Desarrollado por: Alicia Martínez Alía

ID: 18
Sostenibilidad: estrategias y oportunidades para la industria

Daños climáticos y potencial de adaptación en diversos sectores de Estados Unidos

Resumen del artículo de Crimmins y Martinich (2019) para Nature.

En gran medida, la magnitud y el impacto de los daños producidos por el cambio

climático estarán ligados a las decisiones que tomemos hoy sobre su prevención, mitigación y
adaptación en los diferentes sectores e industrias. Para dichas decisiones, es necesario contar
con modelos predictivos y estimaciones sobre las implicaciones físicas y económicas, además
de proyecciones sobre cómo ciertas acciones pueden evitar o reducir los impactos. En este
sentido, existen estudios recientes que aportan estimaciones probabilísticas sobre los posibles
perjuicios económicos que afectarán a varios sectores en los Estados Unidos a causa del cambio
climático. A escala global, y bajo la óptica de diversos modelos, se cuantifican daños
potenciales en múltiples sectores; sobre todo en la agricultura, en las costas, que sufrirán
inundaciones y en los recursos hídricos. Estos modelos aportan una descripción más precisa y
una imagen más completa sobre los riesgos derivados del cambio climático. No obstante,
todavía existen muchas incógnitas.
Una de las ventajas de la presente investigación es la posibilidad de simular respuestas
a condiciones climáticas y medioambientales que son raramente observables, algo de gran
importancia en este ámbito, ya que pueden estudiarse situaciones de cambio que no se han
producido o de las que no hay registro. Sin embargo, este tipo de modelos necesita una extensa
parametrización, calibración y validación, lo cual puede verse limitado por los datos
disponibles y por la necesidad de emplear numerosos recursos computacionales para llevar a
cabo dichos procesos.
En este estudio, se cuantifican daños físicos y económicos en 22 sectores de Estados
Unidos, a través de un conjunto de escenarios y supuestos socioeconómicos. Los sectores que
han sido analizados son los siguientes: en el campo de la salud, se ha analizado la calidad del
aire, los alérgenos aéreos, la mortalidad por temperaturas extremas, el trabajo, el virus del Nilo
Occidental y las floraciones de algas nocivas. Con respecto a las infraestructuras, se han
analizado carreteras, puentes, ferrocarriles, la infraestructura de Alaska, el drenaje urbano y las
propiedades costeras. En el campo de la electricidad, se ha analizado la demanda y el propio
suministro de esta. En cuanto a los recursos hídricos, se han estudiado las inundaciones en
zonas del interior, la calidad del agua, el suministro de agua local e industrial y el ocio de
invierno. En cuanto a los ecosistemas, se han analizado los arrecifes de coral, los crustáceos,
los peces de agua dulce y los incendios. Además, también se incluye el sector de la agricultura.
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También se han evaluado los efectos de los crecimientos económico y poblacional a lo largo
del tiempo, considerando de manera independiente los cambios derivados del clima que tienen
lugar en este contexto socioeconómico tan dinámico.

