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Una de las funciones más complicadas, sobre todo en determinadas ocasiones, con las
que se encuentra un anfitrión, es la de colocar (distribuir) a sus invitados. La disposición
de los sitios en la mesa está regida por unas normas (estas son más sencillas que en el
Protocolo ceremonial, donde las precedencias en el orden correcto, nos complica un
poco esta labor). Toda “colocación” viene regida por el rango o categoría de los invitados.
Aunque, como en todo, hay excepciones, la edad puede ser una de ellas en
determinadas ocasiones.
Previo a comenzar con el desglose de este punto, cabe fijarnos en la definición que
encontramos en el diccionario de la Real Academia Española, de la
palabra Anfitrión: “anfitrión, anfitriona. (De Anfitrión, rey de Tebas, espléndido en sus
banquetes). 1. m. y f. Persona o entidad que recibe en su país o en su sede habitual a
invitados o visitantes. Ganó el equipo anfitrión. 2. m. y f. coloquial. Persona que tiene
invitados a su mesa o a su casa.”
Nos parece adecuado hacer esta precisión, ya que en la actualidad, el recibir en casa
está cayendo en desuso. Hemos dejado ese espacio para nuestra intimidad y la de los
nuestros y sólo tienen acceso a ella los amigos tan cercanos con quienes pensamos que
no hay lugar para los formalismos protocolarios.
Por otra parte, si además, nuestro evento es multitudinario y exige el uso de varias
mesas, dejar que cada uno tome asiento donde quiera, supondría desorden y tiempo
hasta que estuviesen cada uno en una silla. Además, si establecemos los lugares
previamente, podremos dar a cada uno de nuestros invitados el lugar que le corresponde
en nuestra celebración, sin que ninguno de ellos se sienta desplazado.
Antes de comenzar, debemos discernir entre dos conceptos:
Evento protocolizado: es aquel en que ya está establecido el lugar que va a ocupar
cada uno de nuestros comensales. Se indicará el protocolo mediante mesero,
tarjetas nominativas, etc.
Evento semi - protocolizado: es aquel en que les indicamos a nuestros invitados
la mesa que deben ocupar, pero no el asiento, eso lo dejamos a su elección.
Consejos que ayudarán a colocar correctamente los invitados en la mesa:
El invitado de más categoría o edad se sienta a la derecha de la anfitriona y la
señora invitada de más categoría o edad se sienta a la derecha del anfitrión. La
derecha de los anfitriones, es el sitio de mayor importancia en la mesa.
En determinadas ocasiones, debido a la importancia del invitado, podemos ceder
la presidencia; en este caso, nos situaremos a la izquierda del mismo (y no a la
derecha como se podría pensar en un primer momento).
o Una vez colocados los anfitriones, por cualquiera de los métodos elegidos,
y sus respectivas derechas, se irán colocando el resto de invitados a
derecha e izquierda de los anfitriones, respectivamente, intercalando
mujeres y hombres, hasta terminar con la lista de invitado
Siempre, al confeccionar una lista de invitados, se trata de invitar al mismo
número de hombres que de mujeres y se procura que los invitados sean
pares, pero esto no siempre es así. Si se da el caso, y nos quedan personas
a las que no podemos intercalar, es mejor dejar a dos hombres juntos que
a dos mujeres juntas. A igualdad de rango o categoría, se suele ceder la
presidencia de honor al invitado extranjero.
También nos ocurre lo mismo con invitados mayores, que se cede la
presidencia al de mayor edad, entre los de igual rango. La mejor manera
de colocar a los invitados, sobre todo si la cena es con muchos invitados,
es la colocación de tarjetas con el nombre.
De esta manera indicamos de forma clara y precisa el lugar que le
corresponde a cada invitado. Una de las mayores dudas, a la hora de
distribuir a los invitados, es la utilización de mesas de forma oval o
redondas. Las presidencias están muchos menos claras, por eso las
tarjetas nos ayudan, para que la elección de los sitios no se convierta en
un problema cuando llegan los invitados al comedor.
