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LA LIBERTAD

Mario Benedetti
Arrullaba la paloma, No quiero ser un adorno,
presa en su jaula de plata, ser servida ni cuidada…
junto a un puñado de trigo, Prefiero la libertad
y una jicarilla de agua. a esta vida regalada “.

Desde el hueco del balcón, A veces, en vano intento,


por entre las verjas blancas, abría sus alas blancas
miraba los campos verdes, y trataba de volar,
y las montañas nevadas. chocando contra las barras.

Veía las arboledas, Y fija en el horizonte


en las planicies lejanas, de sus sueños la mirada,
y el pálido azul del cielo, se quedaba adormecida
y la lúcida mañana. entre las rejas de plata.

Añoraba aquellos días Así el alma muchas veces,


que el valle sobrevolaba, vive encerrada en su jaula,
y estaba triste, muy triste, cuando no puede extender
aprisionada en la jaula. libres al viento sus alas

Y en medio de los recuerdos


de las escenas más gratas,
entre suspiros y arrullos,
infeliz se lamentaba.

- “ No quiero seguir viviendo


prisionera y encerrada,
sin poder alzar el vuelo,
ni poder mover las alas.

Quiero desgranar espigas,


beber en las fuentes claras,
volar cuando me parezca,
y vivir donde me plazca.

Quiero volar libremente


por tormentas y bonanzas,
y planear por los arroyos,
y ascender a las montañas…

Y al llegar la primavera
cruzar valles y cañadas
hasta encontrar el arrullo
del palomo que me aguarda.

Volar con él en pareja


por sobre el trigo y la grama
y construir con amor
nuestro nido entre las ramas.

No quiero por mensajera


pasar la vida encerrada,
llevando cartas de amor
sin estar enamorada,

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