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II segundo examen de relaciones :)

¿Por qué invitamos?


Tres son las razones, por las cuáles invitamos:
 Por afecto
 Por interés
 Por agradecimiento
¿A qué invitamos?
Generalmente a comer
¿Cómo comemos, en general?
Dos son las maneras:
 sentados; la comida: desayuno, almuerzo, cena y banquete.
 de pie; las copas: cóctel, recepción, vino de honor, o lo que sea.
Bien sea que comamos sentados o de pie, siempre lo hacemos en
compañía de otras personas.
¿Dónde comemos?
Comemos en la mesa. Tipos de mesas: existe multitud de formas a elegir para las
mesas, así como decenas de combinaciones de las mismas, en función de su
forma, tamaño, situación, etc. Vamos a exponer de forma detallada, cada una de
las formas, el pro y el contra para su utilización, en determinados actos o eventos.
Combinaciones: En comidas particulares o de negocios, probablemente
utilizaremos alguno de los tipos de mesas que anteriormente hemos expuesto.
Pero, si se trata de banquetes, o cualquier otro tipo de comida multitudinaria, es
probable que veamos una combinación de distintos tipos de mesas, conformando
el esquema general de la sala. Las opciones son múltiples en función de la forma
de la sala, el tamaño de la misma, etc. Así como la distribución de los invitados,
que deseamos tener. Para amplios banquetes, comidas de gala y grandes
acontecimientos, podemos recurrir a combinar los tipos de mesa anteriormente
descritos. Las más comunes son una mesa rectangular como presidencia y varias
mesas redondas para el resto de los invitados. Es una de las formas más utilizadas
para comidas de gala y oficiales. También en comidas de gala es muy utilizado un
conjunto de mesas rectangulares. Vamos a ver dos de las combinaciones más
utilizadas, dentro de la gran variedad de posibilidades que podemos desarrollar
combinando mesas:
 Una distribución muy utilizada en la actualidad, es colocar una mesa rectangular
donde va la presidencia o cabecera de la reunión, y varias mesas satélites
redondas como mesas de invitados.
 Otra de las más utilizadas es una mesa presidencial redonda en el centro de la
sala, y varias mesas redondas satélites a la misma colocadas por la sala.
Sistema de colocación de las presidencias

Una de las funciones más complicadas, sobre todo en determinadas ocasiones, con las
que se encuentra un anfitrión, es la de colocar (distribuir) a sus invitados. La disposición
de los sitios en la mesa está regida por unas normas (estas son más sencillas que en el
Protocolo ceremonial, donde las precedencias en el orden correcto, nos complica un
poco esta labor). Toda “colocación” viene regida por el rango o categoría de los invitados.
Aunque, como en todo, hay excepciones, la edad puede ser una de ellas en
determinadas ocasiones.

Previo a comenzar con el desglose de este punto, cabe fijarnos en la definición que
encontramos en el diccionario de la Real Academia Española, de la
palabra Anfitrión: “anfitrión, anfitriona. (De Anfitrión, rey de Tebas, espléndido en sus
banquetes). 1. m. y f. Persona o entidad que recibe en su país o en su sede habitual a
invitados o visitantes. Ganó el equipo anfitrión. 2. m. y f. coloquial. Persona que tiene
invitados a su mesa o a su casa.”

Según su definición puramente lingüística, desprendemos que anfitrión es aquella


persona que recibe en su lugar habitual o tiene invitados en casa.

Nos parece adecuado hacer esta precisión, ya que en la actualidad, el recibir en casa
está cayendo en desuso. Hemos dejado ese espacio para nuestra intimidad y la de los
nuestros y sólo tienen acceso a ella los amigos tan cercanos con quienes pensamos que
no hay lugar para los formalismos protocolarios.

Cada vez es más frecuente recibir a nuestros invitados en una sala de


celebraciones, restaurantes, cafeterías, etc.… En definitiva, aquellos lugares que
por sus dimensiones o características hacen posible poder recibir a un mayor
número de invitados. En este caso, se reducen sustancialmente las acciones
del anfitrión. Hoy en día, invitar a casa es querer indicar a nuestro invitado que le
damos un trato muy especial y cercano. Por tanto, ese trato especial tiene que
verse reflejado en cada detalle. Debemos hacer sentir cómodos a nuestros
invitados, tanto como en su propia casa.
Métodos de Colocación de las Presidencias
Existen dos métodos principales para distribuir los anfitriones o dueños de casa
en una mesa.
1. Método inglés. Muy utilizado en mesas rectangulares:
 Los anfitriones se sientan en cada cabecera de la mesa, uno enfrente del otro.
 El anfitrión (dueño de casa) se coloca viendo hacia la puerta de entrada de los
invitados.
 La anfitriona (dueña de casa) se sienta viendo hacia la puerta de la cocina, para
cumplir a cabalidad su función de regente de la casa, pues ella es quien ordena
cuando se sirve la comida, cuando inicia y cuando termina.
 El invitado de honor se sienta a la derecha de la anfitriona y su mujer a la derecha
del anfitrión.
 El segundo invitado en importancia se sienta a la izquierda de la anfitriona y su
mujer a la izquierda del anfitrión.
 Así sucesivamente se van disponiendo las parejas, en forma de diagonal.
 Los invitados de menor categoría no ven destacada su condición, ya que están al
centro de la mesa, rodeados derecha a izquierda de invitados de mayor categoría.
 La conversación importante se parte en dos (en cada uno de los extremos de la
mesa), al estar ubicados los anfitriones y los invitados más importantes en los
extremos de la misma.
La ventaja de este sistema, es que se logra una conversación más uniforme y
general, al generarse dos focos de conversación en cada uno de los extremos de
la mesa. Los invitados de inferior rango, al estar sentados en el centro, disponen
de cierta facilidad para incorporarse a cualquiera de las conversaciones. Las
categorías se disimulan bastante, ya que al ocupar la zona central los comensales
de segundo orden, su posición secundaria pasa desapercibida.
Como inconveniente, se constata que resulta inevitable partir la conversación en
dos. Incluso el anfitrión puede perder la oportunidad de hablar con su invitado de
honor, si ambos ocupan las cabeceras de la mesa.
2. Método francés:
 Los anfitriones presiden la mesa colocados en la parte central de la misma, uno
enfrente del otro.
 El anfitrión se coloca viendo hacia la puerta de entraba de los invitados y nunca
de espaldas a la ventana.
 La anfitriona se sienta viendo hacia la puerta de la cocina.
 El invitado de honor se sienta a la derecha de la anfitriona y su mujer a la derecha
del anfitrión.
 El segundo invitado en importancia se sienta a la izquierda de la anfitriona y su
mujer a la izquierda del anfitrión.
 Así sucesivamente se van disponiendo las parejas, en forma de diagonal, aunque
el resto de los invitados se van sentando con más libertad.
 Nadie se sienta en los extremos de la mesa.
 Este método es el más utilizado para negociar, incluso en Inglaterra, ya que los
invitados más relevantes están sentados en el centro de la mesa, donde se da la
conversación más importante.
 Los invitados, situados al final de la mesa, ven destacada su condición menos
importante y son una mera comparsa, pues no pueden participar activamente en
la conversación que se produce en el centro de la mesa.
Este sistema por una parte favorece la conversación importante en la zona central de la
mesa, al concentrarse en ella los invitados de rango más elevado, mientras que aquéllos
que les corresponde ocupar los asientos de los extremos ven perjudicados sus
intervenciones y en muchos casos han de conformarse con cumplir una función pasiva,
plagada de gestos fugaces y largos silencios. Por otra parte, esta disposición de las
presidencias resalta las categorías de los comensales, al poner de manifiesto con
demasiada claridad quiénes son los de menor jerarquía.
Existe otro tipo de distribución de invitados, pero es derivado de los anteriores y es
conocido como Sistema Híbrido. Este sistema consiste en lo siguiente:
 La colocación del anfitrión deber ser siempre mirando a la puerta de entrada o
principal. Y enfrente, siempre, la anfitriona.
 Quien preside la mesa nunca debe estar de espaldas a la entrada principal. Si no
hay puerta principal, o su situación no es buena, el anfitrión debe situarse frente
a la ventana principal.
 Las parejas (matrimonios) nunca se sientan juntas, sino en diagonal. (Descanso
matrimonial)
 A ser posible, se va alternando un hombre y una mujer. (Alternancia de sexos,
nunca sexos iguales juntos)
 Los anfitriones pueden ceder sus sitios a los invitados de honor, ocupando ellos
el puesto de la izquierda de la presidencia, para conservar su condición de
anfitriones, al tener a los invitados más importantes a su derecha. Generalmente
cedemos la presidencia al Jefe de Estado o a alguien muy importante para
nosotros. (nuestro jefe)
Ordenación de los invitados
Cuando invitamos a un grupo de personas a formar parte de nuestra celebración,
debemos conocer unas pautas mínimas para establecer el lugar que deben ocupar.
Es común ver (por cercano que sea el trato con los anfitriones) como los comensales
preguntan, antes de ocupar un asiento, cuando el lugar no está indicado. Cuando
invitamos a casa, pensamos dar libertad a nuestros invitados para que ocupen el sitio
que quieran, el cual les hará estar más a gusto. Eso no tiene por qué ser así; imaginen
que un señor queda rodeado de señoras que mantienen conversaciones sobre moda
durante toda la velada, o que la anfitriona ha permitido que se sienten antes los invitados
y le ha quedado un asiento muy alejado a la puerta, por lo que se dificultan las labores
de servicio de la mesa. Todo esto se puede evitar conociendo unas sencillas fórmulas
para definir la colocación en la mesa.

