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Preparatoria Federal
Lázaro Cárdenas ll
Asignatura
Gestión de archivos
de texto
Actividad o Trabajo
Trastornos del
espectro autista
Alumno
Grupo
302
Docente:
Índice
ÍNDICE II
INTRODUCCIÓN 4
UNIDAD 1 5
1.1 CONCEPTO 5
1.2 RECUENTO HISTÓRICO 6
1.3 CAMBIOS EN LAS DESCRIPCIONES DIAGNOSTICAS 8
1.4 CLASIFICACIÓN DE LOS TGD ESPECTRO-AUTISTA. 9
1.5 ETIOLOGÍA 12
1.6 FISIOPATOLOGÍA 14
1.7 EPIDEMIOLOGIA 16
UNIDAD 2 18
MANIFESTACIONES CLÍNICAS 18
UNIDAD 3 31
INTERVENCIÓN Y TRATAMIENTO 31
CONCLUSIÓN 44
3
REFERENCIAS 45
FIGURAS 47
GLOSARIO 48
4
Introducción
La presente investigación profundiza acerca de “El trastorno del espectro autista (TEA)”
la cual es una afección neurológica y de desarrollo que comienza en la niñez y dura toda la
vida. Afecta cómo una persona se comporta, interactúa con otros, se comunica y aprende, la
importancia de esta afección es mucha al igual que el impacto de esta en la sociedad, por lo
que hay que darle visibilidad, las personas con trastorno del espectro autista, se enfrentan a
diario a numerosos retos. Uno de los más complicados está relacionado con el conocimiento,
entendimiento y tolerancia por parte de la sociedad hacia este trastorno, así como su delicado
cuidado a estos pacientes diagnosticados. Esta investigación busca que la sociedad en general
sea consciente de qué es el TEA, lo cual es esencial, así como lograr la detección temprana y el
diagnóstico que es eminentemente clínico y no existe ninguna prueba biológica que
diagnostique TEA.
Y por consecuencia, intervenir en los ámbitos psicoterapéuticos, conductuales y
educativos con las prioridades que estos con llevan, e igualmente a la hora de los tratamientos
que estos sean los adecuados, y tener en cuenta los que no lo son, asimismo esto se
garantizara con la ayuda e instauración de programas de intervención eficaces, donde el niño
mejora el pronóstico de los síntomas autistas, habilidades cognitivas y adaptación funcional a
su entorno, el TEA comprende de una etiología teniendo en común la afectación en la
reciprocidad social, comunicación verbal y no verbal y la presencia de patrones repetitivos y
restrictivos de la conducta, y fisiopatología, así como una larga historia sobre su concepto que
ha variado significativamente hasta la actualidad, su manera de clasificación en el Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM) el cual es uno de los manuales más
usados en psiquiatría para la clasificación contribuyendo mucho en el desarrollo y conocimiento
del TEA.
Todos estos puntos antes dichos están abordados, en la investigación de manera
detallada, y así poder entender y dominar todo aquello relacionado o al menos lo básico acerca
de los trastornos del espectro autista y percatarse de lo crucial que esto es, para comunicarse,
relacionarse y tratarse con personas que lo padecen.
5
Unidad 1
Trastornos del espectro autista
1.1 Concepto
Los trastornos del espectro autista son trastornos en los que las personas afectadas
presentan dificultades para desarrollar relaciones sociales normales, utilizan el lenguaje de
forma anómala o no lo hacen en absoluto, y muestran comportamientos restringidos o
repetitivos, tanto en su etiología como en su presentación clínica son problemas
1
neuropsiquiátricos cuyas primeras manifestaciones o síntomas aparecen de forma variable a
partir de los 18 meses y se consolidan a los 36 meses de edad y persisten por toda la vida, cabe
mencionar, el término TGD (trastornos generalizados del desarrollo) utilizado desde el DSM III
hasta el DSM IV-TR y CIE-10, se ha utilizado para incluir los trastornos dentro del espectro
autista.
Figura 1 TEA
1
trastornos mentales atribuibles a enfermedades del sistema nervioso.
6
Las personas con autismo presentan a menudo afecciones comórbidas2, como epilepsia,
depresión, ansiedad y trastorno de déficit de atención e hiperactividad, y comportamientos
problemáticos, como dificultad para dormir y autolesiones. El nivel intelectual varía mucho de
un caso a otro, y va desde un deterioro profundo hasta casos con aptitudes cognitivas altas.
(Brajovic, Dohlsten, & Zakaria, 2021)
Figura 2 Patrones atípicos de actitudes y comportamientos.
A través del término trastorno del espectro autista se pone de relieve la amplia gama de
eventos y los síntomas conductuales del autismo a lo largo de un continuo que le permite
dibujar la gravedad de los síntomas, las alteraciones del comportamiento y de la interacción
social (. Visto en estos términos, el síndrome autista es sólo la última expresión de las
diferentes alteraciones neuronales que la determinan. El término autismo (del griego mí mismo)
fue introducido en la psicopatología por Bleuler en 1911.
Figura 3 Paul Eugen Bleuler fue un psiquiatra y eugenista suizo
2
Coexistencia de dos o más enfermedades en un mismo individuo, generalmente relacionadas.
7
3
Trastorno mental caracterizado por delirios, alucinaciones, habla y comportamiento desorganizados.
9
4
Conjunto de síntomas que son característicos de una enfermedad determinada o que se presentan en un
enfermo.
10
5
resulta ser aquella calidad o cualidad de sociable que presenta una persona
11
1.5 Etiología
6
se refieren a la rama de la medicina que se enfoca en el sistema nervioso.
12
7
estudio de modificaciones en la expresión de genes que no obedecen a una alteración de la secuencia del
ADN y que son heredables.
