https://www.corteidh.or.cr/fondo_asistencia_legal_victimas.cfm

14
decisión no ha seguido lo establecido en la Convención y en el Reglamento de la propia

CIDH. Al respecto, el inciso 5 del artículo 39 del Reglamento de la CIDH indica que:

“Si dos o más peticiones versan sobre hechos similares, involucran a las mismas

personas, o si revelan el mismo patrón de conducta, la Comisión las podrá acumular

y tramitar en un mismo expediente.”

Como resulta evidente, esta disposición sólo ampara que la CIDH acumule diversas peticiones

cuando se identifica una de las tres circunstancias excepcionales que justifiquen tal decisión,

las cuales serían: 1) peticiones sobre hechos similares; 2) peticiones que involucren a las

mismas personas; 3) peticiones que revelan el mismo patrón de conducta. No obstante, en el

presente caso, al presentarse las peticiones de Illari Kusi, Anahí Alancay y la Asociación VxR,

no se cumplen ninguna de las tres circunstancias.

En primer lugar, no involucran a las mismas personas, puesto que cada petición es una

controversia con sujetos contrapuestos distintos que, si bien tienen en común al Estado, bajo

dicho argumento, todas las peticiones que se presenten en adelante contra el Estado tendrían

que ser acumuladas por igual, lo cual derivaría en un claro abuso a la legítima defensa. En

segundo lugar, no revelan el mismo patrón de conducta, ya que las problemáticas que abordan

se basan en acciones sociales distintas, y la defensa del Estado ante cada una no puede ser la

misma. Finalmente, en tercer lugar, los hechos no son similares, porque si bien se desarrollan

en el mismo territorio, cada peticionario alega artículos distintos de la Convención

Americana, puesto que consideran derechos vulnerados diferentes y ante ello, una sola

defensa del Estado no sería viable.

Por lo anterior, no nos encontramos pidiendo que se desestime ninguna de las tres peticiones.

No obstante, sí solicitamos que se acepte a trámite esta excepción planteada, toda vez que

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estas peticiones no pueden ser acumuladas. De esa forma, se le permite al Estado contar con

el tiempo suficiente para poder diseñar estrategias de defensa diferenciadas.

1.3. Excepción preliminar por abuso de derecho y la condición de víctimas de

los miembros de la Asociación VxR

La petición presentada el 6 de diciembre de 2021 por la Asociación VxR ante la CIDH

constituye un evidente abuso de derecho. En su petición, Asociación VxR alegó que el Estado

de Malbecland vulneró los artículos 8, 13 y 25 de la CADH por haber sido sancionados por el

libre ejercicio de su libertad de expresión en la red social Dixit. Adicionalmente, alegaron que

no habían tenido acceso a un recurso apropiado que les permitiera revisar las sanciones

adoptadas por hechos que, en palabras de la asociación, no le eran imputables.

Al respecto, debemos indicar que dicho pedido resulta manifiestamente infundado, pues

constituye un intento de abuso de derecho por parte de la Asociación VxR. Recordemos que,

de acuerdo con el literal b) del artículo 34 del Reglamento de la CADH, la Comisión debe

declarar inadmisible una petición cuando esta “sea manifiestamente infundada o

improcedente, según resulta de la exposición del propio peticionario o del Estado (…)”. En

ese mismo sentido, el SEDH proscribe el abuso de derecho en peticiones presentadas por los

Estados y/o cualquier privado. En efecto, el artículo 17 del CEDH, titulado “prohibición del

abuso de derecho” dispone lo siguiente:

“Ninguna de las disposiciones del presente Convenio podrá ser interpretada en el

sentido de implicar para un Estado, grupo o individuo, un derecho cualquiera o

dedicarse a una actividad o a realizar un acto tendente a la destrucción de los

derechos o libertades reconocidos en el presente Convenio o a limitaciones más

amplias de estos derechos o libertades que las previstas en el mismo”.

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De los instrumentos normativos antes citados se desprende que una petición debe ser

declarada inadmisible cuando lo alegado vulnere directamente alguno de los derechos

consagrados tanto en la CADH, como en el CEDH. Así, en el caso Ayoub y otros vs. Francia

el TEDH ha determinado lo siguiente:

“In the Court’s view, the State had been justified in finding that the applicant

associations (…) and their leaders (…) had pursued aims prohibited by Article 17 of

the Convention. It found that they had abused their freedom of association in a

manner incompatible with the values of tolerance, social peace and non-

discrimination underpinning the Convention”5

Pues bien, para el TEDH, el abuso de derecho que proscribe el artículo 17 de la CEDH

aparece cuando se vulneran valores como la tolerancia, la paz social y la no discriminación.

En nuestro caso, la Asociación VxR intenta utilizar maliciosamente las normas que forman

parte del SIDH con la finalidad de que aquellos miembros que emitieron comentarios de odio

a través de la red social Dixit y/o participaron en la difusión de dichos pronunciamientos sean

considerados por la CIDH como víctimas en el proceso. Esto carece de todo tipo de

razonabilidad, pues (i) los miembros de VxR que publicaron los comentarios de odio

vulneraron frontalmente los artículos 11 y 13 de la CADH y, por ende, la paz social, lo cual

convierte su petición en una que busca exteriorizar un abuso de derecho; y, (ii) el Estado de

Malbecland no ha realizado ninguna acción que pueda vulnerar los derechos de los miembros

de la asociación.

