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EL CONCEPTO DE LA NIEBLA.

Desde el punto de vista meteorológico se considera Día de Niebla, aquel en el que se ha


observado una suspensión de gotitas de agua, (líquida o sólida) en el aire, en las capas más
próximas al suelo, independientemente de su intensidad y duración, aunque se ha convertido
en considerar que el fenómeno tiene lugar siempre y cuando dicha suspensión de gotitas
reduzca la visibilidad horizontal a menos de un kilómetro.

La Niebla es un hidrometeoro o agente atmosférico que a menudo se describe como nubes


bajas, estratos en contacto con el suelo, compuestas mayoritariamente por diminutas gotitas
de agua líquida (y/o hielo) cuyos diámetros oscilan entre 1 y 100 micras, si bien el diámetro
medio más frecuente es de unas 12 um. Las Nieblas se originan cerca del suelo asociadas
mayoritariamente a condiciones de estabilidad atmosférica, las nubes se forman por el
acenso del aire, en altura, relacionadas con procesos de inestabilidad atmosférica. Así se
habla de Bruma, cuando la visibilidad se comprende entre dos y cuatro kilómetros. De
Neblina, si lo hace entre uno y dos kilómetros, y de Niebla propiamente dicha cuando es
inferior a un kilómetro. Esto nos lleva diferenciar otros tres niveles dentro de la misma
niebla: si la visibilidad se comprende entre 100-1000 m se considera niebla débil, si lo hace
entre 50-100 m moderada, y si es inferior a 50 m fuerte. Si pudiera valorarse desde la
perspectiva de la peligrosidad y atendiendo a criterios exclusivamente de visibilidad,
podríamos pues considerar con peligrosidad nula o baja a la bruma y la neblina, media la de
la niebla débil, alta para la moderada y muy alta para aquella en la que la visibilidad es
inferior a 50 m, esto es, condiciones de niebla fuerte.

La formación de la niebla implica un proceso complejo por la variedad de elementos que


pueden contribuir a su aparición, aunque la mayor parte de las ocasiones su origen radica en
el enfriamiento del aire húmedo por debajo de su punto de roció, al entrar en contacto directo
con la superficie fría del suelo. Para su formación, es necesario, pues, que haya tanto
partículas higroscópicas como que la humedad relativa del aire alcance el valor del 100 % si
bien en ocasiones puede formarse con humedades menores (nieblas industriales). Su
disipación se produce con más frecuencia cuando tiene lugar un incremento de la
temperatura de la masa de aire, o bien una sustracción del vapor de agua.

La diversidad genética de las nieblas. Su comportamiento como factor de riesgo.

A partir de la clasificación propuesta por H. R. Byers (1944) se distinguen varios tipos de


nieblas en función de los procesos dinámicos que las originan. Así se pueden diferenciar dos
grupos principales: las asociadas a situaciones anticiclónicas (nieblas internas de masas de
aire) y las que lo están a situaciones frontales (encuentro de dos masas de aire). Dentro de
aquellas se distinguen las nieblas de irradiación o radiación, las de adveccion, las de
adveccion –irradiación y las de ladera (orográficas). Entre las segundas destacan las
prefrontales, las postfrontales y las de paso de frente. A su vez, y en función de los procesos
físicos que las producen se pueden simplificar a nieblas de evaporación, nieblas de mezcla y
las más frecuentes nieblas por enfriamiento.

Nieblas de Irradiación.

Constituyen la variedad de niebla más importante y también la más habitual, al menos


durante el periodo invernal en las regiones templadas. Solo se forman sobre tierra y por el
enfriamiento del aire en su contacto con una superficie del suelo fría por procesos de
irradiación nocturna. Son propias de noches despejadas, con tiempo estable (situaciones
anticiclónicas) inversión térmica en superficie y vientos débiles (3-10 km/h). Por su
proximidad al suelo, son por lo tanto Nieblas de inversión baja, debido a la estratificación
inversa que muestra el aire. Su intensidad es máxima en los amaneceres, cuando se produce
la temperatura mínima más baja y casi siempre la humedad relativa máxima. Se vinculan a
espacios llanos de baja altitud y sobre todo a valles abrigados, cuencas más o menos cerradas
y depresiones rodeadas de más altos relieves, espacios donde el aire frio se acumula y agolpa
contra el suelo con facilidad, estancándose.

