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TEMA 3: LA CRISIS EN EL SISTEMA MUNDIAL.

DINÁMICA DE LA CRISIS GLOBAL


I. LA CRISIS DE LOS 70. UNA CRISIS ESTRUCTURAL.
A La crisis en el Norte Global (Primer Mundo).
a Primeros síntomas de la crisis.
La revolución (mundial) de 1968 Aunque la señal convencional de la crisis es la subida del precio del petróleo (1973),
los primeros signos de la crisis se remontan a la segunda mitad de los 60. Y cristalizan en la “revolución del 68”, un largo
ciclo de protestas y conflictos en todos los continentes y “mundos”, que se prolongará hasta fines de los 70. De la
“revolución del 68” surgirá, además, la Nueva Izquierda y el conjunto de cuestiones (bloqueadas o fuertemente
controvertidas/ contestadas), que aún hoy conforman nuestro horizonte intelectual, político y moral (ecologismo,
feminismo, pacifismo, antipolítica, tercermundismo, antiautoritarismo, derechos de las minorías, etc.).
La crisis del sistema monetario de Bretton-Woods (1971-73) Síntoma de:
1. Las dificultades de EE.UU. para seguir manteniendo su ventaja competitiva, con recursos drenados por su
“sobreextensión estratégica” (overstretching) como gendarme político/militar.
2. La recuperación y las ganancias de productividad, desde la segunda mitad de los 60, de los aliados/competidores de
EE.UU. (la Europa desarrollada y Japón), que les permitió competir con éxito con EE.UU.
3. Por otra parte, el incremento de la producción resultante de la recuperación euro/japonesa condujo a la
superproducción y la caída de la rentabilidad en muchos de los sectores punta del periodo (automóviles, electrónica de
consumo, industrias de chimenea), ya que la excesiva competencia es enemiga de los altos beneficios.
La reivindicación de un NOEI (Nuevo Orden Económico Internacional) por el 3er Mundo Tras el ascenso de este a
la independencia (política), concluido en los 60, su demanda de superación de las relaciones “centro/periferia” y de las
múltiples formas de “dependencia” (tecnológica, financiera, de acceso a los recursos naturales, media, armas de
destrucción masiva y alta tecnología militar) y la reivindicación de un NOEI (Nuevo Orden Económico Internacional).
b La crisis del capitalismo organizado. Factores de inestabilidad en el capitalismo organizado
Como hemos visto, el MAP (Modelo de Acumulación de la Posguerra) conjugó tres elementos en su desarrollo:
1. Amplio respeto a la iniciativa privada, a las reglas fundamentales del capitalismo (inversiones, gestión empresarial).
2. Fuerte intervención del Estado en el control de la situación macroeconómica (que incluía limitaciones a la
iniciativa privada en las finanzas o en algunas industrias), y del progreso técnico. (Reglamentaciones sobre la moneda y
el crédito, vigilancia de las instituciones financieras, políticas industriales, control de sectores, educación e investigación).
3. Garantías de empleo y de mejora en las condiciones de trabajo, progreso del poder de compra (“participación en los
frutos del crecimiento”) y de la protección social (salud, educación, vivienda, familia, jubilaciones, desempleo).
¿Qué factores influyeron, entonces, en la crisis de esta tercera vía o economía mixta, aparentemente virtuosa? (La Edad
de Oro del capitalismo, la Economía Mágica, los Treinta Gloriosos)
1. Pleno empleo. (Mercado de trabajo) El crecimiento estable y sostenido, la articulación sindical y política de los
asalariados y la intervención estatal favorecieron una situación de pleno empleo (en mercados de trabajo regulados y con
exclusiones implícitas), que incrementaron la fuerza estructural de los asalariados, su capacidad contractual, su
predisposición combativa y la elevación de sus reivindicaciones (fuerte conflictividad, ciclo histórico de protestas y
“explosión salarial” desde mediados de los sesenta hasta el “invierno del descontento” en el 79).
