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Introducción
Este escrito busca habilitar los intercambios en torno al campo de estudios que
configura Infancia e Instituciones, su impacto en la formación y las prácticas cuando se trata
de abonar la perspectiva que aporta la interdisciplina al abordaje de temas complejos.
El concepto de “inconmensurabilidad" de acuerdo al desarrollo de Tomas Kuhn nos
permitirá encontrar algunas pistas cuando uno de los problemas más importantes que
identificamos es el uso de términos comunes con connotaciones distintas según la red
argumentativa disciplinar en el cual se ubique.
Tal el caso de términos que abordamos en este seminario: Infancia – Instituciones –
Ley – Filiación – Trayectorias institucionales – Diagnósticos
Una salvedad, excusa o disculpa es necesaria. Al menos se me impone, ante la
propuesta de un análisis epistemológico en el marco de nuestro seminario, sin ser
epistemóloga. Apelo al lector a que considere este ensayo, por demás inconcluso, como
una reflexión sobre la propia investigación más que como un análisis epistemológico en el
propio sentido que el campo disciplinar presenta. Es decir, intentaré dar cuenta de aquello
que proviene de la experiencia psicoanalítica e interdisciplinaria que guía el recorte del
marco epistémico que por Infancia e Institución(es) se configura.
Comenzaremos por la primera parte de la pregunta y, la segunda, la retomaremos
al final del escrito desde lo analizado en Infancias en estado de excepción (Minnicelli, 2010).
En la denominación de mi trabajo, la distinción entre “psicoanalíticas” e
“interdisciplinares1” no es azarosa. Implica tomar posición a partir de preguntas ante lo real
de la experiencia. Se inicia en una sede discursiva – el psicoanálisis – como un hogar de
lectura elegido desde el cual salir de viaje y visitar otros lares, otros textos de autores
1
La propia denominación “interdisciplina” es objeto de debates y controversias respecto de sus
definiciones. Los usos de las palabras no siempre se corresponden con las referencias. Así,
interdisciplina, multidisciplina, transdisciplina – en numerosos casos considerados equivalentes –
amerita su profunda distinción que excede los propósitos del presente trabajo.
provenientes de la Filosofía del Derecho, la Sociología, la Antropología, la Educación, es
decir salir como visitante hacia otros campos epistémicos para regresar con nuevas
preguntas que renuevan una y otra vez, las lecturas de los textos psicoanalíticos ante lo real
de las prácticas sociales. Implica a su vez, identificar en los desarrollos psicoanalíticos y en
ciertas afirmaciones sin interrogación, los desvíos o conceptos importados que ameritan ser
pensados nuevamente. Un caso es aquel que afirma como “causal” del sin límite de ciertos
comportamientos infantiles, el desfallecimiento del padre (Minnicelli, 2010).
Intentaremos aportar a la posibilidad de analizar sobre los alcances y fronteras de la
interdisciplina que sostenemos como necesaria ante los límites de la experiencia y el saber
disciplinar a la hora de revisar las prácticas profesionales destinadas al tratamiento social
(Minnicelli, 2011) de los problemas que afectan a la niñez y adolescencia contemporánea,
por ende, a todos nosotros.
Nuestra investigación Infancia e Institución(es) se encuentra atravesada por el
problema de la inconmensurabilidad – en el sentido que Tomas Kuhn le otorga en su ya
clásico La estructura de las revoluciones científicas ([1962] 2004) y en su despliegue
posterior en Conmensurabilidad, comparabilidad y comunicabilidad (1982)- en tanto
considero de relevancia sostener lecturas de diversas disciplinas como alimento teórico que
intente dar cuenta de las dificultades de la praxis desde sus fundamentos.
Sin embargo, si no pretendemos quedarnos en la inconmensurabilidad como una
frontera que prohíbe el paso hacia un otro lugar, sino que es justamente ese borde, ese
límite el que nos convoca y promueve nuevos interrogantes, la frontera renueva el deseo
por construir puentes donde se visualiza un abismo respecto del tratamiento social de los
problemas de la niñez y adolescencia contemporánea.
Ahora bien, veremos que si nos quedamos en la inconmensurabilidad de las teorías,
el puente no se construye.
Nuestras experiencias de trabajo con equipos interdisciplinarios sometidas a
investigación, nos enseñan que la interdisciplina sólo es posible por el inacabado ejercicio
analítico de diferenciaciones y de ubicación de las significaciones en la red argumentativa
de procedencia disciplinar, con el fin de encontrar aquellas intersecciones posibles y, de
separar lo no común, distinguir lo no compartido de lo común respecto de ciertos términos
que resultan centrales y de uso frecuente. Tal el caso de infancia, derechos, educación, ley,
norma, violencia, creencia, entre otros.
¿Es posible que por la interdisciplina se cruce la línea de la inconmensurabilidad
que con claridad y contundencia expuso Tomas Kuhn en 1962 y renovó en 1982? ¿Hasta
2
Estos han sido fundamentos del joven plan de estudios de la especialización de posgrado en
Infancia e Instituciones, cuya acreditación en el sistema de validación universitaria (CONEAU) no
resultó sencilla aunque fue lograda por Resolución Ministerial No. 10771/10. De acuerdo a pautas
normativas ministeriales, los títulos de posgrado no pueden tener (), por lo cual, hubo una pérdida
en el campo de significación que se recupera en sus fundamentos.
Minnicelli, M. Infancia e Institución(es) Notas sobre la interdisciplina: de la inconmensurabilidad a la traducción.
