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Debido a este motivo y solamente cuando las condiciones climatológicas son responsables,
existe la posibilidad tanto legal como enológica de hacer alguna corrección o bien del mosto o
bien del vino, para así conseguir en medida de lo posible un mosto o un vino con las
características que nosotros deseamos.
Desde el punto de vista legal, Europa está dividida vitícolamente en 6 regiones diferentes. Para
hacer está división se tienen en cuenta las condiciones climatológicas características de cada
zona:
La zona A corresponde a las zonas más septentrionales, la zona B las más meridionales y más
cálidos. Galicia concretamente está dividida en dos zonas: C1 y C2. Rías Baixas pertenece a la
C2. Dependiendo de la zona en la que nos encontremos podemos hacer o no determinadas
correcciones y tendremos unos límites máximos de corrección.
Tipos de correcciones:
1. De azúcar
2. De acidez
3. De taninos
4. De color
5. De sustancias nitrogenadas
Las más importantes y que están sujetas a consideraciones legales son las correcciones de
azúcar y acidez, mientras que el resto para realizarlas solamente debemos tener en cuenta
criterios enológicos.
Los Reglamentos de la Comunidad que regulan todas estas correcciones son: 479/2008 y
606/2009. Según este Reglamente y como ya vimos, Europa está dividida en varias zonas:
La zona A es la de los países situados más al Norte y en los que es característico que
tengan mucha acidez y poco grado. Por lo tanto en estas zonas es habitual y está
permitido en determinadas ocasiones desadificar (bajar acidez) y aumentar graduación
alcohólica.
La zona B está formada por los países intermedios y en ella dependiendo del año
también está permitido rebajar la acidez y aumentar graduación alcohólica.
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La zona C y sus subzonas que están formadas por los países situados más al Sur, en los
cuales normalmente tienen menos acidez y más graduación alcohólica. En esta zona
está prohibido aumentar la graduación alcohólica pero está permitido acidificar (subir
la acidez).
Hasta hace muy poco tiempo está corrección solamente podía hacerse en mosto, nunca en el
vino. Actualmente hay una serie de técnicas que también pueden aplicarse al vino. Para
calcular o para saber si es necesario hacer una corrección de azúcares, desde el punto de vista
enológico se sigue el siguiente criterio.
En los dos casos tanto blancos como en tintos, si esos dos mostos se transformasen en vino,
obtendríamos un vino de 10°. No sería enológicamente necesario aumentar la graduación
alcohólica. Además en el caso de enriquecer, no es aconsejable, que este sea superior a 1-1,5°
de alcohol, ya que aumentos más altos tendría como consecuencia la obtención de un vino
desequilibrado.
Aunque podamos corregir algunos otros parámetros, hay una serie de ellos que no podemos
modificar y el resultado final va a ser un vino con muchas estrías o muchos picos en los que sus
distintos componentes no están bien ensamblados. Desde el punto de vista legal depende de
la zona en la que estemos vamos a poder hacer distintas correcciones.
Sabemos teóricamente que en el caso de mostos blancos necesitamos 17 g/L de azúcar para
producir un 1° de alcohol. En el caso de tintos necesitamos 17 g/L para producir 1°.
1. La pasificación o sobremaduración
2. La podredumbre noble
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3. La congelación del racimo
Estás técnicas solamente son aplicables cuando queremos elaborar unos vinos con unas
características determinadas y todas ellas se van a caracterizar por ser unos vinos bastante
alcohólicos y dulces.
Por lo tanto cualquiera de estas técnicas no puede aplicarse para la corrección de los azúcares
en mostos o vendimias con los que vamos a elaborar vinos secos. Para este tipo de vinos
solamente podemos aplicar las prácticas aditivas o sustractivas.
1. El azucarado o chaptalización
2. La adicción de mosto concentrado
3. La adicción de mosto concentrado rectificado
1. La deshidratación osmótica
2. La crioextracción selectiva
3. Congelación parcial
4. Evaporación a vacío
5. Osmosis inversa
6. Concentración parcial por frío
PRÁCTICAS ADITIVAS
Antes de aplicar o de añadir alguna sustancia al mosto, tenemos que plantearnos si existe la
posibilidad de mezclar nuestro mosto o uvas con otros mostos o uvas más ricos en azúcares.