A la hora de pasar al comedor, entra primero la señora de más categoría
del brazo del anfitrión (se le ofrece el brazo izquierdo, salvo personas con
uniforme, que ofrecen su brazo derecho). Le siguen los invitados por orden
de importancia y entra, en último lugar, la anfitriona seguida del invitado de
mayor importancia. Aunque este método es el oficial en comidas menos
formales, es habitual que los invitados pasen al comedor sin seguir estas
normas, que son muy protocolarias.
En caso de ser caballeros, una vez que están todos los invitados en el
comedor, debemos esperar a que las señoras de nuestro lado derecho se
sienten, para sentarnos nosotros. Y si no hay camareros que lo hagan,
ayudaremos a mover la silla a las señoras de nuestro lado.
El servicio de mesas, se hace por orden de importancia, aunque es habitual
empezar por las señoras y terminar por los caballeros, la anfitriona es la
última de las señoras en recibir el servicio. Se empieza a comer cuando
todo el mundo está servido (en grandes banquetes, cuando al menos todos
los comensales de nuestra mesa están servidos).
El mesero o fichero
Es un plano de mesa en piel, donde se ponen unas tarjetas rectangulares de
cartulina con los nombres y/o cargos de los comensales, en el mismo orden y
posición que tendrán en la mesa propiamente dicha. De este modo, los
comensales pueden ver previamente cual es su sitio en la mesa
Esta tarjeta, con o sin escudo o anagrama, según sea el caso, ha de mostrar con
claridad el tratamiento, cargo y nombre del invitado. Situada delante y ligeramente
a la derecha del plato, le indicará finalmente su sitio en la mesa. Por obvias
razones, no es costumbre poner esta tarjeta en el lugar de los anfitriones o de las
personalidades que presiden la comida.
En el Orden Lateral, cuando las personas están paradas o caminan en una misma
línea, si son dos (u otro número par), deben considerar como sitio de preferencia
la derecha, teniendo en cuenta el sentido de la marcha; de modo que las personas
de menor categoría se ubicarán por precedencia a la izquierda del más
importante. Con este mismo criterio el anfitrión cede la derecha a su invitado ya
sea que se desplacen, estén de pie o sentados.
También hay situaciones en las que el anfitrión comparte el centro con su invitado.
Un ejemplo habitual se observa cuando un Jefe de Estado recibe a otro; el anfitrión
se ubica a la izquierda del punto central y el invitado a la derecha. En una mesa,
en tribunas, palcos o estrados que se usan en los eventos, las autoridades y los
invitados especiales toman posición en la primera línea pero el centro queda
reservado para el que preside la ceremonia, de modo que esa primera línea estará
integrada por un número impar de autoridades, o un número par si se comparte el
centro.
2. El Orden Lineal, si las personas se desplazan una detrás de la otra, la de mayor
jerarquía irá adelante seguida de las demás de acuerdo con el orden que les
corresponda por precedencia. Si hay necesidad de que un guía indique el camino,
este iniciará la marcha, ubicado ligeramente sobre la izquierda del invitado más
importante; de esta forma no le dará la espalda, ni podrá interpretarse que se
desplaza en el lugar de honor.
En el orden lineal también hay una excepción: si se trata de procesiones religiosas de
iglesias cristianas, el Protocolo eclesiástico indica que el lugar de honor es el último del
orden lineal. Por eso la más alta jerarquía cierra la procesión.
Aplicamos estos desplazamientos en diversos lugares:
En los desplazamientos por la calle, el lugar de preferencia es la derecha, en el
sentido de la marcha; pero, cuando se desplazan por la acera, el lado de la pared
se reserva para el que tiene mayor jerarquía; es una tradición de cuando el peatón
compartía la calle con los carruajes y el lado de la pared era más seguro. Del
mismo modo, se ofrece este sitio cuando se cruzan dos personas que caminan en
distinto sentido y se tiene en cuenta tanto la jerarquía como el género y la edad,
ya que las damas y las personas mayores reciben un tratamiento especial. Si no
hay ninguna diferencia, ceder la pared es una cortesía.