13
vacuna triple viral con la aparición del autismo y en el que se recomendaba retirarla del
mercado, lo que aumentó la incidencia mundial del sarampión. Sin embargo, este ha sido uno
de los escándalos más oscuros de la medicina y, finalmente, se aclaró que no había tal
asociación, lo que llevó a Lancet, en febrero de 2010, a retractarse por haber publicado tal
artículo. La relación que se estableció en su momento entre autismo y vacunas se atribuyó al
timerosal, un vehículo con cierto contenido de mercurio, cuya dosis no representaba en ningún
momento riesgo para ser administrado; no obstante, después del escándalo suscitado, este
compuesto fue retirado de las vacunas infantiles. Desde la alarma mundial de 1998, se han
realizado múltiples estudios similares, sin lograr confirmar el hallazgo de Wakefield. (Bonilla &
Chaskel, 2016)
1.6 Fisiopatología
1.7 Epidemiologia
La prevalencia de TEA oscila entre 1/54 en chicos y 1/252 en chicas, con una
prevalencia total de 11,3/1.000 a los 8 años.
La prevalencia 9de TEA, según los estudios más recientes, sigue en incremento. El
Centro de Prevención y Regulación de Enfermedades en EE.UU. (MMRW) ha publicado los
últimos datos de prevalencia de TEA en la edad de 8 años, proveniente de 14 estados
americanos. El incremento en su frecuencia en EUA puede ser por varias razones: que la
definición clínica de autismo incluye ahora un mayor número de trastornos, médicos, maestros
y padres están más informados acerca del comportamiento autista, que los niños con retraso
mental y autismo tienen ahora, como diagnóstico primario, el autismo, mayor colaboración de
los servicios escolares y la comunidad en el diagnóstico y manejo de estos trastornos (Álvarez,
8
intervalo de tiempo que se debe dejar pasar entre un embarazo y otro.
9
proporción de individuos de un grupo o una población (en medicina, persona), que presentan una
característica o evento determinado (en medicina, enfermedades).
15
2007). Se calcula la prevalencia de TEA entre 4,8-21,2/1.000 con una media de 11,3/1.000.
Desde el 2002, en el cual la prevalencia de TEA era de 6,4/1.000, ha habido un incremento del
78% del número de casos de TEA y, desde el 2006, un incremento de prevalencia del 23%. TEA
es más prevalente entre caucásicos 12/1.000 que entre la población hispánica 7.9/1.000. Más
del 62% de la población TEA tiene una capacidad intelectual dentro de la normalidad con un CI
mayor o igual que 70, de los que un 38% tienen un CI mayor o igual que 85. Es decir, el TEA
ocurre mayormente en niños, que en la primera infancia no existen alteraciones evolutivas muy
marcadas y que están educados en educación ordinaria. La discapacidad intelectual asociada a
TEA es más prevalente, proporcionalmente, en chicas que en chicos (Hervás, Maristany,
Salgado, & Salgado, 2012)
16
Unidad 2
Manifestaciones clínicas
La historia clínica debe ser completa y debe poner especial atención en interrogar
posibles alteraciones conductuales y en las habilidades de comunicación, así como los
antecedentes relacionados al desarrollo cerebral temprano. Se debe evaluar el entorno del
paciente, el nivel educativo de los padres, el nivel de compromiso con el paciente y los modos
que emplean para manejar la situación. Se recomienda adecuar la exploración neurológica a la
edad y el nivel de funcionamiento del paciente; es importante buscar lesiones cutáneas que
puedan estar vinculadas con encefalopatías. Los niños con TEA presentan conducta repetitiva y
disruptiva. Se trata de estereotipias motoras, ecolalia, perseverancia sobre objetos o acciones y
la compulsión en acciones fisiológicas que tienen impacto sobre el aprendizaje, las habilidades
sociales o la integridad y seguridad del paciente. Lo anterior genera ansiedad, irritabilidad y
depresión, así como intolerancia al medio ambiente. El diagnóstico clínico y la clasificación del
paciente se hace con los criterios del DSM-5 y CIE 10.33 Las pruebas estandarizadas para
tamizaje son hasta ahora el M-Chat, y en población latinoamericana el Ek-50, para determinar el
impacto en las habilidades y poder elaborar un plan de atención las pruebas ADI-R (Autism
Diagnostic Interview-Revised DISCO (Diagnostic Interview for Social and Communication
Disorder), 3di (Diagnostic Interview), (Autism Diagnostic Observation Schedule) ADOS,
(Childhood Autism Rating Scale) GARS y combinaciones de estas, que otorgan entre un 75 y 85%
de sensibilidad, por lo que recomendamos tener como estándar de oro los criterios del
DSM/CIE. Se ha de confirmar con cualquiera de estas pruebas la graduación de síntomas,
teniendo una reserva en la apreciación clínica, describiendo la conducta y las habilidades
lexicales.
17
Los trastornos del sueño son particularmente frecuentes en niños con TEA, por lo que se
recomienda realizar con escrutinio cuestionarios y polisomnografía10 en aquellos que no
respondan a la modificación de hábitos de sueño. Es fundamental también descartar trastornos
de la audición ante la sospecha de hipoacusia mediante estudios otoneurológicos. La conducta
alimentaria de los niños con TEA, tiene características peculiares que se entienden más como
un problema de percepción y apreciación de sensaciones que un problema nutricional. Por ello,
aplicamos un cuestionario de conducta alimentaria y les medimos el estado nutricional. Si las
medidas antropométricas están por debajo de lo esperado y cumplen con criterios de
desnutrición o desmedro, hacemos una interconsulta con nutrición clínica.
10
estudio del sueño, es una prueba integral utilizada para diagnosticar trastornos del sueño.