Este es un método muy bueno ya que además del azúcar se corrigen todos los demás
componentes del vino y es una práctica bastante habitual para la obtención de vinos comunes
o vinos de mesa, ya que estos pueden elaborarse mezclando uvas o mostos de distintas
procedencias.
En cambio, suele ser bastante difícil el aplicarla para elaborar vinos de calidad con D.O. ya que
aquí no nos permiten vinificar más que las uvas procedentes de la misma D.O., lo normal es
que todas las uvas hayan madurado de forma similar.
1. Azucarado o chaptalización:
Está práctica consiste en añadir sacarosa al mosto antes o durante la fermentación alcohólica,
con lo cual incrementamos la concentración de azúcares del mismo.
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La sacarosa es el azúcar procedente de la caña de azúcar o remolacha y tiene la fórmula:
C 12 H 22 O11 está sacarosa no es fermentable por las levaduras y necesita un proceso de
hidrolisis para transformarse o dividirse en una molécula de glucosa y otras de fructosa, que
son los azúcares fermentables por parte de las levaduras y que de forma natural se encuentran
en la uva. A este proceso se llama también inversión de la sacarosa y se produce de manera
espontánea por las condiciones de pH del mosto. Por lo tanto en el momento en el que
nosotros incorporamos sacarosa al mosto, esté automáticamente se transforma en fructosa y
glucosa.
A la vista de todo esto podemos decir que la cantidad de incorporación de azúcar no debe ser
muy grande y además debemos de hacerlo al inicio de la fermentación.
Forma de aplicación: cuando añadimos el azúcar, previamente hay que disolverlo en un poco
de mosto y luego añadir este mosto al resto del mosto a enriquecer. Nunca debemos de
incorporarlo directamente y de golpe a todo el mosto, ya que corremos el riesgo de que una
parte del azúcar se deposite en el fondo de la cuba, se compacte y quede sin disolver, lo cual
va a traer muchos problemas.
La chaptalización es una práctica que está permitida legalmente en los países más
septentrionales, mientras que en España está práctica está prohibida.
Se obtiene a partir de un mosto de uva, al que se le retira una parte del agua, habiéndolo
apagado previamente con SO 2 para apagar su fermentación. De esta forma lo que se hace es
simplemente eliminar el agua y los compuestos volátiles, mientras que el resto de
componentes también se concentran al igual que el azúcar. Este es el principal problema que
plantea la utilización de mostos concentrados.
El calentamiento al vacío
La osmosis
Por cualquiera de los dos métodos se llega a concentrar el nivel de azúcar hasta un mínimo de
582 g/L y un máximo de 1100-1200 g/L. Normalmente los que más se utilizan son los que están
en torno a 800 g/L.
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El disponer de mostos concentrados de distintas concentraciones de azúcar es necesario
porque al añadir mosto concentrado a nuestro mosto a enriquecer estamos aumentando el
volumen. Existe un incremento máximo que es del 15% del total que no debe sobrepasarse.
Forma de aplicación: primero se realizan los cálculos utilizando la regla del sobre, de las
mezclas, de la cruz de San Andrés. Una vez calculado se incorpora antes del comienzo de la
fermentación alcohólica. Como la densidad del mosto concentrado es muy superior a la de los
mostos que se van a enriquecer, es necesario remontar o hacer una serie de remontados de la
mezcla, para así homogenizarlos bien. Sino se corre el riesgo de que se formen capas o
extractos como consecuencia de las diferentes densidades.
Como vimos, el problema que tiene el mosto concentrado es que no solo enriquece al mosto
en azúcar, sino que también lo enriquece en todas las demás sustancias, entre ellos los ácidos.
Para corregir el problema de la utilización de mosto concentrado que enriquece todas las
demás sustancias, entre ellos los ácidos, se empezaron a preparar estos mostos concentrados
rectificados.
