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El libro que provocó una investigación

documental
sobre un personaje poco conocido.
Por Félix Hernández del Ángel.

Chalco, Estado de México, enero 27 de 2018.

[1]
Preámbulo
(1977).
Estudiaba la Secundaria en una escuela nocturna, de esas que se crearon para
los trabajadores y personas que tuvieran más de quince años. Esto porque algunos,
como yo, ya éramos grandes cuando terminamos la Primaria. Entonces ya no
pudimos inscribirnos en el turno de la tarde porque “ya no nos aceptaban” por
nuestra edad. Bueno, estudié tres años en la Escuela Secundaria para Trabajadores
No. 34, que se encontraba (y se encuentra creo todavía) en Lomas de Sotelo, cerca
de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Ahí conocí a compañeros y compañeras que trabajaban en varios oficios
como soldados, músicos, obreros, trabajadoras del hogar, empleados públicos y
otros oficios, pero todos con la idea de estudiar y terminar nuestra educación
secundaria. Ninguno de nosotros tenía ese documento que nos abriría otros caminos.
Los tiempos exigían mayor preparación para el futuro.
Es agradable recordar las clases de Biología, Historia, Español, Música con
maestros que nunca he olvidado por sus grandes enseñanzas. El maestro de Biología
era un experto en su área y recuerdo una clase donde habló de la fase oscura y la
fase luminosa del proceso de fotosíntesis. Era un dibujo bien hecho en el pizarrón
con mucho color y con mucha información muy interesante. El maestro se explayó
en su explicación que me quedé sin palabras.
Por otro lado, el maestro de Historia utilizaba apuntes personales que
imprimía en papel revolución con un mimeógrafo. Esos apuntes eran de historia
universal y de México, de las culturas, de las revoluciones y, al final, terminaba
siempre con un cuestionario que nos calificaba uno a uno al final de cada clase. Él
me motivó a estudiar después esta disciplina y me decía a mí mismo: “Yo quiero ser
como mi maestro de Historia; saber mucho, conocer de todo; ser amable, simpático
y tolerable; y a lo mejor escribir un libro”.

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La maestra de Español siempre llegaba con una sonrisa y con palabras de
ánimo para todos, porque bien sabía que la mayoría veníamos de trabajar. Su clase
era amena y muy instructiva, usábamos el famoso libro de Idolina Moguel que se
llamaba Español. También utilizábamos El Galano Arte de Leer, que me parecía
muy didáctico y muy motivador, porque contenía poemas, canciones, cuentos,
pensamientos, dibujos e información sobre lo que teníamos que aprender. Ella
siempre nos decía que le echáramos muchas ganas porque podíamos llegar muy
lejos si estudiábamos. Recuerdo de un concurso de declamación de poemas que
organizó y que fue todo un éxito. Tres de mis compañeros me sorprendieron al
declamar “La niña de Guatemala”, “Por qué me quité del vicio” y “El seminarista de
los ojos negros”.
El maestro de Música era novio de la maestra de Español. Siempre iba por
ella y le declaraba su amor enfrente de todos. El maestro era muy enérgico en sus
clases al trabajar con la flauta y el cuaderno pautado; muy agradable en su trato con
nosotros y con los otros maestros. Se le veía muy celoso con su novia, la maestra,
pero ella no le hacía caso a sus celos. Recuerdo el libro Temas de Cultura Musical
que por esa época se ocupaba mucho en las escuelas y que nosotros también
llegamos a utilizar.
Nuestro recreo constaba de 15 minutos solamente y la Cooperativa se llenaba
de alumnos. Algunos solamente alcanzábamos a comprar una paleta de Coca-Cola y
la comíamos al subir las escaleras para continuar con las clases, porque el prefecto
ya nos estaba llamando y gritando que entrásemos de inmediato. Al igual que todo
lo anterior, me llenó de orgullo ser de la escolta e ir al Monumento del Ángel de la
Independencia para montar una guardia de honor.