Ahora bien, sobre los supuestos derechos vulnerados de los miembros de la Asociación VxR,

debemos precisar que, ante la ola de comentarios de odio en contra de las mujeres de la

Comunidad Wawa, el Estado de Malbecland solo ha controlado la situación a través de un

mecanismo sancionador gestionado exclusivamente por el fuero militar. El procedimiento


5

17
administrativo sancionador culminó con la separación por seis (6) meses de los miembros de

la asociación que se vieron implicados en la emisión y/o difusión de los comentarios de odio

en la red Dixit. Estas acciones de ninguna manera suponen una violación por parte del Estado

de Malbecland de los artículos 8, 13 y 25 de la CADH, sino que constituyen una actuación

legítima, respetando las garantías y derechos constitucionales de todas las personas que están

vinculadas al caso.

Por todo lo anterior, solicitamos que la CIDH declare inadmisible la presente demanda, pues

no es cierto que se haya vulnerado los derechos de los miembros de la Asociación VxR

consagrados en los artículos 8, 13 y 25 de la CADH. Por el contrario, esta petición supone un

flagrante abuso de derecho, toda vez que vulnera directamente lo dispuesto en el literal b) del

artículo 34 del Reglamento de la CADH.

2. Alegatos de Fondo

En esa misma línea, el presente apartado abordará los alegatos de fondo del Estado de

Malbecland donde se evidenciará; en primer lugar, que este respetó y garantizó el derecho a la

libertad de expresión y a la honra, previstos en los artículos 13 y 11 de la CADH, en relación

con los artículos 1.1 y 2. Asimismo, se demostrará que se respetó y garantizó el derecho a las

garantías judiciales, igualdad ante la ley y protección judicial, previstos en los artículos 8, 24

y 25 de la CADH.

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2.1. El Estado de Malbecland respetó y garantizó el derecho a la libertad de

expresión y a la honra, previstos en los artículos 13 y 11 de la Convención

Americana sobre Derechos Humanos, en relación con los artículos 1.1 y 2.

La libertad de expresión es un derecho de carácter institucional que supone el pilar de la

democracia moderna (SWISSINFO, 2021), y se encuentra regulado en el artículo 13 de la

CADH. Así, resulta evidente que la libertad de expresión, con sus diversas manifestaciones e

implicaciones, constituye uno de los temas sobresalientes del sistema general de los derechos

humanos. Abarca bienes del más alto valor para el individuo, titular de esa libertad y de los

derechos que entraña, e involucra intereses y aspiraciones colectivas.

La CIDH y la Corte IDH han subrayado en su jurisprudencia la importancia de la libertad de

expresión para el desarrollo de la democracia, expuesto en los casos como la Opinión

Consultiva OC-5/85 (13 de noviembre de 1985) 6. En esta Opinión Consultiva, se menciona

que la libertad de expresión cuenta con dos dimensiones, cuyo detalle es el siguiente:

“En su dimensión individual, la libertad de expresión no se agota en el

reconocimiento teórico del derecho a hablar o escribir, sino que comprende además,

inseparablemente, el derecho a utilizar cualquier medio apropiado para difundir el

pensamiento y hacerlo llegar al mayor número de destinatarios (…).

En su dimensión social, la libertad de expresión es un medio para el intercambio de

ideas e informaciones y para la comunicación masiva entre los seres humanos. Así

como comprende el derecho de cada uno a tratar de comunicar a los otros sus propios

puntos de vista implica también el derecho de todos a conocer opiniones y noticias”

(el subrayado y énfasis es agregado).

6
Así como el Caso Claude Reyes y otros (Sentencia de 19 de septiembre de 2006), el Caso Herrera
Ulloa Vs. Costa Rica (Sentencia de 2 de julio de 2004), Caso Perozo y otros Vs. Venezuela.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas (Sentencia de 28 de enero de 2009), entre
otros.

19
En esa misma línea, reforzando lo dispuesto en la Opinión Consultiva OC-5/85, Sergio García

& otros (2018)7 señalan que la libertad de expresión debe ser planteada en una doble

dimensión: por un lado, contribuye a la fortaleza y tutela de los derechos humanos, en su

conjunto; y por otro, significa un poderoso instrumento para la consolidación y preservación

de la democracia.

Siendo ello así, podemos afirmar que el vínculo entre la libertad de expresión y la democracia

consiste en fortalecer los sistemas democráticos pluralistas a través de la libre circulación de

información, ideas y expresiones. Por ende, la existencia de un sistema que utilice a la libertad

de expresión como un mecanismo de exteriorización de la democracia permite evitar el

arraigo de sistemas autoritarios, tales como los que sufrió Malbecland el siglo pasado. Es por

ello que, el Estado de Malbecland, al encontrarse bajo una recuperación democrática, parte

del supuesto de que la libertad de expresión y opinión deben primar por sobre todas las cosas.

Y es que, tal y como ha quedado demostrado con los hechos ocurridos en la última década,

como el régimen de facto, si se limita este derecho fundamental, puede haber consecuencias

catastróficas.

Ahora bien, el Estado de Malbecland desea recordar que, cuando los derechos son afectados

por agentes particulares, la responsabilidad del Estado no se puede configurar en automático.

Por el contrario de acuerdo con la jurisprudencia de la Corte, se tiene que atender a ciertas

particularidades y a la concreción de ciertas “obligaciones de garantía”. En ese sentido, un

7
LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN: En la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos: de la Opinión Consultiva OC-5/85, de 1985, a la sentencia sobre el Caso Carvajal y otros,
de 2018.(2018) Miami, Florida: Sociedad Interamericana de Prensa- COLECCIÓN CHAPULTEPEC.
https://www.corteidh.or.cr/sitios/libros/todos/docs/libertad-expresion1.pdf

20
Estado podrá ser responsable por actos de privados si es que este ha faltado a su deber de

prevención o de investigación y sanción.

