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EL MUNDO ■ LUNES 23 DE SEPTIEMBRE 1985 21

Opinión

El caso de William Freeman Halstead


La advertencia
Por Jaime
Frank-Paganacci llegó tarde? El 14 de - marzo el proceso.
Lo defendió Aniceto González, capitán de

periodista, en tempranera función de fotógrafo, había artillería identificado con la teoría del fiscal. Una
sido sorprendido mientras fotografiaba las defensas tuvo el acusado: la de un pésimo traductor.
su edición del 28 de agosto este periódico garantía
de la plaza de San Juan, entre días el castillo de San
Cuando el fiscal, corriendo solo en la delantera, pidió

En resucita el
su día

mención la
nombre de

ganó justa
hizo en su
un

y merecida
periodista

muy
que
celebridad. La
leída sección
en
Cristóbal y la batería de la Princesa. Encarcelado en
el Morro, al día siguiente se procedió a la revelación
de la película. Las
tomas, evidenciaban utilidad mili-
la

Con
pena
de
muerte, Halstead mostró complacencia.
todo, el
Consejo bien pudo
fusilamiento. No lo hizo por su condición de ciudadano
haber ordenado su

histórica. Se trata de WilHam Freeman Halstead,


San Juan del New
tar. Terminada pesquisa, resultó que él encausado
la
inglés. Lo condenó a nueve años de residió mayor. Era
corresponsal en periódico York
ciudadano
Herald a
era inglés oriundo de Hamilton en la pro- el 3 de mayo de 1898.
principios de la Guerra Hispanoamericana. vincia de Ontario, Canadá. Se
notificó -al cónsul de
Exigencias de su profesión lo llevaron al linde del Todavía el 12 de mayo la sentencia no había sido
Inglaterra, Jorge Finalay, y éste, con flemática indi- el
pelotón dé fusilamiento después dé ser procesado y aprobada por general Macías. En consecuencia
ferencia, abstúvose de intervenir. Finalmente el pri-
convicto
por
el delito de espionaje en
tiempo de permanecía en la cárcel
en
espera ser trasladadode
sionero culpable ab initio
-
fue conducido a la
-

guerra. Tenía 27 años, y en su espíritu regía, la al Presidio Provincial. Ese día, en horas de la madru-
Cárcel Provincial de Puerta de Tierra. La cárcel
serenidad la escuadra de
provecta. Vemos los detalles. Smapson bombardeó San Juan.
Antes del comienzo de esta guerra, era correspon-
ocupaba el edificio que hoy aloja el Archivo Histórico Kda,presos
s dormían en catres de
tijera. Es interesante
frente al
sal del New York Herald Puerto Rico el doctor
parque Muñoz Rivera. consignar que uno de esos presos era Santiago Igle-
en

Manuel del Valle Atiles, hermano del alcalde de San


Preso
y vigilado, Halstead continuó cumpliendo su sias, recién llegado a la isla procedente de Cuba. Un
misión informativa valiéndose de ingeniosos medios.
Juan, don Francisco del Vallé Atiles. El doctor se proyectil perforó* el muro de la parte norte, y, sin
Hasta las tripas del pan, que con el almuerzo le
había graduado de dentista en la Universidad de estallar, cayó en la celda. A Iglesias le destrozó el
enviaban del
hotel Inglaterra, le sirvieron para burlar catre, y le produjo una herida en el sitio donde la
Michigan, alma mater del doctor Barbosa. A Puerto
la El
. vigilancia del censor. resto lo hacía el cable en
espalda cambia de nombre, dicho esto con la gracia
Rico regresó invertido con la ciudadanía americana
Santomas. En esta isla, históricamente envuelta
clara indicción de formaba parte de la en eufemística del pueblo. A Halstead se le permitió
en
que pléyade nieblas
precursora del anexionismo. Para el gobierno
conspiratorias, varios
puertorriqueños promi- guardar él proyectil como recuerdo.
español
nentes aguardaban el
momento del colapso español,
era persona non grata. Al iniciarse el estado de beli- El 14 de gosto el general Macías dio la noticia del
entre ellos el
entre Estados mayagüezano Mateo Fajardo. ese mismo
gerancia España y Unidos, Halstead, armisticio, y día, por gestiones del mismo
de la fue del Valle Formado el Consejo de Guerra para entender en la Brook y de
salido nada, a conocer a y a
Finalay, el gobernador español indultó a
identificarse como corresponsal viajero del Herald. A causa instruida contra el periodista espía, optó por Halstead: Iglesias salió en libertad
el 28. No medió
estos efectos, este periódico se comunicó
cablegráfica- ejercer sus funciones judiciales en la misma Cárcel de indulto porque estaba en prisión preventiva. El perio-
menfe del Valle instándole a dejarle saber a Puerta de Tierra. El acusado no comparecía a la sala dista fue fue
con . no un espía; sencillamente un buen
de justicia; la sala de
Halstead que era deseable el respeto a las leyes de justicia comparecía ante el periodista que arriesgó su vida en el cumplimiento del
acusado. Y en el ambiente carcelario se ventiló el
Puerto Rico. deber informativo.