Por otra parte, si además, nuestro evento es multitudinario y exige el uso de varias
mesas, dejar que cada uno tome asiento donde quiera, supondría desorden y tiempo
hasta que estuviesen cada uno en una silla. Además, si establecemos los lugares
previamente, podremos dar a cada uno de nuestros invitados el lugar que le corresponde
en nuestra celebración, sin que ninguno de ellos se sienta desplazado.
Antes de comenzar, debemos discernir entre dos conceptos:
 Evento protocolizado: es aquel en que ya está establecido el lugar que va a ocupar
cada uno de nuestros comensales. Se indicará el protocolo mediante mesero,
tarjetas nominativas, etc.
 Evento semi - protocolizado: es aquel en que les indicamos a nuestros invitados
la mesa que deben ocupar, pero no el asiento, eso lo dejamos a su elección.
Consejos que ayudarán a colocar correctamente los invitados en la mesa:
 El invitado de más categoría o edad se sienta a la derecha de la anfitriona y la
señora invitada de más categoría o edad se sienta a la derecha del anfitrión. La
derecha de los anfitriones, es el sitio de mayor importancia en la mesa.
 En determinadas ocasiones, debido a la importancia del invitado, podemos ceder
la presidencia; en este caso, nos situaremos a la izquierda del mismo (y no a la
derecha como se podría pensar en un primer momento).
o Una vez colocados los anfitriones, por cualquiera de los métodos elegidos,
y sus respectivas derechas, se irán colocando el resto de invitados a
derecha e izquierda de los anfitriones, respectivamente, intercalando
mujeres y hombres, hasta terminar con la lista de invitado
Siempre, al confeccionar una lista de invitados, se trata de invitar al mismo
número de hombres que de mujeres y se procura que los invitados sean
pares, pero esto no siempre es así. Si se da el caso, y nos quedan personas
a las que no podemos intercalar, es mejor dejar a dos hombres juntos que
a dos mujeres juntas. A igualdad de rango o categoría, se suele ceder la
presidencia de honor al invitado extranjero.
También nos ocurre lo mismo con invitados mayores, que se cede la
presidencia al de mayor edad, entre los de igual rango. La mejor manera
de colocar a los invitados, sobre todo si la cena es con muchos invitados,
es la colocación de tarjetas con el nombre.
De esta manera indicamos de forma clara y precisa el lugar que le
corresponde a cada invitado. Una de las mayores dudas, a la hora de
distribuir a los invitados, es la utilización de mesas de forma oval o
redondas. Las presidencias están muchos menos claras, por eso las
tarjetas nos ayudan, para que la elección de los sitios no se convierta en
un problema cuando llegan los invitados al comedor.
A la hora de pasar al comedor, entra primero la señora de más categoría
del brazo del anfitrión (se le ofrece el brazo izquierdo, salvo personas con
uniforme, que ofrecen su brazo derecho). Le siguen los invitados por orden
de importancia y entra, en último lugar, la anfitriona seguida del invitado de
mayor importancia. Aunque este método es el oficial en comidas menos
formales, es habitual que los invitados pasen al comedor sin seguir estas
normas, que son muy protocolarias.
En caso de ser caballeros, una vez que están todos los invitados en el
comedor, debemos esperar a que las señoras de nuestro lado derecho se
sienten, para sentarnos nosotros. Y si no hay camareros que lo hagan,
ayudaremos a mover la silla a las señoras de nuestro lado.
El servicio de mesas, se hace por orden de importancia, aunque es habitual
empezar por las señoras y terminar por los caballeros, la anfitriona es la
última de las señoras en recibir el servicio. Se empieza a comer cuando
todo el mundo está servido (en grandes banquetes, cuando al menos todos
los comensales de nuestra mesa están servidos).

El mesero o fichero
Es un plano de mesa en piel, donde se ponen unas tarjetas rectangulares de
cartulina con los nombres y/o cargos de los comensales, en el mismo orden y
posición que tendrán en la mesa propiamente dicha. De este modo, los
comensales pueden ver previamente cual es su sitio en la mesa

Tipos de Meseros: En general existen dos tipos de meseros:


1. Mesero sencillo. Es un plano del comedor de una sola cara.
2. Mesero de ventanas. Este tipo de mesero puede ser también extensible por
ambos extremos, para mayor número de comensales.
Colocación del Mesero
 Ha de estar en un lugar visible, usualmente en el recibidor o en un salón
adyacente, junto a la entrada del comedor. Por obvias razones, es conveniente
que el mesero, que tiene una flecha indicadora del sentido del ingreso, esté
orientado correctamente en relación al comedor.
 Es recomendable que, al término del aperitivo, un criado se sitúe junto a la entrada
del comedor con el mesero en la mano, para que el invitado olvidadizo pueda ver
de nuevo su sitio.
 En las tarjetas del mesero es esencial poner el nombre del comensal y, si hay
suficiente espacio, su cargo. Hemos de tener en cuenta que la inscripción del
cargo, en el idioma del anfitrión, puede no ser comprendido por el comensal, si
habla otro idioma. El nombre, en cambio, siempre lo será. Y el objeto del mesero
es que el comensal identifique su sitio. Además, en la tarjeta del puesto de mesa,
de la que luego hablaremos, sí estará su cargo y tratamiento completos, además
de su nombre.
La tarjeta: plano individual
 Doblada por su eje central, esta tarjeta tiene, en su primera cara, el escudo
nacional o de la institución anfitriona, o una inscripción con el objeto de la comida
y, a continuación, diversos renglones punteados para escribir el tratamiento, cargo
y nombre del comensal.
 Abierta y en su cara interior está el diseño impreso de la mesa con la posición de
los anfitriones o presidencias, en el que se marca con una “X” (en rojo si es señora
y en negro si es un caballero) el sitio aproximado del comensal.
 Cuando se trata de una comida tipo banquete con mesa presidencial y mesas
múltiples, rectangulares o redondas, el citado diseño puede tener dibujadas:
o La mesa presidencial, donde se marca la “X” posicional o
o el simple dibujo y numeración de la mesa rectangular o redonda, donde ha
de sentarse el invitado.
En este caso, la “X” posicional no es necesaria, pues al ser estas mesas
relativamente pequeñas (de seis, ocho o diez personas), una vez
identificadas, el comensal encuentra rápidamente su nombre en la
correspondiente tarjeta personal de plato.
 Estas tarjetas-plano han de ser entregadas al invitado a su llegada a la embajada,
institución, hotel, casa, etc., donde tendrá lugar la comida o durante el previo
aperitivo.
 Estas tarjetas también pueden disponerse (incluyendo la de la esposa, en el
interior de la del marido, cuando se trate de matrimonios), por orden alfabético de
apellidos, por agrupaciones coherentes de cargos, etc., sobre una mesa, en el
ingreso a la institución para que los propios invitados las recojan a su entrada.
Los paneles
Este sistema, muy eficaz y usado con frecuencia en banquetes fundacionales de
entidades, banquetes políticos, de convenciones, etc., es más sencillo que el
anterior, pues evita la confección y distribución de las tarjetas-plano individuales.

Consiste en la colocación, en lugares adecuados, de unos visibles paneles, con


la relación por orden alfabético de apellidos de todos los comensales, y a
continuación del nombre, la indicación de la mesa (por ejemplo: mesa presidencial
o mesa número 9), o del brazo (si es una mesa en “U” o en peine), que han de
ocupar y que han de estar numeradas.
Este panel puede complementarse con un segundo, situado a su derecha, con el
plano general, numeración de todas las mesas, flechas indicadoras el ingreso al
comedor y el nombre y colocación de los comensales.
in embargo, este segundo panel, si bien facilita aún más la fácil identificación del
sitio del invitado, en el caso de tener asimismo el nombre y colocación de los
comensales, tiene el inconveniente de permitir al comensal curioso conocer la
situación de los demás y la suya propia, en relación a la mesa presidencial, lo que
por obvias razones, quizá, no sea del todo conveniente en determinados
banquetes, pues como es bien sabido, no es posible dar satisfacción a todo el
mundo.

Tarjeta personal de plato


La tarjeta personal de plato o del puesto de mesa, como también es denominada,
es el final del proceso de conducción del comensal a su sitio en la mesa.

Esta tarjeta, con o sin escudo o anagrama, según sea el caso, ha de mostrar con
claridad el tratamiento, cargo y nombre del invitado. Situada delante y ligeramente
a la derecha del plato, le indicará finalmente su sitio en la mesa. Por obvias
razones, no es costumbre poner esta tarjeta en el lugar de los anfitriones o de las
personalidades que presiden la comida.