El libro.
Al terminar la Secundaria, tuve la fortuna de obtener un honroso tercer lugar
en aprovechamiento general. Me dieron un diploma y un libro; ese libro se titulaba
Los Hombres de la Reforma, de Daniel Moreno. No le tomé mucha importancia,
[3]
pero confieso que me llamó la atención porque tenía pequeñas biografías de
personajes que habían participado en ese periodo histórico de México. Ya en casa,
presumí mis logros y empecé a ojear mi libro que decía en una ficha bibliográfica
color blanca: “3er. Lugar. 3° A. Hernández del Ángel Félix”. Me sentía muy
importante. En sus páginas leí con asombro un capítulo que decía:
“EL GALLO PITAGÓRICO”
Y JUAN BAUTISTA MORALES

Este es la portada del libro que me obsequiaron en la Secundaria.

[4]
Nota escrita en el libro, con una ficha bibliográfica blanca.

Me pregunté: “¿Qué será esto? ¿Quién será ese personaje?”. Seguí revisando
y encontré otras personas como Francisco Zarco, Melchor Ocampo, José María Luis
Mora y otros más. También me llamó la atención el nombre de Juan Zuazua, porque
la maestra de Química había dicho algo de un tal Zuazua. Pero ahí quedó. Sin
embargo, el futuro y las circunstancias llamarían a este libro en mi apoyo
incondicional.

[5]
Los estudios en la Escuela Normal.
(1980-1985)
Busqué ingresar a la Escuela Nacional de Maestros que se encuentra en el
Metro San Cosme, pero me dijeron que mi edad ya no me ayudaba, porque sólo
aceptaban menores de 18 años, y yo ya tenía mis 18 primaveras.
Mi idea de ser maestro que construí a los nueve años de edad en mi pueblo,
parecía desmoronarse. Sin embargo, una señora vecina tenía un hijo que era maestro
de primaria y él me dijo que fuera a San Mateo Nopala para que hiciera mi solicitud,
me decía que ahí si me aceptarían. Entonces fui, hice los trámites de ingreso y quedé
inscrito, después de hacer un examen de conocimientos, otro de habilidades motrices
en educación física y una serie de preguntas que me hicieron otros maestros sobre
salud y demás cuestiones.
En la Normal No. 8 de Naucalpan, en el Estado de México, estudié el
Bachillerato en dos años y otros tres la Profesional, obteniendo el título de Profesor
de Educación Primaria. Un periodo interesante y lleno de actividades, tanto cívicas,
como deportivas y musicales. En esta época participé en Voleibol, Basquetbol, Coro
y Teatro. Fuimos a varios lugares en representación de la Normal y del Gobierno del
Estado de México, como Toluca, Naucalpan, Guanajuato, Ecatepec, etc. Ser maestro
era y es mi gran vocación.
La Historia aparece en las clases que nos daban los maestros en los diferentes
grados; historia universal, historia de México e historia del Estado de México.
Recuerdo al maestro de historia que nos hablaba de marxismo, pero a la vez de los
libros que con tenía la Biblia; del maestro de Filosofía, muy joven por cierto, que se
apasionaba al dar sus clases; al maestro de teatro que se empeñaba en lograr mejores
ciudadanos en nosotros. Todo influye en nosotros. Todo pensamiento y acción
recibidos nos permean a futuro. De esta época recuerdo los trabajos que hacía para
esa materia, y que consistían en investigaciones y que yo adornaba con recortes de
una revista que en ese entonces circulaba en la CONASUPO que se llamaba

[6]
Cuadernos Mexicanos. Tenía diferentes títulos y cada uno, en sus páginas,
encontraba grabados y dibujos. Éstos me servían para ilustrar mis trabajos que he
mencionado. Las recortaba y pegaba en mis apuntes, y a los maestros les encantaba
que yo hiciera esto. Después de esto, egresé e inicié a trabajar como maestro en una
escuela nocturna.

