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María Martínez

ACTIVIDAD ASOCIADA A LA LECTURA “EL PROCESO DE TRADUCCIÓN”, DE OROZCO

Cuando una persona que no tiene una base de conocimientos sobre traducción
decide traducir un texto, utiliza un sistema que se basa en leer y traducir
exactamente lo mismo, ese sistema no es muy efectivo y provoca más trabajo a
los profesionales que si tienen los conocimientos necesarios. Un traductor, para
hacer una buena traducción, utiliza un sistema dividido en diferentes fases. En
primer lugar, el cliente desde el primer momento que decide encargar una
traducción ya sabe su finalidad y su función. En muchas ocasiones, no es
consciente de que lo sabe, por lo que no se lo explica al traductor. En vista de
esta situación, es el traductor el que ha de averiguarla de una forma educada.
Esto es muy importante, ya que a la hora de traducir el texto ha de cerciorarse
de que conoce bien a quién va dirigido o cuál va a ser su uso.

Una vez el traductor tiene el texto original y ya sabe perfectamente cuál será su
función y finalidad, empieza dicho proceso. Primeramente, se ha de realizar una
primera lectura para tener claro el contexto, las características propias del texto,
su auto y el objetivo. Posteriormente, se vuelve a realizar una segunda lectura
donde el traductor realiza un análisis textual. Dicho análisis, también tiene
diferentes pasos. Primeramente, se ha tener en cuenta la sensación del texto
original a los lectores, ya que será dicha sensación la que ha de buscar el
traductor. Seguidamente, hay que plantear unas ideas principales y secundarias,
ya que el traductor ha de dar a entender lo mismo y del mismo modo. En tercer
lugar, hay que tener en cuenta la situación de producción del texto original,
porque si ya ha sido transcrito, habrá que compararlo con las expectativas del
lector de la lengua meta. En cuarto lugar, debemos fijarnos en el género textual
y la finalidad, pues hay que cerciorarse si coincide el género y finalidad en la
lengua meta, puesto que si no, habrá que modificar la forma de transmitirlo.
Finalmente, hay que tener en cuenta la cohesión y coherencia para no
reproducirlo de la misma manera.

Después de realizar este análisis, se llega al momento más importante, la


identificación de problemas de traducción. Lo ideal sería detectarlos antes de
empezar a traducir, ya que será mucho más fácil a la hora de concentrarse para
redactar la primera versión. Existen varios problemas de traducción: problemas
de comprensión, ya sean lingüísticos (expresiones, estructuras sintácticas) o
extralingüísticos (elementos culturales, enciclopédicos o temáticos). Por otro
lado, problemas de transferencia, es decir, cuando no se identifica un elemento
que puede dar lugar a calcos. Problemas de reexpresión que suceden cuando no
se sabe como reexpresar un elemento en la lengua meta (naturalidad, dialecto,
adaptación o sustitución). Por último, problemas pragmáticos, donde no se tiene
en cuenta el lector final de la traducción.
María Martínez

En conclusión, el proceso de traducción se basa en un sistema dividido en bases


que hay que ejecutar de manera concreta para conseguir una traducción
adecuada, correcta y lo más parecida posible al texto original. Es muy
importante tener cierta noción sobre la cultura e información del texto antes de
empezar a traducirlo, además de tener en cuenta ambas lenguas a la hora de
traducir las expresiones.

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