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Control Convencional

De qué trata el control convencional


El control de convencionalidad es un constructo teórico-jurisprudencial de la Corte IDH, que en
términos generales busca la armonización del derecho interno respecto del derecho internacional
de los derechos humanos. En este estudio, se pretende analizar dicha institución y su relación con
el control de constitucionalidad. En ese sentido, se pretende dilucidar ¿Cuál es la relación entre el
control de convencionalidad y el control de constitucionalidad?, para ello se utilizó el método
dogmático jurídico, siendo una investigación documental. Se concluye que las instituciones se
encuentran relacionadas en su carácter garantista de derechos humanos. Sin embargo, su fin
jurídico es distinto puesto que una pretende la aplicación de los derechos humanos y la otra la
supremacía constitucional. El control convencional
La figura jurídica del control de convencionalidad no se limita a un control internacional de la
aplicación de la convención. De igual manera puede ser visto desde una óptica o ámbito nación.
En este proceso se presentan varias reglas básicas entre ellas encontramos las siguientes:
o La ratificación de un tratado obliga al Estado a velar por su cumplimiento.
o Los jueces, como parte del aparato estatal, se encuentran sometidos a lo que disponen
tales tratados.
o Debe tenerse en cuenta, a tal efecto, no solo la letra del tratado sino también la
jurisprudencia de la Corte Interamericana.
En lo atinente al efecto supresivo de normas, este aplica cuando se determine la
inconvencionalidad de alguna norma, en razón que represente una violación a las garantías o
derechos previstos en el Pacto de San José o la jurisprudencia desarrollada por la Corte
Interamericana -sentencias definitivas de casos contenciosos o de reparaciones, resoluciones
interpretativas de sus fallos, medidas provisionales u opiniones consultivas. El control de
constitucionalidad en el Ecuador es concentrado, puesto que es el órgano especializado y
competente, a saber, la Corte Constitucional, quien declarara la inconstitucionalidad a través de la
acción pública de inconstitucionalidad o la consulta de constitucionalidad. Este último, a través de
consulta elevada por un juez respecto de una duda razonable y motivada. Este control de
constitucionalidad concentrado en la Corte Constitucional del Ecuador se equipará de cierto modo
al control de convencionalidad difuso, que es una obligación que recae sobre los jueces nacionales
de cada Estado, y para el caso ecuatoriano, de conformidad con la Constitución 2008 en su artículo
424 que dicha norma es suprema, y prevalece sobre cualquier otra del ordenamiento jurídico.
Asimismo, hace mención a los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por el
Estado que reconozcan derechos más favorables, los cuales se aplicarán preferentemente sobre
cualquier acto o disposición del Estado.
El control de convencionalidad es la herramienta que faculta a los Estados para que puedan
concretar la imperiosa necesidad de garantizar los derechos humanos en el derecho nacional,
mediante el análisis de las normas internas a la luz de la Convención Americana de Derechos
Humano. En otras palabras, este control es un método que busca garantizar la supremacía de la
convención y contrastar su contenido con las normas de carácter nacional. La Corte IDH no sólo
ha precisado el sentido y alcance del control a nivel internacional, sino que también ha descrito la
forma en que los operadores nacionales deben realizar el control de manera que puedan cumplir
con las obligaciones internacionales del Estado.
¿Quién ejerce ese control en Sede Internacional para el Ecuador?

En definitiva, el control concentrado que realiza la CIDH, comprende la naturaleza misma de su