2. Proceso de trabajo. (Integración vertical) A la fuerza estructural de los asalariados en el M. de T. hubo que añadir su
insospechada capacidad de influencia en el “proceso de trabajo”, como consecuencia de la “integración vertical” y de la
concentración de la producción en espacios homogéneos (doblada por la reproducción de una cultura reivindicativa en
espacios urbanos compartidos). Es decir, las características de la producción masiva (JIC, en serie), con economías de
escala, favorecían una localización industrial muy concentrada, grandes aglomeraciones en un tejido industrial muy
conectado (“primario inferior”), que favorecían la solidaridad y la difusión del conflicto. (“Cinturones rojos”, “metrópolis
proletarias”, “culturas compartidas intra e intergeneracionalmente”, “vulnerabilidad de la cadena”).
3. Factores socioculturales (crisis Ford.). Alta al mercado de trabajo de segmentos sociales y figuras productivas
(trabajadores periféricos: migrantes campesinos, jóvenes, inmigrantes foráneos ), que en un contexto de pleno empleo y
de debilidad patronal, contribuyeron a la radicalización del movimiento obrero y al rechazo de la OCT, bien por acciones
individuales (absentismo, sabotajes), o colectivas (frenados, huelgas). [Jóvenes: permisivos dictados, “crepúsculo del
deber”, experiencia de prosperidad y de consumo, altas expectativas, nº y conciencia de grupo, difusión de pautas
culturales (medios, turismo, cambio técnico, ruptura con el pasado). Inmigrantes del campo o de la periferia: integración
pasajera, visión instrumental del trabajo, rechazo de la “carrera” y de la “meritocracia”, ideologías igualitarias].
4. Agotamiento de la onda técnica A fines de los 60 empieza a detectarse un agotamiento del modelo de
industrialización vigente, de las tecnologías que constituían su soporte y de la productividad, en paralelo a la saturación
de los mercados (en las mercancías clave de sistema) y a la afluencia de nuevos competidores (sobrecapacidad y exceso
de oferta en las manufacturas mundiales: desde los 60, Europa y Japón; 70/80, NPIs; 90, China).
5. Crisis fiscal. El incremento de los gastos estatales, al transferirse al Estado funciones de socialización (antes
dependientes de la familia o de la comunidad) y de reproducción de la fuerza de trabajo (democratización, desarrollo de
derechos sociales, nuevas necesidades), provocó una “crisis fiscal”, consecuencia de la contradicción entre: a) los gastos
improductivos (o no directamente productivos) derivados de la legitimación (política, cultural) y; b) las inversiones
necesarias para apoyar la acumulación rentable de capital, las necesarias reestructuraciones productivas y el apoyo a
nuevos sectores de actividad (Asistencialismo Social frente al Asistencialismo Corporativo)
6. Doble shock petrolífero. Drástica elevación de los precios del petróleo, a consecuencia de:
• Guerra de Yom Kippur (1973), que cuadruplica el precio del petróleo hasta 1979, de 3.45 en el 73 a 14, 54 $ en 79
(cui bono: USA, Siete Hermanas, bancos occidentales, Arabia e Irán).
• Revolución Iraní (1979) y Guerra Irán-Irak (80-88), que, con respecto a los inicios de los 70, vuelve a multiplicar
su precio (hasta 39.5 $) barril).
Una crisis estructural. La suma de estos factores permite entender:
A) La oleada de conflictividad (local y global) que se desarrolla desde fines de los 60’s hasta finales de los 70’s.
B) Los conflictos redistributivos (a escala local y global), que se traducirán en “estanflación” (estancamiento con
inflación: precios administrados y resistencias de los trabajadores estables a la disminución de ingresos).
C) Sobre todo, la evidente caída de los beneficios y de la rentabilidad del capital, el cociente entre las ganancias logradas
en 1 año y el capital invertido, la verdadera piedra de toque de la crisis, su causa esencial en el capitalismo histórico.
La crisis, además, no afectó sólo a los países avanzados. En realidad, el impacto más fuerte y duradero de la misma
recayó sobre el 2do y el 3er Mundo, que toparon con dificultades económicas y presupuestarias irresolubles, a
consecuencia del ascenso brutal de los precios del petróleo y de la contracción de la demanda en los países avanzados.