Ejemplo de Tarjeta Personal de Plato:


La Tarjeta incluye el escudo o anagrama, el tratamiento, cargo y nombre del
comensal,
La precedencia
Según el diccionario de la Lengua Española, Precedencia (del verbo preceder,
derivado a su vez del latín “preaccederé” = ir delante o por delante)
es: “Preeminencia o preferencia en el lugar y asiento. Primacía,
superioridad...”
Como la acción objeto del protocolo ha de ser realizada por, o con, la participación
de dos o más personas, ello exige el establecimiento de un orden en las mismas,
previo a la actividad que vayan a desarrollar, para que ésta sea eficaz, es decir,
implica la previa determinación de su precedencia. En consecuencia, y desde la
óptica del protocolo, podemos definir la Precedencia como: “El previo
establecimiento de un orden entre las personas que realizan o participan en una
actividad que afecta el protocolo, en función de su preeminencia, primacía, rango,
nivel, o relevancia, en el seno de la estructura y de la sociedad misma, que
integran el estado, para obtener la máxima eficacia de la mencionada actividad”.
En esta definición aparecen ya las dos interpretaciones que pueden darse a la
Precedencia:

 En sentido estricto: la ordenación de las personas, en virtud de su nivel o rango


oficial, establecido por una norma legal, tradición o uso.
 En sentido amplio: la ordenación de las personas, en virtud de su importancia
real en la sociedad, soporte del estado.
A diferencia del primer tipo de precedencia, claro y preciso, el segundo no lo
es. Sin embargo, siempre, y más aún en el tema de las mesas, por las razones
que a continuación se exponen, es esencial tenerlas en cuenta. Hemos dicho que
el objeto del protocolo y de la previa precedencia es la eficacia de las actividades,
actos o ceremonias. Pero, para obtener esta eficacia, es necesaria la razonable
y precisa ordenación de las personas. Es decir, que los objetos estén en su sitio.
Si estas personas tienen su sitio predeterminado en una relación oficial, no hay
problema.
Sí lo hay, cuando la persona, por su importancia, aún teniendo un sitio relevante
en la sociedad, este sitio no está incluido en una lista de precedencias. Dicho de
otra manera, existen dos colectivos al que va dirigido la precedencia:
 Las personas que tienen su sitio establecido en una relación oficial u oficiosa.
 Las que, siendo importantes, no lo tienen.
Cuando las personas de estos dos colectivos coinciden en la ejecución de una
actividad, ¿qué se hace? Sencillo, aplicar el
denominado “peinado” o “interpolación” de las personas, con su integración en
una precedencia única, aunque procedan de diferentes colectivos.

Modus operandi de la interpolacióno “peinado”


Si en una actividad (sea o no una comida), participan personas pertenecientes a
dos o más grupos, como los mencionados al término del punto anterior (civiles y
militares; civiles, militares y eclesiásticos, etc.), todos con sus precedencias
propias:
Estos sistemas son dos:
a. El sistema del reloj, como indica su nombre, la colocación sigue el movimiento
de las agujas del reloj, es decir que en una especie de espiral o de círculos
alrededor de los anfitriones

b. El sistema cartesiano, también denominado el de la equis o de las aspas. Este


procedimiento de colocación sigue la dirección de las aspas de una equis en la
colocación de los invitados.
La ley de la derecha
Hay una larga tradición que establece “la derecha” como lugar de privilegio. “Y
está sentado a la diestra de Dios Padre...”, dicen las Sagradas Escrituras, por
ejemplo. El Protocolo también ha adoptado este criterio de preferencia y la “Ley
de la Derecha”, que jerarquiza esta posición, determina como regla básica que el
sitio de honor está a la derecha de la persona que preside un acto, una ceremonia
o una recepción.

De esta forma, se ubica al invitado de honor o a la persona de mayor jerarquía a


la derecha del anfitrión o de quien preside el evento, ya sea en un salón, una
tribuna, un palco o una mesa.

El observador lo verá a su izquierda porque la derecha para el Ceremonial se


considera desde el punto de interés, y en este caso es la posición de las
autoridades. Es decir, este principio nos indica que el sitio de honor o preferente
es el que se sitúa a la derecha de la persona de la más alta jerarquía en cualquier
tipo de acto o evento.
Pasemos a analizar las diferentes maneras de colocar a las personas en diversos
actos protocolarios:

En el Orden Lateral, cuando las personas están paradas o caminan en una misma
línea, si son dos (u otro número par), deben considerar como sitio de preferencia
la derecha, teniendo en cuenta el sentido de la marcha; de modo que las personas
de menor categoría se ubicarán por precedencia a la izquierda del más
importante. Con este mismo criterio el anfitrión cede la derecha a su invitado ya
sea que se desplacen, estén de pie o sentados.
También hay situaciones en las que el anfitrión comparte el centro con su invitado.
Un ejemplo habitual se observa cuando un Jefe de Estado recibe a otro; el anfitrión
se ubica a la izquierda del punto central y el invitado a la derecha. En una mesa,
en tribunas, palcos o estrados que se usan en los eventos, las autoridades y los
invitados especiales toman posición en la primera línea pero el centro queda
reservado para el que preside la ceremonia, de modo que esa primera línea estará
integrada por un número impar de autoridades, o un número par si se comparte el
centro.
2. El Orden Lineal, si las personas se desplazan una detrás de la otra, la de mayor
jerarquía irá adelante seguida de las demás de acuerdo con el orden que les
corresponda por precedencia. Si hay necesidad de que un guía indique el camino,
este iniciará la marcha, ubicado ligeramente sobre la izquierda del invitado más
importante; de esta forma no le dará la espalda, ni podrá interpretarse que se
desplaza en el lugar de honor.
En el orden lineal también hay una excepción: si se trata de procesiones religiosas de
iglesias cristianas, el Protocolo eclesiástico indica que el lugar de honor es el último del
orden lineal. Por eso la más alta jerarquía cierra la procesión.
Aplicamos estos desplazamientos en diversos lugares:
 En los desplazamientos por la calle, el lugar de preferencia es la derecha, en el
sentido de la marcha; pero, cuando se desplazan por la acera, el lado de la pared
se reserva para el que tiene mayor jerarquía; es una tradición de cuando el peatón
compartía la calle con los carruajes y el lado de la pared era más seguro. Del
mismo modo, se ofrece este sitio cuando se cruzan dos personas que caminan en
distinto sentido y se tiene en cuenta tanto la jerarquía como el género y la edad,
ya que las damas y las personas mayores reciben un tratamiento especial. Si no
hay ninguna diferencia, ceder la pared es una cortesía.
 En las escaleras, el lugar de preferencia es la derecha de acuerdo con el sentido
de la marcha. Si un caballero acompaña a una dama, ella sube primero y él lo
hace un escalón más abajo; al bajar se invierte el orden, y el caballero puede
adelantarse un escalón para protegerla de cualquier accidente; si la escalera tiene
forma de “caracol”, debe cederse siempre la parte más ancha de los escalones
por ser menos riesgosa e incómoda.
 En los ascensores, las personas de más jerarquía ingresan y salen de la cabina
en primer término; pero si por razones de espacio no es posible cederles el paso,
será necesario que los de inferior categoría salgan del ascensor y esperen en un
costado para que pasen los primeros. También se consideran con ese privilegio
las damas, las personas de más edad y los niños.
 En las embarcaciones, generalmente, los reglamentos de Ceremonial Naval
especifican que en una nave menor (una lancha, por ejemplo), la persona de
mayor jerarquía embarcará de última, precedida por los de menor jerarquía. Pero
al desembarcar, lo hará en primer término. En cambio, en una embarcación
grande, subirá y descenderá en primer término. Es la situación habitual cuando
una alta autoridad naval utiliza una lancha para llegar hasta un barco de mayor
calado, anclado lejos del muelle; en estas situaciones es recomendable que algún
subordinado suba antes a la lancha para ayudarlo a embarcar.
 En los aviones, el lugar de preferencia es el asiento de la primera fila junto a la
ventanilla derecha, en el sentido de la marcha. Le sigue el asiento situado a la
izquierda y así hasta la ventanilla izquierda. Luego, el orden continúa con el mismo
criterio, en las filas siguientes.
Los aviones presidenciales no suelen tener esta disposición porque generalmente
están especialmente acondicionados con áreas de trabajo y de descanso, de modo que
habrá que analizar cada situación. En cualquier caso, la autoridad de mayor rango sube
de última, cuando el resto de la comitiva ya está ubicada y desciende primero. En los
aviones que usan los ejecutivos, con capacidad para pocas personas, la más alta
jerarquía sube y desciende primero. Pero si viaja con un invitado especial, se le cede el
lugar tanto al subir como al bajar de la nave.
 En los automóviles, el lugar de honor es la derecha del asiento posterior y la
izquierda le corresponde al dueño del auto, al funcionario que represente a la
autoridad de menor rango o a quien actúe como anfitrión. El invitado o la persona
de más jerarquía es quien ingresa primero al vehículo, pero desciende en último
término. De esta forma, tanto al subir como al bajar nadie pasa delante de él y
tampoco debe esperar en la acera a que bajen los otros ocupantes.
Es conveniente que viajen solo dos personas por auto, pero si se necesita ubicar una
tercera, le corresponde el medio; si hubiera una cuarta persona, irá adelante con el
chofer, pero siempre que su jerarquía sea sensiblemente inferior, de lo contrario es
necesario disponer de otro automóvil.
Si un caballero invita a un matrimonio, y un chofer conduce el auto, el invitado
ocupa la derecha del asiento posterior, su esposa el medio y el anfitrión el espacio
de la izquierda. Pero si está presente su esposa -como anfitriona- debe sentarse
sobre la ventanilla izquierda en tanto que su marido se ubica al lado del chofer.
En situaciones con menos rigor protocolar, cuando maneja el anfitrión, el invitado
puede sentarse junto a él y las señoras en el asiento posterior. Esta modalidad es
la que más se ajusta a las reglas de cortesía que recomiendan la parte posterior
por razones de seguridad.
La caravana de automóviles se organiza cuando es necesario desplazar un grupo
de autoridades a un evento. En estos casos, siempre interviene el personal
encargado de la seguridad para llevar un control de cada automóvil; se registra el
número de patente, el nombre y la jerarquía de los ocupantes, el nombre del chofer
-que deberá llevar una tarjeta de identificación- y se elige el itinerario más
conveniente, dato que se mantiene en secreto por seguridad. Media hora antes
de la partida, la caravana debe estar armada según la precedencia, en orden
decreciente, de modo que el automóvil que transportará a la máxima autoridad y
al que le sigue en jerarquía encabece la comitiva.
En algunos casos se reemplaza la caravana por un solo vehículo y las autoridades
invitadas se trasladan en ómnibus especiales con la capacidad necesaria según
el número de funcionarios. Esta modalidad se ha adoptado, con todas las medidas
de seguridad necesarias, por ser un sistema de desplazamiento más práctico y
más económico.
Los discursos y los himnos
En algunos eventos -oficiales o privados- se incluyen discursos relacionados con
el motivo que dio lugar a la reunión.
El maestro de ceremonias debe contar con un guión que incluya las palabras de
apertura y de cierre; luego de exponer los motivos del evento y de mencionar a
los que presiden el acto, debe anunciar a cada uno de los oradores, de acuerdo
con el orden de precedencias, primero hablan los de menor jerarquía y cierra los
discursos la persona de mayor rango.
En ocasiones, cuando el motivo del evento involucra los intereses de otros
Estados, y al acto concurren altos funcionarios de ese país, es habitual iniciarlo
con los himnos nacionales. En estos casos, en primer término, se oirá el himno
local y luego el himno extranjero. Sin embargo, este criterio puede variar según el
país y la ocasión; en España, por ejemplo, en la bienvenida que se le ofrece a un
Primer mandatario uno de los honores consiste en oír primero el himno del
invitado, lo que no ocurre en Honduras. En el siguiente video pueden
escuchar el “Himno Nacional de Honduras”, interpretado por el Cantante
nacional, Moisés Canelo; contiene además algunas imágenes que nos son muy
conocidas. Para ver el video haz clic en el nombre del mismo.
Reglas de oro de la precedencia
La regla de oro es ceñirse a un uso determinado que solo varia de acuerdo a la
costumbre de cada país, es decir, estamos hablando de un uso de aplicación
general. Para aclarara mejor el uso de la precedencia y aplicarla con eficacia
señalaremos las reglas para su uso:
Regla primera
Aplicar la precedencia con flexibilidad, nunca con rigidez, porque la precedencia
es una guía. No olvidemos que el establecimiento de la precedencia, necesaria
para la ordenación de los participantes en cualquier actividad (y sobre todo en las
comidas), es un medio para obtener la eficacia de esa actividad. No es un fin en
sí misma. Hay quien la interpreta con tal rigidez, que hace pasar a un Director
General de la Administración Central del Estado (con precedencia establecida)
por delante de un gran financiero o industrial, de un excepcional investigador, de
un famoso escritor, o de un periodista o artista (que no la tienen), aunque éstos
sean realmente más importantes que el citado Director General. Pues bien, esto
es un error.
Regla segunda
Las personas a quienes les pueda corresponder más de una precedencia, por
poseer, al mismo tiempo, varios rangos o dignidades (cada uno de los cuales con
su precedencia propia), han de ser ordenadas aplicando la precedencia que les
corresponda según el objeto de la actividad, aunque queden situadas por debajo
del lugar que ocuparían si se les aplicase otra, superior, de la precedencia que
gozan.
Ejemplo en una comida: el señor X es un embajador de Honduras en situación de
disponibilidad; es asimismo ex Presidente de la República; es un diputado de un
partido político.
 En una comida parlamentaria ocupará el puesto que le corresponda como
diputado, que puede ser uno de los últimos por pertenecer a un partido minoritario.
 En una comida de la Presidencia de la República, con la presencia de ex
Presidentes, ocupará el puesto que le corresponda como ex Presidente de la
República.
 En una comida diplomática, el puesto que ocupe será el que le corresponda como
Embajador de Honduras.
Regla tercera
Cuando tengan dudas sobre la ordenación o precedencia de hondureños en
nuestro país, sugerimos que consulten a la Dirección General de Ceremonial
Diplomático de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Asimismo, en Honduras, cuando las dudas afecten a personas o personalidades
extranjeras, sugerimos consulten la secretaría de la correspondiente Embajada
en Tegucigalpa.
Por último, si se encuentra en el extranjero, acudan a la Dirección de Protocolo
del Ministerio de Relaciones Exteriores del país donde se encuentren, si se trata
de un ciudadano de ese país. Si se trata de un hondureño o de un ciudadano de
un tercer país, ídem, de la correspondiente Embajada.
Regla cuarta (Aplicable sólo a las comidas)
Por un uso universal, resultado del carácter personalísimo de la “domus” o casa,
el anfitrión es libre de aplicar la precedencia que juzgue oportuna. Eso sí, ha de
ser coherente y razonable en su aplicación.
Por ejemplo, si un ciudadano francés ofrece una comida en Honduras, puede, por
supuesto, aplicar la precedencia francesa o la hondureña. Lo que no tendría
sentido sería que aplicase la británica, a menos que hubiera en la comida una
razón de peso que justificase su elección.
Las reglas de oro de la comida
Según Don José Antonio de Urbina en su libro El Protocolo en los
Negocios, editado por la Editorial Tiempos de Hoy, desarrolla con gran amplitud
este tema; en base al mismo, nosotros estudiaremos las reglas de oro de la
comida.
La comida está gobernada por normas, usos o reglas históricas, pues fueron
apareciendo de forma paulatina en la sociedad humana. Son un efecto de la
cultura y el criterio rector ha sido siempre el mismo: el sentido común y la eficacia
Regla 1ª , de la eficacia de la comida
La comida, en sí misma, ha de ser bella en su presentación, inteligente y variada;
y en su esencia, apetitosa, digestible, armoniosa y sobre todo, eficaz. Su base y
entorno materiales, es decir, la mesa, vajilla, cristalería, cubertería y adornos han
de ser, por lo tanto, hermosos, armoniosos y eficaces.
 Sub regla de la dinámica de la comida
Toda acción humana es movimiento: (acción = prólogo => acción
propia => epílogo). La comida también lo es porque tiene: Prólogo: la entrada que
azuza el apetito. Acción: la propia comida. Epílogo: los postres, que cierran la
comida con el objetivo de ayudar a su digestión.
En el siglo XVIII esto se complica. La comida siguió con sus tres etapas, pero
aparecieron el aperitivo, al principio y el café, más los licores, al final; el aperitivo:
animador de los jugos gástricos; el café y los licores: digestión de la comida y
animadores de la conversación.
 Sub regla de la función de la comida
La comida ha de ser diseñada en función de su objetivo. Por ejemplo, comida de
trabajo: sencilla, muy digestible y breve; comida de gala: rica, variada, menos
digestible y larga.

 Sub regla de la esencial conversación


La conversación es esencial en la comida. Si la comida tiene un objetivo (y la
comida siempre lo tiene), se consigue por medio de la conversación.

Comida = acción de comer => acción de hablar.