Atendiendo a ello, el Estado de Malbecland no debe ser declarado responsable per se por los

comentarios emitidos en la red social Dixit, así hayan provenido de cuentas individuales o

colectivos (sea cual sea el contenido del mismo). Por el contrario, como demostraremos a

continuación, el Estado adoptó medidas de prevención y, cuando fue pertinente, medidas de

investigación y sanción.

2.1.1. El Estado previno los discursos de odio que vulneran la protección a la honra

y dignidad (artículo 11 CADH) de la comunidad Wawa y de Illari Kusi

En primer lugar, la peticionaria Anahí Alancay, en perjuicio de la comunidad Wawa y sus

miembros e Illari Kusi, alegan que el Estado de Malbecland es el responsable de permitir el

abuso de la libertad de expresión en la red social Dixit; ya que hubo una serie de comentarios

y publicaciones que promovían discursos de odio y de incitación a la violencia contra su

comunidad, redundando todo ello en una agresión a la identidad y buen nombre de la

comunidad.

Por ello, se puede identificar una serie de derechos en cuestión. Por un lado, estaría el derecho

al respeto de la honra y la dignidad de Illari Kusi y la comunidad Wawa establecido en el

artículo 11 CADH; y, por otro lado, entraría en colisión dicho ‘‘derecho’’ con la libertad de

expresión de los privados que realizaron esta serie de comentarios y publicaciones en la red

social Dixit establecido en el artículo 13 CADH.

21
Ante ello, se debe considerar el párrafo 5 del artículo 13 de la Convención Americana sobre

Derechos Humanos, que indica lo siguiente:

“Estará prohibida por la ley toda propaganda en favor de la guerra y toda apología

del odio nacional, racial o religioso que constituyan incitaciones a la violencia o

cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier persona o grupo de personas,

por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión, idioma u origen nacional.”

(énfasis y resaltado agregado).

Del cual se desprende, la prohibición legal de realizar discursos de odio, prevaleciendo el

salvaguardar la no violencia contra la persona, antes que la libertad de expresión. Por lo cual,

es claro que no está amparado el abuso de este derecho en los comentarios y publicaciones

que se ejecutaron en la red social Dixit en perjuicio del respeto y dignidad de los integrantes

de la Comunidad Wawa.

En segundo lugar, existen tres particularidades del Sistema Interamericano de Derechos

Humanos en atención a la libertad de expresión y otra serie de derechos en cuestión:

(i) A partir de una lectura del inciso 1 del artículo 13.2 CADH, hay un modelo de

responsabilidad ulteriores; es decir, se puede limitar la libertad de expresión, pero

no por medio de la censura previa.

(ii) Dentro del Sistema Interamericano no se encuentra amparado el abuso de la

libertad de expresión, sino que a partir del artículo 19 PIDCP, se señala que pueden

existir ciertas restricciones debido a los derechos o reputación de los demás, el

orden público, entre otros; y que para el ejercicio de la libertad de expresión

implica ‘‘ciertos deberes y responsabilidades especiales’’.

22
(iii) La Corte IDH no ha resuelto directamente algún caso relacionado con los

‘‘discursos de odio’’, sino que se ha enmarcado en casos de libertad de expresión

propiamente (y de forma general) y la vinculación con la honra y/o otros derechos.

Atendiendo a ello, resulta relevante la jurisprudencia del TEDH; ya que, en dicho sistema, se

observan ciertos parámetros; por los que los Estados podrían tener alguna responsabilidad por

los discursos de odios de terceros particulares. Atendiendo a ello, resulta relevante la

jurisprudencia del TEDH; ya que, en dicho sistema, se observan ciertos parámetros; por los

que los Estados podrían tener alguna responsabilidad por los discursos de odios de terceros

particulares.

Justamente, en la Nota Informativa del TEDH (2018), se señala que, en el caso Stomakhin

contra Rusia, se examinó la actuación del Estado frente a los discursos de odio bajo la óptica

de los objetivos perseguidos y la necesidad de una sociedad democrática. En específico, se

indicó que tanto la seguridad nacional, prevención del desorden y otros factores se deben ser

entendidos de forma restrictiva al momento de alguna intervención estatal; y que existen

ciertos factores que deben ser considerados como el contexto, naturaleza y redacción de las

declaraciones -de discursos de odio- de los privados, el potencial para causar consecuencias

reales perjudiciales, entre otros.

Lo anterior resulta importante para el caso de la comunidad Wawa; ya que una interferencia

y/o acción estatal involucraría una restricción de derechos y, como tal, para interferir en un

caso de libertad de expresión (o abuso de este derecho en un ‘‘discurso de odio’’) debe

responder a un marco realmente excepcional tal como la seguridad nacional y/o ocasionar una

situación de violencia indiscriminada. En ese sentido, el Estado tiene una responsabilidad en

23
tanto no haya actuado de forma inmediata cuando exista una necesidad real y no se cumpla

con el deber de prevención general.

