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EXPOSICIÓN: Experiencias sobre el Impacto de las iniciativas

de género en la industria energética


LA EEQ Y LA EQUIDAD DE GÉNERO
Verónica Flachier

Quiero comenzar resaltando el hecho de que aplaudo que en este foro se


haya planteado hablar de Equidad de Género y no de Igualdad de Género.
Esto implica reconocer que estamos inmersos en un proceso que tiene
como objetivo arribar, como sociedad global, a un estado de igualdad que
hasta hoy representa una utopía.
Hace dos siglos, el autor utópico francés, Charles Fourier, afirmaba que “los
progresos sociales y los cambios de época se operan en proporción al
progreso de las mujeres hacia la libertad”.
Es decir, las mujeres, de manera no silenciosa pero sí acallada por una
historia escrita desde los hombres vencedores, hemos sido y seguiremos
siendo protagonistas de las grandes transformaciones de todos los tiempos.
Felipe Pigna, escritor e historiador argentino, en su obra “Mujeres tenían
que ser”, hace un recuento minucioso del rol de las mujeres insurrectas que
marcaron hitos, desde la época de la antigua Grecia hasta
aproximadamente mediados del siglo pasado. Pigna rescata de los anales
de la historia mundial el rol definitorio de mujeres rebeldes que en distintas
épocas han liderado luchas reivindicatorias plantando cara a sistemas de
opresión y exclusión.
Efectivamente, el contingente femenino ha sido crucial en procesos de
transformaciones estructurales.
Hoy no es ni puede ser diferente, por eso, en medio de la crisis
multifactorial y multisectorial que enfrentamos, no existen propuestas o
planes globales, regionales o locales que no consideren a la inclusión de las
mujeres como un condicionante sine qua non. El peso de la presencia activa
de la mujer es valorado, pese a no ser siempre requerido, sobre todo en
espacios que culturalmente son considerados “de y para hombres”.
En este escenario es importante que analicemos permanentemente si
percibimos que no solo nuestra voz, sino nuestras capacidades y
conocimientos, nuestros enfoques, realidades, cuestionamientos y
propuestas son realmente tomadas en cuenta para la toma de decisiones
trascendentales tendientes a transformar no solo el escenario, sino el
imaginario, el sentir y las acciones que devienen de esas decisiones.
Como sabemos, las instituciones son el reflejo de las sociedades en las que
se desarrollan, por tanto, solo una adecuada y sincera lectura de nuestra
realidad de país nos va a permitir arribar a diagnósticos que nos den luces
para construir planes, programas, una hoja de ruta que, como
organizaciones de diversa índole, aporten al salto cualitativo que nuestro
presente demanda.
Bajo este entendimiento, la Empresa Eléctrica Quito, ha iniciado el proceso
que tiene como finalidad construir una CULTURA DE EQUIDAD DE GÉNERO,
con el objetivo de implementarla tanto dentro de la empresa como entre
sus asociados, proveedores y grupos de interés en general.

¿Por qué una CULTURA y no simplemente un plan?