En las escaleras, el lugar de preferencia es la derecha de acuerdo con el sentido
de la marcha. Si un caballero acompaña a una dama, ella sube primero y él lo
hace un escalón más abajo; al bajar se invierte el orden, y el caballero puede
adelantarse un escalón para protegerla de cualquier accidente; si la escalera tiene
forma de “caracol”, debe cederse siempre la parte más ancha de los escalones
por ser menos riesgosa e incómoda.
En los ascensores, las personas de más jerarquía ingresan y salen de la cabina
en primer término; pero si por razones de espacio no es posible cederles el paso,
será necesario que los de inferior categoría salgan del ascensor y esperen en un
costado para que pasen los primeros. También se consideran con ese privilegio
las damas, las personas de más edad y los niños.
En las embarcaciones, generalmente, los reglamentos de Ceremonial Naval
especifican que en una nave menor (una lancha, por ejemplo), la persona de
mayor jerarquía embarcará de última, precedida por los de menor jerarquía. Pero
al desembarcar, lo hará en primer término. En cambio, en una embarcación
grande, subirá y descenderá en primer término. Es la situación habitual cuando
una alta autoridad naval utiliza una lancha para llegar hasta un barco de mayor
calado, anclado lejos del muelle; en estas situaciones es recomendable que algún
subordinado suba antes a la lancha para ayudarlo a embarcar.
En los aviones, el lugar de preferencia es el asiento de la primera fila junto a la
ventanilla derecha, en el sentido de la marcha. Le sigue el asiento situado a la
izquierda y así hasta la ventanilla izquierda. Luego, el orden continúa con el mismo
criterio, en las filas siguientes.
Los aviones presidenciales no suelen tener esta disposición porque generalmente
están especialmente acondicionados con áreas de trabajo y de descanso, de modo que
habrá que analizar cada situación. En cualquier caso, la autoridad de mayor rango sube
de última, cuando el resto de la comitiva ya está ubicada y desciende primero. En los
aviones que usan los ejecutivos, con capacidad para pocas personas, la más alta
jerarquía sube y desciende primero. Pero si viaja con un invitado especial, se le cede el
lugar tanto al subir como al bajar de la nave.
En los automóviles, el lugar de honor es la derecha del asiento posterior y la
izquierda le corresponde al dueño del auto, al funcionario que represente a la
autoridad de menor rango o a quien actúe como anfitrión. El invitado o la persona
de más jerarquía es quien ingresa primero al vehículo, pero desciende en último
término. De esta forma, tanto al subir como al bajar nadie pasa delante de él y
tampoco debe esperar en la acera a que bajen los otros ocupantes.
Es conveniente que viajen solo dos personas por auto, pero si se necesita ubicar una
tercera, le corresponde el medio; si hubiera una cuarta persona, irá adelante con el
chofer, pero siempre que su jerarquía sea sensiblemente inferior, de lo contrario es
necesario disponer de otro automóvil.
Si un caballero invita a un matrimonio, y un chofer conduce el auto, el invitado
ocupa la derecha del asiento posterior, su esposa el medio y el anfitrión el espacio
de la izquierda. Pero si está presente su esposa -como anfitriona- debe sentarse
sobre la ventanilla izquierda en tanto que su marido se ubica al lado del chofer.
En situaciones con menos rigor protocolar, cuando maneja el anfitrión, el invitado
puede sentarse junto a él y las señoras en el asiento posterior. Esta modalidad es
la que más se ajusta a las reglas de cortesía que recomiendan la parte posterior
por razones de seguridad.
