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Universidad Tecnológica de México

(Campus Sur)

Alumno: Ing. Adolfo Adrian Acosta Angeles.


No Cuenta: 21387936.
Carrera: Lic. en Psicología (ESBHLX).
Materia: Psicobiología del Comportamiento.
Profesora: Mtra. Guadalupe Arlette Vilchis Gutiérrez
Entregable: No 1/ Autobiografía. ¿Quién eres?
Fecha: 24 de Mayo 2021
Periodo: 21-3 (1 A)
Correo: adolfo.acosta@my.unitec.edu.mx
Introducción.

Antes que nada, debo de pedir una gran disculpa al lector, ya que por más que lo intenté, no pude
resumir mi vida en tan solo dos hojas, ¡son muchos años de vida y por supuesto muchas aventuras!
Bueno, pasando al tema en cuestión, aquí podrás conocerme y podrás observar algunos datos
curiosos, que han forjado a la persona que soy, te relato desde mis antecesores, mi infancia,
adolescencia, adultez, mi vida actual y hasta mi trayectoria profesional y laboral.
Espero encuentres amena la lectura ya que ha sido una historia de muchos retos y experiencias
profundas desde el final de mi adolescencia hasta el tiempo actual, espero la disfrutes.
Incluyo referencias para que puedas ver los contextos en apoyo a la biografía así como algunas
fotos al final.
Autobiografía.

