Está en la página 1de 5

Hidroterapia

La hidroterapia es la utilización del agua como agente terapéutico, en cualquier forma, estado o
temperatura. El término procede del griego Hydro (ύδρο-,agua, griego antiguo ὕδωρ, hýdor) y
Therapia (θεραπία, curación). Es una disciplina que se engloba dentro de la naturopatía,
talasoterapia, balneoterapia, fisioterapia y medicina (hidrología médica) y se define como el arte y
la ciencia de la prevención y el tratamiento de enfermedades y lesiones por medio del agua.
En sus distintas posibilidades (piscinas, chorros, baños, vahos...) la hidroterapia se emplea como
herramienta para el tratamiento de diversos cuadros patológicos como pueden ser traumatismos,
enfermedades reumáticas, enfermedades digestivas, respiratorias o neurológicas.
Por definición, debemos entender que la hidroterapia es "la ciencia de los procedimientos capaces
de modificar el estado del organismo y que emplea el agua como intermediario directo". Su
aplicación está sometida a indicaciones precisas, ya que al igual que puede tener resultados con
efectos muy saludables, puede ser nociva o peligrosa en algún punto si no se trata con cuidado y
no se tiene el conocimiento para aplicarla. También se define como un "sistema de curación
natural"
el cual el agua es utilizada para tratar, prevenir, o curar cualquier problema de salud o lesiones.

Historia
La hidroterapia es tan antigua como el hombre y le daban los mismos usos que le damos en la
actualidad. Arranca desde el periodo mitológico de los griegos quienes utilizaban el agua para
sanar y la consideraban "aguas salutíferas, con las cuales se aplicaban baños para la eliminación de
impurezas de orden espiritual y físico". El uso del agua fría, como medio higiénico y curativo, ha
sido común a lo largo de la historia. Los espartanos bañaban a sus hijos de recién nacidos en agua
fría y era tanto el aprecio que hacían de dicho medio, que con el objeto de dar tono y vigor al
cuerpo se bañaban en todas las estaciones del frío en el Eurotas. Píndaro dice en una de sus odas
olímpicas que la mejor cosa es el agua y después, el oro.
Pitágoras recomendaba mucho a sus discípulos el uso de los baños fríos para fortificar el cuerpo y
el talento. El anciano de Coos, el gran Hipócrates o sea el padre de la medicina, que añadió las
frotaciones en el baño frío, estaba acostumbrado a usar del referido agente en la curación de las
enfermedades más graves y fue el primero que con su genio profundo y observador notó que el
uso del agua caliente enfriaba, mientras la fría calentaba. Los macedonios creían que el agua
caliente era muy enervante y así es que prescribían a sus mujeres se lavasen con agua fría después
de paridas.

Virgilio llama a los antiguos habitantes de Italia raza de hombres endurecidos y austeros, que
sumergen a sus criaturas acabadas de nacer en los ríos y los acostumbran al agua fría lo que nos
indica cuáles eran las costumbres de aquel pueblo. Celso, llamado el Cicerón de los médicos, usaba
el agua para curar el dolor de cabeza y estómago. Galeno en el siglo II recomendaba los baños
fríos, tanto a los que gozaban de salud como a los que estaban padeciendo ataques febriles.
Carlomagno, sabedor de la salubridad de los mismos baños animaba a todos los de su imperio al
uso de ellos e introdujo en la corte por vía de diversión la costumbre de nadar. Michele
Savonarola, médico italiano en 1462 recomendaba el agua para la oftalmía y las hemorragias por
creerla uno de los remedios más eficaces.
Vander Heyden, doctor de Gante, manifiesta que en 1624 curó a muchos centenares de personas
atacadas de disentería, cuya enfermedad era entonces epidémica y para lo cual tan solo usó el
agua fría. Short, doctor inglés, refiere en 1650 que había curado con agua fría la hidropesía y las
mordeduras de perros rabiosos.
El doctor Floyer publicó en 1702 Psychrlousie (Instrucciones sobre el uso de los baños fríos). El
doctor Hancoek, en 1722, dio al público un tratado antifebril sobre el uso del agua fría de la que se
hicieron en solo un año siete ediciones. Currié publicó en 1707 una honra sobre la eficacia del
agua, la cual puede considerarse como la base científica de la Hidropatía o Hidroterapia. Tissot, en
sus Consejos al pueblo, publicados en París en 1770, demuestra la importancia del agua fría.
Hahn, que nació en Silesia en 1714, escribió acerca de las curas con el agua una excelente obra que
se reimprimió. Samuel Hahnemann, padre de la homeopatía, en una obra impresa en Leipzig en
1784, recomienda el agua fría, sin la cual dice que las úlceras muy atrasadas no se pueden curar y
agrega que si existe algún remedio, es el agua.3
Similares tratamientos utilizaban el célebre cura Sebastian Kneipp, párroco de Wörishofen
(Baviera) el cual se proponía resolver las sustancias morbosas, eliminarlas del cuerpo humano y
fortalecer el organismo por medio de las efusiones de agua fría añadiendo a veces vegetales, sobre
todo, flores de heno, de cola de caballo y de paja de avena.

