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Este poema describe imágenes surrealistas de una mujer transformándose lentamente. Describe su maquillaje y ropa envolviéndola y cambiando su apariencia a través de los años. También hace referencia a remolinos de luz y sonido que envuelven y transforman el cuerpo de la mujer mientras se recuesta. El poema sugiere la metamorfosis gradual de la mujer a través del lenguaje vívido pero enigmático.
Este poema describe imágenes surrealistas de una mujer transformándose lentamente. Describe su maquillaje y ropa envolviéndola y cambiando su apariencia a través de los años. También hace referencia a remolinos de luz y sonido que envuelven y transforman el cuerpo de la mujer mientras se recuesta. El poema sugiere la metamorfosis gradual de la mujer a través del lenguaje vívido pero enigmático.
Este poema describe imágenes surrealistas de una mujer transformándose lentamente. Describe su maquillaje y ropa envolviéndola y cambiando su apariencia a través de los años. También hace referencia a remolinos de luz y sonido que envuelven y transforman el cuerpo de la mujer mientras se recuesta. El poema sugiere la metamorfosis gradual de la mujer a través del lenguaje vívido pero enigmático.
Es una murga, marcha en la noche de Varsovia, hace milagros por un alfiler que dejó su peluquera, con las máscaras, confunde empezó a pudrirse, eh por una hebilla de su pelo a un público polaco en la memoria de su pueblo Los estudiantes de Cracovia miran desconcertados: Y si ella nunca han visto se empezara a desvanecer, digamos nada igual en sus libros a deshacerse No es carnaval, no es sábado qué diré del pasillo, entonces? no es una murga, no se marcha, nadie ve Por qué no? no hay niebla, es una murga entre cervatillos de ojos pringosos, son serpentinas, es papel picado, el éter frío y anhelantes como la nieve de una calle de una ciudad de una Polonia agazapados en las chapas, torvos que no es dulces en su melosidad de peronistas que no es si ese tubo? lo que no es decir que no haya sido, o aún Y qué de su cureña y dos millones que ya no sea, o incluso no esté siendo en este instante de personas detrás Varsovia con sus murgas, sus disfraces con paso lento
Clase 2 Historia General de la Cultura 2011
sus arlequines y osos carolina cuando las 20.25 se paraban las radios con su célebre paz- hablamos de la misma yo negándome a entrar la que reina por el pasillo recostada en el Vístula reticente acaso? el proceloso río donde cae como digna? la murga con sus pitos, sus colores, sus chachachás carnosos Por él, produciendo en las aguas erizadas un ruido a salpicón por sus agitados ademanes que nadie atiende de miseria puesto que no hay tal murga, y aunque hubiérala entre su cuerpo y el cuerpo yacente no estaría en Varsovia, y eso todos de Eva, hurtado luego, los polacos lo saben depositado en Punta del Este o en Italia o en el seno del río Y la historia de los veinticinco cajones EL CADÁVER Vamos, no juegues con ella, con su muerte ¿Por qué no entré por el pasillo? déjame pasar, anda, no ves que ya está muerta! Qué tenía que hacer en esa noche a las 20.25, hora en que ella entró, Y qué había en el fondo de esos pasillos por Casanova sino su olor a orquídeas descompuestas, donde rueda el rodete? a mortajas, Por qué a él? arañazos del embalsamador en los tejidos entre casillas de ojos viscosos, de piel fina Y si no nos tomáramos tan a pecho su muerte, digo? a entrar, vamos por ese pasillo donde muere si no nos riéramos entre las colas en su féretro? de los pasillos y las bolas las olas donde nosotras Si él no me hubiera dicho entonces que está solo, no quisimos entrar que un amigo mayor le plancha las camisas en esa noche de veinte horas y que precisaría, vamos, una ayuda en la inmortalidad allá, en Isidro donde ella entraba donde los terrenos son más baratos que la vida por ese pasillo con olor a flores viejas y perfumes chillones lotes precarios, si, anegadizos esa deseada sordidez cerca de San Vicente (ella nosotras no toleraba viajar a San Vicente siguiéndola detrás de la cureña? quiso escapar de la comitiva más de una vez entre la multitud y Pocho la retuvo tomándola del brazo) que emergía desde las bocas de los pasillos dando voces de pánico Ese deseo de no morir? es cierto? Y yo le pregunté si eso era una manifestación o un entierro
Clase 2 Historia General de la Cultura 2011
en lugar de quedarse ahí Un entierro, me dijo en ese pasillo entonces vendría solo entre sus fauces amarillas y halitosas ya que yo no quería entrar por el pasillo en su dolor de despertar para ver a sus patas en la mesa de luz, ahí, donde reposa, despabilando robada luego, Acaso pensé en la manicura que le aplicó el esmalte Revlon? oculta en un arcón marino, O en las miradas de las muchachas comunistas, en los galeones de la bahía de Tortuga húmedas sí, pero ya hartas (hundidos) de tanta pérdida de tiempo: ellas hubieran entrado por el pasillo de inmediato Como en un juego, ya y no se hubieran quedado vagando por las adyacencias es que no quiero entrar a esa sombría temiendo la mirada de un dios ciego convalecencia, umbría Una actriz –así dicen– –en los tobillos carbonizados que se fue de Los Toldos con un cantor de tangos que guarda su hermana en una marmita de cristal– conoce en un temblor al General, y lo seduce para no perder la honra, ahí ella con sus maneras de princesa ordinaria en ese pasillo por un largo pasillo la dudosa bondad muerta ya en ese entierro Y yo por temor a un olvido intrascendente, a un hurto debo negarme a seguir su cureña por las plazas? a empalagarme con la transparencia de su cuerpo? DEVENIR MARTA
A lacios oropeles enyedrada VIII
la toga que flaneando las ligas, las ampula para que flote en el deambuleo la ceniza, impregnando Y qué se revelaba, en el cimbreo, más que la cintilación del filamento en su de lanas la atmósfera cerrada y fría del boudoir. fineza de medusa, la transparencia de la voz, la gárgara mucilaginosa, trazando liames de cristal entre las vestes, su oscilar, en el aire rociado que A través de los años, esa lívida se disuelve en una porosidad de receptáculos: en cada oscilación el mujereidad enroscándose, bizca, fulgurante despedazamiento de la distancia de glóbulos de laca, en cada en laberintos de maquillaje, el velador de los aduares glóbulo una luz. incendiaba al volcarse la arena, vacilar
en un trazo que sutil cubriese
las hendiduras del revoque y, más abajo, ligas, lilas, revuelo XXIII
Clase 2 Historia General de la Cultura 2011
de la mampostería por la presión ceñida y fina que al ajustar VAN OLEANDO. Vanolean. Lanolean en el limo (azul) de la maraña, los valles microscópicos del tul hirsuta, en la estrechez de boca de hule del embudo: corazón de la luz. Los sofocase las riendas del calambre, irguiendo remolinos que un talón levanta, el bretel al garete, en el empeine, los levemente el pezcuello que tornando disuelve o revuelve un picaflor bermejo (o escarlata): en la escarlatina de mujer se echa al diván topacio peina y devuelve al brillo el rizo suave. Si más hondo, no es tanto el revoleo de la humedad erizada cuando el hueco del choque con la raíz del nido. Lo profundo apunta hacia lo alto, el cielorraso de magnolias ardidas en una noche de San Telmo y las copas orondas que techan el verde celestial.