De esta forma se obtiene un mosto limpio e incoloro que solamente va aportar azúcar al mosto
al que se añade.
Ejemplos de problemas:
Tenemos en una bodega 1000 L de mosto, que tiene una densidad de 1073.
Si Densidad=1073 según tabla equivale a 171 g/L de azúcar y a una graduación de 10,09.
Desde el criterio enológico con menos de 170 gr/L de azúcar, habría que enriquecer. Si es
mayor de 170 gr/L de azúcar no sería necesario.
Mediante una chaptalización queremos aumentar este mosto hasta los 12°:
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Con la Regla del Sobre lo que calculamos es la proporción de la mezcla, es decir, la cantidad de
mosto concentrado y de mosto que debemos mezclar para obtener un mosto con las
características que nosotros deseamos. Está proporción es siempre constante o fija para un
determinado mosto que queremos enriquecer y para un mosto concentrado rectificado con el
que lo vamos a hacer.
12°
MCR 39,3° 2
29,3
Por lo tanto 27,3 L de mosto necesitan 2 L de MCR para obtener 29,3 L de mezcla al 12°.
1000∗2
X= =73,261 L de MCR necesitamos para enriquecer 1000 L de mosto
27 , 3
Son todos aquellos en los que vamos a eliminar una cierta cantidad de agua del mosto. Si
aplicamos alguna de estas técnicas sustractivas tenemos que tener en cuenta dos cosas:
Estas dos limitaciones solamente son aplicables si las utilizamos para aumentar la graduación
alcohólica de un mosto que luego vamos a fermentar. Pero estas limitaciones desaparecen
cuando estás técnicas se utilizan para la obtención de Mostos Concentrados (MC). En la
mayoría de las bodegas no suelen utilizarse estas prácticas sustractivas ya que requieren de
cierta tecnología de la cual no disponen. Las prácticas utilizadas son:
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2. Crioextracción selectiva: está técnica se basa o es una copia de la elaboración de los
vinos de hielo y consiste en congelar las uvas. Para congelarlas, una vez vendimiadas y
recogidas en cajas se llevan a una cámara de congelación donde permanecen entre 12-
24 horas a una temperatura de entre -3°C a -6°C. De esta forma se congela solamente
la parte de la uva más pobre en azúcares o también aquellas uvas enteras que tengan
menor concentración de azúcar. De esta forma cuando quitamos las uvas y las
prensamos, solamente vamos a extraer el mosto de las uvas que no se congelaron, es
decir, las más ricas en azúcares. De esta forma se obtiene menos cantidad de mosto
pero una mayor graduación.
4. Concentración por evaporación parcial del agua a vacío: consiste en eliminar o retirar
una pequeña cantidad de agua del mosto antes de la Fermentación Alcohólica. A
presión atmosférica 1 atm el agua hierve a 100°C pero si reducimos la presión empieza
a evaporarse agua a temperaturas más bajas. De esta forma conseguimos eliminar
agua pero conservamos aquellos componentes del mosto que se destruyen a
temperaturas elevadas y que pueden disminuir la calidad del mosto al desaparecer
este. Esta técnica tiene 2 inconvenientes:
5. La osmosis inversa: como vimos la osmosis es un fenómeno físico que consiste en que
dos disoluciones de distinta concentración cuando están separadas por una membrana
semipermeable, espontáneamente intentan igualar sus concentraciones. Para ello
empieza a pasar disolvente de la disolución más concentrada a la más diluida hasta
que se igualan las concentraciones. En este principio se basaba la técnica de la osmosis
para la concentración de los mostos. En la osmosis inversa lo que se hace es aplicar la
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presión sobre el mosto para que este supere la presión osmótica y de esta forma
invertimos el proceso, es decir, el agua del mosto pasa a la disolución en contacto con
ella más diluida. Con lo cual el mosto cada vez va perdiendo más agua.
