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Erika Ortiz Suarez 539908

Reseña SOBREVIVIR PARA CONTARLO

Es imposible saber las vivencias de una persona que ha sufrido en carne propia un hecho tan trágico
como lo fue el genocidio de Ruanda, en donde por cosas tan simples y vanas como los grupos étnicos
acabó desatando una de las tragedias más grandes y sangrientas a través de la historia de la
humanidad, Las masacres eran diarias. Los escuadrones de la muerte no respetaban ni las iglesias.
Entraban por doquier, drogados y borrachos matando a todos los que encontraban, sin piedad. Vemos
esto reflejado en la historia de una de las sobrevivientes de estos hechos tan lamentables y la cual
escribió sobre sus experiencias en dicha masacre ella es Immaculée Ilibagiza era tan solo una
adolescente; y fue testigo de esto al volver a su hogar en unas vacaciones de semana santa.

Ruanda estaba dividida por tres grupos étnicos, los hutus, que suponían la gran mayoría de la
población, tutsis y twa. Antes de la era colonial, los tutsis ocupaban el más alto estrato en el sistema
social y los hutus el más bajo, pero eso llegó a invertirse Tras la I Guerra Mundial, Ruanda pasó a
pertenecer a Bélgica y, con la descolonización de los años 50, las tensiones aumentaron y comenzaron
los conflictos étnicos entre hutus y tutsis.

Luego de esto, cientos de tutsis fueron asesinados. Cuando Ruanda consiguió la independencia, miles
de tutsis pidieron refugio en los países vecinos. Desde allí, los tutsis comenzaron a organizarse y
prepararon un ataque contra los hutus y el gobierno, asesinando a numerosos civiles y creando nuevas
oleadas de refugiados. Fue aquí donde comenzó todo el padecimiento de Immaculée Ilibagiza en donde
de regreso a su hogar tuvo que presenciar los actos más atroces y ser una de las pocas personas que
lograra contar la historia, sus padres la empujaron a ella y su hermano más pequeño a buscar refugio en
casa del pastor protestante de etnia hutu que le ofreció a ella y a las mujeres que la acompañaban un
minúsculo cuarto de baño que se convirtió en su bunker mientras duró la masacre.

De los 100 días aproximados que duro la masacre Immaculée duro escondida en este diminuto lugar 91
días consecutivos, sin hacer ningún ruido, sin hablar entre ellas; sin poder cambiarse de ropa y sin
poder dormir acostadas. Compartían un solo plato de frijoles al día. De vez en cuando había redadas y
registros en la casa del pastor. Eran horas interminables donde el miedo se mezclaba con los feroces

cantos de las bandas armadas en los alrededores.- Había muchas voces, muchos asesinos. Podía
verlos en mi mente, aquellos que solían ser mis amigos y vecinos, que siempre me saludaban con amor
y amabilidad, ahora recorrían la casa con lanzas y machetes llamándome por mi nombre. –He matado
399 cucarachas –dijo uno de los asesinos–. Immaculée sería la número 400. Es un buen número para
matar.-Recuerda Immaculée con dolor y tristeza.
Immaculée Ilibagiza quiere mostrar y dar a conocer al mundo no solo la parte política y las clases
sociales que se presentaban en ese momento en su país, quiere mostrarte una vivencia llena de fe,
desgracia, dolores y sangre involucrando a miembros que convivían con ella a diario, muestra en este
escrito como mataron a sus padres de una manera cruda y despiadada, como violaban mujeres que
estaban a su alrededor y que crecieron con ella, como mataban niños y niñas solamente por tener una
condición social, te muestra como en ciertas ocasiones dejas de creer en la divinidad y conviertes todos
esos pensamientos en rabia y rencor hacia las personas que te han lastimado, pero también como logra
aferrarse a esas creencias religiosas y a la fe para combatir todas esas situaciones y lograr perdonar,
todo con la ayuda y la voluntad divina de Dios , ella replicaba una y mil veces Dios si de verdad existes
no permitas que encuentren la puerta de este baño, no permitas que muera acá, y luego de dos horas
en los que tuvo prácticamente cara a cara a sus asesinos buscándola y no la encontraron marchándose
del lugar, fue que ella comprendió y volvió a creer en esa divinidad en medio de todo el caos por el que
estaba pasando ella y su pueblo, en ese momento tuvo una revelación en donde ella concluía que
comportándose de la manera en que se estaba comportando las demás personas no iba a lograr nada,
ni a mejorar su situación ni la de su pueblo, solamente había una cosa clara en ese momento y era que
había comprendido que todos merecen una oportunidad sin importar cuan grave hayan sido sus actos,
ese pensamiento le permitió a Immaculée Ilibagiza dejar ir esa ira que tenía tan aferrada a su ser a
causa de tanto dolor y cuando le pidió a Dios que abriera su corazón solamente para ayudarla, fue
entonces cuando comprendió que esas personas estaban atravesando por un estado mental en el que
ella no podía estar y solo quería entender que estaba sucediendo en los corazones de todos aquellos
que mataban por sed de venganza, y con ese pensamiento divino fue que encontró el perdón en su
corazón, porque a pesar de que en ciertos momentos ella deseo matarlos de la misma forma en la que
mataron a su familia se dio cuenta que eso era mentira , que ella en realidad no deseaba eso, que ella
no tenía necesidad de odiarlos para encontrar justicia.

Immaculée Ilibagiza encontró su mayor fuente de felicidad sentada en silencio viviendo un infierno
aproximadamente por tres meses, y cuando logro salir de ese baño y a pesar de descubrir que no tenía
nada que ni su mama, ni su papa ni sus hermanos estaban con vida, que todos sus bienes materiales
estaban destruidos, aprendió que para cualquier dolor hay un gran propósito y que esas lecciones de
vida podrían ayudarla para enfrentar el dolor que estaba viviendo. Escogió darles una oportunidad para
seguir creyendo, para creer en todos aquellos que cometieron tantas barbaries en ese país, porque ella
pensaba que a pesar de todo, la gente es buena en su corazón, y que la paz sería posible si en algún
momento todos lograran ver eso tan simple. Ese querer ver en los demás, incluso en aquellos que
hacen daño, una “capacidad de bien” “Ruanda – dice ella – ha acabado en un genocidio porque la gente
ha olvidado el amor reciproco: yo trato de recordarlo a todos y esto es lo que más feliz me hace. Espero
que mi historia ayude a la gente a entender y vivir este mensaje”.

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