18
Aquellos niños que se valoran como positivos en el procedimiento de cribado deben ser
derivados a servicios especializados tan pronto como sea posible. Es particularmente necesario
el seguimiento de los niños de alto riesgo El estudio longitudinal First Words Project de la
Universidad de Florida identificó «banderas rojas» para los TEA a los 2 años de edad. Los
estudios de investigación actuales han evidenciado las siguientes conclusiones: a los 6 meses
no se encuentran diferencias entre niños con TEA y niños con desarrollo típico, pérdida de
habilidades de comunicación social tiene lugar entre los 9 y los 24 meses; existen diferencias
significativas a los 12 meses en la mayoría de las variables (mirada a las caras, sonrisa
compartida, vocalizaciones a los otros); las primeras dificultades específicas se observan al final
del primer año e implican una disminución del interés por los estímulos sociales (mirar menos a
la cara, menor respuesta al nombre, menor sonrisa social). A partir del año, van apareciendo
otras dificultades sociales (menor variedad de expresiones emocionales, menor alegría
compartida, menor atención al malestar del otro), comunicativas (menos conductas de atención
conjunta), simbólicas (menos imitación) y, en algunos casos, también conductas e intereses
repetitivos y estereotipados (con el cuerpo y con objetos), así como intereses sensoriales
atípicos. En el segundo año de vida, se evidencian las dificultades de los niños con TEA para
compartir intereses.
La revisión de Zwaigenbaum concluye que los síntomas de los TEA aparecen en los 2
primeros años de vida, afectando a múltiples dominios del desarrollo, no solo las áreas de la
comunicación social y conductas e intereses repetitivos y estereotipados, definitorias de los
TEA, sino también a áreas motores, cognitivas y emocionales. A los 24 meses, por tanto,
confluye un conjunto de síntomas que facilitan el reconocimiento y la identificación de los TEA.
Por todo ello, los profesionales deben vigilar la presencia de posibles señales de alarma desde
al menos los 6 meses de edad. La derivación a atención especializada puede ser considerada a
cualquier edad en la que se sospeche un TEA.
19
Figura 10 Los síntomas de los TEA aparecen en los 2 primeros años de vida
11
aquella a la cual queremos generalizar los resultados.
20
positivo en 2 de los 5 ítems críticos o en 3 de los 25 ítems, se considera de riesgo para realizar
seguimiento. Así pues, este MCHAT puede utilizarse como una herramienta de detección en
aquellos niños de 18 meses de edad con riesgo de padecer autismo. A partir de los 36 meses
de edad, que suele coincidir con el inicio del segundo ciclo de educación infantil y en muchos
casos con el inicio de la escolarización del niño, conviene tener en cuenta posibles alteraciones
en el desarrollo de la comunicación, interacción social, intereses y conducta. La detección
específica de los 5-6 años de edad suele ser la que hace referencia a los TEA de alto
funcionamiento, que manifiestan sus dificultades al iniciar el primer ciclo de educación
primaria, donde las demandas sociales y escolares (planificación, trabajos) aumentan. Ya en la
adolescencia, al hablar de detección específica, encontramos a aquellos chicos/as que
presentan una baja motivación por los estudios, dificultades para establecer objetivos y planes
de futuro y escaso interés por las relaciones sociales (12,13). El test infantil del síndrome de
Asperger (CAST), ha demostrado ser útil en la identificación temprana de niños, de edades
comprendidas entre los cuatro y los once años, cuyos comportamientos sugieren un alto riesgo
de presencia de un síndrome de Asperger o TEA de alto funcionamiento. Cada pregunta puede
proporcionar 0 ó 1 puntos, pero hay seis preguntas que no puntúan. Por tanto, la puntuación
máxima posible es de 31 puntos. Una puntuación total de 15 o superior sería indicativa de la
presencia de comportamientos que justificarían realizar una valoración diagnóstica por parte de
un profesional especializado. La puntuación de 15 o más detecta el 87,5% de los niños con TEA
de alto funcionamiento, con un valor del CAST predictivo de TEA del 0,64 y una especificidad
del 0,98. Por encima de la puntuación 17 mejora el valor predictivo a 0,86.
Una vez que un niño ha sido detectado, debe ser remitido para una apropiada
evaluación. El diagnóstico debe realizarse por un equipo multidisciplinario de profesionales
especializados en TEA, de una manera rápida y efectiva, evitando cualquier retraso diagnóstico
y en la intervención terapéutica.
22
12
trastorno o enfermedad del encéfalo. En el uso moderno, se refiere a un síndrome de disfunción cerebral, el
cual puede ser causado por múltiples etiologías .
13
es la medición del perímetro de la cabeza de un niño en su parte más grande. Se mide la distancia que va
desde la parte por encima de las cejas y de las orejas y alrededor de la parte posterior de la cabeza.
23
en un 80% de los casos, posteriormente se normaliza. Un 20% siguen con incremento del
perímetro cefálico (megalencefalia o macrocefalia, sobre todo por incremento de la substancia
blanca cerebral), incremento relacionado con la severidad del autismo.
Examen general: Dada la alta prevalencia de autismo en la esclerosis tuberosa14, se
debería realizar un examen usando una lámpara de Wood en todo niño que presente un posible
autismo, como una detección inicial de esclerosis tuberosa.
Examen del estado mental: El examen del estado mental incluye la evaluación de las
interacciones sociales, del juego, del lenguaje, de la función comunicativa y de su conducta. Se
debería indagar en la interacción social si la observación en la consulta no resulta concluyente e
incluir preguntas sobre las amistades con niños de su edad, sobre quién inicia el contacto con
los amigos (el niño o el padre), sobre el interés por los otros niños y el rol dentro de la relación.