Todas estas prácticas o técnicas sustractivas vemos que aumentan la concentración de todos
los componentes del mosto por lo que resultan útiles solamente para hacer pequeñas
correcciones en las que las variaciones de las concentraciones de todos los componentes, no
son excesivamente grandes.
El único inconveniente con el que nos encontramos en este caso es que dentro de una
determinada D.O. la legislación exige que el mosto proceda de uvas cultivadas en está D.O. y
en muchos casos es complicado, ya que la mayoría de MCR que hay en el mercado de España
proceden de uvas de La Mancha.
CORRECCIÓN DE ÁCIDOS:
Para cuantificar estos ácidos hablamos de Acidez Fija y Acidez Volátil, la Acidez Fija es la que
indica la cantidad de Tartárico, Málico, Cítrico, Láctico y Succínico. La Acidez Volátil es la que
indica la cantidad de Acético. La suma de todos es la Acidez Total.
Sabemos que un mosto va a tener siempre una acidez más alta que un vino como
consecuencia de una pérdida de ácidos presentes en la uva, que es mayor que la de los ácidos
que se forman y por lo tanto la Acidez total del vino va a ser inferior a la Acidez total del
mosto.
Para medir la Acidez de un vino o un mosto se suelen utilizar dos parámetros diferentes:
1. El pH: nos indica el carácter ácido que tiene el vino y es una medida mucho más
representativa que la Acidez, ya que nos indica la intensidad ácida tanto de mosto
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como del vino. La escala de ph oscila entre 0-14, entre 0-7 es pH ácido, 7 es pH neutro
y de 7-14 es pH básico. En el caso del mosto el pH suele estar entre 2,7-3,2.
2. La concentración total de ácidos: nos indica la concentración total de ácidos que hay
en un mosto o un vino y se expresa en g/L de tartárico o g/L de sulfúrico. La Acidez
total de los mostos suele estar entre 7-9 g/L de tartárico.
Para que se produzca una buena Fermentación alcohólica es mejor que el pH sea bajo, aunque
sea un mosto ácido, ya que cuanto más ácido sea el mosto y el pH más bajo, los
microorganismos perjudiciales tienen más dificultad para desarrollarse. Por este motivo en
muchas ocasiones en vez de corregir la acidez de mosto se corrige la acidez del vino, para así
favorecer una buena Fermentación alcohólica y también para conocer exactamente la cantidad
de acidez que tenemos que corregir.
En las zonas cálidas donde las maduraciones se producen muy bien, es bastante frecuente el
tener que incrementar o añadir una cierta cantidad de ácido a los mostos o a los vinos. Esto es
debido a que cuando las temperaturas son muy elevadas, una parte importante del ácido
tartárico y málico que hay en la uva se transforma en sal, formando tartratos y malatos.
Además a mayores el Ácido málico se destruye por combustión intracelular producido por las
altas temperaturas.
En climas templados, generalmente suele haber un equilibrio bastante bueno entre las
concentraciones de tartárico y málico, por lo tanto no suele ser necesario el aumento de la
acidez, salvo en años de una muy buena madurez en estos climas, o bien en vendimias tardías
en cuyo caso sería necesario enriquecer.
En climas más fríos siempre vamos a tener una acidez adecuada o un exceso de acidez con lo
cual nunca hay que enriquecer.
Una práctica que está totalmente prohibida en todas las zonas es acidificar y aumentar la
graduación alcohólica. Está permitido desadificar y aumentar la graduación alcohólica.
Hay distintas formas de aumentar la acidez, estos métodos pueden ser de 3 tipos
fundamentales:
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1. Métodos indirectos
2. Métodos biológicos
3. Métodos directos o químicos
Métodos indirectos:
1) Adelantar o anticipar de forma total o parcial la vendimia antes de que está llega a su
plena madurez. De esta forma conseguimos disminuir la destrucción de los ácidos.