B La crisis en el Sur Global (2do y 3er Mundo).
Doble crisis del petróleo(73-79) Y la estanflación en el Norte, generaron el ulterior aumento en el coste de las
importaciones del Sur y la caída en el valor de sus exportaciones (déficit en la balanza de pagos).
Crisis de la deuda La solución (de corto plazo) pasó por los préstamos de los grandes bancos de los países centrales,
cuyas arcas llenas de “petrodólares”, apoyados por sus gobiernos, a los gobiernos del Sur en situación desesperada (Como
salvavidas frente a la amenaza de desórdenes y/o para favorecer la continuidad de la dinámica desarrollista). (A la vez,
dichos préstamos ayudaron a reducir los problemas económicos de los países centrales (avanzados), aumentando sus
posibilidades de vender sus productos en un mercado mundial en contracción.) Causas de esta crisis:
A) Los modelos de desarrollo: los créditos se conceden, sin embargo, en el momento en que el modelo ISI
(Industrialización por Sustitución de Importaciones) muestra claros signo de crisis y para gastos especulativos, de
prestigio o militares y proyectos sobredimensionados.
B) El contexto global: disminución de la demanda en el N. y descenso de las exportaciones y de los ingresos en divisas
del S. para hacer frente a los vencimientos y políticas contrainflacionarias (aumento de tipos de interés) y ascenso del
valor del dólar para financiar el déficit USA.
El problema de las “deudas” (muy reales) es que hay que devolverlas. El “golpe de 1979” de la Reserva Federal USA (la
subida repentina de los tipos de interés, con el objetivo de controlar la inflación a cualquier coste, que, a su vez, provocó
la revaluación del dólar), supuso que, en unos años, el servicio de la deuda llegó a representar un porcentaje enorme (entre
un 30 y un 40%) de los presupuestos anuales de los países deudores, lastrando sus posibilidades de desarrollo (aún hoy), y
autorizando la intervención del FMI y sus “políticas de ajuste estructural” (PAE).
Consecuencias de la crisis de la deuda: La carga de la deuda se vuelve insoportable, representando una porción
creciente de las exportaciones de bienes y servicios (la tasa de servicio de la deuda), hasta la eventual suspensión de pagos
(default). Intervención del FMI y del BM, que actúan con un doble propósito:
A) presión a los bancos y a los países para concesión de nuevos créditos y reestructuración de la deuda (vencimientos
más largos y renegociación de tipos de interés).
B) Imposición de políticas de “ajuste estructural”.
Las políticas de ajuste estructural y sus efectos teóricos
1. Reducción del gasto estatal 4. Elevación de tipos de interés
2. Reducción de subvenciones y del control de precios 5. Liberalización económica y apertura financiera
3. Reducción de salarios 6. Privatización de empresas estatales/nacionales
7. Devaluación moneda, con el fin de (a corto plazo) reducir la inflación, frenar la fuga de capitales, favorecer las
exportaciones, frenar las importaciones y aumentar la competencia, para obtener (a medio y largo plazo) una mejor
balanza comercial, reasignar recursos e incrementar la eficacia económica.
Los efectos reales de las políticas de ajuste estructural Pérdida radical de “soberanía” y sujeción a políticas dictadas
por los intereses del N. y de la potencia hegemónica (RDWS: “el dólar es nuestra moneda pero es vuestro problema”).
El Sur financia al Norte, pese a la recesión que dichas medidas causan, resolviendo de paso el problema de la crisis
bancaria, colocando las escasas empresas rentables en manos extranjeras, y reforzando la pauperización y la degradación
de infraestructuras públicas (lo importante es que los acreedores cobren). La deuda, su renegociación y/o su eventual
condonación (parcial) se convierte en un instrumento más de la política exterior de los países avanzados.
II. UNA CRISIS GLOBAL.
A La crisis de los Tres Mundos.
