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El Palacio de Buckingham
El Palacio de Buckingham y los jardines adyacentes se encuentran cerrados al público, excepto en
los meses en los que la monarquía británica se marcha de Londres a pasar sus vacaciones en Escocia.
Las entradas son bastante caras (26,50 libras los adultos y una tarifa reducida de 24 libras para
mayores de 60 años y estudiantes) pero si estás muy interesado, merece la pena gastarse el dinero.
El extenso camino que lleva desde Trafalgar Square hasta Buckingham Palace se conoce como The
Mall. Esta avenida está coronada con una imponente estatua en honor a la Reina Victoria –
tataranieta de Isabel II – mientras que en el lateral izquierdo se encuentra el Parque de San Jaime.
Todo muy «british»
Desde el mismo Palacio de Buckingham podéis llegar hasta Hyde Park, el pulmón verde de Londres.
Lo más curioso del mismo es posiblemente su lago en forma de L – The Serpentine – apto para el
baño y con la posibilidad de alquilar una barquita. Más simbólico y entretenido nos parece la Fuente
levantada en memoria de la Princesa de Gales que se encuentra en los contiguos Jardines de
Kensington.
3. La Abadía de Westminster
Justo detrás del Parlamento y del Big Ben se encuentra la famosísima Abadía de Westminster,
declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1989 y una parada obligatoria que ver en
Londres. Es el lugar de coronación de monarcas británicos desde hace más de 1.000 años, y aquí han
tenido lugar algunas ceremonias matrimoniales como las de los Duques de Cambridge.
La Abadía de Westminster
Por dentro es muy destacable la nave central y la sala capitular, situada en una de las alas. También se
encuentra la famosa – y con más de 7 siglos de antigüedad – Silla del Rey Eduardo, donde se sientan
los monarcas después de ser coronados. También es especialmente conocida por su claustro, que
puedes recorrer tranquilamente ya que está incluido en la visita.
4. Trafalgar Square y la Galeria Nacional
Trafalgar Square es otro punto focal de cualquier visita a la capital británica. Se erigió para
conmemorar la Batalla de Trafalgar que tuvo lugar en 1805 entre tropas francoespañolas y británicos.
Siempre que la visito me acuerdo de Hobbes: por lo visto nació prematuro ante el miedo que su madre
tuvo al ver la Armada Invencible. Miedo que no se tradujo en los británicos, que acabaron ganando y
en su camino terminaron con los vestigios del, en otro momento, gran Imperio español. En
conmemoración se construyo esta plaza instalándose en el centro la Columna de Nelson, en honor al
almirante que lideraba las tropas británicas.
Picardilly Circus
Si continuáis por Coventry Street desde Trafalgar Square, Picardilly Circus es otra de mis paradas
favoritas cuando visito Londres. La mejor forma de describirla sería decir que viene a ser el Times
Square de Nueva York pero al estilo británico.
Picardilly Circus
Una intersección de diferentes avenidas, en las que se colocan carteles luminosos de publicidad. Suele
ser una zona muy concurrida porque además es el centro neurálgico del West End, el distrito de teatros
de la capital británica.
En la contigua zona de Myafair, una de las más exclusivas de la ciudad, se amontonan las zonas
comerciales y las tiendas de moda (sobre todo en torno a New Bond Street – más exclusiva – y Oxford
Street).
6. El Barrio Chino
Siendo sincero, desde que visité por primera vez el Chinatown londinense fue amor a primera vista.
Habiendo visitado el neoyorquino, lo cierto es que a pesar de que este es mucho más pequeño, las
sensaciones fueron mucho más positivas.