Según Matkus, Kitayama y Heiman (1996), “la cultura se concibe como un
conjunto de conocimientos compartidos por un grupo de individuos que
tienen una historia común y participan en una estructura social. Así, cultura
refiere entonces a los patrones de conducta que se producen porque las
personas valoran y siguen ciertas normas y orientaciones de acción. Estos
valores compartidos juegan roles claves para el funcionamiento psicológico
de los individuos y, aquellos que son centrales, se reflejan en las narrativas
y conductas colectivas”.
Quienes estamos inmersas en este camino desde la EQUIDAD DE GÉNERO
hacia la IGUALDAD de GÉNEROS en la Empresa Eléctrica Quito, estamos
conscientes de que este proceso implica trabajar en la deconstrucción de
una cantidad de certezas, de concepciones, de historias personales y
colectivas, de comprensión y asignación de roles que en cierta medida no
están, hoy por hoy, alineados a una estrategia de equidad de género...y eso
representa un gran desafío, ¡estamos claras!
De los diagnósticos realizados a través de los cuestionarios WEPs y SELLO
EMPRESA SEGURA, adheridas a los primeros y postulando para obtener el
segundo, los resultados nos demuestran que:
-El número de colaboradores de la Empresa Eléctrica Quito es alrededor de
2.100. Las mujeres somos el 25% de la fuerza de trabajo de la Empresa.
-De las 11 Gerencias de la Empresa, solo una está en manos de una mujer,
lo que equivale al 9,09% de representación femenina en ese espacio de
poder.
-Hay 24 Direcciones, de las cuales 6 están ocupadas por mujeres, lo que
representa el 25%.
Estos números nos abren a muchas incógnitas y a muchos retos también.
Ahora quiero compartir con ustedes los datos revelados durante el evento
“¡Mujeres Fortalecen la Transición Energética!”, realizado el 2 de marzo
último en Viena, Austria, donde funcionarias del Instituto de Tecnología de
Austria presentaron nuevas cifras y datos sobre el estado actual de la
equidad de género en el sector energético de Austria.
Según su estudio, la proporción visible de mujeres en todo el sector
energético en Austria es actualmente de alrededor del 24 por ciento. Se
encontró una correlación significativa con el tamaño de la empresa: cuanto
más grande es una empresa, menor es la proporción de empleadas
mujeres. Los puestos directivos siguen estando en su mayoría en manos de
hombres, se encontraron distribuciones de género claramente diferentes
según el puesto de trabajo desempeñado. Las mujeres ocupan menos
puestos directivos y, por lo tanto, reciben salarios más bajos. Además, se
investigaron los valores comunicados y practicados en el sector energético
en materia de igualdad de oportunidades. Se encontró que el lenguaje
sensible al género ya está muy extendido, pero aun así un tercio de las
encuestadas informaron casos de discriminación.
Austria, primer mundo y una de las empresas eléctricas ecuatorianas,
comparten EXACTAMENTE las mismas realidades en el sector al que
pertenecemos. Creo que podremos encontrar muchos otros casos similares
a los citados.
Los números son fríos pero reveladores de una realidad que buscamos
transformar, por ello la importancia de plantearnos nuevos paradigmas,
nuevos modelos de relacionamiento, de inversión en capacitación y de
espacios que brinden a las mujeres las posibilidades de revertir esta
situación.
Pero no quiero dejar un sabor amargo de boca porque como Empresa
Eléctrica Quito también tenemos logros que destacar en esta materia.
 Hemos diseñado y estamos implementando la política en contra de
toda forma de violencia, discriminación y acoso en la Empresa, que
se hace extensiva a nuestros proveedores.

 Vamos haciendo camino al hacer una comunicación dirigida a


evidenciar entre públicos internos y externos, los logros de
colaboradoras mujeres que han hecho historia en nuestro país en el
campo energético; asimismo se trabaja en mensajes para destacar
que la violencia, la exclusión, el acoso, no son opciones, al tiempo
que se refuerza el sentido de respeto y valoración mutuos.

 La Empresa Eléctrica Quito lidera el programa de formación de


Linieras Energizadas, a través del cual, en una primera etapa, 25
mujeres recibirán capacitación de técnicos de nuestra Empresa, con
financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo, BID.

 Hace pocos recibimos el reconocimiento del Ministerio de Salud por


la implementación de lactarios en los edificios de la Empresa.

 La Empresa tiene hace varios años el servicio de guardería para todos


los hijos e hijas de colaboradores.

 Participamos de las reuniones convocadas por el Ministerio de


Energía y Minas y hemos elaborado el Plan de Acción requerido.

 La semana que viene comenzaremos nuestros talleres en los GAD


parroquiales de nuestra área de servicio: LA EEQ EN LA COMUNIDAD,
con el tema: EL EMPODERAMIENTO COMO HERRAMIENTA DE
TRANSFORMACIÓN
Como empresa, estamos conscientes de que estamos comenzando.
Afortunadamente no nos sentimos solas en este esfuerzo. Los espacios y las
políticas públicas, así como organismos internacionales, están en la misma
línea y hay iniciativas que nos nutren, nos alientan, inspiran y nos desafían
a dotar de sentidos a este compromiso vital que hemos asumido, con la
conciencia de que:
El respeto a los Derechos Humanos de todos los colaboradores es el pilar
fundamental de los valores de la Empresa Eléctrica Quito. La igualdad de
género es un objetivo en el que se trabaja de manera consciente y
cotidiana. Inclusión, equidad y fortalecimiento de capacidades forjan
grandes empresas.

GRACIAS

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