Todo comenzó en Distrito Federal, ahora Ciudad de México, corría el año de mil
novecientos setenta y dos, cuando Alfredo Acosta, mi padre, un hombre muy
trabajador, guapetón y con un sentido de humor increíble, proveniente de una familia
italiana, de pocos recursos, él, mantenía a toda su familia, su madre Juan Reyes, mi
abuelita muy amorosa y consentidora en todos mis recuerdos, así como a sus cuatro
hermanas y mi abuelo. Mi padre durante su infancia y adolescencia fue sumamente
maltratado por su padre mi querido abuelo Aldolfo Foglia exiliado en México buscando el sueño
mexicano y desafortunadamente perdió el brazo derecho en una fábrica antes de que naciera su
primer hijo. Mi padre cursó la carrera de ingeniero mecánico y conoció a mi madre Celia Angeles,
una muy educada y fascinante mujer, proveniente de una de las familias más acomodadas de
México, mi madre era la hija número nueve de un total de once hijos productos del amor de Jesús
Angeles y Maria Licea mismos que después de unos años y once hijos terminaron separados. Mi
madre había estudiado en una escuela muy refinada al norte de la ciudad el Colegio Salesiano de
Santa Julia (1) y educada desde la primaria hasta la carrera por este tipo de institutrices, ella, me
ha comentado, “fueron los años más divertidos de mi infancia y adolescencia”, cando ella salió del
colegio se conocieron mi madre y mi padre en una empresa que hasta la actualidad existe y se
llama Motorola, allí comenzó el romance, mismo que un año después los llevó al alatar y un año
más adelante en septiembre nació este bodoque, en la colonia Country Club nada más pesando
tres kilos cuatrocientos gramos y midiendo cincuenta y cinco centímetros, ¡“Fuiste el único bebe
blanquito y güero, güero en todos los cuneros”!, argumenta mi madre cada vez que me platica la
historia de mi nacimiento con mucha emoción.
Durante los primeros 5 años de mi vida vivimos en la casa donde vivía mi papá y su familia, allí
estaba mi abuela y mi abuelo, mi tía Aurora la más pequeña de los hermanos así como mi tía
Carolina (recién divorciada) y sus dos hijas (Carmen y Minerva), además Belén la hija de mi tía
Berta que se le hizo muy fácil ir a dejarla con mi abuela y dos primos mas Efraín y Adolfo hijos de
mi tía Rosa recién fallecida…si efectivamente éramos muchos, allí parecía todo un regimiento, solo
imagínense la escena, mi padre tenia dos y a veces hasta tres trabajos para mantenernos a todos,
él era el único que trabajaba ya que mi abuelo sin un brazo no le daban trabajo, fueron unos años
muy difíciles para mis padres. Afortunadamente allí por los años de mil novecientos setenta y
nueve mi padre logro entrar a trabajar a la Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas
mejor conocida como la “SAHOP”, un año después mi padre pudo conseguirle a mi abuelo un
trabajo allí, bien remunerado en el área de fotocopiado donde trabajó hasta su jubilación más de
veinticinco años después. Durante estos gloriosos y aguerridos años (ya que yo era en la casa uno
de los nietos más chicos y la competencia era bastante grande) aprendí a no acercarme a las
piletas de los patos, descubriendo de una manera singular, tipo Jacques Cousteau, que no se
puede respirar bajo del agua, afortunadamente mi tía Aurora me saco en un movimiento de las
patitas y me aplico resucitación de inmediato, además de graduarme en insectos de todo tipo, al
grado de recibir múltiples piquetes de muchos incluyendo azotadores (por favor no se agarren la
cara después de agarrarlos te vuelves un monstruo de la hinchazón) abejas, cara de niños (si pican
no hagan caso, si alguien les dicen que no y menos si es su prima la más grande) y por supuesto
los piquetes básicos de todo niño, un par de arañas, hormigas y uno que otra cosa rara que andan
en las plantas. Mis años de infancia fueron muy lindos ya que donde vivíamos había gallinas, una
hermosa higuera y un gallo loco que nos perseguía todo el tiempo el cual terminó, hecho caldo un
día después de picarle a uno de mis primos. Cuando mi abuelo Adolfo y mi tía Carolina entraron a
trabajar nos pudimos por fin cambiar de casa, yo tenia 5 años y entre al kínder en el Colegio
Andersen de Xochimilco, de allí hasta el tercer año de primaria me pase a colegio Martin de la Cruz
y ¡santa madre de Dios!, fueron mis épocas de aventuras totales, jugando futbol, canicas, las traes
y por supuesto a los caballeros de la mesa redonda (disfrazados hasta la cabeza con escudo y
espada, no sé ¿cómo no?, nos sacamos un ojo), protegiendo a mi bella y amada Itzel con la cual
finalmente me case en la kermes de cuarto año y además la invite a bailar en la disco instalada en
el salo 2B, donde saque uno de mis mejores pasos de baile inspirado en aquellos años por Michell
Jackson y ella quedó prendada de mí. En aquellos años tuve otra amiga y consejera Brenda Tapan
que hasta la fecha somos amigos. Por otro lado en México llegaron las películas de Star Wars y
las vi con mis padres por ello ya me sentía todo un Jedi o por lo menos un Padawan subiéndome
al Alcón Milenario y salvando el universo, fue justo a mis diez años cuando nació Rosa Acosta mi
hermana, una hermosa niña de tres kilos y medio y me que fascinaba verle aquellos puntitos en la
nariz de recién nacida, actualmente licenciada en artes dramáticas y con una empresa de
producciones escénicas, bueno regresando a mis diez años nos mudamos a la casa donde había
vivido mi madre sus primeros años ya que mi Abuelo Jesús le había regalado (de palabra) una
parte de la casa y vivimos allí solo dos años, desafortunadamente mis padres empezaron a tener
muchos conflictos entre ellos. Cuarto y quinto año de primaria fueron muy intensos ya que mi madre
me había espantado diciéndome “sino sales bien en la escuela, no vas a entrar a la secundaria y
te saldrán tres ojos más” por supuesto con esa motivación, me aplique con todas las ganas del
mundo ya que, ¿quién? quiere un tercer ojo, que no sean los hindúes. Al terminar la primaria mis
padres se separaron un año y termine regresando a vivir a Xochimilco con mi papá.
En mi etapa de adolescente fue justo en los primeros días del ciclo escolar, en primero de
secundaria cuando intentando hacer el salto del tigre ¡zas! que me rompo la muñeca y llegue al
hospital, para no hacerles el cuento largo, regrese a vivir con mi madre, unos meses después ya
vivíamos de nuevo con mi padre en otra casa (por un momento pensé, ¿no seremos judíos?) y
entre a segundo de secundaria, en el Colegio Simón Bolívar, donde me integre al equipo de ajedrez,