Es decir, la crisis:
A) No sólo puso en crisis la “economía social de mercado”, el compromiso histórico entre capital y trabajo en los países
centrales (en detrimento de las finanzas), sino también
B) el modelo soviético de “planificación centralizada” (un “capitalismo sin capitalistas” ni “mercado”), y
C) los movimientos nacionalistas/ populistas/ modernizadores en sus distintas variantes (MLNs de inspiración soviética en
Asia y África, elites modernizadoras autoritarias, nacionalismos populistas).
B La crisis del “capitalismo organizado o controlado”.
Esta es global, con pocas excepciones (Japón hasta el 90; los NPIs hasta el 97/98), y puede describirse como una crisis del
“capitalismo organizado” (Lash y Urry) o “controlado” (Luttwak), que puede también caracterizase como un modelo:
• Social: fundado en compromisos sociales históricos, que se propusieron integrar (y en parte lo lograron) a los
estratos populares (en el Centro, el Este y el Sur), sobre la base de la sujeción de la dinámica del capitalismo a lógicas
societarias distintas a la pura regulación por el mercado (lógicas de protección social, desmercantilización de esferas de
la vida, impuestos progresivos, colectivizaciones, reformas agrarias).
• Nacional: ya que dichos compromisos se definían en el marco de los Estados-nación, y construidas por políticas
sistemáticas de los poderes público nacionales (restrictivas de la lógica del “capitalismo sin reglas”)
a Economía de mercado/ Sociedad de Mercado
Es decir, como escribió Polanyi (La Gran Transformación): “Un tipo de desarrollo entre las naciones en el que el sistema
económico deje de dictar las leyes a la sociedad en todos los ámbitos de la existencia humana” (trabajo, sistema natural,
política, cultura). Es decir, una, en fin “economía de mercado” (no de oligopolios privados opacos y sin
responsabilidades públicas), pero no una “sociedad de mercado”.

III. DINÁMICA DE LA CRISIS. LOS CICLOS DE ENDEUDAMIENTO.


A Cronología de la crisis
¿Cuál ha sido la dinámica de la crisis en las últimas décadas, y qué soluciones se emprendieron para superarla, y cuáles
han sido las consecuencias de dichas soluciones? De entrada, podemos distinguir en este largo periodo de tonalidad
básicamente recesiva varios periodos de auge y recuperación y de recesión.
1. 1968-73: Fin del auge y primeros síntomas de la crisis.
2. 1973-75: Estanflación y primera recesión (crisis energética).
3. 1975-79: 1ra recuperación con endeudamiento y desempleo.
4. 1979-83/85: 2da recesión con políticas de ajuste en el Centro y crisis de la deuda en la Periferia.
5. 1983/85-90: 2da recuperación basada en el endeudamiento (del Centro) y en el auge de la economía financiera.
6. 1990-93/95: 3ra recesión, con la inclusión de Japón y crisis del sistema monetario europeo (92).
7. 1993/95-2000: 3ra recuperación en el Centro, pero “efecto Tequila” (México 1994), y “gripe asiática” (97/98),
con repercusiones en América Latina y Rusia.
8. 2000-03: Cuarta recesión y crisis del mercado de valores (tecnológicos, las .com).
9. 2003-07: Cuarta recuperación con crecimiento débil en la UE y Japón y algo mas elevado en USA (con todo, el
periodo 2001-07 es, probablemente, el de crecimiento más endeble desde la posguerra), pero basado en
“burbujas” inmobiliarias y crediticias.
10. 2007 (agosto)/ 2008 (sept): Quinta recesión con crisis financiera (crisis NINJA), productiva (economía real),
energética, alimentaria y ecológica (la “tormenta perfecta”).
