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UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE SANTIAGO, UTESA

Cultura y Civismo

PRESENTADO A

PRESENTADO POR

Santiago, República Dominicana

23/01/2024

El Hombre y su Rol en la Construcción de la Sociedad: La Importancia de la Educación


Cívica
La sociedad moderna, en constante evolución y crecimiento, demanda a sus ciudadanos una
participación activa y consciente en el desarrollo de la convivencia social. Ante este panorama,
la educación cívica emerge como un pilar fundamental para formar hombres y mujeres capaces
de asumir sus obligaciones ciudadanas de manera responsable. Este ensayo se adentrará en
la importancia del hombre en la construcción de la sociedad, destacando la relevancia de la
educación cívica como vehículo para el desarrollo de ciudadanos comprometidos y conscientes
de su papel en la comunidad.

La educación cívica, vinculada a la convivencia humana, aborda las relaciones sociales del ser
humano en el contexto de conciudadanos, unidos por derechos y deberes comunes. Su
objetivo principal es fomentar el civismo, regulando las relaciones jurídicas entre el individuo y
el Estado. A través de esta formación, las personas adquieren los conocimientos necesarios
para convivir armónicamente, respetando las leyes del Estado y las normas sociales.

El civismo, entendido como el celo patriótico hacia la patria, implica un respeto cabal de las
leyes y autoridades legítimamente seleccionadas. Esta actitud cívica permite la crítica
constructiva a los errores de las autoridades, promoviendo una participación activa y consciente
en la construcción y mejora de la sociedad.

La sociedad, definida como la agrupación de personas, familias, pueblos o naciones, se


presenta como un entramado complejo de relaciones sociales comunes y recíprocas. El
individuo, la familia y el Estado son los órganos principales que la componen. La sociedad, al
ser una entidad dinámica y viva, requiere de la participación activa de sus miembros para su
desarrollo y progreso.

La participación del hombre en la sociedad es esencial, ya que, al ser un ser social por
naturaleza, su aislamiento resulta incompatible con la satisfacción de sus necesidades y
objetivos. La sociedad, diseñada para la división del trabajo, exige la contribución de cada
individuo para su buen funcionamiento. Además, la convivencia humana implica la necesidad
de comunicarse, comprender, amar y ser amado, reafirmando que la sociedad es un espacio
donde dar y recibir son elementos fundamentales.

La educación moral y cívica constituyen las bases de la formación integral del ser humano.
Estos pilares son indispensables para estructurar y operar de manera sólida las sociedades. La
lucha contra el deterioro social y el fortalecimiento institucional dependen de la adopción de
valores éticos y cívicos que impulsen un comportamiento responsable y respetuoso.
En este sentido, la sensibilización ante el mundo de los valores se convierte en una exigencia
fundamental para el individuo. La adopción de posiciones correctas en su comportamiento
social requiere de actitudes acordes con las normas de conducta establecidas. La formación de
una nueva ciudadanía, comprometida con el desarrollo humano y la libertad, es esencial para
superar los desafíos que la vida plantea.

La ciudadanía, como la posesión de derechos civiles y políticos, implica la participación activa


en las funciones del Estado. La distinción entre nacionalidad y ciudadanía destaca la
importancia de la educación cívica en la formación de individuos conscientes de sus deberes y
derechos. La ciudadanía, entendida como un vínculo político y jurídico, requiere el desarrollo de
una conciencia cívica que contribuya al bienestar colectivo.

En conclusión, el hombre desempeña un papel crucial en la construcción de la sociedad, y su


participación activa y consciente es esencial para el desarrollo y progreso de la comunidad. La
educación cívica emerge como un vehículo fundamental para formar ciudadanos
comprometidos, éticos y capaces de contribuir positivamente a la convivencia social. La
construcción de una sociedad justa, equitativa y armoniosa depende, en gran medida, de la
formación cívica del hombre y la mujer modernos.

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