danza regional, atletismo, rondalla, tarjetería española y macramé, bueno estas dos últimas no,
pero si a todo lo que pude meterme, al paso de un año mi papá consiguió empleo en Ciudad Juárez
y regresaba a una vez al mes a casa, al paso de los meses, y yo ya en tercero de secundaria casi
al finalizar la escuela, mi padre regresó, dándonos la noticia de que viviríamos en Tlaxcala. donde
residen actualmente y que nos iríamos todos allí, sin embargo, yo no acepte dicha propuesta, sin
más miramientos, mis padres terminaron en Tlaxcala y yo en la ciudad de México, viviendo solo a
las 16 años, ustedes se preguntaran ¿y de que vivía? pues no fue fácil tengo un don, el de cantar
bonito y tocar muchos instrumentos incluyendo la guitarra, lo cual me ayudó mucho a mantenerme
dedicándome a cantar y poder pagar mis colegiaturas, finalmente en la preparatoria entre al
Colegio Makarenko ubicando en la calle de Éuscaro cerca de la basílica de Guadalupe, con una
beca del 95% por mis calificaciones, termine el bachillerato, allí conocí a Ivania una estudiante
México- Alemana con la cual me fui a vivir con ella por más de 5 años ya que su familia tenia un
modo muy abierto de pensamiento, me la pase muy bien y aprendí muchas cosas, viví mi primer
beso, mi primer amor y mi primer todo, después cuando intenté hacer mi examen a la superior
desafortunadamente no entre y estuve todo un año de mi vida incursionando en el teatro, fotografía
y otras artes así como leer más de 50 libros de todo, incluyendo de psicología.
En mi etapa adulta, y un año de espera, finalmente pude entrar a la carrera de Ingenieria
Aeronáutica en el Instituto Politécnico Nacional y la terminé, siendo unos años de muchísimo
trabajo, esfuerzo y dedicación, trabajando desde auxiliar contable en una empresa química y los
jueves, viernes y sábados en un bar de Lindavista llamado “El breve Espacio”, ¡qué tiempos
aquellos!, ¡y que borracheras, no lo vuelvo a hacer¡.
Terminando la carrera me contrataron en Líneas Aéreas Allegro en Cancún llegando a ser dos
años después, el gerente más joven de la empresa, conociendo las aéreas de mantenimiento y
operaciones hasta los huesos, de allí, me pasé a trabajar como Director de Seguridad Aérea en
Click de Mexicana y donde empecé a estudiar la especialidad en Seguridad Aérea y Aseguramiento
de la calidad en la University of Suthern California en los estados Unidos, al segundo año recibí
una llamada telefónica muy sospechosa, casi casi, en secreto donde me invitaban a un proyecto
de aviación de bajo costo, bastante ambicioso y nuevo en México, después de un par de entrevistas
e inclusive viaje al Salvador para otra entrevista, fui contratado en el dos mil cinco por la gente de
Pedro Aspe, como parte del equipo fundador de la empresa de aviación, que después se llamaría
Volaris, y trabaje allí en el área de Operaciones aéreas por más de diez años, en este tiempo hice
todo el esfuerzo por entrar a estudiar a la National Trasportation Safety Board en Washington
(NTSB) obteniendo tres especialidades, una de ellas Respuesta en Emergencia, una más en
Investigación de incidentes y accidentes aéreos y la última en Asistencia a familiares, es decir
familias involucradas en un accidente aéreo, de allí mi curiosidad por la atención en crisis y
reunificación de familias, así como los análisis de psicología post mortem que se realizan a las
tripulaciones involucradas en los accidentes aéreos.
Fue justo en Volaris cuando conocí a mi esposa Blanca Gómez una muy inteligente, pizpireta y
hermosa licenciada en administración de empresas, la cual convencí en tener dos hermosas hijas,
Frida Acosta y Regina Acosta de trece y nueve años actualmente, ellas tres le dan alegría y
preocupación a mi mundo, regalándome sonrisas y hermosa experiencias todos los días, desde los
berrinches, el amor y hasta muy buena calificaciones, Frida, aun no sabe que estudiar de carrera,
y está en búsqueda de algo, que aún no sabe que es ni yo tampoco, pero es muy buena en física
y matemáticas aunque las odia, por otro lado Regina quiere ser veterinaria sin embargo diseña
cosas fantásticas incluyendo aviones, máquinas y hace planos ingenieriles de sacapuntas planos,
¿qué, niña de nueve años hace planos ingenieriles? por lo que a veces le digo que, “como
veterinaria eres muy buena ingeniera.”
En la actualidad después de un par de trabajos adicionales más, me encuentro trabajando en
MasAir una empresa aérea de carga, como Director de Seguridad Operacional, Aseguramiento de
la Calidad y Security. Durante todos estos años de trabajo he tenido la oportunidad de conocer
muchísimos países, casi todos los de América, desde la Patagonia hasta las auroras boreales en
Keflavík en Islandia así como Europa y algunos países de Asia.
En los últimos meses enfermamos de covid-19 casi toda mi familia, afortunadamente mi esposa y
mi hija Frida, salieron muy bien de la enfermedad, desafortunadamente por las secuelas terminé
en un hospital medio vivo en Puebla casi llegando a Veracruz, me internaron de urgencias en el
área de cuidados intensivos por siete días allí vi morir mucha gente y las personas que me cuidaron
fueron unos ángeles, después de salir de cuidados intensivos, estuve veinte días más en
recuperación en otro hospital, en esos momentos de angustia y tristeza me enfoqué en meditar y
en seguir viviendo con todas mis fuerzas, no darme por vencido ni aún vencido, durante esos
momentos hice muchas retro inspecciones de mí y de las cosas que tenía que cambiar para ser
una mejor persona, darme cuenta de mis fortalezas y debilidades, así como reafirmar mis valores
y nuevamente entender cuáles eran las cosas de mi vida que me llenan y me hacen feliz, incluyendo
estudiar la carrera de Psicología y definitivamente después de esta enfermedad decidí hacerlo.
Siento muchas esperanzas de que en tres años podré terminar la carrera y complementar mis áreas
de especialidad y no solamente eso, sino seguir adelante con más estudios profesionales.
Espero te haya gustado esta pequeña autobiografía, te dejo unas fotos de este bodoque en la
siguiente página, espero me hayas conocido un poquito más solo me resta decirte… ¡Do it, el
tiempo no espera, conócete, vive y se feliz!, con cariño … Adrian Acosta
Galería de Fotos

as a s
Mis padres Yo de niño En la carrera Mis padres y Mi hermosa
recién casados ¡que bonito! mi hermana familia

Referencia
(1) Colegio salesiano Santa Julia (2021). Alma Mater de los Colegios Salesianos en México (video)
Recuperado de https://colegiosalesiano.mx/

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