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Seminario Mayor Nacional

de la Asunción

VIA CRUCIS

POR LOS SACERDOTES QUE


ENFRENTAN DIFICULTADES
Con meditaciones sobre el sacerdocio de
Timothy Card. Dolan
RITOS INICIALES

EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO Y DEL


ESPÍRITU SANTO. AMÉN.

Queridos hermanos, en el marco de Jubileo


de Oro de nuestro seminario estamos
llamados a tomar en cuenta en nuestra
celebración, pero también en nuestra
oración, a aquellos que, como nosotros un
día estuvieron en esta casa de formación.

Los presbíteros de Guatemala proceden, en


su mayoría, de nuestro seminario, sería triste
si fuesen olvidados por los que ahora
ocupamos un lugar en su casa de formación.
La vida ministerial no es fácil y los sacerdotes
encuentran numerosas dificultades, de
muchos tipos diferentes.

Oremos, pues, por aquellos sacerdotes que


han salido de nuestro seminario y por todos
aquellos sacerdotes que, en el mundo de hoy,
sufren dificultades.

PRIMERA ESTACIÓN

1
Jesús es condenado a muerte
Oremos por los sacerdotes a los que les falta fe
V. TE ADORAMOS CRISTO Y TE BENDECIMOS.
R. QUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO.

"Ellos insistían pidiendo a grandes voces que fuera crucificado y


sus gritos eran cada vez más fuertes. Pilato sentenció que se
cumpliera su demanda." Lc 23, 23-24

Como sacerdotes pasamos mucho tiempo – en el ambón,


confesionario, salón, camas de hospital, funerarias –
diciéndole a la gente: ¡Tengan Fe! Bueno, pero tenemos
nosotros fe. ¿Somos hombres de fe?

Si, nuestra gente nos ve como hombres de fe, a pesar de


que la suya es a menudo más profunda. Que escandaloso
cuando sus sacerdotes debilitan su fe, por como viven, por
lo que dicen, por lo que hacen o no hacen. Estos días
nuestra gente se enfrenta con numerosos sacerdotes que
ridiculizan su fe, que critican públicamente el Magisterio y
que hacen de menos las verdades de la Iglesia.

Como decía Monseñor Ellis: “No, la Iglesia no tiene todas


las respuestas, pero seguro que tiene más que ninguna
otra institución en la faz de la tierra” Y ¿no deberían ser
sus sacerdotes aquellos que le sean más leales y le amen
más?

Oración:
Oh, Jesús, que la fe de tus sacerdotes sea siempre fuerte e
inquebrantable para que sepan custodiar la fe de aquellos que
han sido encomendados a su cuidado. Tú que vives y reinas…

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.


María, Madre de Jesús Sacerdote. Ruega por nosotros.

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SEGUNDA ESTACIÓN
Jesús carga con la Cruz
Oremos por los sacerdotes a los que les falta esperanza
V. TE ADORAMOS CRISTO Y TE BENDECIMOS.
R. QUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO.

"Entonces, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarle, se lo


entregó para que fuera crucificado." Mt 27, 26

Durante un largo período de su vida San Juan de la Cruz


escribió en su diario personal una sola palabra: Nada. No
fue un solo día, sino días, semanas, meses. ¡Nada! Pero
mantuvo la esperanza, sabiendo que algo brotaría. Por
supuesto, todos sabemos el “resto de la historia” y como
ahora se le ve como una de “aquellas raras creaturas que
llegó a las alturas de la oración mística”

El Obispo Fulton Sheen nos recuerda que: no hay


planicies en nuestra vida espiritual, solamente colinas y
valles, y la clave para crecer en santidad es no perder la
esperanza cuando se está en uno de los valles.

Oración:
Jesús Mio, tú que cargaste con la cruz en caminos difíciles y
rodeado de desprecios, ayuda a aquellos sacerdotes que cargan
hoy con numerosas dificultades que nunca pierdan la esperanza
de encontrarte al final del camino. Tú que vives y reinas…

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.


María, Madre de Jesús Sacerdote. Ruega por nosotros.

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TERCERA ESTACIÓN
Jesús cae por primera vez
Oremos por los sacerdotes a los que les falta amor
V. TE ADORAMOS CRISTO Y TE BENDECIMOS.
R. QUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO.