4) Empleo de sulfuroso, este no es que acidifique el mosto o vino, sino que lo que hace es
proteger la acidez que hay en un vino. Cuando nosotros incorporamos sulfuroso en un
vino, vamos a incrementar ligeramente la acidez del mosto ya que la sulfurosa tiene
una acidez similar a la de los ácidos fuertes. Además es capaz de formar sales con el
Sodio y el Potasio, con lo cual inhibe o bloquea la reacción de salificación del ácido
tartárico y málico con estos iones. También inhibe la acción de algunos
microorganismos, tanto levaduras como bacterias que favorecen la destrucción de los
ácidos.
5) Otro método es el enyesado que consiste en añadir Sulfato Cálcico al mosto, este
reacciona con el Bitartrato Potásico produciéndose Tartrato Cálcico y Ácido Tartárico.
De esta forma recuperamos una parte del Ácido Tartárico que se había solidificado. Es
una técnica bastante utilizada en la zona de Jerez. A día de hoy prácticamente no se
utiliza por dos motivos:
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7) Eliminación de agua por deshidratación, bien de los racimos sometiendo los racimos al
asoleo, que es la eliminación de una parte del agua por evaporación, osmosis o lo que
sea o por congelación del mosto.
Métodos directos: consisten en añadir determinados ácidos al vino para aumentar su acidez.
Los ácidos utilizados son:
- El Ácido tartárico
- El Ácido málico
- El Ácido láctico
- El Ácido cítrico
Por lo que generalmente se suele añadirse con el vino ya terminado, así solamente
perderemos una pequeña cantidad de este ácido si sometemos el vino a una
estabilización tartárico del vino por frío.
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Existe en el mercado Ácido tartárico comercial de síntesis y Ácido tartárico obtenido a
partir de uvas o del reciclado del Bitartrato, los mejores son estos dos últimos.
Las cantidades que hay que añadir son: para aumentar en 1 g/L la Acidez total de un
mosto o vino hay que añadir 1,26 g/L de Ácido tartárico. La Legislación Comunitaria
tiene como máximo en mosto 1,5 g/L y en vino 2,5 g/L.
2) El Ácido málico: tiene como inconveniente que es bastante inestable y puede ser
atacado fácilmente tanto por las levaduras como por las baterías. Por este motivo
solamente se utiliza para corregir Acidez en mosto, incluso hasta hace poco tiempo la
Organización Internacional del Vino (OIV) tenía prohibida su adición al vino. Otra
característica negativa del Ácido málico es que tiene un sabor ácido muy agresivo y
proporciona al vino un gusto verde un sabor ácido.
Las dosis para aumentar 1 g/L la Acidez total de un mosto se añaden 1,5 g/L de Ácido
málico.
3) El Ácido cítrico: cuando utilizamos este ácido, podemos aumentar muy poco la Acidez
total ya que los niveles de este ácido en el vino están regulados por la Legislación y su
valor máximo es de 1 g/L. Por lo tanto tenemos que tener en cuenta el que hay ya en
el vino y a partir de ahí calcular el que falta hasta 1 g/L.
Aparte de esta limitación tiene el inconveniente de que es atacado fácilmente por los
microorganismos, concretamente por las bacterias lácticas que lo metabolizan, dando
lugar a ácidos volátiles como Ácido Acético y el Diacetilo.
4) El Ácido láctico: es un ácido que al contrario de todos los anteriores tiene un sabor
agradable y durante el proceso de evolución del vino da lugar a la formación de
algunos compuestos como por ejemplo el Lactato de etilo que son responsables del
“buqué” de este vino.
La dosis para aumentar 0,5 g/L la Acidez total de un vino se añaden aproximadamente
1 ml de 60% de pureza de Ácido láctico.
Desde el punto de vista organoléptico es un ácido poco agresivo, más suave que los
anteriores. Por este motivo no se utiliza mucho para acidificar ya que generalmente
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cuando un vino tiene una Acidez baja, es un vino bastante plano y suave. En este caso
aparte de aumentar la Acidez queremos que está sea un poco agresiva.
De forma natural se considera que más o menos la Acidez baja en torno a 2 g/L. Un mosto de 7
g/L quedara en 5 g/L cuando sea vino. Esto es debido ha:
A la Fermentación alcohólica
A las precipitaciones tartáricas
A la Fermentación maloláctica
A la Fermentación maloalcohólica que transforma el Ácido málico en Etanol y CO 2.