Sin embargo, en el caso en concreto, si bien podría existir una afectación de serie de derechos

de los integrantes de la comunidad Wawa, esta se dio en un contexto en el que no había los

elementos necesarios para una intervención directa del Estado, lo cual no significa que el

Estado no debió hacer nada, sino como explicaremos se cumplió con el ‘‘deber de prevención

general’’. Esto ha sido reconocido por la Corte IDH, desde su primera sentencia. Así en el

párrafo 166 de la sentencia de fondo del caso Velásquez Rodríguez vs Honduras, señaló que

"los Estados deben prevenir, investigar y sancionar toda violación de los derechos

reconocidos por la Convención”. Por tanto, los Estados tienen un deber de implementación

de medidas necesarias a fin de asegurar una efectiva protección de los DDHH dentro del

marco de las relaciones interindividuales (párrafos 85 y 86 del Caso Ximenes Lopes vs

Brasil). Inclusive, ha habido una referencia a qué medidas en específico están relacionadas a

este deber de prevención en el párrafo 252 del Caso Gónzalez y Otras (‘‘Campo

Algodonero’’) vs México:

‘‘La Corte ha establecido que el deber de prevención abarca todas aquellas

medidas de carácter jurídico, político, administrativo y cultural que promuevan

la salvaguarda de los derechos humanos y que aseguren que las eventuales

violaciones a los mismos sean efectivamente consideradas y tratadas como un

hecho ilícito que, como tal, es susceptible de acarrear sanciones para quien las cometa,

así como la obligación de indemnizar a las víctimas por sus consecuencias

perjudiciales. Es claro, a su vez, que la obligación de prevenir es de medio o

comportamiento y no se demuestra su incumplimiento por el mero hecho de que

un derecho haya sido violado’’ (énfasis agregado y propio)

24
Por otro lado, no solo es importante referirnos al marco estatal y el deber de prevención

general, sino que -propiamente- las empresas, además de tener la responsabilidad de cumplir

las leyes y normas nacionales le deben cumplimiento a una norma de conducta global

aplicable a todas las empresas: la responsabilidad de respetar los derechos humanos. A modo

de ejemplo, en el año 2011, las Naciones Unidas presentaron la compilación de los principios

rectores sobre las empresas y los derechos humanos, en los cuales se encuentra la obligación

que tienen dichos privados de abstenerse de infringir los derechos humanos de terceros y

hacer frente a las consecuencias negativas en las que tengan alguna participación.

Asimismo, dicha responsabilidad exige las siguientes conductas por parte de las empresas:

‘‘(…) a) Eviten que sus propias actividades provoquen o contribuyan a provocar

consecuencias negativas sobre los derechos humanos y hagan frente a esas

consecuencias cuando se produzcan;

b) Traten de prevenir o mitigar las consecuencias negativas sobre los derechos

humanos directamente relacionadas con operaciones, productos o servicios

prestados por sus relaciones comerciales, incluso cuando no hayan contribuido a

generarlos’’ (énfasis agregado y propio).

Por ello, el hecho de que finalmente no se controlen ni censuren los comentarios de odio, así

como las publicaciones realizadas por la asociación “Veteranos por la raza”, es una acción

ejecutada por la empresa Kontra Korriente y no por el Estado de Malbecland, incumpliendo

de esa manera las responsabilidades que se le exigían, además de vulnerar los derechos

humanos y no haber aplicado de manera correcta el marco normativo interpuesto por el

Estado.

25
Precisamos ello; ya que, el Estado de Malbecland no es el dueño de la red social Dixit, ni

tampoco puede tener un control directo y completo de todas las acciones que se efectúen en

dicha red social. Por ende, no tiene el acceso suficiente, ni los recursos suficientes de

accesibilidad para poder regular todos los comportamientos de privados dentro de este

espacio.

Ello no desmerita o elimina la posibilidad de que el privado se acerque al Estado e inicie un

proceso por dichos hechos (en el marco del cumplimiento del deber de prevención). Sin

embargo, ello no sucede en este caso, una vez censuradas las obras de Illari Kusi y no los

comentarios y publicaciones de “Veteranos por la Raza”. Por todo lo anterior, resulta

indispensable explicar de qué forma el Estado de Malbecland cumplió con su deber de

prevención general en el caso concreto; ya que nunca se buscó ignorar publicaciones y/o

comentarios que puedan ser consideradas como ‘‘discursos de odio’’ afectando a integrantes

de la Comunidad Wawa, sino que debemos atender a que fueron estrictamente actos privados

y que el Estado hizo todo lo posible para que esta ola de comentarios, publicaciones y

acciones no se concretizaran.

En atención a ello, hubo un marco de prevención general a partir de las siguientes conductas:

(i) En el año 2019, el Estado adoptó la Ley 7/2019 de información y

comunicación y expresión artística; e implementó la ‘‘Estrategia y Plan de

Acción de las Naciones Unidas para la lucha contra el discurso de odio’’.

Lo particular de dicho accionar es la temporalidad de la misma; ya que, ambos cuerpos

normativos fueron implementados antes de los hechos del caso; es decir, se buscó en un

primer momento que, si bien se trataban de redes sociales de particulares proveídas por un

26
tercero o particular, haya un marco de respeto mínimo para los derechos de los terceros como

la materialización de adopción medidas necesarias (normativa) para evitar la violación de

DDHH de terceros.

Ello justamente se lograba con la búsqueda de que las empresas titulares de medios digitales

adopten un Código de Conducta que contemple medidas para controlar ‘‘el respeto y

equilibrio de los derechos de terceros por sus usuarios’’; y, en línea de su posicionamiento

contra cualquier discurso odio, se decide implementar dicha Estrategia y Plan de Acción.

Asimismo, cabe recalcar que, las medidas adoptadas son obligatorias y definitivas, y siendo

consideradas medidas técnicas, no son susceptibles de revisión judicial.

