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Era un día soleado, José, un chico de 20 años salía de su país

Venezuela en rumbo a Perú, ya que en su país la economía es


muy mala y en su trabajo no le pagaban bien y no se podía
alimentar.

Sus padres lo estaban llevando a la terminal de Cúcuta,


Colombia. Allí se embarcaría camino a Perú.

Eran las 10am, José y sus padres se encontraban esperando la


hora de partida de José que era a las 12pm, mientras esperaban
hablaban de los planes que tenía José cuando llegue a Perú,
sobre su trabajo, y más cosas, prácticamente compartiendo con
sus padres antes de irse muchos kilómetros lejos de su país.

Llegaron las 12 y José partía rumbo a Perú, le tocó el asiento 15 ,


así que fue a su asiento, en el asiento 16, el que está a su
costado, iba otra persona, esta persona se llamaba: Santiago.
José dijo en su mente: este chico me parece conocido
Se sentó y le dijo hola al chico de su costado, Santiago le
respondió con un Hola y José le dijo: Como estás
Santiago: ¿Bien y tú?
José: No tan bien, ando medio triste porque dejé mi país y mi
familia.
Santiago: Yo igual, pero no te sientas triste, esto lo estamos
haciendo por nuestro bien.
José: Tienes razón, lo estamos haciendo por nuestro bien…,
oye una pregunta, ¿cuál es tu nombre? Me pareces conocido
Santiago: Tú también me pareces conocido, mi nombre es:
Santiago, Santiago Pérez
José: ¡¿Santiago Pérez?! ¡¿En serio eres el que estoy prensando?
¡,mi nombre es: José, José Ruíz.
Santiago: ¡¿José Ruíz?! ¿Acaso eres tú?
José: ¿Creo que sí? ¿Estudiamos juntos no? Hasta que nos
graduamos de primaria, después de eso agarramos nuestro
camino y no supimos más del otro.
Santiago: ¡Sí! ¡Qué gusto haberte vuelto a encontrar amigo!

En ese momento, estaban llegando a Ecuador, el día se volvió


más nublado. Cuando José se bajó del autobús se empezó a
sentir mal, con mareos y malestar estomacal. José le dijo a
Santiago de su estado de salud y Santiago le dio unas medicinas
que tenía en su maleta porque su mamá las metió en caso de
emergencias. Pasaron horas y José se seguía sintiendo mal,
Santiago le avisó al conductor que pare el autobús porque un
pasajero está en mal estado, así que el conductor avisó a la
terminal y a los pasajeros que habrá un retraso.
Lo llevaron a un tópico que se encontraba cerca y le dijeron que
se sentía mal porque había desayunado mal y no había tomado
agua, además la sensación de irse así de la nada de tu país le
afectó un poco. Y José dijo:
-Sí, no tenía hambre.

Santiago que se encontraba allí le dio agua y le dijo que se


terminara su desayuno. José se terminó su desayuno.
Después de un rato, José se sintió mejor, y le dijo a Santiago:
-Gracias por haberme ayudado, darme medicamentos y agua
para tener más energía, no tener mareos y llegar sanos a Perú.
Santiago le dijo:
-No te preocupes, al fin y al cabo los amigos están para ayudarse
¿no?

Finalmente, llegaron a Perú, José y Santiago sintieron una


sensación de felicidad. Bajaron del autobús y José le dijo a
Santiago:
-¿No pensaste en donde te vas a quedar?
Santiago respondió:
-no….
José le dijo:
-Bueno yo tengo aquí una tía que me dijo para quedarme en su
casa, si quieres vamos y nos quedamos allí y al día siguiente
buscamos trabajo y algún departamento o habitación para vivir.
¿Qué te parece?
Santiago respondió:
-Sí, esto es como una gran coincidencia, menos mal nos
encontramos en el camino jajá.
José dijo:
-Si tienes razón.

Y se fueron en camino a la casa de su tía, pasaron la noche allí.

Luego de unas semanas...

Santiago: Al fin encontré un lugar donde vivir.


José: Que bien, ¿cuándo te vas?
Santiago: Mañana.
José: Ah ok, bueno ya era hora de que consiguieras algo, yo
todavía estoy buscando, si quieres te ayudo a empacar.
Santiago: Está bien.

Al día siguiente…

Santiago: Bueno ya es hora de irse.

José: Si… Fue un gusto volverte a encontrar, y recuerda: Los


amigos siempre están para ayudarse.
Santiago: Tienes razón, fue un gusto volverte a encontrar.
Y se despidieron… Recordando toda la aventura que pasaron en
ese viaje de amistad

FIN.

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