función, cuando ejerce su competencia contenciosa, por medio de la cual llega a determinar la
responsabilidad internacional del Estado, por la violación de derechos consagrados en la
Convención Americana y otros instrumentos conexos. El control de convencionalidad difuso o en
sede nacional puede adoptar distintos mecanismos, dependiendo del grado de intensidad de
control que aplique cada Estado. De esta manera el juez en ejercicio de su control difuso, posee
varias alternativas, es decir, podría implicar una norma, expulsarla o bien darle una interpretación
conforme, que permita conservar la norma de derecho interno, pero adecuada al tenor de la
convención.
La CIDH debe ser interpretada de conformidad con las reglas generales de interpretación de la
convención consagrada para los tratados internacionales en general, y con las reglas especiales
que surgen de la naturaleza del misma de ser un tratado sobre derechos humanos, se contrasta
como la consolidación del control de convencionalidad tiene como punto de partida la regla de
interpretación derivada del principio en virtud del cual tiene la IDH ha venido expresando que la
CADH es un todo integral que debe ser interpretada en su conjunto. En este sentido la Corte
proclama que las disposiciones del derecho interno tienen que ser efectiva, lo que significa que el
estado debe adoptar todas las medidas necesarias para que lo establecido en la convención.
En este aspecto resulta necesario, previo a examinar esta regla de interpretación en particular,
recordar el contenido del artículo 30 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:
Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al
Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos
tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta
Declaración.

La Corte IDH dispone que el ejercicio del control de convencionalidad compete y es una obligación
propia de todo poder, órgano o autoridad del Estado miembro de la CADH, los cuales deben
controlar que los derechos humanos de las personas sometidas a su jurisdicción sean respetados
y garantizados. Los diversos órganos del Estado que realicen el correspondiente control de
convencionalidad, también deben realizarlo sobre la base de lo que señale la Corte IDH en ejercicio
de su competencia no contenciosa o consultiva. Existen dos maneras por las que se puede realizar
el control de convencionalidad concentrado y difuso. La primera es el control concreto de
convencionalidad; la segunda es el control abstracto de convencionalidad. Estas 300 Revista IIDH
[Vol. 64 dos formas de control se dirigen a dos tipos de disposiciones: el control concreto se realiza
sobre normas o leyes que han sido aplicadas a casos particulares y en los que se considera existe
una violación de derechos por la aplicación de la norma. En tanto que el control abstracto se realiza
sobre normas o leyes que aún no han sido aplicadas a un caso concreto, pero que se considera
vulneran derechos por su simple existencia. En este orden de ideas, es importante subrayar que
tanto la Corte IDH, como las instancias internas de los Estados pueden ejecutar un control de
convencionalidad concreto y abstracto, en este último caso, siempre en consonancia con las
competencias de los órganos internos de cada Estado.
La CIDH presenta caso sobre Ecuador ante la Corte Interamericana- Caso de Juan José
Meza
En este caso nos habla sobre las violaciones derivadas del incumplimiento de una decisión a nivel
interno que ordenaba el pago al futbolista argentino Juan José Meza, en donde el 19 de noviembre
de 1991 se interpuso una demanda de trabajo por despido intempestivo en contra del Club Sport
Emelec y ante el rechazo de esta presentó recurso de apelación. El 24 de abril de 1996 la primera
sala de la Corte Superior de Justicia de Guayaquil concedió el recurso en lo referente al pago de
los valores adeudados, incluido el pago de la prima establecida en el contrato, y remitió el proceso
al Juzgado Cuarto de Trabajo del Guayas para su ejecución.

En su Informe de Fondo la Comisión identificó dos obstáculos principales que durante un periodo
prolongado de tiempo dificultaron el cumplimiento de la sentencia favorable al señor Meza: la
emisión de decisiones que contravinieron la orden de dar cumplimiento a la sentencia del 24 de
abril de 1996 y pagar a la presunta víctima todos los rubros contemplados en dicha sentencia,
incluida la prima del contrato; y la concesión de posibilidades ilimitadas de recurrir en la etapa de
ejecución.
La CIDH subrayó que la primera liquidación fue anulada en apelación por no incluir la totalidad
de los rubros declarados en la sentencia original. Sin embargo, el Juzgado Cuarto de Trabajo al
emitir nueva liquidación recurre en no incluir el rubro "primas" ni el triple de remuneraciones
impagas que había sido ordenado.

En donde se dispones la siguiente resolución:

1. Reparar integralmente las violaciones de derechos declaradas en el Informe de Fondo


relacionadas con el incumplimiento de fallos internos, la falta de protección judicial efectiva
y la demora excesiva del proceso judicial, incluyendo en las reparaciones los aspectos
materiales e inmateriales.

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