"Él ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas.
Él soportó el castigo que nos trae la paz, y con sus cardenales hemos
sido curados." Isaías 53, 5

Si queremos crecer en nuestra intimidad con Jesús


debemos estar dispuestos, no solo a morir por él, sino
también a morir con él. Si, la cruz será parte de nuestra
vida. ¿Por qué nos sorprende cuando viene? ¿Por qué hay
sacerdotes impactados cuando deben sufrir soledad,
frustración, fallos, asignaciones imperfectas, párrocos
cascarrabias, personas exigentes, etc.?

El amor que tenemos por Jesús y su Esposa, la Iglesia, no


es siempre una intimidad placentera, relajante,
satisfactoria y llenadora – llevará consigo sacrificio, sudor,
sangre, lágrimas, sufrimiento; llevará consigo la Cruz.

Dales, Señor, a cuantos se enfrentan hoy al tiempo de


turbación en su ministerio, la capacidad de enfrentarlo
con un ardiente amor por ti y tu Iglesia.

Oración:
Tú, Señor, que amas a tu Iglesia hasta el punto de caer bajo el
peso de la cruz, dales a tus ministros la capacidad de amar así,
hasta el extremo, al pueblo que les has encomendado. Tú que
vives y reinas…

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.


María, Madre de Jesús Sacerdote. Ruega por nosotros.

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CUARTA ESTACIÓN
Jesús se encuentra con su Madre
Oremos por los sacerdotes que confían sus problemas en María
V. TE ADORAMOS CRISTO Y TE BENDECIMOS.
R. QUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO.

"Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para
caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de
contradicción. ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!" Lc 2,
34-35a

Los franceses tienen un maravilloso dicho: Si quieres


encontrar el secreto del éxito de un hombre, ¡Busca a la
Mujer!

Por supuesto todos esperamos que nuestro ministerio


sacerdotal sea fructífero. Si lo es, “busca a la mujer” que lo
ha causado, y esa mujer en la vida del sacerdote es María.

Como un esposo regresa a casa de su trabajo y vierte sus


problemas en su esposa, así encontramos también
nosotros oídos atentos y ojos amorosos en María. No
quiero ponerme sentimental, solo sé que funciona, y que
Jesús sabía lo que hacía cuando desde el altar de la Cruz le
confío sus primeros sacerdotes a su propia Madre.

Oración:
Oh, buen Jesús, que nos has hecho hermanos en tu cruz y nos
has dado a María como Madre, danos siempre la capacidad de
llegar de su mano a tu encuentro. Tú que vives y reinas…

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.


María, Madre de Jesús Sacerdote. Ruega por nosotros.

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QUINTA ESTACIÓN
El cirineo ayuda a Jesús a llevar la
cruz
Oremos por los sacerdotes a los que les falta humildad
V. TE ADORAMOS CRISTO Y TE BENDECIMOS.
R. QUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO.

"Cuando le llevaban, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que


venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevará detrás de
Jesús." Lc 23, 26

Una disponibilidad para reconocer que podríamos no


estar llamados a ser sacerdotes es un acto de humildad
para un seminarista. No debemos deslizarnos al
sacerdocio, simplemente porque es el siguiente paso y ya
hasta tenemos el cáliz comprado. La verdadera humildad
nos mueve a admitir que tal vez no estemos llamados al
sacerdocio. No podemos aceptar esta llamada sin antes
admitir libre, racional y maduramente que podríamos no
tenerla.

¡Conócete bien! Una vez alguien elogió a San Juan María


Vianney por ser un buen confesor, él contestó: “Si soy un
buen confesor es solamente porque soy un gran pecador”
Si nos conocemos bien, somos conscientes de nuestra
debilidad y nunca nos ponemos a nosotros mismos en
ocasiones que sepamos que nos puedan llevar a pecar.

Oración:
Oh, Jesús, que siendo Dios aceptaste humildemente la ayuda del
hombre en Simón de Cirene, guarda los corazones de tus
sacerdotes de todo sentimiento de suficiencia. Tú que vives y
reinas…

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Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
María, Madre de Jesús Sacerdote. Ruega por nosotros.

SEXTA ESTACIÓN
Una mujer enjuga el rostro de Jesús
Oremos por los sacerdotes a los que les falta fidelidad
V. TE ADORAMOS CRISTO Y TE BENDECIMOS.
R. QUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO.

“Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro». Tu rostro buscaré, Señor, no


me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi
auxilio; no me deseches, no me abandones, Dios de mi salvación.”
Sal 26, 8-9

Las pruebas para ver si los valores y hábitos se han


interiorizado se dan cuando se quitan las estructuras
externas. Esto se da, ultimadamente con la ordenación
sacerdotal, pero también en cada período de vacaciones,
cuando vemos sí, de verdad o no, los nueves meses de
plantar y abonar dan fruto en los seminaristas.

¿Continúan todos los valores que enseñamos en el


seminario – misa diaria, liturgia de las horas, oración,
confesión frecuente, servicio a otros, etc. – cuando nadie
ve y la rutina que forma parte de la vida del seminario se
quita? Las vacaciones son el periodo cuando viene el gran
examen de conciencia, el laboratorio, para ver si lo que
hacemos se ha interiorizado, si somos fieles a nuestra
vocación.

Oración:
Oh, Jesús, haz resonar en el corazón de cada sacerdote las
promesas que ha hecho en el día de su ordenación e ilumina tu

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rostro sobre ellos, para que, siendo fieles a ti, sobre todo, puedan
alcanzar su propia felicidad y contribuir a la de sus hermanos.
Tú que vives y reinas…
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
María, Madre de Jesús Sacerdote. Ruega por nosotros.
SÉPTIMA ESTACIÓN
Jesús cae por segunda vez
Oremos por los sacerdotes a los que les falta obediencia
V. TE ADORAMOS CRISTO Y TE BENDECIMOS.
R. QUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO.

“Al ser insultado, no respondía con insultos; al padecer, no


amenazaba, sino que se ponía en manos de Aquel que juzga con
justicia” I Pe 2, 23

También obediencia al sufrimiento. “Aún siendo Hijo,


con lo que padeció experimentó la obediencia” nos
recuerda la carta a los Hebreos. Y así también
aprenderemos nosotros.

Puede ser el sufrimiento que viene de aceptar una


asignación que no queremos y sumergirnos en ella; o la de
vivir con uno que no es nuestra “monedita de oro”; puede
ser la molestia de una trabajo duro y demandante que no
parece importar mucho y solo parece multiplicarse; puede
ser el fracaso, el pecado o lucha que nos mueve a querer
decir ¡Basta!

En todo esto somos obedientes a nuestro sufrimiento, y


podemos encontrar en nuestros labios las palabras del
Sumo y Eterno Sacerdote: “Padre, haz que pase de mí este
cáliz; pero que se haga tu voluntad y no la mía"

Oración:

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Jesús Mío, que fuiste obediente hasta la muerte y una muerte de
Cruz, dales a tus sacerdotes la fuerza de vencer la tentación de
la desobediencia y la alegría de gozar de los frutos de sus
esfuerzos. Tú que vives y reinas…

Padrenuestro, Gloria.
María, Madre de Jesús Sacerdote. Ruega por nosotros.

OCTAVA ESTACIÓN
Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén
Oremos por los sacerdotes a los que les falta cortesía
V. TE ADORAMOS CRISTO Y TE BENDECIMOS.
R. QUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO.

"Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se
lamentaban por él." Lc 23, 27

Jesús es la cortesía divina encarnada:


Deferentemente viniendo a servir y no a ser servido, tan
amigable que la gente no se apartaba de él, hospitalario
hasta con el pecador y la prostituta, confiable hasta para
su cita en el Calvario, educado con el arrogante y creído,
magnánimo en la extensión de su Corazón ardiente,
agradecido en atribuir todo a su Padre y no buscando
nada para sí, digno hasta en el establo, cuando se cansaba,
cuando lo insultaban, cuando lo crucificaron.

Como dijo un seminarista del Pontificio Colegio


Norteamericano: “la cortesía es otra manera de morir a
uno mismo” mejor expresado en la regla de oro del
Evangelio “haz a otros lo que quieras que hagan contigo”

Oración:
Oh, Jesús, haz que seamos siempre educados y corteses para que
abandonando nuestras comodidades podamos transparentar

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mejor tu imagen, tú que aceptaste la muerte de Cruz por
nosotros y nuestra salvación, y vives y reinas…

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.


María, Madre de Jesús Sacerdote. Ruega por nosotros.

NOVENA ESTACIÓN
Jesús cae por tercera vez
Oremos por los sacerdotes a los que les falta integridad
V. TE ADORAMOS CRISTO Y TE BENDECIMOS.
R. QUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO.