La Universidad
(1986)
Un año después de que empezara a trabajar como maestro, tuve la inquietud
de saber “qué se sentía estar en la Universidad”; pues bien, hice mi solicitud de
ingreso a la Universidad Nacional Autónoma de México. Realicé el examen y fui
aceptado. Para mí fue un reto entrar a la Universidad. Me asignaron a la Escuela
Nacional de Estudios Profesionales Acatlán (hoy FES Acatlán).
Mi estancia en ese lugar por las mañanas y parte de la tarde me hacía muy
feliz. No tenía compromisos ni problemas; tenía trabajo por las noches de 7 a 9
diariamente. Son grandes recuerdos que tengo de mi estancia en ese nivel. Grandes
maestros llenaron mi vida de ilusión y de pasión por la Historia, tales como: Patricia
Montoya, Julio César Morán Álvarez, Héctor Díaz Zermeño, Ricardo Martínez
Lacy, Antonia Pi-Suñer Llorens, Rosalía Velázquez Estrada, Pilar Barroso Acosta,
Ma. Cristina Montoya Rivero, Aurora Flores Olea y otros más.
En uno de los seminarios de historiografía revisamos un libro titulado
Historia Documental de México donde casualmente encontré el nombre de Juan
Bautista Morales, El Gallo Pitagórico. Ya no me acordaba de ello sinceramente.
Pero este texto pequeño de tres páginas y media me llevó a revisar nuevamente el
libro que me habían regalado en la Secundaria. ¡Qué coincidencia! ¿Cómo es
posible esto? Después de tantos años, vuelvo a abrir el libro e inicio a leerlo.

[7]
Portada del libro que revisamos en el Seminario (FES-Acatlán, UNAM).

[8]
Copia de la página donde viene el texto de Juan Bautista Morales.
El Gallo Pitagórico. Las páginas eran de la 214 a 217.

Antes de esta escena, la maestra del Seminario de Titulación había solicitado


un título probable para la tesis, y yo había pensado en la Rebelión Escobarista; pero
la idea de El Gallo Pitagórico me llamaba más la atención, era como que más
intelectual, y no tanto militar, aunque para ello ya había visitado el Archivo
Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional para investigar a José Gonzalo
Escobar y su movimiento de oposición al gobierno.
Una vez decidido que haría mi tesis sobre Juan Bautista Morales, empecé a
hacer una búsqueda exhaustiva de su vida y obra. Esto tiene la culminación en la
tesis “Juan Bautista Morales y su visión de la sociedad mexicana (1842-1856)” que
sustenté y fue aprobado. El apoyo de mi libro Los Hombres de la Reforma fue
esencial en esta investigación, al igual que la Historia Documental de México que
dieron la pauta y el camino a la investigación hemerográfica.

[9]
La investigación documental
2000-2020.
A partir del año 2000 inicia la fase de investigación documental seria y a
profundidad. La afirmación que hace Daniel Moreno: “Escogí como tema la figura
de uno de los escritores más valiosos y olvidados del siglo XIX, quien salvo para los
críticos e historiadores profesionales, o para los verdaderos amantes de nuestra
cultura, sin ambiciones de parecidos o influencias de tal o cual corriente, resulta
poco conocido: JUAN BAUTISTA MORALES, celebrado como escritor y político
para una obra terrible en su tiempo, pero cuya calidad vital y su esencias mexicanas
siguen firmes y valederas en nuestros días: El Gallo Pitagórico”, me hace reflexionar
sobre diversos puntos.
El texto escrito por Moreno ofrece varias alternativas para la investigación
tales como aquellos encaminados a la política, la literatura, la sociología, la religión
y la historia. Refiere autores mexicanos que han hablado sobre su vida y obra, al
igual que de políticos y de la historia cultural mexicana. Los periódicos escritos o
fundados por Morales son señalados en su escrito. Sin embargo, falta mucho por
hacer y escribir.
Las aportaciones de Francisco Zarco y de Óscar Castañeda Batres sobre el
trabajo moraliano son un apoyo firme a la investigación. La búsqueda en
repositorios nacionales y extranjeros ha sido ardua, divertida y con mucha
información. Los escritores y autores que surgen a cada día ofrecen puntos de vista a
veces contradictorios, pero al igual que las cosas buenas, las cosas malas debemos
decirlas.

[10]
Este es uno de los textos escritos por Óscar Castañeda Batres en Novedades.