Las habilidades de juego deficitarias son un sello distintivo del autismo, independientemente
del CI, aunque hay que tener en cuenta que el desarrollo de lenguaje va asociado a la presencia
de juego simbólico. A cualquier edad, debe explorarse la comprensión social, el reconocimiento
de sus propias emociones y la empatía o el reconocimiento y comprensión de las emociones de
las otras personas. En aquellos adolescentes y adultos con TEA, independientemente de su
inteligencia, les cuesta entender la responsabilidad de sus actos, el valor del dinero, situaciones
de peligro, etc. Tienen deficiencia en la introspección y carecen de una comprensión adecuada
del sentido de las relaciones con otras personas, sean de amistad o relaciones más íntimas. Les
cuesta la comprensión pragmática del lenguaje; es decir, el uso social del lenguaje y la
comprensión de conceptos abstractos, bromas o ironías.
Examen motor: Existen deficiencias en la motricidad fina y gruesa en individuos
autistas, que son más severas en aquellos con CI más bajo. Se ha encontrado hipotonía (25%),
espasticidad (menos del 5%), apraxia de un miembro (un 30% de los niños autistas con CI
normal y en un 75% de los autistas con retraso mental) y estereotipias motoras (en un 60% en
los niños con autismo y CI bajo).
Pruebas específicas para autismo: El diagnóstico del autismo requiere una aproximación
multidisciplinaria. La evaluación debe incluir información de los padres, la observación del niño,
de la interacción con él y del juicio clínico. Existen instrumentos clínicos diagnósticos con
demostrada fiabilidad en el diagnóstico de TEA, especialmente el ADI-R (autism diagnostic
interviewrevised) o el ADOS (autism diagnostic observational schedule) disponible en castellano
y recientemente actualizado en inglés al ADOS2, ya antes mencionados. El ADI-R y ADOS son
considerados instrumentos clave en la evaluación clínica y de investigación del TEA. El ADI-R es
una entrevista con los padres o cuidadores de niños, adolescentes y adultos con TEA, incluye un
14
Trastorno genético poco frecuente que hace que se formen tumores no cancerosos (benignos)
―crecimientos excesivos e imprevistos de tejido normal― en muchas partes del cuerpo.
24
algoritmo diagnóstico con referencia, principalmente, a los 4-5 años y otro algoritmo de la edad
actual. Es válido para niños con edades mayores de 2 años. El ADOS es una entrevista
semiestructurada para niños, adolescentes y adultos con TEA. Mediante el juego, conversación,
imágenes y libros, el entrevistador va provocando “conductas autistas” que va puntuando con el
fin de obtener algoritmos diagnósticos que clasifican los casos en normalidad, autismo o
trastorno del espectro autista. El ADOS tiene 4 módulos de aplicación y algoritmos diagnósticos
clasificados según edad y nivel de lenguaje. Dichas herramientas deben ser utilizadas por
profesionales entrenados en su uso, requieren tiempo para su aplicación. El ADOS se ha
actualizado al ADOS2 que, en mayo 2012, acaba de editarse en inglés y no está todavía
disponible en castellano. El ADOS2 incluye la incorporación de un nuevo módulo T para niños
pequeños con edad cronológica o no-verbal entre 12 meses y 3 años, incorpora también
baremos de severidad con una dimensión de severidad de 0-10, siendo de 4-6 TEA y de 6-10
autismo.
Investigación de laboratorio: Estudios metabólicos: están indicados cuando existe un
historial de letargia, vómitos cíclicos, crisis epilépticas tempranas, rasgos dismórficos o toscos
y/o retraso mental.
Estudios genéticos: Cariotipo y análisis de ADN para el X frágil está indicado como
protocolo de rutina en casos de sospecha de TEA, la anormalidad cromosómica más
comúnmente descrita es la que afecta al brazo largo proximal del cromosoma 15 (15q11- q13),
aunque todavía no se ha incorporado en el protocolo de rutina, los padres de niños con autismo
deben recibir consejo genético por expertos en TEA, ya que el riesgo de tener un segundo hijo
con trastornos del espectro autista se incrementa.
Pruebas electrofisiológicas15: Las indicaciones para EEG incluyen evidencia de crisis
clínicas, historia de regresión (pérdida clínicamente significativa en la función social o
comunicativa) y situaciones donde hay un alto índice de sospecha clínica de que la epilepsia
pueda estar presente, la prevalencia de epilepsia en niños preescolares con autismo se ha
estimado entre un 7 y un 14% y la prevalencia acumulada en adultos está entre el 20 y el 35%.
Los picos de aparición de crisis ocurren en la primera infancia y en la adolescencia. Regresiones
evolutivas, cambios comportamentales agudos o signos que sugieran crisis convulsivas también
en la edad adolescente apoyan la indicación de un EEG.
Neuroimagen: El autismo no se considera una indicación para una exploración
neuroimagen, incluso en niños con macrocefalia. La presencia de rasgos neurológicos no
simplemente explicados por el diagnóstico de autismo (examen motor asimétrico, disfunción
15
la ciencia que estudia las propiedades eléctricas de las células y el tejido biológico de un organismo.
25
en los pares craneales, severos dolores de cabeza) puede ser una indicación para realizar una
exploración de neuroimagen.
El TEA requiere considerar otras alteraciones evolutivas que surgen en la infancia u otras
patologías psiquiátricas que se inician en la adolescencia y que tienen presentación clínica
semejante al TEA de alto funcionamiento. Los profesionales deben determinar la posible
existencia de trastornos concurrentes. El diagnóstico diferencial incluye:
Discapacidad intelectual sin asociación con TEA: En la discapacidad intelectual estará
preservado el deseo de sociabilización y comunicación, que estarán al nivel de su capacidad
cognitiva. No existen los picos de habilidades cognitivas en las diferentes áreas visuoespaciales
(más característico de autismo) o en habilidades verbales (en T. Asperger) tan típicamente
asociados a TEA.