Otra definición de la hidroterapia


La hidroterapia es un conjunto de técnicas utilizadas en fisioterapia, en las cuales se utiliza el agua
como medio terapéutico. Algunas de sus técnicas son el baño simple, baño de vapor, baño de
remolino, duchas de agua, sauna, bolsa caliente y envolturas. La mayoría de ellas son indicadas por
un tiempo de 10 a 30 minutos, dependiendo del método utilizado, y en las cuales debe variar la
temperatura.
La rehabilitación es un proceso terapéutico que necesita de áreas como la fisioterapia, para poder
llevarse de una manera más asertiva y efectiva. En el caso de la fisioterapia para lograr la
recuperación de las lesiones y de diferentes patologías, se utilizan una serie de intervenciones que
producen efectos positivos y amplios beneficios en las pacientes. Una de esas técnicas es la
llamada hidroterapia, la cual utiliza el agua para disminuir el dolor y lograr múltiples efectos en el
cuerpo.
"La hidroterapia o terapia acuática puede generar múltiples beneficios en la rehabilitación, gracias
a las propiedades del agua".

¿Para qué se recomienda la hidroterapia?


Este medio terapéutico puede ser utilizado como terapia y tratamiento en una gran variedad de
patologías y lesiones. Las más comunes son las siguientes:
Cólicos abdominales.
Procesos degenerativos como la artrosis.
Lesiones articulares, tendinosas, de ligamentos y musculares.
Pacientes con patologías neurológicas.
Parálisis cerebral infantil.
Personas con Fibromialgia.
Distrofia simpática refleja.
Esclerosis múltiple y lateral amiotrófica.
Neuralgias.
Lumbalgia, cervicalgia y dorsalgia.
Post-entrenamiento, con el fin de relajar el tejido muscular.

¿En qué enfermedades está contraindicada la


hidroterapia?
Así como es una terapia que tiene múltiples indicaciones y beneficios, también se debe saber que
puede estar contraindicada en ciertos casos. Las personas que deben evitar la terapia de agua son
las siguientes:

Inflamación e infecciones agudas.


Pacientes que presenten fiebre.
Insuficiencia renal y cardíaca.
Hipotensión e hipertensión grave.
Presencia de hemorragias.
Enfermos con neoplasias.
Problemas de la piel.
Trastornos circulatorios.
Nota: Aunque la terapia de agua tiene múltiples indicaciones, se deben tener en cuenta también
en que personas no se recomienda.

¿En qué favorece la hidroterapia?


El agua tiene propiedades curativa muy bien establecidas, es por eso que mediante el tratamiento
con agua caliente se puede generar un efecto muy positivo en el cuerpo, ya que favorece los
aspectos que se mencionan a continuación:

Produce analgesia, es decir que alivia el dolor.


Se puede fortalecer todo el cuerpo, debido a que se pueden incluir movilizaciones activas y
pasivas, con cambios en las resistencias.
Al hacer ejercicio, provoca liberación de endorfinas.
Aumenta el metabolismo de las células, con lo cual se consigue una mayor reparación de los
tejidos lesionados.
Los cambios de la temperatura del agua, producen sedación y calman a la persona.
Beneficia la relajación muscular.
Incrementa la circulación.
Provoca un efecto antiespasmódico.
Además incentiva las propiedades elásticas de los tejidos conectivos.

También podría gustarte