El Sermón del Monte Lección

PIENSE ANTES DE ABRIR SU BOCA

Pasaje Bíblico: Mateo 5:33—37.

Versículos Clave: “Así también la lengua es un miembro pequeño,

pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque
enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de
maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y
contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella
misma es inflamada por el infierno” (Santiago 3:5, 6).

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I. EL TEXTO
A. Lo que habían oído (5:33)
Los versículos contrastan lo que los judíos habían oído
con lo que Jesús enseñaba. La palabra “perjurarás” se refiere
a cometer perjurio. La enseñanza a la que se refería Jesús no
era una cita literal del AT, sino una síntesis de varios pasajes
antiguotestamentarios (Números 30:2; Deuteronomio 23:21-
23).
Las instrucciones en cuanto a cumplir un voto estaban
estrechamente relacionadas con el tercero de los Diez
Mandamientos (Éxodo 20:7); con Levítico 19:12 y con
Éxodo 20:16).
Números 30:2 menciona tanto “voto” como
“juramento”. Por lo general, pensamos en el voto como “una
promesa ferviente que nos ata a un acto determinado
(Eclesiastés 5:4-6a), mientras que un juramento invoca a
Dios como “testigo” de que lo que decimos es verdad.
B. Lo que dijo Jesús (5:34-36)
Los maestros judíos habían desarrollado un complejo
sistema con respecto a qué votos eran una obligación y
cuáles no. Jesús se refirió a esta forma de razonamiento de
los escribas y fariseos en Mateo 23. Vea los versículos 16-
22. Los rabinos judíos enseñaban que si se usaba el nombre
de Dios, el voto era obligatorio, sin embargo, sino se usaba
 Su nombre, el voto no era obligatorio. Como resultado de
ello, no dudaban en jurar por el cielo, por la tierra, por la
ciudad de Jerusalén ni incluso por sus cabezas, es decir; por
sus vidas. Enseñaban que nadie está obligado a cumplir esa
clase de votos.
¿A qué se refiere el versículo 36? Jesús está hablando
del color “natural” del cabello. El punto de Jesús es que nada
en la vida, incluyendo el más pequeño de los cabellos de la
cabeza; puede estar aparte del Creador de todas las cosas. Es
absurdo, por lo tanto, pensar que un juramento que invocaba
el nombre de Dios se obligatorio, mientras que un juramento
que invocaba parte de la creación de Dios no lo sea.
Jesús dijo: “sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no”. El
significado es que cuando dice “sí”, debe querer decir “sí”, y
cuando usted dice “no”, debe querer decir “no”. No debería
ser necesario reforzar sus palabras con un juramento
(Santiago 5:12). La palabra traducida como “mal” en 5:37
quiere decir “el maligno”, es decir; el diablo, o “lo malo”,
hablando de un corazón malo.
El origen de los juramentos que se hacen a la ligera es
malo. Además, puede que haya una implicación en cuanto a
que la única razón para que los juramentos y votos sean
necesarios es que vivimos en un mundo corrupto, donde
abunda la mentira.
II. LA ENSEÑANZA
A. Lo que Jesús no estaba enseñando
Mateo 5:33-37 parece enseñar que el cristiano no debe
hacer juramentos. Si usted está convencido de que esto es lo
que Jesús estaba enseñando, entonces, deje que sus acciones
sean coherentes con sus convicciones; no quebrante su
conciencia. Sin embargo, hay ocasiones solemnes en los que
es apropiado hacer un voto o un juramento.
El ejemplo de Dios (Hebreos 6:13, 14; 7:21).
El ejemplo de Jesús (Mateo 26:63). La palabra que se
traduce como “conjuro” es “exorkizo”, que quiere decir
“apelar con un juramento”. Si Jesús no creía en estar bajo
juramento, habría permanecido en silencio, sin embargo, no
lo hizo (26:64). Jesús respondió afirmativamente.
El ejemplo de Pablo (Filipenses 1:8; Romanos 1:9;
Gálatas 1:20; 2 Corintios 1:23). El apóstol Pablo a menudo
convocó a Dios como testigo de la veracidad de lo que decía.
B. Lo que estaba enseñando Jesús
Se pueden deducir varios principios de Mateo 5:33-37.
Veamos tres:
No haga juramentos frívolos. Nos referimos a frases
informales que utilizan el nombre de Dios y cosas
estrechamente relacionadas con Dios, por ejemplo: “Por
Dios”; “Por los cielos”; “Por todo lo santo”. Estrechamente
relacionado con los juramentos frívolos tenemos el uso
blasfemo del nombre de Dios y de otras cosas que son
sagradas: “¡Oh, Dios mío!”; “Por Dios, ¿qué estás
haciendo?”; “Sólo Dios sabe cómo voy a salir de esto”.
Sea una persona veraz. Cada uno de nosotros debe ser
sincero, ser la clase de persona que no necesita usar un
juramento para que se le crea. El creyente, a nivel personal,
debe esforzarse por ser sincero y cultivar una reputación por
decir la verdad (Efesios 4:25).
Cumpla siempre con su palabra. Cada vez más personas
no están cumpliendo con lo que dicen que van a hacer. No
les importa hacer promesas que no tienen intención de
cumplir. Sea un cristiano de palabra, que cuando usted dice
que hará algo; asegúrese de hacerlo aunque cueste hacerlo.
CONCLUSIÓN:
Se ha dicho que tenemos una crisis de integridad en nuestra cultura.
Los cristianos deben y tienen que ser personas de integridad. Si los
demás no pueden creer lo que decimos cuando hablamos de las
cosas de todos los días, ¿por qué deberían creernos cuando
hablamos de las cosas eternas? Es hora de examinarnos a nosotros
mismos. Que Dios nos ayude a todos a “pensar antes de abrir” la
boca.