Al igual que ocurría con el aumento de Acidez para rebajar la acidez vamos a disponer de una
serie de métodos, como son:
1. Métodos indirectos
2. Métodos biológicos
3. Métodos directos o químicos
Métodos indirectos:
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Métodos biológicos:
Este método da muy buenos resultados en años en los que las temperatura no fueron
excesivamente altas y además la insolación no fue muy buena ya que en este caso la
degradación del málico en la uva es muy pequeña.
En estos casos una práctica habitual es la de separar el vino en rama en dos fracciones
distintas de tal forma que uno de ellos haga la Fermentación maloláctica y otro no.
Para que una fracción la realice lo que se hace es dejarlo junto con sus lías, no
sulfitarlo y elevar su temperatura en torno a los 20-22°, en estas condiciones se va a
iniciar la Fermentación maloláctica. Con la otra facción de vino lo que se hace es
separarla de sus lías, la sulfitamos y mantenemos su temperatura en torno a los 16-
17°. En estas condiciones la Fermentación maloláctica no se va a producir. Una vez
que la primera fracción termino la Fermentación maloláctica nos vamos a encontrar
que el nivel de málico es prácticamente 0 y evidentemente el aumento del Ácido
láctico y un poco el Ácido acético. Lo último que hacemos es mezclar las dos
fracciones, de esta forma rebajamos la acidez del vino solamente a expensas del Ácido
málico.
Este método se utiliza sobre todo en elaboraciones de vinos blancos, ya que en los
tintos la Fermentación maloláctica se hace siempre.
4) Vinificar las uvas mediante maceración carbónica, con la que se consigue una bajada
de Acidez de en torno a 0,5 g/L. El inconveniente o puede ser una característica de
este método es que vamos a obtener vinos ligeramente gasificados que se conocen
como vinos de aguja.
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Métodos químicos: consisten en añadir al mosto o al vino, algún compuesto que neutralice los
ácidos, dando lugar a la formación o la aparición de sales que cristalicen y precipiten. Una vez
depositados los cristales en el fondo de la cuba hacemos un trasiego del vino sobrenadante y
así eliminamos estos ácidos.
Este tratamiento puede hacerse tanto en mosto como en vino, pero la legislación solo permite
hacer la corrección una vez, o en mosto o en vino.
- Si se hace en mosto tenemos que tener en cuenta que de forma natural va haber una
bajada de Acidez de en torno a 2 g/L.
El Tartrato neutro de potasio: para rebajar la acidez en 1 g/L se necesitan añadir 3 g/L
de tartrato neutro de potasio.
El problema que tienen estos métodos es que la reacción de los ácidos del vino con estos
compuestos no se produce simultáneamente, ya que la afinidad de estos compuestos con cada
uno de los ácidos es diferente. El más afín es el Ácido tartárico, luego el Ácido málico y así
sucesivamente hasta el Ácido acético.
Esto puede provocar un problema ya que por este motivo no podemos hacer una
Desadificación total de todo el volumen de vino, sino que separamos una fracción del vino a
desadificar, que se conoce como parte o volumen alícuota y una vez separado le añadimos a
esta parte la cantidad de base necesaria para dejar en 0 su Acidez total, es decir, eliminamos
todos los ácidos del vino. Cuando desaparecieron todos los ácidos volvemos a mezclar o
incorporar esta parte con el resto del vino. De esta forma rebajamos la acidez a expensas de
todos los ácidos del vino ya que los vamos a ir diluyendo.
Aparte de calcular la parte alícuota, tenemos que tener en cuenta enológicamente cuanto es lo
máximo que podemos desadificar un vino. Esto va a depender fundamentalmente de la
cantidad total de Ácido tartárico que tenga un vino. La desadificación máxima que se puede
hacer se calcula mediante la fórmula:
Desadificaciónmáxima = Acideztotal ¿¿ ¿
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Nos indica el límite máximo.