Trastorno de lenguaje expresivo: Se diferencia del autismo en que existe una afectación
del lenguaje expresivo, con poca complejidad gramatical y errores en la pronunciación para la
edad evolutiva del niño, pero no están presentes las alteraciones cualitativas del lenguaje
autista (neologismos, inversión pronominal, etc.) y, por lo general, existe una buena
comunicación no-verbal, reciprocidad social y una diversidad en sus patrones de intereses
Mutismo electivo: Hay que tener en cuenta que el mutismo electivo se asocia
frecuentemente a TEA, pero en aquellos casos en que el mutismo electivo se asocia a la
ansiedad y no a TEA, el mutismo electivo es un signo en un gran número de casos de ansiedad
26
social y carece de síntomas presentes en TEA, por lo que tienen juego simbólico espontáneo,
una buena relación social recíproca y están vinculados recíprocamente a sus padres. Su
conducta y comportamiento son normales con personas familiares.
Esquizofrenia de comienzo precoz: El principal problema del diagnóstico diferencial se
plantea en los casos de TEA con alto funcionamiento, adolescentes que no han obtenido un
diagnóstico previo de TEA. Los TEA, a diferencia de la esquizofrenia, carecen de interpretación
psicótica paranoide elaborada, de los signos psicóticos positivos de la esquizofrenia y no tienen
las alteraciones marcadas de la sociabilidad y comunicación e intereses en la primera infancia
propios de TEA.
Trastorno obsesivo compulsivo (TOC): La principal dificultad radica en diferenciar los
rituales propios de TEA, basados en la necesidad que tienen los niños autistas de mantener fi ja
la primera imagen que tienen de su entorno, o rutinas, no permitiendo el más mínimo cambio
en los mismos, de los rituales propios del TOC, fundamentados en una base ansiosa.
Síndrome de Landau Kleffner: Tienen una presentación clínica característica, con afasia y
epilepsia que ocurre en niños con un periodo normal de desarrollo y que típicamente
comienzan con una disfasia receptiva y, posteriormente, expresiva, pero con conservación de
su comunicación no-verbal, funciones adaptativas y psicomotrices. Tienen alteraciones
transitorias del EEG pero sólo en un 50% tienen ataques epilépticos.
El trastorno reactivo de la vinculación: Se presenta normalmente con un historial de
negligencia o abusos muy severos; el déficit social del trastorno reactivo de la vinculación
tiende a remitir en un ambiente más apropiado. Se han descrito los casos de pseudoautismo o
síntomas semejantes al autismo en adoptados que mejoran en el ambiente adoptivo y que se
relaciona con etiologías varias, desde deprivación afectiva16 emocional hasta exposición
prenatal a alcohol y otras drogas. (Hervás, Maristany, Salgado, & Salgado, 2012)
16
señala la situación en la que se encuentra un niño que ha sufrido o sufre la privación de la relación con su
sustituto materno, y que padece el déficit de atención afectiva necesaria en la edad temprana.
27
Unidad 3
Intervención y Tratamiento
Las características clínicas de los niños con diagnóstico de TEA son muy variadas,
dentro de un rango de capacidad intelectual que va desde la discapacidad intelectual severa a la
superdotación. La terapia cognitivo conductual es efectiva en muchos casos que, en ocasiones,
cuando el TEA se combina con otros trastornos conductuales o psiquiátricos, requieren
combinación con tratamiento farmacológico.
Cualquier tipo de intervención debe cumplir los siguientes requisitos:
a. Inicio lo más temprano posible. Durante los 3 primeros años, cuando la
sospecha está presente pero el diagnóstico puede aún no ser claro, es preciso
hacer un seguimiento periódico de su evolución e iniciar la intervención
adecuada que incida en los síntomas más relevantes de cada niño hasta
confirmar o descartar el diagnóstico.
b. A todas las edades, la intervención debe ser compartida y coordinada entre los
padres, la escuela y el/la terapeuta responsable del niño. Padres y profesionales
deben conocer las dificultades específicas de los TEA y aplicar las estrategias
adecuadas a cada niño concreto
c. Debe realizarse, siempre que sea posible, dentro de los entornos naturales del
niño.
d. La intervención debe ser intensiva. Debe incluir las horas que el niño está en la
escuela y las que pasa con su familia. Las pautas y estrategias que se deben
utilizar han de estar previamente consensuadas entre familia, escuela y terapeuta
y deben ser diseñadas específicamente para cada niño en concreto.
e. En el proceso diagnóstico y el diseño de la intervención, hay que contar con un
equipo multidisciplinar y tener la oportunidad de contar con la colaboración de
otras especialidades médicas, si se considera oportuno. (Hervás, Maristany,
Salgado, & Salgado, 2012)
28
adquirida por los compañeros de su misma edad. En esta etapa, suelen hacerse más evidentes
las posibles comorbilidades, especialmente con problemas de ansiedad u otros problemas
emocionales. La ansiedad, en pacientes con capacidad intelectual normal o superior, es debida
frecuentemente al inicio de la autoconciencia de sus propias dificultades y de los frecuentes
fracasos, a pesar de sus esfuerzos por mejorar, aunque no siempre sean adecuados. Los
episodios de acoso son muy frecuentes en esta etapa y además de ser fuente de ansiedad,
pueden, si no se controlan, desembocar en patologías más graves con el paso del tiempo.
La adolescencia siempre es una etapa conflictiva y en las personas con diagnóstico de
TEA, las dificultades se añaden a las que ya vienen soportando a lo largo de su vida. Su
conducta, afectividad y capacidad de socialización vendrá determinada, en gran parte, por su
experiencia vital durante las etapas previas. El objetivo de iniciar una intervención en grupo con
chicos con características similares en la etapa anterior es favorecer el establecimiento de un
grupo de referencia con el que compartir intereses a nivel social, poner en práctica el nivel de
autonomía que cada uno de ellos ha sido capaz de alcanzar y adecuar la responsabilidad que
exige su edad y su condición concreta. A estas edades y derivado de sus dificultades para
detectar intenciones o para la comprensión de situaciones sociales, el riesgo de verse
involuntariamente implicado en situaciones de riesgo legal incrementa. La alianza terapéutica
en las edades adolescentes y adultas es más necesaria que nunca. Aunque con la edad y la
intervención es posible que haya habido una mejoría, la identificación de sus sentimientos, la
aceptación, manejo de su sexualidad y poca capacidad para identificar señales no verbales o
intenciones de los demás, siguen siendo retos difíciles de superar. La mayoría de personas
diagnosticadas de TEA precisan, durante toda la vida, una supervisión o intervención
terapéutica. (Hervás, Maristany, Salgado, & Salgado, 2012)
30
con TEA, además de contener protocolos que se pueden implementar fácilmente en una gran
variedad de entornos, incluyendo la escuela, el trabajo, el hogar y la comunidad.