En consecuencia, lo que se come ha de estar en función de lo que se habla; es
decir, la comida (lo que se come y lo que se bebe, más la base física y el entorno)
ha de ayudar a la conversación, y no, como a veces sucede, a perjudicarla.
Estas tres sub reglas, han de formar un todo armónico para obtener la eficacia de
la comida. A continuación veamos un video que hace referencia a esta regla
llamado “Recetas de Honduras cocina Hondureña”.
Regla 2ª, la llegada de los comensales
En primer lugar hay que evitar el “naufragio” de los invitados, el desorden de los
vehículos y, en invierno, el caos de los sobretodos y abrigos. Si el lugar de la
comida, cóctel o recepción, es difícil de encontrar (es decir, no está en el casco
de la ciudad, donde, con la calle, el numero y el piso en la invitación, y un callejero,
cualquier invitado puede encontrarlo), es indispensable enviar un plano explicativo
junto a la invitación.
Este plano que ha de ser sencillo y práctico, indicará con claridad las vías de
acceso, para que cualquiera pueda hacerlo. Y se reitera, es indispensable facilitar
al máximo la ubicación del lugar de la cita.
Regla 3ª, los vehículos
En relación con los vehículos, hay que tener en cuenta que una comida de treinta
invitados genera por lo menos veinte o veinticinco vehículos. Cuando se trata de
un cóctel o de una recepción de ciento cincuenta personas, entonces los coches
pueden llegar a sumar cien. Es conveniente (caso de una institución, de una
embajada, etc.) la adopción de medidas que permitan el estacionamiento y una
ordenada salida de vehículos al término del acto. Si no es posible, deberán
indicarse los aparcamientos próximos, que puedan ser útiles a los, a
veces, sufridos invitados
Regla 4ª, el guardarropa
Si estamos en invierno, es necesario prevenir dónde dejar los abrigos y los
sobretodos. Cuando la comida, cóctel o recepción tiene lugar en un hotel o
institución, no hay problema, porque suelen tener la estructura y el personal
adecuado de un eficaz guardarropa. El problema se produce cuando el acto es en
casa, y, por supuesto, cuantos más invitados tengamos, más abrigos habrá que
guardar. En estos casos, la dura realidad aconseja gastarse unos lempiras de más
(que nada representan en función de la totalidad del gasto) y alquilar o comprar
una estructura adecuada: el perchero de pie (los hay plegables o
desmontables), las perchas y las fichas numeradas. Pero ante todo huyan de la
vieja costumbre familiar de improvisar un guardarropa encima de las camas del
dormitorio principal.
Si hay algo de verdad que molesta a un invitado, señora o caballero por igual, es
no encontrar su abrigo. Especialmente de noche, cuando es tan fácil equivocarse
con los abrigos oscuros o de piel, de caballero o de señora. Y si alguien tiene la
mala costumbre de dejar las llaves del coche en el bolsillo del abrigo, y no lo
encuentra porque otro invitado se lo llevó antes por error
Regla 5ª, el aperitivo
El aperitivo debe consistir en la cantidad justa para azuzar, pero no satisfacer el
apetito. Es decir, ofrecer tres o cuatro clases de pequeños canapés, por ejemplo,
es suficiente, pero ni demasiado abundantes, ni demasiado ricos en calorías.
Tengamos en cuenta que si los comensales satisfacen, digamos, el 50 por ciento
de su apetito, podemos suponer que comerán un 50 por ciento menos de la
comida, por muy buena que ésta sea. Y si es tan buena que, a pesar de todo, se
la comen, se quedarán como serpientes boas con los consiguientes problemas de
digestión. Lo cual es un fracaso de los anfitriones.
El aperitivo tiene los siguientes objetivos:
 Permite la llegada de todos los comensales.
 Facilita su presentación y conocimiento entre sí.
 Alegra el ánimo, con la copa y favorece la conversación.
 Anima los jugos gástricos ante la próxima comida.
En el siguiente video pueden apreciar no solo los diferentes tipos de bocadillos si
no que también como hacer algunos de ellos. Para ver el video haz clic en el
siguiente nombre “Bandeja de aperitivos”.
Las bebidas han de ser variadas, pero sencillas de preparar y fáciles de consumir.
Puede ofrecerse, por supuesto, alguno de los cuatro o cinco cócteles básicos e
internacionales (por ejemplo, Martini seco, Manhattan, Daiquirí, Whisky o Pisco,
Sour, etc.), pero con una condición sine qua non: han de ser buenos, si no, es
mejor no presentarlos y los cócteles no son fáciles de preparar y de servir. No
olvidemos, además, que estas deliciosas mezclas, por lo general, son muy
embriagantes. En consecuencia, es aconsejable ofrecer bebidas alcohólicas
sencillas, tales como: Gin Tonic, Whisky con soda o agua, etc. Por último, no hay
que olvidar el vino, pues hay mucha gente que gusta de tomar como aperitivo una
copa de un buen “tinto” o “blanco”; ni, por supuesto, nuestros increíbles finos o
jereces secos. Deben servirse, además, bebidas sin alcohol: sodas, zumos, etc.
Para que les quede claro los tipos de bebidas que existen, vean el siguiente video
llamado “Bits de bebidas”. Para ver el video haz clic en el nombre del mismo.
La duración del aperitivo ha de ser aproximadamente de treinta minutos; más
tiempo cansa a la gente que, a partir de los cuarenta o cuarenta y cinco minutos,
está deseando sentarse a comer. En ciertos países existe la mala costumbre del
aperitivo largo (hasta una hora), lo cual es lamentable, pues la mayoría de las
veces la gente se sienta a comer con una “copa de más”.
Regla 6ª, el tabaco
¿Cuándo se puede encender el primer pitillo en la comida? La regla tradicional
dice que en el momento del café y los licores, o al serles ofrecido el tabaco a los
comensales; por supuesto, siempre con el previo permiso de la anfitriona
Hoy la situación ha cambiado y es necesario distinguir:
 Comida familiar, íntima, de amigos, privada (en casa o en un restaurante) y
banquetes de parecido carácter (homenajes, jubilaciones, despedidas, etc.), o que
por su objetivo o por las personas participantes no sean muy protocolarios. En
estos casos la buena educación aconseja al fumador esperar, por lo menos, a que
todos los participantes hayan terminado el último plato, antes de los postres.
En los supuestos anteriores, pero con la presencia de una alta personalidad que,
naturalmente, estará presidiendo. Si esta personalidad es fumadora, es necesario
esperar a que inicie la “salida de humo”. Si no lo es, la fumata no debe comenzar
hasta que hayan finalizado los postres.
 En las comidas o banquetes, con discursos terminados en el usual brindis, la
cortesía histórica exigía no solo encender el cigarro o cigarrillo sino hasta después
del último brindis.
En la actualidad, esta norma se ha adaptado a la realidad del fumador, que,
ansioso del tabaco, no escuchará con atención los discursos si no ha satisfecho
antes esa necesidad. Por ello, desde hace algunos años, se
acostumbra encender el cigarro o cigarrillo justo antes o después de los postres,
sin esperar a los brindis. En las comidas con la presencia de los Reyes (que,
naturalmente, presiden), es obvio que no se puede fumar antes de que sus
Majestades lo hagan. En el Reino Unido, en cualquier clase de comida, sólo se
podrá fumar después del tradicional brindis de la Soberana, nunca antes.
En realidad, nosotros no respetamos las normas impuestas para el no fumar. En
el video “Aquí no se fuma” podemos apreciar esa situación. Para ver el video
haz clic en el nombre del mismo.
Regla 7ª, los intérpretes
Respecto a la colación en la mesa de los intérpretes, conviene recordar lo
siguiente:
 En las comidas, siéntese al intérprete en una sillita, detrás, entre los dos
comensales cuya conversación interpreta.
 El intérprete come antes o después, pero no durante la comida, pues su misión es
interpretar.
Existen países que con un excesivo sentido igualitario, insisten en sentar al
intérprete (que puede ser un miembro de la propia delegación extranjera) en la
misma mesa, entre las dos personas interpretadas; esto es un error, pues
perjudica la eficacia del intérprete; tengamos en cuenta que éste o come o
interpreta, no puede hacer las dos cosas a la vez.
Regla 8ª, la sobremesa
El postprandial, la sobremesa, es esencial. Recordemos la
fórmula: Comida = Alimentación + Conversación.
Pues bien, esta conversación sigue una curva ascendente que alcanza su nivel
óptimo al término de la comida (café, licores, puros), cuando los comensales,
satisfechos, pueden dedicarse en exclusivo a conversar. Además, la ausencia de
los criados en este momento, favorece la palabra sincera y asegura su reserva.
Por supuesto, no es lo mismo una comida corriente, meramente social, que una
importante. Sin embargo, en ambas puede producirse el fenómeno del
alargamiento excesivo de la sobremesa.
Cuando ya se ha dicho todo, (hasta las anécdotas curiosas o los chistes), se suele
continuar, quizá porque los comensales son objeto de cierta inercia y de un
agradable cansancio. Pero entonces, la curva empieza a descender y este
descenso, lento en un principio, se acelera hasta ser vertiginoso. Este fenómeno
es más habitual en la cena que en los almuerzos, por razones que nos es
necesario explicar. Además, la timidez humana retrasa, todavía más, en
ocasiones, la despedida. Hay quien cree que iniciarla es una descortesía, cuando
justamente es todo lo contrario. Por supuesto, si existe un invitado de honor, es él
quien debe tomar la iniciativa. Pero si no lo hace, no pasa nada por ser el primero,
pues alguien tiene que serlo. Eso sí, excusándose en este caso ante el invitado
de honor.
La sobremesa es esencial en la comida. Pero por favor, no la alarguen
ustedes demasiado. Márchense a tiempo. No hay espectáculo más triste que el
lento fallecer de una comida, que pudo ser agradable y no lo fue por esta causa.
Evítense también las tertulias en la puerta, en la calle o junto al coche; esas
despedidas interminables, a la española, son tremendas.
Por último, si están en Gran Bretaña, no se sorprendan si se produce la súbita
desaparición de las señoras al final de los postres, encabezadas por la anfitriona.
Según una vieja costumbre iniciada, quizá, a mediados del siglo XVII, los
caballeros se quedan en el comedor agrupados alrededor del anfitrión, para tomar
el Oporto (cuyo frasco, jamás botella, circula de derecha a izquierda) y hablar de
sus cosas. Las señoras, mientras tanto, han ido a hacerse lo que los franceses
llaman une beauté, y aesperar en el salón, también hablando de sus cosas, la
llegada masculina. Esta espera es rara vez superior a los treinta minutos.
Regla 9ª, del respeto al invitado
La invitación ha de ser enviada con suficiente antelación para no ofender al
invitado. Un uso internacional de la cortesía aconseja el envío de las invitaciones
con una antelación máxima de treinta días y mínima de quince, pero, en lo posible,
no inferior a una semana.
Este baremo responde a dos razones de peso:
 El respeto al invitado que dicta la cortesía, pues, por definición, se supone que es
persona importante y por tanto, ocupada. Además, no hay que olvidar los
problemas que, puede causar la vanidad humana.
 El sentido práctico de disponer de tiempo suficiente para encontrar el “invitado de
recambio” que cubra la respuesta negativa, de tal modo que éste no perciba el
verdadero motivo de su invitación.
Regla 10ª, del respeto a los anfitriones
El invitado ha de responder sí o no con prontitud y ha de ser puntual en la comida. La
rapidez en responder a la invitación y la puntualidad en la comida son esenciales. Son la
muestra más clara de la educación de los ejecutivos y la eficacia de sus secretarias. El
invitado que tarda en responder no se da cuenta de los problemas que puede crearle a
los anfitriones, desde la dificultad en ordenar la mesa hasta la escasez de tiempo
suficiente para encontrar el “invitado de recambio” y si éste es “importante”, peor.