La búsqueda del consenso

DOMINGO Se habla En el
-
con insistencia en Bloque, que sustenta la candidatura del alcal-

SANTO diversos medios políticas de la “necesidad” de


un consenso nacional

derroteros más prometedores. En el


plano es-
que derrumbe al país por
de de Santo Domingo José Francisco Peña Gómez, el
horizonte luce igual. Cualquiera sea el candidato no-
minado habrá
problemas internos, porque el cuadro
trictamente retórico la propuesta luce como un es- de ha extendido demasiado y
expectativas se es
impo-
fuerzo por lograr cierto grado de coincidencia nacio- sible cubrirlo con eficacia.

nal que nos


permita afrontar con mejores El ambiente en la oposición es muy similar, con
perspectivas el
pesado cúmulo de problemas económi- sus
propias características, a veces más sórdidas in-
cos, sociales políticos que embargan, a
y la nación. cluso el área
Pero en la
MIGUEL que en oficialista. La lucha por la
práctica constituiría uno de los mayores nominación
enredos de nuestra historia. GUERRERO vicepresidencial en el Partido Reformista
Social Cristiano
(PRSC) del ex-presidente Joaquín Ba-
Si los grupos políticos, casi sin laguer, es un elemento permanente de pugna interna.
excepción, han' sido
incapaces de conseguir Y no hay que disienta del
y preservar niveles aceptables expresidente Juan Bosch en
de convivencia la esfera del Partido de la
interna, el partido en el poder no ha Liberación Dominicana
podido conciliar sus asperezas con su propio gobierno (PLD).
y el Congreso es un amplio espejo de la Si de la
proclividad en aras convivencia nacional se
juntan
nacional al desacuerdo, ¿cómo pretender entonces todos ingredientes olla, el país
República. esos en una no
podrá
unificar al país sobre la base de un el
programa de Echele vistazo la apurar caldo sin temor a una intoxicación política
acción gubernamental?
un
configuración partidaria del
a
social. La incompatibilidad tan grande
que este
es
país y se notará, sin demasiados esfuerzos, que una
intento de, unificación no alcanzaría suficiente madu-
El hecho es las metasgubernamentales y la característica del momento es la
fragmentación. Hay
que
forma de las mismas han constituido, á lo incluso dentro de esa
fragmentación diversas catego-
rez como 'para sentar las bases programáticas sobre
llegar a
las cuales debería operar.
largo de nuestra historia reciente, uno de los elemen- rías.

tos de desunión más poderosos. De modo que las


Así en la “tendencia” delPresidente en el PRD hay No pasarían de tres reuniones preparatorias antes
propuestas a favor de un gran consenso
pueden tener una gran variedad de matices. -La facción del senador de que comenzaran a aflorar las desavenencias en las
crecen de probabilidades prác-
un eco resonante, pero oficialista Jacobo Majluta no presenta un panorama que el proyecto. Olvidémosno de la
perecería “unidad
ticas. nacional”. El
diferente. En los numerosos grupos formados, dentro país no está preparado para esa clase de
Un
gobierno de unidad de la Un consenso de tal
bajo esos términos y con los organización, alrededor del movimiento que empresa conjunta. naturaleza es el
ingredientes disponibles del caldo político nacional,
aúpa . candidatura presidencial, han germinado las
su fruto de un largo trabajo político con la vista en ese
constituiría fórmula explosiva que no tardaría en
una más increíbles y variadas aspiraciones individuales y objetivo. Y los políticos dominicanos no han trabajado
estallar llenando de agitación y caos social a la políticas. nunca
pensando en ello.

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