Inédito. SEMINARIO INFANCIAS, VULNERABILIDAD Y DERECHOS Asociación de Psicología Jurídica y Forense – Mayo 2019 - 10 -
¿Podríamos hablar de lo misma a partir de la noción de “socialización”? No. No se
trata de lo mismo. Socialización (primaria y secundaria) es un término importado por la
psicología desde la sociología para niños de familias “normales” en instituciones
“normales”. Las teorías sobre la socialización obturan posibilidades de pensar - por sus
íntimos vínculos con la normalización de las crianzas y las familias en instituciones
modernas, bajo influencia de la noción de anomia Durkheiniana - en todos aquellos que
quedaron por fuera de las hegemonías académica en la formación de grado y posgrado,
sostenidas en la noción de anomia como perturbadora del orden social y subjetivo.
Infancia e institución(es) por ejemplo, nos habilita a interrogarnos por la filiación de
niños y niñas desplazados de su hábitat familiar por decisiones judiciales3 sin pensar de
manera anticipada que se trata de vidas anómicas y anónimas, atendiendo a la lectura de
las formas de la filiación más allá de la cuestión de la familia nuclear moderna.
El problema contemporáneo es de qué manera analizar las intervenciones
profesionales cuando tanto los referentes de ciertos términos como los criterios para
identificarlos se alteran de manera drástica y sistemáticamente en las mesas de trabajo de
profesionales de diversas disciplinas, convocados por ley nacional4 – y sus adecuaciones
provinciales- a atender “casos” que involucran a niños, niñas y adolescentes
interdisciplinariamente.
Pérez Ransanz,
Hay que decir que si bien las diferencias que campean en una comunidad dividida revelan
que el proceso de elección de teorías es mucho más complejo de lo que hasta entonces se
había supuesto, sin embargo el análisis detallado de la inconmensurabilidad -en el que Kuhn
trabajó hasta sus últimos años- permitió poner en claro que existen vías efectivas para
restablecer la comunicación y el acuerdo en una comunidad de especialistas, aunque
ciertamente no se trata de las vías que desde la filosofía tradicional de la ciencia se hubieran
podido vislumbrar. (1999, p. 54)
3
Lampugnani, S. Proyecto de tesis doctoral aprobado por la Facultad de Psicología, UNR
denominado “Infancia e Instituciones: La problemática de la filiación en niños y niñas desplazados de
su ámbito familiar por decisiones jurídico-administrativas”, 2012 en curso.
4
El caso que nos ocupa es la Ley Nacional de Protección de Derechos de niños, niñas y adolescentes
aunque puede hacerse extensivo el análisis a la Ley Nacional de Salud Mental; Ley Nacional de
Violencia Familiar, otras que implementan – por ley – la misma metodología de trabajo.
Minnicelli, M. Infancia e Institución(es) Notas sobre la interdisciplina: de la inconmensurabilidad a la traducción.
Inédito. SEMINARIO INFANCIAS, VULNERABILIDAD Y DERECHOS Asociación de Psicología Jurídica y Forense – Mayo 2019 - 11 -
en el campo de sociología aunque sus antecedentes nos remontan a Herodoto de
Alicarnaso (484-406 a.C.), quien lo usó cuando se refirió a la guerra entre griegos y persas.
El concepto ha tenido un uso religioso, ya que también en la Antigüedad se incluye el
concepto de anomia sobre todo, en el Antiguo Testamento. En las traducciones fue
intercambiado por “hamartia”, en ambos casos para significar “pecados”. En Grecia,
significó lo malo, lo perverso, la falta de orden social, la desesperación, toda forma de vicios.
En 1688, Vico en su Cátedra de Ética decía: “La edad de los hombres inicia su decadencia
cuando los seres humanos dejan de respetar la ley, cuando la licencia descompone la
igualdad y cuando la filosofía sucede a la religión”. (3 de mayo de 2005, conferencia.
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba. Argentina. En
www.acader.unc.edu.ar).
La autora expone que después de dos siglos de silencio con respecto a la anomia,
aparece en el siglo XIX con los filósofos franceses, sin connotaciones religiosas, como una
expresión correspondiente a la ética. Ubica el nuevo uso del término, resignificado, en la
monografía de Durkheim sobre El suicidio (1897) en el debate entre el “realismo” de
Durkheim y el “nominalismo” de Jean Marie Guyau y de Tarde.
Si bien somos herederos de dicho concepto, la correlación que establece Durkheim
entre la disminución de la acción reguladora de la sociedad y, el aumento de tasas de
suicidio equivaldría en el decir de Agamben (2004) a tener que admitir una necesidad de los
seres humanos de ser regulados en sus actividades y en sus pasiones. Para el filósofo
italiano, si se da por descontada la ecuación entre anomia y angustia (cuando los materiales
etnológicos y folclóricos parecen mostrar lo contrario) se neutraliza de entrada, además,
que la anomia tenga una relación más íntima y compleja con el derecho y con el orden
social.
El problema de fondo es el de los efectos en la subjetividad del orden social y
viceversa, según las épocas, las culturas que desde mi punto de vista no debemos confundir
con las formas en que opera la ley – del lenguaje- en la escritura subjetiva. Ley que se
inscribe y circunscribe la anomia estructural que por el lenguaje y en el campo del discurso
se viste e inviste de significación. Especialmente cuando – tal como desarrollamos en
Minnicelli, 2010- en la primera mitad del siglo XX, los estudios sociológicos, especialmente
los llevados adelante por la escuela de Durkheim, fijaron una red argumentativa sostenida
en –y por– la normalización de la familia en las ciencias sociales como modo de evitar la
anomia subjetiva, la cual resultaba asignada como pilar del desajuste subjetivo, cuya
derivación en el suicidio diera soporte a sus teorizaciones.