Es necesario tener especial cuidado con las comidas en honor de …, en las que pueda
suceder lo siguiente:

El homenajeado sugiere nombres al anfitrión.


El anfitrión sugiere nombres al homenajeado.
En ambos casos, la ausencia de uno de estos invitados puede ser mal interpretada por
el homenajeado. En consecuencia, es aconsejable que este específico invitado se
excuse, además de con el anfitrión, con el propio homenajeado.
Pero volvamos a la puntualidad. Todo lo que se diga sobre la absoluta necesidad de la
puntualidad, en las comidas, es poco ante la triste realidad del mundo de hoy,
especialmente de nuestro país. La puntualidad en general y, específicamente en las
comidas, es el termómetro de la educación. Y la educación a su vez, de la cortesía; es
decir, de la cultura. Sucede a veces que una alta autoridad o un personaje importante
mantienen en vilo a los invitados y a los anfitriones por su tardanza no avisada por
teléfono. El aperitivo se alarga y la comida se estropea, pues por su rango o relevancia,
no es posible sentarse a la mesa en su ausencia. En el 80 por ciento de los casos, el
retraso se debe a la defectuosa educación o programación del personaje, o a la ineficacia
de su secretaria.

Analizadas objetivamente, unas “conversaciones” o “reuniones” importantes que se


alargan sobremanera, o una específica emergencia, no son frecuentes. Y siempre está
la secretaria y el teléfono para avisar a los anfitriones de lo que sucede. Visto lo anterior
y si no es el invitado importante antes mencionado, ¿cuánto tiempo se ha de esperar al
comensal tardío? En opinión del que esto escribe, treinta minutos, no más. ¿Qué se
hace entonces con su plato? Dejarlo, explicando a los demás lo que sucede, pues puede
aparecer.

Regla 11ª, de la eficiente colocación de los comensales


Es evidente que, dentro de eficacia de la comida, es esencial la rápida, ordenada y fácil
colocación de los comensales en sus respectivos sitios. No hay espectáculo más triste
que el de los invitados embarcados en el “tío vivo” de la búsqueda, a veces angustiosa
(si la mayoría está ya sentada), de su sitio. El comensal miope o distraído se sienta en
un puesto que no es el suyo. El “auténtico”, de pie, está detrás, entonces el “equivocado”,
azorado, se levanta, sintiéndose perdido, hasta que un alma caritativa (el anfitrión, un
tercero o un criado) le indica su lugar. Esto a veces sucede. Y en mayor medida, cuando
más numerosa y formal es la comida. En un gran banquete de mesas separadas, puede
ser el caso.

De ahí la absoluta necesidad de la colocación ordenada y fácil para los comensales, lo


cual es perfectamente posible. Basta con que el anfitrión conozca una cierta técnica, en
absoluto complicada, pero eficaz para que sus invitados sepan dónde han de sentarse
sin problemas.
Regla 12ª, de la necesaria presidencia
Toda mesa necesita una presidencia (realmente dos), pues la comida, o es ofrecida por
alguien, o es consecuencia de algo donde alguien ha de presidir.
Pero cuando las presidencias son a la francesa, en el centro de la mesa, conviene que
tengamos en cuenta lo siguiente:
 El número de comensales por banda ha de ser impar para que exista un punto
central en cada banda, que posibilite las dos presidencias.
 En comidas grandes (mesas grandes), para una rápida identificación en la mesa,
del lugar de esas presidencias y la fácil colocación de las personas que han de
ocuparlas, (de no existir criados o camareros con este específico cometido), es
aconsejable situar previamente sus sillas separadas de la línea de las demás, o
dejarlas en la misma, pero giradas sobre su eje, en el sentido de la entrada al
comedor.
Regla 13ª, de la prioridad de la derecha y situación del invitado de honor
Por una costumbre universal e intemporal, la derecha es el puesto de honor. En
consecuencia, es donde ha de estar ubicado el invitado de honor, de tal modo que su
puesto esté a la derecha de la anfitriona, y el de su esposa a la derecha del anfitrión.
n este tipo de comidas conviene indicar, “En honor de…”, en el ángulo superior izquierdo
de la invitación, para que los comensales tengan previo conocimiento. De este modo, si
existiera algún comensal de rango superior al del invitado de honor, comprendería
perfectamente la razón de este aparente incumplimiento de la precedencia.
Regla 14ª, de la cesión de las presidencias
En ciertas ocasiones, puede ser conveniente que el anfitrión o la anfitriona, o ambos
anfitriones a la vez, cedan sus presidencias. Aunque las razones son muy variadas, las
más comunes son las siguientes:

Regla 15ª, la maldición del 13


Nunca deben ser trece en la mesa, pues siempre habrá un comensal que, aunque por
supuesto no lo reconozca, será supersticioso o, por aquello de “por sí las moscas”, le
pueda de algún modo, afectar.
Pero, ¿por qué? ¿Qué le pasa al 13? ¡Es un número como todos los demás! No señor,
no es un número como todos los demás. Es el número que nadie quiere, excepto en la
lotería, y aún así con reticencias. (Sólo existe una verdadera excepción, la ruleta, pero
todos sabemos que, como los OVNIS, la ruleta es diferente).
Regla 16ª, de la desventura del número 14
El riesgo del número 14 es lo que puede suceder cuando en el último momento falla un
comensal. Entonces, aparece el número maldito: el trece.
¿Qué hacer? En una institución, por ejemplo un Ministerio o una Embajada, el jefe puede
avisar a un colaborador (usualmente de los más jóvenes y modernos) para rogarle que
cubra el hueco. Pero esta solución no es siempre posible. Por otra parte, una invitación
tardía para cubrir el hueco (aparte de ser una descortesía), de ser aceptada tiene el
peligro de que el nuevo comensal se dé perfecta cuenta del porqué de esta rápida
invitación, por muchas explicaciones que le hayan dado, y pensará seguramente: “Este
anfitrión no sabe”.
La solución al problema es:
 Acudir al amigo de confianzay, explicándole la verdad, rogar su ayuda;
 De no ser posible, hay que montar rápidamente dos mesas (aprovechando la ya
montada en el comedor), de ocho y cinco, o de siete y seis comensales,
presididas una por el anfitrión y la segunda por la anfitriona. Todo, menos quedar
en trece.
Regla 17ª, de la paridad, o no, de sexos en las comidas
En las comidas con señoras, puede ser aconsejable la igualdad en el número de
comensales de ambos sexos, según sean las presidencias, a la inglesa o a la francesa.
Veámoslo:
 Presidencias a la inglesa. Con estas presidencias, al no haber “extremos de
mesa”, la “igualdad de sexos” ha de ser rigurosamente aplicada, pues la
colocación de dos, tres o cuatro caballeros juntos en el centro de la mesa (en una
o en sus dos bandas), rompe la armonía de la mesa.
 Presidencias a la francesa. Aquí sucede lo contrario, ya que puede ser
conveniente disponer de dos, tres o cuatro caballeros, más que señoras, en el
número total de comensales. De este modo, con dos caballeros más en extremo
de mesa, o con dos, tres o cuatro en extremo de banda, puede obviarse el
problema menor de la colocación de las señoras en extremo de banda (admisible
pero no recomendable).
Regla 18ª, de la alternativa de los sexos
En las comidas con señoras, es necesario alternar los sexos. Es decir, que los
comensales han de estar situados, en ambas bandas, del siguiente modo: hombre-mujer-
hombre-mujer.
Regla 19ª, del respeto a la mujer
 Nunca deben sentarse dos señoras juntas. Es decir, nunca una al lado de otra.
 Nunca debe sentarse una señora en extremo de mesa. Los extremos han de
quedar siempre cerrados por caballeros.
Regla 20ª, del descanso matrimonial
Nunca debe sentarse la esposa junto a su marido. Cuando la mesa lo permita, es
conveniente que un matrimonio no esté sentado frente a frente a ambos lados de la
mesa. Sin embargo, sí no hay más remedio, no pasa nada.
Regla 21ª, del respeto a la esposa
Como resultado de la regla anterior, si al ordenar la mesa, el marido coincide con su
esposa, el marido cede su sitio descendiendo un puesto y la esposa se queda en el suyo.
 La regla general del “respeto a la esposa” tiene las siguientes excepciones,
en las que desciende la esposa, no el marido.
Por Ejemplo:
 El marido puede descender de un puesto si el nuevo que pasa a ocupar es de su
mismo rango. Es decir, que desciende un grado en la precedencia de la mesa,
dentro del mismo rango o nivel.
 Como el descenso de un comensal en la mesa, supone el ascenso de otro, si al
realizarlo, el marido quedase detrás de un caballero de rango inferior, no podría
hacerlo. Sólo es posible:
 Si el comensal que ha subido, es de análogo nivel al marido que desciende.
Por ejemplo:
Un embajador o un ministro de Gobierno no puede descender si el que asciende es un
encargado de negocios, en el primer caso, o un Secretario de Estado en el segundo.
 Puede ocurrir, asimismo, que el marido, por el cargo, rango o representación que
ostenta, no pueda descender un puesto.
Por ejemplo:
Este sería el caso del presidente del Congreso, del Senado, decano o vice-decano del
cuerpo diplomático, jefe de una delegación, etc.
Regla 22ª, del principio y del final de la comida
Veamos ahora el comienzo y el final de la comida. Cuando, pasado el tiempo previsto
del aperitivo, la anfitriona recibe el aviso del mayordomo o maître de que la comida está
dispuesta, acompaña a las señoras al comedor. Acto seguido, su marido hace lo mismo
con los caballeros. Llegados al comedor, la anfitriona se sienta primero, después lo
hacen las demás señoras. Por último, los caballeros, incluido el anfitrión. En la mesa,
cada comensal masculino ayuda a sentarse y al término de la comida, a levantarse, a la
señora de su derecha, retirando su silla.
 Acompañamiento formal de las señoras al comedor. En comidas, usualmente
cenas, de etiqueta, todavía existe en algunos países, la antigua usanza del formal
acompañamiento de las señoras, dando el brazo a los caballeros (nunca sus
maridos) para formar parejas que caminan hacia el comedor. Es obvio que si algún
invitado es “hombre de iglesia”, acompañará también a una señora, pero sin
tomarla del brazo. En estos casos, a su llegada, el invitado ha de recibir, de un
sirviente, una tarjeta con su nombre y el de la señora que le corresponde
acompañar. Naturalmente, es obligación de los anfitriones, durante el aperitivo,
hacer las debidas presentaciones para el mutuo conocimiento de estas parejas.
 Inicio de la comida. Una vez sentados, por respeto a la anfitriona, es costumbre
esperar a que ella sea la primera en empezar a comer. Esta regla universal tiene
su corolario: que la anfitriona no se distraiga en animada conversación con el
comensal de su derecha o de su izquierda, teniendo así al resto de los comensales
en vilo esperando el momento. En consecuencia, la anfitriona discreta, siempre
vigilante durante la comida, cuando observa que la mayoría de los comensales
han sido servidos (en comidas pequeñas, todos; en grandes, la mayoría), hace
rápidamente el ademán de empezar, cogiendo la cuchara o el tenedor. Luego, si
lo desea, puede seguir conversando con su vecino, pero no ha tenido paralizada
la mesa entera. Lo mismo sucede si la comida es de hombres solos, presidida por
el anfitrión. Con mayor razón aún si la primera presidencia está ocupada por una
alta personalidad. A este respecto, es necesario recordar que las señoras son
servidas primero y la anfitriona la última, luego los caballeros y el anfitrión el último.
Excepción: cuando los anfitriones son personas de altísimo nivel (por ejemplo, los
Reyes), son los primeros en ser servidos.
 Fin de la comida. Terminada la comida, la anfitriona y, si no la hubiera, el anfitrión,
han de dar la señal de abandonar el comedor levantándose de la mesa. Aquí repito
la recomendación hecha con anterioridad: no se distraigan en animada
conversación con sus vecinos, a fin de levantarse en el momento preciso.
Montaje de Mesa
Finalmente, llegamos al último tema de este parcial, donde aprenderán a ordenar
correctamente una mesa y a utilizar los instrumentos que en ella encontraremos. Cada
vez es más frecuente el querer conocer cuál es la manera correcta de montar una mesa
para nuestras fiestas y eventos e incluso cuál es el orden y la disposición de los
elementos en la mesa, para utilizarlos correctamente cuando nos invitan a almuerzos o
cenas formales.
El montaje de la mesa siempre se realizará antes de recibir a los invitados, para que al
llegar, nuestra única preocupación como anfitrión sea atender a nuestros comensales.
Para realizar este montaje, debemos tomar en cuenta los siguientes factores:

Mantelería
Es fundamental el buen estado y pulcritud de estas piezas porque son el vestido de la
mesa. La mantelería se divide en tres piezas:

Muletón o bajo-mantel: es una pieza de tela gruesa, suave y afelpada. Normalmente de


algodón o lana. Es utilizada para proteger la mesa ante el derrame de algún líquido. Da
un aspecto mullido a la mesa. Una técnica recurrida en el ámbito doméstico, cuando no
se dispone de él, es utilizar una toalla para que realice esta función. Esta pieza ha de
ajustarse bien a la mesa para que no se mueva, al ser una tela gruesa cualquier pliegue
supondría que las copas por ejemplo pierdan el equilibrio al ponerse encima.

Montaje de Mesa
Finalmente, llegamos al último tema de este parcial, donde aprenderán a ordenar
correctamente una mesa y a utilizar los instrumentos que en ella encontraremos.
Cada vez es más frecuente el querer conocer cuál es la manera correcta de
montar una mesa para nuestras fiestas y eventos e incluso cuál es el orden y la
disposición de los elementos en la mesa, para utilizarlos correctamente cuando
nos invitan a almuerzos o cenas formales.
El montaje de la mesa siempre se realizará antes de recibir a los invitados, para
que al llegar, nuestra única preocupación como anfitrión sea atender a nuestros
comensales. Para realizar este montaje, debemos tomar en cuenta los siguientes
factores:

Mantelería
Es fundamental el buen estado y pulcritud de estas piezas porque son el vestido
de la mesa. La mantelería se divide en tres piezas:
 Muletón o bajo-mantel: es una pieza de tela gruesa, suave y afelpada.
Normalmente de algodón o lana. Es utilizada para proteger la mesa ante el
derrame de algún líquido. Da un aspecto mullido a la mesa. Una técnica recurrida
en el ámbito doméstico, cuando no se dispone de él, es utilizar una toalla para
que realice esta función. Esta pieza ha de ajustarse bien a la mesa para que no
se mueva, al ser una tela gruesa cualquier pliegue supondría que las copas por
ejemplo pierdan el equilibrio al ponerse encima.
Mantel: es una pieza de tela normalmente lino, algodón o cualquier otro tejido
suave que cubre la mesa en la que comemos. Lo más correcto es que sea de
color blanco o tonalidades claras y que llegue casi hasta el suelo. Al contrario de
lo que estamos acostumbrados a ver o pensar, no es la pieza sobre la que
comemos, ya que sobre el mantel, colocaríamos el cubre-mantel.
En el siguiente video podrán apreciar con más detalle el uso del mantel en la
mesa,
cubre- mantel: Es una pieza de tela de tejido fino, que se coloca sobre el mantel
para protegerlo de las manchas que puedan hacerse durante el servicio de los
platos. Es de tamaño inferior al mantel, para que se vean las faldas de éste. Hay
de distintos tipos: individuales, los llamados paso de mesa o que cubren la
totalidad de la mesa. Podemos jugar con la combinación de colores y contrastarlo
con el resto de elementos de la mesa. A continuación veamos el siguiente video
llamado “Mantelería y accesorios”

Servilletas: Solemos encontrarlas o sobre el plato o a la derecha de éste. En caso
de estar sobre el plato y doblada en triángulo la punta ancha irá hacia la derecha
o hacia abajo. También la podemos encontrar en la parte derecha del plato, en la
parte exterior de los cubiertos de este lado, con la punta ancha hacia el plato. Las
servilletas, deben estar lo más higiénicas posibles, ya que su fin es la limpieza.
Esta es la razón por la que no es recomendable hacerles muchos dobleces, ya
que esto se relaciona con estar muy toqueteadas.

A continuación veamos el video llamado “Dobleces de servilletas”. Para ver el


video haz clic en el nombre del mismo.
Uso correcto de las servilletas:
 Nunca debemos abrirla del todo y no debemos ondearla delante de los
compañeros de mesa.
 Si nos levantamos de la mesa, debemos dejarla a en el lado izquierdo de nuestro
plato, doblada en pliegues sueltos, No es correcto que la llevemos al baño o
adonde nos dirijamos.
La finalidad de la servilleta es retirar las partículas de alimento, que pueden quedar
adheridas a nuestros labios durante la comida. Nunca se usa para limpiarnos o
sacudirnos la nariz, hurgarse las orejas, etc. Pasemos luego a ver el video
llamado “Uso de la servilleta”. Para ver el video haz clic sobre el título del
mismo.

En el mundo hostelero de cierta calidad, las servilletas no se tocan apenas, el


personal las dobla con cubiertos e incluso podemos ver cómo nos las sirven con
ellos desde una bandeja.
Tamaño de las servilletas:
 60 X 60 cms.: son las servilletas realmente elegantes.
 45 X 45 cms.: son las que como mínimo se usan para una comida o cena
 34 X 34 cms.: se usan para bufetes o comidas ligeras.
 22 X 22 cms.: son las servilletas de merienda.
 20 X 20 cms.: son las servilletas de aperitivo.

La Vajilla
Existen vajillas de distintos diseños y calidades. Utilizaremos aquella que más se
ajuste a nuestros gustos y posibilidades, cuanto más formal sea nuestro evento,
es recomendable utilizar estilos clásicos y de colores claros.
Si los platos tienen anagramas en el borde, colocaremos el plato de manera que
el anagrama coincida en la parte superior del plato, centrado y de manera legible
para el comensal. De igual Los platos que conforman una vajilla son los
siguientes:

La disposición de los platos en la mesa debe ser la siguiente:


modo si el anagrama esta dibujado en el centro del plato.

