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La Corte IDH dispone que el ejercicio del control de convencionalidad compete y es una obligación
propia de todo poder, órgano o autoridad del Estado miembro de la CADH, los cuales deben
controlar que los derechos humanos de las personas sometidas a su jurisdicción sean respetados
y garantizados. Los diversos órganos del Estado que realicen el correspondiente control de
convencionalidad, también deben realizarlo sobre la base de lo que señale la Corte IDH en ejercicio
de su competencia no contenciosa o consultiva. Existen dos maneras por las que se puede realizar
el control de convencionalidad concentrado y difuso. La primera es el control concreto de
convencionalidad; la segunda es el control abstracto de convencionalidad. Estas 300 Revista IIDH
[Vol. 64 dos formas de control se dirigen a dos tipos de disposiciones: el control concreto se realiza
sobre normas o leyes que han sido aplicadas a casos particulares y en los que se considera existe
una violación de derechos por la aplicación de la norma. En tanto que el control abstracto se realiza
sobre normas o leyes que aún no han sido aplicadas a un caso concreto, pero que se considera
vulneran derechos por su simple existencia. En este orden de ideas, es importante subrayar que
tanto la Corte IDH, como las instancias internas de los Estados pueden ejecutar un control de
convencionalidad concreto y abstracto, en este último caso, siempre en consonancia con las
competencias de los órganos internos de cada Estado.
La CIDH presenta caso sobre Ecuador ante la Corte Interamericana- Caso de Juan José
Meza
En este caso nos habla sobre las violaciones derivadas del incumplimiento de una decisión a nivel
interno que ordenaba el pago al futbolista argentino Juan José Meza, en donde el 19 de noviembre
de 1991 se interpuso una demanda de trabajo por despido intempestivo en contra del Club Sport
Emelec y ante el rechazo de esta presentó recurso de apelación. El 24 de abril de 1996 la primera
sala de la Corte Superior de Justicia de Guayaquil concedió el recurso en lo referente al pago de
los valores adeudados, incluido el pago de la prima establecida en el contrato, y remitió el proceso
al Juzgado Cuarto de Trabajo del Guayas para su ejecución.
En su Informe de Fondo la Comisión identificó dos obstáculos principales que durante un periodo
prolongado de tiempo dificultaron el cumplimiento de la sentencia favorable al señor Meza: la
emisión de decisiones que contravinieron la orden de dar cumplimiento a la sentencia del 24 de
abril de 1996 y pagar a la presunta víctima todos los rubros contemplados en dicha sentencia,
incluida la prima del contrato; y la concesión de posibilidades ilimitadas de recurrir en la etapa de
ejecución.
La CIDH subrayó que la primera liquidación fue anulada en apelación por no incluir la totalidad
de los rubros declarados en la sentencia original. Sin embargo, el Juzgado Cuarto de Trabajo al
emitir nueva liquidación recurre en no incluir el rubro "primas" ni el triple de remuneraciones
impagas que había sido ordenado.