(ii) Permitió los medios adecuados -tras lo acontecido contra la Comunidad

Wawa- para que cualquier afectado dentro de la red social Dixit pueda acudir

al Estado para la tutela de sus derechos

Recordemos que el Estado de Malbecland en todo momento ha hecho público su

posicionamiento sobre el caso en concreto; ya que, en la red social Dixit señaló que estaba en

contra de los comentarios de odio. En esa línea, no solo resulta necesario que el Estado

explicite su posición sobre la afectación y violación de derechos de sus ciudadanos, sino que

ha dispuesto la vía de acceso para justiciables en caso ocurriesen dichas vulneraciones tales

como el Observatorio contra el Odio, el Racismo y la Xenofobia (el cual es un ente que puede

recibir comunicaciones para su investigación por la Defensoría del Pueblo).

Por último, en enero de 2021, se promulgó la Orden Ministerial sobre la adopción de filtros

preventivos, destinados a impedir la publicación de contenido xenófobo, racista,

27
discriminatorio, o que incitaran a la violencia o al odio como un método de fiscalización a la

disposición de que los titulares de medio adoptasen su medio de conducta.

De lo anterior, se observa que el Estado de Malbecland adoptó un marco normativo eficaz que

tiene como objetivo el mantener una sociedad democrática junto con el respeto a la libertad de

empresa, pero fijando ciertas directrices para estas últimas.

En ese sentido, además de cumplir con el deber de respeto, el Estado cumplió el deber de

prevención; ya que, se emitieron directrices para que las empresas privadas las cumplan, y si

bien las medidas que se implementaron eran eficaces, lamentablemente fueron mal aplicadas

por un privado como Kontra Korriente y la sanción a esa aplicación indebida no pudo

ejercerse; ya que no se interpuso una denuncia sobre los hechos en la jurisdicción interna del

Estado de Malbecland para una actuación directa en el caso.

2.1.2. La eventual vulneración de la libertad de expresión al sancionar las

comunicaciones de los miembros de la Asociación VxR, con especial

referencia al artículo 13.5 CADH respecto a los discursos de odio.

En la petición presentada el 6 de diciembre de 2021, la Asociación VxR sostuvo que sus

miembros fueron sancionados por el libre ejercicio de su libertad de expresión en la red social

Dixit. Adicionalmente, alegaron que, ante las sanciones adoptadas por hechos que no les eran

imputables, no habían tenido acceso a un recurso apropiado que permitiera revisar la sanción

y limpiar su expediente. Cabe recordar que, la CIDH, en su informe preliminar No. 29/2022

sobre el fondo del asunto, consideró que el peticionario había abusado de su libertad de

expresión, por lo que no cabía amparo de ese derecho.

28
Sobre el particular, somos categóricos al manifestar que la sanción a VxR no debe ser

entendida como una restricción al derecho a la libertad de expresión. Por el contrario, esto

supone una exteriorización del deber de investigar y sancionar que tienen las entidades

públicas. Es por ello que no se está restringiendo la libertad de expresión de VxR, sino que se

está sancionando comentarios que vulneran derechos fundamentales, tales como la honra.

Por dicho motivo, no existe ninguna afectación a la libertad de expresión de VxR, pues como

hemos venido indicando, este derecho tiene límites. Uno de los límites a la libertad de

expresión es no vulnerar la honra de las personas a través de comentarios que afecten

directamente derechos de los demás. Adicionalmente, los comentarios de los miembros de la

Asociación VxR no solo vulneran el derecho a la honra, sino que constituyen genuinamente

discursos de odio, los cuales están proscritos por la CADH, pues afectan derechos

fundamentales de las personas a quienes van dirigidos estos comentarios. Textualmente, el

numeral 5 del artículo 13 de la CADH dispone que “Estará prohibida por la ley toda

propaganda en favor de la guerra y toda apología del odio nacional, racial o religioso que

constituyan incitaciones a la violencia o cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier

persona o grupo de personas, por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión, idioma

u origen nacional”.

Ahora bien, a través de la OG-35, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial

ha señalado que los discursos de odio incluyen, por ejemplo, los comentarios de superioridad

u odio racial, tales como la incitación al odio, desprecio o discriminación. Asimismo, dentro

de este tipo de discursos se encuentran los insultos, burlas y las calumnias. Este criterio

interpretativo también ha sido utilizado por la Corte IDH en los casos Vicky Hernández y

otras vs, Honduras; y Azul Rojas Marín y otras vs. Perú.

29
Como es evidente, es posible advertir que los comentarios de los miembros de VxR emitidos

a través de la Red Social Dixit no son una manifestación del derecho a la libertad de

expresión, sino que constituyen discursos de odio que (i) incitan directamente a la violencia

en contra de las mujeres de la Comunidad Wawa; y, (ii) vulneran el derecho a la honra -entre

otras prerrogativas de carácter fundamental-, de dichas personas.

Por todo ello, no se ha vulnerado el derecho de la libertad de expresión de la Asociación VxR

y sus miembros, pues sí se configuro un abuso respaldado en la causal 5 del artículo 13 de la

Convención Americana, el cual indica que los discursos que incitan a la violencia contra un

grupo de personas por la raza, es una limitación al derecho de libre expresión. En ese sentido,

el Estado de Malbecland sancionó a los responsables de las publicaciones negativas.

2.1.3. El Estado de Malbecland no vulneró el derecho a la libertad de expresión de

Illari Kusi (artículo 13 CADH), en el caso vinculado a la censura de sus obras

en la red Dixit.