La Cristalería
Otra de las “familias” que colocaremos en la mesa, es la de la cristalería, que
está formada por todos los vasos y copas que podamos necesitar.

Su disposición en la mesa, es en la parte superior, justo delante del plato. Pueden


colocarse en forma horizontal, media curva o de forma inclinada de arriba hacia
abajo.
Pasamos a enumerarlas de izquierda a derecha, según su colocación:
Su orden de colocación de IZQUIERDA a DERECHA:

La copa para el licor o la de cava/espumoso, irá colocada un poco retrasada, si se desea.


Cabe recordar, que la copa de cava es la misma de champagne, sin embargo, no
podemos utilizar ese término, pues se trata de una denominación de origen, ahora de
uso exclusivo en la región de Champagne, Francia.
 Copa para el agua: es la primera que se coloca en el lado superior izquierdo. Es
de tamaño superior al resto o igual en todo caso (nunca más pequeña). Un error
frecuente en el uso de esta copa, es que hay quien la confunde con la copa de
balón para vino tinto, y la utiliza con este fin. Esto nunca sería correcto. Lo más
formal es que la copa para agua, ya esté rellenada cuando los comensales tomen
asiento. Es el único caso en que debe realizarse y nunca se rellena más de 4/5
de su totalidad. (Buscar imagen)
 Copa vino tinto: es colocada junto a la copa para el agua y de tamaño igual o
ligeramente más pequeña. Es preferible colocar una de cristal fino. Sería de mal
gusto rellenarla más de ½ del total, lo más recomendable es 1/3.
Copa vino blanco: se utiliza si vamos a servir en el menú pescados o mariscos. Si
no se va a utilizar vino blanco no es necesario colocarla. Es más pequeña que la
copa de vino tinto.
 Copa para licor: si se pone desde el principio, se colocará a continuación de la
de vino blanco, y ligeramente retrasada del resto. Es la que está colocada más a
la derecha.

Copa de Cava/Espumoso: la de cava es una copa de tipo flauta, estrecha y


delgada, la más apropiada para este tipo de bebida, porque permite concentrar el
aroma y conservar el burbujeo del gas, lo que le da el buqué
Saber elegir la bebida que conviene, tomar con cada plato pedido/servido, es
siempre señal de que se sabe combinar comida con bebida. Algunas sugerencias
con relación a las bebidas:
1. En un restaurante de categoría, se considera un desatino solicitar, antes de
comer, que sirvan copas con licor de alta graduación, porque al beberlas,
perderemos paladar y no saborearemos el gusto de los exquisitos platos que nos
servirán poco después.
2. Por una causa similar a la anterior, el vino dulce disminuye el apetito cuando se
toma antes de la comida.
3. Le elección del vino la haremos posterior a la elección de la comida.
4. Una muestra de cortesía del anfitrión es preguntar al invitado (si lo hay) cuál es su
preferencia y pedir la clase y marca indicadas por éste (invitado).
5. Si no estamos familiarizados con la carta de vinos, llamemos al
mesero/camarero/mozo o “maître” para que recomiende uno entre los que se
encuentran en la carta.
6. La regla tradicional es:
7.
8. Ningún vino se bebe helado.
9. La temperatura que cada vino alcanza su aroma, cuerpo y sabor varía según los
tipos.
Vinos tintos, como norma general, se sirven a temperatura ambiente, pero
haremos algunas distinciones:
o Tintos jóvenes: 12 a 14 grados centígrados.
o Vino tinto reserva: 17 a 19 grados centígrados.
o Vino tinto gran reserva: Máximo 22 grados centígrados.
El vino tinto necesita airearse antes de ser bebido, cuanto más años tiene, más
tiempo aireándose. Tomen en cuenta los niveles de temperatura en nuestro país,
para helar el vino tinto, sin excedernos.
o Tintos jóvenes: 12 a 14 grados centígrados.
o Vino tinto reserva: 17 a 19 grados centígrados.
o Vino tinto gran reserva: Máximo 22 grados centígrados.
Para licores y aguardientes no hay normas pre establecidas con respecto a la
temperatura.
10. Para saber qué vino estamos bebiendo, miremos el año que aparece en la
etiqueta de la botella y seguir este criterio de cálculo:
o Vino Crianza: 1 año de envejecimiento en barrica y 6 meses en botella.
o Vino Reserva: 2 años de envejecimiento en barrica y 1 año en botella.
o Vino Gran Reserva: 3 años de envejecimiento en barrica de roble y 1 año
en botella. (En este caso es el tiempo mínimo, pues hay vinos que tienen
10, 12 y hasta 40 años). A partir de los 30 años, corremos el riesgo de que
se puedan avinagrar.
11. Y finalmente, si los invitan a una cata de vinos, tengan siempre presente, que el
vino en tales ocasiones, no se bebe se escupe directamente en el suelo
(generalmente cubierto se aserrín). Es la única ocasión que se puede escupir en
público.

La Cubertería
Ahora pasemos a todo lo relacionado con la cubertería. El manejo de ésta es
sencillo, en cada servicio individual se rige por dos reglas básicas:
a. Los tenedores se colocan a la izquierda y los cuchillos y cucharas a la derecha.
b. Se comienza tomando el cubierto o los cubiertos situados al exterior, utilizándolos
plato por plato, hacia los situados más al centro.

Tipos de cubiertos
Se dividen en cuatro clases: cuchillos, tenedores, cucharas
 Los cuchillos: se colocan en el lado derecho del plato y de afuera hacia adentro
encontraremos:
 Cuchillo para entrantes: es de un tamaño ligeramente más pequeño al
resto de cuchillos y de punta roma. Todos los cuchillos se colocan con la
sierra hacia el plato.

 Cuchillo carnicero: es un cuchillo con sierra y bien afilado, su terminación es en


punta. (Agregar imagen)
 Pala para pescado: es un cuchillo específico para comer pescado, con forma de
pala y sin filo. Se coloca con la parte cóncava hacia abajo.

 Cuchillo para postre: de pequeño tamaño y con punta roma, es el cubierto


de postre más próximo al plato. Se coloca con el filo hacia abajo y el mango
hacia la derecha. Aunque el postre sea de textura blanda, es recomendable
ponerlo, porque sirve para ayudarse. El ejemplo más claro, es empujar el
último trozo de flan a la cuchara
 Los Tenedores: se colocan en el lado izquierdo del plato y de fuera a dentro:
 Tenedor para los entrantes: es de cuatro puntas de tamaño inferior al que
se usa para la carne. Se coloca con las púas hacia arriba al igual que el
resto de tenedores. Agregar imagen
 Tenedor para carne: es de cuatro púas y gran tamaño. Agregar imagen
 Tenedor para pescado: es un tenedor en forma de horca con tres o más
púas. Agregar imagen
 Tenedor para postre: Con cuatro puntas y pequeño tamaño, será el
siguiente a la cucharilla de postre y tendrá el mango hacia la izquierda.
Púas hacia arriba. Agregar imagen
 Las Cucharas: igual que con las pinzas para mariscos, se pondrá siempre y
cuando vayamos a servir en nuestro menú sopa o consomé, como primer plato.
Los diferentes tipos de cucharas son:
 Cuchara de sopa: se coloca al lado derecho, junto a los cuchillos y su
tamaño es el más grande.
 Cuchara de cremas y purés: es de menor tamaño que la de la sopa y
generalmente no termina en punta sino que es aplanada. Insertar imagen
 Cuchara de repostería: es una cuchara mediana y se coloca al centro,
frente al plato, con el mango hacia la derecha. Insertar imagen
 Cuchara de té: es pequeña y se coloca en el plato junto con la taza.
Insertar imagen
 Cuchara de café: es la más pequeña y se coloca igual que la del té, en el
plato junto con la taza. Insertar imagen
Otros elementos a instalar en la mesa:
Centros de mesa: con motivos florales, frutales u originales, siempre acorde con el resto
de decoración y elementos de la mesa y salón. Debemos elegir centros no aparatosos,
que no interrumpa la visión entre comensales y que no desprendan olores, esto hace
variar aromas y sabores de los platos que vamos a servir. En caso de utilizar velas, sólo
es correcto hacerlo en las cenas.
Centros de mesa.
Señalador de lugar: son pequeños rótulos que encontramos delante de los cubiertos de
postre con el nombre del comensal que debe ocupar ese asiento.
Minuta: pequeño folleto que describe todos los platos que se van a servir durante la
comida, así como su orden. Si optamos por ponerlo sobre el plato, desplazaremos la
servilleta al lado derecho de la mesa y viceversa si ya optamos por ponerlo a la derecha
de los cuchillos.
Cenicero: con toda la normativa anti-tabaco, ya no es común encontrarlo sobre la mesa.
De hecho es de mal gusto fumar entre los platos y durante la comida. El momento
propicio es tras los postres cuando vayamos a tomar los licores. Como anfitrión
abogaremos por el respeto a esta norma.
Jarras y botellas: las botellas nunca se pondrán sobre la mesa, ni siquiera la de vino que
es tan frecuente ver.
Para colocarlas, utilizaremos una frapé o cubitera de pie, en caso de ser bebidas que se
sirven frías, o en una mesa auxiliar para el vino tinto por ejemplo. La única manera de
tener el vino tinto sobre la mesa, es si primero lo hemos puesto en un decantador de
vinos ya que las jarras sí pueden estar sobre la mesa principal, aunque es más adecuado
tenerlas en la mesa auxiliar.

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