PROFRA. MARIBEL VIDAL CHABLE.

ESC. SEC. FED. 1 “ADOLFO LÓPEZ MATEOS”

CÁRDENAS, TABASCO.

UNA REALIDAD CON MEJORES ESPERANZAS.

Vivimos en un mundo en constante cambio, por eso sé que debo estar abierta a ello,
como docente sé que las reformas curriculares son constantes, pero tengo que ver lo
positivo y las oportunidades de cada una, ya que si me centro en los errores no lograré
avanzar y por ende me estancaré.

Lo primero que pienso ante cada cambio es: ¿En dónde estoy? y ¿Qué puedo mejorar?
En lo personal, lo que más me ha costado es la integración de innovaciones
tecnológicas, la era digital, las redes sociales a mi práctica docente; estoy a la
vanguardia porque me gusta seguir canales e información al respecto, pero con tantas
restricciones en mi escuela no he querido ir más allá, más sin embargo si he mejorado
mi práctica docente, cambiando y enfocándome a la forma de ser de cada grupo, a su
entorno y tomando ideas de las redes con la apertura de los planes y programas de
estudio.

Esta reforma curricular me ha permitido a mi descubrir que lo que me funciona en un

grupo no me funciona en todos, entonces he tenido que cambiar mis ejercicios, pero
siempre tratando de mejorar y en pro de mis alumnos.

En ocasiones el tiempo con mi familia no me permite dar un extra, pero todo lo que
hago siempre es pensando en lo mejor para mis alumnos; la gran mayoría pasan por
momentos difíciles en sus hogares, por eso me gusta trabajar lo psicológico, lo
humanitario y lo pedagógico; y si bien es cierto que en ocasiones hay alumnos que no
quieren trabajar, que son traviesos e irrespetuosos también me han enseñado que
buscando otras estrategias como: el trabajo en equipo, el dialogo personal, actividades
pensadas por ellos y para ellos junto con paciencia y buen trato se pueden lograr
muchas cosas.

Cuando me enteré de esta reforma lo que me gustó es la autonomía, ya que de algún

modo sé que puedo enfocar y estoy enfocando mis actividades de un modo más
práctico donde se me permite estar fuera del aula, llevando a los alumnos a sus
realidades, su entorno, su vida diaria, pero sin olvidarme de sus sentimientos, sus
problemas y la era digital en la que están viviendo con accesos a malas prácticas y la
desinformación.

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Se me permite reinventar el arte de mi trabajo y si me equivoco lo vuelvo a intentar

cada vez con más ganas y entusiasmo en un ambiente pacífico y lleno de valores.

Mi mayor preocupación es volver atrás, ya que cuando llegué a esta escuela se

priorizaban las reuniones de academias y se hacían actividades reinas de cada
materia, me gustaba trabajar esas actividades porque motivaban a los alumnos; al
pasar el tiempo, con los nuevos lineamientos y directivos todo eso se llegó a considerar
pérdida de tiempo, hasta perdimos la biblioteca escolar, parte fundamental de nuestra
materia, de la vida y el mejor hábito de ocio, donde los alumnos leían hasta en el
receso, pero me gusta que se esté retomando de nuevo y se valore el trabajo
colaborativo.

Llegó el momento que me volví individualista, (cada docente lo hacía) y solo me

importaba entregar toda la papelería y documentación requerida como parte de mis
responsabilidades sin la motivación de hacerlo cada vez mejor; dejó de importar la
libertad de lo que yo quería hacer y expresar para mejorar.

Todo esto ha cambiado mi perspectiva porque ahora se que puedo logar una formación
integral, situando la realidad del alumno como lo principal, dejando abierta la puerta
para redireccionar mi práctica; combinando el aula y lo real para enriquecer la
autoestima y las habilidades de mis alumnos, mismas que les sirvan para enfrentar las
problemáticas de su comunidad de una forma distinta y responsable.

Ahora realmente se nos ha dado la apertura de consensar información y trabajar en

colectivo docente para ver o enfocarnos en la problemática principal de la escuela o la
disciplina. En un principio compartir entre pares para mí fue una tarea un poco difícil,
durante mucho tiempo trabaje solo para mí y todos tenemos diferentes perspectivas,
pero se me hace importante y valioso el hacerlo porque estamos logrando mejores
resultados y sobre todo es una práctica que refuerza los lazos sociales y de
compañerismo al mismo tiempo.

El sentirnos apoyados y respaldados nos ha hecho trabajar con libertad, sin miedo a
equivocarnos o corregir la dirección al mismo tiempo, en conjunto; como campos, para
lograr una mayor motivación de nosotros mismos, transmitiéndola a los alumnos,
trabajamos con menos carga de trabajo, más felicidad y armonía en un solo fin,

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priorizando nuestro objetivo en base a las características de los alumnos y su realidad,

reconociéndolos siempre a ellos como lo principal y primordial en todo momento.

“Ir juntos es comenzar. Mantenerse juntos es progresar. Trabajar juntos es triunfar”

Me queda claro que la escuela debe ir ligada al quehacer y vivencias de la realidad

comunitaria en la que se desenvuelven mis alumnos, enfocarme a que ellos entiendan
y comprendan de donde vienen, las costumbres, tradiciones y modos de ser desde su
familia u hogar, hasta su desenvolvimiento académico; que identifiquen de qué manera
todo esto ha influido e influye en ellos, pero sobre todo presentarles soluciones y
estrategias de la adaptación al cambio.

Si bien es cierto que las comunidades de donde vienen mis alumnos son de ambientes
de delincuencia, drogadicción, marginación, con familias disfuncionales; también hay
familias unidas, iglesias, parques, actividades deportivas, que invitan a lo contrario.

Hoy sé que puedo superar el reto de ser mejor, de crear en mis alumnos conciencia,
pero sobre todo de poder colocar la espinita de cambiar día con día; que sepan que
realmente la escuela es como su segunda casa, donde puede vivir mejor, aprender
como enfrentar su vida diaria con bases sólidas que le permitan no titubear ante alguna
circunstancia.

Creo que puedo aprender a enfocarme a proyectos comunitarios con vivencias reales
de la comunidad, que vean que no están solos y que siempre habrá una salida que les
permita ser mejores, quiero ser un auxilio de paz, amor, confianza y poner ese granito
de arena que a veces hace la diferencia y en ocasiones les hace falta.

Estoy convencida que podemos implementar todo esto y mas porque al final también
tenemos familia, conocemos, pasamos esta etapa y hemos estudiado a los
adolescentes en algún momento de nuestras vidas lo que nos permite superar
cualquier obstáculo que se nos presente con ellos y de la mejor manera, principalmente
pensando que son parte de nuestra familia escolar.

En el taller aprendí a ver las cosas desde otra perspectiva, desde la mirada de la
comunidad, desde el sentir del alumno, de buscar a través de lo que ellos viven, el por
qué a sus comportamientos; y en vez de reprochar, ayudar. Aprendí a valorar mi

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práctica, mi sentir docente y su importancia; comprendí que necesito apreciar y estar

bien, en el mejor ambiente de trabajo, con una sana convivencia, con mayor
comunicación, abiertos al cambio, de trabajar en equipo y formar en su conjunto una
sola comunidad escolar, sin reproches y sin niveles pero siempre consientes de
nuestros valores, compromisos y responsabilidades, porque se aprende más cuando se
predica con el ejemplo.