Figura 16 Logo del programa TEACCH
También se ha sugerido que el programa denominado REHABIT puede ser eficaz para
niños con autismo. Dicho programa está diseñado para enseñar una variedad de habilidades
cognitivas, incluidas funciones ejecutivas, atención, memoria, lenguaje y rendimiento escolar.
(Martos Perez & Perez, 2011)
Para tener éxito es necesario seleccionar cuidadosamente las habilidades en las que se
pretende intervenir, planteando objetivos para que el niño use sus habilidades de comunicación
en el control y comprensión de su participación en su mundo social. Las medidas adoptadas
deben también proporcionar un ambiente rico en comunicaciones significativas (lenguaje
gestual, signos, vocabulario, producción y comprensión de oraciones en contextos variados,
etc.); el empleo de dibujos, signos y movimientos, para promover o estimular la «producción
verbal», el reforzamiento con modelos de respuesta, el manejo de preguntas para que el niño
describa objetos de manera progresiva ante preguntas sencillas: de ¿qué? ¿cómo? y ¿por qué?
(para que nombre un objeto, use verbos y describa su forma, tamaño y color); la presentación
de estímulos visuales (dibujo u objeto) y una pregunta (¿Qué es esto?) se usa como estrategia
para incitar al niño a que generalice sus respuestas verbales, sobre todo en aquellos que tienen
la habilidad, pero no la utilizan ante situaciones cotidianas. Todo esto debe hacerse en un
ambiente natural o diseñado que permita o facilite la exposición de los objetos y las respuestas
que se espera de los niños. Los programas para estimular la atención son requisito necesario
para continuar el aprendizaje futuro; es por eso que las intervenciones se deben centrar en el
desarrollo de esta habilidad en el control conductual, en motricidad y en el desarrollo de
habilidades, tanto académicas como sociales. Todo lo anterior debe estar incluido en el
programa individualizado de cada paciente para ser aplicado en diferentes momentos del día y
32
en distintos contextos, con el fin de facilitar la progresiva ejecución de respuestas motoras más
elaboradas y mostrar al niño las estrategias compensatorias que puede emplear para sustituir
sus dificultades sensoriales y motoras, y buscar cómo desarrollar respuestas de atención en
contextos significativos en los que el niño se involucre directamente: minimizando las
reacciones sensoriales negativas del niño mediante la modificación de sus actividades. Como
las diferencias en la interacción social suelen ser el principal retraso que muestran los niños
con autismo (desde los primeros años de vida), pues permanecer más tiempo en actividades sin
propósito y a mayor distancia física con sus compañeros, involucrándose en conductas atípicas,
la intervención para corregir los problemas de interacción social debe ser hecha de manera
natural en distintas situaciones: el hogar, la escuela, y frente a distintos actores: compañeros y
adultos. Se deben vigilar los cambios en las habilidades sociales de estos niños en diferentes
situaciones y personas. La inclusión al programa de estimulación de otros niños sin problemas
de desarrollo que hayan recibido entrenamiento directo para iniciar y apoyar sus interacciones
sociales, puede ser benéfico para los autistas.
Problemas conductuales como agresión física, gritos, autoagresión, destrucción y
estereotipias, son mal augurio para las oportunidades educativas, sociales y comunitarias de
estos niños; cuando están presentes es necesario hacer una evaluación funcional del problema:
definiéndolo operacionalmente e identificando los eventos que anteceden y predicen su
ocurrencia; no menos importante es la identificación de los posibles factores asociados en la
conducta indeseable. Es deseable incluir en el diseño las actividades en las que el niño se
involucre, que tenga acceso a aquéllas de su preferencia y evitando ser expuesto ante aquellos
factores que desencadenan su conducta problema, procurando siempre promover la enseñanza
de conductas sociales apropiadas. (Álvarez, 2007)
Un niño con TEA puede tener mayores retos dentro del capítulo conductual, así como en
las capacidades comunicativas. Las habilidades sociales y de comunicación se asocian de tal
manera que en etapas tempranas del desarrollo son indistinguibles. La mejor manera de
elaborar un plan de trabajo es tomar en cuenta la evaluación de habilidades y establecer una
meta de desarrollo próxima alcanzable, para así pensar en los medios que se tienen que tener
para alcanzarla. El tratamiento tiene que tener una estrategia que estimule, controle o aumente
33
La estimulación del lenguaje en los niños con autismo es una de las piedras angulares
de la intervención. La adquisición, antes de los 6 años, de las habilidades para hablar y
comprender lo que se dice es un factor de buen pronóstico a largo plazo. El tratamiento de
respuesta pivote o PRT (Pivotal Response Treatment) consiste en plantear múltiples ejercicios
que el paciente necesita trabajar, sobre todo en aspectos fundamentales de la comunicación y
en habilidades de la vida diaria, atención compartida, petición, estrategias utilizando juego y
reforzadores positivos. Los sistemas aumentativos y alternativos de comunicación, incluyendo
apoyos visuales, dispositivos y programas que aumentan los canales de comunicación, apoyan
el aprendizaje en casi todos los métodos mencionados. Las estrategias terapéuticas basadas en
34
Los grupos terapéuticos enfocados en mejorar las habilidades sociales, aumentando las
estrategias cognitivas para mejorar la apreciación social y las competencias ecológicas de
conducta, son intentos para mejorar aspectos esenciales en el TEA. No se ha comprobado la
eficacia de estos grupos, pero los pacientes que participan en ellos tienen una mejoría en el uso
de expresiones sociales. Además, no se han encontrado efectos adversos en estas
intervenciones por lo que se recomiendan como un suplemento del plan terapéutico,
principalmente en adolescentes. El uso de entrenamiento social por medio de historias sociales
y teatro son intentos de generalizar los conocimientos y llevarlos a la práctica cotidiana.