B 2. Las bases del crecimiento de las últimas décadas.
a) La “increíble moderación” (Greenspan) de los salarios reales, cuando no su deterioro, incluso en condiciones de bajo
desempleo, y pese a la prolongación e intensificación de la jornada laboral.
b) Los bajos precios del petróleo (alrededor de 11 $ en 1985 y 1993; alrededor de 10 $ entre 1997 y 99), las materias
primas y los productos alimentarios.
c) El fuerte endeudamiento de Gobiernos,empresas y particulares, con objeto de elevar la demanda y sostener la actividad.
d) El enorme déficit exterior de USA., que ha facilitado la expansión de las economías asiáticas y, en menor medida
europeas, actuando como “Estado keynesiano global”, como el gran mercado de la economía mundial (entre 2/3 partes y
el 70% del crecimiento del PIB desde el 95 han dependen del consumo y sólo 1/3 de la inversión en tecnología).
e) En la relajación de la política monetaria (descenso de los tipos de interés), tras el crash bursátil de 87 y las sucesivas
recesiones (90/93-95; 2000-03; 07), que han ayudado a prolongar artificialmente el auge y a favorecer el endeudamiento.
f) En la financiarización y la “inflación de precios de activos” (bursátiles, inmobiliarios, crediticios), que incentivaban el
incremento del préstamo y el acceso a enormes aumentos de valor (el “efecto riqueza” sobre el papel), como forma de
(temerario) estímulo económico, supuestamente capaz de incrementar infinitamente la inversión y el consumo. (El déficit
privado vino a relevar parcialmente al público como el keynesianismo de precios de activos sustituyó al tradicional).
C 3. Los ciclos de endeudamiento.
Es decir, desde la crisis de la deuda externa de los 70, la expansión económica de los últimos 30 años, a falta de una
mejora de los salarios reales, se ha sostenido en base a sucesivas burbujas y ciclos de endeudamiento masivo de empresas,
hogares y gobiernos. (el boom crediticio al Tercer Mundo en los setenta y primeros 80; las compras apalancadas y las
burbujas de bienes raíces comerciales de los 80; la del mercado de valores (las punto.com) de la segunda mitad de los 90
y el “capitalismo de amiguetes” de Enron, World Com, etc.; las burbujas inmobiliarias del cambio de milenio).
Es decir, un ciclo de sucesivas expansiones financieras, favorecidas por:
1. La desregulación (de la actividad económica y de los movimientos de capitales),
2. La intensificación de la competencia en el sector financiero,
3. La asunción, en consecuencia, de cada vez mayores riesgos, y
4. Los incentivos de los gestores para asumirlos en la medida en que sus remuneraciones dependían de beneficios a
corto plazo (expansión del crédito a grupos insolventes: NINJAS).
IV. LA CRISIS DEL SIGLO XXI. LA FIESTA HA TERMINADO.
Si hay, entonces, alguna novedad en el último ciclo de esta “economía de la usura” (2007-…), a diferencia de las
sucesivas crisis recurrentes anteriores que afectaron, sobre todo a países del Sur Global (América Latina 70/80, el 2do
Mundo 90, el archipiélago capitalista asiático 97/98 + A. Latina y Rusia en los inicios del s. 21), es que esta vez la crisis
de endeudamiento ha tenido lugar y sentirse sus terribles efectos en el Centro mismo del sistema, en el Norte Global.
Es notorio, en fin, que el neoliberalismo y la globalización han resultados ser un enorme éxito político y
cultural/ideológico, entronizándose como “sentido común” espontáneo («individualismo posesivo», privatismo, ruptura de
las solidaridades, destrucción metódica de lo/s colectivo/s, descrédito de lo público). En lo tocante, sin embargo, a la
revitalización de la acumulación de capital sus éxitos han sido mediocres, de modo que la actual crisis mostró inicialmente
una virulencia superior a la de los años 30 del pasado siglo. De hecho, si el largo declive no se ha convertido en una
franca depresión (aunque sí ha implicado un ajuste adicional al ajuste permanente), ha sido por la renovada capacidad de
los Estados para gestionar las crisis sucesivas (pese a su denostamiento: el Estado-problema, a ahogar en una bañera). No
obstante, es la interacción entre una crisis de la economía real (productiva) y financiera, retroalimentándose mutuamente,
lo que hace difícil su manejo y alimenta su potencial destructivo, la posibilidad de un estancamiento duradero.

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