La caravana de automóviles se organiza cuando es necesario desplazar un grupo
de autoridades a un evento. En estos casos, siempre interviene el personal
encargado de la seguridad para llevar un control de cada automóvil; se registra el
número de patente, el nombre y la jerarquía de los ocupantes, el nombre del chofer
-que deberá llevar una tarjeta de identificación- y se elige el itinerario más
conveniente, dato que se mantiene en secreto por seguridad. Media hora antes
de la partida, la caravana debe estar armada según la precedencia, en orden
decreciente, de modo que el automóvil que transportará a la máxima autoridad y
al que le sigue en jerarquía encabece la comitiva.
En algunos casos se reemplaza la caravana por un solo vehículo y las autoridades
invitadas se trasladan en ómnibus especiales con la capacidad necesaria según
el número de funcionarios. Esta modalidad se ha adoptado, con todas las medidas
de seguridad necesarias, por ser un sistema de desplazamiento más práctico y
más económico.
Los discursos y los himnos
En algunos eventos -oficiales o privados- se incluyen discursos relacionados con
el motivo que dio lugar a la reunión.
El maestro de ceremonias debe contar con un guión que incluya las palabras de
apertura y de cierre; luego de exponer los motivos del evento y de mencionar a
los que presiden el acto, debe anunciar a cada uno de los oradores, de acuerdo
con el orden de precedencias, primero hablan los de menor jerarquía y cierra los
discursos la persona de mayor rango.
En ocasiones, cuando el motivo del evento involucra los intereses de otros
Estados, y al acto concurren altos funcionarios de ese país, es habitual iniciarlo
con los himnos nacionales. En estos casos, en primer término, se oirá el himno
local y luego el himno extranjero. Sin embargo, este criterio puede variar según el
país y la ocasión; en España, por ejemplo, en la bienvenida que se le ofrece a un
Primer mandatario uno de los honores consiste en oír primero el himno del
invitado, lo que no ocurre en Honduras. En el siguiente video pueden
escuchar el “Himno Nacional de Honduras”, interpretado por el Cantante
nacional, Moisés Canelo; contiene además algunas imágenes que nos son muy
conocidas. Para ver el video haz clic en el nombre del mismo.
Reglas de oro de la precedencia
La regla de oro es ceñirse a un uso determinado que solo varia de acuerdo a la
costumbre de cada país, es decir, estamos hablando de un uso de aplicación
general. Para aclarara mejor el uso de la precedencia y aplicarla con eficacia
señalaremos las reglas para su uso:
Regla primera
Aplicar la precedencia con flexibilidad, nunca con rigidez, porque la precedencia
es una guía. No olvidemos que el establecimiento de la precedencia, necesaria
para la ordenación de los participantes en cualquier actividad (y sobre todo en las
comidas), es un medio para obtener la eficacia de esa actividad. No es un fin en
sí misma. Hay quien la interpreta con tal rigidez, que hace pasar a un Director
General de la Administración Central del Estado (con precedencia establecida)
por delante de un gran financiero o industrial, de un excepcional investigador, de
un famoso escritor, o de un periodista o artista (que no la tienen), aunque éstos
sean realmente más importantes que el citado Director General. Pues bien, esto
es un error.
Regla segunda
Las personas a quienes les pueda corresponder más de una precedencia, por
poseer, al mismo tiempo, varios rangos o dignidades (cada uno de los cuales con
su precedencia propia), han de ser ordenadas aplicando la precedencia que les
corresponda según el objeto de la actividad, aunque queden situadas por debajo
del lugar que ocuparían si se les aplicase otra, superior, de la precedencia que
gozan.
Ejemplo en una comida: el señor X es un embajador de Honduras en situación de
disponibilidad; es asimismo ex Presidente de la República; es un diputado de un
partido político.
En una comida parlamentaria ocupará el puesto que le corresponda como
diputado, que puede ser uno de los últimos por pertenecer a un partido minoritario.