Distribución de los impactos por regiones

El hecho de incluir una gran variedad de sectores proporciona información sobre las
interacciones entre los mismos y el efecto complejo que el clima tiene en ellos, algo que no
puede observarse enteramente si analizáramos un solo sector. También resulta de gran ayuda a
la hora de comprender cómo los posibles riesgos a los que se enfrente un sector pueden llevar
a debilitar la capacidad de adaptación de otro, provocando una reacción en cadena que produzca
impactos más serios y de mayor tamaño que los inicialmente previstos. En este sentido, este
estudio logra captar correctamente las conexiones intersectoriales entre la agricultura, el agua
y la electricidad, pero no otras posibles interacciones entre otros sectores.
Estudios previos sugieren que los estados del sur de Estados Unidos serán los que sufran
un mayor impacto económico debido al cambio climático en áreas como la energía, el sector
costero, el trabajo y lo relacionado con la mortalidad debido a temperaturas extremas. Se estima
que los estados del norte sufrirán menos daños e incluso podrán verse beneficiados en dichos
sectores. El presente estudio corrobora estas afirmaciones, y añade además amenazas como el
virus del Nilo Occidental, las inundaciones en zonas interiores y el drenaje de zonas urbanas.
Aunque los estados del norte puedan verse beneficiados en cierta medida por los efectos del
cambio climático, no habrá regiones que no se vean perjudicadas físicamente por el impacto
del clima. Por ejemplo, se estima que el norte y el medio oeste sufrirán incrementos
desproporcionados en las concentraciones de ozono (calidad del aire) y alérgenos aéreos, lo
cual dará como resultado un exceso de cientos de muertes prematuras y de episodios graves de
asma. También se prevén incrementos en la demanda de electricidad y una mayor frecuencia
de inundaciones, en comparación con las regiones más meridionales, además de daños en el
sector del ocio de invierno o en la pesca de agua dulce. Esta clase de impactos en el ocio pueden
tener efectos muy adversos en las economías locales que dependan del mismo.
Por otro lado, se espera que muchos de estos impactos sean mayores en la parte este de
Estados Unidos. Un claro ejemplo de ello es el impacto en la calidad del agua (debido a la
densidad de la población y de las regiones urbanas). Sin embargo, en el oeste, las reparaciones
en ferrocarriles, carreteras y puentes podrán ser más frecuentes, dado que existen menos
alternativas de transporte. Esta vulnerabilidad se hace más notable en Alaska, donde las
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inundaciones en carreteras, asociadas a precipitaciones, constituirán la principal causa de

desperfectos según las estimaciones.

El efecto de la mitigación en la reducción de daños

Otro factor crucial es el efecto invernadero. El impacto del cambio climático en Estados
Unidos, por ejemplo, con daños asociados a temporales y temperaturas extremas, grandes
precipitaciones, sequías y ciclones, puede verse mitigado si se producen a su vez reducciones
significativas de las emisiones de gases de efecto invernadero global.
Además, los beneficios económicos derivados de ello oscilan entre millones y decenas
de miles de millones de dólares en cada sector hasta final de siglo, y los beneficios per cápita
son bastante similares transversalmente en las diferentes regiones. Se espera que la mortalidad
por temperaturas extremas, el trabajo, las propiedades costeras y las carreteras sean los sectores
donde pueda evitarse un mayor número de daños, además de en la calidad del aire y en la
demanda y suministro de electricidad, si bien cabe destacar que algunas estimaciones solo
cuantifican parcialmente los efectos en algunos de estos sectores.

Reducción del riesgo a través de la adaptación

Las opciones de adaptación varían dependiendo del sector, el momento de

implementación de las medidas y otros factores. Esto hace que no en todos los sectores la
capacidad de adaptación sea igual de relevante. Así, cabe destacar tres ámbitos en los que se
entiende que la adaptación es una respuesta efectiva: las propiedades costeras, por los daños
derivados de las subidas del nivel de mar y los ciclones; las carreteras, de forma reactiva con
reparaciones para mantener los niveles de servicio necesarios y de forma proactiva con
mantenimientos periódicos; y los ferrocarriles, de forma reactiva asumiendo los costes
derivados de los retrasos en días con temperaturas altas por reducción de la velocidad de los
trenes por el riesgo de pandeo de los raíles, y de forma proactiva con inversiones en
mantenimiento y monitorización de la infraestructura.
En estos sectores, las medidas de adaptación proactivas pueden reducir
significativamente los daños derivados del cambio climático más que la mitigación a posteriori.
Sin embargo, es un escenario probablemente demasiado optimista, ya que a menudo las
inversiones dirigidas a mantener unos buenos servicios y estándares suelen retrasarse y estar
escasamente financiadas. Las respuestas de adaptación se ven enormemente influenciadas por
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la toma de decisiones a nivel local, lo cual es difícil de reflejar en un modelo predictivo a escala
nacional.

Existe la necesidad de seguir invirtiendo en este tipo de modelos predictivos para poder
incluir más sectores y mejorar la descripción de los impactos en los sectores ya identificados.

Referencia
Martinich, J., & Crimmins, A. (2019). Climate damages and adaptation potential across
diverse sectors of the United States. Nature climate change, 9(5), 397-404.
https://doi.org/10.1038/s41558-019-0444-6