Una vez calculado el volumen de la parte alícuota tenemos que calcular también la cantidad de
base necesaria para neutralizar todos los ácidos.
g
gr desadificante=Vol alicuota∗Acideztotal∗gr (necesarios de base para rebajar 1 )
L
Una vez hechos estos cálculos pasamos a la parte práctica que consiste en separar el volumen
correspondiente a la parte alícuota, este volumen llevarlo siempre a una cuba de un volumen
superior al de esta parte, ya que al reaccionar cualquiera de las bases con los ácidos se va a
desprender carbónico y se va a generar mucha espuma, con lo cual aumenta el volumen y se
evita el desbordamiento.
En segundo lugar disolvemos la cantidad de base necesaria en un poco de vino, una vez
disuelto lo vamos incorporando mediante un remontado al vino que está en la cuba. Esto
debemos hacerlo con cuidado para que no haya desbordamiento ni pérdidas de vino a causa
del carbónico.
Una vez incorporada la base y homogeneizada bien la mezcla se esperan entre 6-8 días para
que la reacción de la base con todos los ácidos sea total y que además precipiten todas las
sales formadas.
Por último se separa el líquido sobrenadante de los posos y se mezcla otra vez con el resto del
mosto o del vino. Una vez mezclados hacemos un remontado durante 10-15 minutos para que
se mezclen bien los dos líquidos. Al cabo de 2-3 días retiramos una muestra y valoramos la
Acidez Total con la que quedo el vino.
Este método simplemente nos permite corregir pequeñas diferencias de acideces entre
mostos o vinos y consiste en aplicar la Regla del Sobre. De esta forma más que corregir
acideces, lo que se hace es calcular los % de los distintos tipos de vinos que tenemos que
mezclar para obtener un vino con las características determinadas bien de Acidez o de
Graduación Alcohólica. Por eso este método más que de corrección se considera un método
de coupage o mezclas.
4. Tanizado:
Las dosis recomendadas oscilan entre los 10-30 g/hL. El tanino comercial enológico es una
sustancia sólida que no se puede incorporar directamente al vino sino que hay que disolverlo
previamente en agua caliente. Una vez disuelto, está disolución se va añadiendo al mosto de
forma paulatina, es decir, en fracciones o concentraciones de tanino de entre 3-5 g/hL que
incorporaremos mediante un remontado. Luego dejaremos pasar un tiempo aproximado de 1-
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2 horas y volveremos a hacer las mismas incorporaciones de igual forma durante el
remontado.
La adicción de tanino tiene sobre el mosto directamente y sobre el vino después una serie de
efectos:
En todos estos casos la presencia de niveles altos de taninos en mosto favorece y acelera la
polimerización o combinación de taninos-antocianos que es la causa de la estabilización de
color. Esto tiene un problema, que es que si se echa en exceso, una parte importante de estos
taninos queda sin polimerizar o combinar, en este caso los vinos van a resultar muy duros y
astringentes.
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tan reductor origina sobre todo la transformación de SO 2en Ácido sulfhídrico H 2 S
como principal compuesto de reducción.
Puede realizarse tanto el aumento como la disminución de color, la práctica más habitual para
corregir el color es mezclar mostos o vinos de distinta intensidad colorante pero siempre del
mismo tipo de vino.
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En estos casos es necesario añadir un complemento de nutrientes para que se lleve a cabo la
Fermentación alcohólica correctamente.
Sales de amonio: son los más utilizados y se utilizan en dosis máximas de 30 g/hL.
Dentro de estas están:
- Fosfato amónico
- Sulfato amónico
- Sulfito amónico
- Bisulfito amónico
Tiamina (vitamina B1): es otra fuente de Nitrógeno que podemos utilizar, que se
incorpora en forma de Clorhidrato de Tiamina en dosis máximas de 0,6 mg/L.
A día de hoy tenemos en el mercado preparados de nutrientes comerciales que suelen ser una
mezcla o una combinación de estos tres tipos de nutrientes, como por ejemplo el Nutracer.
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