En una comida de la Presidencia de la República, con la presencia de ex
Presidentes, ocupará el puesto que le corresponda como ex Presidente de la
República.
En una comida diplomática, el puesto que ocupe será el que le corresponda como
Embajador de Honduras.
Regla tercera
Cuando tengan dudas sobre la ordenación o precedencia de hondureños en
nuestro país, sugerimos que consulten a la Dirección General de Ceremonial
Diplomático de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Asimismo, en Honduras, cuando las dudas afecten a personas o personalidades
extranjeras, sugerimos consulten la secretaría de la correspondiente Embajada
en Tegucigalpa.
Por último, si se encuentra en el extranjero, acudan a la Dirección de Protocolo
del Ministerio de Relaciones Exteriores del país donde se encuentren, si se trata
de un ciudadano de ese país. Si se trata de un hondureño o de un ciudadano de
un tercer país, ídem, de la correspondiente Embajada.
Regla cuarta (Aplicable sólo a las comidas)
Por un uso universal, resultado del carácter personalísimo de la “domus” o casa,
el anfitrión es libre de aplicar la precedencia que juzgue oportuna. Eso sí, ha de
ser coherente y razonable en su aplicación.
Por ejemplo, si un ciudadano francés ofrece una comida en Honduras, puede, por
supuesto, aplicar la precedencia francesa o la hondureña. Lo que no tendría
sentido sería que aplicase la británica, a menos que hubiera en la comida una
razón de peso que justificase su elección.
Las reglas de oro de la comida
Según Don José Antonio de Urbina en su libro El Protocolo en los
Negocios, editado por la Editorial Tiempos de Hoy, desarrolla con gran amplitud
este tema; en base al mismo, nosotros estudiaremos las reglas de oro de la
comida.
La comida está gobernada por normas, usos o reglas históricas, pues fueron
apareciendo de forma paulatina en la sociedad humana. Son un efecto de la
cultura y el criterio rector ha sido siempre el mismo: el sentido común y la eficacia
Regla 1ª , de la eficacia de la comida
La comida, en sí misma, ha de ser bella en su presentación, inteligente y variada;
y en su esencia, apetitosa, digestible, armoniosa y sobre todo, eficaz. Su base y
entorno materiales, es decir, la mesa, vajilla, cristalería, cubertería y adornos han
de ser, por lo tanto, hermosos, armoniosos y eficaces.
Sub regla de la dinámica de la comida
Toda acción humana es movimiento: (acción = prólogo => acción
propia => epílogo). La comida también lo es porque tiene: Prólogo: la entrada que
azuza el apetito. Acción: la propia comida. Epílogo: los postres, que cierran la
comida con el objetivo de ayudar a su digestión.
En el siglo XVIII esto se complica. La comida siguió con sus tres etapas, pero
aparecieron el aperitivo, al principio y el café, más los licores, al final; el aperitivo:
animador de los jugos gástricos; el café y los licores: digestión de la comida y
animadores de la conversación.
Sub regla de la función de la comida
La comida ha de ser diseñada en función de su objetivo. Por ejemplo, comida de
trabajo: sencilla, muy digestible y breve; comida de gala: rica, variada, menos
digestible y larga.
Es necesario tener especial cuidado con las comidas en honor de …, en las que pueda
suceder lo siguiente:
Mantelería
Es fundamental el buen estado y pulcritud de estas piezas porque son el vestido de la
mesa. La mantelería se divide en tres piezas:
Montaje de Mesa
Finalmente, llegamos al último tema de este parcial, donde aprenderán a ordenar
correctamente una mesa y a utilizar los instrumentos que en ella encontraremos.
Cada vez es más frecuente el querer conocer cuál es la manera correcta de
montar una mesa para nuestras fiestas y eventos e incluso cuál es el orden y la
disposición de los elementos en la mesa, para utilizarlos correctamente cuando
nos invitan a almuerzos o cenas formales.