“En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y


muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto." Juan 12, 24

Nosotros como sacerdotes y futuros sacerdotes bajamos


nuestra cabeza con vergüenza cada vez que escuchamos
sobre los escribas y fariseos en el Evangelio, pues lo que
fueron ellos para el Antiguo Israel, lo somos nosotros para
el Nuevo Israel. Afirmamos ser hombres de fe, oración,
amor, sencillez, castidad, fidelidad, honor y generosidad –
y a menudo no lo somos.

Nuestras promesas, nuestra predicación y nuestro culto


pueden convertirse en algo “del diente al labio” a menos
que seamos hombres de genuina integridad.

Oración:
Oh, Jesús, pastor fiel a la misión que te fue encomendada,
ayuda a tus sacerdotes para que sean ejemplos de vida e
integridad para los fieles por medio de sus obras más que por sus
palabras. Tú que vives y reinas…

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Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
María, Madre de Jesús Sacerdote. Ruega por nosotros.

DÉCIMA ESTACIÓN
Jesús es despojado de sus vestiduras
Oremos por los sacerdotes a los que les falta prudencia
V. TE ADORAMOS CRISTO Y TE BENDECIMOS.
R. QUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO.

"Puedo contar todos mis huesos; ellos me observan y me miran, se


reparten entre sí mis vestiduras y se sortean mi túnica." Sal 22, 18-19

San Francisco de Sales lo expresó bien: “Se prudente


como la serpiente que, en peligro, expone el resto de su
cuerpo para preservar la cabeza. Del mismo modo,
debemos arriesgar todo, si es necesario, para preservar el
amor y la presencia de Nuestro Señor completo y entero
en nosotros, puesto que el es nuestra cabeza y nosotros su
cuerpo”.

Me conmueve escuchar a Monseñor Carlos Elmer cuando


habla a los nuevos sacerdotes que llegan a estudiar a
Roma. “No me preocupa su vida académica” les dice
“puesto que s raro el hombre que se va de aquí sin
cumplir sus deberes académicos. De lo que me preocupo
es de su vocación, su vida espiritual, lo sé por experiencia”
continúa “que cuando el diurnal no se abre, cuando la
misa diaria no se celebra, cuando uno está más en tiendas
y restaurantes que en la capilla, cuando uno ignora a Jesús
y a su Madre, cuando se dejan meses sin confesarse, el
sacerdocio de uno está en riesgo”.

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Oración:
Oh, Jesús, ayúdanos siempre a desnudar nuestras imprudencias
para que, escogiendo siempre el bien mejor, podamos crecer
constantes en tu amor. Tú que vives y reinas…
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
María, Madre de Jesús Sacerdote. Ruega por nosotros.

UNDÉCIMA ESTACIÓN
Jesús es clavado en la Cruz
Oremos por los sacerdotes que hacen penitencia
V. TE ADORAMOS CRISTO Y TE BENDECIMOS.
R. QUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO.

"Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a los


malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda." Lc 23, 33

La penitencia entra a nuestra vida mientras abrazamos


graciosamente las adversidades que vienen de la vida.
Como escribía C.S. Lewis: “El cristianismo no le quita la
adversidad a la vida; simplemente nos da una razón para
soportarla”.

Cada uno carga una docena de cruces al día, algunas


pesadas, otras triviales. Todas esas cruces vienen
naturalmente al levantarse de la cama cada día – que,
dicho sea de paso, suele ser la primera cruz del día.

La cruz está ahí, ¡no podemos alejarnos! Y en cada una


escuchamos el susurro de Cristo: “Toma tu cruz y
sígueme”, esto es penitencia en su estado puro. ¡Cada uno
está invitado diariamente a abrazar su cruz!

Oración:

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Jesús, ayúdanos a aceptar amorosamente nuestra cruz de cada
día, mediante la cual nos haces participes de tu Pasión
Salvadora y nos haces gustar los bienes eternos más que los
terrenos. Tú que vives y reinas…
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
María, Madre de Jesús Sacerdote. Ruega por nosotros.
DUODÉCIMA ESTACIÓN
Jesús muere en la Cruz
Oremos por los sacerdotes a los que les falta paciencia
V. TE ADORAMOS CRISTO Y TE BENDECIMOS.
R. QUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO.

"y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «Padre, en tus manos pongo mi
espíritu» y, dicho esto, expiró." Lc 23, 46

Algunas veces el sacerdote está llamado a una paciencia


heroica. Horas en el confesionario sin que venga nadie;
días preparando una homilía para que al final nadie
preste atención, querer hablarles a los padres de la clase
de Primera Comunión sobre la importancia del
sacramento y que a ellos solo les importe si las niñas
usarán velo o no.

