El cuidado de sí mismo

Javier Rosales Alvarez

P.-¿Para qué ir al psicoanálisis que es largo y costoso, y que además no resuelve los problemas de manera rápida?

JR. Ante tan directa pregunta, me hubiera gustado empezar de otra manera este encuentro, pero, veamos hasta dónde se
puede contestar... el psicoanálisis ofrece un espacio a alguien que sufre por su forma de ser consigo mismo, y en
consecuencia, con los demás.

Su sufrimiento es el motivo para desear dejar de vivir como hasta ese momento, esto es importante señalarlo, porque
ocurre a veces, que son terceros los que quieren que cambie o se adapte alguien... el hijo, la esposa, o el joven. Por muy
buenas razones que terceros tengan, eso no es suficiente para abrir un espacio analítico, el sufrimiento o conflicto
emocional debe de habitaren quien lo solicita.

Agreguemos otro obstáculo, quien solicita un psicoanálisis y sufre, deberá de costear su tratamiento, esto es importante
que suceda, la independencia económica es una condición a buscaren el analizante, sólo así, él podrá trabajando en su
análisis acceder a la independencia emocional, esta independencia emocional tendrá que ver con cuántos recursos
pueda generarél en el trayecto del desciframiento de su síntoma/sínthome.

El psicoanálisis es una práctica que apuesta a que el analizante se transforme y acceda a otra manera del cuidado de sí
mismo, como una práctica de su libertad orientada por su deseo.

He dicho como práctica de su libertad... la cuestión es caso por caso, cada analizante o paciente, realizará su trabajo
curativo cuando éste esté preparado para ello, con esto quiero señalar que en su trayecto el paciente nos advierte con su
detención, cuán preparado o difícil aún es hablar sobre algo, puesto que es un trabajo que le toca hablar a él, y como no
se puede ahorrar el sufrimiento al recordar lo reprimido acompañado de pena, dolor, vergüenza, miedo, hay que
avanzar hasta cuando él está preparado.

Así, cada analizante, al hablar de su averno enfrenta sus fantasmas, este volverá hablar
los eventos traumáticos tiene un objetivo, el paciente descubre para su sorpresa, que el
hablar de ello es un antídoto para su sufrimiento, así cada vez que regresa a esas
escenas los sentidos de lo que le ocasionaba conflicto van cambiando, hasta que deja
de tener sentido seguir gastando sus recurso emocionales en un problema superado.

Ahora esos recurso los podrá invertir en su presente y el futuro... es pues un trayecto
difícil mas necesario para liberarse de un pasado traumático.

Estos obstáculos que para la cura se presentan, hacen que la práctica psicoanalítica se
reduzca a un público más especifico, digamos que cierta gente de alguna manera sabe,
que los problemas que le complican su vida actual, vienen arrastrándose de muy larga
data.

Es común que el neurótico, se queje en la vida de que su pareja, la suerte, el dinero, el trabajo, suvida sexual, etcétera,
son culpables de su desdicha, sin embargo, también, es común que con esas quejas y el sufrimiento que de ellas se
desprende, haga poco o nada por temor, al no estar dispuestos a pagar los costos del cambio de sí mismo, dándole valor
y crédito a su deseo en la vida, de alguna manera ellos saben lo que implicaría esto, en vez de seguir responsabilizando
al Otro de su vida, llámese amante, suerte, alcohol, hijo, destino, etcétera, él tendría que terminar con su dependencia
emocional.

Entrevista publicada en el Foro El psicoanálisis en la Universidad, UAQ.

En una cultura como la nuestra, la dependencia emocional se ha cultivado por mucho tiempo, a través de la mal
llamada idealización paternal, tal idealización alimenta la dependencia emocional en la gente, observe, como en
nuestra cultura, la familiar reproduce esa dependencia emocional, los hijos, independientemente, si ya están
casados y son padres, comúnmente, frente a sus padres son débiles emocionalmente, terminando haciendo o
tomando decisiones de pareja o con respecto a sus hijos, que complazcan el oído o la mirada de sus progenitores,
en nuestra cultura esto se ve con buenos ojos, y se llama ser un "buen hijo".