El trabajo en archivos, hemerotecas, bibliotecas particulares, públicas o de


instancias oficiales contiene gran cantidad de información para los historiadores y
literatos. Tan es así que al momento de escribir este pequeño trabajo existen tres
volúmenes impresos por mí y cuyos títulos son: El Gallo Pitagórico, editado en
2013 y que contiene la colección completa de los diálogos escritos por Morales,
aparte de un “Prologo del Autor” que escribe él mismo antes de fallecer. Otro
volumen se titula Documentos Cartas Literatura, que apareció en 2014, que ofrece
[11]
información personal del autor guanajuatense, así como de algunas cartas que
personajes de la época le envían y algunos poemas y escritos literarios de su autoría
poco conocidos. El último volumen se titula Política y Sociedad y tiene muchos de
los periódicos que Juan Bautista Morales fundó solo o con otras personas.

2013 2014
Estos son los tres primeros títulos
publicados en edición de autor y
distribuidos en la Ciudad de México,
Guanajuato y Estado de México.

Es fruto de la lectura del libro de Daniel


Moreno titulado Los Hombres de la
Reforma, donde habla sobre Juan
Bautista Morales, El Gallo Pitagórico.
2016
Están en preparación Religión, en donde se compilan textos que hablan sobre
este aspecto y, Acerca de Juan Bautista Morales, que contiene artículos de diversos
autores que han escrito a través de los siglos hasta llegar al nuestro.

[12]
El trabajo archivístico y bibliográfico desplegado durante algunas décadas
permiten la conformación de otros dos tomos adicionales a los anteriores: uno,
denominado Miscelánea donde se rescatan pequeños textos que refieren a la obra,
vida o trabajo de Morales; y otro, titulado Nuevos Documentos de Juan Bautista
Morales, que presenta verdaderas joyas descubiertas a raíz de la lectura de artículos
y revistas de diversas épocas.

[13]
La investigación documental ha traspasado fronteras. Tal es el caso que de
Madrid, España, nos han enviado información sobre el periódico Los Debates de
1848 e impreso en Querétaro. Al igual que la Universidad de Austin, Texas, USA,
quien nos ha enviado información valiosa sobre política. También debemos
mencionar la Universidad de Nuevo León, Tamaulipas y otras instancias educativas
de nivel superior que han cooperado conmigo en el rescate de este escritor
decimonónico.
Lo curioso es que, cuando escribo estas líneas, sigo revisando el libro de
Daniel Moreno que me obsequiaron en la Secundaria. ¡Qué interesante! ¡Todo lo
que ha provocado! Y todo lo que aún falta por descubrir.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
 CASTAÑEDA BATRES, Óscar. “Juan Bautista Morales: El Gallo Pitagórico que
cantara las verdades del pueblo a Santa Anna”. Novedades. Suplemento “México en
la Cultura. Artes. Espectáculos. Ciencias”. Domingo 23 de octubre de 1960, pp. 1-2.
- “[Prólogo. Juan Bautista Morales]” en: El Gallo Pitagórico. Colección de
artículos crítico-políticos y de costumbres. México, Manuel Porrúa, S.A.
Librería, 1975.
- “Recordación de Juan Bautista Morales” en Boletín Bibliográfico de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público, núm. 166 (1° de noviembre de 1959,
p. 1 y 7) y núm. 167 (20 de noviembre de 1959, p. 2 y 7).
 DE LA TORRE VILLAR, Ernesto; Moisés GONZÁLEZ NAVARRO y Stanley
ROSS; Edición de Miguel LEÓN PORTILLA. “El Gallo Pitagórico. 1845” en:
Historia Documental de México II. Cuarta edición. México, UNAM/Instituto de
Investigaciones Históricas (Serie Documental, 4), 2013, pp. 276-279.
 MORALES, Juan Bautista. El Gallo Pitagórico. Colección de artículos crítico-
políticos y de costumbrespor el Sr. Lic. D. Juan B. Morales. Nueva edición
corregida y revisada por su autor, precedida de un prólogo del mismo, acompañada
de una noticia biográfica del Sr. Morales escrita por D. FRANCISCO ZARCO, e
ilustrada con 100 grabados hechos en París por los mejores artistas, conforme a las

[14]
instrucciones del autor. Edición del Siglo XIX. México, Imprenta de Ignacio
Cumplido, calle de los Rebeldes núm. 2, 1857; 613 páginas, 19 cm.
 MORENO, Daniel. “El Gallo Pitagórico y Juan Bautista Morales” en: Los hombres
de la Reforma, México, B. Costa-Amic Editor, 3ª. edición, 1976, pp. 107-120.

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