Figura 19 Grupos terapéuticos.
cognitivas sonoras. Graduar los estímulos auditivos con estrategias de ecología ambiental
ayuda a mejorar la percepción. El uso de medios externos para modular el volumen o la
percepción externa (tapones, audífonos, música ambiental) pueden ser de utilidad en
momentos específicos, la adaptación del medio en grupos de población con autismo mejora en
hasta 47% la adaptación a un entorno escolar controlado. La musicoterapia ha mostrado ser
más eficaz que el placebo para mejorar las habilidades de comunicación social e impulsa las
relaciones de los pacientes con autismo con sus pares. En cambio, las terapias de integración
auditiva no han mostrado mejoría en los pacientes con TEA.
La modulación y el condicionamiento de las conductas reactivas ante sensaciones
aplicadas a situaciones ambientales que estimulen cualquier sentido, ya sean táctiles, visuales,
auditivas de propiocepción, sabores y olores, ayudan a la modulación de la conducta. (Rangel,
Melgar, & Reynoso, 2017)
17
ciencia social que se encarga del estudio de los procesos de aprendizaje y la enseñanza.
36
como trastorno. Como tratamiento de la depresión se prefieren los antidepresivos de tipo ISRS
sobre los antidepresivos tricíclicos (ATC), por eficacia y principalmente por su seguridad (menos
efectos adversos cardiovasculares como aumento del pulso, presión y alteraciones en la
conducción cardiaca).
Ghaziuddin y Tsai reportaron la eficacia de la fluoxetina a dosis entre 20 y 40 mg/día,
para disminuir los síntomas depresivos en pacientes autistas16. Se han ensayado muchas
medicaciones para la hiperactividad y para aumentar la atención, pero los hallazgos más sólidos
continúan apoyando el uso del metilfenidato (MFD), seguido por otros dos agentes: clonidina y
naltrexona. Los movimientos estereotipados y la persistencia son comunes en esta población.
Se han ensayado los ISRS, los agonistas alfaadrenérgicos, y hay otros reportes de eficacia con
risperidona. La venlafaxina a dosis bajas (promedio: 25 mg) puede tener su papel para
conductas asociadas con el autismo, como los señala un estudio de Hollander. Aunque sólo 6
pacientes (60%) permanecieron en su estudio abierto, se observó algún efecto en los
comportamientos repetitivos y la inatención. Se puede establecer que no hay un único método
universal de tratamiento óptimo para estos trastornos. El grado de recomendación basado en la
evidencia para cada tratamiento se encuentra en muchos casos en el grado B, pero
generalmente estas recomendaciones se sitúan en el grado C. En ocasiones, los tratamientos
propuestos no guardan relación alguna con el conocimiento disponible sobre estos trastornos;
otras veces son esotéricos, peligrosos o éticamente reprobables. Frecuentemente se utilizan
tratamientos inespecíficos indicados para pacientes con otros problemas, con la esperanza de
que también sean eficaces para los TEA. En general, los tratamientos se evalúan en casos
únicos o en series muy pequeñas de pacientes, lo que dificulta la generalización de los posibles
resultados para todo el colectivo. De hecho, no es raro que la replicación de la investigación por
un segundo equipo o en un segundo grupo de pacientes muestre hallazgos diferentes. (Arce
Arias , Mora Hernández, & Mora Hernández , 2016)
Los medicamentos que se han dejado de administrar por razones de bioseguridad18 o por falta
eficacia son la fenfluramina y los agonistas serotoninérgico19s indirectos utilizados para el
control de la obesidad. La naltrexona antagonista opioide se utilizó en autismo para mejorar los
síntomas de hiperactividad. La secretina porcina y los polipéptidos relacionados no reportaron
beneficio clínico en estudios aleatorizados. La quelación es un método para disminuir los
agentes tóxicos por metales pesados. La evidencia muestra que este método no mejora
18
Parte de la biología que estudia el uso seguro de los recursos biológicos y genéticos
19
Grupo de medicamentos usados como antidepresivos.
37
significativamente los síntomas, pero tiene importantes efectos adversos por lo que no se
recomienda su uso.
La acupuntura se ha usado para mejorar los síntomas de los pacientes con TEA, pero no hay
evidencias ciertas que muestren mejorías clínicas significativas. El uso de vitaminas en el
tratamiento de pacientes con síntomas autísticos inició en los años 50 del siglo pasado, con la
administración de piridoxina (B6), en combinación con magnesio (B6-Mg). Las revisiones
realizadas por la medicina basada en evidencia han mostrado que no es recomendable el
tratamiento con Mg y B6 o ambas para pacientes con autismo. El tratamiento con dietas libres
de gluten y caseína no tienen un efecto mayor que el producido por un placebo. Hay reportes
de pacientes con síntomas psicóticos por ingesta de gluten, pero claramente son anecdóticos.