Algunos que te hacen de menos, incluso hermanos


sacerdotes que te ven como “muy piadoso” “muy
tradicional”, sin darte una oportunidad; algunos, incluso
hermanos sacerdotes que prohíben que hagas algo nuevo
o creativo en la parroquia.

Podemos enojarnos, gritar, hacer berrinches, pedir un


traslado; o ser pacientes, hacerlo lo mejor que podamos y
luego, con su confianza, hacer la diferencia.

Oración:

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Oh, Jesús, tú que con paciencia soportaste el desprecio de los
tuyos hasta el punto de morir en la cruz, haznos a nosotros morir
a nuestro egoísmo y ser pacientes en las dificultades. Tú que
vives y reinas…

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.


María, Madre de Jesús Sacerdote. Ruega por nosotros.

DÉCIMO TERCERA ESTACIÓN


Bajan el Cuerpo de Jesús de la Cruz
Oremos por los sacerdotes a los que les falta alegría
V. TE ADORAMOS CRISTO Y TE BENDECIMOS.
R. QUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO.

“Había un hombre llamado José, hombre bueno y justo. Se presentó a


Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús” Lc 2, 50a.52

Cada uno en el seminario se pregunta diariamente: ¿Me


llama el Señor a ser sacerdote? O si ya lo eres: ¿Cómo me
llama el señor a ser un sacerdote mejor? La alegría debe
ser parte de ese discernimiento: ¿Soy una persona
consciente de ser amado por Dios, agradecido por su vida
en mí, confiado en su ayuda salvífica y por con tanta paz
con Dios, conmigo mismo y con los otros que los demás
lo notan? Si no lo soy, no debería ser sacerdote.

“La alegría es el signo infalible de la presencia de Dios”.


¡Que nos ayude María que es causa de nuestra alegría!

Oración:
Jesús, tú que de la realidad de la muerte hiciste brotar la
alegría de la vida nueva, haznos confiar siempre en que

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detrás de cada dificultad está siempre tu mano que nos
procura la alegría. Tú que vives y reinas…

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.


María, Madre de Jesús Sacerdote. Ruega por nosotros.

DÉCIMO CUARTA ESTACIÓN


Jesús es puesto en un sepulcro nuevo
Oremos por los sacerdotes a los que les falta simplicidad de vida
V. TE ADORAMOS CRISTO Y TE BENDECIMOS.
R. QUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO.

“Había un hombre llamado José, hombre bueno y justo. Se presentó a


Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús” Lc 2, 50a.52

La caridad pastoral depende también de la simplicidad de


vida. Si nuestras vidas están repletas de posesiones, comer,
beber, compras y viajes caros y vida social excesiva,
entonces nos hará falta tiempo y energía para darnos
completamente en generoso servicio para nuestro pueblo.

Si estamos llenos de sinsentidos, yendo de una fiesta a


otra, de una salida a cenar a otra, de una tienda a otra,
estaremos muy ocupados como para preocuparnos por las
almas confiadas a nuestro cuidado con la competencia,
caridad y atención que se merecen. Es por eso, quizás, que
San Juan Pablo II se refiere a la pobreza de los pastores
como muy necesaria en su exhortación Pastores dabo vobis.

Oración:
Salvador del Mundo, que en tu pobreza fuiste puesto en un
sepulcro prestado, haz que nosotros, sacerdotes y

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seminaristas, vivamos siempre confiando en tu providencia.
Tú que vives y reinas…

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.


María, Madre de Jesús Sacerdote. Ruega por nosotros.

Oración

Concédenos, Padre de toda Bondad y Misericordia,


la generosidad de vida en las dificultades, para que
podamos encontrar en ellas el valor salvífico del
sufrimiento; que así también los sacerdotes que has
tomado de entre tu Pueblo se entreguen como
hostias vivas en sacrificio agradable a ti, y haciéndolo,
encuentren la alegría de servirte. Por Jesucristo
Nuestro Señor.

Si preside el sacerdote o diácono:

V. El Señor esté con ustedes.

R. Y con tu espíritu.

V. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre,


Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes
y los acompañe siempre.

R. Amén.

Si es un seminarista:

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El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos
lleve a la vida eterna. Amén.

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SEMINARIO MAYOR NACIONAL
DE LA ASUNCIÓN

COMISIÓN DE LITURGIA
MMXXII

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