Si cuando se forman la temperatura de aire está por encima de los 0º C y la humedad es muy
grande, la niebla moja el suelo y los objetos, lo que le ha valido el expresivo calificativo de
nieblas lloronas o el más castizo de nieblas meonas. Situaciones favorables para los cultivos
la vegetación por el aporte adicional que reciben.

El espesor vertical de las nieblas de irradiación está muy directamente vinculado a la


turbulencia del aire. Viento suave, centenares de metros en altura. Calma absoluta, es difícil
su desarrollo, < 100 metros hacia arriba. Viento fuerte, es capaz de disiparla por completo.
Por esta razón tienden a alcanzar mayor potencia poco después del amanecer, cuando el calor
inicial de Sol crea una ligera convección que hace circular al aire húmedo y cálido hacia el
aire frío cercano al suelo.

Normalmente, durante las posteriores horas diurnas, a medida que el suelo se calienta por la
radiación solar, se evaporan por la base y lentamente se desvanecen. Por lo general se
mantienen hasta mediodía o a más tardar las 13 -14 horas. Con ellas las temperaturas
mínimas son bastante bajas (por debajo de los 3º C), con heladas frecuentes, lo que permite
la aparición de escarchas y cencelladas. Son pues, las típicas Nieblas matinales, con un
espesor de 100-150 m, en el valle del Duero.

No obstante, cuando el grado de la inversión superficial es muy frecuente y las temperaturas


del suelo muy bajas, el calentamiento matinal no puede con la niebla, todo lo contrario, esta
se refuerza pudiendo mantenerse durante varios días seguidos, alcanzando espesores de
varios centenares de metros. Son las llamadas Nieblas persistentes, que con mayor
frecuencia se deben no solo a fenómenos de irradiación, sino a procesos de adveccion-
irradiación.
Otras veces las nieblas pueden formarse a cierta distancia del suelo (varios decámetros)
debido a que la inversión térmica se localiza en altura. Son la Nieblas de inversión alta,
también debidas a proceso de enfriamiento nocturno pero con una evolución diferente.

Destacar aquellas nieblas que se producen en áreas de montaña, que si básicamente


responden a los mismos criterios de formación, su localización precisa, inducida siempre por
relieve, nieblas de valle. A lo largo de la noche se produce la acumulación del aire frio y
denso en el fondo de los mismos como consecuencia del enfriamiento irradiativo
previamente padecido en las laderas, lo que motiva un descenso del aire a lo largo de ellas y
a un flujo de retorno hacia arriba en el centro del valle. Este proceso origina una fuerte
inversión térmica que unido al desplome de aire frio que se produce en la dirección del eje
del valle, favorece la aparición de una capa de niebla o de estratos que se propagan hasta el
suelo.

Se habla de las Nieblas Industriales como otra variedad más dentro de este grupo. Son
propias de ciudades grandes con gran cantidad de tráfico rodado y de núcleos industriales, en
los que las condiciones del relieve (espacios más o menos deprimidos) favorecen la
acumulación de un aire bastante cargado de partículas contaminantes a causa de las
actividades fabriles y urbanas. Smog, mezcla de humo, contaminantes y niebla se produce el
smog. Proceso que aparece con más facilidad que la niebla normal y tarda más en
desparecer, además de ser tremendamente nocivo para enfermos de bronquitis y neumonías.

Nieblas de Adveccion.

Estas nieblas se producen al enfriarse las capas más bajas del aire al desplazarse en la
horizontal. Su origen puede ser doble: que sea aire cálido y húmedo el que se deslice por
encima de una superficie fría, o que se deba a la circulación de aire frio sobre una superficie
cálida.

Las primeras constituyen las nieblas de adveccion propiamente dichas, caracterizadas por ser
bastante densas y capaces de cubrir extensos espacios, pudiendo extenderse en la vertical
hasta 500 m de altura y aparecer incluso cuando los vientos no son muy flojos.

Resulta casi indispensable un viento persistente de no mucha velocidad, el cual, no solo es el


vehículo conductor de las masas de aire sobre la superficie más frías sino el agitador
turbulento que favorece el intercambio de calor.