En líneas anteriores señalamos que el artículo 13 de la CADH está vinculado directamente

con la libertad de expresión y opinión. En ese sentido, este derecho tiene un marco de

protección amplio a tal punto de solo ser limitado por motivos específicos y no estar sujeto a

la censura previa; por lo que, en caso exista una justificación para quitar las obras artísticas de

Illari Kusi, dentro de cualquier espacio físico o virtual, debe estar referido al: (i) respeto de los

derechos o a la reputación de los demás; (ii) proteger la seguridad nacional; (iii) orden

público; (iv) salud; (v) moral pública; (vi) otros establecidos en la CADH. Al respecto, en el

inciso 4 del artículo 13, se indica la siguiente excepción a la libertad de expresión:

“Los espectáculos públicos pueden ser sometidos por la ley a censura previa con el

30
exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de la infancia y

la adolescencia, sin perjuicio de lo establecido en el inciso.”

Por otro lado, es necesario aclarar que la decisión de retirar de la red social Dixit las

publicaciones realizadas por Illari Kusi no fue adoptada por el Estado, sino que fue tomada el

15 de junio de 2021 por el Consejo de Administración de Kontra Korriente S.A. Entonces,

resulta evidente que el retiro de cualquier publicación de la red social en cuestión es

competencia únicamente de la empresa que la administra; en este caso, de la empresa Kontra

Korriente. Siendo así, el Consejo de Administración de la mencionada empresa señala que la

decisión tomada se encuentra amparada por su código de conducta: “Conforme al Código de

Conducta elaborado por Kontra Korriente S. A. y de aplicación a la red Dixit, y en ejercicio

de las atribuciones conferidas por la Ley 7/2019 (…)”.

Dicho ello, esta defensa debe ser enfática al señalar que el retiro de la obra artística de Illari

Kusi de la plataforma digital Dixit corresponde únicamente a la esfera de acción de la

empresa Kontra Korriente y que el Estado de Malbecland no ha tenido participación ni

injerencia alguna en la decisión tomada por su Consejo de Administración; por lo que, no es

posible que se le atribuya responsabilidad alguna por las desafortunadas decisiones tomadas

por un tercero ajeno a este.

En la misma línea, debemos señalar que la justificación esgrimida por la empresa respecto al

amparo que la ley LICEA le brinda se encuentra alejada de la finalidad de la misma norma; ya

que, cuando esta fue adoptada en el 2019 exigía a las empresas titulares de medios digitales

que con su Código de conducta implementaran medidas oportunas para controlar el equilibrio

y respeto de los derechos de terceros por sus usuarios; en ningún momento fue presentada

31
como un mecanismo de restricción o censura de los derechos de individuos como la señorita

Illari Kusi; todo lo contrario, fue pensada en razón de la protección de los derechos de los

usuarios.

Posición que ha sido mantenida durante todo este tiempo por el Estado de Malbecland y que

se ve reflejada incluso en la Orden Ministerial emitida el 26 de enero de 2021 en la que “se

requería a todas las redes sociales operando en Malbecland y/o al amparo de la legislación del

país la adopción de filtros preventivos, destinados a impedir la publicación de contenido

xenófobo, racista, discriminatorio, o que incitaran a la violencia o al odio, en particular

cuando la afectación se predicara de colectivos, cualquiera que fura su elemento

identificador.”.

Resulta evidente que la empresa Kontra Korriente realizó una interpretación inadecuada de la

normativa vigente y de las obligaciones que estas suponían para el tratamiento que las

empresas privadas debían hacer del contenido que se publicara en redes sociales como la

plataforma Dixit. Al respecto, observamos que ha habido un incorrecto accionar por parte del

Consejo de Administración de Kontra Korriente S.A.; ya que el problema en relación con las

obras artísticas de Illari Kusi no ha sido per se la propia imagen o publicación realizada por

esta, sino los comentarios y/o publicaciones posteriores a la obra artística publicada en la red

social Dixit que han terminado afectando a la Comunidad Wawa.

Finalmente, es necesario mencionar que la señorita Illari Kusi no ha puesto en conocimiento

del Estado de Malbecland la presunta vulneración de sus derechos de la que sería víctima por

el retiro de sus obras de la plataforma Dixit; es decir, no se ha iniciado procedimiento alguno

que le permita al Estado (i) tomar conocimiento de las presuntas acciones vulneradoras de los

32
derechos de la señorita Kusi; y (ii) realizar las acciones necesarias para tutelar dichos

derechos y establecer la responsabilidad correspondiente por los mismos. Es por ello que

solicitamos se tenga desestimada su petición en el extremo antes descrito.

Lo anterior se entiende a partir de los diversos mecanismos y herramientas -como expresión

de su deber de prevención general- que ha puesto a disposición el Estado de Malbecland como

la Ley LICEA, la Orden Ministerial de fecha 25 de enero de 2021 y otros cuerpos normativos.

Todos estos con la finalidad de que, dentro de cualquier red social, haya filtros preventivos

que eviten contenidos que inciten la violencia y el odio en cualquiera de sus expresiones. Es

decir, que tengan la erradicación de este tipo de contenido (mensajes, publicaciones y otros),

mas no se debe entender de estos la supresión de las publicaciones originales que estén siendo

objetos de esta serie de comentarios lamentables; por lo que, ha habido un incorrecto accionar

en la aplicación de estas herramientas que el Estado de Malbecland dispuso para este caso en

concreto en la red social Dixit.

Entonces, la primera conclusión en atención a este punto es que, el Estado de Malbecland ha

cumplido con su deber de prevención general y que la responsabilidad de este incorrecto

accionar es completamente de Kontra Korriente por el manejo de la situación y la pésima

aplicación de los cuerpos normativos que el Estado de Malbecland siempre puso a

disposición; por lo que, no hay responsabilidad del Estado por la eliminación directa de la

publicación al tratarse de un acto propiamente de un privado.