El montaje de la mesa siempre se realizará antes de recibir a los invitados, para
que al llegar, nuestra única preocupación como anfitrión sea atender a nuestros
comensales. Para realizar este montaje, debemos tomar en cuenta los siguientes
factores:
Mantelería
Es fundamental el buen estado y pulcritud de estas piezas porque son el vestido
de la mesa. La mantelería se divide en tres piezas:
Muletón o bajo-mantel: es una pieza de tela gruesa, suave y afelpada.
Normalmente de algodón o lana. Es utilizada para proteger la mesa ante el
derrame de algún líquido. Da un aspecto mullido a la mesa. Una técnica recurrida
en el ámbito doméstico, cuando no se dispone de él, es utilizar una toalla para
que realice esta función. Esta pieza ha de ajustarse bien a la mesa para que no
se mueva, al ser una tela gruesa cualquier pliegue supondría que las copas por
ejemplo pierdan el equilibrio al ponerse encima.
Mantel: es una pieza de tela normalmente lino, algodón o cualquier otro tejido
suave que cubre la mesa en la que comemos. Lo más correcto es que sea de
color blanco o tonalidades claras y que llegue casi hasta el suelo. Al contrario de
lo que estamos acostumbrados a ver o pensar, no es la pieza sobre la que
comemos, ya que sobre el mantel, colocaríamos el cubre-mantel.
En el siguiente video podrán apreciar con más detalle el uso del mantel en la
mesa,
cubre- mantel: Es una pieza de tela de tejido fino, que se coloca sobre el mantel
para protegerlo de las manchas que puedan hacerse durante el servicio de los
platos. Es de tamaño inferior al mantel, para que se vean las faldas de éste. Hay
de distintos tipos: individuales, los llamados paso de mesa o que cubren la
totalidad de la mesa. Podemos jugar con la combinación de colores y contrastarlo
con el resto de elementos de la mesa. A continuación veamos el siguiente video
llamado “Mantelería y accesorios”
Servilletas: Solemos encontrarlas o sobre el plato o a la derecha de éste. En caso
de estar sobre el plato y doblada en triángulo la punta ancha irá hacia la derecha
o hacia abajo. También la podemos encontrar en la parte derecha del plato, en la
parte exterior de los cubiertos de este lado, con la punta ancha hacia el plato. Las
servilletas, deben estar lo más higiénicas posibles, ya que su fin es la limpieza.
Esta es la razón por la que no es recomendable hacerles muchos dobleces, ya
que esto se relaciona con estar muy toqueteadas.
La Vajilla
Existen vajillas de distintos diseños y calidades. Utilizaremos aquella que más se
ajuste a nuestros gustos y posibilidades, cuanto más formal sea nuestro evento,
es recomendable utilizar estilos clásicos y de colores claros.
Si los platos tienen anagramas en el borde, colocaremos el plato de manera que
el anagrama coincida en la parte superior del plato, centrado y de manera legible
para el comensal. De igual Los platos que conforman una vajilla son los
siguientes:
La Cristalería
Otra de las “familias” que colocaremos en la mesa, es la de la cristalería, que
está formada por todos los vasos y copas que podamos necesitar.
La Cubertería
Ahora pasemos a todo lo relacionado con la cubertería. El manejo de ésta es
sencillo, en cada servicio individual se rige por dos reglas básicas:
a. Los tenedores se colocan a la izquierda y los cuchillos y cucharas a la derecha.
b. Se comienza tomando el cubierto o los cubiertos situados al exterior, utilizándolos
plato por plato, hacia los situados más al centro.
Tipos de cubiertos
Se dividen en cuatro clases: cuchillos, tenedores, cucharas
Los cuchillos: se colocan en el lado derecho del plato y de afuera hacia adentro
encontraremos:
Cuchillo para entrantes: es de un tamaño ligeramente más pequeño al
resto de cuchillos y de punta roma. Todos los cuchillos se colocan con la
sierra hacia el plato.