El problema es que alguien en posición de "buen hijo", se descoloca como hombre o mujer frente a su pareja, esta
dependencia emocional, por ejemplo, en él es común que le cueste su poca virilidad frente a su mujer, con
respecto a ella, ser la segunda como pareja ante la Otra gran mujer, además, ambos como padres débiles frente a
sus hijos.

Así, la dependencia emocionalmente se repite en la vida, sólo se cambia la Imagen de la figura de ese gran Otro, se
depende de la pareja, patrón, amigo, maestro, novia, destino, suerte, etc., rehusándose o declinando luchar por
un destino independiente, la queja neurótica es mucha y el sufrimiento de ello también, sin embargo, por ser el
único rostro donde algunos se reconoce a sí mismos, más una cultura donde se alaba ser un "buen hijo", esto da un
destino común.

En la familia, una de los logros más importantes que cualquier joven debe conquistar, es su independencia
emocional de sus padres, independencia emocional no es falta de respeto o trasgresión de las normas de la casa, la
casa la gobierna quien la sostiene, independencia emocional es aprender a ir priorizar sobre la opinión de sus
padres, lo que el joven piensa, siente, desea, para ir valorando la responsabilidad de buscar su camino.

Ya había mencionado que la independencia

económica es necesaria como plataforma para
lograr la independencia emocional, luego
entonces, como hijo de familia él depende del
gobierno de sus padres, si quiere su
independencia emocional, al hijo le tiene que ir
costeando el sustento de su vida.

En cualquier casa debe de haber gobierno para

los hijos, el problema es que los padres sino
tuvieron esta vivencia de gobierno como hijos, lo
que comúnmente harán es repetir de manera
inconsciente lo que les tocó vivir, es decir, lo que
sus padres hicieron con él o ella, son pocos los
padres que recurren a un análisis para evitar
repetí resto.

Aprehender a convivir con hijos jóvenes en la diferencia de edad, sexo, gustos, estilos, creencias y preferencias, sin
pretender anular al otro gobernado, es costoso emocionalmente para ambos, e implica sufrir el desplazamiento de
padre idealizado infantil hacía un padre común, compuesto por un rostro claroscuro, en donde los aciertos y
desaciertos son percibidos por el hijo, el crecimiento emocional del hijoimplicaría, dar como padre, cierto paso
de costado en el gobierno, paso de costado que crea la posibilidad para que el hijo empiece a hacerse cargo del
cuidado de sí mismo.

Si la paternidad es un asunto diario que por varios años es sustancial ¿Por qué ser padre cuando no se tiene ese
deseo?.

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P-. Perdón pero regresando a el tratamiento psicoanalítico,
¿Cóm oel analizante aprehende a cuidarse a sí mismo?

JR.- No es propósito directo del análisis sino consecuencia

del mismo, veamos... en cada sesión con los recurso nuevos
que dejaron libres traumas superados, le permitirá hacer
cosas en la vida que le eran imposibles al paciente, tocando a
cada analizante decidir que hacer con ello, esa decisión,
toca directamente a que el paciente construya su cuidado de
sí m ism o.

Creo que debo hablar un poco del sentido griego del

cuidado de uno mismo -gnothi seauton- fue una manera de
vida, una forma estética de vivir, mediante la cual se ponía a
prueba en libertad individual y cívica el acto de gobernar de
alguien, los actos públicos de él eran valiosos, si y sólo si, de
esa misma manera gobernaba su vida privada con los suyos.

El cuidado de sí mismo, se puede interpretar erróneamente

como una forma de egoísmo, o amor así mismo en
menosprecio del prójimo, perdiendo su sentido griego, al ser
una práctica de libertad formativa, en donde primero es
necesario aprender a cuidarse a sí mismo, ese cuidado de sí
mismo era enseñado al joven por un hombre mayor, la
transmisión se aprendía en el acto cotidiano por la manera de
gobernar y vivir, una vez que el joven aprendía esta manera de vivir podía acceder a la convivencia cívica, es
decir gobernar a otros en su responsabilidad ahora de maestro. Así, un análisis apuesta a que el analizante
descubra su deseo y en consecuencia, ordenado por él descubra su manera del cuidado de sí mismo.