En segundo lugar, es necesario mencionar que la señorita Illari Kusi no ha puesto en

conocimiento del Estado de Malbecland la presunta vulneración de sus derechos de la que

sería víctima por el retiro de sus obras de la plataforma Dixit; es decir, no se ha iniciado

33
procedimiento alguno que le permita al Estado: (i) tomar conocimiento de las presuntas

acciones vulneradoras de los derechos de la señorita Kusi; (ii) realizar las acciones necesarias

para tutelar dichos derechos y establecer la responsabilidad correspondiente por los mismos.

Asimismo, se evidencia en tanto el retiro de la obra de la red social Dixit fue el 15 de junio de

2021; mientras que el 1 de julio de 2021 Illari Kusi decide acercarse a la Comisión

Interamericana de Derechos Humanos alegando que el Estado Malbecland ha incumplido con

el artículo 13 de la CADH y que ha habido una censura de su obra sin causa justa; por lo que,

se evidencia que Illari no ha agotado previamente otros recursos como: (i) apelación de la

decisión del Consejo de Administración de Kontra Korriente dentro de la propia red social

Dixit; (ii) recursos administrativos propios amparados por la legislación del Estado de

Malbecland; (iii) recursos judiciales internos; (iv) otras alternativas que pudieran darse antes

de acercarse directamente al Sistema Interamericano y que pudieron haber sido idóneas como

expresión de su derecho de defensa.

Y como segunda conclusión, el Estado de Malbecland no pudo actuar con los diversos

mecanismos previstos tanto administrativa como judicialmente al observarse, por parte de

Illari Kusi, un único accionar de acceder directamente al sistema interamericano sin agotar las

vías internas o cualquier otro mecanismo previsto dentro del Estado de Malbecland pese a

contar con estos.

2.2. El Estado de Malbecland respetó y garantizó el derecho a garantías

judiciales, igualdad ante la ley y protección judicial, previstos en los artículos 8,

24 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

34
2.2.1. El Estado de Malbecland respetó y garantizó el derecho a un recurso judicial

efectivo sin discriminación (art. 24 y 25 Convención Americana sobre

Derechos Humanos) respecto a Illari Kusi

La peticionaria Illari Kusi alega, de manera errónea, que el Estado de Malbecland habría

vulnerado sus derechos reconocidos en los artículos 24° y 25° de la CADH. Ello en tanto,

supuestamente, las leyes vigentes en el Estado no le habrían permitido actuar ante las

autoridades provinciales y nacionales, generándose una supuesta situación discriminatoria en

su contra.

El artículo 25 establece el derecho a contar con un recurso para la protección de los derechos;

sin embargo, es necesario mencionar que no se tiene registro alguno de que Illari Kusi haya

siquiera intentado hacer llegar su petición a algún tribunal interno; ni por parte de ella misma,

ni representada por algún tercero. El Estado de Malbecland recién ha tomado conocimiento de

las alegaciones de dicha peticionaria con el inicio del trámite ante el SIDH. Ahora bien,

Malbecland no desconoce la prerrogativa de Illari Kusi, como niña, de participar y ser oída en

todo proceso que involucre la discusión de sus derechos. No obstante, es nuestra obligación

como Estado el tutelar que los/as niños/as que forman parte de nuestra sociedad tengan la

posibilidad de acceder a la justicia en igualdad de condiciones que un adulto y tomar medidas

diferenciadas con dicho fin.

Al respecto, es necesario señalar que si bien los derechos procesales, como la tutela

jurisdiccional, y sus correlativas garantías son aplicables a todas las personas, en el caso de

niños/as su ejercicio supone la adopción de ciertas medidas específicas. Ello por las

condiciones especiales en las que se encuentran y porque en el transcurso de un proceso

judicial pueden verse trastocados diversos derechos como la privacidad o afectarse la

35
integridad psicológica del niño, niña o adolescente. En ese sentido, dado que los/as niños/as

no tienen capacidad jurídica plena, resulta necesario que su actuación procesal se dé a través

de algún representante debidamente autorizado; en reconocimiento de la autonomía

progresiva que poseen los niños, niñas y adolescentes y la obligación de los Estados de

garantizar su protección8.

La postura anterior ha sido ampliamente suscrita y desarrollada por la Corte IDH. En efecto,

en la Opinión Consultiva OC-17/2002 se indica que las condiciones de un adulto en el marco

de un proceso son distintas a las de un niño, situación que no puede ser desconocida por los

Estados. Así, la Corte IDH señala que esta diferencia hace indispensable la adopción de

medidas que permitan que los niños gocen de los mismos derechos y garantías que un adulto.

En ese mismo sentido, sobre el principio de no discriminación en relación a los niños, la Corte

IDH expresa que el trato diferenciado que se les da a los menores no supone, de ninguna

manera, un trato discriminatorio. Por el contrario, esta diferencia busca que adultos y niños

gocen de los mismos derechos procesales.9

Resulta evidente que aplicar esta regla a la señorita Illari Kusi no representa una situación de

discriminación. Por el contrario, lo que se pretende con esta es justamente que los derechos de

los/as niños/as en el estado de Malbecland puedan ser ejercidos de manera efectiva. Por lo

tanto, en vista de que no existe vulneración alguna a los derechos que alega Illari Kusi y que

tampoco existe algún supuesto de discriminación en la normativa interna del Estado de

Malbecland, solicitamos se tenga por infundada la presente demanda.