Es importante mencionar que entre los pacientes con autismo hay no celiacos con sensibilidad
al gluten con síntomas gastrointestinales y no intestinales al ingerir gluten, a pesar de
presentar serologías negativas. Los pacientes con autismo y sensibilidad al gluten no celiacos,
presentan mejoría en el hábito intestinal y en los síntomas no gastrointestinales, de la misma
forma que los pacientes sin autismo. La recomendación para los pacientes con autismo que
tengan datos gastrointestinales atípicos, es hacer un abordaje buscando enfermedad celíaca o
sensibilidad al gluten; si existe alguna de estas entidades se debe tratar con restricción, como
los pacientes sin autismo. Por lo tanto, no se recomienda a los pacientes con autismo la
restricción de la ingesta de gluten.
Otros tratamientos farmacológicos y alternativos que son administrados a los pacientes como
citocinas, inmunomoduladores20, ozono y células madre no se recomiendan por la falta de
bioseguridad. Sobra decir que los tratamientos por cualquier vía de administración (oral,
intravenosa, dérmica) tienen que ser aprobados por las agencias de seguridad sanitaria de cada
país. (Rangel, Melgar, & Reynoso, 2017)
20
sustancias que tienen la capacidad de aumentar o disminuir la respuesta inmune.
38
Conclusión
Como conclusión después del culminado de este trabajo investigativo puedo concluir lo
siguiente:
El autismo es un trastorno del desarrollo que impacta esencialmente en tres áreas: la
comunicación, la socialización y la conducta, donde las primeras manifestaciones o síntomas
aparecen de forma variable a partir de los 18 meses y se consolidan a los 36 meses de edad ,su
etiología es aun confusa y no muy precisa, su prevalencia oscila entre 1/54 en chicos y 1/252
en chicas, su diagnóstico es complejo y vital pues cuanto antes se haga el diagnóstico, mayores
serán las posibilidades de que el niño y su familia reciban ayuda y apoyo adecuados, por lo que
se debe conocer las señales de alerta inmediata para la detección precoz, así como las distintas
pruebas y cuestionarios que se pueden aplicar.
Después se debe intervenir, esta intervención cuenta con diferentes requisitos, y
prioridades, existen programas, estrategias y distintas estructuras que se pueden utilizar, es
posible que haya una mejoría, la identificación de sus sentimientos, la aceptación, y la
capacidad para identificar señales no verbales o intenciones de los demás, siguen siendo retos
39
Por último, vuelvo a mencionar este tema debería tener visibilidad la cual se entiende
como un elemento del proceso cuyo fin es la sensibilización social hacia una discapacidad, pues
ante los ojos de los demás las personas diagnosticada con TEA, son vistas de manera
infrecuente o extraña, cuando se debería estimular a favorecer las condiciones u oportunidades
de estas personas diagnosticadas, ya que son limitados los programas de intervención
comercializados.
Todo el mundo merece respeto, pero es fácil que las personas con TEA sean el blanco
de bromas o rechazados, en la medida en que comprendamos más lo que es autismo se podrá
lograr una mayor integración social, con mayor tolerancia y sin prejuicios.
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gn%C3%B3stico
41
Figuras
Figura 1 TEA 5
Figura 2 Patrones atípicos de actitudes y comportamientos. 6
Figura 3 Paul Eugen Bleuler fue un psiquiatra y eugenista suizo 7
Figura 4 Leo Kanner fue un psiquiatra austríaco 8
Figura 5 El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales 9
Figura 6 El DSM-5 y CIE-10 utilizados para la clasificación del TEA. 12
Figura 7 El autismo tiene alta heredabilidad. 14
Figura 8 Crecimiento cerebral en un paciente con autismo. 15
Figura 9 Determinar el impacto de las habilidades 19
Figura 10 Los síntomas de los TEA aparecen en los 2 primeros años de vida 21
Figura 11 El uso de tablas de desarrollo validadas, , Haizea-LLevant y Denver ddst II 22
Figura 12 Diagnostico del TEA 24
Figura 13 Evaluación para valoración del diagnóstico del TEA. 28
Figura 14 Características clínicas para la intervención temprana. 32
Figura 15 Las personas diagnosticadas necesitan durante toda su vida supervisión. 34
Figura 16 Logo del programa TEACCH 35
Figura 17 Análisis de la conducta. 38
Figura 18 Tratamiento que implementa juegos. 39
Figura 19 Grupos terapéuticos. 39
Figura 20 Uso correcto de los medicamentos para pacientes con TEA. 43
Glosario
42
baremos F
Conjunto de normas establecidas
Fisiopatología
convencionalmente para evaluar algo., 27
Encargada del estudio de los mecanismos por
medio de los cuales se producen los signos
C
y síntomas de las enfermedades, 14
Cariotipo
es la colección de cromosomas de un H
individuo., 27
hipoplasias
cíclicos
Desarrollo insuficiente o incompleto de un
Que se repite regularmente cada cierto
órgano o un tejido orgánico debido
tiempo, 27
generalmente a la disminución del número
comorbilidades
de células normales que lo forman., 15
un término utilizado para describir dos o más
trastornos o enfermedades que ocurren en I
la misma persona., 33
introspección
conductual
la actitud de prestar atención a los procesos
Perteneciente o relativo a la conducta (manera
internos del propio sujeto, esto es, la
en que los hombres se comportan en su
capacidad del sujeto para centrar la
vida)., 37
atención en sus propias percepciones,
M R
macrocefalia recíproca
una alteración biológica por la cual la Que se da o se dirige a otro y que a su vez se
circunferencia de la cabeza es mayor de lo recibe de este en la misma medida., 29
esperado para el sexo y la edad de un niño remitido
o niña., 28 Dejar una persona una resolución o una
respuesta a juicio de otra, 24
P
T
patologías
Estudio de los procesos de las enfermedades., tamizaje
33 Prueba muy sencilla la cual se le realiza a todo
propiocepción recién nacido al momento del alta, y
Sentido que informa al organismo de la consiste en hacer una pequeña punción en
posición de los músculos, es la capacidad el talón para tomar unas pocas gotas de
de sentir la posición relativa de partes sangre., 18
corporales contiguas., 40