Son las nieblas marinas, formadas cuando aire cálido atraviesa un sector de aguas frías.
También, y ocasionalmente este tipo de nieblas pueden ser arrastradas a la costa por el
régimen de brisas, progresando con gran rapidez, incluso a lo hora de mayor insolación. Son
las nieblas de adveccion por brisas, que pueden crear problemas importantes en los
aeropuertos costeros del norte y noroeste de España.

Las segundas son las Nieblas de Evaporación. Se originan cuando el aporte de humedad al
aire proviene de la evaporación de agua a mayor temperatura que la de la masa de aire, por lo
tanto, son muy proclives a formarse cuando es aire frio el que atraviesa superficies cálidas.
Estas nieblas, en general son de poco espesor, vaporosas, con cierto aspecto humante y
suelen responder a condiciones locales. Según la superficie donde aparezcan cabe distinguir
dos tipos: Las nieblas de rio son muy frecuentes sobre ríos tranquilos, largos y en general
grandes acumulaciones de agua (embalses, lagunas, grandes charcas…). Así no conviene
confundirlas con aquellas situaciones de niebla densa que se forman por encima de estas
acumulaciones de agua cuyo origen está en los procesos de irradiación. La presencia del
agua, lo que hace es intensificar sus caracteres, haciéndolas más densas. Tal es lo que sucede
en Valladolid. De menor interés para el tema que nos ocupa son las Nieblas de Casquete
Polar.

Nieblas de Adveccion-Irradiación.

Estas nieblas en general se producen cuando el enfriamiento nocturno afecta masas de aire
cálidas y húmedas, que, por adveccion desde el mar, alcanzan espacios interiores. Se pueden
formar a corta distancia de la costa. O bien pueden surgir a mayor distancia, en el interior,
principalmente en invierno y en enclaves de mayor enclaustramiento, como las cuencas, y
depresiones terciarias del interior de España. Son muy características de aquellos valles que
por su morfología propician intensos enfriamientos nocturnos con el consiguiente
estancamiento del aire, como ocurre a lo largo del valle del Duero. Situaciones que
comienzan con la irrupción de aire tropical muy húmedo y más cálido que el que existe sobre
estos espacios del interior peninsular, que ya arrastran un enfriamiento acumulado de todo el
trascurrir invernal. En principio, nieblas de adveccion, pero también lo son de irradiación. El
estancamiento del aire y la falta de insolación enfrían cada vez más el ambiente. Se logran
así progresivos descenso térmicos, no siendo raro que ambas alcancen valores negativos.
Estas nieblas de carácter persistente siempre entrañan un mayor riesgo (accidentes en
carretera). A lo que habría que añadir el efecto intensificador del frio y su incidencia sobre la
salud.

Nieblas de Ladera (Orográficas).

También son conocidas como nieblas de elevación o el menos afortunado nombre de nieblas
de Pendiente. Surgen cuando el aire se enfría al remontar las vertientes de áreas de
montañosas, con lo que este se enfría adiabáticamente y se condena al ascender por las
laderas. Se trata de uno de los tipos de niebla que pueden mantenerse con velocidades de
viento relativamente altas.

Nieblas Frontales.

Se relacionan directamente con sistemas de inestabilidad frontales, es decir, al paso de


borrascas. Caracteristicas de las latitudes medias, son capaces de generar diversos tipos de
niebla según la superficie frontal a que se asocie. Asi, se pueden distinguir la niebla pre-
frontal, ligada al frente cálido, niebla post-frontal, vinculada al frente frio y niebla de paso
frontal.
Las primeras se forman cuando el gradiente de presión y el viento son débiles delante del
frente. La precipitación producida proporciona a la masa de aire subyacente la humedad
necesaria para condensarse, de forma que puede formarse incluso si la temperatura esta
subiendo. El agua más cálida en parte se evapora, satura el aire frio y determina la
condensación y la creación de niebla.

Las segundas, post-frontal, aparecen cuando el aire polar se extiende lateralmente y se


contrae en la vertical detrás de un frente frio que se desplaza sobre una superficie húmeda. El
hecho de extenderse y la subsidencia acentúan la inversión de temperaturas en el aire polar.
La lluvia que se produce después de pasar el frente puede aumentar la posibilidad de
formación de la niebla. Son menos extensas que las anteriores, dado que la banda de lluvia
de estos frentes también lo es.

En cualquier caso, no son nieblas muy duraderas y en ocasiones adquieren mas el carácter de
bruma que de niebla espesa. Su duración esta vinculada a la del paso del frente.

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