8
Parr. 346, CIDH Garantía de derechos niñas, niños y adolescentes
https://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/nna-garantiaderechos.pdf
9
Opinion Consultiva Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño / 2001.
https://www.corteidh.or.cr/tablas/fichas/OC/OC-17.pdf

36
2.2.2. El Estado de Malbecland respetó y garantizó el acceso a la justicia con

garantías procesales (art. 8 y 25 CADH) respecto a la comunidad Wawa

Anahí Alancay, en representación de la comunidad Wawa, presentó una petición ante la

CIDH. En el escrito, alegó las siguientes reclamaciones: (i) la violación de los derechos de

participación política de la etnia al impedir la visibilidad de la comunidad en la sociedad de

Malbecland mediante las obras creativas; (ii) la desprotección de la comunidad ante los

discursos de odio y de incitación a la violencia contra la comunidad; (iii) la pérdida de

propiedades privadas y comunitarias por la misma campaña de odio y la falta de vigilancia y

protección del Estado, quien, según la peticionaria, no había investigado a posteriori

debidamente ni en la justicia ordinaria ni tampoco en la militar para encontrar a los culpables,

hacer justicia y ofrecer medidas de reparación adecuadas.

Sobre el particular, debemos indicar que el Estado de Malbecland, apenas ocurridos los

hechos de las visitas educativas, realizó todas las gestiones posibles para individualizar a las

personas responsables. En ese sentido, buscó imputar sanciones en diferentes ámbitos: (i)

sancionar a los responsables de la emisión de los comentarios de odio realizados a través de la

Red Social Dixit; y, (ii) sancionar a los autores de los hechos de violencia producidos en el

marco de las “visitas educativas”.

En relación a las personas que emitieron comentarios de odio en la Red Social Dixit, el Estado

de Malbecland pudo individualizarlas. Así, fue posible conocer que algunas de las personas

que publicaron comentarios de odio fueron miembros de la Asociación VxR. Al poder

identificarlas, Malbecland dejó que el fuero militar se encargue de sancionar a los

responsables mediante un procedimiento disciplinario interno. Con ello, los implicados fueron

parte de un procedimiento administrativo en el cual tuvieron acceso a tods los recursos

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posibles en este tipo de procedimiento. Con ello, Malbecland no vulneró el numeral 1 del

artículo 25 de la CADH.

Sobre los hechos de violencia ocurridos durante las “visitas educativas”, debemos anotar que

fue imposible para el Estado de Malbecland identificar a los responsables. Esto se debe a que

hubo factores que no permitieron individualizar a los autores de los delitos, tales como: (i) el

estado de emergencia generado por la Covid-19; (ii) difícil acceso a la comunidad; (iii) poca

credibilidad que generaban los comentarios y publicaciones; (iv) entre otros.

Cabe recalcar que, la difusión de estas publicaciones se dio dentro de un ámbito privado (la

red social Dixit), por lo que el Estado no tuvo un acceso directo e inmediato respecto a los

detalles, pues no es hasta que ocurren estas “visitas educativas” que, mediante las denuncias

realizadas, se pone en conocimiento del Estado.

En ese sentido, una vez que suceden las presuntas vulneraciones a la comunidad y estas son

denunciadas, si bien el Estado de Malbecland pudo identificar a las personas que promovieron

las visitas educativas (fueron sancionadas en la vía militar), no ocurrió lo mismo en el caso de

las personas que cometieron los actos de violencia. Ello debido a que el caso fue complejo al

involucrar distintos testimonios de víctimas y presuntos responsables, lo cual generó que, si

bien se tomaron las denuncias, al no existir una identificación, tuvieran que ser archivadas,

pues según las exigencias jurídicas del mismo proceso penal, no existe responsabilidad penal

en duda razonable. Por ello, el Estado de Malbecland se encontraba imposibilitado de ejecutar

alguna sanción porque no se habrían presentado hechos nuevos que permitan la identificación

de los presuntos agresores.

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2.2.3. El Estado de Malbecland respetó y garantizó el derecho de acceso a la

justicia y garantías procesales en igualdad de condiciones (art. 8, 24 y 15

CADH) a la Asociación VxR

La Asociación VxR sostuvo que sus miembros fueron sancionados por el libre ejercicio de su

libertad de expresión en la red social Dixit y que, ante las sanciones adoptadas, no habían

tenido acceso a un recurso apropiado que permitiera quitar la sanción y limpiar su

expediente. Sobre el particular, somos categóricos en negar dicha argumentación. Los

integrantes de la Asociación VxR que fueron sancionados son aquellas personas que

emitieron comentarios de odio en la Red Social Dixit y pudieron ser identificados en distintos

procedimientos disciplinarios a cargo del orden administrativo militar con las debidas

garantías.

Justamente, el Estado de Malbecland se abstuvo de iniciar un proceso penal en contra de estas

personas, pues, aunque estaba identificada su responsabilidad por la convocatoria a las visitas

educativas, no era posible demostrar su vinculación con los hechos de violencia. Por ello, es

en respeto a la garantía procesal de presunción de inocencia, que la sanción impuesta ha sido

solo administrativa. Por ende, en la medida que el Estado de Malbecland no ha vulnerado los

derechos alegados por la Asociación VxR, mediante el presente documento, solicitamos

formalmente que se declare infundado este extremo de la demanda.

3. Reparaciones

Por lo antes mencionado, el Estado de Malbecland considera que no existe vulneración alguna

a los derechos alegados por las presuntas víctimas que le pueda ser atribuida y; por lo tanto,

no corresponde habilitar medidas de reparación.

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